El análisis de una semana de programación televisiva da cuenta del predominio de programas
que Mangone denomina como conversacionales. Se reconocen programas que se desarrollan en el piso del estudio y aquellos que trabajan fuera de él con vídeo o en directo; los que escenifican obras de teatro; los que proyectan películas; los periódicos en general. En este encuadre intenta reconocer los porcentajes de programas conversacionales durante una semana. 20%: cuánto de discurso específicamente televisivo hay en nuestra televisión y cuál es la causa de esta distorsión discursiva. El análisis de la práctica televisiva como así también un acercamiento a las producciones radiales informa de una verdadera distorsión de lo que cada medio entrega como aporte específico a las prácticas y discursos de las comunicaciones sociales masivas. En los noticieros, la dependencia del medio gráfico es tal que la producción de móviles radiales, se relaciona con la prioridad que los diarios le dieron a determinadas informaciones. En la televisión se hace radio. El micrófono no se ve pero un número importante de programas, se articulan sobre la base del diálogo y la palabra. La imagen queda reducida a conocer, el rostro de los protagonistas de la charla. Estos programas conversacionales atraviesas toda la programación televisiva y su estudio es importante por la cantidad de horas que poseen. La nota característica de ellos es la mínima producción fuera del piso del estudio y la participación de un muestreo del público. Lo conversacional, lo parlamentario se impone y distorsiona el aspecto referencial que debería predominar en esta clase de programas. La televisión, la única realidad Especificidad discursiva de la televisión (ejes clarificativos): 1) los hechos de televisión, sonde el medio técnico, el ambiente que lo produce y sus personajes son tematizados 2) los hechos en la televisión, los programas de piso, transmisión directa y gran parte conversacionales 3) los hechos que se realizan a través de la televisión, aquellos programas de la televisión que pueden adoptarla como medio de transmisión. La co-presencia de estas tres formas estructurarán el discurso que distingue a la tv. Hacia finales de los 70, Alberto Olmedo introdujo una variante que iría a tener importantes consecuencias en la percepción del espacio televisivo: empezó a bromear con los que estaban atrás de cámara. Acabó todo una tradición que había comenzado con nuestra televisión y que era una deuda con la tarea teatral: la cuarta pared que había ficcionalizado tanto un espacio televisivo como un espectador de ese espacio. Se produce la socialización de los aspectos que rodean la tarea televisiva como producción. De allí en más los hecho de televisión empezaron a ser tematizados progresivamente en el propio espacio de la tv. Se buscará no sólo familiarizar al televidente con la televisión sino mostrar a la tv como una gran familia y el edificio como la casa (a la manera que humaniza su aspecto revelando su cotidianidad familiar). Aquí se ubican muchos de los programas conversacionales. Este hablar sobre la televisión dispone un metalenguaje que va abarcando cada vez más espacio horario. La reflexión televisiva sobre el mundo exterior a sus estudios se canaliza a través de programas periodísticos-políticos. Programas conversacionales y la participación Ficcionalización de la participación social. La teoría que se impone es la del espectro; la sociedad es el espacio donde funciona un abanico de posibilidades que superan en complejidad a la participación de clases. (se toma un muestreo, por ejemplo programas femeninos) Esta teoría del espectro, se deja de lado en el terreno político, sustancialmente responde a la de los grupos sociales. El problema de la clase social a la cual pertenecen los telespectadores no interesa, todo lo nivela una clase media alta con expectativas ascendentes. En los programas que salen del piso a hacer campo, el lugar del periodista ante el esfuerzo solidario lo enceguece tanto que no puede articular palabra alguna sobre el problema de la desocupación. La tarea periodística se instala en una especie de laboratorio de estudios antropológicos culturales que trata de recuperar la cultura creada a partir de la nuevas situaciones pero que deja de lado las causas que les dieron origen, pendenciando hacia una convivencia amistosa. En los programas políticos se produce la ruptura de la teoría del espectro pero con el mismo objetivo de la aplicación de la lucha política en el espacio de las ideas. La ideología de la cordialidad No sólo la selección de los que participan en los programas conversacionales sugiere la ausencia de conflicto social, sino que la neutralización del mismo está presente desde algunos títulos de las emisiones con un gran espacio horario. La realidad televisiva contamina a los sujetos sociales. En ella se está más allá del bien y del mal. La participación en el discurso oficial Se pueden tomar cuatro ejemplos en los cuales el discurso democrático burgués de la participación tiene los mismos efectos que la propuesta participativa en la televisión: 1) Congreso como punto de referencia estructural e ideológico para los programas participativos de la televisión. Lugar del pluralismo y la participación que pierde de vista el funcionamiento social. 2) El plan austral. El “nosotros” incluía a total de la población cuando en realidad excluido el debate parlamentario, quienes habían decido el plan, conviertieron aquellos días en el culto de las actividades capitalistas. Las empresas y bancos llamaban a la participación desde los medios de comunicación disputándose el carácter de quién era de ellos el más austral. 3) Política cultural, la ideología que opera en las prácticas culturales auspiciadas desde el estado. La cultura percibida como espectáculo. “A solas”: la pose de un coloquio ingenuo Programa de hora y media, en un canal metropolitano que repite en el país. Es uno de los mejores ejemplos para advertir el funcionamiento de la televisión argentina en materia de programas conversacionales. Ficcionalización de la intimidad Estrategia del discurso Estrategia discursiva que impone el conductor y que sella su estilo de trabajo. Toda estrategia discursiva del progama está al servicio de la difusión de una determinada ideología que se relaciona con una tradición. Predominan los temas sociológicos, vulgarizados, las historias de las conductas de los pueblos.