desecación, en cuyas condiciones no suele morir. Sin embargo, es muy sensible al calor, la luz solar y la radiación ultravioleta, circunstancias que matan rápidamente al bacilo. Por lo tanto, la mejor manera de que M. tuberculosis muera y pierda su capacidad de transmisión es exponerlo a la luz solar. Es un aerobio estricto. El crecimiento de M. tuberculosis está subordinado a la presencia de Características celulares oxígeno y al valor del pH circundante. Incluso, parece existir una interdependencia entre la disposición anatómica de la enfermedad y la tensión de oxígeno disponible en la zona. Su multiplicación es muy lenta: se divide cada 16 a 20 h; y, ante circunstancias adversas puede entrar en estado latente, y retrasar su multiplicación desde algunos días hasta varios años. El reservorio natural de M. tuberculosis es el humano, tanto el sano infectado como el enfermo.
Su pared celular es muy rica en lípidos, de entre
los que destacan los ácidos micólicos, que le otorgan las características de su tinción (ácido- alcohol resistente, con forma de bacilo, o bastón curvado) y también le proporcionan una importante resistencia a las agresiones externas, incluida su resistencia natural a la gran mayoría de los antimicrobianos. Además le confieren una característica hidrófoba con permeabilidad Que es la estructura celular celular restringida para un gran número de compuestos antibacterianos. Las capas de péptidoglicano y arabinogalactano limitan la entrada de moléculas hidrófobas, mientras que la capa de ácidos micólicos limita el acceso de ambas moléculas
Ventajas o función celular
De convivir tantos miles de años, M. tuberculosis ha acabado desarrollando importantes mecanismos de adaptación a la especie humana. Estos mecanismos de adaptación podrían diferenciarse en endógenos (adaptabilidad biológica) y exógenos (adaptabilidad geográfica).
Adaptabilidad biológica
Como ejemplos más relevantes se podrían citar
los complejos mecanismos que ha desarrollado M. tuberculosis para defenderse de la potente acción bactericida de los macrófagos (inhibición fusión fagosoma-liposoma, elevación del pH liposomal, inhibición de la generación de superóxidos, destrucción H2O2, etc), o los mecanismos de selección de los bacilos con resistencia a fármacos.
Adaptabilidad geográfica
Un buen ejemplo de esta adaptabilidad
geográfica es lo que siempre ha ocurrido con la tuberculosis y los fenómenos migratorios. En los siglos XVIII y XIX la TB ya era epidémica en Europa, pero no en África, Asia y América, donde estaba localizada tan sólo en comunidades aisladas. Los fenómenos migratorios masivos de los europeos, en sus afanes de conquista, llevaron la tuberculosis y las mejores condiciones de transmisión (hacinamiento, explotación, debilitamiento de las poblaciones indígenas) a aquellas zonas, haciendo que entonces comenzase allí la onda epidémica que aún hoy están sufriendo Incidencia en su entorno La habilidad de un patógeno bacteriano para sobrevivir dentro de un organismo hospedero requiere de la expresión de una serie de determinantes genéticos involucrados en la interacción patógeno-hospedero, situación que le permite resistir el estrés fisiológico y ambiental. Desafortunadamente, no hay una respuesta concreta acerca de los factores de virulencia relevantes para la progresión de la tuberculosis en el ser humano. Sin embargo, ésta puede ser cuantificada a través de la estimación de morbilidad y mortalidad de aislados clínicos o cepas mutantes en modelos animales (conejo, ratón, primates, bovino, entre otros). De esta manera, cepas de M. tuberculosis mutantes respecto de su virulencia han sido clasificadas como fenotipos SGIV ("severe growth in vivo"), GIV ("growth in vivo") y PER ("persistence genes")
Actualmente se han generado diversos
medicamentos para el tratamiento de la tuberculosis, pero esta enfermedad ha sido difícil de tratar debido a la resistencia y a la adaptabilidad de Mycobacterium tuberculosis. Repasaremos brevemente lo que se conoce de los nuevos fármacos que ya están disponibles y de Investigación otros ya conocidos, pero con nuevas indicaciones. De sus diferentes asociaciones se espera que deriven esquemas cada vez más cortos y eficaces Bedaquilina (BDQ) Delamanid Pretomanid (PA-824) Fluoroquinolonas (FQN) Linezolid (LZD)
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