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Este documento discute tres temas clave relacionados con la globalización y sus efectos en las sociedades latinoamericanas.
Primero, describe el paso de una sociedad integrada a una sociedad dual dividida entre incluidos y excluidos. Segundo, analiza cómo la política se ha vuelto incapaz de mediar entre la economía y las identidades culturales. Tercero, examina el sentimiento creciente de impotencia e incertidumbre entre los individuos ante fuerzas más allá de su control.
Este documento discute tres temas clave relacionados con la globalización y sus efectos en las sociedades latinoamericanas.
Primero, describe el paso de una sociedad integrada a una sociedad dual dividida entre incluidos y excluidos. Segundo, analiza cómo la política se ha vuelto incapaz de mediar entre la economía y las identidades culturales. Tercero, examina el sentimiento creciente de impotencia e incertidumbre entre los individuos ante fuerzas más allá de su control.
Este documento discute tres temas clave relacionados con la globalización y sus efectos en las sociedades latinoamericanas.
Primero, describe el paso de una sociedad integrada a una sociedad dual dividida entre incluidos y excluidos. Segundo, analiza cómo la política se ha vuelto incapaz de mediar entre la economía y las identidades culturales. Tercero, examina el sentimiento creciente de impotencia e incertidumbre entre los individuos ante fuerzas más allá de su control.
MOVIMIENTOS SOCIETALES DE LA GOBALIZACI~N:ESTALLIDO COLECTIVO
Y FRAGILIZAC16N DE LA IDENTIDAD INDNIDUAL
En la velocidad y bmtalidad de s u s movimientos, la globalización hace
cada dia más visibles los rasgos societarios del cambio que atravesamos. Cambio que nos está llevando de una sociedad integrad en el sentido de que era una sociedad que buscaba integrar en ella al conjunto de la pobla- ción. a todos aun cuando fuerapnm erp(otarlos, pues eso significaba que les hacia trabajadores, les daba u n trabajo, sin lo cual no había manera de expropiar su plusvalia. Asi se veía a si misma la sociedad occidental hasta la caída del muro de Berlin, acontecimiento que marca la desaparición del mundo socialista y a partir de la cual la globalización se destapa exhibien- i do el nuevo modelo de sociedad de mercado neoliberal, que es la sociedad d u a l d e integmdos y excluidosen la que el mercado pone las lógicas y mueve las claves de la conexión/desconexión, inclusión/exclusión social (Gimenez y Pozas 1994 y Mato 2003). Si la sociedad i n t e g d s e caracteri- zaba por ser eminentemente salarial, industrial, regulada, conflictual y negociadora, la sociedad dualpuede ya caracterizarse como terciaria, infor- matizada, desregulada, menos conflictualy muchísimo menos negociadora. Es la sociedad que Margaret Thatcher fue la primera en legitimar, después de ganar la larga batalla contra los sindicatos mineros, al añrmar que dos tercios de la sociedad inglesa podrian seguir lleYando una vida digna de ingleses sólo si el otro tercio quedaba fuera. Lo que si hubiera sido dicho para América Latina habria significado que nuestra sociedad debe excluir dos tercios para que el otro tercio lleve una vida d i p a de humanos. Estamos pues ante una sociedad estmcturalmente fracturada, y en la que el divorcio entre Estado y sociedad se hace cada dia más fuerte y vi- sible. Pues el Estado está hoy mucho más moldeado por las reglas de juego del Fondo Monetario Internacional, la Organización Mundial del Comercio y el Banco Mundial que por las demandas de su propia sociedad. En América Latina nos queda así u n Estado no sólo reducido y medio im- inquietudes del pobre individuo que trajina con ellas por la calle. Todo lo potente sino además incapaz e incoherente. Y ello frente a u n a sociedad cual se agrava para los de cierta edad, que ademas sienten que el mundo que se degrada día a día en términos de crecimiento de la exclusión, y de se viene abajo pues "está cambiando todo"; cambia la mayoria de las cos- disolución de la poca clase media que teníamos (Chossudovs@ 2002; Svam- tumbrcsque ya ni siquiera se llaman así, ahora se llaman estilos de r~iüa. pa 2000 y López Maya 1999). Pues aunque el divorcio entre Estado y so- Cambian las razones por las cuales se hacen las cosas, cambia lo que ciedad no es u n problema sólo latinoamericano, aquí se agrava porque se estaba bien visto y ahora está mal visto y viceversa. trata de u n divorcio viejo que ha venido ahondándose y que torna a buena M. Castells completa ese mapa de cuestioiles vitales, trastornado por parte de nuestros países ingobernables. los movimientos de la globalización, planteando que si la mayoría de la En u n segundo plano, encontramos la imposibilidad que hoy tiene la gente ya no puede buscar el sentido de s u vida en lo que hace, o sea en el política para mediar entre las lo'gicas de la economía y las dinámicas de los trabajo y en la politica, no tiene mas remedio que buscarlo en lo que es, mundos de vida. La política, nos advierten desde hace tiempo A. Touraine que es lo único que le queda: hombre, mujer u homosexual, blanco, indígena (1998),Ch. Mouffe (1999)y 2.Bauman (2001),ha traducido el proceso de o negro, budista, cristiano o musulmán. La identidad, que fuera durante racionalización moderna de que hablara Weber, identificando el mundo de los últimos dos siglos una dimensión del lazo social, amenaza hoy ese lazo lopliblico con el del hombre y el de lopnuado con el de la mujer, con el desde s u exacerbación individual e implosiva: sólo me siento yo desalojan- doméstico. De esa forma el racionalismo machista reserva lo seno a las do al otro, rebajandolo, expulsándolo de mi mundo de pertenencia. La t a r a s delhombrecolocando el resto de la vida en u n afuera de la raciona- emergencia de los fundamentalismos identitarios hace parte de la forma lidad, y privando de racionalidad propia a las dinámicas fuertes de las iden- en que los sujetos individuales y colectivos reaccionan a la amenaza que tidades cotidianas, de los mundos de vida de la gente. Hoy día, y no sólo en sobre ellos hace caer una globalización más interesada en los "instintos América Latina, la politica se ha vuelto también duaf. incapaz de mediar básicos" -impulsos de poder y cálculos estratégicos- que en las sociabili- entre la economía y las fuerzas de la identidad cotidiana. El ejercicio de la dades. Esto es una globalización que pretende disolver la sociedad en cuanto politica se ve reducido a una actividad administrativa y publicitaria, atra- comunidad de sentido y sustituirla por u n mundo hecho de mercados, . pado en u n discurso altamente masturbatorio. Esto es en el que los políti- redes y flujos de información. Y de modo especial los países de la periferia cos hablan de lo que les importa a ellos, entre ellos y para ellos mismos. Y , donde la desconexión se traduce cada día más abiertamente en exclusión la sociedad les va quedando cada día más lejos, más ancha y ajena, tanto social y cultural, en el empeoramiento de las condiciones de vida de la como el vocabulario con que intentan nombrarla. mayoria, e n la ruptura del contrato social entre trabajo, capital y Estado. En untercer plano está la sensación creciente de impotencia entre los individuos, o mejor, la mezcla de frustración, desconfianza social e impo- Lo compartido por hombres, mujeres y niños es u n miedo, profundamente asenta- do, a lo desconocido, que se vuelve mas amedrentador cuando tiene que ver con la tencia politica. Cada dia más dimensiones de la propia vida no dependen base cotidiana de la vida personal: están aterrorizados por la soledad y la incerti- de mí, y ademas no entiendo de quién dependen. Pierdo el trabajo porque dumbre en una sociedad individualista y ferozmente competitiva. (Castells 1999: alguien en otro lejano país tomó decisiones que provocaron la reducción o 491. el cierre de la empresa en que trabajaba, alguien a quien no he conocido ni conoceré nunca. Ya no tengo acceso a la salud porque cambiaron las re- Son esas las coordenadas de u n fundamentalismo que está hecho a la glas de juego de quiénes tienen derecho a la salud y quiénes no. Y como ya vez de enfurecidas resistencias y de afiebradas búsquedas de sentido. Resis- el presupuesto nacional no alcanza para pagar las pensiones ... Cada vez tencias al proceso de individualización y atomización social, a la intangibi- mas individuos viven esa profunda sensación que liga la imposibilidad de lidad de unos flujos que en s u interconexión difuminan los limites de per- trabajar, o de ganar u n salario digno, a la otra imposibilidad, la de entender tenencia y tornan inestables las contexturas espaciales y temporales del qué es lo que de veras está pasando, y por qué. Y podemos poner al lado de trabajo y la vida. Y búsquedas de una identidad social y personal que, a u n esos interrogantes esa otra pregunta que nos hacemos tantas veces en basándose en imágenes del pasado, proyectan en el futuro la necesidad de Colombia: ¿Por qué, si Ecuador o Panamá, no son paises menos excluyen- superar todo lo que el presente tiene de insoportable. Frente a la elite que t e ~ menos , injustos y desiguales que Colombia, no tienen ni el diez por habita el espacio atemporal de las redes y los flujos globales, las mayorías ciento de la violencia, de los muertos y secuestrados que tiene Colombia? en nuestros países habitan aún el espacio/tiempo local de sus culturas, y ¿Por qué? Y las Ciencias Sociales (Pecaut 200 1) lo tienen bien dificil para frente a lógica del poder global se refugian en la lógica del poder comunal. darnos algunas pistas que nos aclaren tanto aquello como esto; bastante De u n lado, nos hallamos ante la explosión de los fundamentalismos tienen con s u s propios enredos para ponerse a responder las ingenuas identitaríos, y del otro ante la fragilidad de la identidad individual, una creciente fragilización de la identidad (Martin-Barbero 2002a y 2002b). Al creatividad, sino s u controlpor la lógica de la rentabilidad empresarial que mismo tiempo que la identidad desata formas de aglutinación social forti- la supedita a la "evaluación de los resultadosn. Al mismo tiempo que la simas - q u e en buena parte tienen s u justificación histórica en la falta de flexibilidaddenomina u n proceso de emancipación -el paso de la poten- reconocimiento y las humillaciones a las que han sido sometidas histórica- cia muscular a la destreza mental- ella nombra la p~carizaciondel em- mente ciertas minorías-, la identidad individual se fragmenta y debilita, pleo en términos de la duración del contrato de trabajo tanto como en las se torna precaria. Con lo que la idea, tantos siglos mantenida, de que la prestaciones salariales en salud, pensión, educación, vacaciones, etc. L a medida de una personalidad era la fidelidad a si misma, está dejando de flexibilidad se convierte así en el dispositivo de enganche del trabajo en las tener sentido hoy. h e s ¿fiel a qué? ¿Fiel a cuál de los referentes que me nuevas figuras de empeosa. Pues al trabajador o empleado no se le deja fragmentan? La idealizada unidad del sujeto cartesiano moderno, que tenía libre para que de veras invente sino sólo para que tenga la posibilidad de como único referente a la razón, hace tiempo se perdió, y lo que tenemos competir mejor con s u s propios comparieros de trabajo, y la competitivi- hoy es una enorme dificultad para ella, sobre todo entre la gente joven ten- dad es elevada al rango de ~ o n d i c i ó n p ~ m ede m existencia de las propias sionada por una identidad polimorfa y flexible, que les permite ser a la vez empresas. Y sometido a la férrea lógica de la cornpetitividad, el trabajó locales, nacionales, globales, pero que a la vez los expone a los desanclajes sufre una fuerte mengua, del vinculo societal -espacial y temporal- entre y las desgarraduras más paralizantes. Pues el transitar por diferentes iden- el trabajador y la empresa, afectando profundamente la estabilidad psíquica tificaciones a lo largo del día les es mas fácil a los jóvenes que a los adul- del trabajador: al dejar de ser u n ámbito clave de comunicación social, del tos, pero esa facilidad no les ahorra las tensiones y los desgarros, la confu- reconocimiento social de si mismo, el trabajo pierde también s u capacidad sión y la incoherencia. de ser u n lugar central de significación del vivir personal, del proyecto y el sentido de la vida (Dubar 2000). ¿QUÉ QUEDA DE SUJETO EN EL TRABAJO? Estamos ante u n a desconcertante paradoja: las empresas reclaman profesionales con proyecto e iniciativa cuando lo que produce la sociedad A partir de ese mapa social enunciaré dos ámbitos de transformaciones de en s u conjunto son individuos inseguros llenos de incertidumbre y con la subjetividad: el campo de las condiciones del trabajo y el 'nuevon mun- fuertes tendencias a la depresión, al estrés afectivo y mental. Hasta el do de la técnica. ámbito mismo de trabajo está dejando de ser un ámbito clave de comunica- A partir de mediados de los años setenta, y especialmente con la crisis c i ó ~ del , reconocimiento social de sí mismo, y por tanto de afirmación del precio del petróleo, comienzan a hacerse visibles u n a serie de cambios personal. Ahí están los cada día mas frecuentes grupos/proyecto, los "circu- que trastornan el mundo del trabajo: el aumento en la terciarización del los de calidadn, en los que el empleado e s puesto a competir con s u s pro- empleo y la legitimación de su p~can'edad.Desciende drásticamente el pios compañeros dentro del p p o , y cada grupo con otros grupos, no sólo número de trabajadores en los ámbitos de la gran industria tradicional por fuera sino a u n dentro de la misma empresa. En la estructura profesio- -minena, acenas, metalmecánica, agrícola, etc.- mientras se acrecientan nal de la empresa 'tradicional" no había dos equipos haciendo lo mismo los puestos de trabajo en los campos de la educación, la salud, la seguri- en situaciones que permitieran evaluar permanentemente cuál de ellos dad, el comercio, y se abren o potencian otros campos: la informática, la era el más competitivo.,Ahora podemos afirmar que la libertad de hacer, la asesona, la investigacióa, la gestión. Sólo que los empleos creados en los inventiva y la creatividad son incentivadas y a la vez puestas permanente- últimos cuatro campos no pasan a ser ocupados por los desocupados de mente a prueba bajo el baremo de la competitividad. Y en condiciones de las industrias tradicionales ya que se trata de nuevos oficios. competitividad cada vez más fuerte, la creatividad se transforma, se tra- La idea que sintetiza los contradictorios movimientos que atraviesa el duce enfkzgmentación no sólo del oficio sino de las comunidades de oBcio. trabajo y la empresa es laflmailidad lahrui. Estamos, en primer lugar, El nuevo capitalismo (Drucker 1999) no puede funcionar con sindicatos ante u n nuevo estatuto social del tmbqador (Sennet 1999 y Beck 2000) fuertes, a los que vuelve no solamente innecesarios sino imposibles ya que que, de u n lado, implica el paso de un trabajo caracterizado por la ejecu- la verdadera iniaativaahora otorgada al individuo consiste en responsabi- ción mecánica de tareas repetitivas al de u n trabajo con u n mayor compo- lizarlo en cuanto tal de las actividades que antes eran asumidas por la nente de iniciativa de la parte del trabajador al desplazar el ejercicio de la empresa: desde la formación o adquisición de competencias y destrezas predominancia de la mano a la del cerebro mediante nuevos modos del hasta de la duración del contrato de trabajo. En la actual sociedad de hacer que exigen u n saber-hacer, u n despliegue de destrezas con u n ma- mercado, la nueva empresa, organizada por las competencias de los gru- yor componente mental. Pero de otro lado, elio no significa una verdadera pos-proyecto, hace imposible el tiempo largo, tanto el de la pertenencia a liberación de la iniciativa del trabajador, de s u capacidad de innovación y una colectividad empresarial como el de la carrera profesional, dejando en términos de relación familiar cuando los hijos ya no responden a la el del grupo de pares, la pandilla, el parche, o el ghetto y la secta, y el mun- familia patriarcal y la figura del padre se desdibuja como referente aplas- do de la droga. Desde ahí nos miran y oyen unos sujetos íntima y estruc- tante y constructor básico de la identidad del hijo? Hoy nos encontramos turalmente mediados p o r s u s interacciot2es desde y con ¿a tecnologfa. Se con u n sujeto mucho más frágil, más roto, y sin embargo, paradójicamente trata de u n sujeto ya no pensable de adentro para afuera sino al reirés, de mucho más obligado a hacerse responsable de si mismo, eri un mundo afuera para adentro. Un sujeto tanto más formado cuanto más densa y donde las certezas tanto en el plano del saber como en el plano ético o fuerte sea la trama de las interacciones que mantiene con otros sujetos. Y político son cada vez menos. es en esa trama de interacciones entre sujetos donde las mediaciones tec- Los sujetos con los que vivimos, cspecialmente entre las nuevas genera- nológicas revelan s u potencial por mas que para los actuales apocalípticos ciones, perciben y asumen la relación social en cuanto una experiencia las mediaciones tecnológicas signifiquen todo lo contrario: la tendencia de que pasa básicamente por s u sensibiidad, s u coporeida4 ya que es a los adolescentes al ensimismamiento, el computador volviéndolos agarofo- través de esa experiericia que los jóvenes -que en s u mayoría hablan muy bicos, dominándolos como una adiccióri que los aísla, que los deSvMcula de poco con s u s padres- les están diciendo muchas cosas a los adultos a la realidad. Algo de cierto hay en esos temores, algo dicen de ciertas ten- través de otros idiomas: los de los rituales del vestirse, del tatuarse y ador- dencias, pero lo que revelan las investigaciones sobre los usos que los narse, o del enflaquecerse conforme a los modelos de cuerpo que les pro- jóvenes hacen del computador muestran otro panorama. Empezando por pone la sociedad a través de la moda y la publicidad. No son sólo las la investigaci0n en la que llevo u n año en Guadalajara, México, sobre Los mujeres o los millones de adolescentes en el mundo que sufren gravísimos usos jovenes de Internet (Martin-Barbero, Amézquita, Medina y Aréchiga trastornos orgánicos y psíquicos de anorexia y bulimia, atrapados en la 2002-2004), y en la que ni la adicción, ni el aislamiento, ni la pérdida del paradoja señalada de que mientras la sociedad más les exige que se hagan sentido de la realidad son la tendencia. La gente joven que usa frecuente- cargo de sí mismos esa misma sociedad no les ofrezca la mínima claridad mente internet sigue igualmente frecuentando la calle, gozando la fiesta sobre s u futuro laboral o profesional. de fin de semana y prefiriendo la compañía al aislamiento. Hay u n a cierta De ahí que los jóvenes se muevan entre el rechazo a la sociedad y s u adicción, pero esa ni es la única ni la más fuerte, y desde luego no es esa refugio en la fusión tribal. Millones de jóvenes a lo largo del mundo se de la que se muere, sino de otras bien distintas. Un ejemph entre otros de juntan sin hablar, sólo para compartir la música (Ferraroti 1995; Maffesoli la sociabilidad no perdida: muchachos que tienen computador en casa y 1993; Cruces 1998 y Vila 2000), para estar juiitos a través de ella y de la sin embargo van al cibercafé a ver ciertos programas y jugar porque es allí empatia corporal que ella genera. Esa palabrita que hoy denomina una donde pueden compartirlos hallazgos de la navegación y las aventuras del droga, el&ask, se ha convertido en el simbolo y metáfora de una situación juego con los amigos presentes. extátzca, esto es del estar fuera de sí, del estar fuera del yo que le asigna la La mayoría de la visión apocalíptica sobre la manera como se insertan sociedad y que los jóvenes se niegan a asumir. No porque sean unos des- las mediaciones tecnológicas en las interacciones sociales parte de una viados sociales sino porque sienten que la sociedad no tiene derecho a visión de lo rzormalidentificado con lo natumL Y como muy bien lo ha pedirles una estabilidad que hoy no confiere ninguna de las grandes insti- planteado Arturo Escobar (1999: 233-317), la idea de naturaleza que se tuciones modernas, pues la política, el trabajo y la escuela atraviesan s u consexva en los pliegues de la moderna racionalidad es s u Gltimo residuo más honda y larga de las crisis ... de identidad. ¿Qué es la política hoy metafisico: muchos adultos y profesores piensan las tecnologias como lo cuando la comipción h a venido a llenar el vacío ideológico, la ausencia de artzficiaal, oponiéndolo en cuanto tal a unas relaciones sociales que senan densidad simbólica de 10s partidos y la incapacidad de convocatoria? Los naturales. La pregunta es, ¿cuándo han sido naturales las relaciones so- partidos se corrompieron cuando se vaciaron ideológica y simbólicamente, ciales? Quizás antes de que saliéramos de las cavernas, porque después el y no fue al revés como pretende una fuerte corriente politicista. ¿Y qué animalito en pie empezó a comunicarse haciéndose humano al ritmo en ejemplo le están dando las generaciones mayores a los jóvenes en términos que se socializó. Y si el sujeto humano tiene, claro está, una naturaleza, de ética, de fidelidad, de solidaridad cuando lo que sus hijos ven crecer y ella es social y tan artificial como la tecnología con la que se viste, construye reinar por todas partes es el afán de la riqueza fácil y el conformismo irres- y sueña, tanto la naturaleza corporal como la espiritual. Pero esa oposición ponsable? es tan vieja como la pesadilla que metaforiza Frankenstein:'la máquina/ Mientras el sujeto emerge hoy de u n entorno fuertemente imagina1 y monstruo que nosotros creamos y se devuelve contra nosotros devorándo- emocional, la casa, y sobre todo la escuela, se aferran aún a una raciona- nos: es la más clara versión moderna de la visión metafisica del mundo. lidad que, a nombre del pkm@io de realidad, expulsa el cueqo de s u sen- Si hay algo que testimonie la creatividad humana, lo más profunda- s&tü'dad De ahí que el mundo donde el sujeto joven habita sea mayormente mente, y,lo más largamente humano, es la invención de tecnologías, desde el arado del neolitico hasta el computador de este siglo. Si hay algo mara- tituyente de lo humano (Heidegger 1997).Es a ese desafio al que van diri- villosamente humano es la invención (Stiegler 2001 y Maldonado 2002), de gidos los esfuerzos por pensar la técnica como entorno tecnolúgico (Eche- la rueda al satélite, del alfabeto a la imprenta, del telescopio al computa- verna 1999) y ecosistema comunicatiuo, hoy socialmente tan estratégico dor. Y esto no tiene nada que ver con la fetichización de la tecnología ni como el ecosistema verde. Y si el entorno verde ha sido rediseñado por el con la aceptación de los determinismos tecnológicos, hoy tan de la mano hombre, para bien y para mal, h a sido transformado, tanto que hasta la de los inmovilismos políticos. Pues si no sabemos a dónde nos conduce la Amazonía ya es en buena medida u n pulmón artflcial, es el entorno técnico tecnologia, sí sabemos al menos lo que no podemos esperar de ella: que el que se nos vuelve aceleradamente natural, pues cada vez hace más par- por sí misma no nos va a solucionar los problemas sociales, ni nos va a te de nuestra corporeidad, de nuestra movilidad y de nuestra cognitividad. renovar la democracia ni nos va a hacer inmortales. No hay potencia en la En esto se basa mi reflexión sobre la subjetividad mediada por la tec- tecnologia que no se halle moldeada, mediada, por tendencias sociales nicidad comunicativa. Me refiero en particular al fenómeno del chat(Mayans profundas, tanto las que van hacia la emancipación como hacia la domina- i Planells 2002; Castells 2001 y Flichy 2001), convertido eri una de las ción y la exclusión. Es una sociedad estructuralmente excluyente la que, más precisas y preciosas metáforas de la pesadilla de los "viejos" y los neutralizando las posibilidades de conexión que la tecnología digitai entraña, sueños de las nuevas generaciones. En la comunicación que posibilita el hace de aquella u n medio de agmuaciún de la desigualdad social. Pero no chatse diluyen, en primer lugar, las líneas de demarcación entre oralidad es la tecnología la que crea desigualdad, la tecnología refuerza la exclusión y escritura. El chatearno es ni enteramente escrito ni enteramente oral que la propia sociedad genera en s u s relaciones para mantener el poder y sino una hibndaci8n que moviliza al escrito desde la temporalidad e infor- el saber en s u sitio y reproducir la sumisión. malidad de lo oral. En segundo lugar, a lado y lado, alguien se inventa u n Además, lo que hoy nombramos como tecnología necesita ser pensado personaje para hablar con gente a la que no conoce sino por el chat. Esto por fuera del tiempo de la máquina, ya que el computador no es u n a má- es, alguien aprovecha el anonimnto-del-chatpara escapar a las constriccio- quina sino u n a tecnicidad cogniiiva (Lévy 1990; Jacob 1997 y 20021 y por nes sociales de que le carga s u identidad individual mediante la invención tanto, lejos de la relación cuerpo máquina, lo que la virtualidad digital de otro yo tras el cual vivir una singular experiencia de libertad. Estamos instaura es u n a aleacidn entre cerebro e información. Claro que podemos y ante la posibilidad de una sub/'etiuidadsin identr'dad, o mejor, de una sub- debemos preguntarnos qué le pasa al cuerpo cuando pasa tantas horas jetividad que se dota de una identr'dad completamente construida, ficcional. frente a una pantalla, pero el problema no es qué le hace el computador al En el chat yo puedo ser una chica de dieciocho años o u n anciano de cuerpo como si se tratara de una máquina. El problema es qué entende- setenta. Crear ese personaje y que los otros me escriban como a una chica mospor saber en la sociedad de la información, o mejor a qué llamamos de dieciocho años sólo depende de mi capacidad imaginativa y mi creativi- conocimiento cuando su producción es mediada ya no instrumental sino dad comunicativa. La identidad se devela ahí como pura creatividad na- estructuralmente por la interacción entre cerebro e información digital. rrativa, como expresividad interactiva. No es extraño que la pesadilla se resuelva en pánico, como el que produce Según u n antropólogo catalán, el chatsale al encuentro de la necesidad el cyborg (Picon 1998) porque el cyborg no es u n hombre con u n brazo de anonimato que produce una sociedad donde la gente se siente cada día mecánico o u n pulmón electrónico, es u n hombre con cerebro electrónico. más uniformada, vigilada, teledirigida. El chates u n modo de comunicación Y esto aterra a todos los adultos de mi generación porque es la aleación que nos permite interactuar desde el espacio del anonimato. Un espacio más desafiante al cuento racio'nalista que nos hemos contado en Occidente, de anonimato que puedo habitar desde mi propia casa, sin salir a la calle al menos desde Platón. Mientras toda la historia de la evolución de lo hu- o ir al aeropuerto, al supermercado. O sea, uno de los mayores lujos que mano ha sido una historia de hibridaciones, de transfusiones de lo natural trajo la modernidad, el anonimato en medio de la muchedumbre de la en lo artificial, y de lo artificial en natural, el racionalismo en que se con- gran ciudad (Baudelaire 1995 y Benjamin 1980: 21-122) en el espacio virtió el idealismo antiguo ha pretendido mantener en mundos separados privado, doméstico, de la casa, que es donde la identidad es más densa y epkteme y techné, el conocimiento y la técnica, dotando al primero de toda pesada, donde todos saben quién, qué y cómo soy. Y el chat me permite potencialidad y creatividad y reduciendo la técnica a mero instrumento O escapar justamente a ese peso, a esa carga de mi identidad desplegando utensilio. Lo que nos impide radicalmente pensar las relaciones constiiuti- las potencialidades de mi subjetividad. En las investigaciones que esta- m, que siempre hubo pero que nunca como hoy se hicieron patentes, mos haciendo en Guadalajara hay muchachitas de catorce años que están entre ciencia y técnica, y la existencia de la tecnociencia desa5andonos a chateando diariamente con japoneses y con suecos desde identidades que pensar ya no la singularidad del "mundo de la técnicawsino, como advirtiera , van moldeando a medida que la comunicación avanza, esto es rehaciéndo- Heidegger, la t e c ~ d a d d e l m u d oesto , es la técnica como dimensión cons- la en función de los derroteros que coge la interacción.