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Algunas veces nos llegan imágenes de otro mundo: cuando viajamos o cuando vemos
imágenes en televisión sobre personas que mueren de hambre en Africa, campos de
refugiados en Oriente Medio, inundaciones en Asia que barren casas construidas con
palmeras y cartones, o las campañas de diferentes organizaciones que trabajan para
llevar agua potable a personas que tienen que recorrer kilómetros para llegar al pozo
más cercano cuando nosotros sólo tenemos que abrir un grifo.
Estas imágenes hacen que seamos conscientes de que existen grandes diferencias
entre unos países y otros y que muchas personan viven en la pobreza. Y surgen
muchas preguntas.
¿Por qué al cruzar la frontera entre Estados Unidos y México desde San Diego a Tijuana
se observan diferencias tan dramáticas en las rentas, condiciones de vida y niveles de
desarrollo humano? Después de todo, son frontera y la geografía a un lado es
prácticamente igual a la del otro. ¿Qué ha hecho que la India, con un elevado número
de personas formadas y un inmenso mercado potencial, haya sido durante décadas
una de las naciones más pobres del mundo? ¿Cómo es posible que países africanos con
enormes riquezas en materias primas se encuentren a la cola del desarrollo mientras
otros países con escasos recursos registran disfrutan de un elevado nivel de renta?
La obra más relevante de Adam Smith, el padre de la economía, lleva por título La
causa de la riqueza de las naciones. Desde entonces, los investigadores han tratado
mucho el tema, se han sucedido muchas aportaciones, pero lo cierto es que todavía
hoy, con el espectacular avance técnico registrado, unos 800 millones de personas
viven en la pobreza, el 1% de la población mundial posee el 46% de la riqueza por lo
que la desigualdad y la pobreza son, sin duda, el mayor fracaso de la economía y la
política1.
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También hay datos alentadores. Ver lo conseguido de los Objetivos del Mileno hasta 2015 en las
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crecimiento más rápido que contrasta con el seguido por América Latina, los países
árabes y especialmente Africa.
Pues bien, utilizando el PIB ajustado a la capacidad de compra se puede observar que
los PD muestran un nivel de este indicador similar al del PIB; en cambio, en el caso de
las regiones en desarrollo, el PIB ajustado a la capacidad adquisitiva se sensiblemente
más elevado que el PIB. Por tanto, según este indicador, la desigualdad entre países no
es tan elevada como cuando comparamos los niveles de PIB.
d. La evolución de la pobreza
Desde finales de los 80 se viene reduciendo el número de personas considerados
pobres, es decir, aquellos que viven con menos de 1,25 dólares al día. En 2015 el
mundo había superado algunos desafíos que parecían intimidantes hace 25 años.
Aunque la población mundial aumentó en 2.000 millones —pasando de 5.300 millones
en 1990 a 7.300 millones en 2015—, más de 1.000 millones de personas salieron de la
pobreza extrema, 2.100 millones obtuvieron acceso a saneamiento mejorado y más de
2.600 millones tuvieron acceso a una fuente mejorada de agua potable (ONU). Sin
embargo, estos datos globales ocultan diferencias de unas regiones a otras. Así, las
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mejoras en la reducción de la pobreza han venido impulsadas, en gran medida, por el
extraordinario éxito en Asia oriental y muy especialmente China. Sin embargo, en otras
regiones como Oriente Medio, Africa y sur de Asia, ha aumentado el volumen de
pobres.
El crecimiento económico constituye uno de los objetivos centrales hacia los que se
encaminan las tareas de los gobiernos. Conseguir ese objetivo no es, sin embargo, una
tarea sencilla, especialmente para los países más pobres y vulnerables ya que son
muchas las carencias y restricciones que deben superar. Ahora bien, que constituya
una tarea compleja no quiere decir que sea imposible. La historia más reciente nos
aporta algunos casos ilustrativos al respecto.
En 1960, España y Perú, tenían un PIB pc similar, en el entorno de los 3.000 dólares a precios
de 1990. Desde entonces los dos países emprendieron dinámicas económicas dispares,
creciendo su PIB pc respectivamente a unas tasas anuales acumulativas promedio del 4% y del
0,9% respectivamente, dando lugar a que 2008, el PIB pc de España (19.706 dólares de 1990)
multiplique por algo más de cuatro el propio de Perú.
En 1960 cuatro países, dos asiáticos- Taiwán y Malasia-, uno lationamericano –Bolivia- y el
otro africano- Congo- tenían un PIB pc relativamente semejante, de cerca de 1.500 dólares de
1990. Como consecuencias de los distintos ritmos de crecimiento económico, en 2008, el PIB
pc de Taiwán multiplicaba por nueve el de Congo; y el de Malasia multiplicaba por más de tres
el de Bolivia.
Los ejemplos señalados son suficientes para demostrar, en primer lugar, que el
subdesarrollo no es un estadio imposible de superar.
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Con objeto de medir este nuevo concepto se procede a la definición del Indice de
Desarrollo Humano (IDH). Es elaborado por Naciones Unidas desde 1990 y pretende
medir las principales cuestiones planteadas en el concepto de desarrollo humano:
El IDH establece un intervalo (0-1) para cada una de las dimensiones y luego muestra la
posición de cada país con relación a esos valores. Los valores entre 0.8 y 1 se
consideran niveles de desarrollo humano alto, entre 0.5 y 0.8 son niveles de desarrollo
humano medio y entre 0 y 0.5 se asocian a niveles de desarrollo humano bajo. El país
con un IDH más elevado en 2015 fue Noruega seguida de Australia y Suiza y los más
bajos correspondieron a República Centroafricana, Níger y Chad y otros países de
Africa Subsahariana.
¿Qué es la pobreza?
La desigualdad internacional tiene su expresión más lacerante en la persistencia de la
pobreza extrema. Se entiende por pobreza el estado de especial vulnerabilidad que
padecen las personas como consecuencia de carencias graves en la cobertura de
necesidades básicas.
Se considera pobre al que tiene un nivel de ingreso inferior a la línea de pobreza que
se ha definido.
En este tema, nos referimos como pobreza a la pobreza absoluta. Pues bien, de
acuerdo con esta forma de medir la pobreza (criterio del Banco Mundial), una primera
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conclusión es que se ha avanzado en la reducción de este importante problema. En
1990 había 1.908 millones de pobre en el mundo; es decir, el 41% de la población
mundial. En 2008, el número de pobre había descendido a 1.289 millones (el 22%) de
la población mundial; y en 2015 existían alrededor de 800 millones. En este progreso
influyó, sobre todo, el crecimiento experimentado por algunos países, como China e
India, con alto volumen de población pobre. En todo caso, y pese a este avance, queda
un contingente importante de población que no alcanza la renta mínima para cubrir
necesidades vitales básicas. Esto plantea un desafío y una responsabilidad a los países
afectados y a la comunidad internacional, que deben poner los medios para acabar con
esa lacra.
Un análisis más desagregado por regiones constata que la región con mayor número
de pobres es Asia Meriodional y Africa Subsahariana.
Perfil económico
Bajas tasas de crecimiento económico y bajos niveles de renta per cápita
En los primeros modelos de crecimiento se estimaba que el capital era la variable clave
para explicar el crecimiento económico, de ahí que tradicionalmente la falta de capital
haya sido considerada como la causa fundamental del subdesarrollo.
La teoría del círculo de la pobreza ilustra de manera clara esta idea. La primera
cuestión es ¿por qué un país es pobre? La respuesta: porque no ahorra. La escasez de
ahorro interno impide acometer inversiones necesarias para impulsar el crecimiento.
La segunda cuestión que cierra el círculo: ¿por qué no ahorra? Porque es pobre. Un
país con rentas bajísimas tiene serias dificultades para detraer una parte de la renta
destinada al consumo y orientarla al ahorro. Así, la falta de ahorro interno hace que
los PED financien su crecimiento con ahorro externo que puede significar
endeudamiento o no, depende de la vía de entrada de capitales:
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impacto positivo sobre el crecimiento del país receptor no es siempre
significativo.
- La cooperación al desarrollo, aunque como veremos, la cuantía de la ayuda se
considera insuficiente y de limitada eficacia.
- Préstamos del exterior, pero éstos suponen un endeudamiento que en muchas
ocasiones resulta insostenible. De hecho, la deuda externa ha sido uno de los
rasgos que ha definido el perfil económico de una gran parte de los países
subdesarrollados.
- Las remesas de los emigrantes se han convertido en una de las fuentes de
entrada de capitales más relevantes para PED, por encima de la ayuda al
desarrollo y muy cerca de la inversión extranjera directa.
Aunque un grupo de PED, los llamados emergentes, han venido registrando tasas de
crecimiento elevadas debido, en buena medida, a su apertura comercial y financiera,
consiguiendo insertarse en los mercados internacionales, no ocurre esto con la
mayoría de los países de bajo ingreso. Una de las razones se encuentra en que su
producción y por tanto productos de exportación están muy concentrados en un
reducido número de productos básicos y manufacturas intensivas en mano de obra
poco cualificada.
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producción, eliminando la competencia y traduciéndose en atraso tecnológico, baja
calidad y precios elevados.
Sin embargo, parece que esta tendencia se ha revertido en un buen número de PED
que han venido adoptando medidas de liberalización económica interna y externa,
desregulando sus mercados y reduciendo su participación pública en la economía. Un
buen ejemplo es la América Latina que, en los años noventa acometió un proceso de
liberalización sin precedentes en el marco del cual tuvieron lugar numerosas
privatizaciones.
PERFIL SOCIAL
Los PED aglutinan más del 80% de la población mundial y su contribución ha venido
aumentando debido al comportamiento de sus tasas de natalidad y mortalidad. La tasa
de mortalidad se ha reducido de manera considerable en las últimas décadas (excepto
Africa) gracias, fundamentalmente a los avances en la medicina, la vacunación de
amplias zonas. Y las tasas de natalidad se mantienen en niveles considerablemente
elevados (a pesar de que en muchos países ya se han comenzado a reducir) porque en
gran parte están asociadas a tradiciones culturales o religiosas muy arraigadas. La
combinación de las tendencias de ambas tasas explica el elevado ritmo de crecimiento
de la población de los PED.
Que se derivan en gran medida del escaso acceso a los servicios médicos de gran parte
de la población. Pero también responden a condiciones sanitarias inadecuadas, mala
nutrición y dificultades del acceso a agua potable, acarreando el contagio de muchas
enfermedades.
Existe también una enorme diferencia en la esperanza de vida al nacer: en los países
de alto ingreso se sitúa en torno a 80 años, mientras que la de los países de bajo
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ingreso es de 59 años, con niveles inaceptables en algunos países como Angola (41
años) o Guinea Bissau (44 años). Y a la malnutrición, enfermedades, conflictos armados
se une que en los PED el mantenimiento de la salud supone un esfuerzo económico
para gran parte de la población. Investigaciones realizadas estiman que casi un tercio
de los hogares estudiados tuvieron que vender sus bienes o pedir un préstamo para
pagar los gastos médicos ocasionados por la enfermedad de un miembro de la familia.
Se sitúan muy por debajo de los que registran los países desarrollados y se observa en
todos los niveles de educación, desde las tasas de alfabetización hasta la escolarización
primaria, secundaria y terciaria, a pesar de haber mejorado. Existe consenso en admitir
la relevancia de la educación en los procesos de desarrollo, puesto que permite
ampliar las oportunidades de la población y crear un capital humano que se configura
como un factor clave para impulsar el desarrollo.
Desigualdades internas
Las desigualdades son más acusadas en los PED que en el interior de los PD. Sólo
algunos ejemplos son lo suficiente elocuentes: en Bolivia y Perú, las tasas de
mortalidad infantil de los niños que pertenecen al 20% más pobre de la población son
entre cuatro y cinco veces superiores a las de los niños pertenecientes al 20% más rico.
La tasa de analfabetismo es del 3% en Ciudad de México y aumenta hasta el 20% en
Chiapas, mientras que en Ghana, la incidencia de la pobreza es del 2% en Accra, la
capital, y del 70% en la sabana rural.
3. LA COOPERACIÓN AL DESARROLLO
Por cooperación al desarrollo se entiende todas aquellas acciones encaminadas a
mejorar las condiciones de vida del país beneficiario realizadas por diferentes agentes
que van desde empresas y organizaciones no gubernamentales (ONG) hasta agencias
de cooperación nacionales e instituciones internacionales.
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c. Contener un elemento de concesionalidad de al menos un 35%
d. Estar destinada a un país incluido en la lista de beneficiarios elaborada por la
OCDE.
El eje del sistema lo ocupa Naciones Unidas, dado que es la institución en la que se
inserta el resto de organismos que configuran el sistema internacional de cooperación
al desarrollo. Entre ellos destaca el papel desempeñado por las llamadas instituciones
de Bretton Woods: el Fondo Monetario Internacional y el Banco Internacional de
Reconstrucción y Desarrollo, integrado en el Banco Mundial. A estas instituciones se
suman años más tarde la Organización de Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE)
y una serie de bancos regionales de desarrollo entre los que se encuentran: el Banco
Interamericano de Desarrollo, el Banco Africano de Desarrollo, el Banco Asiático de
Desarrollo.
El Banco Mundial
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Con el objetivo de promocionar el desarrollo de los PED, el Banco Mundial desarrolla
su labor en tres ámbitos:
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