Está en la página 1de 51

El tráfico de mujeres:

notas sobre la “economía política” J


del sexo*

Gayle Rubin

La literatura sobre las mujeres —tanto portante, el análisis de las causas de


feminista como antifeminista— es una opresión de las mujeres constituye la
larga meditación sobre la cuestión de base de cualquier estimación de lo que
la naturaleza y génesis de la opresión y habría que cambiar para alcanzar una
la subordinación social de las mujeres. sociedad sin jerarquía por géneros.
No es una cuestión trivial, puesto que Así, si en la raíz de la opresión feme-
las respuestas que se le den condicio- nina encontramos agresividad y ten-
nan nuestras visiones del futuro y dencia al dominio innato en los hom-
nuestra evaluación de si es realista o bres, el programa feminista requeriría
no la esperanza de una sociedad sexual- lógicamente ya sea el exterminio del
mente igualitaria. Lo que es más im- sexo delincuente o bien un programa
eugenésico para modificar ese carácter.
Si el sexismo es un producto secunda-
* Título original en inglés: “The Traffic rio del despiadado apetito de benefi-
in Women: Notes on the *Political Eco- cios del capitalismo, entonces se mar-
nomy” of sex”, publicado en: Reiter, chitaría en caso de una revolución
Rayana (comp.), Toward an Anthropo- socialista exitosa. Si la histórica derro-
logy of Women, Monthly Review Press, ta mundial de las mujeres sucedió a
Nueva York, 1975. Traducción de Stella manos de una rebelión patriarcal ar-
Mastrangelo, mada, es hora de que guerrilleras ama-

Nueva Antropología, Vol. VII, No. 30, México 1986


96 GAYLE RUBIN

zonas empiecen a entrenarse en los azúcar es azúcar” (Marx, 1971b, p.


Adirondacks.' 28). Podríamos parafrasear: ¿Qué es
Estaría fuera de los límites de este una mujer domesticada? Una hembra
trabajo hacer una crítica completa de de la especie. Una explicación es tan
algunas de las actuales explicaciones buena como la otra. Una mujer es una
populares de la génesis de la desigual- mujer. Sólo se convierte en doméstica,
dad sexual —teorías como la evolucio- esposa, mercancía, conejito de play-
nista popular ejemplificada en The Im- boy, prostituta o dictáfono humano
perial Animal, el supuesto derroca- en determinadas relaciones. Fuera de
miento de matriarcados prehistóricos, esas relaciones no es la ayudante del
o el intento de extraer todo sobre los hombre igual que el oro en sí no es
fenómenos de subordinación social del dinero. ¿Cuáles son, entonces, esas re-
primer volumen del Capital. En cam- laciones en las que una hembra de la
bio, quiero esbozar algunos elementos especie se convierte en una mujer opri-
de una explicación alternativa del pro- mida? El lugar para empezar a desen-
blema, redar el sistema de relaciones por el
En alguna ocasión, Marx pregun- cual las mujeres se convierten en presa
tó: “¿Qué es un esclavo negro? Un de los hombres está en las obras, que
hombre de la raza negra. Sólo se con- se superponen, de Claude Lévi-Strauss
vierte en esclavo en determinadas re- y Sigmund Freud. La domesticación
laciones. Una devanadora de algodón de las mujeres, bajo otros nombres,
es una máquina para devanar algodón. está largamente estudiada en la obra
Sólo se convierte en capital en deter- de ambos. Leyéndolas, se empieza a
minadas relaciones. Arrancada de esas vislumbrar un aparato social sistemáti-
relaciones no es capital, igual que el co que emplea mujeres como materia
oro en sí no es dinero ni el precio del prima y modela mujeres domesticadas

1 Reconocimiento es una palabra inade- White, Norma Diamond, Randy Reiter,


cuada para expresar hasta qué punto es- Frederick Wyatt, Anne Locksley, Juliet
te trabajo, como la mayoría, es produe- Mitchell y Susan Harding, por innumera-
to de muchas mentes. También es nece- bles conversaciones e ideas; Marshall
sario liberar a otros de la responsabili- Sahlins, por la revelación de la antropo-
dad de lo que por último es una visión logía; Lynn Eden, por su edición sardó-
personal de una conversación colectiva. nica, las integrantes de Women's Studies
Quiero liberar y agradecer a las siguien- 340/004, por mi iniciación en la ense-
tes personas: Tom Anderson y Arlene ñanza; Sally Brenner, por su heroísmo
Gorelick, coautores, junto conmigo, con la máquina de escribir, Susan Lowes,
del trabajo del que derivó éste; Rayna por su increíble paciencia, y Emma
Reiter, Larry Shields, Ray Kelly, Peggy Goldman, porel título.
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 97

como producto. Ni Freud ni Lévi- en especial, interpretación de las Escri-


Strauss vieron su propio trabajo a esta turas”. Por momentos, mi lectura de
luz, y ciertamente ninguno de ellos Lévi-Strauss y Freud es libremente in-
echó una mirada crítica al proceso que terpretativa, pasando del contenido
describen; por lo tanto, sus análisis y explícito de un texto a sus premisas y
descripciones deben ser leídos más o sus implicaciones. Mi lectura de algu-
menos como Marx leyó a los econo- nos textos psicoanalíticos está filtrada
mistas políticos clásicos que lo prece- por un lente aportado por Jacques
dieron (sobre esto, ver Althusser y Lacan, cuya propia interpretación de
Balibar, 1970: 11-69). Freud y Lévi- las escrituras freudianas tiene fuerte
Strauss son en cierto sentido análogos influencia de Lévi-Strauss.?
a Ricardo y Smith: no ven las implica- Más adelante volveré a un refina-
ciones de lo que están diciendo, ni la miento de la definición del sistema de
crítica implícita que su obra es capaz sexo/género, pero primero trataré de
de generar bajo un ojo feminista. Sin demostrar la necesidad de ese concep-
embargo, proporcionan los instrumen- to examinando el fracaso del marxis-
tos conceptuales con que podemos mo clásico en cuanto a la plena expre-
constituir descripciones de la parte de sión o conceptualización de la opre-
la vida social que es la sede de la opre- sión sexual. Ese fracaso deriva del he-
sión de las mujeres, las minorías se- cho de que el marxismo, como teoría
xuales y algunos aspectos de la perso- de la vida social, prácticamente no es-
nalidad humana en los individuos. He tá interesado en el sexo. En el mapa
llamado a esa parte de la vida social el del mundo social de Marx, los seres
“sistema de sexo/género”, por falta de humanos son trabajadores, campesinos
un término más elegante. Como defi- o capitalistas; el hecho de que también
nición preliminar, un “sistema de son hombres o mujeres no es visto
sexo/género” es el conjunto de dispo- como muy significativo. En contraste,
siciones por el que una sociedad trans- en los mapas de la realidad social tra-
forma la sexualidad biológica en pro- zados por Freud y Lévi-Strauss hay
ductos de la actividad humana, y en el
cual se satisfacen esas necesidades hu-
manas transformadas. 2 El movimiento entre el marxismo, el
El objeto de este ensayo es llegar a estructuralismo y el psicoanálisis no
una definición más desarrollada del produce algunos choques de epistemo-
sistema de sexo/género, por la vía de logías. En particular, el estructuralismo
una lectura algo idiosincrática y exegé- es un bote del que se salen Jos gusanos
tica de Lévi-Strauss y Freud. Empleo para recorrer todo el mapa epistemoló-
el término “exegética” deliberadamen- gico. Más que tratar de resolver este
te. El diccionario define “exégesis” problema, he ignorado prácticamente el
como “explicación o análisis crítico; hecho de que Lacan y Lévi-Strauss están

N.A. 30
98 GAYLE RUBIN

un profundo reconocimiento del lugar sus papeles de administradoras del


de la sexualidad en la sociedad, y de consumo familiar, etcétera.
las profundas diferencias entre la Sin embargo, algunos artículos
experiencia social de los hombres y la han intentado algo más ambicioso:
de las mujeres. ubicar la opresión de las mujeres en el
corazón de la dinámica capitalista se-
ñalandola relación entre el trabajo do-
MARX méstico y la reproducción de la mano
de obra (Benston, 1969; Dalla Costa,
No' hay ninguna teoría que explique 1972; Larguia y Dumoulin, 1972;
la opresión de las mujeres —en su infi- Gerstein, 1973; Vogel, 1973;Secombe,
nita variedad y monótona similaridad, 1974; Gardiner, 1974; Rowntree, M é
a través de las culturas y en toda la J., 1970). Hacerlo es colocar de lleno
historia— con nada semejante a la a las mujeres en la definición del capi-
fuerza explicatoria de la teoría marxis- talismo, el proceso en que se produ-
ta de la opresión de clase. Por eso, no ce capital mediante la extracción de
es nada sorprendente que haya habido plusvalía a la mano de obra por el
muchos intentos de aplicar el análisis capital.
marxista a la cuestión de las mujeres. En pocas palabras, Marx sostuvo
Hay muchas maneras de hacerlo. Se que el capitalismo se distingue de to-
ha sostenido que las mujeres son una dos los demás modos de producción
reserva de fuerza de trabajo para el por su objetivo Único: la creación y
capitalismo, que los salarios general- expansión del capital. Mientras que
mente más bajos de las mujeres pro- otros modos de producción pueden
porcionan plusvalía extra al patrón encontrar su objetivo en la fabricación
capitalista, que las mujeres sirven a los de cosas útiles para la satisfacción de
fines del consumismo capitalista en necesidades humanas, o en la produc-
ción de un excedente para una noble-
za dominante, o en una producción
que asegure sacrificios suficientes para
entre los más destacados ancestros vi- la edificación de los dioses, el capita-
vientes de la actual revolución intelec- lismo produce capital. El capitalismo
tual francesa (v. Foucault 1970). Sería es un conjunto de relaciones sociales
divertido, interesante y, si estuviéramos —formas de propiedad, etc.— en que
en Francia, imprescindible, iniciar mi ar- la producción adopta la forma de
gumentación desde el centro del laberin- conversión del dinero, las cosas y las
to estructuralista y abrirme camino des- personas en capital. Y el capital es una
de allí, siguiendo la línea de una “teoría cantidad de bienes o de dinero que, in-
dialéctica de las prácticas significativas” tercambiada por trabajo, se reproduce
(véase Hefner, 1974), y se aumenta a sí misma extrayendo
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 99

trabajo no pagado, o plusvalía, de la El capital entregado a cambio


mano de obra para sí misma. de fuerza de trabajo es conver-
tido en cosas necesarias, por
El resultado del proceso de cuyo consumo los músculos,
producción capitalista no es ni los nervios, los huesos y los
un mero producto (valor de cerebros de los trabajadores
uso) ni una mercancía, es decir, existentes se reproducen, y se
un valor de uso que tiene valor engendran nuevos trabajado-
de cambio. Su resultado, su res... el consumo individual
producto, es la creación de del trabajador, dentro del taller
plusvalía para el capital, y por o fuera de él, ya sea parte del
lo tanto la real transformación proceso de producción o no,
de dinero o mercancía en capi- es pues un factor de la produc-
tal. . .” (Marx, 1969: 399; sub- ción y reproducción del capi-
rayados en el original). tal, tanto como el limpiar la
maquinaria. .. (Marx, 1972:
El intercambio entre el capital y la 572).
mano de obra que produce plusvalía,
es decir, capital, es sumamente especí- Dado en individuo, la
fico. El trabajador recibe unsalario; el producción de fuerza de traba-
capitalista recibe las cosas que el tra- jo consiste en su reproducción
bajador ha hecho durante el tiempo de de sí mismo o su manteni-
su empleo. Si el valor total de las cosas miento. Para su mantenimien-
hechas por el obrero (o la obrera) su- to necesita determinada canti-
pera el valor de su salario, el capitalis- dad de medios de subsisten-
mo ha logrado su propósito. El capita- cia... La fuerza de trabajo
lista recupera el costo del salario más sólo se pone en acción traba-
un incremento: la plusvalía. Esto pue- jando. Pero con ello se consu-
de suceder porque el salario no es de- me una cantidad definida de
terminado por el valor de lo que el músculos, cerebro, nervios,
trabajador hace, sino por el valor de lo etc., humanos, y €s preciso
necesario para mantenerlo a él o a ella restaurarlos. .. (Ibid., p. 171).
con vida —para reproducirlo o repro-
ducirla día a día, y para reproducir La diferencia entre la reproducción
toda la fuerza de trabajo de una gene- de la fuerza de trabajo y sus produc-
ración a otra. Así, la plusvalía es la tos depende, por lo tanto, de la deter-
diferencia entre lo quela clase trabaja- minación de lo que hace falta para re-
dora en conjunto produce, y la canti- producir esa fuerza de trabajo. Marx
dad de ese total quese recicla hacia el tiende a hacer esa determinación en
mantenimiento dela clase trabajadora. base a la cantidad de mercancías —ali-

N.A. 30
100 GAYLE RUBIN

mentos, ropa, vivienda, combustible— que esa utilidad explica la génesis de la


necesaria para mantener la salud, la opresión de las mujeres es otra muy
vida y las fuerzas de un trabajador. distinta. Es precisamente en este pun-
Pero esas mercancías tienen que ser to que el análisis del capitalismo deja
consumidas antes de que haya susten- de explicar mucho sobre las mujeres
to, y no están en forma inmediata- y la opresión de las mujeres.
mente consumible cuando se adquie- Las mujeres son oprimidas en so-
ren con el salario. Es preciso realizar ciedades que ningún esfuerzo de ima-
un trabajo adicional sobre esas cosas ginación puede describir como capita-
antes que puedan convertirse en perso- listas. En el valle del Amazonas y en
nas: la comida debe ser cocida, las ro- las montañas de Nueva Guinea, a me-
pas lavadas, las camas tendidas,la leña nudo se utiliza la violación colectiva
cortada, etc. Por consiguiente, el tra- para mantener a las mujeres en su sitio
bajo doméstico es un elemento clave cuando resultan insuficientes los me-
en el proceso de reproduccióndel tra- canismos habituales de la intimidación
bajador del que se extrae plusvalía. masculina. “Domamos a nuestras mu-
Como en general son mujeres quienes jeres con el plátano”, dijo un hombre
hacen el trabajo doméstico, se ha ob- de Mundurucu (Murphy, 1959: 195).
servado que es a través de la reproduc- Los documentos etnográficos están
ción de la fuerza de trabajo que las llenosde prácticas cuyo efecto es man-
mujeres se articulan en el nexo de la tener a las mujeres “* en su sitio”? —cul-
plusvalía que es el sine qua non del tos de hombres, iniciaciones secretas,
capitalismo.? Se podría argumentar conocimientos masculinos arcanos,
además que puesto que no se paga sa- etc. Y la Europa feudal precapitalista
lario por el trabajo doméstico, el tra- estaba lejos de ser una sociedad donde
bajo de las mujeres en la casa contri- no había sexismo. El capitalismo reto-
buye a la cantidad final de plusvalía mó, y reorganizó, ideas del hombre y
realizada por el capitalista, pero expli- la mujer que eran muy anteriores. Nin-
car la utilidad de las mujeres para el gún análisis de la reproducción de la
capitalismo es una cosa, y sostener fuerza de trabajo en el capitalismo

Buena parte del debate sobre las mujeres


y el trabajo doméstico se ha centrado en ción no tiene importancia para la línea
la cuestión de si el trabajo doméstico es principal de la argumentación. El traba-
“productivo” o no. Hablando estricta- jo doméstico puede no ser “productivo”
mente, el trabajo doméstico ordinaria- en el sentido de producir directamente
mente no es “productivo” en el sentido plusvalía y capital y sin embargo ser un
técnico del término (I. Gough, 1972; elemento crucial en la producción de
Marx, 1969: 387-413). Pero esa distin- plusvalía y capital.
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 101

puede explicar el ligado de los pies, los de trabajo entra un elemento


cinturones de castidad ni ninguna de histórico y moral... (Marx,
las fetichizadas indignidades de la in- 1972, p. 171, subrayados
creíble panoplia bizantina, por no ha- míos).
blar de las más ordinarias, que se han
infligido a las mujeres en diversos lu- Es precisamente ese “elemento
gares y tiempos. El análisis de la repro- histórico y social” lo que determina
ducción de la fuerza de trabajo no ex- que una “esposa” es una de las necesi-
plica ni siquiera por qué son general- dades del trabajador, que el trabajo
mente las mujeres las que hacenel tra- doméstico lo hacen las mujeres y no
bajo doméstico, y no los hombres, los hombres, y que el capitalismo es
A esta luz es interesante volver al heredero de una larga tradición en que
examen de Marx de la reproducción las mujeres no heredan, en que las mu-
de la mano de obra. Lo que hace falta jeres no dirigen y en que las mujeres
para reproducir al trabajador es deter- no hablan con el dios. Es este ““elemen-
minado en parte por las necesidades to histórico y moral” el que propor-
biológicas del organismo humano, en cionó al capitalismo una herencia
parte por las condiciones físicas del cultural de formas de masculinidad y
lugar en que vive y en parte por la tra- femineidad. Es dentro de ese “elemen-
dición cultural. Marx observó que la to histórico y moral” que está subsu-
cerveza es necesaria para la reproduc- mido todo el campo del sexo, la
ción de la clase trabajadora inglesa, y sexualidad y la opresión sexual. Y la
el vino es necesario para la francesa. brevedad del comentario de Marx
destaca solamente la vastedad del área
. . el número y la extensión de la vida social que cubre y deja sin
de sus (del trabajador) supues- examinar. Sólo sometiendo al análisis
tas necesidades, así como los ese “elemento histórico y moral” es
modos de satisfacerlas, son en posible delinear la estructura de la
sí productos del desarrollo his- opresión sexual.
tórico, y por lo tanto depen-
den en gran medida del grado
de civilización de un país, y ENGELS
más en particular de las condi-
ciones en que, y por ende de Enel origen de la familia, la propiedad
los hábitos y el grado de co- privada y el estado, ve la opresión se-
modida en que, se ha formado xual como parte de la herencia del ca-
la clase de trabajadores libres, pitalismo de formassociales anteriores.
A diferencia pues del caso de Además, Engels integra el sexo yla
otras mercancías, en la deter- sexualidad en su teoría de la sociedad.
minación del valor de la fuerza Pero El origen es un libro frustrante:

N.A. 30
102 GAYLE RUBIN

igual que los tomosdel siglo XIX sobre Este pasaje indica un reconoci-
la historia del matrimonio y la familia miento importante: que un grupo hu-
a los que hace eco, por la evidencia mano tiene que hacer algo más que
que presente parece raro para un lec- aplicar su actividad a la reformación
tor que conozca obras más recientes del mundo natural para vestirse, ali-
de la antropología. Sin embargo, las mentarse y calentarse. Generalmente
limitaciones del libro no deben disi- llamamos al sistema por el cual los ele-
mular su considerable penetración, La mentos del mundo natural son trans-
idea de que las “relaciones de sexua- formados en objetos de consumo hu-
lidad” pueden y deben distinguirse mano la “economía”. Pero las necesi-
de las “relaciones de producción” no dades que se satisfacen por la activi-
es la menor de las intuiciones de dad económica, aun en el sentido más
Engels: rico y marxista del término, no agotan
los requerimientos humanos funda-
De acuerdo con la concepción mentales.
materialista, el factor determi- Un grupo humano tiene que
nante en la historia es, en últi- reproducirse a sí mismo de generación
ma instancia, la producción y en generación. Las necesidades de se-
reproducción de la vida inme- xualidad y procreación deben ser satis-
diata. Esto, a su vez, es de ca- fechas tanto como la necesidad de co-
rácter dual: por un lado, la mer, y una de de las deducciones más
producción de los medios de obvias que se pueden hacer de los da-
existencia, de alimento, vesti- tos de la antropología es que esas ne-
do, abrigo y las herramientas cesidades casi nunca se satisfacen en
necesarias para esa produc- una forma “natural”, lo mismo que la
ción; por el otro, la pro- necesidad de alimento. El hambre esel
ducción de los seres humanos hambre, pero lo que califica como ali-
mismos, la propagación de la mento es determinado y obtenido cul-
especie, turalmente. Toda sociedad tiene alguna
forma de actividad económica organi-
La organización social en zada. El sexo es el sexo, pero lo que
que vive la población de califica como sexo también es deter-
determinada época histórica y minado y obtenido culturalmente.
determinado país es determi- También toda sociedad tiene un siste-
nada por ambos tipos de ma, de sexo-género —un conjunto de
producción: por la etapa de disposiciones por el cual la materia
desarrollo del trabajo por un prima biológica del sexo y la procrea-
lado y de la familia por ción humanos es conformada por la
el otro... (Engels, 1972, pp. intervención humana y social y satisfe-
71-72; subrayados mios). cha en una forma convencional, por
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 103

extrañas que sean algunas de las con- del campo dela vida social que quiero
venciones.* llamar sistema de sexo/género.
El reino del sexo, el género y la Se han propuesto otros nombres
procreación humanos ha estado some- para el sistema de sexo/género. Las al-
tido a, y ha sido modificado por, una ternativas más comunes son “modo de
incesante actividad humana durante reproducción” y “patriarcado”. Puede
milenios. El sexo tal como lo conoce- ser una tontería discutir por las pala-
mos —identidad de géneros, deseo y bras, pero estos dos términos pueden
fantasías sexuales, conceptos de la in- conducir a la confusión. Las tres pro-
fancia— es en sí un producto social. puestas se han hecho con el fin de in-
Necesitamos entenderlas relaciones de troducir una distinción entre sistemas
su producción, y olvidar por un mo- “económicos”. y sistemas “sexuales”,
mento la alimentación, el vestido, los y para indicar que los sistemas sexua-
automóviles y los radios de transisto- les tienen cierta autonomía y no siem-
res. En la mayor parte de la tradición pre se pueden explicar en términos de
marxista, e incluso en el libro de En- fuerza económicas. “Modo de repro-
gels, el concepto de “segundo aspecto ducción”, por ejemplo, se ha propues-
de la vida material” ha tenido a des- to en oposición al más familiar “modo
vanecerse en el fondo, o a ser incorpo- de producción”. Pero esa terminología
rado a las nociones habituales de la vincula la “economía” con la produc-
“vida material”. La sugerencia de En- ción, y el sistema sexual con la ““repro-
- gels nunca ha sido seguida y sometida ducción”, y reduce la riqueza de am-
al refinamiento que necesita. Pero él bos sistemas, puesto que en los dos
indica la existencia y la importancia tienen lugar “producciones” y repro-

% El hecho de que algunas sean bastante relación institucionalizada con el amigo-


raras desde nuestro punto de vista sólo hermano de su marido. Las socias del
demuestra que la sexualidad se expresa a hombre incluyen a su esposa, la esposa
través de la intervención de la cultura de su amigo-hermano y la esposa del hi-
(Ford y Beach, 1972). Los exotismos én jo de su amigo-hermano (Thurnwald,
que se deleitan los antropólogos ofrecen 1916). Las relaciones sexuales múltiples
muchos ejemplos. Entre los banaro, el son una costumbre muy pronunciada
matrimonio implica varias sociedades entre los marind-anim. Al casarse, la
sexuales socialmente sancionadas. Al ca- novia tiene relaciones con todos los
sarse, la mujer es iniciada en la relación miembros del clan del novio, siendo el
sexual por el amigo-pariente del padre novio el último. Toda fiesta importante
de su novio, Después de tener un hijo es acompañada por una práctica llamada
de ese hombre empieza a tener relacio- otiv-bombari, en que se reúne semenpa-
nes con su marido, También tiene una ra fines rítuales. Unas pocas mujerestie-

N.A.30
104 GAYLE RUBIN

ducciones”, Todo modo de produc- mantienen el sexismo de otras fuerzas


ción incluye reproducción: de herra- sociales, como el capitalismo. Pero el
mientas, de mano de obra y de relacio- uso de “patriarcado” oculta otras dis-
nes sociales. No podemosrelegar todos tinciones.
los multifáceticos aspectos de la repro- Ese uso es análogo al uso de
ducción social al sistema sexual. El “capitalismo” para referirse a todos
reemplazo de la maquinaria es un los modos de producción, cuando la
ejemplo de reproducción en la econo- utilidad del término “capitalismo” re-
mía. Por otro lado, no podemoslimi- side justamente en que distingue entre
tar el sistema sexual a la “reprodue- los distintos sistemas por las cuales las
ción”, ni en el sentido biológico del sociedades se organizan y aprovisionan.
término ni en el social. Un sistema de Toda sociedad tiene algún tipo de
sexo/género es simplemente el mo- “economía política”: ese sistema
mento reproductivo de un “modo de puede ser igualitario o socialista: pue-
producción”. La formación dela iden- de estar estratificado por clases, en cu-
tidad de género es un ejemplo de pro- yo caso la clase oprimida puede ser de
ducción en el campodel sistema secual. siervos, de campesinos o de esclavos.
Y un sistema de sexo/género incluye La clase oprimida puede ser también
mucho más que las “relaciones de de asalariados, en cuyo caso el sistema
procreación”, la reproducción en sen- es propiamente “capitalista”. La fuer-
tido biológico. za del término reside en su implica-
El término “patriarcado” se intro- ción de que, en realidad, hay al-
dujo para distinguir las fuerzas que ternativas al capitalismo.

nen relaciones con muchos hombres, y


el semen resultante se junta en cobetas mas simbólicos contienen contradiccio-
de cáscara de coco, El varón marind es nes internas cuyas extensiones lógicas a
sometido a múltiples relaciones homo- veces conducen a la inversión de las pro-
sexuales durante su iniciación (Van Baal, posiciones en que el sistema se basa. En
1966). Entre los etoro, las relaciones he- New Britain, el miedo de los hombres al
terosexuales están prohibidas entre 205 sexo es tan extremo que son ellos quie-
y 260 días por año (Kelly, 1974). En nes temen ser violados, no las mujeres.
buena parte de Nueva Guinea los hom- las mujeres corren detrás de los hombres,
bres tienen miedo de la cópula y piensan quienes huyen de ellas, las mujeres son
que los matará si la practican sin precau- las agresoras sexuales, y son los novios
ciones mágicas (Glasse, 1971; Meggitt, los renuentes (Goodale y Chowning,
1970), Generalmente tales ideas de con- 1971), Otras interesantes variaciones se-
taminación femenina expresan la subor- xuales pueden encontrarse en Yalmon
dinación de las mujeres, pero los siste- (1963) y K. Gough (1959).
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 105

Del mismo modo, toda sociedad bio, conocimientos ritual y diversos


tiene algunos modos sistemáticos de procedimientos de iniciación. El pa-
tratar el sexo, el género y los bebés. triarcado es una forma específica de
Ese sistema puede ser sexualmente dominación masculina, y el uso del
igualitario, por lo menos en teoría, o término debería limitarse al tipo de
puede ser “estratificado por géneros”, pastores nómadas como los del
como parece suceder con la mayoría o Antiguo Testamento de que proviene
la totalidad de los ejemplos conocidos, el término, o a grupos similares.
Pero es importante —aun frente a una Abraham era un Patriarca: un viejo
historia deprimente— mantener la dis- cuyo poder absoluto sobre esposas,
tinción entre la capacidad y la necesi- hijos, rebaños y dependientes era un
dad humana de crear un mundosexual, aspecto de la institución paternidad,
y los modos empiricamente opresivos tal como se definía en el grupo
en que se han organizado los mundos social en quevivía,
sexuales. El término patriarcado sub- Cualquiera que sea el término que
sume ambos sentidos en el mismo tér- utilicemos, lo importante es desarro-
mino. Sistema de sexo/género, por llar conceptos para describir adecuada-
otra parte, es un término neutro que mente la organización social de la se-
se refiere a ese campo e indica que en xualidad y la reproducción de las con-
él la opresión no es inevitable, sino venciones de sexo y género. Necesita-
que es producto de las relaciones so- mos continuar el proyecto que Engels
ciales específicas que lo organizan, abandonó cuando ubicó la subordina-
Finalmente, hay sistemas estratifi- ción de las mujeres en un proceso den-
cados por género que no pueden des- tro del modo de producción.* Para ha-
cribirse correctamente como patriarca- cerlo, podemos imitar a Engels en el
les, Muchas sociedades de Nueva método, no en los resultados. Engels
Guinea (enga, maring, bena-bena,huli, enfocó la tarea de analizar “el segundo
meélpa, kuma, gahuku-gama, fore, aspecto de la vida material” por la vía
marindanim y ad nauseam; —Bernat,
1962; Langness, 1967; Rappaport,
1975; Read, 1952; Meggitt, 1970; Engels pensaba que los hombres adqui-
Glasse, 1971; Strathern, 1972; Reay, rieron la riqueza en forma de rebaños
1959; Van Baal, 1966; Lindenbaum, y al querer transmitir esa riqueza a sus
1973—) son perversamente opresivas hijos anularon el “derecho materno”
para las mujeres, pero el poder de los en favor de la herencia patrilineal. “El
hombres en esos grupos no se basa en derrocamiento del derecho materno fue
sus papeles de padres o patriarcas, sino la derrota histórica mundial del sexo
en su masculinidad adulta colectiva, femenino, El hombre tomó el mando en
encarnada en cultos secretos, casas de el hogar también; la mujer fue degrada-
hombres, guerra, redes de intercam- da y reducida a la servidumbre; se con-

N.A. 30
106 GAYLE RUBIN

del examen de una teoría de los siste- otra mujer, y ser marido de la esposa y
mas de parentesco. Los sistemas de pa- padre de sus hijos, aunque no sea el
rentesco son y hacen muchas cosas, inseminador (Evans-Pritchard, 1951,
pero están formados por, y reprodu- pp. 107-09).
cen, formas concretas de sexualidad En sociedades preestatales, el pa-
socialmente organizada. Los sistemas rentesco es el idiomadela interacción
de parentesco son formas empíricas y social que organiza la actividad eco-
observables de sistemas de sexo/gé- nómica, política y ceremonial, además
nero. de sexual. Los deberes, las resposabili-
dades y los privilegios de un individuo
frente a otros se definen en términos
PARENTESCO (sobre el papel que del mutuo parentesco o falta de él, El
desempeña la sexualidad en la transi- intercambio de bienes y servicios, la
ción del mono al “hombre””) producción y la distribución, la hosti-
lidad y la solidaridad, los rituales y las
Para el antropólogo, un sistena de pa- ceremonias, todo tiene lugar dentro de
rentesco no es una lista de parientes la estructura organizativa del parentes-
biológicos. Es un sistema de categorías co. La ubicuidad y la eficacia adaptiva
y posiciones que a menudo contradicen del parentesco ha lievado a muchos
las relaciones genéticas reales. Hay do- antropólogos a considerar que su in-
cenas de ejemplos en que posiciones vención, junto con la invención del
de parentesco socialmente definidas lenguaje, fueron los hechos que marca-
son más importantes quelas biológicas. ron decisivamente la discontinuidad
Un caso notorio es la costumbre nuer entre los homínidos semihumanos y
del “matrimonio de mujer”: los nuer los seres humanos (Sahlins, 1960; Li-
definen la paternidad como pertene- vingstone, 1969; Lévi-Strauss, 1969).
ciente a la persona en cuyo nombre se Si bien la idea de la importancia
da la dote en ganado para la madre. del parentesco goza del status de un
Así, una mujer puede estar casada con principio fundamental en la antropo-
logía, el funcionamiento interno de
los sistemas de parentesco son desde
virtió en esclava de la lujuria del hombre hace mucho tiempo objeto de unain-
y mero instrumento para la producción tensa controversia. Los sistemas de pa-
de hijos'? Engels, 1972, 120-21; subra- rentesco varían ampliamente de una
yado en el original), Como se ha señala- cultura a otra. Contienen toda clase de
do con frecuencia, las mujeres no nece» normas sorprendentes que rigen con
sariamente tienen una autoridad social quién puede uno casarse o no, Su
significativa en las sociedades que practi- complejidad interna da vértigo. Los
can la herencia matrilineal (Schneider y sistemas de parentesco provocan desde
Gough, 1962). hace décadas a los antropólogosa tra-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 107

tar de explicar los tabús del incesto, el tracto y sin género, Por el contrario,
matrimonio entre primos cruzados, los en la obra de Lévi-Strauss el sujeto hu-
términos de descendencia, las relacio- mano es siempre hombre o mujer, y
nes de intimidad forzada o prohibida, por lo tanto es posible seguir los diver-
los clanes y las secciones, los tabúes gentes destinos sociales de los dos se-
sobre nombres —todo el catálogo de xos. Como para Lévi-Strauss la esencia
elementos que se encuentra en las des- de los sistemas de parentesco está en
cripciones de los sistemas de parentes- el intercambio de mujeres entre los
co concretos. En el siglo XIX, varios hombres, implícitamente construye
pensadores intentaron escribir descrip- una teoría de la opresión sexual. Es
ciones generales de la naturaleza y la justo que el libro esté dedicado a la
historia de los sistemas sexuales huma- memora de Lewis Henry Morgan.
nos (Fee, 1973). Uno de ellos fue
Lewis Henry Morgan, con La sociedad
antigua, el libro que inspiró a Engels “VIL Y PRECIOSA MERCANCIA”
para escribir El origen de la familia, la Monique Wittig
propiedad privada y el estado, la
teoría de Engels se basa en la descrip- Las estructuras elementales del paren-
ción de Morgan del parentesco y el tesco es una afirmación grandiosa so-
matrimonio. bre el origen y la naturaleza de la so-
Al retomar el proyecto de Engels ciedad humana. Es un tratado sobre
de extraer una teoría de la opresión los sistemas de parentesco de aproxi-
sexual del estudio del parentesco, te- madamente un tercio del globo etno-
nemos la ventaja de la maduración de gráfico, y más fundamentalmente es
la etnología desde el siglo XIX. Ade- un intento de discernir los principios
más tenemos la ventaja de un libro estructurales del parentesco. Lévi-
peculiar y particularmente apropiado, Strauss argumenta que la aplicación de
Las estructuras elementales del paren- esos principios (resumidos en el últi-
tesco de Lévi-Strauss, que es la más mo capítulo de Las estructuras ele-
atrevida versión del siglo XX del pro- mentales) a los datos sobre el paren-
yecto del XIX de entender el matri- tesco revela una lógica inteligible en
monio humano. Es un libro en que se los tabúes y las reglas matrimoniales
entiende explícitamente el parentesco que han sorprendido y confundido a
como una imposición de la organiza- los antropólogos occidentales. Cons-
ción cultural sobre los hechos de la truye un juego de ajedrez de tal com-
procreación biológica. Está impregna- plejidad que no es posible resumirlo
do por la conciencia de la importancia aquí, pero dos de sus piezas sonparti-
de la sexualidad en la sociedad huma- cularmente importantes para las muje-
na, es una descripción de la sociedad res: el “regalo” y el tabú del incesto,
que no asume un sujeto humano abs- cuya doble articulación constituye

N.A.30
108 GAYLE RUBIN

su concepto del intercambio de hermano de su esposa (Malinowski,


mujeres. 1929). Como ese procedimiento pare-
Las estructuras elementales es en ce ser inútil desde el punto de vista de
parte un comentario revolucionario de la acumulación o el comercio, se ha
otra famosa teoría de la organización buscado su lógica en alguna otra cosa.
social primitiva, Essay on the Gift de Mauss propuso quela significación de
Mauss (ver también Sahlins, 1972, hacer regalos es que expresa, afirma o
cap. 4). Mauss fue el primero en teori- crea un vínculo social entre los parti-
zar la significación de uno de los ras- cipantes en un intercambio. El hacer
gos más notables de las sociedades pri- regalos confiere a sus participantes
mitivas: la medida en quedar, recibir una “relación especial de confianza,
y devolver regalos domina las relacio- solidaridad y ayuda mutua. En la
nes sociales. En esas sociedades circu- entrega de un regalo se puede solicitar
lan en intercambio toda clase de co- una relación amistosa; su aceptación
sas: alimentos, hechizos, rituales, pala- implica disposición a devolver el
bras, nombres, adornos, herramientas regalo y confirmación de la relación.
y poderes. El intercambio de regalos puede ser
también el lenguaje de la competencia
Tu propia madre, tu propia y la rivalidad; hay muchos ejemplos en
hermana, tus propios puercos, que una persona humilla a otra
tus propios camotes que has dándole más de lo que ésta puede
apilado, no los puedes comer, devolver, Algunos sistemas políticos,
Las madres de otros, las her- como los sistemas de Gran Hombre de
manas de otros, los puercos de las montañas de Nueva Guinea, se
otros, los camotes de otros basan en un intercambio que es
que ellos han apilado, los pue- desigual en el plano material. Un
des comer. (Arapesh, cita en aspirante a Gran Hombre tiene que
Lévi-Strauss, 1969, p. 27). dar más bienes de los que pueden de-
volverle; lo que obtiene a cambio es
En unatransacción de regalos típi- prestigio político.
ca, ninguna de las partes gana nada. Aunque tanto Mauss como Lévi-
En las islas Trobriand, cada casa man- Strauss destacan los aspectos solidarios
tiene un huerto de camotes y todas las del intercambio de regalos, los otros
casas comen camotes, pero los camo- propósitos posibles del hacer regalos
tes cultivados por la casa y los camotes refuerzan el punto de que es un medio
que come no son los mismos. En la omnipresente de comercio social.
época de la cosecha, el hombre manda Mauss propuso que los regalos eran los
los camotes cultivados por él a la casa hilos del discurso social, los medios
de su hermana, mientras que la casa por los que esas sociedades se mante-
en que vive es aprovisionada por el nían unidas en ausencia de institucio-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 109

nes gubernamentales especializadas, de ese otro hombre. .. La mu-


“El regalo es la forma primitiva de lo- jer que uno no toma, por eso
grar la paz que en la sociedad civil se mismo, la ofrece. (Lévi-Strauss,
obtiene por medio del estado, ., Al 1969, p. 51)
componerla sociedad, el regalo fue la
liberación de la cultura...” (Sahlins, La prohibición del incesto no
1972, pp. 169-175). es tanto una regla que prohibe
Lévi-Strauss añadió a la teoría de el matrimonio con la madre,
la reciprocidad primitiva la idea de hermana o hija, como una re-
que el matrimonio es una formabásica gla que obliga a dar a otro la
de intercambio de regalos, en que las madre, la hermana o la hija. Es
mujeres constituyen el más precioso la suprema regla del regalo...
de los regalos. Sostiene que el mejor (Zbid., p. 481).
modo de entender el tabú del incesto
es como un mecanismo para asegurar El resultado del regalo de una mu-
que tales intercambios tengan lugar jer es más profundo que el de otras
entre familias y entre grupos. Como transacciones con regalos, porque la
la existencia del tabú del incesto es relación que se establece no es sólo de
universal, pero el contenido de sus reciprocidad sino de parentesco. Los
prohibiciones varía, no es posible ex- participantes en el intercambio pasan
plicar éstas como motivadas por el ob- a ser afines, y sus descendientes esta-
jeto de evitar los matrimonios de pare- rán relacionados por la sangre: “Dos
jas genéticamente próximas. Más bien personas pueden ser amigas e inter-
el tabú del incesto impone los objeti- cambiar regalos y sin embargo reñir y
vos sociales de la exogamia y la alianza pelear de vez en cuando; pero el matri-
a los hechos biológicos del sexo y la monio los conecta en forma perma-
procreación. El tabú del incesto divide nente” (Best, cita en Lévi-Strauss,
el universo de la elección sexual en ca- 1969, p. 481). Igual que en otros ca-
tegorías de compañeros permitidos y sos de regalos, los matrimonios no
prohibidos. Específicamente, al pro- siempre son simplemente actividades
hibir las uniones dentro de un grupo para hacer la paz. Los matrimonios
impone el intercambio marital entre pueden ser altamente competitivos, y
grupos, hay muchos afines que se pelean. Sin
embargo, en general el argumento es
La prohibición del uso sexual queel tabú del incesto origina una am-
de una hija o una hermana los plia red de relaciones, un conjunto de
obliga a entregarla en matri- personas cuyas conexiones recíprocas
monio a otro hombre, y al constituyen una estructura de paren-
mismo tiempo establece un de- tesco. Todos los demás niveles, canti-
recho a la hija o a la hermana dades y direcciones de intercambio

N. A. 30
110 GAYLE RUBIN

incluyendo los hostiles— están orde- hombres. Y es a los participantes, no


nados por esta estructura. Las ceremo- a los regalos, que el intercambio recí-
nias de matrimonio registradas en la li- proco confiere su casi mística fuerza
teratura etnográfica son momentos en de vinculación social. Las relaciones
una procesión incesante y ordenada en en un sistema de este tipo son tales
que mujeres, niños, conchas, palabras, que las mujeres no están en condicio-
nombres de ganado, peces, ancestros, nes de recibir los beneficios de su pro-
dientes de ballena, puercos, camotes, pia circulación. En cuanto las relacio-
hechizos, danzas, esteras, etc., pasan nes especifican que los hombres inter-
de mano en mano, dejando como hue- cambian mujeres, los beneficiarios del
lla los vínculos que unen. Parentesco producto de tales intercambios, la or-
es organización, y la organización ganización social, son los hombres.
otorga poder. Pero ¿a quién organizan?
Si el objeto de la transacción son La relación total de intercam-
mujeres, entonces son los hombres bio que constituye el matri-
quienes las dan y las tomanlos quese monio nose establece entre un
vinculan, y la mujer es el conductor de hombre y una mujer, sino en-
una relación, antes que participen en tre dos grupos de hombres, y
ella.£ El intercambio de mujeres no la mujer figura sólo como uno
implica necesariamente que las mujeres de los objetos del intercambio,
estén reificadas en el sentido moder- no como uno de los partici-
no, porque en el mundo primitivo las pantes asociados. .. Esto sub-
cosas están imbuidas de cualidades siste aun en los casos en que se
altamente personales. Pero sí implica toman en cuenta los senti-
una distinción entre el regalo y quien mientos de la muchacha, lo
regala. Si las mujeres son los regalos, que además se hace habitual-
los asociados en el intercambio son los mente. Al aceptar la unión
propuesta, ella precipita o per-
mite que el intercambio se
“¿Qué quieres casarte con tu hermana? produzca, pero no puede mo-
¿Qué te pasa? ¿No quieres tener un cu- dificar su naturaleza. . . (Lévi-
nado? ¿No te das cuenta de quesi te ca- Strauss, /bid., p. 115).?
sas con la hermana de otro hombre y
otro hombre se casa con tu hermana,
tendrás por lo menos dos cuñados, mien- 7 Este análisis de la sociedad como basada
ar r>

tras que si te casas con tu propia herma- en vínculos entre hombres por medio
na no tendrás ninguno? ¿Con quién ca- de mujeres hace totalmente inteligibles
zarás, con quién cultivarás tu huerto, las respuestas separatistas del movimien-
a quién irás a visitar?” (Arapesh, cita en to de las mujeres, El separatismo puede
Lévi-Strauss, 1949, p. 485). ser visto como una mutación de la es-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 111

Para participar como socio en un El “intercambio de mujeres”” es un


intercambio de regalos es preciso tener concepto seductor y vigoroso. Es
algo para dar. Si los hombres pueden atractivo porque ubica la opresión de
dar a las mujeres, es que éstas no las mujeres en sistemas sociales antes
pueden darse ellas mismas. que en la biología. Además sugiere
que buscar la sede final de la opresión
“¿Qué mujer”, meditaba un de las mujeres en el tráfico de mujeres,
joven melpa del norte, “es lo antes que en el tráfico de mercancías.
bastante fuerte para levantarse No es difícil, ciertamente, hallar ejem-
y decir: “Hagamos moka, bus- plos etnográficos e históricos del tráfi-
quemos esposas y puercos, de- co de mujeres. Las mujeres son entre-
mos nuestras hijas a hombres, gadas en matrimonio, tomadas en ba-
hagamos la guerra, matemos a talla, cambiadas por favores, enviadas
nuestros enemigos?” ¡No, de como tributo, intercambiadas, com-
ninguna manera!,.. no son pradas y vendidas. Lejos de estar limi-
más que cosillas insignificantes tadas al mundo “primitivo”, esas prác-
que simplemente se quedan en ticas parecen simplemente volverse
casa ¿no lo ves?” (Strathern, más pronunciadas y comercializadas
1972, p. 161). en sociedades más “civilizadas”. Desde
luego, también hay tráfico de hombres,
¡Qué mujeres, realmente! Las mu- pero como esclavos, campeones de
jeres melpa de quienes hablaba el jo- atletismo, siervos o alguna otra ca-
ven no pueden buscar esposas, son tegoría social catastrófica, no como
esposas, y lo que encuentran son mari- hombres. Las mujeres son objeto de
dos, cosa muy diferente. Las mujeres transacción como esclavas, siervas y
melpa no pueden dar sus hijas a hom- prostitutas, pero también simplemente
bres porque no tiene los mismos dere- como mujeres. Y si los hombres han
chos sobre sus hijas que tienen sus pa- sido sujetos sexuales —intercambiado-
rientes hombres, derecho de concesión res— y las mujeres semiobjetos sexua-
(aunque no de propiedad). les —regalos— durante la mayor parte
de la historia humana, hay muchas
costumbres, lugares comunes y rasgos
tructura social, como un intento de for- de personalidad que parecen tener mu-
mar grupos sociales basados en vínculos cho sentido (entre otras, la curiosa
inmediatos entre mujeres. También pue- costumbre de que el padre entregue a
de ser visto como una negación radical la novia).
de los “derechos” de los hombres sobre El “intercambio de mujeres” tam-
las mujeres, y como una afirmación de bién es un concepto problemático.
las mujeres de sus derechos sobre sí Como Lévi-Strauss sostiene que el ta-
mismas. bú del incesto y los resultados de su

N, A. 30
112 GAYLE RUBIN

aplicación constituyen el origen de la “producción” en el sentido más gene-


cultura, se puede deducir que la derro- ral del término: una modelación, una
ta histórica mundial de las mujeres transformación de objetos (en este ca-
ocurrió conel origen de la cultura y es $0, Personas) a y por un propósito
un prerrequisito de la cultura. Si se subjetivo (por este sentido de la pro-
adopta su análisis en forma pura, el ducción, Marx, 197la, pp. 80-99),
programa feminista tiene que incluir Tiene sus propias relaciones de pro-
una tarea aun más onerosa que el ducción, distribución e intercambio,
exterminio de los hombres: tiene que que incluyen ciertas formas de “pro-
tratar de deshacerse de la cultura y piedad”? de personas, Esas formas no
sustituirla por algún fenómeno nuevo son derechos de propiedad exclusivos
sobre la faz de la tierra. Pero en el me- y privados, sino más bien tipos dife-
jor de los casos sería bastante dudoso rentes de derechos que unas personas
argumentar que si no hubiera inter- tienen sobre otras. Las transacciones
cambio de mujeres no habría cultura, de matrimonio --los regalos y el mate-
aunque sólo sea porque la cultura es, rial que circulan en las ceremonias que.
por definición, inventiva. Incluso es marcan un matrimonio— son una rica
discutible que el “intercambio de mu- fuente de datos para determinar con
jeres”” describa adecuadamente todala exactitud quién tiene qué derechos
evidencia empírica de sistemas de pa- sobre quién. No es difícil deducir de
rentesco. Algunas culturas, como las esas transacciones que en la mayoría
de los leles y lumas, intercambian mu- de los casos los derechos de las mujeres
jeres explícita y abiertamente; en otras son bastante más residuales que los de
culturas el intercambio de mujeres se los hombres.
puede deducir por inferencia, en algu- Los sistemas de parentesco no sólo
nas —especialmente en las de los caza- intercambian mujeres. Intercambian
dores y recolectores excluidos de la acceso sexual, situación genealógica,
muestra de Lévi-Strauss— la eficacia nombres de linaje y antepasados, de-
del concepto es muy cuestionable. rechos y personas —hombres, mujeres
¿Qué hacer con un concepto que pare- y niños— en sistemas concretos de re-
ce tan útil y a la vez tan difícil? laciones sociales. Esas relaciones siem-
El “intercambio de mujeres” no es pre incluyen ciertos derechos para los
ni una definición de la cultura ni un hombres, otros para las mujeres. ““In-
sistema en y por sí mismo. El concep- tercambio de mujeres” es una forma
to es una aprehensión aguda, pero abreviada para expresar que las rela-
condensada, de algunos aspectos de las ciones sociales de un sistema de paren-
relaciones sociales de sexo y género. tesco especifican que los hombres
Un sistema de parentesco es una impo- tienen ciertos derechos sobre sus pa-
sición de fines sociales sobre una parte rientes mujeres, y que las mujeres no
del mundo natural. Por lo tanto es tienen los mismos derechos ni sobre sí
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 113

mismas ni sobre sus parientes hombres. de parentesco describe reglas y sistemas


En este sentido, el intercambio de de combinación sexual. En “La fami-
mujeres es una percepción profunda lia”” plantea el problema de las condi-
de un sistema en que las mujeres no ciones previas necesarias para el fun-
tienen pleno derecho sobre sí mismas. cionamiento de los sistemas de matri-
El intercambio de mujeres se convierte monio. Indaga qué tipo de “gente”
en una ofyscación si es visto como una presuponen los sistemas de parentesco
necesidad cultural, y cuando es utiliza- por la vía del análisis de la división se-
do como único instrumento para en- xual del trabajo.
focar el análisis de un sistema de pa- Aun cuando toda sociedad tiene
rentesco. algún tipo de división de tareas por
Si Lévi-Strauss está en lo cierto el sexo, la asignación de cualquier tarea
ver en el intercambio de mujeres un particular a un sexo u otro varía enor-
principio fundamental del parentesco, memente. En algunos grupos la agri-
la subordinación de las mujeres puede cultura es trabajo de las mujeres, en
ser vista como producto delas relacio- otros es trabajo de hombres. En algu-
nes que producen y organizan el sexo nas sociedades las mujeres llevan '-
y el género. La opresión económica de carga más pesada, en otras los hc n-
las mujeres es derivada y secundaria. bres. Hay incluso ejemplos de mujeres
Pero hay una “economía” del sexo y cazadoras y guerreras, y de hombres
el género, y lo que necesitamos es una que se encargan del cuidado de los ni-
economía política de los sistemas se- ños. Lévi-Strauss concluye de un exa-
xuales, necesitamos estudiar cada so- men general de la división del trabajo
ciedad para determinar con exactitud por sexos que no es una especialización
los mecanismos por los que se produ- biológica, sino que debe tener algún
cen y se mantienen determinadas con- otro propósito. Ese propósito, sostie-
venciones sexuales. El “intercambio ne, es asegurar la unión de los hombres
de mujeres” es el paso inicial hacia la y las mujeres haciendo que la mínima
construcción de un arsenal de concep- unidad económica viable contenga por
tos que permitan describir los sistemas lo menos un hombre y una mujer.
sexuales.
El hecho mismo de quela di-
visión sexual del trabajo tiene
MAS ADENTRO DEL LABERINTO variaciones infinitas según la
sociedad que se considere de-
Pueden derivarse más conceptos de un muestra que... lo que se re-
ensayo de Lévi-Strauss titulado “La quiere, misteriosamente, es el
familia”, en que introduce otras con- hecho mismo de su existencia,
sideraciones en su ánalisis del paren- y la forma en que llega a exis-
tesco, en Las estructuras elementales tir no tiene ninguna importan-

N.A.30
114 GAYLE RUBIN

cia, al menos desde el punto regla que impone el matrimonio. Y el


de vista de ninguna necesidad matrimonio presupone individuos que
natural... la división sexual están dispuestos a casarse.
del trabajo no es otra cosa que Es interesante llevar este tipo de
un mecanismo para constituir empresa deductiva más lejos que Lévi-
un estado de dependencia recí- Strauss, y explicar la estructura lógi-
proca entre los sexos. (Lévi- ca que subyace a todo su análisis del
Strauss, 1971, pp. 347-48). parentesco. Al nivel más general, la
organización social del sexo se basa en
La división del trabajo por sexos, el género, la heterosexualidad obliga-
por lo tanto, puede ser vista como un toria y la constricción de la sexualidad
“tabú”: un tabú contra la igualdad de femenina.
hombres y mujeres, un tabú que divi- El género es una división delos se-
de los sexos en dos categorías mutua- xos socialmente impuesta. Es un pro-
mente exclusivas, un tabú que exacer- ducto de las relaciones sociales de se-
ba las diferencias biológicas y así crea xualidad. Los sistemas de parentesco
el género. La división del trabajo pue- se basan en el matrimonio; por lo tan-
de ser vista también como un tabú to, transforman a machos y hembras
contra los arreglos sexuales distintos en “hombres” y “mujeres”, cada uno
de los que contengan por lo menos un una mitad incompleta que sólo puede
hombre y una mujer, imponiendo así sentirse entera cuando se une con la
el matrimonio heterosexual. otra. Desde luego, los hombres y las
La argumentación de “La familia” mujeres son diferentes. Pero no son
presenta un cuestionamiento radical tan diferentes comoel día y la noche,
de todos los arreglos sexuales huma- la tierra y el cielo, el yin y el yang,la
_nos en que no hay ningún aspecto de vida y la muerte. En realidad, desde el
la sexualidad que se dé por sentado punto de vista de la naturaleza, hom-
como “natural”. (Hertz, 1960, cons- bres y mujeres están más cerca el uno
truye una argumentación similar para del otro que cada uno de ellos de cual-
una explicación totalmente cultural de quier otra cosa —por ejemplo, monta-
la denigración de la zurdera). Másbien, ñas, canguros o palmas, La idea de que
todas las manifestaciones del sexo y los hombres y las mujeres son más di-
el género son vistas como constituidas ferentes entre sí que cada uno deellos
por los imperativos de sistemas socia- de cualquier otra cosa tiene que prove-
les. Desde esa perspectiva, hasta Las nir de algo distinto de la naturaleza.
estructuras elementales de parentesco Además, si bien hay una diferencia
aparece como asumiendo algunas pre- promedio entre machos y hembras en
misas, En términos puramente lógicos, una Variedad de rasgos, la gama de va-
una regla que prohibe ciertos matri- riación de esos rasgos muestra una su-
monios e impone otros presupone una perposición considerable. Siempre ha-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 115

brá algunas mujeres que son másaltas cesario asegurar las uniones heterose-
que algunos hombres, por ejemplo, xuales por medio dela interdependen-
aun cuando en promedio los hombres cia económica. Además, el tabú del in-
son más altos que las mujeres, Pero la cesto presupone un tabú anterior,
idea de que los hombres y mujeres son menos articulado, contra la homose-
dos categorías mutuamente excluyen- xualidad. Una prohibición contra algu-
tes debe surgir de otra cosa que una nas uniones heterosexuales presupone
inexistente oposición “natural”.* Le- un tabú contra las uniones no hetero-
jos de ser una expresión de diferencias sexuales. El género no sólo es una
naturales, la identidad de género ex- identificación con un sexo: además
clusiva es la supresión de semejanzas implica dirigir el deseo sexual hacia el
naturales. Requiere represión: en los otro sexo. La división sexual del tra-
hombres, de cualquiera que sea la ver- bajo está implícita en los dos aspectos
sión local de rasgos “femeninos”; en del género: macho y hembralos crea,
las mujeres, de la versión local de los y los crea heterosexuales. La supresión
rasgos “masculinos”. La división de del componente homosexual de la
los sexos tiene el efecto de reprimir al- sexualidad humana, y su corolario, la
gunas de las características de persona- opresión de los homosexuales, es por
lidad de prácticamente todos, hom- consiguiente un producto del mismo
bres y mujeres. El mismo sistema social sistema cuyas reglas y relaciones
que oprime a las mujeres en sus rela- oprimena las mujeres.
ciones de intercambio, oprime a todos En realidad, la situación no es tan
en su insistencia en una división rígida simple, como se hace evidente cuando
división de la personalidad. pasamos del nivel de las generalidades
Además, los individuos son engen- al análisis de sistemas sexuales especí-
drados conel fin de que el matrimonio ficos.
esté asegurado. Lévi-Strauss lega peli- Los sistemas de parentesco no
grosamente cerca de decir que la hete- sólo alientan la heterosexualidad en
rosexualidad es un proceso instituido. detrimento de la homosexualidad. En
Si los imperativos biológicos y hormo- primer lugar, pueden exigir formas es-
nales fueran tan abrumadores como pecíficas de heterosexualidad. Por
cree la mitología popular, no sería ne- ejemplo, algunos sistemas de matrimo-
nio tienen una regla de matrimonio
obligatorio entre primos cruzados. En
8 “La mujer no usará lo que pertenece ese sistema, la persona no sólo es hete-
a un hombre, ni el hombre se pondrá rosexual sino ““primo-cruzado-sexual”.
ropa de mujer: porque todos los que lo Si la regla de matrimonio especifica
hagan son abominación a los ojos del además matrimonio con primo cruza-
Señor tu Dios” (Deuteronomio, 22:5; do matrilateral, el hombre será “hija-
el énfasis no es mío). del-hermano-de-la-madre-sexual” y la

N. A. 30
116 GAYLE RUBIN

mujer será “hijo-de-la-hermana-del-pa- medio de una ceremonia especial, y.


dre-sexual”. del mismo modo, una mujer anatómi-
Por otro lado, las complejidades ca podía convertirse en hombre. A
mismas de un sistema de parentesco continuación la persona así transfor-
pueden conducir a formas particulares mada tomaba una esposa o un marido
de homosexualidad institucionalizada. de su mismo sexo anatómico, que era
En muchos grupos de Nueva Guinea, el sexo social opuesto. Esos matrimo-
se considera que hombres y mujeres nios, que nosotros consideraríamos
son tan enemigos entre sí que el perio- homosexuales, eran heterosexuales de
do que un varón pasa en el útero niega acuerdo con las normas de los moha-
su masculinidad. Como se piensa que ve, uniones de sexos opuestos según la
la fuerza vital masculina reside en el definición social. En comparación con
semen, al niño puede superar los efec- nuestra sociedad, este dispositivo per-
tos maléficos de su historia fetal obte- mitía mucha libertad. Sin embargo, no
niendo y consumiendo semen, y lo ha- se permitía a una persona tener algo
ce a través de una relación homosexual de los dos géneros: él/ella podía ser
con un pariente mayor (Kelly, 1974; hombre o mujer, pero no un poco de
véase también Van Baal, 1966; Wil- cada cosa (Devereaux, 1937; ver tam-
líams, 1936). bién McMurtrie, 1914; Sonenschein,
En los sistemas de parentesco en 1966).
que la dote de la novia determina las En todos los ejemplos citados, las
posiciones de marido y mujer, pueden reglas de la división de los géneros y
superarse los simples prerrequisitos de la heterosexualidad obligatoria están
matrimonio y género. Entre los azan- presentes siquiera en sus transforma-
de, las mujeres son monopolizadas por ciones. Esas dos reglas se aplican tam-
los hombres mayores. Sin embargo, un bién a las constricciones del comporta-
joven que tenga los medios puede to- miento y la personalidad tanto mascu-
mar como esposa a un muchacho linos como femeninos. Los sistemas de
mientras espera llegar a la edad co- parentesco dictan cierta modelación
rrespondiente. Simplemente paga un de la sexualidad de ambos sexos. Sin
precio de novia (en lanzas) por el mu- embargo, de Las estructuras elementa-
chacho, quien se convierte en esposa les de parentesco puede deducirse que
(Evans-Pritchard, 1970). En Dahomey, se aplica más constricción a las muje-
una mujer puede convertirse en mari- res, cuando se las obliga a servir al pa-
do si tiene con qué pagar el precio ne- rentesco, que a los hombres, Si las mu-
cesario (Herskovits, 1937). jeres se intercambian, en cualquier
El “travestismo” institucionaliza- sentido que demos al término, las
do de los mohave permitía a una per- deudas maritales se calculan en carne
sona cambiar de sexo. Un hombre ana- femenina. Una mujer tiene que con-
tómico podía convertirse en mujer por vertirse en asociada sexual de algún
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 117

hombre al cual es debida como com- quien ha sido prometida, sino que
pensación por algún matrimonio ante- además pidiera en cambio una mujer?
rior. Si una niña es prometida en la Si una sola négativa tiene efectos per-
infancia, su negativa a participar como turbadores, una negativa doble sería
adulta perturbaría el flujo de deudas y insurreccional. Si cada mujer está pro-
promesas, En interés del funcionamien- metida a algún hombre, ninguna tiene
to continuo y tranquilo de ese siste- derecho a disponer de sí misma. Si
ma, la mujer en cuestión no debe dos mujeres lograran escapar al nexo -
tener muchas ideas propias sobre con de las deudas, habría que encontrar
quién quiere dormir. Desde el punto otras dos mujeres para sustituirlas.
de vista del sistema, la sexualidad fe- Mientras los hombres tengan derechos
menina preferible sería una que res- sobre las mujeres que las mujeres mis-
pondeal deseo de otros, antes que una mas no tienen, es lógico suponer que
que desea activamente y busca una la homosexualidad femenina sufre una
respuesta. supresión mayor que la de hombres.
Esta generalidad, igual que las re- En resumen, una exégesis de las
ferentes al género y la heterosexuali- teorías de Lévi-Strauss sobre al pa-
dad, está sujeta a considerables varia- rentesco permite derivar algunas gene-
ciones y juego libre en los sistemas ralidades básicas sobre la organización
concretos, Los lele y los kuma proveen de la sexualidad humana, a saber: el
dos de los ejemplos etnográficos más tabú del incesto, la heterosexualidad
claros del intercambio de mujeres. En obligatoria y la división asimétrica de
ambas culturas, los hombres están per- los sexos. La asimetría del género —la
petuamente dedicados a planes que diferencia entre el que intercambia y
exigen que tengan pleno control sobre la que es intercambiada— implica la
el destino sexual de sus parientas mu- coerción de la sexualidad femenina.
jeres, Buena parte del drama en ambas Los sistemas de parentesco concretos
sociedades consiste en intentos feme- tienen convenciones específicas, que
ninos de escapar al control sexual de varían mucho. Los sistemas socio-se-
sus parientes. Sin embargo, en ambos xuales particulares varían, pero cada
casos la resistencia femenina está se- uno es especifico, y los individuos
veramente circunscrita (Douglas, 1963; dentro de él tienen que conformarse a
Reay, 1959). un conjunto de posibilidades finito.
Hay una última generalidad que es Cada generación nueva tiene que
posible predecir como consecuencia aprender y devenir su destino sexual,
del intercambio de mujeres, en un sis- cada persona tiene que ser codificada
tema en que son los hombres quienes dentro del sistema en su situación
tienen derechos sobre las mujeres. apropiada. Para cualquiera de nosotros
¿Qué pasaría si nuestra mujer hipoté- sería extraordinario resolver suponer
tica no sólo rechazara al hombre a tranquilamente que hemos de casarnos

N, A.30
118 GAYLE RUBIN

convencionalmente con la hija del her- vención sexual a participantes inquie-


mano de nuestra madre, o conel hijo tos. En este sentido, el psicoanálisis
de la hermana de nuestro padre: sin se ha convertido frecuentemente en
embargo existen grupos en que ese fu- algo más que una teoría de los meca-
turo conyugal se da por sentado. nismos de reproducción de las normas
La antropología y las descripcio- sexuales: en uno de esos mecanismos,
nes de sistemas de parentesco no ex- Como el objetivo de los movimientos
plican los mecanismos por los cuales de mujeres y homosexuales es desman-
se graban en los niños las convencio- telar el aparato de coerción sexual, se
nes de sexo y género. El psicoanálisis, ha hecho necesaria una crítica del psí-
por otra parte, es una teoría sobre la coanálisis.
reproducción del parentesco. El psi- Pero el rechazo de Freud por los
coanálisis describe el residuo que deja movimientos de mujeres y homose-
en los individuos su enfrentamiento xuales tiene raíces más profundas en
con las reglas y normas de la sexuali- el rechazo de sus propios descubri-
dad en las sociedades en que nacen. mientos por parte del psicoanálisis. En
ninguna parte están mejor documenta-
dos los efectos sobre las mujeres de
EL PSICOANALISIS Y los sistemas sociales dominados porlos
SUS MALESTARES hombres que en la literatura clínica.
Según la ortodoxia freudiana, alcanzar
La batalla entre el psicoanálisis y los una femineidad “normal” es algo que
movimientos de mujeres y de homo- tiene severos costos para las mujeres.
sexuales ha llegado a ser legendaria. La teoría de la adquisición del género
En parte, el enfrentamiento entre pudo haber sido la base de una crítica
revolucionarios sexuales y el establish- de los papeles sexuales, pero en cam-
ment clínico se debio a la evolución bio las implicaciones radicales de la
del psicoanálisis en los Estados Unidos, teoría de Freud fueron radicalmen-
dondela tradición clínica ha hecho un te reprimidas. Esa tendencia es evidente
fetiche de la anatomía: se supone que incluso en las formulaciones originales
el niño viaja a través de los estados de de la teoría, pero se ha exacerbado a
su organismo hasta Hegar a su destino lo largo del tiempo hasta que el poten-
anatómico y la posición misionera. La cial de una teoría psicoanalítica criti-
práctica clínica ha creído con frecuen- ca del género sólo es visible en la sin-
cia que su misión consiste en reparar a tomatología de su negación —una in-
individuos que de alguna manera han trincada racionalización de los papeles
perdido el camino hacia su objetivo sexuales tal como son. No es el obje-
“biológico”. Transformando la ley to de este artículo hacer un psicoaná-
moral en ley científica, la práctica clí- lisis del inconsciente psicoanalítico,
nica ha actuado. para imponer la con- pero sí espero demostrar que existe,
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 119

Además, al rescate del psicoanálisis de puesto variantes de un complejo de


su propia represión motivada no inte- “Electra” en que se suponía que la
resa sólo por el buen nombre de Freud: experiencia de las mujeres era una
el psicoanálisis contiene un conjunto imagen especular del complejo de
de conceptos que es único para la Edipo descrito para los hombres.
comprensión de los hombres, las mu- El niño ama a su madre pero
jeres y la sexualidad. desiste de ella por miedo a la amenaza
Es una teoría de la sexualidad en de castración por parte del padre. La
la sociedad humana. Y lo más impor- niña, supuestamente, ama a su padre
tante, el psicoanálisis ofrece una pero desiste de él por temor a la
descripción de los mecanismos por los venganza materna. Esa formulación
cuales los sexos son divididos y suponía que ambas criaturas estaban
deformados, y de cómo los niños, sujetas a un imperativo biológico de
andróginos y bisexuales, son trans- heterosexualidad. También suponía
formados en niños y niñas? El que ya antes de la fase edípica los
psicoanálisis es una teoría feminista niños son hombres y mujeres “peque-
frustrada. ños”.
Freud expresó reservas sobre las
conclusiones sobre las mujeres extraí-
EL HECHIZO DE EDIPO das de datos recogidos de los hombres.
Pero sus objeciones fueron generales
Hasta fines de la década de 1920, el hasta el descubrimiento de la fase
movimiento psicoanalítico no tenía preedípica en las mujeres. El concepto
una teoría distintiva del desarrollo fe- de fase preedípica permitió tanto a
menino; en su lugar se habían pro- Freud como a Jeanne Lampl de Groot
articular la teoría psicoanalítica clási-

? “Al estudiar a las mujeres no podemos


dejar de lado los métodos de una cien- longados en el sbreviviente adulto, de la
cia de la mente, una teoría que intenta extraordinaria aventura que desde el
explicar cómo las mujeres llegan a ser nacimiento hasta la liquidación de la
mujeres y los hombres, hombres. La fase edípica transforma a un animalito
frontera entre lo biológico y lo social engendrado por un hombre y una mujer
que halla expresión en la familia es el en un niño humano. .. los 'efectos' aún
territorio cuyo mapa se propone trazar presentes en los sobrevivientes de la 'hu-
el psicoanálisis, el territorio donde se manización' forzada que transforma al
origina la distinción sexual”. (Mitchell, animalito humano en hombre o mu-
1971, p. 167). “¿Cuál es el objeto del jer...?7” (Althusser, 1969, pp. 57, 59.
psicoanálisis?, .. sino los “efectos” pro- Subrayadosen el original).

N.A.30
120 GAYLE RUBIN

ca de la femineidad.*? La idea de una poner que desde determinada


fase preedípica en las mujeres produjo edad en adelante la influencia
una dislocación de las premisas de elemental de la atracción mu-
origen biológico que subyacían a la tua entre los sexos se hace sen-
idea de un complejo “de Electra”. En tir e impulsa a la mujercita ha-
la fase preedípica los niños de ambos cia los hombres... Pero las
sexos son psíquicamente imposibles cosas no serán tan fáciles; es-
de distinguir, lo que significaba que casamente sabemos si pode-
su diferenciación en niños masculinos mos creer en serio en esa fuer-
y femeninos no se podía suponersino za de que tanto y con tanto
que había que explicarla. Los niños entusiasmo hablan los poetas,
preedípicos eran descritos como bi- pero que no se puede disecar
sexuales; ambos sexos exhibían toda analíticamente. (Freud, 1965,
la gama de actitudes libidinales, acti- p. 119).
vas y pasivas. Y para los niños de am-
bos sexos, el objeto del deseo era la Además, la niña no manifestaba
madre. una actitud libidinal “femenina”. Co-
En particular, las características de mo su deseo de su madre era activo y
la hembra preedípica desafiaban las agresivo, había que explicar también
ideas de una heterosexualidad e iden- su acceso final a la ““femineidad”:
tidad de género primordiales. Si la
actividad libidinal de la niña se dirigía De conformidad con su pecu-
hacia la madre, había que explicar su liar naturaleza, el psicoanálisis
heterosexualidad adulta: no trata de describir lo que es
una mujer... sino que indaga
Sería una solución de simpli- cómo llega a ser, cómo de una
cidad ideal si pudiéramos su- criatura con una disposición bi-

10 Lasteorías psicoanalíticas de la feminei- gunas de estas fechas corresponden a


dad se articularon en el contexto de un reimpresiones; por la cronología original
debate que tuvo lugar en gran parte en ver a Chasseguett-Smirgel (1970: intro-
el International Journal of Psychoanaly- troducción). Ei debate fue complejo,
sis y The Psychoanalytic Quarterly a yo lo he simplificado. Freud, Lampl de
fines de los veintes y comienzos de los Groot y Deutsch sostenían que la femi-
treintas. Entre los artículos que répre- neidad se desarrolla a partir de una cria-
sentan toda la gama de la discusión; tura bisexual, “fálica””; Horney y Jones
Freud, 1961a; 1961b; 1965; Lampl de defendían la idea de una femineidad
Groot, 1933, 1948; Deutsch, 1948a, innata. El debate no dejó de tener sus
1948b; Horney, 1973; Jones, 1933. Al- ironías. Horney defendió a las mujeres
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 121

sexual se desarrolla una mujer. ha acusado de determinismo bioló-


(Ibid., p. 116.) gico. Sin embargo, aun en sus versio-
nes más anatómicamente expresadas
En suma, ya no se podía dar por del complejo de castración femenino,
sentado el desarrollo femenino como la “inferioridad” de los genitales de la
reflejo de la biología. En cambio, se mujer es producto del contexto situa-
había vuelto inmensamente problemá- cional: la niña se siente menos “equi-
tico. Es al explicar la adquisición dela pada” para poseer y satisfacer a la ma-
“femineidad” que Freud emplea los dre. Si la lesbiana preedípica no se
conceptos de envidia del pene y cas- enfrentara a la heterosexualidad de la
tración, que desde su introducción madre, podría sacar conclusionesdife-
provocaron las iras de las feministas. rentes sobre la posición relativa de sus
La niña se aparta de la madre y repri- genitales.
me los elementos “masculinos” de su Freud nunca fue tan determinista
libido como consecuencia de su reco- biológico como algunos pretenden. In-
nocimiento de que está castrada. Com- sistió reiteradamente en que toda la
para su diminuto clítoris con el pene, sexualidad adulta es resultado de un
y frente a su evidente mayor capaci- desarrollo psíquico, no biológico. Pero
dad de satisfacer a la madre, es presa a menudo su escritura es ambigua, y
de la envidia del pene y un sentimien- sus formulaciones dejan abundante es-
to de inferioridad. Desiste de su lucha pacio para las interpretaciones bioló-
por la madre y asume una pasiva posi- gicas que tanta popularidad han alcan-
ción femenina frente al padre. Esa ex- zado en el psicoanálisis norteamerica-
plicación de Freud puede leerse como no. En Francia, por otra parte, la teo-
afirmación de que la femineidad es ría psicoanalítica ha tendido a “des-
consecuencia de las diferencias ana- biologizar”” a Freud, y a entender el
tómicas entre los sexos. Por eso se lo psicoanálisis como una teoría de infor-
mación antes que de órganos. Jacques
Lacan, el instigador de esa línea de
ce la envidia del pene postulando que pensamiento, insiste en que Freud
ellas nacen, no se hacen; Deutsh, que nunca quiso decir nada sobre la anato-
consideraba que las mujeres se hacen, no mía, y que la teoría de Freud era en
nacen, desarrolló una teoría del maso- cambio sobre el lenguaje y los signifi-
quismo femenino cuyo mejor rival es la cados culturales impuestos a la anato-
Historia de O, He atribuido el núcleo de mía. El debate sobre el “verdadero”
la versión “freudiana” del desarrollo Freud es muy interesante, pero no es
femenino a Freud y Lampl de Groot por mi propósito aquí contribuir a él. Más
igual porque leyendo los artículos me ha bien, lo que quiero es reformular la
parecido que la teoría es tanto (o más) teoría clásica de la femineidad en la
de ella como deél. terminología de Lacan, después de

N.A.30
122 GAYLE RUBIN

presentar algunas de las piezas del ta- sujeto puede saber de su parti-
blero de ajedrez conceptual de Lacan. cipación inconsciente en el
movimiento de las complejas
EL PARENTESCO, LACAN estructuras de los lazos matri-
Y EL FALO moniales, verificando los efec-
tos simbólicos, en su existen-
Lacan sugiere que el psicoanálisis es el cia individual, del movimiento
estudio de las huellas que deja en la tangencial hacia el incesto...
psique del individuo su conscripción (Ibid., p. 40).
en sistemas de parentesco.
El parentesco es la conceptualiza-
¿No es sorprendente que Lévi- ción de la sexualidad biológica a nivel
Strauss, al sugerir esa implica- social; el psicoanálisis describe la
ción de las estructuras del len- transformación de la sexualidad bioló-
guaje con la parte de las leyes gica en los individuosal ser aculturados.
sociales que regula los lazos de La terminología de parentesco
matrimonio y parentesco, esté contiene información acerca del siste-
conquistando ya el territorio ma. Los términosde parentesco delimi-
mismo en que Freud ubica el tan posiciones e indican algunos de los
inconsciente? (Lacan, 1968, p. atributos de esas posiciones, por ejem-
48). plo, en las Islas Trobriand un hombre
Porque ¿dónde ubicar las de- llama a las mujeres de su clan con el
terminaciones de lo inconscien- término que significa “hermana”; a las
te si no es en esos marcos no- mujeres de los clanes con los que pue-
minales en que siempre se basan de casarse las designa con un término
los vínculos de matrimonio y que indica la posibilidad de casarse
parentesco... ¿Y cómo apre- con ellas. Al aprender esos térnimos,
henderlos conflictos analíticos el jovén trobriandés aprende qué mu-
y su prototipo edípico, fuera jeres puede desear sin problema. En
de los compromisos que han el esquema de Lacan, la crisis edípica
fijado, mucho antes de que el se produce cuandoel niño se entera de
sujeto viniera al mundo, no los papeles sexuales inherentes a los
sólo su destino, sino su identi- términos para los familiares, La crisis
dad misma? (/bid., p. 126). empieza cuando el niño comprendeel
Es aquí precisamente donde se sistema y el lugar que le toca en él, y
puede decir que el complejo se resuelve cuando el niño acepta ese
de Edipo... en relación con lugar y accede a él. Aun en el caso de
esto, marca los límites que que el niño rechace su lugar, no puede
nuestra disciplina asigna a la evitar conocerlo. Antes de la fase edí-
subjetividad: es decir, lo que el pica, la sexualidad del niño es malea-
a
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE. .. 123

ble y está relativamente poco estructu- objeto dentro del drama edípico. Por
rada. Cada niño contiene todas las po- ejemplo, Lacan distingue entre la
sibilidades sexuales disponibles para la función del padre” y un padre particu-
expresión humana, pero en cualquier lar que encarna esa función. Del mis-
sociedad determinada sólo algunas de mo modo establece una distinción ra-
esas posibilidad se expresan, mientras dical entre el pene y el “falo”, entre el
que otras son reprimidas. Cuando el órgano y la información. El falo es un
niño sale de la fase edípica, su líbido conjunto de significados conferido al
y su identidad de género han sido or- pene. La diferenciación entre falo y
ganizadas en conformidad con las re- pene en la terminología psicoanalítica
glas de la cultura que lo está domesti- francesa contemporánea subraya la idea
cando. de que el pene no puede desempeñar
El complejo de Edipo es un apara- y no desempeña el papel que se le
to para la producción de personalidad atribuye en la terminología clásica del
sexual. Es un lugar común decir que complejo de castración.'*
las sociedades inculcan a sus jóvenes En la terminología de Freud, el
los rasgos de carácter apropiados para complejo de Edipo presenta al niño
llevar adelante el negocio de la socie- una alternativa: o tener pene o estar
dad, por ejemplo, E.P. Thompson castrado. En contraste, la teoría laca-
(1963) habla de la transformación de niana del complejo de castración deja
la estructura de la personalidad de la atrás toda referencia a la realiad anató-
clase trabajadora inglesa, cuando los mica:
artesanos se convirtieron en buenos
obreros industriales. Así comolas for- La teoría del complejo de cas-
mas sociales del trabajo exigen ciertos tración equivale a hacer des-
tipos de personalidad, las formas so-
ciales del sexo y el género exigen cier-
tos tipos de gente. 11 Mi posición sobre Freud está entre las
En los términos más generales, interpretaciones estructuralistas france-
el complejo de Edipo es una má- sas y las interpretaciones biologistas
quina que modela las formas apro-* norteamericanas, porque pienso que la
piadas de individuos sexuales (véase formulación de Freud también está en
también el estudio de distintas formas algún punto medio entre ambas. Freud
de “individualidad histórica” en Al- habla de pene, de la “inferioridad” del
thusser y Balibar, 1970, pp. 112, clítoris, de las consecuencias psíquicas
25153). de la anatomía. Los lacanianos, por otra
Enla teoría psicoanalítica lacania- parte, sostienen que Freud es ininteligi-
na, los términos de parentesco indican ble si se toman sus textos literalmente y
una estructura de relaciones que deter- que una teoría totalmente no anatómica
minará el papel de todo individuo u puede deducirse como su intención (Al-

N. A. 30
124 GAYLE RUBIN

empeñar al órgano masculino La castración puede derivar


un papel dominante —esta vez apoyo de... la aprehensión en
como símbolo— en la medida lo Real de la ausencia del pene
en que su ausencia o presencia en la mujer —pero aunesto su-
transforma una diferencia ana- pone una simbolización del
tómica en una clasificación objeto, puesto que lo Real está
esencial de los seres humanos, lleno, y no le “falta” nada. En
y en la medida en que, para la medida en que se encuentra
cada sujeto, esa presencia O la castración en el origen de
ausencia no se da por sentada, una neurosis, nunca es real si-
no se reduce pura y simple- no simbólica. .. (Lacan, 1968,
mente a un dato, sino que es el p. 271).
problemático resultado de un
proceso intra e intersubjetivo El falo es, podríamos pues decir,
(la asunción de su propio sexo un rasgo distintivo que diferencia al
por el sujeto). Laplanche y “castrado” del “no castrado”. La pre-
Pontalis, en Mehiman, 1972, sencia o ausencia del falo conlleva las
pp. 198-99; subrayados míos). diferencias entre dos situaciones socia-
les: “hombre” y “mujer” (Jakobson y
La alternativa presentada al niño Halle, 1971, sobre los rasgos distinti-
podría reformularse como entre tener vos).
el falo y no tenerlo. La castración es Como éstas no son iguales, el
no tener el falo (simbólico). La castra- falo conlleva también un significado
ción no es una verdadera “carencia”, de dominación de los hombres sobre
sino un significado conferido a los ge- las mujeres, y se puede inferir que la
nitales de la mujer: “envidia del pene” es un reconoci-
miento de eso. Además,smientras los
hombres tengan derechos sobre las
thusser, 1969), Creo que tienen razón: mujeres que las propias mujeres no
el pene circula demasiado para tomar su tienen, el falo conlleva también el
papel literalmente. La separabilidad del significado de la diferencia entre “el
pene y su transformación en fantasía que intercambia” y “lo intercambia-
(por ejemplo, pene-heces-niño-regalo) do”, entre el regalo y el dador. Por
" apoya vigorosamente una interpretación último, ni la teoría clásica de la sexua-
simbólica. Sin embargo, creo que Freud lidad de Freud ni la reformulada por
no fue tan consistente como quisiéramos Lacan tienen mucho sentido a menos
Lacan y yo, y €es necesario hacer algún que esta parte de las relaciones de se-
ro:

gesto hacia lo que efectivamente dijo, xualidad paleolíticas subsista entre no-
aun mientras jugamos con lo que debe sotros. Todavía vivimos en una cultu-
haber querido decir. ra “fálica”.
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 125

Lacan habla también del falo co- rico significado de inquietud de las
mo objeto simbólico que se intercam- mujeres en una cultura fálica.
bia dentro y entre familias (ver tam-
bién Wilden, 1968, pp. 303-305). Es
interesante pensar en esta observación REVISION DE EDIPO
en términos de las transacciones de
matrimonio y las redes de intercambio Volvemos ahora a los andróginos pree-
primitivas. En esas transacciones, el dípicos, instalado en la frontera entre
intercambio de mujeres generalmente la biología y la cultura. Lévi-Strauss
es uno de muchos ciclos de intercam- coloca en esa frontera el tabú del in-
bio. Normalmente hay otros objetos cesto, y sostiene que su iniciación del
que circulan, además de las mujeres. intercambio de mujeres constituye el
Las mujeres se mueven en una direc- origen de la sociedad. En ese sentido,
ción, el ganado, las conchas o las este- el tabú del incesto y el intercambio de
ras en la otra. En cierto sentido, el mujeres son el contenido del contrato
complejo de Edipo es una expresión social original (Sahlins, 1972, cap. 4).
de la circulación del falo en el inter- En los individuos, la crisis edípica se
cambio intrafamiliar, una inversión de produce en esa misma división, cuan-
la circulación de las mujeres en el in- do el tabú del incesto inicia el inter-
tercambio interfamiliar. cambio delfalo.
En el ciclo de intercambio mani- Lacrisis edípica es precipitada por
festado por el complejo de Edipo, el algunas informaciones, Los niños des-
falo pasa, a través de la mediación de cubren las diferencias entre los sexos y
una mujer, de un hombre a otro que cada uno tiene que llegar a ser de
hombre —del padre al hijo, del herma- un género u otro. También descubren
no de la madreal hijo de la hermana, el tabú del incesto y que hay sexuali-
etc. En ese círculo Kula familiar, las dad prohibida —en el caso, la madre es
mujeres van en un sentido y el falo en inaccesible para todo niño porque
el otro. Está donde no estamos “pertenece” al padre. Por último, des-
nosotras. En este sentido, el falo es cubren que los dos géneros no tienen
algo más que un rasgo que distingue
los sexos: es la encarnación del status
masculino, al cual acceden los hom- 12 La madre preedípica es la “madre fáli-
bres y que tiene ciertos derechos ca”, en cuanto se cree que posee el falo.
inherentes —entre ellos, el derecho a La información que induce al Edipo es
una mujer.!? que la madre no posee el falo. Es decir
Las huellas que deja incluyen la que lo que precipita la crisis es la “cas-
identidad de género, la división de los tración” de la madre, el reconocimiento
sexos. Pero deja más que eso. Deja la de queel falo sólo pasa por ella, pero no
“envidia del pene”, que adquiere un se instala en ella, El “falo” tiene que pa-

N, A. 30
126 GAYLE RUBIN

los mismos “derechos” ni futuros se- el género al que la están asignando.


Xuales, Para el varón,el tabú del incesto es un
En el curso normal de los aconte- tabú sobre algunas mujeres. Para 1:
cimientos, el varón renuncia a su ma- niña, es un tabú sobre todas las muje
dre por miedo de que de otro modo el res. Como está en una posición homo
padre lo castre (se niegue a darle el sexual hacia su madre, la regla de het.
falo y haga de él una niña). Pero por rosexualidad que domina el guió:
ese acto de renuncia el niño afirma la hace que su posición sea intolerable
relación que le dio la madre al pa- mente dolorosa. La madre, y por ex
dre y quele dará a él, si llega a ser un tensión todas las mujeres, sólo puede
hombre, una mujer propia. A cambio ser amadas con propiedad por alguie:
de la afirmación por el niño del dere- “con pene” (falo). Como la niña n
cho de su padre a a su madre, el pa- tiene “falo”, no tiene “derecho” .
dre afirma el falo en su hijo (no lo amar a su madre ni a ningunaotra m:.
castra). El niño cambia a su madre por jer, puesto que ella misma está dest
el falo, la prenda simbólica que más nada a algún hombre. No tiene )
tarde podrá cambiar por una mujer. prenda simbólica que se puede car.
Lo único que se le pide es un poco de biar por una mujer.
paciencia. Conserva su organizaciónli- Si la formulación de Freud dees:
bidinal original y el sexo del objeto momentodela crisis edípida femenin.
original de su amor. El contrato social es ambigua, la de Lampl de Groo:.
que ha aceptado reconocerá eventual- hace explícito el contexto que confie
mente sus propios derechos y le dará re significado a los genitales:
una mujer propia.
Lo que sucede con la niña es más . . . Si la niña Hega a la concl:
complejo. Ella, igual que el varón, des- sión de que ese Órgano es rec
cubre el tabú contra el incesto y la di- mente indispensable para
visión de los géneros. Además descubre posesión de la madre, exper
cierta información desagradable sobre menta además de la injur
em A

sar por ella porque la relación de todo Marshall Sahlins (comunicación pers
macho con otro macho se define a tra- nal) sugirió una vez que la razón de q.
vés de ella: un hombre está ligado a su tan a menudo se defina a las mujer:
hijo por la madre, al sobrino por su her- como estúpidas, contaminantes, deso:
mana, etc. Toda relación entre parientes denadas, tontas, profanas, etc., es qu
LA A

hombres se define por la mujer que hay todas esas categorizaciones definen a 1
entre ellos, Si el poder es una prerrogati- mujeres como “incapaces” de poseer :
va masculina y debe ser transmitido, tie- poder que debe transferirse por medi
ne que pasar por la mujer-en-medio. de ellas.
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 127

narcista común a ambossexos, Se aparta de la madre porque no


otro golpe más, un sentimien- tiene un falo que darle. Además, se
to de inferioridad sobre sus ge- aparta de la madre con rabia y frustra-
nitales. (Lampl de Groot, 1933, ción porque la madre nole dio ella un
p. 497; subrayados míos). “pene” (falo). Pero la madre, que es
una mujer en una cultura fálica, no
La niña concluye que el “pene” es tiene el falo para dario (pues ella mis-
indispensable para la posesión de la ma pasó la crisis edípica una genera-
madre porque sólo los que poseen el ción antes). Entoncesla niña se vuelve
falo tienen “derecho” a una mujer, y hacia el padre porque sólo él puede
la prenda de intercambio. No llega a “darle el falo”, y es sólo a través de él
esa conclusión debido a una superiori- que ella pueda entrar en el sistema de
dad natural del pene, en y por sí mis- intercambio simbólico en que circula
mo. El ordenamiento jerárquico de los el falo. Pero el padre no le da el falo
genitales masculinos y femeninos es en la misma forma en que se lo da al
resultado de las definiciones de la si- varón. El falo es afirmado en el varón,
tuación —la regla de la heterosexuali- que después tendrá que darlo. La niña
lad obligatoria y la postergación de nunca consigue el falo: pasa por ella,
as mujeres (sin falo, castradas) frente y en su pasaje se transforma en un hi-
1 los hombres (los que tienen falo). jo. Cuando ella “reconoce su castra-
Entonces la niña empieza a apar- ción”, accede al lugar de una mujer en
'arse de la madre, volviéndose hacia el una red de intercambio fálica. Puede
dadre. “conseguir” el falo —en la relación
sexual, o en forma de hijo— pero sólo
Para la niña —la castración— como regalo de un hombre. Nunca lo
es un hecho pasado, irrevoca- obtiene para darlo.
ble, pero cuyo reconocimiento Cuando se vuelve hacia el padre,
la obliga finalmente a renunciar además reprimelas partes “activas” de
al primer objeto de su amor y su líbido:
a apurar hasta el fin la amargu-
ra de su pérdida... entonces El apartarse de la madre es un
elige al padre como objeto de paso importantísimo en el des-
su amor: el enemigo se convier- arrollo de la niña pequeña. Es
te en el amado...” (Lampl de más que un mero cambio de
Groot, 1948, p. 213). objeto... junto con él se ob-
serva una marcada disminución
El reconocimiento de la “castra- de los impulsos sexuales acti-
:ión” obliga a la niña a redefinir sus vos y un aumento de los pasi-
elaciones consigo misma, con su madre vos... La transición al objeto
y con su padre. padre se realiza con ayuda de

N.A. 30
128 GAYLE RUBIN

las tendencias pasivas, en la Freud sugiere que hay tres caminosal-


medida en que se han salvado ternativos para salir de la catástrofe
de la catástrofe. Ahora el edípica. La niña puede simplemente
camino hacia el desarrollo de enloquecer, reprimir la sexualidad to-
la femineidad está abierto para talmente y volverse asexual. O bien,
la niña. (Freud, 1961b, p. 239). puede protestar, aferrarse a su narcisis-
mo y su deseo y volverse “masculina”
El ascenso de la pasividad en la ni- u homosexual. O puede aceptar la si-
ña se debe a su reconocimiento de la tuación, firmar el contrato social y al-
utilidad de realizar su deseo activo, y canzar la “normalidad”.
de la desigualdad de los términos de la Karen Horney critica todo el es-
lucha. Freud ubica el deseo activo en quema de Freud/Lampl de Groot, pe-
el clítoris y el deseo pasivo en la va- ro en el curso de su crítica, articula
gina, y así describe la represión del de- -sus implicaciones:
seo activo como represión del erotis-
mo clitoriano en favor del erotismo . cuando —la niña— se vuel-
pasivo vaginal. En ese esquema el ma- ve por primera vez hacia un
pa de los estereotipos culturales se ha hombre (su padre), en general
superpuesto a los órganos genitales. es sólo por el estrecho puente
Desde Masters y Johnson es evidente del resentimiento... tendría-
que esa división genital es falsa. Cual- mos que sentir una contradic-
quier órgano —pene, clítoris o vagina— ción si la relación de la mujer
puede ser la sede de erotismo activo y con el hombre no conservara
pasivo. Pero lo más importante en el durante toda la vida algún ves-
esquema de Freud no es la geografía tigio de esa obligada sustitu-
del deseo, sino su confianza en sí ción de lo que se deseabareal-
mismo. Lo que se reprime un órgano, mente... El mismo carácter de
sino un segmento de posibilidad eró- algo muy alejado del instinto,
tica, Freud señala que “a la líbido se secundario y sustitutivo, se
le aplica más coerción cuando se la adheriría, aun en las mujeres
obliga a servir la función femenina. . .” normales, al deseo de la mater-
(Freud, 1965, p. 131). La niña ha sido nidad. .. Lo especial del punto
robada. de vista de Freud es más bien
Si la fase edípica sigue normal- que ve el deseo de la materni-
mente y la niña “acepta su castración”, dad no como una formación
su estructura libidinal y su elección de innata sino como algo que psi-
objeto ahora son congruentes con el cológicamente puede reducirse
papel del género femenino. Se ha con- a sus elementos ontogenéticos
vertido en una mujercita femenina, y que extrae originalmente su
pasiva, heterosexual. En realidad, energía de elementos instinti-
vos homosexuales o fálicos...
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 129

Sucedería, por último, que to- primera relación libidinal de la


da la reacción de las mujeres an- niña con su padre es masoquis-
te la vida estaría basada en un ta, y el deseo masoquista en su
fuerte resentimiento subterrá- primera fase distintivamente
neo. (Horney, 1973, pp. 148- femenina es: “Quiero ser cas-
149). trada por mi padre”. (Deutsch,
1948a, p. 228).
En opinión de Horney, estas impli-
caciones son tan irreales que cuestio- Deutsch sostiene que ese maso-
nan la validez de todo el esquema de quíismo puede entrar en conflicto con
Freud. Pero es ciertamente plausible el yo, impulsando a algunas mujeres a
argumentar en cambio que la creación huir de todala situación en defensa de
de la “femineidad” en las mujeres en su autoestima. Esas mujeres para las
el curso de la socialización es un acto cuales la elección es “entre hallar bea-
de brutalidad psíquica, y que deja en titud en el sufrimiento o paz enla re-
las mujeres un inmenso resentimiento nunciación” (ibid., p. 231) tendrán
por la supresión a que fueron someti- dificultad para alcanzar una actitud sa-
das. También es posible argumentar ludable hacia las relaciones sexuales y
que las mujeres tienen pocos medios la maternidad. Por qué para Deutsch
para realizar y expresar su indignación aparentemente esas mujeres son casos
residual. Los ensayos de Freud sobre especiales no queda claro.
la femineidad pueden leerse como des- La teoría psicoanalítica de la femi-
cripciones de cómo se prepara psicoló- neidad ve el desarrollo femenino como
gicamente a un grupo, en tierna edad, basado en buena parte en el dolor y la
para vivir con su opresión. humillación, y hace falta bastante es-
Hay un elemento adicional en los fuerzo y fantasía para explicar cómo
estudios clásicos del camino hacia la puede alguien disfrutar de ser mujer.
obtención de la femineidad. La niña A esa altura, en los estudios clásicos,
primero se vuelve hacia el padre porque la biología regresa triunfalmente. El
tiene que hacerlo, porque está ““castra- esfuerzo de fantasía consiste en argu-
da” (es mujer, indefensa,etc.). A conti- mentar que hallar alegría en el dolor
nuación descubre quela ““castración”es es adaptivo para el papel de las muje-
requisito para el amor del padre, que res en la reproducción, puesto que el
tiene que ser una mujer para queél la parto y la desfloración son “doloro-
«ame. Por lo tanto empieza a desear la sos”. ¿No sería más sensato cuestionar
“castración”, y lo que antes era un todo el procedimiento? Si en el cami-
desastre se convierte en un deseo. no hacia su lugar en un sistema sexual
a las mujeres se les roba su libido y se
La experiencia analítica no de- las obliga a practicar un erotismo ma-
ja espacio para dudar de quela soquista ¿por qué el análisis no pro-

N.A.30
130 GAYLE RUBIN

pone ordenamientos nuevos en lugar sistemas de parentesco requieren una


de racionalizar los viejos? división de los sexos. La fase edípica
Lateoría de la femineidad de Freud divide los sexos. Los sistemas de pa-
ha estado sometida a la crítica feminis- rentesco incluyen conjuntos de reglas
ta desde que apareció. En la medida que gobiernan la sexualidad. La crisis
en que es una racionalización de la edípica es la asimilación de esas reglas
subordinación de las mujeres, esa crí- y tabúes. La heterosexualidad obliga-
tica está justificada; en la medida en toria es resultado del parentesco. La
que es una descripción de un proceso fase edípica constituye el deseo hete-
de subordinación de las mujeres, esa rosexual. El parentesco se basa en una
crítica es un error. Como descripción diferencia radical entre los derechos
de cómola cultura fálica doméstica a de los hombres y los de las mujeres. El
las mujeres, y de los efectos de esa do- complejo de Edipo confiere al varón
mesticación sobre las mujeres,la teoría los derechos masculinos, y obliga a las
psicoanalítica no tiene igual (véase mujeres a acomodarse a sus menores
también Mitchell, 1971 y 1974; Lasch, derechos.
1974). Y comoel psicoanálisis es una Esa concordancia entre Lévi-Strauss
teoría del género, dejarlo de lado sería y Freud es por implicación una argu-
suicida para un movimiento político mentación de que nuestro sexo-género
dedicado a erradicar la jerarquía de los todavía está organizado según los prin-
géneros (o los géneros mismos). No cipios delineados por Lévi-Strauss, pe-
podemos desmantelar algo que subes- se al carácter totalmente no moderno
timamos o que no entendemos. La de sus datos de base. Los datos más
opresión de las mujeres es muy pro- recientes en que basa Freud sus teorías
funda: la igualdad de salario, la igual- dan fe de la permanencia de esas es-
dad de trabajo y todas las mujeres polí- tructuras sexuales. Si mi lectura de
ticas del mundo no extirparánlas raíces Freud y Lévi-Strauss es correcta, su-
del sexismo. Lévi-Strauss y Freud giere que el movimiento feminista de-
iluminan lo que de otro modo serían be tratar de resolver la crisis edípica
partes muy mal percibidas de las es- de la cultura reorganizando el campo
tructuras profundas de la opresión del sexo y el género de modo que la
sexual. Sirven para recordarnosla in- experiencia edípica de cada individuo
tratabilidad y la magnitud de lo que sea menos destructiva. Las dimensio-
estamos combatiendo, y sus análisis nes de semejante tarea son difíciles de
proveen planos preliminares de la ma- imaginar, pero habrá que cumplir al
quinaria social que tenemos que reor- menosciertas condiciones.
denar. Mujeres, únanse para eliminar Será necesario modificar varios
el residuo edípico de la cultura. elementos de la crisis edípica para que
La precisión con que coinciden esa fase no tenga efectos tan desastro-
Freud y Lévi-Strauss es notable. Los sos en el joven yo femenino. La fase
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 131

edípica instituye una contradicción en vas— hasta quedar reducido a sus


la niña al imponerle demandas imposi- puros huesos —sexo y género.
bles de conciliar. Por un lado, el amor La vida sexual humana siempre es-
de la niña por la madre es inducido tará sujeta a la convención y la inter-
por la tarea materna de cuidado infan- ción humanas. Nunca será completa-
til. A continuación se obliga a la niña mente “natural”, aunque sólo sea por-
a abandonar ese amor debido al papel que nuestra especie es social, cultural
sexual de mujer: pertenecer a un hom- y articulada. La salvaje profusión de la
bre. Si la división sexual del trabajo sexualidad infantil siempre será doma-
distribuyera el cuidado de los niños da. El enfrentamiento entre niños in-
entre adultos de ambossexos porigual, maduros e indefensos y la vida social
la elección de objeto primaria sería desarrollada de sus mayores probable-
bisexual. Si la heterosexualidad no mente siempre dejará algún residuo
fuera obligatoria, no sería necesario perturbador. Pero los mecanismos y
suprimir ese primer amor ni se sobre- los objetivos del proceso no tienen por
valoraría el pene. Si el sistema de pro- qué ser en buena parte independientes
piedad sexual se reorganizara de mane- de la elección consciente. La evolu-
ra que los hombres no tuvieran dere- ción cultural nos da la oportunidad de
chos superiores sobre las mujeres (si tomar el control de los medios de se-
no hubiera intercambio de mujeres) y xualidad, reproducción y socialización,
si no hubiera género, todo el drama y de tomar decisiones conscientes para
edípico pasaría a ser una reliquia. En liberar la vida sexual humanadelas re-
suma, el feminismo debe intentar una laciones arcaicas que la deforman. Por
revolución en el parentesco. último, una revolución feminista com-
La organización del sexo y el géne- pleta no liberaría solamente a las mu-
ro tuvo otrora funciones fuera de sí jeres: liberaría formas de expresión
misma —organizabala sociedad. Ahora sexual, y liberaría a la personalidad
sólo se organiza y reproduce a sí mis- humana del chaleco de fuerza del
ma. Los tipos de relaciones de sexuali- género.
dad establecidos en el remoto pasado
humano todavía dominan nuestras vi-
das sexuales, nuestras ideas sobre los “PAPA, PAPA, BASTARDO,
hombres y las mujeres y los modos ME CANSE”
como educamos a nuestros hijos. Pero Sylvia Plath
carecen de la carga funcional que tu-
vieron alguna vez. Una de las caracte- En este ensayo he tratado de construir
rísticas más conspicuas del parentesco una teoría de la opresión de las muje-
es que ha ido siendo sistemáticamente res tomando conceptos de la antropo-
despojado de sus funciones —política, logía y del psicoanálisis, pero Lévi-
económicas, educativas y organizati- Strauss y Freud escriben dentro de

N. A.30
132 GAYLE RUBIN

una tradición intelectual producida Pero la mujer nunca podría lle-


por una cultura en que las mujeres son gar a ser un signo y nada más,
oprimidas. En mi empresa el peligro porque aun en un mundo de
es que con cada préstamo tiende a ve- hombres es todavía una perso-
nir también el sexismo de la tradición na, y por lo tanto a la vez que
de que forman parte. “No podemos es definida como un signo
expresar una sola proposición destruc- debe ser reconocida como ge-
tiva que no se haya deslizado ya a la neradora de signos. Enel diá-
forma,la lógica y los postulados impli- logo matrimonial de los hom-
- citos de lo que justamente desea cues- bres, la mujer nunca es pura-
tionar” (Derrida, 1972, p. 250). Y lo mente aquello de lo que se ha-
que se desliza hacia adentro es impre- bla; pues si las mujeres en ge-
sionante, Tanto el psicoanálisis como neral representan cierta cate-
la antropología cultural son, en cierto goría de signos, destinada a
sentido, las ideologías del sexismo más cierto tipo de comunicación,
refinadas que circulan hoy.'* cada mujer conserva un valor
Por ejemplo, para Lévi-Strauss las particular que surge de su ta-
mujeres son como las palabras, que lento, antes y después del ma-
están mal empleadas cuando no son trimonio, para hacer su parte
“comunicadas” e intercambiadas. En en un dúo. En contrasté con
la última página de un libro muy largo las palabras, que se han con-
observa que eso crea una especie de vertido totalmente en signos,
contradicción en las mujeres, puesto la mujer sigue siendo a la vez
que son al mismo tiempo “hablantes” un signo y un valor. Esto ex-
y habladas”. Su único comentario plica por qué las relaciones en-
sobre esa contradicción es el siguien- tre los sexos han conservado
te: su riqueza afectiva, el ardor y

13 Partes de Les guérilléres de Wittig pare- ustedes ver sus tripas al sol y lan-
ce consistir en tiradas contra Lévi-Strauss zar el estertor de la muerte que
y Lacan. Por ejemplo: vivir una vida que cualquiera puede
¿Acaso no ha escrito, el poder y la apropiarse. ¿Qué les pertenece a us-
posesión de mujeres, el ocio y el tedes en este mundo? Sólo la muer-
disfrute de las mujeres? Escribe te. Eso ningún poder en la tierra
que ustedes son moneda, un artícu- puede quitárselo. Y —considérenlo
lo de cambio. Escribe: tráfico, trá- explíquenselo díganselo ustedes mis-
fico, posesión y adquisición de mu- mas— si la felicidad consiste en
jeres y mercancías, Es mejor para la posesión de algo, entonces afé-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 133

el misterio que sin duda im- intenta resolver los problemas


pregnaban originalmente todo prácticos de la sexualidad en la
el universo de las comunica- vida. Podemos demostrar fácil-
ciones humanas. (Lévi-Strauss, mente que lo que el mundo
1969, p. 496; subrayado mío). llama su código de exigencias
morales sacrifica más de lo que
Es una afirmación extraordinaria. él mismo vale, y que su com-
¿Por qué, a esta altura, no denuncia lo portamiento no está ni dictado
que los sistemas de parentesco hacen a por la honestidad ni instituido
las mujeres, en lugar de presentar uno con sabiduría. (Freud, 1943,
de los mayores despojos de todos los pp. 376-377, subrayado mío).
tiempos como la raíz del roman-
ce? Sin embargo, cuandoel psicoanáli-
La misma insensibilidad se revela sis con la misma facilidad demuestra
en el psicoanálisis por la inconsistencia que los componentes ordinarios de la
con que asimila las implicaciones crí- personalidad femenina son el maso-
ticas de su propia teoría. Por ejemplo, quismo, el odio por uno mismo y la
Freud no vaciló en reconocer que pasividad,'* no emite un juicio simi-
sus descubrimientos representaban un lar. En cambio utiliza dos normas de
desafío a la moralidad convencio- interpretación: el masoquismo el malo
nal: para los hombres pero esencial para las
mujeres, El narcisismo adecuado es ne-
No podemos evitar observar cesario para los hombres pero imposi-
con ojos críticos, y hemos des- ble para las mujeres. La pasividad es
cubierto que es imposible dar trágica en el hombre, mientras que la
nuestro apoyo a la moralidad falta de pasividad es trágica en una
sexual convencional o aprobar mujer.
los medios con quela sociedad Esta dualidad de las pautas inter-
pretativas es lo que permite a los psi-
cólogos clínicos tratar de “ajustar” a
rrense a esa suprema felicidad —mo- las mujeres a un papel cuya destructi-
rir. (Wittig 1975, pp. 115-116; vidad está tan lúcidamente detallada
ver también 106-107; 113-114 y en sus propias teorías. Es la misma
134). actitud inconsistente que permite a los
La conciencia de Lévi-Strauss y Lacan terapeutas considerar el lesbianismo
en las feministas francesas es particu- como un problema a curar, antes que
larmente evidente en un grupo llamado
“Psychoanalyse et Politique”, que
define su tarea como el uso y la crítica 1% “Toda mujer adora a un fascista”, Syl-
feminista del psicoanálisis lacaniano. via Plath.

N. A. 30
134 GAYLE RUBIN

como la resistencia a una mala situa- teoría de la femineidad (los estudios


ción que su propia teoría sugiere.! * de Deutsch son excelentes ejemplos de
Hay puntos en los estudios analíti- ese proceso de sustitución y represión).
cos de la femineidad en que se podría La argumentación que es preciso
decir: “Esto es opresión de las muje- tejer a fin de asimilar a Lévi-Strauss y
res”, o “Podemos demostrar con faci- Freud en la teoría feminista es algo
lidad que lo que el mundo llama femi- tortuosa. La he iniciado por varias ra-
neidad exige sacrificar más de lo que zones. Primero, porquesi bien ni Lévi-
vale”. Es justamente en esos puntos Strauss ni Freud cuestionanel induda-
que se ignoran las implicaciones de la ble sexismo endémico de los sistemas
teoría, y se las reemplaza con formula- que describen, las preguntas que debe-
ciones cuyo propósito es mantener rían hacerse son deslumbradoramente
esas implicaciones firmemente instala- evidentes. Segundo, porque su obra
das en el inconsciente teórico. Es en nos permite aislar el sexo y el género
esos puntos donde aparecen toda clase del “modo de producción” y contra-
de misteriosas sustancias químicas, fe- rrestar cierta tendencia a explicar la
licidad en el dolor y objetivos biológi- opresión sexual comoreflejo de fuer-
cos para sustituir una evaluación crí- zas económicas. Su obra produce un
tica de los costos de la femineidad. marco en que todo el peso dela se-
Esas sustituciones son los síntomas de xualidad y el matrimonio puede ser
la represión teórica, en cuanto no son incorporado al análisis de la opresión
consistentes con los cánones habitua- sexual. Sugiere una concepción del
les de la argumentación psicoanalítica. movimiento de las mujeres como aná-
La medida en que esas racionalizacio- logo, antes que isomórfico, al movi-
nes de la femineidad van en contra de miento de la clase trabajadora dirigi-
la naturaleza de la lógica psicoanalíti- dos cada uno contra una fuente dis-
ca es una fuerte prueba de la magnitud tinta de descontento humano. En la
de la necesidad de suprimir las impli- visión de Marx, el movimiento de la
caciones radicales y feministas de la clase trabajadora puede hacer algo más

15 Una psicóloga clínica, Charlotte Wolff nas por derecho propio. (Wolff,
(1971) ha llevado la teoría psicoanalíti- 1971, p. 65.) La niña lesbiana es la
ca de la femineidad a sus últimas conse- que, por todos los medios a su al-
cuencias y ha propuesto que el lesbia- cance, trata de encontrar un lugar
nismo es una respuesta sana a la sociali- seguro dentro y fuera de la familia,
zación de las mujeres. a través de su lucha por la igualdad
Las mujeres que no se rebelan con- con el varón. A diferencia de otras
tra la situación de objeto se han mujeres, no sigue el juego de él:
declarado derrotadas como perso- en realidad, desprecia hasta la idea
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 135

que arrojar la carga de su propia Finalmente, la exégesis de Lévi-


explotación: ademástiene el potencial Strauss y Freud sugiere cierta visión
para cambiar la sociedad, liberar a la de la política feminista y la utopia
humanidad, crear una sociedad sin feminista. Sugiere que no debemos
clases. Quizás al movimiento de las apuntar a la eliminación de los hom-
mujeres corresponda la tarea de bres, sino a la eliminación del sistema
efectuar el mismo tipo de cambio social que crea el sexismo y el géne-
social para un sistema que Marx sólo ro.
imperfectamente percibió. Algo de A mí personalmente, la visión de
esto está implícito en Wittig (1973) un matriarcado de amazonas en que
—la dictadura de las guerrileras ama- los hombres estén reducidosa la servi-
zonas es un medio transitorio para dumbre o al olvido (dependiendo de
llegar a una sociedad sin géneros. las posibilidades de la reproducción
El sistema de sexo/género no es in- partenogenética) me resulta desagrada-
mutablemente opresivo y ha perdido ble e inadecuada.
buena parte de su función tradicional. Esa visión mantiene el género y la
Sin embargo, en ausencia de oposición división de los sexos; es una visión que
no se marchitará simplemente. Toda- simplemente invierte los argumentos
vía lleva la carga social dél sexo y el de quienes fundamentan su defensa de
género, de socializar a los jóvenes y de la inevitable dominación masculina en
proveer las proposiciones últimas diferencias biológicas inerradicables y
acerca de la naturaleza de los propios significativas entre los sexos, pero
seres humanos. Y sirve a fines econó- nosotras no solamente estamos opri-
micos y políticos distintos de los que midas como mujeres: estamos oprimi-
originalmente fue diseñado para cum- das por tener que ser mujeres, u
plir (cfr. Scott, 1965). El sistema de hombres, según el caso.
sexo/género debe ser reorganizado a Personalmente, pienso que el
través de acción política. movimiento feminista tiene que soñar
con algo más que la eliminación de la
opresión de las mujeres: tiene que
soñar con la eliminación de las sexua-
de hacerlo. (Ibid. p. 69.) La lesbia- lidades y los papeles sexuales obligato-
na indiscutiblemente ha estado y rios.
está en la vanguardia de la lucha por El sueño que me parece más
la igualdad de los sexos y porla li- atractivo es el de una sociedad andró-
beración psíquica de las mujeres, gina y sin género (aunque no sin
(1bid., p. 66). sexo), en que la anatomía sexual no
Resulta revelador comparar el estudio tenga ninguna importancia para lo que
de Wolff con los artículos sobre el les* uno es, lo que hace y con quién hace
bianismo en Marmor, 1965, el amor.
136 GAYLE RUBIN

LA ECONOMIA POLITICA de un punto de vista bastante


DEL SEXO distinto, la prohibición casi
universal del incesto significa
Sería lindo poder terminar aquíconlas que los sistemas matrimoniales
implicaciones de la coincidencia entre necesariamente comportan el
Freud y Lévi-Strauss para el feminis- “intercambio” de hermanos
mo y la liberación de los homosexua- por cónyuges, originando una
les, pero tengo que sugerir, tentativa- reciprocidad que es puramente
mente, un siguiente paso en la agenda: nominal. Pero en la mayoría
un análisis marxista de los sistemas de de las sociedades el matrimo-
sexo/género. Los sistemas de sexo/gé- nio pasa por la mediación de
nero son emanacionesahistóricas de la un conjunto de transacciones
mente humana: son productos de la intermediarias. Si pensamos
actividad humana histórica. queesas transacciones implican
Necesitamos, por ejemplo, un aná- simplemente reciprocidad in-
lisis de la evolución del intercambio mediata o a largo plazo, es
sexual en la línea del estudio que hace probable que el análisis se em-
Marx en £lcapital de la evolución del pobrezca. .. El análisis se limi-
dinero y la mercancía. Hay una eco- ta aun mássi vemosel traspaso
nomía y una política de los sistemas de propiedades simplemente
de sexo/género que el concepto de como un símbolo de la trans-
“intercambio de mujeres” ofusca. Por ferencia de derechos, porque
ejemplo, un sistema en que las mujeres entonces la naturaleza de los
sólo son intercambiables una por otra objetos entregados... tiene
tiene distintos efectos sobre las muje- poca importancia... Ninguno
res que otro en que hay una mercan- de estos enfoques es errado,
cía equivalente a las mujeres. pero ambos son inadecuados.
(Goody, 19783, p. 2.)
La de que el matrimonio en
sociedades simples implica un Hay sistemas en los que no hay
“intercambio” es una idea algo equivalente para una mujer. Para con-
vaga que con frecuencia ha seguir una esposa, un hombre tiene
confundido el análisis de siste- que tener una hija, una hermana u
mas sociales, El caso extremo otra parienta que tenga derecho a con-
es el intercambio de “herma- ceder. Tiene que tener el control de
nas” que se practicaba en par- alguna carne de mujer. Es clarísimo en
tes de Australia y Africa. Aquí el caso de los lele y los kuma: los
el término tiene el significado hombres lele viven haciendo planes
preciso del diccionario, “dar y para afirmar algún derecho sobre algu-
recibir recíprocamente”. Des- na niña todavía por nacer, y siguen ha-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 137

ciendo planes para hacer valer esos la novia para sus propios fines, para el
derechos (Douglas, 1963). El matri- intercambio moka y para sus propios
monio de cada muchacha kuma es matrimonios. Si una mujer abandona
determinado por una intrincada red de al marido, hay que devolver todo o
deudas, y ella no tiene mucho que ver parte del precio; si, como generalmen-
en la elección del marido, General- te sucede, los puercos y las conchas ya
mente las jóvenes se casan contra su están repartidos o prometidos, sus pa-
voluntad, y el novio le clava una fle- rientes vacilarán en respaldarla en caso
cha en el muslo para impedir que hu- de discordia conyugal. Y cada vez que
ya simbólicamente. Las jóvenes esposas una mujer se divorcia y se vuelve a
casi siempre se escapan, pero son de- casar su precio tiende a descender. En
vueltas a sus nuevos maridos por una definitiva, sus parientes hombres pier-
complicada conspiración en que parti- den en el caso de un divorcio, a menos
cipan todos sus parientes consanguí- que el marido no haya cumplido en
neos y afines (Reay, 1959). los pagos. De modo que aunque la mu-
En otras sociedades hay un equi- jer melpa es más libre al casarse que la
valente para las mujeres. Una mujer mujer kuma, por el sistema del precio
puede ser convertida en precio de no- de la novia le resulta difícil o imposi-
via, y el precio de una novia puede ser ble divorciarse (Strathern, 1972).
convertido en una mujer. La dinámica En algunas sociedades, como la
de esos sistemas varía correlativamen- nuer, el precio de la novia sólo es con-
te, igual que el tipo específico de pre- vertible en novias. En otras, el precio
sión aplicado a la mujer. El matrimo- de la novia puede convertirse en algu-
nio de una mujer melpanoes la devo- na otra cosa, como prestigio político.
"lución de una deuda anterior: cada En ese caso, el matrimonio de una mu-
transacción es autocontenida, en cuan- jer está implicado en un sistema polí-
to el pago de un precio en puercos tico. En los sistemas de Gran Hombre
y conchas cancela la deuda. Por lo tan- de Nueva Guinea, el material que cir-
to la mujer melpa tiene más amplitud cula por mujeres circula también en
para escoger a su marido que la mujer los intercambios en que se basa el po-
kuma. Por otra parte, su destino está der político. Dentro del sistema polí-
ligado al precio pagado por ella. Si los tico, los hombres necesitan constan-
parientes del marido tardan en pagar, temente valores para desembolsar, y
los parientes de ella le aconsejarán que dependen de sus ingresos. Dependen
lo abandone. Por otra parte, si sus no sólo de sus asociados inmediatos,
consanguíneosestán satisfechos con la sino de los asociados de sus asociados,
balanza de pagos, son capaces de re- a varios grados de distancia. Si un
chazarla en caso de que ella quiera hombre tiene que devolver parte de un
abandonar a su marido. Además, sus precio de novia quizá no pueda darle
parientes hombres utilizan el precio de lo que pensabaa alguien que tenía pla-

N, A. 30
138 GAYLE RUBIN

neado dárselo a otro que se proponía Estas últimas preguntas señalan


utilizarlo para dar un banquete del otra tarea para una economía política
cual depende su status, Por eso los del sexo, El parentesco y el matrimo-
Grandes Hombres están interesados en nio siempre forman parte de sistemas
los asuntos domésticos de los demás, sociales totales, y siempre están liga-
incluso de personas cuya relación con dos con ordenamientos económicos y
ellos puede ser muy indirecta. Hay políticos.
casos en que un dirigente interviene en
disputas conyugales de asociados co- Lévi-Strauss argumenta correc-
merciales indirectos a fin de que no se tamente que las implicaciones
vean perturbados los intercambios estructurales del matrimonio
moka (Bulmer, 1969, p. 11). El peso sólo se pueden entender si lo
de todo ese sistema puede llegar a re- entendemos como una unidad
caer sobre una mujer obligada a per- de toda una serie de transac-
manecer en un matrimonio desastroso. ciones entre grupos de paren-
En suma, hay otras preguntas que tesco. Hasta ahí, todo bien.
hacer acerca de los sistemas de matri- Pero en ninguno de los ejem-
monio que si intercambian mujeres o plos que ofrece en su libro lle-
no. ¿Se intercambia mujer por mujer, va ese principio bastante lejos.
o hay un equivalente? ¿Ese equivalen- Las reciprocidades de las obli-
te es sólo para mujeres, o se puede gaciones de parentesco no son
convertir en otra cosa? Si puede con- meramente símbolos de alian-
vertirse en otra cosa ¿se convierte en za, también son transacciones
poder político o en riqueza? Por otra económicas, transacciones po-
parte: ¿el precio de novia se puede líticas, concesiones de derechos
obtener sólo en intercambio conyugal de domicilio y uso de tierras.
o también de otro modo? ¿Es posible No es posible dar un cuadro
acumular mujeres acumulando rique- útil de “cómo funciona un sis-
za? ¿Es posible acumular riqueza dis- tema de parentesco” sin cons-
poniendo de mujeres? ¿El sistema de siderar simultáneamente todos
matrimonio es parte de un sistema de estos aspectos de la organiza-
estratificación?! * ción de parentesco. (Leach,
1971, p. 90).

Entre los kachin, la relación


16 Otra línea de investigación podría com- entre el arrendatario y el te-
parar sistemas de precio de novia con rrateniente es también la rela-
sistemas de dote. Muchas de estas cues- ción entre yerno y suegro. “El
tiones están tratadas en Goody y Tam- procedimiento para obtener
biah, 1973. cualquier clase de derecho so-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE ... 139

bre tierras es en casi todos los casa con una mujer de cada subdistrito
casos equivale a casarse con de sus dominios. Porlo tanto, cada uno
una mujer del linaje del señor” de esos subdistritos envía su urigubu
(ibid., p. 89). En el sistema ka- al jefe, llenándole un gran depósito con
chin, el precio de novia se des- el cual financia banquetes, producción
plaza de plebeyos a aristócra- artesanal y expediciones hula, Ese
tas, y las mujeres van en direc- “fondo de poder” sostiene el sistema
ción contraria. político y constituye la base del poder
de los jefes (Malinowski, 1970).
Desde un punto de vista eco- En algunossistemas, la posición en
nómico, el efecto del matrimo- una jerarquía política y la posición en
nio entre primos cruzados ma- un sistema matrimonial están íntima-
trilaterales es que, conjunto, el mente ligadas. En Tonga las mujeres
linaje del headman constante- tradicionalmente se casaban según su
mente paga riqueza al linaje rango. Así, los linajes de rango bajo
del jefe en forma de precio de mandaban mujeres a los linajes de ran-
novia. Desde el punto de vista go más alto. Las mujeres del linaje
del análisis el pago puede con- más alto se casaban con la “casa de
siderarse también como una Fiji”, un linaje definido como exterior
renta pagada al terrateniente al sistema político. Si el jefe de rango.
de más edad por el arrendata- más alto entregaba a su hermana a
rio. La parte más importante otro linaje que el que no participaba
de ese pago es en forma de en el sistema de rango, dejaba de ser el
bienes de consumo concreta- jefe de rango más alto. Más bien el li-
mente ganado. El jefe convier- naje del hijo de su hermana sería más
te esa riqueza perecible en alto que el suyo. En épocas de reorde-
prestigio imperecible por el namiento político, el derrocamiento
medio de un banquete especta- del linaje de rango más alto hasta ahí
cular. De ese modo los consu- se formalizaba al entregar éste una es-
midores finales de los bienes posa a un linaje hasta entonces infe-
son los productores originales, rior. En Hawaii, la situación tradicio-
es decir, los plebeyos que asis- nal era la contraria: las mujeres se ca-
ten al banquete. (Ibid., p. 89). saban hacia abajo, y el linaje dominan-
te daba esposas a linajes más jóvenes.
En otro ejemplo, es tradicional para Un personaje supremo se casaba con
los trobriandeses enviar un regalo de la su hermana o bien obtenía una esposa
cosecha —urigubu— de camotes a casa de Tonga. Cuando un linaje menor
de su hermana. Para los plebeyos eso usurpaba un rango superior, formaliza-
representa simplemente circulación de ba su ascenso dando una esposa alli-
camotes. Pero el jefe es polígamo, y se naje antes superior.

N. A. 30
140 GAYLE RUBIN

Incluso hay algunos inquietantes mo análisis, no se pueden entender en


datos que sugieren que los sistemas completo aislamiento.
de matrimonio podrían estar im- Un análisis completo de las mujeres
plicados en la evolución de los estratos en una sola sociedad, o en todala his-
sociales, y quizás en el desarrollo de toria, tiene que tomar en cuenta todo:
los primerosestados. la evolución de formas de mercancía a
La primera vuelta de la consoli- mujeres, los sistemas de tenencia de la
dación política que produjo final- tierra, ordenamientos políticos, tecno-
mente la formación de un estado logía de subsistencia, etc.
en Madagascar ocurrió cuando un Y lo que es igualmente impor-
jefe obtuvo un título sobre varios tante, los análisis económicos y
distritos autónomos a tiavés de las políticos no están completos si no
vicisitudes del matrimonio y la heren- consideran a las mujeres, el matrimo-
cia (Henry Wright, comunicación nio y la sexualidad. Las preocupa-
personal). ciones tradicionales de la antropología
En Samoa, las leyendas ubican el y la ciencia social —como la evolución
origen del título supremo —Tafa 'ifa— de la estratificación social y el origen
como resultado de los matrimonios del estado— tienen que ser reelabo-
entre miembros de alto rango de cua- rados para incluir las implicaciones del
tro grandeslinajes. matrimonio de primos cruzados ma-
Mis datos son muy escasos, mi trilaterales, el excedente extraído en
pensamiento demasiado conjetural pa- forma de hijas, la conversión de las
ra decir mucho sobre este tema, pero vidas de las mujeres en alianzas
habría que emprender la búsqueda de matrimoniales, la contribución del
datos que demuestren cómo se rela- matrimonio al poder político y las
cionan los sistemas de matrimonio con transformaciones que han sufrido
procesos políticos en gran escala como todos estos variados aspectos de la
la formación delos estados. sociedad en el curso del tiempo.
Los sistemas de matrimonio po- Este tipo de empresa es, en último
drían estar implicados de varios mo- análisis, precisamente lo que trató de
dos: en la acumulación de riqueza y el hacer Engels en su esfuerzo por hilva-
mantenimiento del acceso diferencial nar un análisis coherente de tantos
a recursos políticos y económicos; en aspectos diversos de la vida social. Tra-
la formación de alianzas; en la consoli- tó de relacionar hombres y mujeres, lo
dación de las personas de alto rango urbano y lo rural, el parentesco y el
en un solo estrato cerrado de paren- estado, las formas de propiedad, los
tesco endógamo. sistemas de tenencia de la tierra, la
Estos ejemplos —igual que los de tecnología de la producción de ali-
los kachin y los trobriandeses— indi- mentos y las formas de comercio, por
can que los sistemas sexuales, en últi- no mencionar más que algunos ejem-
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 141

plos, en un relato histórico sistemá- CHASSEGUET-SMIRGEL, J., 1970,


tico. Female Sexuality. Ann Arbor:
Eventualmente, alguien tendrá que University of Michigan Press.
escribir una nueva versión del Origen
de la familia, la propiedad privada y el DALLA COSTA, Mariarosa, y JAMES,
estado, reconociendo la recíproca in- : Selma, 1972. The Power of Wo-
terdependencia de la sexualidad, la men and the Subversion of the
economía y la política, sin subestimar Community. Bristol: Falling Wall
la plena significación de cada una en la Press.
sociedad humana.
DEUTSCH, Helene, 1948a. “The Sig-
nificance of Masochism in the
Mental Life of Women”. En The
Psychoanalystic Reader, edited by
BIBLIOGRAFIA R. Fleiss, New York: International
Universities Press.

ALTHUSSER, Louis, 1969. “Freud 1948b. “On Female Homosexuali-


and Lacan”. New Left Review ty”. In Teh Psychoanalystic Rea-
55: 48-65. der, editado por R. Fleiss. New
York: International Universities
y BALIBAR, Etienne, 1970, Rea- Press.
ding Capital. London: New Left
Books. DEVEREAUX, George, 1937. “Ins-
titutionalized Homosexuality
BENSTON, Margaret, 1969. “The Po- Among Mohave Indians”. Human
litical Economy or Women's Libe- Biology 9:498-529.
ration”. Monthly Review 21, núm.
4: 13-27, DOUGLAS, Mary, 1963. The Lele of
Kasai. London: Oxford University
BERNDT, Ronald, 1962. Excess and Press,
Restraint. Chicago: University of
Chicago Press. ENGELS, Frederick, 1891. The Origin
of the Family, Private Property,
BULMER, Ralph, 1969, “Political As- and the State. 4th ed. Moscow:
pects of the Moka Ceremonial Ex- Foreign Languages Publishing Hou-
change System Among the Kyaka se.
People of the Western Highlands
of New Guinea”. Oceania 31, núm. 1972. The Origin of the Family,
1: 1-13. Private Property, and the State,

N.A. 30
142 MARY GOLDSMITH

edited by Eleanor Leacock. New 1965. “Femininity”. In New


York: International Publishers. Introductory Lectures in Psycho-
analysis, editado por J. Strachey.
EVANS-PRITCHARD, E. E., 1951. New York: W.W. Norton.
Kinship and Marriage Among tHe
Nuer. London: Oxford University GARDINER, Jean, 1974, “Political
Press. Economy of Female Labor in Ca-
pitalist Society”. Unpublished ma-
1970. “Sexual Inversion Among nuscript,
the Azande”. American Anthropo-
logist 72: 1428-34. GERSTEIN, Ira, 1973, “Domestic
Work and Capitalism”. Radical
FEE, Elizabeth, 1973. “The Sexual America 7, núms. 4 y 5: 101-
Politics of Victorian Social Anthro- 28.
pology”. Feminist Studies (Winter/
Spring): 23-29, GLASSE, R. M., 1971. “The Mask
of Venery”. Ponencia leída en la
FORD, Clellan, and BEACH, Frank, LXX Reunión Anual de la Ame-
1972. Patterns of Sexual Behavior, rican Anthropological Association,
New York: Harper. New York City, diciembre 1971.

FOUCAULT, Michel, 1970. The Order GOODALE, Jane C. y CHOWNING,


of Things, New York: Pantheon. Ann, 1971. “The Contaminating
Woman”. Ponencia leída en la LXX
FREUD, SIGMUND, 1943. A General Reunión Anual de la American
Introduction to Psychoanalysis. Anthropological Association.
Garden City, N.Y.: Garden City
Publishing Company. GOODY, Jack, y TAMBIAH, $8...
1973. Bridewealth and Dowry.
1961a. “Some Psychical Conse- Cambridgé, England: Cambridge
quences of the Anatomical Dis- University Press.
tinction Between the Sexes”. en
The Complete Works of Sigmund GOUGH, lan, 1972. “Marx and Pro-
Freud, vol. 19, editado por J. ductive Labour”. New Left Review
Strachey. London: Hogarth. 76: 47-72.

1961b. “Female Sexuality” In GOUTH, Kathleen, 1959. “The Nayars


The Complete Works of Sigmund and the Definition of Marriage”.
Freud, vol. 21, editado por J. Journal of the Royal Anthropolo-
Strachey. London: Hogarth. £ical Institute 89: 23-24.
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 143

HEFNER, Robert, 1974, “The Tel LAMPL DE GROOT, Jeanne, 1933.


Quel Ideology: Material Practice “Problems of Femininity”. Psy-
Upon Material Practice”. Substan- choanalytic Quarterly 2: 489-518.
ce 8: 127-38.
1948. “The Evolution of the Oedi-
HERSKOVITZ, Melville, 1937. “A pus Complex in Women”. En The
Note on “Woman Marriage” in Psychoanalystic Reader, edited by
Dahomey”. Africa 10, núm.3:335- R. Fleiss, New York: International
41, Universities Press,

HERTZ, Robert, 1960. Death and the LANGNESS, L. L., 1967. “Sexual An-
Right Hand. Glencoe: Free Press. tagonism in the New Guinea High-
lands: A Bena Bena Example”.
HORNEY, Karen, 1973. “The Denial Oceania 37, núm. 3: 161-77.
of the Vagina”. en Karen Horney,
Feminine Psychology. Editado por LARGUIA, Isabel, and DUMOULIN,
Harold Kelman. New York: W.W. John, 1972. “Towards a Science
Norton. of Women's Liberation”. NACLA
Newsletter 6, núm. 10: 3-20.
JAKOBSON, Roman, y HALLE, Mo-
rris, 1971. Fundamentals of Lan- LASCH, Christopher, 1974. “Freud
guage. The Hague: Mouton. and Women”. New York Review
of Books 21, núm. 15: 12-17.
JONES, Ernest, 1933. “The Phallic
Phase”. International Journal of LEACH, Edmund, 1971. Rethinking
Psychoanalysis 14: 1-33. Anthropology. New York: Huma-
nities Press.
KELLY, Raymond, 1974. “Witehcraft
and Sexual Relations: An Explo- LEVI-STRAUSS, Claude, 1969. The
ration of the Social and Semantic Elementary Structures of Kinship.
Implications of the Structure of Boston: Beacon Press.
Belief”. Ponencia leída en la
LXXIT Reunión Anual de la Ame- 1971. “The Family”. En Man,
rican Anthropological Association, Culture, and Society, edited by H.
Ciudad de México. Shapiro. London: Oxford Univer-
sity Press,
LACAN, Jacques, 1968. “The Func-
tion of Language in Psychoanaly- LINDENBAUM, Shirley, 1973, “A
sis”. en Anthony Wilden, The Lan- Wife is the Hand of Man”. Ponen-
guage of Self. cia leída en la LXXII Reunión

N.A, 30
144 MARY GOLDSMITH

Anual de la American Anthropolo- MCMURTRIE, Douglas, 1914. “A Le-


gical Association. gend of Lesbian Love Among
North American Indians”. Urolo-
LIVINGSTONE, Frank, 1969. “Gene- gic and Cutaneous Review (April):
tics, Ecology, and the Origins of 192-93.
Incest and Exogamy”. Current
Anthropology 10, núm. 1: 45- MEGGITT, M. J., 1964. “Male-Fema-
49. le Relationships in the Highlands
of Australian New Guinea”. Ame-
MALINOWSKI, Bronislaw, 1929. The rican Anthropologist 66, núm. 4,
Sexual Life of Savages. London: part 2: 204-24,
Routledge and Kegal Paul.
MEHLMAN, Jeffrey, 1972. French
1970. “The Primitive Economics Freud: Structural Studies in Psy-
of the Trobriand Islander”. En choanalysis. New Haven: Yale
French Studies núm. 48.
Cultures of the Pacific, editado
- por T, Harding and B. Wallace.
New York: Free Press. MITCHELL, Juliet, 1971. Women's
Estate. New York: Vintage.
MARMOR, Judd, 1965. Sexual Inver-
1974. Psychoanalysis and Femi-
sión. London: Basic Books.
nism. New York: Pantheon.

MARX, Karl, 1969. Theories of Sur- MURPHY, Robert, 1959. “Social


plus Value, Part I. Moscow: Pro-
Structure and Sex Antagonism”.
gress Publishers. Southwestern Journal of Anthro-
pology 15, núm. 1: 81-96.
1971a. Pre-Capitalist Economic
Formations. New York: Interna- RAPPAPORT, Roy, y BUCHBINDER,
tional Publishers. Georgeda. 1975 Fertility and De-
ath Among the Maring”. En Sex
1971b. Wage-Labor and Capital. Roles in the New Guinea High-
New York: International Publis- lands, editado por Paula Brown
hers. y G. Buchbinder. Cambridge, Mass.
Harvard University Press.
1972. Capital, vol. 1. New York:
International Publishers. READ, Kenneth, 1952. “The Nama
Cult of the Central Highlands,
MAUSS, Marcel, 1967. The Gift. New Guinea”. Oceania 23, núm.
New York: W. W. Norton. 1: 1-25,
EL TRAFICO DE MUJERES: NOTAS SOBRE... 145

REAY, Marie, 1959, The Kuma. thropological Investigation”. An-


London: Cambridge University thropological Quarterly 2: 73-82.
Press,
STRATHERN,Marilyn, 1972, Women
ROWNTREE, M. y 3. 1970. “More in Between. New York: Seminar.
on the Political Economy of
Women's Liberation”. Monthly THOMPSON, E.P., 1963. The Making
Review 21, núm. 8: 26-32. of the English Working Class. New
York: Vintage.
SAHLINS, Marshall, 1960a. “The Ori-
gin of Society”. Scientific Ameri- THURNWALD, Richard, 1916. “Ba-
can 203, núm. 3: 76-86. naro Society”. Memoirs of the
American Anthropological Asso-
1960b. “Political Power and the ciation 3, núm. 4: 251-391.
Economy in Primitive Society”.
En Essays in the Science of VAN BAAL, J., 1966. Dema. The Ha-
Culture, editado por Robert Dole gue: Nijhoff.
y Robert Carneiro. New York:
Crowell. VOGEL, Lise, 1973. “The Earthly Fa-
mily”. Radical America 7, núms.
1972. Stone Age Economics. Chi- 4 y 5: 9-50,
cago: Aldine-Atherton.,
WILDEN, Anthony, 1968. The Lan-
SCHNEIDER, David, y GOUGH, Ka- guage of the Self. Baltimore: Johns
*thléen, eds. 1961.'Matrilineal Kins- HopkinsPress.
hip. “Berkeley: University of Cali-
fornía Press. WILLIAMS, F.E., 1936. Papuans of
the Trans-Fly. Oxford: Clarendon.
SCOTT, John Finley, 1965. “The
Role of Collegiate Sororities in WITTIG, Monique, 1973. Les Gué-
Maintaining Class and Ethnic En- rilleres. New York: Avón.
dogamy”. American Sociological
Review 30, núm. 4: 415-26, WOLFF, Charlotte, 1971. Love Betwe-
en Women. London: Duckworth.
SECOMBE, Wally, 1973. “Housework
Under Capitalism”. New Left Re- YALMAN, Nur, 1963. “On the Pu-
view 83: 3-24. rity of Women in the Castes of
Ceylon and Malabar”. Journal of
SONENSCHEIN, David, 1966. “Ho- the Royal Anthropological Institu-
mosexuality as a Subject of An- te 93, núm. 1: 25-58.

N.A. 30

También podría gustarte