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INTRODUCCION.

La Diabetes Mellitus (Mellitus= de miel) constituye el paradigma de enfermedad


geriátrica: es una enfermedad muy prevalente en este grupo etario, es una
enfermedad crónica, tiene una enorme repercusión sobre la función al generar por si
sola perdida de función, incrementa el riesgo de caídas (la Diabetes Mellitus acelera
la perdida de la fuerza muscular asociada al envejecimiento, condicionando mayor
deterioro de la funcionalidad), de padecer depresión (se asocia con un pobre control
glucémico y discapacidad funcional) y de desarrollar deterioro cognitivo (el adulto
mayor diabético tiene hasta 1.2 veces más riesgo de pérdida en funciones cognitivas
y hasta 1.6 veces más riesgo de desarrollar demencia).
Además representa un modelo de envejecimiento acelerado. Su prevalencia se
incrementa a medida que aumenta la edad.

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DIABETES MELLITUS.

DEFINICION.
La Diabetes Mellitus es una enfermedad crónica debido a una producción
inadecuada de la insulina que elaboran las células β de los islotes de Langerhans del
páncreas, a un defecto de la acción o mala utilización de la hormona en los tejidos
orgánicos, o a ambas circunstancias, con lo que resulta un metabolismo inadecuado
de los hidratos de carbono, las grasas y las proteínas cuyo principal indicador es la
hiperglucemia.
Debido a que la insulina es incapaz de promover el transporte de la glucosa
hacia las células del cuerpo, el nivel de glucosa sanguínea es alto y la glucemia se
pierde en la orina (glucosuria).
Un nivel de glucemia entre 70 y 100 mg/dl se considera normal.

ETIOLOGIA.
La diabetes es en particular, prevalente en las personas de edad avanzada;
hasta 50% de los sujetos mayores de 65 años de edad presenta algún grado de
intolerancia a la glucosa. Las personas de 65 años y mayores, representan el 40 % de
los pacientes con diabetes.
El desencadenamiento de este ataque autoinmune se produce por una
combinación de factores genéticos y ambientales. Entre los factores ambientales, los
virus parecen los candidatos más probables. Los factores hereditarios parecen tener
un papel importante, pero nunca se adquieren directamente por herencia.
Está asociada con la obesidad, la poca actividad física y la mala alimentación.

FACTORES DE RIESGO.
Dentro de los factores de riesgo Modificables para la Diabetes Mellitus
encontramos:
 Sobrepeso y obesidad.
 Sedentarismo.
 HTA.
 Factores dietéticos.
 HDL-C bajo.
 Hipertrigliceridemia.

Mientras que en los No Modificables:


 Raza.
 Historia familiar.
 Edad.
 Sexo
 Historia de diabetes gestacional.

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FISIOPATOLOGIA.
Una vez que el individuo come alimentos como los hidratos de carbono, los
productos químicos en el intestino delgado los descompone en moléculas de azúcar
simple llamada glucosa. Luego, las células que recubren el intestino delgado
absorben la glucosa la cual pasa al torrente sanguíneo. Cuando la sangre llega al
páncreas, las células β del páncreas detectan el incremento de los niveles de glucosa.
Las células β liberan insulina en el torrente sanguíneo para reducir los niveles de
glucosa y para mantener la glucosa sanguínea en un nivel saludable.
La mayoría de las células del cuerpo tienen ciertos receptores en su superficie
que se unen a la insulina circulante. La insulina actúa como la llave de una cerradura
para abrir la célula, de tal manera que la glucosa circulante pueda ingresar a dicha
célula. De esta manera, las células utilizan la glucosa para producir la energía que se
necesitan para funcionar correctamente.

En 1997 la American Diabetes Association definió 4 tipos de diabetes mellitus:


Diabetes Mellitus tipo I (DMI). Destaca la completa destrucción de la
célula β pancreática por lo que la persona afectada presenta un déficit absoluto de
insulina. También se llama Diabetes Mellitus Insulino- Dependiente (DMID) porque se
requieren de inyecciones de insulina para su tratamiento.
Es más común en personas de 20 años, a pesar de que persiste
por toda la vida. En este tipo de diabetes, las células β del páncreas
pierden su capacidad de producir insulina, dando como resultado altos
niveles de glucosa en la sangre y otras compilaciones. En el sistema
inmunológico, específicamente los glóbulos blancos, consideran a las
células β pancreática como si fueran cuerpos extraños. En una
respuesta autoinmune, sus glóbulos blancos secretan anticuerpos que
destruyen a sus propias células β, como resultado el páncreas produce
poca o nada de insulina.
Sin la insulina, la glucosa no puede ingresar a sus células. Dichas
células están desnutridas por la falta de las calorías que debería recibir
de la glucosa. Además, el nivel de glucosa se acumula en el torrente
sanguíneo dando lugar a una condición llamada hiperglucemia.
Debido a que el páncreas deja de producir insulina, se deberá
administrar insulina para reemplazar la que el cuerpo debería producir.

Diabetes Mellitus Tipo II (DMII). Destaca la resistencia insulinica


acompañada frecuentemente de un déficit relativo de insulina. La DMII supone el 80-
90% de los casos de DM. Asimismo, una gran proporción de los pacientes con DMII
son obesos de más de 35 años. También llamada Diabetes Mellitus No Insulino-
Dependiente (NIDDM).
En este caso, el páncreas no produce suficiente insulina o las
células del organismo resisten sus efectos o ambas cosas. Si hay
resistencia a la insulina, esta no puede desbloquear las células para
dejar ingresar la glucosa porque los bloqueos, llamados receptores, son
anormales o están faltantes. Como consecuencia, la glucosa queda
encerrada fuera de sus células.
Por consiguiente, la cantidad de glucosa aumenta en su torrente
sanguino en una afección llamada hiperglucemia. Para compensar la

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hiperglucemia, el páncreas produce más insulina de lo normal, y sus
células β sobrecargadas de trabajo intentan mantener la demanda pero
pierden gradualmente su capacidad para producir insulina suficiente.

Metabolismo de la glucosa alterada. Consiste en un estado


metabólico intermedio entre la normalidad y la diabetes.

Diabetes Gestacional.

SIGNOS Y SINTOMAS.
El debut de esta entidad en los mayores es con frecuencia atípica e insidiosa,
en muchos casos cursa incluso, de forma asintomático.
Los principales signos de la Diabetes Mellitus son las tres “polis”:
 Polidipsia (importante sensación de sed),
 Poliuria (excesiva producción de orina debido a la incapacidad de los
riñones de reabsorber agua) y
 Polifagia (hambre excesiva).
Además, pueden tener síntomas como:
 Nicturia, insomnio, caídas, deterioro funcional, depresión,
 En la Diabetes tipo I es frecuente observar polifagia y pérdida de peso.
 En las personas afectadas de Diabetes tipo II, la pérdida de peso,
inclusive voluntaria, es difícil.
 Puede existir sarcopenia y fatiga.
 En los diabéticos, especialmente en los del tipo II, es frecuente la visión
borrosa, la vulvovaginitis y el prurito.
 Los signos de neuropatía periférica se observan con más frecuencia en
los pacientes con DMID.
 Glucosuria y /o cetonuria.
 Los diabéticos no Insulino- dependiente suelen ser obesos, aunque
pueden permanecer asintomático.

COMPLICACIONES.
La diabetes puede producir las siguientes complicaciones:
1. Cetoacidosis diabética.
2. Pie diabético.
3. Trastornos de la visión, debido a la retinopatía.
4. Hipertensión arterial e insuficiencia renal.
5. Evidencia de vasculopatía periférica de las extremidades
inferiores.
6. Predisposición de las infecciones.
7. Neuropatía, principalmente de los miembros inferiores. Dolor,
falta de sensibilidad al frío y al calor, sensación de hormigueo y adormecimiento de
los miembros.

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8. Trastornos cardiovasculares (la posibilidad de sufrir cardiopatía
isquémica y ACV es dos veces más probable en pacientes diabéticos).

TRATAMIENTO.
El objetivo principal del tratamiento con diabetes consiste en normalizar la
actividad de la insulina y las cifras de glucosa en sangre, para reducir la aparición de
complicaciones vasculares y neuropáticas. El control intensivo de la glucemia
disminuye la aparición y progresión de complicaciones como neuropatía, retinopatía y
nefropatía.
El tratamiento de la diabetes tiene 5 componentes: nutrición, ejercicio,
vigilancia, fármacos e instrucción. Aunque el equipo de salud dirige el tratamiento, es
el paciente quien debe manejar el complejo régimen terapéutico.

MEDICACIÓN CON INSULINA.


En la actualidad existen varios tipos de insulina. Estas pueden clasificarse en
función de su origen o según la rapidez de su acción.
 Según su origen se distinguen dos tipos de insulina:
1. Insulinas clásicas: Rápida, regular o soluble; y retardadas.
2. Análogos de insulina: Rápidos y prolongados.

 Según la rapidez de su acción, se distinguen cinco tipos:


1. Ultrarrápidos: lispro, aspártica.
2. Rápidas: insulina regular.
3. Intermedias: NPH, NPL, lenta.
4. Prolongadas: ultralenta, glargina, detemir.
5. Mezclas.

Según la vía de administración, se distinguen dos tipos:


 Insulina Inyectada: es esencial en enfermos del tipo I y a veces también
es necesario en enfermos del tipo II si la dieta o los hipoglucemiantes
orales no controlan adecuadamente la hiperglucemia.
 Insulina Inhalada: las principales ventajas de esta nueva vía son una
reducción en el riesgo de hipoglucemias y una administración mucho
más cómoda.

Agentes hipoglucemiantes orales. Pueden prescribirse a las personas con


diabetes tipo II si la reducción de peso y la dieta no logran controlar su hiperglucemia.
Los hipoglucemiantes orales son de cinco tipos:
 Sulfonilureas.
 Biguanidas (metformina).
 Secretotagogos rápidos o glindas.
 Inhibidores de las α–glucosidasas.
 Glitazonas.
ACCIONES DE ENFERMERIA.

Administración de insulina.
1. La insulina se administra por vía subcutánea.

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2. Si el preparado se presenta como suspensión, debe agitarse
suavemente el recipiente para obtener una suspensión uniforme
antes de extraer la insulina.
3. Para la administración subcutánea, se utiliza una jeringa de 1ml,
de diferente tipo según sea la concentración de insulina indicada.
4. Debe introducirse la aguja en un ángulo de 90º.
5. Las áreas más utilizadas para la aplicación de las inyecciones
subcutáneas de insulina son los brazos (a nivel del deltoides), los
muslos, el abdomen, y las nalgas.
6. Siempre que sea posible, debe procurarse que la persona se
administre ella misma la insulina, al principio con educación de
un profesional corrigiendo errores que se le puedan presentar y
para evaluar la técnica.

Administración de hipoglucemiantes orales.


1. Los siguientes fármacos pueden potenciar la acción de los
hipoglucemiantes orales: anticoagulantes orales, fenilbutazona y
derivados, salicilatos, sulfamidas y antinflamatorios no
esteroideos.

Determinación de la glucemia mediante punción en la yema del dedo.


Determinación de glucosa y cuerpos cetónicos en orina.

PIE DIABETICO.
Entre el 50 y 75 % de las amputaciones de extremidades pélvicas se practica
en diabéticos. Más de 50% de estas operaciones se consideran prevenibles si los
pacientes conocen medidas de cuidados de los pies y las practican todos los días.
Las complicaciones de la diabetes que contribuyen a un mayor riesgo de problemas
de pies e infecciones incluyen las siguientes:
Neuropatía: la neuropatía sensorial lleva a la pérdida de la sensibilidad al
dolor y la presión, y la neuropatía autónoma a una mayor sequedad y fisuras de la
piel. La neuropatía motora produce atrofia muscular, que puede ocasionar cambios en
la forma del pie.
Enfermedad vascular periférica: la mala circulación de las extremidades
pélvicas, contribuye a una mala cicatrización de las heridas y la aparición de
gangrena.
Inmunosupresión: la hiperglucemia altera la capacidad de destruir
bacterias de los leucocitos especializados. Por lo tanto, en la diabetes mal controlada
hay una menor resistencia a ciertas infecciones.

La secuencia típica de sucesos en la aparición de ulceras del pie en la diabetes


se inicia con una lesión de los tejidos blandos, la forma de los dedos de los pies o en
una zona de piel seca por la formación de un callo. Los individuos con un pie
insensible no perciben las lesiones, que pueden ser térmicas (por ejemplo, usar bota
de goma de calentamiento, caminar descalzos sobre concreto caliente o probar la
temperatura de la ducha con los pies), sustancias químicas (por ejemplo, quemaduras
del pie por el uso de agentes cáusticos en los callos, espolones o juanetes), o

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traumáticos (por ejemplo, lesiones de la piel al cortarse las uñas, caminar con un
objeto no detectado extraño dentro del zapato o usar zapatos mal ajustados).
Si el paciente no tiene el hábito de revisar de forma exhaustiva los pies todos
los días, la lesión o fisura puede pasar inadvertida hasta que se presenta una
infección grave. El drenaje, el edema, el eritema de la pierna (por celulitis) o la
gangrena pueden constituir el primer signo de problemas de pie que el paciente
observa.

CONCLUSION.

Cada vez hay mayor evidencia de que la DM tipo II se asocia con incapacidad,
y esto es así por varias razones: amplio espectro de complicaciones vasculares;

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descompensaciones agudas metabólicas; efectos adversos a la medicación;
implicación de la enfermedad sobre el estado nutricional y el comportamiento.
A la vista de ello, la evaluación funcional del anciano con diabetes se hace
imprescindible, no solo para decidir la probabilidad de que el paciente se beneficie de
una u otra intervención, sino para la elaboración de un plan de cuidados y
seguimiento, y evaluar la capacidad del autocuidado y la necesidad de apoyo social.

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