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Perico PDF
Perico PDF
NOVELA
EDITORIAL
YUCA T ANENS
"CLUB DEL LIBRO '
UN MENSAJE A GARCIA
E scribe ELBERT HUBBARD
(Concluye en la penúltima
aleta de carátula)
oportuna gentileza del Sr. Lic. D. FranciscC'
Editorial Yucatanense
" CLUB DEL LIBRO"
(Esbozos a la brocha)
Por Arcadio Zentella
TERCERA EDICION
PERICO
1915
Arca~io Zenlella priego
PERICO
.(Cuarta Edición)
(Ilustraciones de E. U. R.)
Volum en N '.' 19
.
EDITORIAL VUCATANENSE "CLUB DEL LIBRO"
Director y Gerente General: Gabriel Antonio Menéndez
Cia. Linotipográfica Peninsular, S. A. de C. V.
Apdo. 351 Calle 59 Núm. 445
M érida, Vucatán, Méxioo
09610
BIBLIOTECA DE MEXICO
EDITORIAL "CLUB DEL LIBRO"
OBRAS PUBUCADAS: (la. Serie)
Volumen No. 1
EL CONVENTO DE MONJAS
Novela histórica yuca teca
J. Baltazar Pérez (2 Ediciones)
Volumen No; Z
UN PACTO Y UN PLEITO
Novela histórica yuca teca
Ger6nimo Castillo 204 Pp.
Volumen No. a
CECILlO CHI
Novela histórica yuca teca
Gral. José Severo del Castillo 284 Pp
Volumen No. 4
LA CRUZ Y LA ESPADA
Novela histórica yuca teca
Lic. Eligio Ancona 376 Pp.
Volumen No. 5
LA EMIGRAClON CUBANA
EN YUCA T AN - Por el
Dr. Eduardo Urzáiz Rodriguez 170 Pp.
Volumen No. 8
ROMANCERO YUCATECO
Por Luis Rosado Vega 306 Pp.
Volumen No. 7
MEMORIAS DE UN ALFEREZ
Novela histórica yucateca 260 Pp.
Lic. Eligio Ancona (ler. Tomo)
Volumen No. 8
MEMORIAS DE UN ALFEREZ
Novela hi~tórica yuca teca 2.30 Pp.
Lic. Eligio Ancona (20. Tomo)
Volumen No. e
HUMORADAS
Cuentos costumbristas campechanos
Dr. Nazario V. Montejo 176 Pp.
Volumen No. 10
UNA HOJA DEL PASADO
Novela por Dolores Bolio 296 Pp.
Volumen No . 11
CISNES NEGROS - Poesías
Por Ernesto Albertos Tenorio 322 Pp.
Volumen No. 12
EL AHORCADO DE 1848
Por Gregorio Pé rez; y
RUTAS EXTRAVIADAS
Por el Dr. B. López Martínez 184 Pp.
(Todas e s t as obras es t á n impr e sas en papeles BOND y
REVISTA, pudi é ndose servir empastado.)
EDITORIAL YUCATANENSE "CLUB DEL LIBRO"
OBRAS QUE INTEGRAN LA
SEGUNDASERIE
(Volúmenes Números 13 al 25 )
Publicadas:
EL FILIBUSTERO (1er. Tomo)
Por el Líe. Eligio Ancona 176 Pp.
EL FILIBUSTERO (2do. Tomo) 1~0 Pp
Por el Líe. Eligio Ancona
LA HIJA DEL JUDIO (10. y 20. Tomos)
Por el Dr. Justo Sierra O'Reilly 216 Pp.
LA HIJA DEL JUDIO (2do. y 3er. Tomos)
Por el Dr. Justo Sierra O 'Reilly 330 Pp.
PALUDISMO
Por Bernardino Mena Brito 232 Pp.
OCHO AROS ENTRE SALVAJES
Por J. Baltazar Pérez 200 Pp.
"PERICO"
Por Arcadio Zentella Priego
En Prensas:
LA POESIA TABASQUEfiA
Por el Líe. Francisco J . Santamarie
Próxima Aparición:
ESTUD IO HISTORICO SOBRE LA
RAZA INDIGENA DE YUCAT AN, y
DISERT ACION SOBRE LA HISTO-
RIA DE LA LENGUA MAYA O
YUCATECA
Por el Ob. D. Crescencio Carrillo y A.
ANTON PEREZ
Por Manuel Sánchez Mármol
TROPA VIEJA
Por el Gral. Francisco L. Urquizo
LA MESTIZA
Por el Líe. Eligio Ancona
LEYENDAS YUCATECAS
(Autores diversos)
Mi querido amigo:
Santa
Mérida, Octubre 2 de 1915
Sr. Lic. Calixto Maldonado
Arcadio Zentella
CART A-PROLOGO
Amigo mío:
XIV
viene escribiendo, desde hace algunos meses, mi cuñado
Arcadio Zentella, sujeto que, parentesco aparte (y no cabe
en mí afectar imparcialidad, pues tengo probado con más
de una prueba notoria que si Amicus Plato, magis amica
veritas), sujeto que, como venía diciendo, se distingue co-
mo escritor, por su talento de observación extensa y casi
erudita de las obras maestras de literatura y conocimiento
acabado de los usos y costumbres de nuestro país, que hay
qué estudiar, más que en nuestros pueblos y villorrios, en
los campos, en donde radica la cepa genuinamente tabas-
queña.
xv
N o; hablando en puridad, no hay en literatu ra
" escuela realista" . El realismo convertido en sistema, ja -
más pasará de ser una extravagancia. En las obras de in-
genio, ya se trate de composiciones literarias, ya de artís-
ticas, el mayor 'o menor realismo de la composición depen-
de del asunto sobre que versa, y así como en la pintura d el
paisaje, 'a belleza de un cuadro consiste toda en que
la reproducción de los objetos, tal cual la naturaleza no s
los presenta, sea verdadera y. artísticamente representada,
de la misma manera, en la obra literaria, cuyo obje~o es
pintar las costumbres, el modo de vivir de una sociedad ,
para que haya belleza, es indispensable que el trabetjo
del escritor reproduzca, sin perder de vista las reglas de!
arte, lo~ rasgos que por más salientes y característicos,
constituyen la fisonomía viva y animada del pueblo o del
grupo social que se desea exponer ante 'a atención del
'ector. El paisista que pintara en suelo cubierto de nieves ,
bosques de palmeras, como el novelista o dramaturgo qu e
hiciera hablar habla académica Ct una reunión de campe -
sinos, serían dos extravagantes.
Yo sé bien que la "escuela realista " se apellida tal
por oposición al sistema de los escritores que , Cl ca::a de
moralejas, inventan argumentos inverosímiles para apli-
car, a roso y vellozo, en el desenlace de la trama, una reqlu
de Etica: torturado que salga el buen sentido. atropella-
das que salgan las leye s de la estética, poco importa. Cl
condición de que la moral cristiana y aun hasta 10 romana.
queden vencedoras. Esta pretendida escuela. in clinada a
hacer aparecer las cosas humanas no como son sino como
debieran ser, no difiere un ápice del gén e ro de extrcwa-
gancia que acabo de apuntar . Si lle gara a imperar, tanto
valdría como hacer de ioda la literatura un púlpito de
iglesia.
Pero de esa misma contrapo sición, qU 9 e s acTw -
que del espíritu humano, ir a lo eXCl ge ro c ;ón de lo:: extre ·
XVI
mos, ha resultado que el realismo no se contenga en lb~
justos límites de la racional doctrina a que debe su na'd-
miento, yendo sus partidarios; a pretexto de perseguir el"'
lado rea~ ,d e las cosas, ~n pos de lo excepcional, ~'e lo ,
monstruoso, tanto en el orden físico cuanto en el moral, .
como. si 'las excepciones, como si las' deformidades pudie-
ran llegar a constituir el concepto del arte. Si semejante '
literatura, cuyas producciones tienden a demostrar la su-
pre~(l.cía del mal sobre el bien y la sup2r,i oridad de lo
deforme sobre lo bello, prevaleciera; el mundo vend,ría (1
ser planeta habitado por Gnomos y el corazón humano ma
nantial e~ponzoñado. Y esa no es la humanidad. Luchas
en que a las veces el bien sucumbe, y a las veces sale
vencedor; teatro inmenso en que a las ocasiones los perso-
najes más grotescos llevan la palma a los más exquisita-
mente conformados, para caer a las ocasiones bajO el car-
cañal del venCido de ayer, esd es la vida e~aminada desde-
el punto de vi~ta más amplio. Meiclar el bie'l con el mal;
lo deforme con lo bel'lo: tal cual se ostenta en el cuotidiano-
{lujo y refluj~ de la humana existencia, ' bien puede ser
asunto razonable para el arte; norabuena que sobre los :
hombros eséultóricos de la bella Esmeralda, veamos aso-
mar el 'monstruoso busto de Cuasimodo; que la faz ra-
diante de hermosura de Sotileza refleje la felicidad en lo~ .
retorcidos músculos del ingrato Muergo; aquí la 'deformi-
dad es lo accesorio del cuadro: toques obscuros destinados ,
a avivar el' colorido de los objetos principales de la compo-
Sición; sombras que se justaponen a la luz para darle ma-
yor resa~té. Pero que haya autor, por audaz y extraordinario
que se le suponga, capaz de escribir un fibra con Claudias
Frol'Cos y Gwimplains, Cuasimodos y T énadiers, Bug -
Jargals y Clubins, la deformidad física y la deformidad
moral, por únicos personajes, siquiera sea el genio colol'al
de Víctor Hugo quien a tanto se atreva. y no habrá ledo r
éaya paciencia nó se subleve indignada, arr~;ando lefos
XVII
de sí aquella lectura horripifame que, caso de protar afgo~
·probaría el estado de perturbación del cerebro que cosa.
ian. extraña concibiera. No, amigo mío; esto 1Ui) puede ser
~l arte ; no puede serlo nunca el hacinamiento de bájezas,
de i.n.d ignidades, de hipocreslas ejeculadas por seres lene-
brosos en la forma o en la conciencia. •
XVIll
Kaulbach .. que en la mnriésica fisonomía Je un FaumP'
de Pompeya, Proviene fal efecto no de otra cosa~ que de
la atinada aplicaci6n de las reglas; atinada, digo, y .en",
afinar está el secreto Jel genio; que de nada sirve conocer
aquél'fas a maravilf'a, si se- ,carece ,d e' inspiración para én~
ferprefarlas y aplicarlas ;' y la iP.spiraci6n ,es: la expresión '
suprema elel ideal
El arte por el arie. S'i al trufar un asunto propi<J
para cautivar la, atención del fecfúr~J.e su lógico y natural
desenlace- resulta €onfirmaJo ate precepto de- mora " m.ag-'-
nífi€o; pero si: ofrll cosa' resulta~ no por eso hu ,d e suf,v
menoscab0- el méififo fite'raria le la (J,t.ra.
Un gran Maestro.,. 'fé'fr. R~a:tm,~ ht.l dicho que " no
hay arte' de' ha~r'al" como ua ~, hay {le escr::bir". o lo que'
es lo propio, que las: reglas; e-sfán de SfJIJra .pena lo uno COlno
para lo otra; peroloda Fa respefa"bili,c laJ del profundo filó-
sofo no hará nunca de su sentencia sino Singular paradoja.
Tan CÍe<rfo- es que fas regias tienen [ID imperio in eludible
en las regiones del ane, que-qme-n fas quebranta. por ex-
fraorclinaTias: que sus fm:;ultades sean•. j.amás creará obras
vivideras; sii ro:paces le- c/.eslumlu'o.:y- de momento, impo-
tentes pa.,a' resistir el primer ~ate ele lo S'a1l(l crítica..
Genzo. superi(}[' era Góngora, y ¿qué rué del gongorismo?
Arquitecto dorado de' i'magín:acioo podero.sa fué ChWTi-
gue ra. 'Y lque es le- su Q'Sfiro?
Las reg'fas TIlO son: toJo-; conrrenüJo; pero penetrado
de ellas es únicamente como kt espontaneidad del a:rfisla
f) det escritor puede- producir otr.us acobaJas. Laespon-
XIX
sea dicho por vía de corrección), el realismo en la acepción
q ue actualmente alardea, es inaceptable como escuela lite··
raria, no quiere decir que se desconozca a los talentos su-
periores el derecho de soltar los vuelos a su fantasía para
crear o inventar asuntos más o menos originales. Eso sería
convertir al literato o al artista en mero copiador de la N atu-
raleza, en servir de máquina fotográfica. No; el genio tiene
sus inmunidades que lo colocan en la región de los dioses .
. Lo que sostengo es que la invención para conquistar pasa-
porte de inmortal, no debe romper las leyes de la estética;
sJno que ha de resultar plenamente verosímil, de suerte
que al volver la última página del libro saboreado con de-
[eite, el lector pueda, por todo reproche, exclamar: ISe
·non é yero é bene trovato T (*)
Si he entrado en el examen pasajero, cuanto una
.cm-ta lo consiente, de lo que al presente ostenta el nombre
d e "escuela realista", escuela que, o siempre ha existido,
() no es tal, es a propósito de las novelas de Zentella~ o
>cuadros, como él los llama, de un tono esencialmente rea-
lista; pero del realismo que campea en las Narraciones del
.novelista alemán Auerbach, en los Bocetos Californianos
,del escritor norteamericano Bret Harte, y en las preciosas
novelas de José M. de Pereda, con las cuales producciones
;t ienen no escasa analogía.
Yo pienso que cada literatura debe poseer su fiso-
4'1.omía propia y que esta fisonomía debe constituír los- ras-
gs característicos más marcados del pueblo donde se ma-
:.f ,,¿fiesta; y quien lea a Auerbach, encontrará sus páginas
i.m pregnadas de esa placidez, de esa serenidad, de ese
~o ntcl1Jo íntimo al par que' comunicativo que forma el
fondo de la índole alemana; y quien l~a a Bret Harte, no
xx
.dejara de percibir en su estilo cierto saborcillo acre, avaro,
untes que pródigo de figuras, sobria hasta la elípsis, cual
cumple a un genuino vástago de la tierra del time is money.
que pinta un país agreste, poblado por cuasi salvajes o
-que pinta un país agreste, poblado por cuasi salvajes o sal-
vajes completos, como la pristina Californiana del período
de la Gold fever; y quien lea a Pereda adivinará al espa-
ñol de pura crema ibérica; español por el ,h abla abundan-
te y castiza, sin resahios de extranjerismo; español" por el
-estilo fluído , correcto y pictórico ; español hasla por los ri-
betes de ultramontanismo, que no cura de esconder, por~
que es un ultramonfanismo sincero ..
XXI
No p refenck •. ni mucho ' merlas LO pretende- e~ autor:.
1> sé hien~ que ella aquilate el valor de una obra maestra ;:
n.ada de eso. Como ante s dije ; está elaborada sin preten.-
sión, y acaso" sin más [in que:e[ de. demostrar que' es posi-
b l~ la fundación de una literatura de color local Esta con-o
sideración debe- tenerse en cuenta para juzgarCó ; que- eua-
iésq.u fera que sean lbs defectos de ejecución, tendrá eT mé- ·
rito indispensable d-e ser el' creador del género. C 'racia,.
pues,- e- inJulgenciapara esos defectos. Grande es er intenL .
M. Sánche.z. Miiurwl.
Julio, 30 de' 1885
XXIi
!!D'ON ARCA"DIOZENTEttAPRIEGO,
I ,NTERPRETEDE LA f\: OVELA SOCIAL
Por
Manuel ,Antonio -Rom'ero
XXIV
calabozo y el látigo. El derecho de "pernada" y el abuso
de la privilegiada condición de los hacendados, de los ad-
ministradores y de los jóvenes herederos, carecían de im-,
portancia por la general licencia que tenían en las costum-
bres. En 1911, el Gral. José Domingo Ramírez Garrido ·
conoció el caso de una mujer sometida a la tortura del en-
cierro en un jacal medio lleno de cal viva, en la jurisdic-
ción de Cunduacán, lo que le determinó a redadar el de-
creto de emancipación del peonaje de las deudas tradicio-
nales en 1914. año de iniciación de una paulatina mudan:'
za en las condiciones sociales de 'a vida del trabajador del'
campo.
Estos hechos demuestran que Zentella se anticipó
a todos en la sensibilidad moral frente a una injusticia de
la vida civil. En el panorama de las Letras Patrias, Zen -
leIla fué también un precursor de la novela social. Fué
mucho más tarde que José López Portillo y ROjas escribió
"La Parcela", drama rural de vitalidad extraordinaria. Y
ese pálido esbozo teatral. "La v~nganza de Ta gleba", de
Federico Gamboa, fué posterior a "Perico" . Más aún, el '
escritor revolucionario Heriberto Frías, con sus novelas y
episodios. de rudo verismo, se dió a conocer cuando en el '
régimen porfirista aparecían las grietas de la decadencia'.
"Perico" salió a la luz de la publicidad en la lozanía del.;
porfirismo.
No fué una casualidad que Zentella decidiera eso.
cribir su nove la. Pué consecuencia de su pasado polítiCO.
En su época nadie " veía" el sistema injusto creado en las
relaciones sociales en el campo. I-lay quien imagina hoy
que los mismos trabajadore s agrícolas ignoraban su lamen -
table situación.
Después de escrito " Perico", Sánchez Mármol es-
cribió algunas de sus novelas . En ninguna de ellas h ay
un pasa;e que dé relieue a l atropello cuoudiano cometido
xxv
~tt éónfra de los trahajadores agnCll"ios. Novelistas tahas e
XXVI
riamos lograr los aficionados a las Letras nacidos en el p~i~
saje de luz de Tabasco, es sacar del olvido y de la región~
el nombre del novelista y su obra.
XX'. 'H
altas; las posteriores a la muerte de Don Venustiano Ca-
rranza.
¿Será justa la actitud de los tabasqueños, indife-
rentes a las .glorias locales, sin una estatua que recuerde
a sus hombres de Ciencia y de las Letras muertos, sin edi-
ciones sucesivas de lo mejor que se ha escrito en Tabasco,
sin popularizar la obra de nuestros músicos y todo cuanto
lué producido bajo el signo del talento creador?
Por fortuna, hace años se inició una rectificación
-oportuna.
Los nombres de los educadores desta~ados en cada
'l ocalidad honran escuelas ,nuevas. En 1942, al imponerse
a una escuela de Villahermosa el nombre del Maestro
Francisco 1. Santamaría, tuvo lugar un homenaje sin pre-
cedentes a un Profesor vivo. Más tarde, el nombre del sa-
hio José N. Rovirosa sirvió para el Parque Tabasco, uno
de los lugares de esparcimiento más hellos del Municipio
del Centro. Los nomhres de Luis Gil Pérez, Emilio León
Zárate, Límhano Blandín y los de otros Profesores, figu-
ran en puehlos y villas en sustitución de nomhres tradicio-
nales.
No es hastante aún. La edición de las ohras de
poetas, prosistas y homhres de ciencia, nativos del solar ta-
hasqueño, constÚuye algo más que un homenaje: el pue-
tlo tahasqueño, hajo la dirección del Gohierno del Estado,
va al encuentro de la tradición y sella con los nomhres de
los forjadores de la cult.ura reg~onal, un pacto que será
fecundo en el porvenir. lLlegara su hora de luz a los con-
temporáneos, pero antes, como huenos hijos de T ahasco,
saquemos del olvido a nuestros ahuelos, aedas, pensado-
res, educadores, investigadores científicos, narradores his-
tóricos, a los que recogieron datos para estudios monográ-
!r.cos y a los que sacaron de su COrazón el zumo de la sen-
XXVIII
sibilidacl. que. saturando las invenciones de la fantasía, dan
un poco de reposo al espíritu. cultivándolo. elevándolo y
-depurándolo de los hajos menesteres que a menudo fatigan.
A los nombres de Leovigildo Ferrer y Ferrer y de
Salomé TaraceJ1.(l, viene a sumarse el nombre venerable
de Arcadio Zentella Priego, en la teoría de libros edita-
dos por la Compañía Editora Tabasqueña, S. A. Vendrá
después Manuel Sánchez Mármol y vendrán otros hasta
completar la Bihliotecade Autores Tabasqueños, que de-
bemos por igual a nuestros escritores científicos y literario8
del pasado y a nuestros hijos y a nuestros nielos.
XXIX
PEIICO
CAPITULO I
EN EL TRAPICHE (*)
( *' ) Este y Jos de más títulos capitulares fueron puestos pOI' la Editol·ial.
(N. de la E.)
EDITORIAL YUCA T ANENSE "CLUB DEL LIBRO"
34
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRlECO
35
CAPITULO 11
PERICO ·
38
:::.-::...... . .. .••...... ....... ..... ......-
~
CAPITULO 111
(*) Así se llaman en las fincas de campo las habitaciones de los sir-
vientes.
40
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRiEGO
Ilustro E. u. ::: .
41
•
CAPITULO IV
"lMATALO!"
44
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
(*) Un a pa lm e r a .
("') Aro h echo d e b e,juco, y qu e , s u s pe ndido por tres hilos, s irve para
colocar las vianda s, poni é ndol as a l abrigo de perros y ga tos.
("' ) M a jagu a . Pla nta fibrosa.
45
EDITORIAL YUCATANENSE "CLUB DEL LIBRO"
Ilustro .E. u. R.
"¡Mátalo!"
CAPITULO V
ESPANTO
48
.... .... • • ft~ft~ .,.-.. ... ~ • ....:_ ""-,, • • _~_.~_--_-"'" ..,.... '* _..-.. ." .w~ ....,..,.1fIia
~ "-=-- .. _"", •••••••• '" *"""'*- .............. ~~ ..... - .....
1::J\-prrOLO Vi
DESAZON
50
CAPiTULO vn
CASTIGO MONSTRUOSO
52
PER1CO - ARCADIO ZENTELLA PR1ECO
53
CAPITULO vm
CASILDA
56
PERK:O - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
57
• •
CAPITULO IX-
60
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
""'~
, ... ~~ .
61
EDITORIAL YUCATANENSE ~'CLO:S DEL LlS~011
CAPITULO lif
,
dos varas de la boca de la. fomalla. estaba . m
A . hombre rígido. tendido sobre el suelo ennegrecido
por el carbón y la ceniza; los rálídos resplando,..
res de la lumbre. hiriendo de soslayo ero~tro descamade;.
de "El Zurdo". mostraban la lívidezde los pómulos. de·
jando en la $ombra, que hada resallar más aquélla. fa ca_o
vicIad de I()~ ojotl y las huO(lida8mejilJM~ ,
El herrero que había gído llamarlo. díó princi·
pío 'u su traha jo. limando con bastante de,treza el perno
que 3&eguraba el anillo con que estaba rodeada la tibia.•
porClue no era mas que hueso la pierna de ~IEl Zurdo·· .
Al desenro!car el anillo. quedó en la apergaminada piel
otro formado por una faja de color cO'b,"z-~, relativamente
menos $uhído.
Petico presenci6 Codo aqueUo con más azora.
míentoque pena. ¡Tenía tánfa dicha en su alma! Víó casi
con indiferencia el trozo de mo-ra) a.Jisado por el uso, que
-EDITORIAL YUCATAN ENSE "CLUB DEL LIBRO"
......
64
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
~.~ ~ ... __ -: .,...,.~ ... ~ft~u • • ~. ·~ • • uuu • ..,
(*) Hojas sem eja ntes y más a nchas que las de los plataneros.
65
EDITORIAL YUCA T ANENSE "CLUB DEL LIBRO"
66
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
~,... .... .... .. ..................... ...,., . .. .
67
CAPITULO XI
COMPLACENCIA SINIESTRA
70
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
71
CAPITULO }Gil
PERICO, MONTER0
74
PERICO - ARCAD10 ZENTELLA PRlEGO
(.) Sitio donde se oortan y labran los tallos de los árboles de caoba.
75
EDITORIAL YUCATANENSE "CLUB DEL LIBRO"
76
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
. ..77
EDITORIAL YUCATANENSE "CLUB DEL LIBRO'P
... ~... '4 • • • • '4 U • '4 '4.
de hojas; los gafos (*). las cadenas, los yugos y los lagartos.
(*) . todo aquello que llamaba la atención del muchacho.
no era bastante a apartar su pensamiento del castigo que
continuaba esperando. ni de Cas¡lda a quien creía haber
perdido ~ siempre.
t*) MáqUina que sirve para levantar las piezas de caoba, para colocar
los lagartos.
«*) Pequeñas piezas de caoba que se ponen en un extremo de las
hozas, ¡mm impedir que al ser anas~ se bondall en la tierra.
78
,..,. .. ...
..t!tw:~......
. . . . . . • . .... ~... . ..........
...... ........... ....,.. ...................... "';' ...... ~
..
•.•.
CAPITULO XIII
PRESAGIOS DE TORMFNfA
a la boca.
Perico apuró de la misma manera la ración
. que le sirvieron. Cuando concluyó de cenar, preguntó al
mayordomo dónde dormiría.
'"""'¿ Trajiste pabellón? ....... dijo éste. .\
~No, señó, ....... se limitó a cont~star Perico,
.......Pues anda a dormí 'c on alguno. porque te
va comé el mosquito.
80
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
81
EDITORIAL YUCATANENSE "CLUB DEL LIBRO'Y
,..-Jala la guía.
Este es el nombre que dan a la yunta que va
primero en el tiro, así como el de casco a la última.
Perico esperó que pasara por delante el otro
gañán. que también conducía un tiro de bueyes, pues él
ignoraba por completo a dó de debía dirigirse.
Después de caminar algunos metros por un
sendero bastante amplio, entraron en el callejón principal.
que tenía de trecho en trecho vnrales atravesados, para
impedir que las trozas de caoba, que por allí debían pa-
sar. descansáran en toda su longitud sobre la tierra.
Varios callejones venían a insertarse en el prin-
cipaL así como los arroyos afluentes vienen a los ríos.
-Perico recibió orden de tomar uno de ellos. y.
a poco de andar, llegaron a donde estaba una pieza de
caoba. de unos seis metros de largo y como de veinte cen-
tímetros en cuadro. I
82
PERICO- ARCAD10 ZENTELLA PRIEGO
83
EDITORIAL YUCA T ANENSE "CLUB DEL LIBRO"
84
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
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EDITORIAL YUCA TANENSE "CLUB DEL LIBRO"
86
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87
EDITORIAL YUCATANENSE " CLUB DEL LIBRO "
Ilustro E. U. R.
DOLOR DE IMPOTENCIA
90
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
91
CAPITULO XV
LA NOCHE FATAL
94
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
95
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
96 '
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
.... ..... ~..,. ""~,..... ~~ ..... • ~ ....... ~ .. % .... ~ •• >
CAPITULO XVI
LA FUGA
100
PERICO - ARCADIO ZENTELLA Ph~ , E ,'::; ú
101
EDITORIAL YUCA T ANENSE "CLUB DEL LIBRO"
102
EDITORIAL YUCATANENSE "CLUB DEL LIBRO"
103
PS\ICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
llu.tre E. u. R..
., • .Las. varm~
, que guarnecian la . ventana saltaron hechaa astilla&. ...
,.
..rO '
CAPITULO XVII
UN PROTECTOR CONVENCIONAL
106
PERICO - ARCADIO ZENTEllA PRIEGO
107
tEOITbRIAL YUCAiANENSE "CLUB DEL LIBRO"
108
PERICO - ARCADIO ZENTELLA PRIEGO
(*) H a rina de m aíz cocido con la cua l se hace una especie de horchata.
109
EDITORIAL YUCA T ANENSE "CLUB DEL LIBRO"
la noticia por toda la Ribera; que se sabría que los que así
se escondían eran Perico y Casilda y que, por último, no
estaban allí seguros.
Perico, dominado por la apremiante necesidad
de huír, poco o nada pensaba en el crimen que había Co-
metido; además, el placer de hallarse al lado de Casilda.
acallaba algún tanto sus remordimientos y sólo de tiempo
en tiempo, se estremecía de horror. pero miraba a su amada
y se sentía feliz cuanto podía serlo.
¡1111
CAPITULO XVIII
CAPTURADOS
114
PERICO- ARCAD10 ZENTELLA PRIEGO
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EDITORIAL YUCA TANENSE "CLUB DEL LIBRO"
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CA~ITULO XIX
EN EL CEPO INFAMANTE
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EDITORIAL YUCA T ANENSE "CLUB DEL LIBRO"
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lIustro 1::. u. R.
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CAPITULO XX
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CJ\.PIT ULO XXI
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CAPITULO XXII
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CAPITULO XXIII
EN POS DE LA JUSTICIA
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CAPITULO XXIV
LUZ EN LA SOMBRA
Q E presentó Perico.
Ü El aseo del local podía muy bien rivalizar con el del
Juzgado de Ira. Instancia de*** .
........ Que tienes qué nombrar un def~nsor . .-Ie
dijo el Escribano .
. . . . T a bueno, ........dijo Perico.
Mientras el escribano atendía a su asuntos.
Perico veía algo para él más interesante.
Salió a los corredores del Palacio.
Casilda había sido traída para el mismo ob·
jeto, y los dos amantes pudieron verse y hablarse con trans-
portes de verdadero júbilo .
........¿Qué tal estás vos? .-decía Perico a su
amada, bañándola con una intensísima mirada de amor .
........Pos yo estoy bien.
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CAPlTULO XXV
P
OCOS momentos hacía que Perico se encontraba
en la prisión. cuando fué llamado a la reja por el
personaje que en su concepto debía ser su protector.
~¿ Ya tienes defensor? ~preguntó a Perico
el picapleito Rodrigo. que no era otro que el misterioso
protector del muchacho .
....... No lo he buscado .
......-¿ Pues no te dije que si querías yo te iba a
defender?
A p esa r de lo favorablemente que Perico es~
taba di spues to por e l que le hablaba. y a pesar tambié n
d e no di stinguirse el muchacho por su perspicaz mali cia .
e l in stinto excitó e n é l una sensación desagradable.
Rodrigo era un hombrecillo lampiño. que an-
daba é n man~a s de cam isa, bastante sucio; que porlaba
uno s zapatos b a jos con talón remangado; que dejaba ver
e n la extremidad de sus d edos una lista negra. que la tie-
rra tra n sparentaba al través de las uñas.
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EDlTORfAL ruCATANENSE -cLUB DEL UBRQ'"'"
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C-ONFIRMACION ,D E LA PENA DE M'VERTE
Rodrigo no llegó.
Pasaron varios días sin que Rodrigo se presen-
tase. Se le notificó a Perico que si no nombraba defensor.
se le nombraría de oficio .
A esta notificación contestó Perico:
....... Que me lo nombren.
Al Señor Magistrado X. se le presentaron va-
rios de los que tienen por costumbre visitar por las tardes
las cárceles, solicitando ser defensores de Perico y de Ca-
¡¡ilda, a quien se le había hecho la misma notificación .
El Juez agració a dos parientes de su mujer,
que ejercían la honrosa profesión, y así quedaron provistos
nuestros amantes de sus respectivos defensores. que eran
iolamente de fórmula, por lo que respecta a las defensas;
pero reales y positivos en cuanto a sacar d e sus patrocina-
dos, el muy escaso jugo que con sus industrias se adquirían.
A pesar de toda la diligencia de los patronos,
la causa no adelantaba nada.
El Magistrado X. cesó en sus funciones, sur-
gieron muchas dificultades, y la causa de los amantes entró
en un período de tranquilidad, que solamente era interrum-
pida cuando el que pagara la consulta al Licenciado***
que asesoró en tra. Instancia, venía a la capital y hablaba
al Magistrado que conocía del asunto; se escribían algunas
líneas y volvía á ocupar el expediente su lugar entre las
causas en curso. ~
Perico se fué acostumbrando al encierro; la
prisión de Casilda se relajó y no les era difícil a los reos
tener largas entrevistas, en que el desbordado amor de
sus corazones, hacía cortas las horas ;
El amante de Casilda fu é perdiendo poco a
poco su rusticidad. El trato con los otros reos , la vida fami-
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LA SOCIEDAD ES COMPASIVA. . ,_
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CAPITULO' XXVIU,
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PERICO
bellas letras, ora por una modestia, que de ser así, yo ca-
lificaría de hiperbólica, ora por pereza y decaimiento de
espíritu, que merecería el epíteto de criminal (y esto es lo
que más cercano a la verdad encuentro), porque la expe-
riencia le ha enseñado, que en el camino por donde la ha-
bía emprendido, en vez de aplausos y coronas, no habría
de recoger sino pingüe cosecha de malquerencias, el autor,
digo, ha resuelto cambiar de oficio. Ya no escribirá.en La
\ Idea artículos que subleven al poco s.ufrido gremio de nues-
tros campesinos; ya no continuará exhibiendo sus cuadros
tomados del natural, con gran contentamiento de las honra-
das gentes que pueblan esta tierra; ya no será literato,
pues convencido de que no sólo de ideas vive el hombre,
hase resignado por ende a aceptar la, si acaso tan odiosa,
mejor retribuída ocupación de cancerbero del fisco federal.
Quédale un orgtl-llo: La Idea no sobrevive a Perico ;el úl-
timo número que su editor da de ella, es únicamente para
proporcionar espacio al desenlace fin(l.l ele la narración
pendiente.
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chada de Bayardo.
Dumas, al decir del eminente crítico Gauderax,
creó en su Dénis "la tragedia bourgeose", Zente lla (y no
es que pretenda yo establecer paralelo entre él y el gran
novelista y dramaturgo francés), en su Perico nos ha dado
una muestra de tragedia campesina. Y es que en literatura,
la forma y el aparato es el todo, porque en cuanto a las
pasiones humanas, que constituyen la materia prima de
sus facturas, estallan por igual en medio de las selvas ci-
marronas, como en los palaciOS de pórfido; a la sombra del
pajizo techo de la cabaña, como bajo las majestuosas bó-
vedas del santuario; debajo de los harapos del pordiosero,
como debajo de la púrpura y el armiño de los grandes de
la tierra.
. Sí; Perico es tela para una tragedia: el muchacho
arriador de mulas que, inconsciente de la vida y de los mis-
terios que encierra, no conoce mas poder que el látigo nada
perezoso del que antes que todo es su amo. no importando
que la vida le venga, por uno de tantos azares del deseo, de
las propias entrañas de se mismo amo. crece, se hace hom-
bre, despierta a la vida, pero con un despertar soñoliento
y como brumoso, en el que hay más del instinto del ani-
mal que del destello de la razón: la ley fatal e inexorable
de la Naturaleza que impele los sexos a su encuentro, para
reconstruír la unidad. como impele las corrientes de nom-
bre contrario para recomponer la electricidad, se revela en
el corazón de Perico; enamórase de la criada Casilda, mu-
chachona fresca y gracio sa. que el amo cuida y domestica
a la sombra del hogar, anticipando con el deseo la satis-
facción de los goces sensuales que de ella se promete. no
de otro modo que cuidaría los frutos del árbol o el cerdo
de la pocilga, en la espectación de un hartazgo.
El amor, que según la expresión del poeta,
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Querido hermano:
iTe acuerdas!
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(*) Esta historia, a la cual no falta mas que el nombre de las per-
sonas que tomaron participación en el hecho que en ella se narra,
fué publicada en "El Criterio Público", correspondiente al 13 de
Enero de 1895.
Entonces vivía la persona que , concibió y puso por obra el
crimen, habiendo fallecido ' el día 21 de Diciembre del a ño de
1895 en el Hospital Civil de esta ciudad (Villahermosa) de tu-
berculosis.
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Te quiere tu hermano
Arcadio Zentelk.
"-",,, - ft4'r .iI'tI • ..".,··.."..".·";..,,-:w*··~·A~·A,...,...-.-~· .... IQwI"A·""·AA<1"·~ftA.A~,
LA HISTORIA
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dre, que lo que me falta qué contar es más feo ; así sin luz.
quizá lo diga más fácilmente", decía la voz ronca de mi
compadre, como si sonara dentro de una caja. Una llamea";
da violenta de la vela me hizo ver su cara enrojecida y la"
cuenca obscura, donde sus ojitos a zulosos brillaba n como si
saltaran dentro de ellos chispas de escasa duración. Aquel
rué el primer momento en que más iluminada ví la cara del
enfermo, y también el último, porque la luz se extinguió.'
~"Así mejor. lBendito sea DiosI ¿En qué estaba yo? lAhY
en que vinimos para ajuntarnos a la siguiente noche. Pues,!
como iba yo diciendo, aquel día me encontré con casi todos
los compañeros; los miraba sin decirles nada; pero bien
entendía yo que me recordaban el cumplimiento de mi com""'
promiso de ir a donde nos habíamos citado. También pasé
por ]a casa de la persona que nos había convocado para el
negocio, estaba muy tranquilota meciéndose en la hamaca:
de su sala y leyendo en un libro grande forrado de cuero".
La voz de mi compadre fué haciéndose más caver-
nosa , parecía que silabeaba las palabras con una entona-
ción de bajo profundo. ~"lQué feo es esto , compadreJ
Todavía te ngo aquel pantalón roto de las rodinas, que
llevé aquella noche, la camisa ya no la te ngo , pero me
queda la reliquia que nunca m e. volvx a poner ; tres días
de n acido tenía el hij o d e mi sobrina , que no me dejará
Tw::ntir ; él llí es tó él durmiendo. IAngelitoT Como iba yo dí-
cienJrJ , toJilo Sf: lo qui e ro contar, compadre, todito. D ecía
yo que Jl f:g'ó la noch ~, no es t a~a tan escura como la orra.
p ero sie mpre nélda se vía ; m e luí para la casa en que nos
íb él mo s él j untar, pasé como lél noche anterior, también por
los taTTlél rind os , y a travesé la plaza , por poco me pego con
el riram.e~ ya que estaba muy cerquita lo vide; quién sabe
por quf: el pirame me dió miedo, quizá por aquello que us-
t er] c;;;l-w qlle mp contaron cuando era yo muchachito, de
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IV
Principió a aclarar, y la IU:z penetraba por las
Tehendijas, como por ellas había salido en la noche la de
- la velucha de sebo; aquella sala, que era a la vez dormi-
torio. se fué iluminando lentamente. como si las sombras
estuvieran pegadas a los objetos y costara trabajo arran-
carlas. Apareció la cama donde dormía el niño panza arri-
ba y despatarrado. con tanta quietud como si estuviera
e n los comienzos de su sueño; junto a él dormía. tendido
medio cuerpo sobre la cama y co n las piernas colgantes.
una de las muj e res que vÍ a mi entrada andar como fan-
tasma por la estancia; en un butaque, recostada la cabeza
contra el seto. es taba otra d esgreñada y boquiabierta. en-
señando los raigones prie tos de la tronchada dentadura.
La Cuma del e n fe rmo. colocada en el lugar en que el seto
tenía meno s h end edura s. rué el último mueble que salió
d e las sombras . Obscuras las cuencas. iluminada la . nariz
y co n sombras com o manch as e n los e nflaquecidos carri-
llos. Tuvo e l enfe rmo un ataque de tos y, como producidas
por los con vulsivos movimientos del acceso, lanzó estas
p a iabras : " Y todavía los quiero. compadre, y hasta el hijo
del maldito" . Abrió los ojos y viendo que era de día. con-
tinuó : " j AhJ ya es tá amaneciendo. mejor se lo hubie ra
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PER1CO - ARCADlO ZENTELLA PRIEGO
FIN
DE LA
NOVELA
"PERICO"
191
:INDICE
PágIna
Capítulo IV
"¡MATALO!" .. .. . o •• • •• • •• • 43
••• o .... . . .... .. .. . . .. .
Capítulo V
ESPANTO .. . . .. . .... . . . . .. . ... . . . . . . .. .., . . ... .. . . 47
Capítulo VI
DESAZON ... . . . . ...... . . . .. , . . .. . . . . . . . . . .... . . ' 49
Capítulo VII
CASTIGO MONSTRUOSO . . , . , .. . .. , . .. . .. . . . . . . ,. 51
Capítulo VIII
CASILDA .. . , . . . .... ... .... . . . .. . ' . . .. . .. . , ... . . . 55
Capítulo ,I X
CUANDO TODO LO HECHO ES BUENO .... . . . ' .. 59
Capítulo X
"¡QUIN SABE SI QUIERE L 'AMO' " . ' .' . . .. , . ..... . 63
Capítulo XI
CO/'IIPLACENCIA SINIESTRA " ' , .. . , ', . .. , .. .. . . . 69
Capítulo XII
PE RICO, MONTERO , . . " 73
Capítulo XIII
PRESAGIO S DE TORMENTA . 79 o ••• : •• " o • • , o : • o •• ••
Capítulo XIV
DOLOR DE IMPOTENCIA ' o .
89
o o , , •••••• o •• o •• o , , • ••
Capítulo XV
LA NOC HE FATAL . o o . " o o •• 93 o . o • •••••• • •• •• o • • o. o
Capítulo XVI
LA FU GA .. , . , . ... .. . . . ..... . 99 o •••••• • ,., ••• •• •• ••
Capítulo XVII
UN PROTECTOR CONVENCIONAL . . . . . .. .......... 105
Página
Capitulo XVIII
CAPTURADOS ,.,. ~ ,. ,. ,. ,. , ,. , , ,. ,. , ,. ,. ,. ,. , . ,. , , ,. ,. ,. ,. ,. . . . . . . . . . 113
Capítulo XIX
EN EL CEPO INFAMANTE ..... .. "... ............ 119
Capítulo XX
IGNORANCIA, SIMBOLO DE ESCLAVITUD' • . .... • . 125
Capítulo XXI .
ENTRE LAS REDES DE LA "JUSTICIA" .......... . 121
Capítulo XXII
COMO SE. DlCfAN CIERTOS FALLOS ..... ... .... . 133
Capítulo XXIII
EN POS·DF.: LA JUSTiCiA .,....................... 137
Capítulo XXIV '.
LUZ f-N:LA SOMBRA ........... ,........ ... ... .... 141
Capítulo XXV
EN MANOS DE OTRO "PROTECTOR" ... . .. . . ,.. .. 143
Capítulo XXVI
CONFIRMACION DE LA PENA DE MUERTE . . .. ... 147
Capítulo XXVII
LA ~OCIEDAD ES COMPASIVA " . . ........ , . . . . . . .. 153
Capítulo XXVIII
AL OTRO LADO DEL MEZCALAPA .............. . 159
PERICO (Comentario de M. Sánchez Mármol) ..... .. . 163
LOS ESCAPULARIOS DE LA VIRGEN
DE CUNDUACAN ........ ... .' ................... 175
LA HISTORIA ..... .. . . ..., . . . ... . ro. .. .. ... .. .. ... 179
. .'
....La eaÍientc t tlta ero. chupada con ansiedad... . .. ..... , .
.... Doce horas. de.lréfbajQ habían ent umecido.... . .. .. .. .. . .
41
:;o
.... ¡Esto 'fner ece un trago !... ... . .... . . . .. .. .. . . . .. .. . . .. . 53
- "¡No váis corriendo!" ........ . .. .. ....... . .. .... . ... . 84
....Las varillas que guarnecían la vent ana saltaron hechas
astillas.... ... . ... ............' . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . . 104
....y allí. tendido, sobre el desnudo suelo.... ... .... .. ...... 123
Obras Proxir'rias!
Volumen No. 20
LA POESIA TABASQUEÑA
Por ,el Lic.
FRANCISCO J . SANT AMARlA
Volumen No. 21
MAYA
(Etimología de este nombre)
DISERTACION SOBRE LA HISTORIA
DE LA LENGUA MAYA O YUCATECA
y
ESTUDIO HISTORICO SOBRE LA RAZA
INDIGENA DE YUCAT AN
Por el Obispo
DON CRESCENCIO CARRILLO y ANCONA
UN MENSAJE A GARCIA
(Viene de la Ira. aleta)
cerl~. P~r regla general se tropieza con inspiran los infelices faltos de trabaj e
I~eflcacla, falta de atención, indif'3ren- que anhelan un empleo honesto, Y dE
cla y poca voluntad, y nadie prospera, la antipatia con qura se mira a los pa-
a no ser que, por medios propios o trones. Pero nada se dice acerca de l
Impropios o amenazas, fuerce o soborne patrón que envejece prematurame~tE
a I~s ot~os a ayudarle, o que Dios, en por sus esfuerzos en obtener .93rvlclo ~
su infinita bondad, efectúe el milagro hábi les y la paciencia que tle."~ qUE
y mand'3 un ángel de luz en su ayuda. desplegar para aguantar los servIcIOS dE
Haz, lector, una prueba de esto: gente incompetente. El patrón está cons-
Suponte que estás en una oficina aon- t antemente despidiendo empleados qUE
de puedas mandar a seis dependientes. han demostrado su incapacidad Y sus-
Llama a cualquiera de ellos y pídel'3 que t ituyéndolos por otros. No im~orta cuá l
busque en la ,:nciclopedia y que haga sea la situación de los negoclosj esto~
una breve resena respecto a la vida de cambios se registran constantemente¡
C?rreglo: ¿Crees qU'3 el dependiente di- sólo que, cuando los tiempos son .. Jalo!>,
ra, senclllam.ente: "Sí, señor" y pro- la el ección es más cuidadosa. El Intere~
ceda a terminar la tarea? De ningún propio Obliga a los patrones a conservar
modo. Lo que hará será fijar una mi- los mejores empleadOS, aquellOS qUE
rada de. duda y hacer una o varias de sean capaces de entreg ar el men5:lje o
las siguientes preguntas: ¿ Quién fué Garda.
·;:) se? ¿ qué enciclopedia? ¿ Dónde está Conozco a un individuo de relevan-
es!! .:nclclopedla? ¿Esa es mi obliga- tes dotes que es incapaz de conducir un
clon. ¿ No .confunde usted ese nombre negocio propio y que r3S absolutamente
con el de Blsmark? ¿ Por qué no manda inservible para -a l de cualquier otro,
~sted a Carlos? ¿Muri.ó ya Corregio? porque siempre tiene la idea de que ~ o
"Tiene usted mucha prisa? ¿No quiere está vejando el patrón o trata de oprl-
usted qu~ le traiga el libro y lo busque mi rlo. Ni puede dar órdenes, ni reci-
usted mismo? ¿Para qué quiere uste!l birlas. Si acaso &3 le encarga de llevar
saber eso? el men sa je a Garda, su contestación
'! apuesto diez contra uno a que des- sería: lIéveselo usted mismo.
Esta misma noche, este hombre busca
pues de haber contestado toda s esas
preguntas y de explicar cómo se PUr3- trabajo, pero nadie que lo conoce se
den enc?ntrar los . informes deseados y atreve a emplearlo, pues es un origen
par~ que . s.e n~cesltan, el empleado to- constante de disgusto.
davla solicitara la ayuda de algún otro Es natural que un hombre tan mo-
de sus compañeros para poner encon- ralmente deforme inspire la misma com-
trar a . Corregio y al final resultará que pasión que un jorobado¡ pero al compa-
no eXiste. el tal individuo. Puede que decerlos, acordémonos también de 105
pierda mi apuesta j pero, por regla ge- infelices que se '3sfuerzan por llevar a
neral, creo que ganaré. cabo grandes empresas, cuyas horas de
trabajo no se rigen por los silbatos de
Ahora bien: si eres prudente no te la fábrica y cu vas cabezas encanecen
molest~rás eX'plica~do a tu emple~do que por sus luchas para contrarrestar la im-
Correglo e~ta registrado bajo la letra becilidad e indifer'3ncia de los emplea-
C y no ba~o la letra Kj sino que, tras dos que, sin su ayuda, estarían fal t os
de un no Importa, buscarás tú mismo de pan y de hogar.
lo que necesitas. Y esta incapacidad de
Independencia en acción, esta estupidez ¿ Es mi lenguaje demasiado duro? Po-
moral, esta ra nfermedad de la voluntad sible es que sí, pero mi deseo es e x-
es lo q~e pon e el socialismo puro a un~ presar mi admiración por los que ob-
distancia muy lejana, pues si el hom- tienen é xito '3n la vida.
bre ,no s~ esmt;ra en b eneficio propio, Yo he trabajado como dependiente y
¿ qu e se ra tratandose del ben~ ficio de h e sido también principal, y sé que algo
l a comunid a d ? Par ece que sólo el palo pued e decirse en pro de ambas partes.
d e l c a p a t a z o e l mi elo d e ser de sde- L a pobreza no tien'3 en si nada de ex-
dido e l fi n d e se m an a, h ac e qU'3 mucho s ce l e nte y los andraj os no son recomen-
d ese mpeñ en su t r a b ajo . dación ¡ y los principales pueden ser tan
Soli cí t en se lo s se rvi c io s d e un t aquí- malos y avarientos como los pobres IJUt;-
g r a fo , y d e c ad a di e z aspir ante s al den se r virtuosos . Mi Simpatía está con
pu es t o, nue ve no t endrá n buen a orto- el empleado que desempeñe su trabajo,
g r a fi a, n i bu en a pun t u ac i ó n, ni con s id e- tanto cuando el patrón está pNsen te
r a r á n n eo3sa ri os es to s cono c imi entos. como cuando está ausente ; y el hombre
¿ Podrá un o d e es to s i ndividuo s en- que recib e p a ra su entrega un men sa j e
t r ega r u n m en sa j e a G a r d a ? a G a r da y sin hacer preguntas idiotas
¿ V e u st ed ese t en edor d e libros ? , m e proce de a ent,..3garlo, sin intención de
p r eg un ta b a el enc a r ga do d e una fábrica. arroj a rlo a l prim er albañal, nunca ten-
Sí, ¿ qu é ti en e ? P u es es muy bu en drá qu é d ecl a r a rse en huelga para ob-
co n t a dor. p ero si l o m a ndo a l a ciud a d tener m a yores sa larios. Esta es la clase
co n cu a l q u i er en ca r go ta l ve z lo d ese m - de hombres q ue se nec'J sita.. y a los
p eñ e a sa ti s f ac ció n o t a l v ez se d et en ".a cual es n a d a p ue de negarse. Son tan es-
en c u a t r o ca nti n as y a l ll e ga r a l a c; - c aso s qu e ningún patrón consentirá en
lI e p r in cipa l, se l e olvid e a qu é l o d ej a rlo i r. Se les necesita e n todas las
m a nd é. ciud a d'3s, pueblos, aldeas en todas las
ofi c in as, t a ll e r es y f íi lJl"icas. El mundo
¿ Pu edra confi a rse a un hombre d e eso s e n te ro los ll a ma a voz en cu ello y lo s
l a entreg a d e Un m en sa j e a Ga r cia? nec es ita : nece s it a e l hombre qu e pu ed'3
Mu c ho se oy e d c la compasión qu e en treg a r e l MENSAJE A GA RCI A .
$10.00
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