Está en la página 1de 3

Género e Historia

Joan Wallach Scott (pp. 48-74)

I. La historia de las mujeres

La historia, actualmente, está llena de biografías de mujeres olvidadas, de crónicas de movimientos feministas y de cartas de
autoras femeninas.
La historia de las mujeres no tiene una larga ni definible tradición historiográfica dentro de la que se debatan y revisen
diversas interpretaciones. El tema de las mujeres o bien se ha insertado en otras tradiciones o bien se ha estudiado
aisladamente dentro de éstas.
La historia de las mujeres se caracteriza por tensiones extraordinarias entre la política práctica y la erudición académica; entre
los niveles establecidos en el seno de cada disciplina y las influencias interdisciplinarias. Los historiadores sienten estas
tensiones sobretodo cuando intentan identificar a un público potencial para sus trabajos.

II. El género: una categoría útil para el análisis histórico

Las palabras, así como las ideas, tienen una historia. A lo largo de los años, la gente ha creado alusiones figurativas mediante
el empleo de términos gramaticales para evocar rasgos del carácter o de la sexualidad. Actualmente, las feministas han
comenzado a emplear el término “genero” en un sentido más literal, como una forma de referirse a la organización social de
las relaciones entre los sexos. Natalie Davis en 1975 sugería “Creo que deberíamos interesarnos en la historia de ambos,
hombres y mujeres, que no deberíamos trabajar [únicamente] sobre el sexo sometido”.
Universitarias feministas señalaban que el estudio sobre las mujeres no solo implicaría una nueva historia de la mujer, sino
una nueva historia en sí. un cambio en los criterios existentes, en los estudios universitarios.
Se comienza a pensar en tres categorías vitales para un análisis más inclusivo: clase, raza y género. Sin embargo,
 Clase: se basa generalmente en la teoría marxista de la determinación económica y del cambio histórico.
 Género: tiene diferentes posiciones teóricas y de simples referencias descriptivas de las relaciones entre los sexos. Las
historiadoras feministas buscan formulaciones teóricas más adecuadas, por dos motivos:
- 1º: incremento de los estudios de casos en la historia de las mujeres parece explicar las continuidades y
discontinuidades, la constitución de desigualdades y experiencias sociales diferentes.
- 2º: hay mayor calidad en el estudio de las mujeres en la historia, pero siguen estos estando marginados en el mismo
campo. No es suficiente demostrar que las mujeres tienen historia o han estado involucradas en grandes
acontecimientos políticos. La participación de las mujeres en el campo histórico ha tenido como respuesta muy poco
interés.
Los enfoques del estudio de un historiador se pueden dividir en dos categorías:
 Descriptiva: existencia de fenómenos sin interpretaciones de por medio.
 Causal: teoriza sobre la naturaleza de los fenómenos, y busca comprender el cómo y por qué se originan.
Se ha utilizado el término “género” como sinónimo de “mujeres”. Sin embargo, “género” suena de forma más seria, neutra y
objetiva que “mujeres”. Al parecer, el término encaja mejor con las ciencias sociales, y se distancia de las políticas del
feminismo. Por lo tanto, género no apela necesariamente a la declaración de desigualdad y poder existente en la sociedad, y
no es demandante. Mientras que “historia de las mujeres” proclama que las mujeres son sujetos históricos válidos (proyecta
una problemática de desigualdad histórica), por otro lado, el término género incluye a las mujeres, pero no las nombra.
 Otro aspecto de este problema es que este empleo insiste en que el mundo de las mujeres forma parte del de los hombres,
que ha sido creado por este.
 El género también se utiliza para designar las relaciones sociales entre los sexos (no biológicamente). Asevera que el
género denota unas determinadas “construcciones culturales” (ideales de roles). Género como categoría social impuesta a
un cuerpo sexuado.
Los historiadores han ignorado estas concepciones, solo relegan el género a las relaciones entre los sexos. Este uso es
descriptivo, pues no da cuenta del por qué se han construido de esta forma ni sus consecuencias.
Las historiadoras del feminismo han tenido que elegir entre 3 posiciones teóricas:
 El esfuerzo feminista para explicar los orígenes del patriarcado: se explica desde la “necesidad” del hombre de
subordinar a la mujer. Según algunos, la fuente de liberación de las mujeres reside en “la comprensión adecuada del
proceso de reproducción”. Para otros, la objetualización sexual es el proceso primario de sujeción de las mujeres. El
origen de las relaciones desiguales entre los sexos resulta ser, al final, una relación desigual entre sexos.
 La tradición marxista y buscar un consenso con las críticas feministas: tienen un enfoque más histórico. Según la
autora, la visión materialista de las feministas marxistas es una restricción para el análisis. Heidi Hartmann postula que el
patriarcado y el capitalismo son sistemas separados pero interrelacionados entre sí, el patriarcado siempre se desarrolla y
cambia como una función de las relaciones de producción. La autora prosigue diciendo que los temas económicos no
influyen directamente en la subordinación de la mujer, pues esta relación “antecede al capitalismo y sigue vigente bajo el
socialismo”. Destaca a las feministas-marxistas estadounidenses, debido a que han incluido la estructuración psíquica de
la identidad de género. Al respecto del punto anterior, Jessica Benjamin afirma “el marxismo puede expandirse hasta
abarcar discusiones sobre ideologías”. Finaliza concluyendo que el mayor problema, es que para el marxismo el
concepto de género no es más que “un producto accesorio”, no ha gozado de un estatus analítico independiente. Yankee
tenía q ser.
 División entre los teóricos angloamericanos y franceses por las escuelas de psicoanálisis para explicar la
producción y reproducción de la identidad del género del sujeto: la escuela francesa se basa en lecturas
estructuralistas y posestructuralistas de Freud en cuanto al lenguaje, por otro lado, la angloamericana trabaja dentro de
los límites de las teorías de relaciones de objetos. Ambas interesadas en la identidad. Los angloamericanos más
enfocados en la influencia de la experiencia propiamente dicha (si los niños ven, oyen, etc.), mientras que los franceses
hacen hincapié en el papel que juega el lenguaje en la comunicación, interpretación y representación del género.
- Para la autora, las relaciones objetuales [asociar con angloamericanos] tienen un problema por su literalidad (por
ejemplo, que la división familiar del trabajo sea algo esencial), Chodorow (ícono de este pensamiento) plantea que,
si los padres estuvieran más implicados en la crianza de sus hijos y los quehaceres del hogar, todo sería diferente.
Esta interpretación limita el concepto de género a la familia.
- Lacan (ícono del estructuralismo y posestructuralismo), plantea que a través del lenguaje se construye la identidad
de género. El principio de masculinidad se basa en la necesaria represión de los aspectos femeninos -potencial
bisexual- y crea un conflicto de oposición entre masculino/femenino. El problema de esto -según la autora- es la
tendencia a universalizar las categorías y relaciones de lo masculino y lo femenino, además del antagonismo sexual
(h-m) provoca la idea ahistórica y esencialista de “ser mujer y actuar como mujer”
El interés en el género como categoría analítica, pues nunca apareció el género como una forma de hablar de los sistemas de
relaciones sociales o sexuales. Esto ha dificultado a las feministas para introducir este tema en los cuerpos teóricos ya
existentes. Hay que cambiar las formas de trabajo y las preguntas que nos planteamos en cuanto a nuestras investigaciones
históricas, sin abandonar el estudio del pasado. Debemos interesarnos más por los procesos y no simplemente por los
orígenes.
La definición de género de la autora: el núcleo consta de dos partes,
 El género como elemento constitutivo de las relaciones sociales, las cuales se basan en las diferencias percibidas entre
los sexos: el género evoca cuatro elementos interrelacionados
1. Los símbolos disponibles que evocan representaciones (Eva y María como símbolos de la mujer cristiana
occidental).
2. Los conceptos normativos que avanzan interpretaciones sobre los significados de los símbolos. Estos conceptos se
expresan en las doctrinas, y adquieren básicamente la forma de oposiciones binarias fijas (lo “masculino” y lo
“femenino”). La posición dominante queda como la única posible (y nos hacen pensar que esto fue un consenso, y
no una imposición).
3. Necesitamos una visión más amplia que incluya no solo el parentesco en las relaciones de género, sino también el
mercado del trabajo, la educación, y el régimen gubernamental. El género se construye a través del parentesco, pero
no exclusivamente a través de este; también a través de la organización política y económica.
4. La identidad subjetiva. “La transformación de la sexualidad biológica de los individuos en proceso de
culturización”. La autora hace énfasis en que los historiadores necesitan examinar las formas en que se construyen
histórica y sustancialmente las identidades de género.
 Estos cuatro aspectos se relacionan con la siguiente teorización: el género es una forma primaria de las relaciones
simbólicas de poder. Si bien el género no es el único campo, pero parece ha sido una forma persistente y recurrente que
ha hecho posible la significación del poder en occidente. Los conceptos sobre el género, establecidos como objetivos,
estructuran la percepción y la organización concreta y simbólica de la vida social. Y el género queda implicado en la
concepción y construcción del poder en sí mismo.
 La política es solo uno de los campos en el que el género puede ser utilizado para el análisis histórico. El género ha sido
literal o analógicamente utilizando en la teoría política para justificar o criticar el reinado de los monarcas, y para
expresar entre el gobernante y los gobernados. Parece importante destacar que los cambios en las relaciones de género
pueden desencadenarse por las opiniones sobre las necesidades del Estado (comparación de la democracia del pueblo con
la doméstica, ambos pueden “rebelarse”). La familia bien ordenada = un Estado bien ordenado.
 La guerra: se apeló a la hombría para combatir por los más débiles, es decir, las mujeres y los niños. El hombre como
figura protectora del núcleo familiar.
 Solo podemos escribir la historia de los procesos aceptando que “hombre” y “mujer” son categorías vacías.

También podría gustarte