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“SOBRE TODA COSA GUARDADA, GUARDA TU CORAZÓN”

Proverbios 4:23
INTRODUCCIÓN:
Si algún consejo necesitamos todos en estos días, es este de Salomón.
Pero en un sentido digo mal, porque este consejo, creo yo, no es propiamente de Salomón, sino de Dios, Dios les dijo
Antes estas palabras a Salomón, y el las dejo registradas en sus Proverbios dada la sabiduría del consejo.
Creo todavía más, que este consejo no fue un consejo personal a Salomón, sino que es el consejo universal de Dios a
todos los hombres, en todos los tiempos y lugares.
Creo que primero le fue dado a Adam, después a Eva, a Abel y Caín, a Abraham, a Moisés, a Saúl, a David, a Jonás.
Unos lo siguieron, otros lo despreciaron. El que lo desprecio, acarreo su ruina, como Caín, como Achab y Jezabel.
I- Debemos notar claramente que este consejo no dice; “por sobre toda cosa guardada guarda tu dinero, o
tus joyas, o tu salud o tu familia, o tu negocio, o tu honra” si no bien específicamente dice. “

Guarda tu corazón, o sea, tu alma, pues es el alma que se hace figuradamente referencia cuando se usa en
la Biblia la palabra corazón.

¡cuán sabio y necesario es este consejo! ¡Cuánta gente hay que a todo presta atención, todo lo cuida
menos su alma!

II- Pero ¿Qué es el alma? ¿Qué es esto que tanto debemos cuidar?
Pasando por alto la “falsa ciencia” y la vana filosofía”. Para no enredarnos en terminologías, abstractas
que a nada conducen.

Diremos que el alma es una creación divina de orden espiritual puesta en el hombre como centro de su
vida moral y efectiva.

Pero como todo lo creado por Dios es un compuesto. Así diremos que el alma es
1. Energía, movimiento actividad
2. Es emociones sentimientos, es decir que en ellas se originan
3. Es, por lo mismo, la fuente de los pensamientos y las acciones humanas.

Cuando se nos dice entonces: “por sobre toda cosa guardada guarda tu alma” se nos está diciendo: “por
sobre toda cosa que debes guardar, guarda tus energías (las fuerzas vitales de tu ser) tus movimientos, tu
actividad (lo que haces donde vas) tus emociones y sentimientos (lo que sientes por las cosas o personas
que te rodean, tus actitudes y manifestaciones hacia ellas), tus pensamientos, y finalmente, tus acciones.

III- ¿y porque debemos guardar tan celosamente nuestra alma?


En primer lugar, porque el alma, lo mismo que el cuerpo se puede debilitar
En segundo lugar, porque el alma, lo mismo que un cuerpo debilitado se puede enfermar
En tercer lugar, porque el alma, se puede corromper, como lo podemos comprobar con los hombres de
perversos sentimientos o los que degeneran en el vicio.
En cuarto lugar, porque el alma será contagiada si no es cuidada (un poco de levadura leuda toda la
masa).
“el alma que pecare esa morirá”

En quinto lugar, porque, por otro lado, como dice el proverbio, “de ella emana la vida” porque en ella
radican todas las posibilidades de bien y felicidad, porque de ella misma despende la salvación del
hombre.
IV- Entonces amigo hermano, cuida tu alma, cuídala amorosa y vigilantemente, de día como de noche,
cuando estés solo o en medio de las gentes.
Cuídala mucho en estos tiempos tan peligroso, tan llenos de tentaciones, seducciones y engaños.

Cuídala si, cuídala mucho, para que no te conviertas en un criminal como Cain; en un necio que pierde su
bendición como Esau; para que no padezcas temor y humillación, como los hermanos de Jose; para que
no te tornes desobediente como Saul, para no caer en adulterio como David, para que no te domine la
soberbia como a Nabuconodosor, para que no te des al vicio y al placer como Belsasar, para que no seas
mentiroso y ladron como Ananias y Safira, ni amador del mundo como Demas, ni perverso como
Alejandro el Caldeo, ni buscador de vanidades y preeminencias como Diotrefes, ni blasfemador como
himeneo.

Cuídala, te digo otra vez, para que no vayas a parar a un manicomio, o a la cárcel, o prematuramente al
cementerio, Para que no te conviertas en la vergüenza de los tuyos o te conocen o en su comidilla.

Cuídala para que más tarde no tengas que lamentar nada, lleno de desprecio y reproches para ti mismo, y
no tenga que llegar el momento en que maldigas el día en que naciste,

CONCLUSIÓN
Pero yo te digo a un más, Cuídala para que llegues a ser un santo como Abraham, un valiente como Gedeon, un profeta de
Dios como Isaías, un fiel testigo como Pablo, un joven puro y entendido como Tito y Timoteo, un visionario de las glorias
eternas como el apóstol Juan.
Cuídala, en fin, para que vivas recta y bellamente en este mundo, y heredes el Reino en la eternidad.
1 Juan 5

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