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HACIA UN DISEÑO URBANO GUIADO POR LA INTELIGENCIA COLECTIVA

MÉTODOS Y HERRAMIENTAS PARA UN NUEVO SISTEMA DE PLANIFICACIÓN BASADO EN LA


EMERGENCIA Y LA AUTOORGANIZACIÓN

Autor: Jon Arteta Grisaleña

Independent Research Paper (no publicado)

Octubre, 2015

1
RESUMEN

En el presente artículo se analizan diferentes estrategias de diseño urbano basadas en el enfoque bottom-up (diseño
“de abajo hacia arriba”), describiendo sus principales fundamentos y métodos de trabajo, y demostrando su potencial
como alternativa a las técnicas de planificación tradicional. El objetivo será mostrar un nuevo tipo de diseño urbano más
abierto y sensible a las dinámicas locales de la ciudad, que posibilite el surgimiento de entornos urbanos con una mayor
dosis de espontaneidad, adaptabilidad y resiliencia. Esto obligará asimismo a repensar el papel del arquitecto en el
proceso de planificación, sustituyendo la imagen del diseñador clásico por un nuevo rol basado en la promoción y
canalización de la inteligencia colectiva.

Para profundizar en la comprensión de este enfoque desarrollaremos un mapeo general de las principales tendencias y
vías de trabajo existentes actualmente en el campo del diseño urbano “bottom-up”, agrupando los casos de estudio en
tres grandes categorías: las “estrategias algorítmicas”, las “estrategias basadas en plataformas” y las “estrategias
basadas en patrones”. El artículo concluirá analizando los rasgos comunes a estos tres enfoques, y reflexionando sobre
su posible papel en el futuro de la planificación urbana.

Palabras clave: emergencia, bottom-up, planificación, diseño urbano, complejidad, simulación, inteligencia colectiva,
patrón, autoorganización

2
Introducción a las estrategias de diseño urbano “bottom-up”: fundamentos y antecedentes

Las estrategias de diseño “bottom-up” (de abajo hacia arriba) constituyen una alternativa a los
métodos tradicionales de diseño urbano, considerados generalmente como métodos “top-down” (de arriba
hacia abajo). De hecho, cabe indicar que la planificación de la ciudad, tal y como se ha entendido a lo largo
de la historia, consiste básicamente en el desarrollo de intervenciones top-down, es decir, intervenciones
destinadas a transformar o corregir el crecimiento natural de las ciudades para orientarlas en base a los
objetivos marcados por las instituciones gobernantes. Este es el modelo que ha posibilitado el desarrollo de
las grandes ciudades de nuestra civilización, pero también el responsable de muchos proyectos urbanos
fallidos que se siguen extendiendo hasta nuestros días.

Las estrategias bottom-up buscarán impulsar una nueva actitud en el diseño urbano, un nuevo
enfoque que preste mayor atención a las dinámicas locales de cada barrio y ciudad, utilizándolas como
base para la construcción de procesos urbanos de carácter global. A través de esta nueva metodología de
diseño se tratará de superar las carencias de las técnicas de planificación tradicionales, asociadas
generalmente a actitudes autoritarias, impositivas y tendentes a la sobresimplificación de los problemas.
Uno de los ejemplos más claros en este aspecto será el urbanismo promovido por la Carta de Atenas, cuyo
enfoque top-down radical derivó en propuestas urbanas disfuncionales y carentes de actividad, propuestas
desconectadas de la escala urbana y en muchos casos incluso excluyentes para gran parte de la población.

Si bien la emergencia de la ciudad desde abajo es un proceso natural y existente desde el mismo
nacimiento de las civilizaciones, la sensibilización y preocupación generalizada por este tipo de procesos no
impregnará el seno de la práctica arquitectónica hasta la década de 1960, momento en el que comienza a
cuestionarse abiertamente la validez del urbanismo de la Carta de Atenas. Fruto de este movimiento crítico
surgirán reivindicaciones en favor de un nuevo tipo de planificación más abierta y flexible, una planificación
más sensible a las necesidades cambiantes de los habitantes y a las particularidades de cada contexto. Es
así como surgen las propuestas de autores como Cedric Price, Archigram, Team X, Yona Friedman o los
metabolistas japoneses, entre otros.

Sin embargo, el personaje encargado de cambiar definitivamente la manera de aproximarse al


diseño urbano será la periodista estadounidense Jane Jacobs, la cual sustituirá las visiones utópicas y neo-
futuristas de los arquitectos por un de enfoque mucho más práctico y humanista centrado en la realidad de
los habitantes y de las sociedades urbanas. A través de su libro “Death and Life of Great American Cities” 1,
Jacobs reivindicará la necesidad de entender las ciudades no como el fruto de grandes diseños
centralizados, sino como una suma de pequeñas acciones llevadas a cabo por los ciudadanos en sus vidas
diarias, como un conjunto de interacciones locales cuya combinación tiende a generar entornos habitados
diversos y llenos de vida. El objetivo de Jacobs consistirá pues en descifrar la naturaleza de estas pequeñas

3
interacciones, para lo cual propone un estudio empírico de la ciudad, un estudio a pie de calle basado en la
observación directa de las actividades y las realidades cotidianas.

A las ideas iniciales de Jacobs se irán sumando las propuestas de otros autores como por ejemplo
Christopher Alexander, con su célebre artículo titulado “A City is not a Tree” 2, o Bill Hillier, autor del libro
“The Social Logic of Space” 3, ambos responsables de una aproximación más científica y matemática,
aunque igualmente comprometida con la reivindicación de un nuevo tipo de diseño más acorde con la
verdadera complejidad de los fenómenos urbanos.

En todas estas propuestas se subrayará la necesidad de repensar el rol del arquitecto, de redefinir
su papel para poder poner en marcha estrategias de diseño más flexibles y conectadas con la ciudadanía.
Se trata, en definitiva, de abandonar la idea del arquitecto como gran diseñador para dar paso a un nuevo
enfoque en el que el arquitecto se convierte en un canalizador/catalizador de fenómenos sociales, en un
agente capaz de proporcionar plataformas y dispositivos que promuevan la acción ciudadana y la
emergencia de una inteligencia colectiva a nivel urbano. (Figura 1).

Figura 1: Estrategias de diseño urbano top-down (A) Vs Estrategias de diseño urbano bottom-up (B)
Fuente: Jon Arteta. 2015.

Antes de pasar al estudio de propuestas y casos particulares, será necesario destacar la


importancia que han tenido la ciencia y la tecnología en el desarrollo de la presente vía de investigación. En
el ámbito científico destacará el surgimiento de las denominadas “ciencias de la complejidad”, que
proporcionarán un nuevo marco teórico-práctico, introduciendo conceptos como “sistema”,
“autoorganización”, “emergencia”, “no-linealidad”, etc., así como instrumentos matemáticos capaces de
describir y simular el comportamiento de los fenómenos complejos. En el campo de la tecnología, por su
parte, destacará el desarrollo de nuevas herramientas digitales, que servirán tanto para asistir en el proceso

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de análisis y simulación de los fenómenos complejos (ofreciendo una mayor capacidad de cálculo y
procesamiento de datos), como para impulsar el desarrollo de la propia complejidad urbana, al posibilitar el
desarrollo de las TIC (Tecnologías de la Información y la Comunicación) y el surgimiento de la denominada
“sociedad de la información”. Así, gracias a estas nuevas herramientas y su influencia en el entorno
académico y social, pasaremos de las primeras intuiciones de la década de los 60 a técnicas y estrategias
de diseño mucho más consistentes y operativas que se extienden hasta nuestros días, estrategias
realmente comprometidas con la comprensión y la utilización de la complejidad en pos de un mejor diseño
urbano.

A continuación analizaremos las principales estrategias existentes actualmente en el ámbito del


diseño urbano “bottom-up”, describiendo sus principales características y ejemplos. Para ello se ha optado
por agrupar las diferentes propuestas entorno a tres grandes categorías:

Estrategias Algorítmicas

Simulación de fenómenos urbanos complejos y “Urbanismo Algorítmico”: métodos para una


conexión directa entre el plan urbano y las dinámicas sociales.

Para poder diseñar la ciudad desde abajo será necesario ampliar nuestro conocimiento de los
procesos urbanos partiendo desde la base, desde la escala de interacción entre individuos; deberemos ser
capaces de comprender los fenómenos locales, así como también los efectos globales derivados de estas
pequeñas interacciones. Para ello dispondremos de nuevas herramientas procedentes de las ciencias de la
complejidad y que hoy se encuentran plenamente incorporadas al ámbito de la investigación urbana, como
por ejemplo los autómatas celulares (AC), los agentes vida (AV), los algoritmos genéticos, etc.

La utilización de estos formalismos matemáticos permitirá simular diferentes fenómenos urbanos,


siendo especialmente útiles para reproducir fenómenos complejos y no–lineales, los cuales manifiestan
habitualmente comportamientos difíciles de intuir o imaginar a partir del simple uso de la razón.

Uno de los centros de referencia en el campo de la simulación urbana es el Centre for Advanced
Spatial Analysis (CASA) 4, adscrito a la universidad “The Bartlett” y liderado por el profesor Michael Batty, en
cuyos más de 200 artículos de trabajo publicados podremos encontrar múltiples ejemplos de aplicación de
los ACs y los AVs, con artículos dedicados al estudio de patrones de ocupación, de sistemas de transporte,
al análisis de dinámicas urbanas como los movimientos migratorios, la formación de grupos, etc.

La información y conocimiento extraídos de este tipo de simulaciones ayudarán a desarrollar planes


urbanísticos más sensibles a las verdaderas dinámicas urbanas, si bien su grado de impacto tiende a ser
limitado, ya que en la mayoría de los casos las simulaciones se convierten en un documento más dentro de
procesos de planificación tradicionales organizados desde arriba. Pero también existen propuestas y

5
estrategias más experimentales en las que el uso de los formalismos complejos y las herramientas de
simulación se convierten en la piedra angular para el desarrollo de nuevas aproximaciones al diseño urbano
“bottom-up” (Figura 2A). Denominaremos a este tipo de estrategias “urbanismo algorítmico”, y para
ejemplificarlo nos basaremos en el trabajo del grupo Kokkugia y su propuesta para la reordenación de los
Docklands de Melbourne 5.

El grupo Kokkugia, dirigido por los arquitectos Roland Snooks y Robert Stuart-Smith, es un equipo
con experiencia en el empleo de agentes vida y en la exploración de sus capacidades de autoorganización
(swarm intelligence) como medio para generar diferentes tipos de estructuras, tanto a nivel arquitectónico
como urbano. En el caso del proyecto para los Docklands de Melbourne, la propuesta de Kokkugia
consistirá en aplicar los sistemas de agentes y la inteligencia distribuida para crear un nuevo concepto de
diseño urbano, “en el que la noción de master-plan sea sustituido por la de master-algoritmo” 6. La idea es
convertir los elementos urbanos y los actores sociales en distintas familias de agentes, cada una con sus
propias leyes de comportamiento. La configuración de la ciudad surgirá así de la interacción entre dichos
agentes, dando lugar a una forma en constante cambio y siempre adaptada a los eventuales cambios en las
condiciones externas. En este tipo de estrategias el arquitecto ya no propone un plan arquitectónico definido
sino que más bien diseña un escenario, un experimento en el que los diferentes agentes urbanos son los
responsables de crear y definir el propio plan urbano. Nos encontramos pues ante un nuevo tipo de enfoque
en el que las jerarquías tradicionales se rompen para dar paso a un esquema más propio del diseño bottom-
up.

Figura 2: Estrategias Algorítmicas


A) Propuesta de Kokkugia para los Docklands de Melbourne. Fuente: www.kokkugia.com
B) MVRDV Space Fighter. Fuente: MVRDV/DSD “Space Fighter”. Barcelona: Actar, 2007. p.288

6
En esta misma línea cabe destacar también el trabajo de otros autores como por ejemplo Manuel
De Landa, con sus estudios sobre el alcance de las simulaciones urbanas; el arquitecto británico Neil Leach,
director de numerosos talleres y proyectos de investigación basados la búsqueda de nuevas estrategias
digitales y algorítmicas para el desarrollo de los asentamientos urbanos7 ; o los experimentos del estudio
holandés MVRDV, en especial el proyecto “Space Fighter” 8 (Figura 2B) en el que se presenta un nuevo tipo
de planeamiento urbano que combina el diseño de algoritmos con la participación e interacción real entre
ciudadanos y agentes planificadores.

Nos encontramos pues ante una vía de trabajo que prima el estudio y análisis de los fenómenos
complejos que acontecen en nuestras ciudades, incorporándolos como motor para el desarrollo de planes
globales flexibles y adaptables. De esta manera se consigue un diálogo constante y operativo entre las
dinámicas de orden local y los comportamientos globales que definen la evolución de las ciudades.

Estrategias basadas en plataformas

Creación de plataformas físicas y digitales para la interacción urbana: nuevos escenarios para la
emergencia de la inteligencia colectiva.

El escritor Steven Johnson, en su libro “Sistemas Emergentes” 9, describe el desarrollo de las ciencias
de la complejidad en tres fases: la primera corresponde a la elaboración de las primeras teorías sobre
sistemas y complejidad (entre las décadas de los 50 y los 70), la segunda, al estudio y análisis de diferentes
fenómenos complejos, y la tercera, a la “generación” de procesos y sistemas emergentes. En esta última
etapa, tal y como afirma Johnson, “dejamos de analizar la emergencia y comenzamos a generarla” 10. Las
estrategias recogidas en el presente apartado seguirán esta misma línea de pensamiento, apostando por
una actitud más directa y proactiva basada en la creación de nuevas dinámicas y fenómenos complejos
como medio para crear ciudades más eficientes y humanas. El objetivo es explorar las posibilidades de la
“emergencia artificial”, es decir, la creación y el diseño de procesos emergentes de una manera consciente
e intencionada con el fin de resolver problemas. Ya no se tratará simplemente de reproducir sistemas
emergentes para describir o explicar fenómenos reales, como veíamos en el caso anterior, sino de diseñar
dichos procesos para transformar la realidad.

El concepto de “Smart City” surgirá al amparo de esta filosofía, imaginando una gran ciudad
conectada en la que los nuevos sistemas de comunicación permitirán cerrar ciclos y optimizar procesos,
mejorando así el comportamiento de las actuales urbes. Este objetivo, sin embargo, puede abordarse a
partir de dos estrategias sensiblemente diferentes:

-Por un lado está el modelo basado en el control centralizado de la ciudad, como el planteado en
Rio de Janeiro o en Songdo 11, en las que el gobierno se alía con grandes compañías para implantar

7
nuevas redes de conexión, sensores y software especializado, con el fin de captar una mayor
cantidad de datos y emplearlos en una mejor gestión de la ciudad (de arriba hacia abajo).

-Por otro lado destacará la opción defendida por Anthony M. Townsend en su libro “Smart Cities”12,
que habla de una construcción de la smart city desde abajo, de una manera descentralizada, cuya
inteligencia es una inteligencia colectiva que surge de la interacción simultánea de múltiples
agentes, los cuales participan a su vez creando nuevas plataformas y redes. Townsend habla así
de activistas, emprendedores y “hackers urbanos” como protagonistas de esta nueva aproximación,
que ya no se basa tanto en el análisis sino en la acción directa: “en lugar de recopilar información,
ellos construyen mecanismos para compartirla con otros. En lugar de optimizar operaciones
gubernamentales a nivel confidencial, crean interfaces digitales para que la gente pueda ver, tocar y
sentir la ciudad de una manera completamente nueva” 13. En definitiva, “allí donde la industria trata
de imponer una una idea clara de orden basado en la computarización y el control centralizado,
ellos proponen alternativas difusas, descentralizadas y democráticas” 14. (Figura 3A)

En este contexto, el arquitecto podría entenderse como uno más de estos agentes encargados de
idear y desarrollar las nuevas plataformas de interacción, un agente especialmente apto y capacitado
gracias a su formación específica en el ámbito del diseño urbano. La inercia de la propia disciplina y su
tradicional apego a los límites del espacio físico, sin embargo, hacen que la presencia de los arquitectos en
la construcción de esta nueva capa (digital) de la ciudad sea todavía muy leve, si bien es posible señalar
algunos nombres destacados como Carlo Ratti, director del MIT SENSEable City Lab, Mark Shepard y Omar
Kahn, codirectores del “Center for Architecture and Situated Technologies” (CAST) en la Universidad de
Buffalo, etc.

Esta manera de entender la organización de la ciudad, sin embargo, no tiene porqué centrarse
exclusivamente en el ámbito de lo digital. En la actualidad existen numerosos colectivos de arquitectos que
buscan generar estas mismas plataformas de conexión e interacción a través de intervenciones físicas en el
entorno urbano (instalaciones, construcciones efímeras, etc.), “hackeando” así la ciudad construida para
abrirla a nuevos usos y posibilidades. Grupos como PKMN, Ecosistema Urbano, o Paisaje Transversal,
entre muchos otros, explorarán este tipo de intervenciones para lograr que las comunidades y los
ciudadanos establezcan nuevos lazos y expresen de manera conjunta sus voluntades y deseos. De hecho,
cabe indicar que este tipo de intervenciones físicas tienden a trascender los objetivos meramente
funcionales (característicos de gran parte de las aplicaciones digitales) para convertirse, en muchos casos,
en micro-manifiestos capaces de generar nuevas reflexiones y actitudes en la sociedad. Existen numerosos
ejemplos de este tipo de intervenciones, pudiendo destacar propuestas como Picnictopia, Terrazario
(PKMN) (Figura 3B), Eco-Bulevard (Ecosistema urbano), Escaravox, Cosmo (Jaque/OIP), etc.

8
Figura 3: Estrategias basadas en Plataformas
A) Imagen de la aplicación para smartphone “Foursquare”, creada por Dennis Crowley.
B) “Terrazario” de PKMN. Fuente: www.pkmn.es

Andrés Jaque, director de la “Oficina de Innovación Política” (OIP), habla del arquitecto como
creador de “dispositivos arquitectónicos”, entendiendo como tales los edificios, pero también las plataformas
online, los protocolos o cualquier tipo de estrategia destinada a generar entornos más inclusivos para la
sociedad15. Esta reflexión invita a replantearse los límites de la disciplina y a repensar el concepto de smart
city desde una perspectiva mucho más amplia, entendiendo la inteligencia de la ciudad como una
inteligencia colectiva que surge a partir de interacciones en todas las capas de la realidad urbana, tanto
físicas como digitales.

Las estrategias estudiadas en el presente apartado apuestan pues por un desarrollo urbano abierto
y descentralizado, un desarrollo basado en la constante creación de nuevas plataformas e interacciones
sociales que permitirán que la ciudad evoluciones y se adapte de manera natural a las necesidades y
aspiraciones de cada momento. Se trata de fomentar la creatividad, la adaptabilidad y la resiliencia, dando
lugar a un diseño urbano que confía en la inteligencia colectiva como principal motor de desarrollo.

9
Estrategias basadas en patrones

Creación y difusión de principios teórico-prácticos (patrones) que favorezcan la emergencia de


entornos urbanos más ecológicos y humanos.

En opinión de algunos sectores de corte humanista, uno de los principales frenos para el desarrollo
de ciudades realmente sostenibles y ecológicas reside en el propio sistema económico y urbano impuesto
desde las instituciones, en el cual las acciones urbanas tienden a reducirse a un mero cálculo de
costo/beneficio. Este mercantilismo globalizado juega en detrimento de muchos valores humanísticos y da
lugar a incongruencias de base, como por ejemplo: el surgimiento de ciudades fantasma fruto de la
especulación inmobiliaria, el desperdicio de productos agrícolas locales en favor de productos importados
desde otras latitudes, etc. Parece difícil imaginar una ciudad realmente sostenible cuando las propias reglas
del juego conducen a este tipo de paradojas.

Para poder aspirar a un entorno urbano adecuado desde el punto de vista ecológico y social parece
necesario replantearse los principios desde la base. Este es el planteamiento de las propuestas incluidas
dentro de este tercer bloque, unas propuestas de corte tecnológico-humanista que reivindican modelos
alternativos de organización y diseño urbano en los que la ciudad emerge de las buenas prácticas de cada
individuo, y de la ciudadanía como conjunto. El objetivo del arquitecto/diseñador consistirá pues en
proporcionar fundamentos y herramientas que los ciudadanos puedan incorporar en sus pequeños aportes
a la arquitectura y el desarrollo urbano.

Uno de los sistemas más destacados en este ámbito es el “Lenguaje de Patrones” 16 propuesto por
el arquitecto austriaco Christopher Alexander (Figura 4). Alexander concibe el diseño arquitectónico y
urbano como una secuencia de problemas que el diseñador-constructor debe resolver: el entorno construido
de nuestros barrios y ciudades será por tanto el resultado de esta cadena de decisiones. La propuesta de
Alexander consistirá en actuar sobre cada una de estas pequeñas decisiones, fomentando soluciones que
proporcionen un máximo beneficio a nivel perceptivo (que cree sensaciones armónicas), social (que genere
espacios de interacción social) y ecológico. Para ello creará el “Lenguaje de Patrones”, una extensa
recopilación de problemas/soluciones tipo expresadas de manera clara y concisa para que el
usuario/diseñador/constructor las pueda implementar y adaptar en función de cada caso y contexto
específico. La idea es que la ciudad vaya surgiendo de manera espontánea a partir de la libre incorporación
de estos patrones en cada pequeña acción (constructiva), dando lugar así a un entorno urbano diverso,
evolutivo y adaptable.

El lenguaje de patrones de Alexander es un proyecto que sigue vivo hasta nuestros días y que
cuenta con su propia comunidad de seguidores, los cuales continúan generando nuevos patrones y
mejorando los ya existentes, al mismo tiempo que los implementan en diferentes tipos de proyectos. Así
pues, el “Lenguaje de Patrones” no debe entenderse simplemente como un manual de instrucciones, sino

10
como una herramienta que ayudará a desarrollar la creatividad y la búsqueda de nuevas soluciones para
una ciudad más humana y ecológica.

Figura 4: Estrategias basadas en Patrones


Esquemas de patrones extraídos del libro “A Pattern Language” de C. Alexander. Oxford University Press, 1977

En una línea muy similar podemos destacar el surgimiento de diferentes grupos e instituciones
destinadas a promover una visión más humana y sostenible de construcción y desarrollo urbano, como por
ejemplo el Instituto de Bioconstrucción (Institut für Baubiologie + Nachhaltigkeit, IBN) 17. Al igual que
Alexander, el Instituto de Bioconstrucción propone una serie de directrices o instrucciones básicas (técnicas
y filosóficas) con el objetivo de conseguir un diseño urbano más responsable desde el punto de vista
ambiental y social. La idea es dar pequeños pasos desde abajo, construyendo nuevas estructuras en el
ámbito local, nuevos asentamientos ecológicos relativamente autónomos y autosustentables. Esta visión
será compartida a su vez por multitud de asociaciones y pequeños grupos que, pese a su diversidad y
heterogeneidad, podrán interpretarse como una gran red, como un sistema de iniciativas guiado por un ideal
urbano común.

Algunos autores como Nikos Salingaros, de hecho, apostarán por crear una verdadera red de
conocimiento global a través del uso de las TIC, aprovechando las posibilidades de las plataformas digitales
como medio para compartir y difundir diferentes tipos de patrones, teorías y experiencias. Salingaros habla
así del “P2P Urbanism”, o “Peer to Peer Urbanism” 18, describiendo un nuevo tipo de urbanismo

11
descentralizado en el que las tecnologías digitales sirven como medio para promover y difundir nuevas
ideas y técnicas relacionadas con el desarrollo sostenible de la ciudad.

En resumen, nos encontramos ante estrategias que consideran que la manera más práctica y
realista de cambiar las bases del diseño arquitectónico y urbano (escapando de la burocracia centralista y
las contradicciones del sistema capitalista) es actuando desde las bases, promoviendo nuevos principios y
mecanismos de colaboración entre ciudadanos y arquitectos, de modo que cada pequeña acción se
convierta en un paso más en la construcción de una ciudad más ecológica y humana.

Conclusiones

Las tres vías de trabajo estudiadas anteriormente coinciden en la necesidad de construir la ciudad
“de abajo hacia arriba”, tomando para ello diferentes conceptos y herramientas procedentes de las ciencias
de la complejidad. Nos encontramos pues ante un enfoque común que sin embargo dará pie a
planteamientos y propuestas de gran diversidad, conformando un nuevo contexto global para la renovación
y la revitalización de la planificación urbana.

Desde el punto de vista científico y conceptual, el presente estudio ha servido para demostrar que
las ciencias de la complejidad, así como los conceptos de “emergencia” o “autoorganización”, constituyen
herramientas absolutamente transversales, capaces de inspirar discursos de naturaleza diversa. Las
estrategias guiadas por el enfoque bottom-up pueden responder a fines y modelos urbanos diferentes y
variados. Asimismo, queda demostrado que el concepto bottom-up es un concepto sumamente relativo, y
que depende directamente del punto de vista del diseñador. Si bien en el plano teórico todas las estrategias
bottom-up cumplen con ciertos rasgos y principios básicos, a la hora de llevarlos a la práctica los límites se
desdibujan. No existe pues una estrategia que sea más válida (o más bottom-up) que las otras; se trata
simplemente de diferentes maneras interpretar y resolver problemas concretos del ámbito urbano.

En definitiva, deberemos considerar las vías de trabajo estudiadas en el presente artículo como
propuestas destinadas a suplir los vacíos y carencias presentes en las técnicas de panificación
tradicionales. En opinión del autor, no se trata tanto de sustituir o reemplazar las técnicas tradicionales,
como de complementarlas y fusionarlas con nuevas alternativas que permitan desarrollar diseños urbanos
más humanos y sensibles a las necesidades de sus habitantes.

La ciudad es un gran sistema de sistemas en el que conviven diferentes modelos urbanos de


manera simultánea, diferentes filosofías y realidades: su estudio y planificación sólo será posible a partir de
una suma de estrategias capaces de operar en diferentes escalas y contextos. En este sentido, las
estrategias de diseño bottom-up estudiadas en el presente artículo constituyen un aporte fundamental,
proporcionando nuevos enfoques y vías de investigación destinadas a ampliar los horizontes de la
planificación urbana.

12
NOTAS

1 Jane Jacobs. “The Death and Life of Great American Cities”, New York: Vintage Books, 1961.
2 Alexander, Christopher. “A city is not a tree”. Artículo publicado originalmente en dos partes en la revista
“Architectural Forum” en el año 1965 (vol 122, nº1, pp. 58-62, y vol. 122, nº2 pp. 58-62). Posteriormente será
reimprimido y publicado en diferentes revistas y libros.
3 Bill Hillier y Julienne Hanson. “The Social Logic of Space”. Cambridge, UK, Cambridge University Press,
1984. 296 pp.
4 CASA. Centre for Spatial Advanced Analysis. http://www.bartlett.ucl.ac.uk/casa
5 http://www.kokkugia.com
También se puede encontrar información relativa a este proyecto en el artículo de Neil Leach titulado “Swarm
Urbanism” y publicado en la revista “AD Digital Cities” del año 2009 (vol 79, nº4, pp 56-63).
6 Cita extraída de la página oficial del estudio Kokkugia. http://www.kokkugia.com/swarm-urbanism.
7 En la revista “AD Digital Cities” (adjuntada en la bibliografía) se pueden encontrar algunos ejemplos
representativos de las investigaciones desarrolladas tanto por Manuel De Landa como por Neil Spiller.
8 MVRDV/DSD. “Spacef Fighter. An Evolutionary City (Game:)”. Barcelona: Actar, 2007. 304 pp.
9 Johnson, Steven. “Sistemas Emergentes. O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y software”.
Mexico D.F.: Turner. Fondo de Cultura Económica. 2003.
10 Johnson, Steven. Op cit.. Página 21.
11 El Rio`s Intelligent Operations Center es un proyecto promovido por el alcalde Eduardo Paes y diseñado por
la compañía de computación IBM para dotar a la ciudad brasileña de un sistema integrado de control, a través
del cual poder recopilar datos y gestionar los procesos que ocurren en la urbe. Songdo, por su parte, es una
ciudad internacional de negocios ubicada a 65 km de Seúl, en Corea del Sur, que aspira al más alto grado de
control y automatización gracias al sistema de sensores y comunicaciones diseñado e implantado por la
empresa Cisco Systems. ( 2009).
12 Townsend, A. M.. Smart Cities. Big data, civic hackers, and the quest for a new utopia. New York: Norton &
Company, 2014. 388 p.
13 Townsend, A. M.. Op cit. Página 9.
14 Townsend, A. M., op cit. Pagina 9.
15 Conceptos extraídos de la entrevista realizada por Pola Mora al arquitecto Andrés Jaque, y publicada en forma
de video en la página web “Plataforma Arquitectura”.
http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/625091/entrevista-andres-jaque-office-for-political-innovation
16 Alexander, Christopher. A Pattern Language.New York: Oxford University Press. 1977.
17 El Institut für Baubiologie + Nachhaltigkeit (IBN) fue fundado en el año 1983 por el profesor Anton
Schneider en Alemania. En 2009 se crea una sucursal en España, el ““Instituto Español de Baubiologie- IEB”.
Se trata de un instituto autodeclarado económica y políticamente independiente.
18 Nikos Salingaros et al. “P2P, Peer to Peer Urbanism. Draft version 3.0”. Texto diponible en la página
http://zeta.math.utsa.edu/~yxk833/P2PURBANISM.pdf

13
BIBLIOGRAFÍA

Documentos Impresos

- ALEXANDER, Christopher et al. A Pattern Language. New York: Oxford University Press, 1977. 1171 pp.

- BATTY, Michael. The New Science of Cities. Massachussets, USA: MIT Press, 2013. 496 pp.

- JACOBS, Jane. The Death and Life of Great American Cities. New York: Vintage Books, 1961. 458 pp.

- JOHNSON, Steven. Sistemas Emergentes. O qué tienen en común hormigas, neuronas, ciudades y
software. México, D.F.: Turner, Fondo de Cultura Económica, 2003. 258 pp.

-LEACH, Neil (guest editor). “AD digital Cities”. Revista Architectural Design, John Wiley and Sons, 2009, vol
79, nº4. 136pp.

-MVRDV/DSD. Spacef Fighter. An Evolutionary City (Game:). Barcelona: Actar, 2007. 304 pp.

-TOWNSEND, Anthony M. Smart Cities. Big data, civic hackers, and the quest for a new utopia. New York:
Norton & Company, 2014. 388 p.

Documentos digitales

-SALINGAROS, Nikos et al. “P2P Peer to Peer Urbanism”. (draft version 3.0). 2011.
http://zeta.math.utsa.edu/~yxk833/P2PURBANISM.pdf

Material audiovisual

- JAQUE, Andrés. MORA, Pola (entrevistador). Entrevista: Andrés Jaque, Office for Political Innovation.
[Vídeo]. Plataforma Arquitectura. 4 agosto 2014. Accedido el 30 Oct 2015.
http://www.plataformaarquitectura.cl/cl/625091/entrevista-andres-jaque-office-for-political-innovation

Páginas Web

www.andresjaque.net

www.baubiologie.com

www.bartlett.ucl.ac.uk/casa

www.ecosistemaurbano.com

www.kokkugia.com

www.patternlanguage.com

www.pkmn.es

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