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E L Master en Sexualidad Humana , organizado por la Universidad


Nacional de Educaci ó n a Distancia y la Fundación Universidad
Empresa , pretende dar respuesta a la demanda social , en materia de -
-
formación e información , educaci ón y orientación sexual. De esta forma, la
sociedad espa ñola tan carente y necesitada de este tipo de estudios
universitarios finalmente podrá acceder a una titulación académica. El
Master, dadas las características que comporta la Sexualidad , tiene un
contenido multidisciplinar. Así, psicólogos, antropólogos, médicos,
sociólogos, bi ólogos, pedagogos y otros profesionales dispondrá n de la
posibilidad de formarse con rigor y seriedad en un área de conocimiento
que hasta el presente se les había negado desde las instituciones.
S preciso analizar el riesgo que la sexualidad recibe bajo
1 ; el patriarcado. Sin embargo, ese trabajo no puede realizarse sin
abordar previamente un tem más general: la construcción /socialización del
* , ^
varón.- Este texto aporta una visi ón personal sobre el n úcleo del
comportamiento- masculino.
. *

íjJ ' • • — A segunda parte de este libro trata de las diversas formas en que la
1 é sexualidad, una esfera especialmente manipulate, es utilizada como
un arma arrojadiza altamente significativa para el mantenimiento de una .
situación que destaca por la inferioridad de poder del conjunto de las
;•


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mujeres frente á l conjunto de los varones. 1


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T OSEP-VICENT MARQUÉS (Valencia, 1943) es sociólogo y escritor..
J Ha enseñado Sociología en la Universidad de Valencia desde 1968 y, .
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entre su actividad period ística , destaca su sección semanal « Relaciones . \



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Personales», en El País durante seis años. Entre otros libros es autor de .

* y *

¿Qué hace el poder en la cama? ‘•O*


AQUEL OSBORNE, Master of Phylosophy por la Universidad * *
W.

i v de New York y doctora en Sociología por la Universidad Complutense


de Madrid . Trabaja en el Instituto de Estudios Sociales Avanzados (CSIQ.
Ha publicado numerosos artículos y diversos libros, entre estos últimos Las
mujeres en la encrucijada de la sexualidad (1989).
%

- I

,
9 I 788478 420513I
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PVP: 1000 mas .
1. NO SE NACE VARÓN de socialización o constitución social del género, los varones y las mu-
jeres manifiestan notables diferencias con respecto a las personas de
Hace ya más de tres décadas, Simone de Beanvoir escribía que «no su mismo séxo y notables coincidencias con respecto a personas del
se nace mujer» , indicando que las características ie las mujeres obser- otro sexo. Pero el sistema patriarcal se encargará de tratar a las perso-
vables no eran biológicas o innatas, sino efecto de un proceso de so- nas como si fuesen idénticas a las de su mismo sexo y muy diferentes
cialización orientado desde unas concepciones sociales determinadas. a las del opuesto.
La afirmación complementaria « no se nace varón» no ha sido estable- Pongamos algunos ejemplos: Un individuo varón puede ser poten-
cida o no lo ha sido con igual énfasis. Los varones en general dan por cialmente más o menos agresivo; pero, en primer lugar, se le educará
sentado que sus características se deben a algú n tipo de intrínseca mas- fomentando su agresividad y, en segundo lugar, independientemente
culinidad. Solamente a veces aluden al efecto de la educación de una de la mayor o menor agresividad que haya alcanzado, será tratado co-
manera periférica , por lo general para disculparse diciendo «tuve una mo si realmente tuviese la agresividad que la sociedad le atribuye al
educación machista» , pero dando a entender que ello afectó solamente prototipo masculino. El sistema no siempre logra hacer a los varones
a algunos aspectos de su ideología o simplemente de sus modales. Es como pretende; de modo que existe la posibilidad de que un sujeto con-
posible que muchos varones ilustrados tengan tácitamente esa concep - creto resulte da ñado por el sistema , en cuanto le exige una cualidad
que no posee; pero también que sea protegido por el mismo, en cuanto
ción: los hombres son tal como son y las mujeres tal como las ha he-
cho la sociedad. Esta concepción, sin duda paternalista, se corresponde le atribuye cualidades que no ha alcanzado. Volveremos a este punto.
con una determinada fase del proceso de aceptación de la igualdad en- Sigamos con los ejemplos. Que los varones tengan un promedio de
tro los sexos mantenidos por algunos hombres y mujeres. Tras un pre- un 50 % más de fuerza muscular que las mujeres no significa que to-
dominio de la idea de que las mujeres eran inferiores y además culpables do hombre sea más fuerte que cualquier mujer. Sin embargo, la socie-
se abrió paso la concepción de que las mujeres, siendo potencialmente dad patriarcal ha venido prohibiendo ciertas actividades a las mujeres
iguales a los hombres, no habr ían alcanzado el desarrollo de éstos, pe- y autorizándolas a los hombres independientemente de lo fuerte que
00 ro no por culpa de ellas, sino de la sociedad , represora y discrimina- fuese una mujer y de lo débil que fuese un hombre concreto. Suponga-
00
dora. Esta posición supone canonizar al varón, dando por sentado que mos que en el hogar de una pareja se oyen ruido que delatan la presen-
éste constituye la normalidad o plenitud del sujeto humano. cia de un intruso agresor. ¿Quién debe levantarse de la cama para hacerle
Sin embargo, el varón no es menos un producto social de lo que frente? Desde el punto de vista práctico, quien tenga mayor fuerza y
lo sea la mujer. Apenas identificado por sus genitales como varón el habilidad en el combate o ambos formando equipo. Sin embargo, la
recién nacido, la sociedad trata de hacer de él aquello que ella entien- sociedad patriarcal propone que sea el varón , aunque no tenga media
de por varón. Se trata de fomentarle unos comportamientos, de repri- bofetada.
mirle otros y de transmitirle ciertas convicciones sobre lo que significa No siempre consigue el patriarcado, insistimos, que los hombres
ser varón. Paralelamente, su ubicación en un colectivo situado en una sean muy diferentes de las mujeres o viceversa. El sistema se ocupa
posición de superioridad sobre otro colectivo, el de las mujeres, ali- entonces de que los sujetos no perciban como iguales situaciones o ac -
mentará su práctica con la perspectiva y pautas propias del grupo. titudes que si no son idénticas son muy parecidas. Lo que hacen las
El proceso de construcción social del varón supone una operación
con dos caras que pocas veces son explicitadas. De una parte, se redu-
mujeres es interpretado siempre como femenino y lo que hacen los hom
bres es interpretado siempre como masculino. Así ha habido casos de
-
cen las diferencias personales potenciales entre los individuos varo
nes tratando de uniformizar a estos en torno a un modelo de sujeto
- mujeres que al hacerse cargo de la corona han manifestado excelentes
cualidades de gobierno, pero la historia androcentrista no suele decir
masculino. De otra parte, se trata de aumentar las diferencias que to-
dos los varones podr ían tener con las mujeres , sometidas a un pareci-
do proceso de redución de diferencias individuales y homogenización
en torno a un modelo de sujeto femenino. Dicho de otra manera: ni
—de ellas que tenían aguda visión pol ítica o excelentes dotes de mando

cualidades oficialmente masculinas , sino que «supieron preservar
— —
el trono de su hijo» actitud maternal o femenina . Muchas actitu
des son, a ojos de un observador atento, ambiguas. Un gesto airado
-
los hombres son tan parecidos entre sí potencialmente, ni son poten -
cialmente tan diferentes de las mujeres. Aun después de sufrir el proceso
puede indicar tanto reprobable rabieta como noble indignación. La ru -
tina de la percepción patriarcal atribuirá el primer significado a un actor

40 41

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femenino y el segundo a un actor masculino, pues las mujeres son te- le reprimen o frustran aquellas actitudes o intereses que la sociedad
nidas como inestables emocionalmente y los hombres como serenos, patriarcal considera impropia del sexo del sujeto. De otra parte, se les
pero susceptibles respecto a su dignidad o irritables ante la justicia. fomentan y desarrollan aquellas que coinciden con el modelo patriar-
Resumamos: La sociedad patriarcal construye a varones y mujeres cal de lo que debe ser un hombre y una mujer.
a partir de la identificación de su sexo. No logra la reducción de las Los contenidos son, sin embargo, desiguales. Al varón en constru-
personas a dos únicos modelos: varón y mujer, pero las trata como si ción apenas se le amputan aquellas posibilidades que van en dirección
lo hubiese conseguido y evita que unos y otras sean conscientes de sus de lo que se le atribuye a las mujeres: Se le reprime y enseña a repri-
similitudes. Convendrá tener esto presente cuando nos dediquemos a mir la afectividad y el interés y competencia por todo aquello relativo
seguir el proceso de construcción del varón. al orden doméstico. Se le fomenta en cambio el interés por todo lo de-
mas, así como las cualidades o defectos de esfuerzo acumulativo, com -
petitividad , agresividad, organización y mando, intervención pú blica,
2. VARONES Y MUJERES. UNA FÓRMULA PROVISIONAL etc. Hasta fechas muy recientes a las mujeres se les reprimía o ampu -
taba todo lo que no se les fomentaba. Actualmente no se les reprime
¿Qué es, pues, un varón y una mujer socialmente hablando? Ofrez- expresamente la actividad laboral y pública, aunque sí que lleven «de -
camos una «fórmula» muy insatisfactoria, pero que puede resultar clara: masiado lejos» sus intereses. La ambición sigue siendo una cualidad
positiva o negativa segú n sea un varón o una mujer quien la posea.
Un varón es: Incluimos finalmente lo que llamamos consigna básica. Entende-
mos que más allá de lo que a todos los varones se les amputa y se les
—— una determinada combinación de posibilidades humanas;
menos aquellas posibilidades que se le han amputado a partir
fomenta, existe la transmisión de una idea o consigna básica íntima-
mente unida a la noción misma de identidad de género. Desarrollare-
de haberlo identificado como varón ; mos este punto ampliamente al reconstruir teóricamente el proceso de
00
(O
— más aquellas posibilidades que se le han fomentado a partir de
haberlo identificado como varón;
socialización del varón. De momento anticiparemos que la consigna
básica que se transmite a los varones es la de ser varón es ser impor -
— más una consigna básica que interioriza al identificarse como
varón.
tante. La consigna básica tradicional para la mujer ha venido siendo
.
la de ser mujer es ser para otros Evidentemente en nuestra época se
Simétricamente, aunque no con idénticos contenidos, una mujer es: ha suavizado la consigna básica a las mujeres, pero no nos incumbe
aquí hablar sobre las mujeres, sino sobre los varones.
—— una determinada combinación de posibilidades humanas;
menos aquellas posibilidades que se le han amputado a partir
Hasta aqu í el núcleo de la «fórmula» del hombre y de la mujer. De-
bemos completarla ahora con algunas características diferenciadoras
de su identificación como mujer; de unos y otros, que se aprenden quizás más tarde a consecuencia de
— más aquellas posibilidades que se le han fomentado a partir de
haberla identificado como mujer;
la pertenencia a grupos de sexo socialmente desiguales, esto es, domi-
nante el uno y dominado el otro; o al menos con diferente grado de
— más una consigna básica que interioriza al identificarse como
mujer.
acceso a todo aquello que se considera bienes.
A la «fórmula» del varón hay que añadirle, pues:

———
En primer lugar, hemos querido subrayar a la vez dos cosas: que
el campo de posibilidades humanas es ú nico, salvo en lo que al papel más la perspectiva y los modos de opresor o dominante;
reproductor atañe, que varones y mujeres tiene naturalmente las mis- más ciertos usos relativamente neutros propios del grupo;
mas posibilidades, que el sexo no determina más ni menos aptitudes más las formas colectivas de lamento del opresor .
o cualidades y, de otra parte, que cada sujeto independientemente de A la «fórmula» de la mujer hay que añadirle:
su sexo, tiene una combinación diferente de esas aptitudes.
En segundo lugar, subrayamos dos aspectos del proceso de sociali-
zación diferenciado que sufren hombres y mujeres. De una parte, se
— más los trucos y artimañas de adaptación a una situación de
ausencia de poder directo o abierto;

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—— más ciertos usos relativamente neutros propios del grupo;
más las formas espontá neas de protesta contra su situación.
tá neas de protesta que las de lamento. Aunque la protesta organizada
de las mujeres contra el patriarcado sea un hecho reciente, rastreando
en el comportamiento femenino pueden hallarse actitudes inconscien-
En ambas «fórmulas» se ha incluido la existencia de pautas adqui- tes de protesta, comenzando por el mismo sabotaje de las tareas do-
ridas a través de la pertenecia al colectivo masculino o femenino res- mésticas, siguiendo con las jaquecas, etc.
pectivamente. Sin embargo, pocas de esas pautas son accidentales o A través de esta «fórmula» , sujetos masculinos que podrían ser muy
neutras en el sentido de no estar marcadas por el carácter dominante diferentes entre sí y no muy diferentes de algunas mujeres llegan a pa-
o dominado del grupo. Que los varones filmen con la mano izquierda recerse y a tener un comportamiento relativamente oponible al de las
constituye un hábito de grupo posiblemente casual . Sin embargo, que mujeres. Y lo propio les ocurre a éstas. El proceso de construción so-
tradicionalmente los hombres se hayan expresado con un leguaje rudo cial de varones y mujeres no es mecánico ni siempre exitoso. No pre-
o soez no parece ser independiente del hecho de que se identifiquen tendemos afirmar que todos los hombres y todas las mujeres salgan
con el guerrero o el jefe. Entre los hábitos propios de los varones mu- troquelados de una forma idéntica, pero sí que todos y todas son ex-
chos traducen una perspectiva desde lo alto de la jerarquía social o cons- -
puestos a la acción de un mismo troquel . Dos varones llegan a dar res
tituyen modos propios de quien manda, aunque sólo sea sobre una mujer puestas diferentes a sus problemas, pero los problemas que a cada uno
les ha planteado el sistema patriarcal son los mismos, determinados
y unos ni ños. El gusto por la demostración o simulación de la fuerza
y el poder pertenecen a este tipo.
Aquellos usos de las mujeres que no parecen casuales son en bue-
na parte trucos o artimañas de adaptación. Privadas de libertad y de
problemas y no otros.

3. EL RESTO BIOLÓGICO MASCULINO Y FEMENINO


—í
poder las mujeres se han visto obligadas a obtener indirectamente al-
gú n alivio a su situación. Han generado formas de conseguir cosas
— muchas o pocas, razonables o no razonables, probablemente nunca Los lectores habrá n notado que en nuestra exposición de lo que es
o —
todas las cosas sin plantear abiertamente batalla. El ruego, la seduc-
ción, el halago o el chantaje sexual son algunos de esos trucos o arti-
o llega a ser un varón y lo que es o llega a ser una mujer no hemos
hablado para nada de las diferencias biológicas entre hombre y muje-
res. Ha sido deliberado. La tradición ideológica patriarcal pretende de-
mañas de adaptación. Algunos de ellos pueden ser considerados como
abominables mientras que otros constituyen alternativas muy válidas rivar las diferencias observables entre ciudadanos varones y ciudadanas
a las formas masculinas de hacer la cosas, pero no es esta la cuestión mujeres de las diferencias biológicas entre unos y otros. Empezar a
que aquí nos preocupa. hablar por lo biológico es caer en la trampa. Nuestra posición es la
En la «fórmula» masculina hemos incluido lo que llamamos «for- siguiente:
mas colectivas de lamento del opresor». Evidentemente un individuo 1. Las diferencias observables entre hombres y mujeres se deben
varón puede quejarse como le plazca, pero algunas formas tienen ca- fundamental y casi exclusivamente a factores culturales o sociales.
rácter colectivo. Que los varones estén en la situación dominante no Concretamente: a la existencia de un proceso de socialización diferen-
quiere decir que sean felices y que su situación con respecto a las mu- ciado que construye hombre y mujeres a partir del señalamiento como
jeres sea ventajosa no quiere decir que estén contentos con ello. Los varón o como hembra.
varones han creado «androceos» o lugaros donde refugiarse solos, ta-
les como el club inglés o rituales para hombres solos, como las excur- 2. No es sólo el proceso de socialización diferente, sino la desi -
siones de caza o las peñas futbolísticas. Por otra parte, cuando los
varones se quejan de un fracaso sentimental no dejan de hacerlo desde
gual posición de poder del colectivo masculino y del colectivo femeni
no lo que configura a hombres y mujeres como sujetos de tipo diferente
-.
la proclamación de algú n tipo de superioridad , siquiera sea puramente
moral, como evidenciar ía un análisis de las letras de las canciones.
La dialéctica entre el opresor y el aprimido, la experiencia vital dife-
renciada, desarrolla y consolida las pautas diferentes suministradas por
Probablemente existen también formas femeninas de lamento, pe - el proceso de socialización. Dicho de otra manera: las diferencias no
ro, a efectos de subrayar las diferencias entre la «fórmula» femenina se deben sólo a la propuesta social de ser diferentes , sino también a
y la «fórmula» masculina, nos interesa subrayar más las formas espon - la vivencia de ser desiguales .
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3. Las diferencias biológicas afectan solamente al papel en la re- lo activo, lo agresivo, lo que abre camino, etc. Esta especie de metá fo-
produció n y a todo aquello que se relacione con las diferencias anat ó- ra abusiva es a su vez dependiente de una lectura ideológica patriarcal
micas. Sin embargo , nada de esto es vivido inmediata o inocentemente del coito. El mismo acto podría ser definido a la inversa: la vagina es
por los sujetos , sino a través de la lectura que la sociedad , una socie- el principio activo, absorbente, captante, atrapador (como a veces apa-
dad patriarcal , hace del dato biol ógico. Una menstrución no se vive rece en las fantasías masculinas) .
sólo seg ú n los datos médicos , sino fundamentalmente a través de la 3. En un hipotético punto cero de inicio del patriarcado, los varo-
imagen que se tiene de ser mujer , de lo que se espera de la maternidad nes usurparon buena parte de lo que en sí mismo era neutro, definie-
y de la existencia o no en la sociedad de unas prácticas laborales que ron como masculino aquello que les interesó atribuirse y como femenino
obliguen a rendir igual todos los d ías. Un pene no se vive simplemen - lo que les dejaron a las mujeres. Al tiempo que se acotaban ciertos
te como un instrumento corporal m ás o menos apto para orinar y co- espacios como masculinos o femeninos, los varones se reservaron pa-
mo un conjunto de tejidos particularmente susceptible de ser estimulado ra sí todo aquello no inventariado que supusiese normalidad , poder o
placenteramente , sino como un símbolo de la pertenencia a un grupo control de la organización social , las cualidades aparentemente nece-
humano prestigioso y como un terreno de comparació n con otros va- sarias para la supervivencia del grupo y cualesquiera otras que, de una
rones . Apenas la biolog ía asoma , la cultura la pinta de algú n color . forma y otra , fueran definidas como importantes.
4. No se nos oculta el carácter radicalmente culturalista de nues- 4. Pese a esta trampa inicial , podemos hablar de « masculino y fe-
tra posició n . Puede que nos equivoquemos y que el peso de lo biol ógi
-
menino» en el sentido de aquello que histó ricamente ha sido m ás fre-
co sea mayor . Puede que hombres y mujeres tengan m ás diferencias cuente entre los hombre o entre las mujeres. Sin embargo, siempre que
basadas en la biología de las que creemos. Sin embargo , afirmamos hagamos esto, conviene que explicitemos el sentido en que utilizamos
que ello no podrá ser demostrado hasta que la sociedad deje de ser el té rmino, por ejemplo anteponiéndole los adverbios « históricamen-
patriarcal , ésto es, deje de empecinarse a atribuir aprior ísticamente te» o «socialmente» . Así es correcto decir: la compasi ón es una virtud
características diferentes a hombres y mujeres , para asignarles a con
-
históricamente femenina .
tinuación códigos diferentes de derechos y obligaciones .
5. Esta ú ltima utilización del té rmino, con todo, sigue planteando
Desde estas posiciones podemos abordar ahora qu é entendemos por problemas. Una cosa es que la sociedad haya atribuido a los varones
« masculino» y « femenino» . Hasta aqu í hemos utilizado estos t
é rminos determinada cualidad y otra que la haya poseído realmente. El discur-
como equivalentes a de los hombres
« » y «de las mujeres » simplemente . so patriarcal es un discurso glorificador de los varones. El estereotipo
( Exactamente en el mismo sentido en que al decir « un partido de f ú t - del varón incluye las características de inquieto, emprendedor o aven-
bol femenino» quer íamos decir solamente que se trataba de un partido turero, por ejemplo; sin embargo, ni siquiera en la discutible é poca
de f ú tbol entre mujeres y no que se jugase de una forma especial ) . de la colonización de América fueron mayoritarios los que se lanzaron
Sin embargo, en los usos habituales de ambos términos existen otros a la aventura. Conviene, pues, extremar la prudencia y hablar de «oficial -
significados cuya carga idol ógica conviene discutir: mente masculino» cuando queramos referirnos a algo que en realidad
es neutro y que los varones se atribuyeron , pero no necesariamente
1 . Nada es en sí mismo masculino o femenino. El sexo existe sólo practicaron o poseyeron .
en los seres vivos. Hombres y mujeres son personas con grado indivi-
dualmente variables de acceso a cualidades (y defectos) en s í mismo La cuestión de lo masculino y lo femenino ha venido removida por
neutros. dos propuestas recientes. La primera proviene de sectores moderada-
2. El error ideológico de considerar ciertas caracter ísticas como mente cr íticos con el machismo influidos por filosof ías orientales. Se-
masculinas o femeninas proviene de proyectar o extrapolar sobre te- g ún esta posición el varón debería asumir su parte femenina. Nada
rrenos diversos categorías relativas a la reprodución y a alguna de las que objetar a este mensaje en cuanto significa que el varó n debe expre-
actividades sexuales. Por abusiva extensi ón del papel del pene en la sar m ás su afectividad , aceptar situaciones de desarme y abandono o
reprodución , o más en general en el coito, se define lo masculino como interesarse por las pequeñas coas de la vida cotidiana. Sin embargo,

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esta posición sigue siendo patriarcal en cuanto no cuestiona lo que hay construción social del varón es una megalomanía o delirio de grandeza ,
de negativo en la « parte masculina» , esto es, las obsesiones y modos visto a través del sujeto individual se trata de una adhesión orgullosa
de grupo dominante. Es discutible también en cuanto que presupone perpetua.
que algo es en sí mismo masculino o femenino, perpetuando así la con - En vano reconstruiríamos lo que la sociedad entiende como un va-
fesión patriarcal. rón a partir de los roles que atribuye a los varones. La asignación de
En segundo lugar, asistimos a la reivindicación de «lo femenino» papeles laborales en razón del sexo anda bastante subvertida en las so-
por parte de algunos sectores feministas, concretamente el llamado «fe - ciedades actuales, y, sin embargo, los varones siguen identificándose
minismo de la diferencia». Se trataría de contraponer a la sociedad pa- como tales. Pero, además, si recorriésemos las estructuras de las so-
triarcal , gestionada por lo varones según pautas masculinas (histórica- ciedades conocidas encontraríamos que no hay ninguna actividad que
mente) de poder, uso de la fuerza , competitividad , etc. , una sociedad haya sido siempre atribuida a los varones. Ni siquiera ha sido constan-
basada en lo femenino, algo que puede ir desde la ternura al respeto te la atribución de características. Ha habido sociedades donde remen-
por la naturaleza , pasando por la seducción , la cooperación anónima dar, aunque sólo fuera las artes de pesca, ha sido considerado masculino
o discreta, etc. En esta propuesta podrían converger algunos sectores y sociedades donde mostrar agresividad ha sido considerado propio
ecologistas y antiautoritarios. Independientemente de que comparta-
mos la crítica a la sociedad patriarcal que lleva ésta propuesta consigo,
de mujeres. Y sin embargo, a lo único que nos conduce el estudió com -
creemos que no se puede reivindicar globalmente lo (históricamente)
parativo de roles y atributos es a la constatación de que lo que hacía-
mos antes, fuese lo que fuese, era considerado importante.
femenino, pues se encuentra allí no poca basura en medio del oro y,
Tal como hemos señalado antes, el proceso de socialización con-
si históricamente femenino es la paz o la persuasión, tambié n lo son
siste en fomentar ciertas posibilidades del individuo varón y amputar
el miedo, la apatía o la sumisión.
o reprimir otras. No vamos a considerar qué es lo que se reprime y
que es lo que se fomenta. Los lectores estarán familiarizados con la
-p> LA CONSIGNA BÁSICA idea de que en general se les reprime la afectividad y el interés por
DE LA CONSTRUCCIÓN SOCIAL DEL VARÓN lo íntimo y doméstico y se les fomenta todo aquello que sirva para con-
vertirse en sujeto pleno y exitoso de la vida social . Sin embargo, el
Ser varón , en la sociedad patriarcal , es ser importante. Esta im- fracaso del sujeto en conseguir los estándares deseados no provoca la
portancia se presenta con un doble sentido: por una parte , muy evi- rotunda descalificación del sujeto varón como varón socialmente cons-
dente , ser varón es ser importante porque las mujeres no son
importantes; en otro aspecto, ser varón es ser importante porque co- — —
tituido. Basta con que asuma de alguna manera luego veremos que
son fundamentalmente dos la importancia de ser varón. Por eso con-
munica con lo importante , ya que todo lo importante es definido como sideramos que se trata de la consigna básica.
masculino. En su aspecto de discurso megalómano, el discurso patriarcal Todo individuo varón parece haber sido informado de la importan-
sobre el varón « se olvida» de que la importancia de ser varón sólo cia/superioridad de ser varón a través de los siguientes procesos:
se debe a que las mujeres son definidas como no importantes.
Este es el n ú cleo de la construción social del varón . En el proceso a) Captación de la importancia del padre en el grupo doméstico.
de socialización diferenciado que recibe el recién nacido señalado co- b) Percepción del orgullo materno, de haber dado a luz un varón
mo varón , lo fundamental es que el sujeto asuma la importancia de o incluso de haberle dado un sucesor al padre.
ser varón . En la sociedad patriarcal , la identificación con el género c Probable trato preferente sobre las hembras.
)
masculino se da precisamente mediante la asunción o interiorización d) Refuerzo sexual de todo lo positivo que realiza. Un niño que
de esa consigna básica. No importa tanto el grado de aprendizaje de
pautas masculinas que haya alcanzado el sujeto como el que se adhiera
se come la papilla suele ser elogiado como « todo un hombreci
to» con más frecuencia que una ni ña como «toda una mujer».
-
orgullosamente al colectivo masculino. En el varón la identidad de gé- e) Alternativa entre ser «sobreexigido» por ser varón y ser discul -
nero es un espíritu de cuerpo. Si visto desde el lado del colectivo la pado reverencialmente por serlo.

48 áQ

v
f ) Captación a través de las personas próximas, familiares o no, -
He aquí, pues, al varón individual encarado con un Modelo Imagen
de sí mismo o del sexo al que orgullosamente pertenece.*Este Modelo-
de la importancia de los varones y de la mayor pluralidad y
vistosidad de las ocupaciones de los varones. Imagen le cumple dos funciones contradictorias:
g) Percepción , a través de los medios de comunicación, de que a) Refugio. En la medida en que el varón se siente a gusto con su
los roles interesantes, protagonistas, de mando o supervisión , sexo (un sexo que le ha tocado en suerte, pero que de alguna forma
importantes, son desempeñados por varones.
h) Percepción de una eventual estructura sobrenatural en la que
cree merecer), tan ilustre compañía le llena de orgullo, le ayuda a mos-
trarse altivo respecto a las mujeres y a cumplir con las obligaciones
la jerarquía má xima, Dios o Alá, aunque oficialmente defini-
do como espíritu , aparece, sin duda, como un personaje mas-
que tiende a considerar como propias de su sexo. Le ayuda a consolar -
se de sus miserias, ya que aunque todo varón es educado como jefe,
culino.
puestos de trabajo de jefes hay pocos y la mayoría sólo llegan a ser
Más adelante, la escuela, el barrio, el trabajo, las lecturas irá n con- jefes, cada vez más cuestionados, de una mujer y unos niños. Se con -
firmando ésta impresión de que ser varón es ser importante. Pero, ade- suela así el varón, mediante el orgullo corporativo masculino, de una
más es probable que su propio padre le haya dicho expresamente que forma no muy diferente a como un obrero norteamericano blanco se
forma parte de un prestigioso colectivo o vasta corporación, la de los alegra de no ser negro o a como un sujeto escasamente ágil y torpe
hombres. con la pelota, pero socio del Real Madrid , presume de los triunfos de
su equipo.
. b) Impugnación y angustia. Comparado con los grandes persona-
-
5 EL MODELO IMAGEN DEL VARÓN Y SU EFECTO
jes masculinos, el varón normal es muy poca cosa. La constatación
SOBRE LOS VARONES
de este hecho puede suponerle impugnarse a sí mismo. Pese a ser hom-
El sujeto varón va progresivamente siendo informado de que for- bre, no da la talla de ninguno de los grandes prototipos masculinos.
ma parte de un prestigioso grupo constituido en especial por las más Y aú n puede impugnarse más si pretende alcanzar las cualidades de
altas cimas de todas las actividades, no importa cuán diferentes sean todos ellos, ya que además de abundantes son contradictorias. Preten-
éstas. Prestigiosos o importantes personajes resultan ser sus colegas der ser agresivo como Napoleón y conquistador como Don Juan Teno -
o congéneres. Dios Padre, Jesucristo, el Papa, la media docena de re- rio, a la vez que justo como Dios Padre y protector de los débiles como
yes locales que recuerdo, Alejandro Magno, Julio César, Napoleón , el Coyote y además descubrir la vacuna contra el Sida, y escribir co-
Cervantes, Don Quijote, Julio Verne, Herná n Cortés , Búfalo Bill , In - mo García Má rquez es un programa excesivamente apretado. Ser va-
diana Jones, Superman, Butragueño, Ángel Nieto, Velázquez, Picas- rón es potencialmente estar condenado a la angustia.
so, Julio Iglesias, James Bond , El Cid, Severo Ochoa, Camilo José El grado en que un varón se consuela o se angustia ante el Modelo-
Cela, García Márquez, probablemente el alcalde, Franco, Alfonso Gue- Imagen es variable y depende de factores biográficos personales tanto
rra, Betthoven , Jack el Destripador , Hitchtcock, Severiano Balleste- como de circustancias sociales más amplias. Sin embargo, habrá que
ros, Don Juan Tenorio, Sid Vicious, Loud Reed , Manolo Escobar ,
el Demonio, el victorioso Ángel San Miguel ... son socios del mismo
hacer dos precisiones. En primer lugar, convendría fijarse en el carác
ter holgado del modelo. Al haber reservado el patriarcado para los va-
-
club al que pertenece el sujeto varón. rones la mayor cantidad de cualidades y ser éstas en buena parte
Como modelo, lo que se desprende de ésta y otra enumeración re- contradictorias, al varón se le ofrecen muchas posibilidades de identi-
ficarse con el modelo. Puede que no se sienta ftierte, pero sí inteligen
sulta contradictorio, pero como imagen no puede ser más brillante y
te y la inteligencia es oficialmente masculina. Puede que no se siente
-
la inmensa mayoría de los varones se siente complacida ante el hecho
de pertenecer a un colectivo tan extraordinario. Madame Curie, Isabel inteligente pero se siente audaz y la audacia es oficialmente masculi -
la Católica, Navratilova, la Virgen de las Angustias, Isidora Duncan , na. Puede que no se sienta audaz , pero se siente responsable y el senti
-
Santa Teresa, Marilyn Monroe, la maestra, Margaret Thatcher , y la do de la responsabilidad es oficialmente masculino. Puede que no se
madrastra de Blancanieves, no constituyen un conjunto tan importante. sienta responsable, sino gozador y juerguista y cierto tipo de desorden

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-
o de transgresión , son oficialmente parte del indómito carácter mascu- 6. SER YA IMPORTANTE Y TENER QUE SER IMPORTANTE
lino. Puede considerarse siempre o casi siempre «muy masculino» en
cualquier caso. Lo que hemos llamado consigna básica transmitida a los sujetos
Pongamos un ejemplo algo caricaturesco. Es sábado por la noche se alados como varones contiene no poca ambigüedad. Se trata de un
ñ
y, cuando Juan entra en una abarrotada discoteca , recibe un fuerte em- mensaje fundamentalmente tácito que al darle nosotros expresión he-
pujón de otro parroquiano. El empujón no le parece accidental y con- mos redactado de forma consecuentemente ambigua: «Ser varón es ser
testa con un vigoroso pu ñetazo al presunto agresor. A continuación importantes». Esta frase igual puede querer decir:
explica su conducta a sus acompañantes: «Y) a las buenas soy muy bueno,
pero a las malas... Porque yo soy un hombre y un hombre no debe
dejarse avasallar, pisotear, etc.». A Luis le ocurre lo mismo, pero no
— esSer varón es ya ser importante , de modo que quien es varón
importante por ese sólo hecho, que
tiene ganas de pelea, ya porque es pacífico, porque está de buen hu-
mor o porque se ha dado cuenta de que el presunto agresor es más
—s Ser varón obliga a ser importante , de modo que quien es varón
ólo si consigue ser importante llega a ser propia o plenamente
fuerte que él o va acompañado de matones. Elude toda respuesta y ex- varón.
plica a sus acompañantes: «Algunos confunden la hombría con el an- Ambos mensajes están presentes en el discurso patriarcal y no es
dar a golpes. Pero ser un hombre es precisamente mantenerse sereno esta la ú nica confiisión entre el ser y el deber ser que aparece en el
en cualquier circustancia. Dejarse llevar por la provocaciones es in- proceso de socialización del varón (como de otra manera en el de la
fantil e inmaduro». Dos comportamientos contrarios pueden tener, pues, mujer). En efecto, todo el proceso de socialización del niño señalado
la misma justificación verbal remitida a «lo masculino». Dos varones
de comportamiento opuesto pueden sentirse igualmente bien con el
como varón puede verse como un divertido esfuerzo de la sociedad por
Modelo-Imagen del varón. conseguir que lo que es, sea. Tras afirmar que la naturaleza hace a
(Los lectores pueden preguntarse por qué Juan y Luis tienen que los hombres y a las mujeres distintos, la sociedad patriarcal se empeña
representarse sus conductas a través o en relación con su condición de en hacerlos distintos como si desconfiase de la seriedad de la naturale-
w
varones y no a través de otra de sus características. No siempre es así. za. El niño varón es sospechoso (fundadamente sospechoso diríamos
Quizás algú n Juan tras el puñetazo diga: «Yo soy de Matalauva del Gor- nosotros) de no ser tan masculino como su «naturaleza masculina» le
gojo y los de Matalauva del Gorgojo somos así» , pero aun en este ca- configura. La cultura sería así una especia de prótesis de la naturale -
so, lo que está diciendo es probablemente que los varones de Matalauva za, demasiado débil ella en sus propósitos. Ante la dificultad evidente
del Gorgojo responden más al ideal de plenitud o esencialidad mascu- de reñirle a la naturaleza, se le riñe al niño.
lina que los de otras poblaciones. Por su parte, Luis hubiera podido Cualquier varón puede interiorizar la consigna básica de una de es-
decir sin más que el es de índole pacífica, pero es probable que quiera tas dos maneras que expresamos a continuación en forma de discurso
evitar toda confusión de pacifismo con cobardía, dado que la cobardía simulado:
es oficialmente femenina. Estamos aquí antes una de las claves del A) Ya soy importante: Afortunadamente he nacido en el lado bueno
comportamiento de los varones: Su identidad personal aparece ínti- de la moneda. Pertenezco a la mitad prestigiosa de la especie humana ,
mamente ligada a su identidad de género, de modo que la referencia a aquella que representa su plenitud de posibilidades y de realizacio-
-
expresa o tácita al Modelo Imagen es inevitable salvo un trabajo per- nes. Pertenezco al mismo sexo que quienes más han destacado en la
sonal autocrítico. En principio, también las mujeres son construidas política, la ciencia, las artes, la economía, el deporte, la guerra, la pa-
en la confusión entre identidad personal e identidad de género, pero
cificación... Puedo ser padre, como Dios. Me siento muy orgulloso.
desde siempre se han tenido que burlar las normas aplicadas a su gé
nero para hacer algo en la vida) . - Deberé estar rodeado de un respeto hacia mi persona, en particular
La segunda precisión que queremos hacer va en la dirección con - por parte de las mujeres, gente que no alcanza mi plenitud y dignidad .
-
traria, aquella en la que el Modelo Imagen impugna, cuestiona o crea
angustia al varón concreto. Para abordarla debemos volver a la cues
B) Debo ser importante: Soy varón. Pertenezco a un prestigioso
tión de la consigna básica: Ser varón es ser importante.
- colectivo. Eso obliga. Debo cumplir mis obligaciones como varón. Debo
también emular a los miembros más destacados de mi grupo o al menos
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destacar en algo. Como mínimo debo ser capaz de proteger , alimen - B) Varón en precario: El término «precario» designa jurídicamente
tar y orientar a una mujer y a los hijos que me dé. aquella posesión que alguien ostenta sin seguridad alguna , expuesta
a serle retirada en cualquier momento por el propietario. Una fuerte
Ambos discursos admiten muchas variantes , pero hemos pretendi-
do formularlos de forma poco caricaturesca.

interiorización del segundo mensaje de la consigna básica «puesto

que soy varón, debo ser importante» conduce a una vivencia de la
Nuestra tesis es que todos los varones reciben ambos mensajes y condición masculina en precariedad. El sujeto es permanentemente acu-
ciado por las múltiples excelencias y exigencias del Modelo-Imagen.
los interiorizan en proporciones variables. El primero es altamente gra-
Si no cumple con el modelo, si no logra ser importante, no merece
tificante y tranquilizador. El segundo es inquietante y empuja al va- a sus propios ojos ser varón. Puede que encuentre alguna forma fácil
rón hacia la angustia o hacia la represión sobreprotectora de las mujeres de identificarse con el modelo: su fortaleza f ísica , su sexualidad o su
y los niños. La sociedad patriarcal probablemente espera que los va- éxito profesional; pero si no es así, anda angustiado por demostrar en
rones interioricen ambos mensajes en alguna proporción que les con- los terrenos más dispares y aú n sorprendentes que es un varón, que
vierta en socios ú tiles del sistema. Un varón que tomase muy es digno de ser un varón, que es en algú n sentido importante. Proba-
literalmente el mensaje «Ya soy importante» , se negaría a trabajar co- blemente percibe como una agresión que las mujeres aparezcan hoy
mo asalariado o a luchar como soldado de a pie. dada su coincidencia en campos reservados antes a los varones , porque eso le priva de se-
de sexo con Rockefeler y Alejando Magno. Un varón que se tomase ñas de identidad masculina de la que se muestra hambriento Si el va-
demasiado en serio el mensaje «Debo ser importante» , podría ser peli- rón en propiedad puede ser un opresor tranquilo y seguro, el varón
groso, a no ser que se limitase a manifestar su importancia en los campos en precario puede ser un sujeto traumáticamente conflictivo con las
que efectivamente la sociedad le ha reservado para mostrar su pre- mujeres. Unas veces intentará protegerlas más allá de lo eventualmente

ponderancia, al menos hasta hace poco la familia o los «androceos» ,
donde el varón puede alcanzar gran reputación como el mejor caza-
— necesario, puesto que el papel de protector de mujeres es parte del
código de obligaciones masculinas. Otra veces entrará en tensa com-
£* dor, el que aguanta más bebiendo cazadla , el que más liga, el que la petición con ellas , pues , si bien puede aceptar ser derrotado por otro
tiene más larga y otras formas como los hombres gustan de manifestar varón, ser superado por una mujer le hace verse como deficientemen-
su importancia. te masculino, como indigno del honroso título de varón. El varón «en
Orientarse fundamentalmente por uno u otro mensaje supone asu- propiedad» no necesita « vencer» a las mujeres , porque ya es impor-
mir la condición masculina (o más exactamente la «masculiríidad» , que tante y da por sentado que las mujeres no lo son . En el límite, el varón
es como los varones perciben su condición imaginándola una esencia) «en precario» necesita convencerse en cada terreno y en cada momen-
de una de estas dos maneras: to de su superioridad sobre cada mujer.
A) Varón en propiedad: El sujeto no duda en absoluto de su con- Cualquiera de los dos mensajes es un mensaje que habla sobre im-
dición masculina puesto que, no sin algú n fundamento, considera que portancia en relación con el sexo, sobre si el sexo confiere u obliga
su identidad biológica es suficiente. Se da por enterado con satisfac
ción de que ser varón ya es ser importante. Del código de derechos
- a ser importante. De una u otra forma, como algo que ya se tiene,
o como algo que se debe alcanzar, ser varón remite antes que a la feli-
y obligaciones masculinas toma lo que le gusta o cree que le convie- cidad , la armonía, el goce, la libertad o la seguridad , a la demostra -
ne. No se considera obligado a demostrar nada. A fin de cuentas , el ción y obtención de la importancia. Dicho de otra manera: la
título de varón lo posee en propiedad y aquí «propiedad» tiene tanto construcción social del varón viene ligada a la noción de importancia.
el sentido habitual en derecho, como el de las ciencias naturales. En
la medida en que incorpora el mensaje de la importancia de ser varón
Lo que el varón no soporta es, pues , la ausencia de énfasis , trascen
dencia de sus acciones y aun de su propia persona.
-
pretenderá exigir de las mujeres determinadas prestaciones y reveren
cias, pero probablemente no entrará a disputar con ellas espacios so-
- Sin embargo, en alg ú n sentido, la importancia no es nada, puesto
que descansa simplemente sobre la linea divisoria que señala a la otra
ciales. Sus actos de dominación podrán ser abominables pero tendrá n mitad de la población como inferior, no importante o menos impor-
el carácter de lo que se hace desde la buena conciencia. tante porque las mujeres no lo son , es algo que el sistema propone,

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logrando que el varón pueda sumergirse en la escalada del pantano a las mujeres, el culto a la fuerza o el gusto por la transgresión, que
de la importancia . Desde esta perspectiva , quizás puedan formularse en los varones adultos aparece muy en segundo plano y sometido a
estos aforismos: «El varón es un loco megalómano que cree ser va- prudencias y renuncias, se muestra descarnado y con toda la falta de
rón. El varón es un loco masoquista que cree estar obligado a ser varón» . matices de una imitación mala e insegura. Constatemos simplemente
este hecho: el adolescente varón se inicia en la consolidación de los
modos masculinos a través de su versión más pobre. Esto es un aspec -
7. EL PACTO ENTRE VARONES Y EL TERRORISMO to interesante que merecería ser desarrollado.
DE LA PANDILLA La pandilla constituye la garantía o avalista de la masculinidad
del varón. Si es aceptado en el grupo de «tíos» es porque, no importa
A los lectores mínimamente familiarizados con las ciencias huma- cuán inseguro se sienta ante el Modelo-Imagen del varón, los demás
nas, no habrá que recordarles que el proceso de socialización abarca tíos lo reconocen como un tío. La pandilla es el escenario real o sim-
a más agentes, espacios , situaciones y tiempos que lo que comú nmen- bólico del pacto entre varones , Un pacto que explicitaríamos así:
te se entiende por educación. Así pues, el proceso por el que el sujeto Todo varón en algú n momento de su vida, y en particular en la
humano señalado como varón llega a desarrollar unas potencialida- adolescencia , se siente inseguro , duda de cumplir los requisitos del
des , a reprimir otras y a interiorizar la consigna de que ser varón es Modelo-Imagen, tiene miedo de no ser tan hombre como se espera de él.
ser importante, así como adquirir los modos masculinos , es más am- Y no le faltan buenas razones para ello: Aunque aú n esté en desa-
plio e incluye a más personajes que lo que se le dice en la casa y en rrollo, ya puede suponer que sus músculos no van a ser como los de
la escuela, por los padres o los maestros. Lo que ve sin que se le diga Sylvester Stallone ni como los del más fuerte de su barrio o de su cur -
o pese a lo que se le dice, lo que recibe de los medios de comunica- so, que sus dotes intelectuales no le van a permitir alcanzar el Premio
ción , lo que imita queriendo escapar a lo que se le dice en la casa y Nobel como Severo Ochoa ni las notas del empollón de su clase, que
en la escuela tiene especial importancia. Nos vamos a detener sóla- no va a lograr conquistas femeninas tan fáciles como las de James Bond,
etcétera. Debemos aclarar aquí que en la medida en que el sistema
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en mente en un importante agente socializador/constructor del varón: El
grupo de pares o iguales , o, más sencillamente, la pandilla de amigos
varones.
La pandilla de varones interviene crucialmente en el periodo de
— —
patriarcal equipara masculinidad con plenitud , la consigna sobre to
do vista desde a adolescencia no es tanto ser fuerte como ser el más
fuerte , ser listo como ser el más listo... El adolescente varón siente
-
la adolescencia en el que el varón, aunque ya informado durante la que no da la talla en ninguna de las medidas en que se le propone que
ni ñez de lo que es propio e impropio de un varón , se siente inseguro se mida, y mucho menos en el conjunto.
de su capacidad de convertirse en un auténtico varón, ya que, tiene Esta podría ser una excelente ocasión para que el varón se plantase
que romper con los hábitos de la niñez, no sólo porque ya no es un y dijese: «Soy sólo una persona, de sexo masculino, pero simplemen-
niño, sino porque todas la connotaciones de la niñez son oficialmente te una persona; pedidme como persona lo que creáis que deba dar de
femeninas. El grupo de iguales , la pandilla , tendrá una importancia mí, pero no me pidáis nada como varón; yo no tengo nada que yer
decisiva para él , precisamente porque su credibilidad es mayor que con el selecto círculo de sabios y asesinos , de héroes y de explotado-
la de la familia y la escuela (extremo este que nos encantaría desarro- res, de dioses y de demonios con el que queréis emparentarme por
llar). La pandilla de amigos varones le suministra una información apa- el solo hecho de tener el mismo tipo de genitales; no tengo nada en
rentemente no jerá rquica sobre como comportarse como un hombre contra de las mujeres , yo mismo hubiera podido ser mujer si no hu-
y su « utilidad» parece tanto mayor al sujeto cuanto que la conciencia biera sido por un azar genético , ni las temo ni deseo que me teman ;
de un cambio social acelerado hace percibir al padre y aú n a los varo
nes adultos como anticuados. La pandilla de varones no deja de estar
- no vengáis diciéndome cómo tengo que ser por ser varón cuando ven -
constituida por otros adolescentes igualmente inseguros respecto del
go observando que a la mayoría de los varones se les promete un rei -
no y luego se Ies da, si sé portan bien y hay suerte, un trabajo aburrido
grado en que han alcanzado la condición de varones/adultos. De ahí de cincuenta horas semanales más diez de transporte» . Evidentemente
que sus prácticas y discursos se centren en lo más espectacular , apa- el joven aprendiz de varón no dice eso, en parte porque no tiene la
rente, rudo y exagerado del comportamiento masculino. El desprecio perspectiva necesaria y , en parte , porque decir eso supone arriesgarse

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délo es el del ermitaño medieval , aislado del desierto y asediado por .
G Igualitario
imágenes sensuales tentadoras. En la sociedad actual puede aliarse con
el machista, por ejemplo suministrándole ideología, ya que el machis- Tipo de varón que en algún grado reconoce que la dominación mas-
ta suele ser más primario. Su odio y /o temor a las mujeres puede te- culina es injusta y trata de adoptar aptitudes igualitarias hacia las mu-
ner como antecedentes una fase anterior de idealización de las mismas. jeres. Carece de una teoría que le explique, sin embargo, lo que ha
(Esta idealización es igualmente efecto de la socialización patriarcal , sucedido y lo que debe suceder, por lo que, con frecuencia, se entrega
aspecto que no hemos tocado y al que nos referimos en el tema si- a alguna de estas actitudes: Sensación de derrota histórica, sentimien -
guiente). to de culpabilidad hacia las mujeres, irritación hacia la incompleta li-
beración de éstas o por la falta de consecuencia de algunas. A veces,
se aproxima al paternalismo en cuanto que da consejos a las mujeres
. sobre como deben liberarse. Otras veces se parece al cumplidor an-
E Cumplidor angustiado
gustiado en cuanto no sabe muy bien que hacer y teme que haga lo
que haga las mujeres lo criticará n.
Varón mal adaptado al sistema, ya que se toma demasiado en serio
el código de obligaciones masculinas y en particular la obligación de
ser importante. Angustiado por el esfuerzo de comportarse siempre 10. DESVIACIÓN Y DISCREPANCIA
«como un hombre» en el sentido de justiciero, protector, honrado, etc.
No puede llevarse bien con los varones porque les supone mayor faci- Ya hemos dicho que el proceso de socialización / construcción de
lidad para cumplir o mayor desvergüenza para hacer trampas. Los cam- varón tiene fallos y que los sujetos varones no salen de él exactamente
bios en la situación de la mujer, en teoría le beneficia, porque suponen como prevé el sistema. Algunos aparentes fallos del sistema parecen
una posibilidad de compartir cargas y responsabilidades; sin embar- funcionales al sistema mismo o al sistema socioeconómico con el que
go , los percibe con hostilidad porque suponen la pérdida de terrenos está implicado. Que, aunque educados como jefes, la mayor parte de
o> exclusivos donde reconocer su masculinidad o ganarla. Es quien más los varones resulten ser bastantes sumisos ante el Estado y el poder
cree en la excelsitud de ser varón , y por ello, aunque el sistema pa- económico, es algo que la reprodución de ambos sistemas, patriarcal
triarcal le perjudique, tiende a defenderlo a ultranza. y capitalista , probablemente necesita.
En otro casos, puede hablarse de sujetos concretos, más o menos
Los cinco tipos que hemos encontrado hasta ahora son tipos tradi- numerosos, que no responden a las características que el sistema es-
cionales, aunque hayamos señalado el impacto de la emancipación de
la mujer sobre el últü no. A continuación apuntamos dos tipos recientes:
pera de ellos. Varones sensibles, poco competitivos, pacifistas , inte -
resados por las pequeñas cosas asignadas a las mujeres, reacios a usar
la violencia con la mujer y los niños, desinteresado por el deporte,
F. Huidizo
-
incapaces de hallar satisfacción en la contratación de prostitutas , tími
dos, gustosos en cooperar con mujeres, sentimentales, ansiosos por
tratar con mujeres igual o más inteligentes que ellos , etc.
Tipo de varón que constata el progreso de la igualdad entre los se- A estas formas de desviación cabe añadir en nuestra cultura a los
xos y la relativa crisis del patriarcado, pero no se lo plantea conscien- varones de opción homosexual, en la medida en que la modalidad del
temente ni intenta modificar sus hábitos en consecuencia . Carece de patriarcado imperante en el occidente burgués proscribe la homose -
la ideología del paternalista, el machista, el misógino y el cumplidor xualidad , percibida precisamente como déficit de masculinidad. Con-
angustiado. Sabe que ya no es preciso adoptar los modos tradicionales tra la opinión comú n , no existe «el homosexual» , sino varones de
masculinos y , en consecuencia , conserva los que le conviene y adopta características psicológicas y actitudes muy diferentes cuya práctica
algunas pautas socialmente femeninas que le parecen interesantes. Tien - sexual se oriente exclusiva , preferente o esporádicamente hacia per -
de a rehuir la responsabilidad y el compromiso. En la práctica tiende sonas de su mismo sexo. Todos los intentos por encontrar una ú nica
a coincidir con el buscamadres . explicación psicológica o psicoanalítica a la opción homosexual han

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• W*M,
fracasado. Aunque desde la experiencia vital homosexual se han pro- güedad del patriarcado. (Muchos varones que no aceptarían comer ,
ducido aportaciones artísticas que tienen aspectos en com ú n y aunque vestir o defecar como en el paleol ítico apelan al origen paleol ítico del
los ghetos comerciales o los movimientos de liberación gay permiten patriarcado para exculpar sus actitudes hacia las mujeres).
hablar de una subcultura homosexual , no existe m tipo de varón ho- Se pueden apuntar las siguientes pautas:
mosexual. Ciertamente, por poner el ejemplo más significativo, es po-
1. Aunque los varones no gocen ya de los privilegios tradiciona-
sible que un varón de opción homosexual sea una persona más sensible
les del patriarcado, aún pueden desembarazarse gracias a él de las mo-
de lo que el sistema patriarcal espera de los varones , pero también
es posible que un varón de opción homosexual aprecia hasta el límite lestas tareas domésticas o de infraestructura de la vida cotidiana . Estas
tareas , engorrosas para todo el mundo pero en particular para quien
la rudeza oficialmente masculina y precisamente lo que más le guste
del encuentro homosexual sea la posibilidad de una rudeza sin preám- se piensa a sí mismo como importante u obligado a ser importante,
bulos. A los efectos que en este apartado nos interesan , incluiremos siguen siendo desempa ñadas por mujeres: si no la esposa o la madre,
la homosexualidad como una forma de desviación masculina del mo- las criadas y asistentas y personal asalariado femenino.
delo en la medida en que supone un resultado, o mejor dicho, un con- 2. Los varones temen oscuramente a las mujeres. Barruntan en ellas
junto de resultado diferentes de los pretendidos por el sistema. una superioridad natural que se convertiría en dominación si no estu-
En resumen: muchos varones no «salen» como el sistema patriar- viesen de algú n modo sujetas. La experiencia de inferioridad del niño
cal pretende. Sin embargo, esa desviación pocas veces se convierte respecto de la madre produce una atemorizada huella en la experien-
en discrepancia y menos todav ía en abierta rebeld ía organizada , o al cia de todo varón. De modo que para sentirse en condiciones de igual-
menos pública , contra el patriarcado. Los varones desviados se adap- dad con la mujer, el varón debe mirarla desde arriba.
tan , simulan (más aú n que los bien adaptados) , se quejan privadamen-
te, pero no impugnan lo supremacía masculina ni toman partido al lado 3. El problema radica en una confusión lógico-lingüística: Como
de la mujer . sólo se puede ser varón o mujer y se define lo uno como lo opuesto
No está hecho el inventario , pero probablemente la historia regis- a lo otro, los varones se consideran obligados a oponerse a las muje-
•vi
tre más casos de hombre libres que combatieron las esclavitud , de se- res y mantener una fuerte adhesión al conjunto masculino.
ñores feudales o arist ócratas que adoptaron posiciones burguesas , 4. La creencia patriarcal en la superioridad del varón , aunque de-
simpatizantes con los plebeyos o liberales , de blancos occidentales que bilitada , sigue proporcionando a los varones , en particular a quienes
denunciaron el racismo y el colonialismo y de burgueses de origen o ocupan los rangos inferiores de la escala socioeconómica la imagen
pequeños burgueses que abrazaron la causa del proletariado , que de compensatoria o consolatoria de pertenecer a un colectivo superior y
varones claramente alineados con la causa de la liberación de la mu- prestigioso.
jer . A ú n hoy aquellos varones que se pronuncian por la igualdad de
los sexos eluden condenar le sistema patriarcal: se limitan a criticar 5. La identidad personal no es un don de la sociedad . Se adquiere
el machismo , considerá ndolo prácticamente una anécdota propia de el título de sujeto aceptado en la medida en que se adquiere un desem-
una minoría de varones primarios o atrasados y se apresuran a distan- peño socialmente correcto del conjunto de roles masculinos o femeni-
ciarse del movimiento feminista (presentando este de paso a través de nos respectivamente, esto es, en la medida en que se adquiere una
sus posiciones más extremas caricaturizadas). identidad de género. Los varones tienden a creer que la renuncia a
Y , sin embargo , prácticamente todo varón sintió en algú n momen- la supremacía masculina acarrearía la pé rdida de la identidad del ge-
to, probablemente en el trá nsito de la niñez a la adultez , alguna vio- nero y con ella todo estatuto de persona. (Si las mujeres pueden ser
lencia del patriarcado. Y , sin embargo, muchos varones son , en como yo, entonces, ¿qué soy yo?). (La igualdad entre los sexos puede
realidad , varones desviados . Y , sin embargo, no está claro que el sis- acompañarse de fantasías de castración) .
tema patriarcal proporcione hoy a todos los varones un conjunto de
satisfacciones realmente sugerente. Creemos que las cinco hipótesis son én algú n grado correctas, pe-
Exploremos algunas posibles explicaciones a este terreno más all á ro nos parecen las dos últimas de mayor peso, de modo que el proble-
de la consabida apelación al peso de la educación recibida o a la anti- ma es insoluble a menos que se encuentre una identidad masculina de
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género no opresiva sobre las mujeres , lo que nos parece difícil , o que 2. En una reunión de varones alguien cuenta un chiste misó gino (en
se renuncie a toda identidad de género, conformándose con las muy el sentido amplio del t érmino ) . Algunos varones no son misó ginos ,
estimables identidades de persona y sexo . pero ríen el chiste . ¿ Por qué ?

3 . Un varón dice: « Prefiero salir por las noches a vender tabaco co-
mo una cerillera antes de que mi mujer tenga que trabajar» . ¿Qué
RESUMEN actitudes masculinas contradictorias se cruzan aquí ?

La única constante en el proceso de socialización del varón pa-


rece ser la referencia a la importada de ser varón. Algunos varo-
nes viven su identidad de sexo como una prerrogativa. Otros, como
una exigencia que puede llegar a ser angustiosa. El megalómano
Modelo-Imagen del varón es incumplible pero los varones fingen
parecerse a él con la ayuda o complicidad de sus iguales, de la pan-
dilla masculina. La amistad entre varones resulta así no ya fácil
sino necesaria; pero el precio que se paga es el de la insinceridad
y la superficialidad, ya que la relación entre varones está basada
en la simulación. No todos los sujetos masculinos «salen» de este
proceso hechos o formados de idéntica forma por el sistema pa-
triarcal; hay variantes y «errores» . Pero todos los varones tienden
-
4*
00
— —
a identificarse con el sistema patriarcal probablemente en
decadencia y una imagen de prestigio consoladora de sus miserias.

BIBLIOGRAFÍA

EL VIEJO TOPO , n. ° 43: «Dossier: ¿el macho en crisis?» . Barcelona, 1980 .


EL VIEJO TOPO, extra, n . ° 10: «Masculino, femenino, neutro» .
MARQUES , Josep-Vicent. : Curso elemental para varones sensibles y machistas re -
cuperables . Ed. Temas de Hoy . Madrid , en prensa .

PRUEBAS DE
AUTOCOMPROBACIÓN DE CONOCIMIENTOS

1 . « Hay cosas que no se le deben hacer a un hombre» , dicen a veces


muchos varones . ¿Por qué ?
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