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Biografía de Euclides

 
 

Euclides (fl. 300 a.C.), matemático griego, cuya obra principal,


Elementos de geometría, es un extenso tratado de matemáticas en 13
volúmenes sobre materias tales como geometría plana, proporciones en
general, propiedades de los números, magnitudes inconmensurables y
geometría del espacio. Probablemente estudió en Atenas con discípulos
de Platón. Enseñó geometría en Alejandría y allí fundó una escuela de
matemáticas. Los Cálculos (una colección de teoremas geométricos), los
Fenómenos (una descripción del firmamento), la Óptica, la División del
canon (un estudio matemático de la música) y otros libros se han
atribuido durante mucho tiempo a Euclides. Sin embargo, la mayoría de
los historiadores cree que alguna o todas estas obras (aparte de los
Elementos) se le han adjudicado erróneamente. Los historiadores
también cuestionan la originalidad de algunas de sus aportaciones.
Probablemente las secciones geométricas de los Elementos fueron en un
principio una revisión de las obras de matemáticos anteriores, como
Eudoxo, pero se considera que Euclides hizo diversos descubrimientos
en la teoría de números.

Los Elementos de Euclides se utilizaron como texto durante 2.000 años,


e incluso hoy, una versión modificada de sus primeros libros constituye la
base de la enseñanza de la geometría plana en las escuelas
secundarias. La primera edición impresa de las obras de Euclides que
apareció en Venecia en 1482, fue una traducción del árabe al latín.

  EUCLIDES
Euclides es, sin lugar a dudas, el
Matemático más famoso de la antigüedad
y quizás el más nombrado y conocido de
la historia de las Matemáticas.

Se conoce poco de la vida de Euclides,


sin embargo, su obra sí es ampliamente
conocida. Todo lo que sabemos de su
vida nos ha llegado a través de los
comentarios de un historiador griego
llamado Proclo. Sabemos que vivió en
Alejandría (Egipto), al parecer en torno
al año 300 a.c. Allí fundó una escuela de
estudios matemáticos. Por otra parte
también se dice que estudió en la escuela fundada por Platón.

Su obra más importante es un tratado de geometría que recibe el título de "Los


Elementos", cuyo contenido se ha estado (y aún se sigue de alguna manera)
enseñando hasta el siglo XVIII, cuando aparecen las geometrías no euclídeas.
 

"LOS ELEMENTOS":
"Los Elementos" ha tenido más de 1.000 ediciones desde su primera
publicación en imprenta en 1482. Se puede afirmar, por tanto, que
Euclides es el matemático más leído de la historia.

Esta obra es importante, no tanto por la originalidad de sus contenidos,


sino por la sistematización, el orden y la argumentación con la que está
constituida. Euclides recopila, ordena y argumenta los conocimientos
geométrico-matemáticos de su época, que ya eran muchos.
Euclides construye su argumentación basándose en un conjunto de
axiomas (principios o propiedades que se admiten como ciertas por ser
evidentes y a partir de los cuales se deduce todo lo demás) que Euclides
llamó postulados.  Los famosos cinco postulados de Euclides, que
ofrecemos a continuación, son:

I.- Dados dos puntos se pueden trazar una recta que los une.

II.- Cualquier segmento puede ser prolongado de forma continua en una


recta ilimitada en la misma dirección.

III.- Se puede trazar una circunferencia de centro en cualquier punto y


radio cualquiera.

 IV.- Todos los ángulos rectos son iguales.


 

V.- Si una recta, al cortar a otras dos, forma los ángulos internos de un
mismo lado menores que dos rectos, esas dos rectas prolongadas
indefinidamente se cortan del lado en el que están los ángulos menores que
dos rectos.
 Este axioma es conocido con el nombre de axioma de las paralelas y
también se enunció más tarde así:
 V-. Por un punto exterior a una recta se puede trazar una única paralela.

  Este axioma, que al parecer no satisfacía al propio Euclides, ha sido el


más controvertido y dio pie en los siglos XVIII y XIX al nacimiento de las
geometría no-Euclídeas.

"Los Elementos"consta de trece libros sobre geometría y aritmética.

LIBROS del I al VI : Geometría plana.


 

o El libro I trata de triángulos, paralelas, incluye postulados, etc.


o El libro II trata del álgebra geométrica.
o El libro III trata de la geometría del circulo.
o El libro IV de los polígonos regulares.
o El libro V incluye una nueva teoría de las proporciones, aplicable
tanto a las cantidades conmensurables (racionales) como a las
inconmensurables (irracionales).
o El libro VI es una aplicación de la teoría a la geometría plana.

LIBROS del VII al X :


 
o  Del VII al IX :Tratan de la teoría de los números (aritmética), se
discuten relaciones como números primos, (Euclides prueba ya en
un teorema que no hay una cantidad finita de números primos),
mínimo común múltiplo, progresiones geométricas, etc.
o El libro X trata de los segmentos irracionales, es decir, de aquellos
que pueden representarse por raíz cuadrada.

LIBROS del XI al XIII : Geometría espacial.


 
o En el libro XII aplica un método que abarca la medida de los
círculos, esferas etc.

"Los Elementos" es una verdadera reflexión teórica de y sobre


matemáticas. En la práctica totalidad de su obra, que consta de 465
proposiciones, 93 problemas y 372 teoremas, ¡no aparecen números!
Euclides, además, escribió sobre música y óptica, tiene una obra titulada
"Sofismas" que, dice Proclo, sirve para ejercitar la inteligencia.

Para acabar podemos citar un par de anécdotas que nos ilustrarán, aún
más, sobre la vida y gestos de Euclides:

En una ocasión, el rey Ptolomeo preguntó a Euclides si había un camino


más breve que el que él utilizaba en "Los Elementos" para estudiar
Geometría, él respondió que no existen caminos "reales" en la
geometría.Con este juego de palabras, Euclides le vino a decir al rey que
no existen privilegios en la geometría.

En otra ocasión, uno de sus estudiantes preguntó a Euclides qué ganaba


con lo que había aprendido de la geometría: El maestro ordenó a su
esclavo que le entregase una moneda (óbolo) a aquel estudiante, para que
"ganara" algo con lo que aprendía de geometría, dando a entender que
aquel muchacho no había entendido nada de la grandeza de la geometría y
de lo desinteresado de ésta.
 

Si quieres puedes ver algunas imágenes sobre Euclides y Los Elementos.

También puedes ver otras páginas de internet sobre Euclides:


 

o Universidad de St Andrews en Escocia.


o Euclid's elements, página de David E. Joyce de la Clark University
(USA). Se trata de una versión completa de Los Elementos en
inglés.

Euclides
(330 a.C. - 275 a.C.) Matemático griego. Poco se conoce a ciencia cierta
de la biografía de Euclides, pese a ser el matemático más famoso de la
Antigüedad.

Es probable que Euclides se educara en Atenas, lo que explicaría con su


buen conocimiento de la geometría elaborada en la escuela de Platón,
aunque no parece que estuviera familiarizado con las obras de
Aristóteles. Enseñó en Alejandría, donde alcanzó un gran prestigio en el
ejercicio de su magisterio durante el reinado de Tolomeo I Sóter; se
cuenta que éste lo requirió para que le mostrara un procedimiento
abreviado para acceder al conocimiento de las matemáticas, a lo que
Euclides repuso que no existía una vía regia para llegar a la geometría
(el epigrama, sin embargo, se atribuye también a Menecmo como
réplica a una demanda similar por parte de Alejandro Magno).

La tradición ha conservado una imagen de Euclides como hombre de


notable amabilidad y modestia, y ha transmitido así mismo una
anécdota relativa a su enseñanza, recogida por Juan Estobeo: un joven
principiante en el estudio de la geometría le preguntó qué ganaría con
su aprendizaje; Euclides, tras explicarle que la adquisición de un
conocimiento es siempre valiosa en sí misma, ordenó a su esclavo que
diera unas monedas al muchacho, dado que éste tenía la pretensión de
obtener algún provecho de sus estudios.

Euclides fue autor de diversos tratados, pero su nombre se asocia


principalmente a uno de ellos, los Elementos, que rivaliza por su difusión
con las obras más famosas de la literatura universal, como la Biblia o el
Quijote. Se trata, en esencia, de una compilación de obras de autores
anteriores (entre los que destaca Hipócrates de Quíos), que las superó
de inmediato por su plan general y la magnitud de su propósito.

De los trece libros que la componen, los seis primeros corresponden a lo


que se entiende todavía como geometría elemental; en ellos Euclides
recoge las técnicas geométricas utilizadas por los pitagóricos para
resolver lo que hoy se consideran ejemplos de ecuaciones lineales y
cuadráticas, e incluyen también la teoría general de la proporción,
atribuida tradicionalmente a Eudoxo.

Los libros del séptimo al décimo tratan de cuestiones numéricas y los


tres restantes se ocupan de geometría de los sólidos, hasta culminar en
la construcción de los cinco poliedros regulares y sus esferas
circunscritas, que había sido ya objeto de estudio por parte de Teeteto.

La influencia posterior de los Elementos de Euclides fue decisiva; tras su


aparición, se adoptó de inmediato como libro de texto ejemplar en la
enseñanza inicial de la matemática, con lo cual se cumplió el propósito
que debió de inspirar a Euclides. Más allá, incluso, del ámbito
estrictamente matemático, fue tomado como modelo, en su método y
exposición, por autores como Galeno, para la medicina, o Espinoza, para
la ética.

De hecho, Euclides estableció lo que, a partir de su contribución, había


de ser la forma clásica de una proposición matemática: un enunciado
deducido lógicamente a partir de unos principios previamente
aceptados. En el caso de los Elementos, los principios que se toman
como punto de partida son veintitrés definiciones, cinco postulados y
cinco axiomas o nociones comunes.

La naturaleza y el alcance de dichos principios han sido objeto de


frecuente discusión a lo largo de la historia, en especial por lo que se
refiere a los postulados y, en particular, al quinto (postulado de las
paralelas). Su condición distinta respecto de los restantes postulados fue
ya percibida desde la misma Antigüedad, y hubo diversas tentativas de
demostrarlo como teorema; los esfuerzos por hallarle una demostración
prosiguieron hasta el siglo XIX, cuando se puso de manifiesto que era
posible definir geometrías consistentes, llamadas «no euclidianas», en
las que no se cumpliera la existencia de una única paralela trazada a
una recta por un punto exterior a ella.
Platón (427-347 a.n.e.)
Arístocles de Atenas, apodado Platón (Plátwn = «el de anchas
espaldas»), nace, probablemente, el año 428-427 a.n.e. en Atenas, o
quizás en Aegina. Pertenecía a una familia noble. Su padre, Aristón, se
proclamaba descendiente del rey Codro, el último rey de Atenas. Su
madre Períctiona, descendía de la familia de Solón, el antiguo legislador
griego. Era además hermana de Cármides y prima de Critias, dos de los
treinta tiranos que protagonizaron un golpe de estado oligárquico el año
404. Platón tuvo dos hermanos, Glaucón y Adimanto, y una hermana,
Potone. A la muerte de Aristón, Períctina se casó con su tío Pirilampo,
amigo y partidario prominente de Pericles, con quien tuvo otro hijo,
Antifón.

Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es posible que se
iniciara en la filosofía con las enseñanzas del heracliteano Cratilo. A los veinte años (407) tiene
lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces
63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Tanto por sus relaciones familiares,
como por vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en la vida política. Pero, según narra en
la Carta VII, dos sucesos decisivos le hicieron desistir de ello. Durante el régimen de los treinta
tiranos sus parientes (Critias, Cármides) y conocidos le invitan a colaborar con el gobierno: «Yo me
hice unas ilusiones que nada tenían de sorprendente a causa de mi juventud. Me imaginaba, en
efecto, que ellos iban a gobernar la ciudad, conduciéndola de los caminos de la injusticia a los de la
justicia». Pero las acciones criminales iniciadas por el nuevo gobierno desilusionaron a Platón;
sobre todo por el intento de mezclar a Sócrates («el hombre más justo de su tiempo») en el
prendimiento de León de Salamina (un exiliado del partido demócrata) para condenarlo a muerte.
Pero «Sócrates no obedeció y prefirió exponerse a los peores peligros antes de hacerse cómplice
de acciones criminales». Los exiliados del partido democrático se rehicieron bajo la dirección de
Trasíbulo y, con el apoyo del pueblo ateniense, derrotaron a los oligarcas. Al principio los hombres
del nuevo gobierno utilizaron una gran moderación, votando icluso una amnistía, para poner fin a la
guerra civil. De nuevo Platón se siente inclinado a mezclarse en los asuntos del estado; pero
ocurre que bajo el nuevo gobierno tiene lugar el proceso y condena de Sócrates: «he aquí que
gentes poderosas llevan a los tribunales a este mismo Sócrates, nuestro amigo, y presentan contra
él una acusación de las más graves, que él ciertamente no merecía de manera alguna: fue por
impiedad por lo que los unos le procesaron y los otros lo condenaron, e hicieron morir a un hombre
que no había querido tomar parte en el criminal arresto de uno de los amigos de aquéllos,
desterrado entonces, cuando, desterrados, ellos mismos estaban en desgracia». La injusticia del
orden oligárquico y los errores de la democracia conducen a Platón a orientar su pensamiento en el
sentido en encontrar un fundamento sólido para poder instaurar un orden justo: «Entonces me
sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía y a proclamar que sólo con su luz se
puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y en la vida privada. Así, pues, no
acabarán los males para los hombres hasta que llegue la raza de los puros y auténticos filósofos al
poder o hasta que los jefes de las ciudades, por una especial gracia de la divinidad no se pongan
verdaderamente a filosofar»

El año 399 tiene lugar la condena y muerte de Sócrates que despejarán los posteriores caminos
del padre de la Filosofía académica. Temiendo ser molestado por su condición de amigo y
discípulo de Sócrates, Platón se refugia en Megara donde permaneció probablemente tres años,
entrando en relación con la escuela y con Euclides de Megara. Posteriormente partió para Africa,
visitando, primero, Egipto y, después, la Cirenaica, donde frecuentó a Aristipo de Cirene y al
matemático Teodoro. A partir de este momento se dan varios versiones de sus viajes. Para unos
regresa directamente a Atenas, para otros va a Italia meridional a fin de conocer las sedes
pitagóricas y a Arquitas de Tarento.
Hacia el año 388 abandona Italia (o Atenas) para dirigirse a Sicilia. En Siracusa
reina un griego, Dionisio I el Anciano, que tiene en jaque a los cartagineses y se
ha convertido en amo de Sicilia. Platón intima con Dión, cuñado de Dionisio, gran
admirador de los socráticos. El caso es que después de ser llamado por el rey, el
propio Dionisio lo expulsa (no se conocen exactamente los motivos). Embarca en una nave
espartana que hace escala en la isla de Aegina, a la sazón en guerra con Atenas, y Platón es
hecho esclavo y luego rescatado por Anníceris, a quien había conocido en Cirene. En el 387
regresa a Atenas y funda la Academia, primera escuela de filosofía organizada, origen de las
actuales universidades. Allí permanecerá durante veinte años dedicado al estudio y a la
enseñanza.

Pero el filósofo volverá en otras dos ocasiones a Siracusa. El año 367 muere Dionisio I y le sucede
en el trono su primogénito Dionisio II. Dión concibe la idea de traer a Platón a Siracusa como tutor
del sucesor de su cuñado. Platón no era optimista sobre los resultados, pero Dión y Arquitas le
convencen haciéndole ver las perspectivas de reformas políticas que se le ofrecen. Platón acude a
Siracusa dejando a Eudoxo al frente de la Academia. Muy pronto el joven Dionisio ve en Dión y en
Platón dos rivales, por lo que destierra a Dión y más tarde hace lo mismo con el filósofo. Con todo
les promete el regreso.

El año 366 vuelve a Atenas donde permanecerá seis años. Posteriormente (361) Dionisio invita de
nuevo a Platón y el filósofo se dirige a Siracusa acompañado de varios discípulos. Heráclides
Póntico es ahora el encargado de regir la Academia. De nuevo, la actitud de Dionisio fue tajante
con el ateniense que, preso, consiguió ser liberado merced a la intervención de Arquitas. Una vez
libre regresó a Atenas. Pero Dión no cejó en su empeño, sino que reclutó un ejército del que
formaban parte discípulos de Platón, venció a Dionisio e instauró una dictadura. Sin embargo a los
tres años fue asesinado por su amigo, el platónico Calipo.

Platón, por su parte, continuó en Atenas su trabajo al frente de la Academia hasta el año 348-347,
fecha probable de su muerte.

Los estudios de la Academia

Tras el regreso a Atenas, después de su primer viaje, Platón funda en el año 387 la Academia, en
un bosque cercano a Atenas dedicado al héroe Akademos. La Academia está pensada según el
modelo de las sedes pitagóricas de las cuales es heredera.

El tema de los estudios de la Academia ofrece gran dificultad, pues los diálogos platónicos no son
un desarrollo del programa de la Academia, aunque sólamente a través de ellos se puede conocer
este programa. Los estudios de la Academia tendrían que ver con el conjunto de disciplinas
necesarias para la formación de los filósofos gobernates, tal como se presentan en el libro VII de la
República: la aritmética (522 c), la geometría (526 c), astronomía (528 e), música (531 a-c), y
dialéctica (532-537). En el Epínomis —de dudosa atribución a Platón, su autoría se debe
probablemente al platónico Filipo Opuntio—, cuyo objeto es determinar qué estudios conducen a la
sabiduría, se ofrece una lista de disciplinas que sigue fielmente lo expuesto en el libro VII de la
República.

Uno de los principales campos de investigación lo constituyó la dialéctica, concebida como el arte
de pensar ligado al lenguaje, como una gramática de las ideas, elaboración técnica de los
conceptos y de sus relaciones. La dialéctica es la forma suprema de la actividad pedagógica
(discusión, discurso, argumentación). Sin embargo, Platón opina que su enseñanza antes de los
treinta años podría ser muy perjudicial.
El otro campo de investigación lo constituyó la construción matemática-astronómica del cosmos. La
Academia se convirtió en la sede de la matemática griega donde brillaron hombres como Teeteto y
Eudoxo de Cnido (400-347). En su frontispicio figuraba la siguiente inscripción: «Nadie entre aquí
sin saber geometría». El estudio de las diferentes partes de las matemáticas (geometría, aritmética
y teoría de los números) constituía la propedéutica necesaria a la dialéctica. La astronomía no era
entendida como una disciplina del fenómeno astral, sino como una geometría de los astros, como
una estereometría que lleve a la aplicación de las proporciones y a la explicación de los astros en
sí (República, 529 c-e). En la investigación astronómica brillaron hombres como Eudoxo, Calipo (fl.
344) y Heráclides Póntico (390-310). Pero tampoco se descuidaron otros campos de investigación.
Espeusipo, sobrino y sucesor de Platón en la Academia, era un escritor voluminoso en historia
natural, y los trabajos biológicos de Aristóteles pertenecen en su mayor parte a su período
académico, inmediatamente posterior a la muerte de Platón. La Academia era también
particularmente activa en jurisprudencia y legislación: Eudoxo y Aristóteles escribieron leyes para
Cnido y Stagira.

A la muerte de Platón (347 a.n.e.) la Academia pasa a manos de su sobrino Espeusipo y la


tendencia matematizante sobresale sobre las demás. A la muerte de éste (339 a.n.e.) se convierte
en escolarca Jenócrates de Calcedonia hasta el año 314. Le sucedieron Polemón de Atenas,
muerto el año 270, y Crates Platónico, muerto el año 268. Todos ellos pertenecen a la denominada
Academia Antigua que se prolongará en la Academia Media con Arcesilao (341-241 a.n.e.) al que
seguirán como escolarcas Lacides, Teleles, Evandro, Hegesino, y en la Academia Nueva con
Carnéades (flor. 150 a.n.e.). Durante el período medio y nuevo de la Academia, el platonismo se
mezcla con el movimiento escéptico cuyos representantes utilizan la Academia como plataforma en
su lucha contra el estoicismo. En la vida de la Academia se suele hablar de una cuarta Academia
(platonismo ecléctico) cuyo radio de acción es el siglo I a.n.e. y que tiene como principales
representantes a Filón de Larisa, Antíoco de Ascalón y Cicerón. La vida de la Academia tuvo un
desarrollo casi ininterrumpido durante casi nueve siglos. Los siglos I y II d.n.e. son denominados
del platonismo medio y sus principales representantes son Plutarco de Queronea (45-120) y
Apuleyo de Madaura (siglo II). Posteriormente la Academia confluye, de los siglos III al V, con el
movimiento neoplatónico hasta que fue cerrada por orden del emperador Justiniano en el año 529,
siendo sus principales representantes el escolarca Damascio y Simplicio.

Los escritos de Platón

Al enfrentarnos con el estudio de la mayoría de los pensadores antiguos (especialmente


presocráticos, sofistas, epicúreos y estoicos) nos encontramos con el problema que plantea la
ausencia total de fuentes, limitándonos a un puñado de fragmentos y testimonios procedentes de
autores posteriores. En el caso de Platón y de Aristóteles ya no se trata de escasez de textos, sino
de superabundancia. Por ello la obra de Platón plantea dos tipos de problemas: a) La autenticidad
y atribución de sus obras: es necesario separar de las obras que las tradiciones le atribuyen, las
obras dudosas y apócrifas. b) El orden cronológico de las obras.

A) El problema de la clasificación de las obras de Platón proviene ya de la Antigüedad. Diógenes


Laercio nos informa de cuatro sistemas de clasificación de las obras de Platón. El primero divide
los Diálogos en dos clases según sus caracteres intrínsecos: los diálogos didácticos, que tienen
por objeto la enseñanza de la verdad, y los diálogos zetéticos, que tienen por objeto el arte de
descubrirla (zhthtikón = investigación). El segundo considera más la forma que el fondo, y clasifica
los diálogos en tres series: dramáticos, narrativos y mixtos. Otros, y entre ellos Aristófanes de
Bizancio, dividían los diálogos en trilogías. Por último, la clasificación atribuída por Trasilo al propio
Platón agrupaba sus obras en nueve tetralogías (treinta y cuatro diálogos, la Apología, y las
Cartas).
Hemos mencionado en último lugar la clasificación de Trasilo porque, en virtud de su atribución a
Platón, ha sido la dominante en las ediciones de sus obras hasta comienzos del siglo XX: la edición
en griego de J. Burnet, Platonis opera (1900), conserva aún la estructura de las tetralogías. He
aquí las tetralogías de Trasilo: I (Eutifrón, Apología, Critón, Fedón); II (Cratilo, Teeteto, Sofista,
Político); III (Parménides, Filebo, Banquete, Fedro); IV (Alcibíades I, Alcibíades II, Hiparco,
Amantes); V (Teages, Cármides, Laques, Lisis); VI (Eutidemo, Protágoras, Gorgias, Menón); VII
(Hipias mayor, Hipias menor, Ion, Menexeno); VIII (Clitofón, República, Timeo, Critias); IX (Minos,
Leyes, Epínomis, Cartas).

La clasificación de Trasilo deja fuera de las obras de Platón una colección de Definiciones y
algunos diálogos considerados apócrifos desde la Antigüedad (De lo Justo, De la Virtud,
Demódoco, Sísifo, Erixias, Axíoco). Pero entre las obras comprendidas en las tetralogías hay
algunas de dudosa atribución y otras completamente espúreas. Por ello, el problema de la
autenticidad y atribución de sus obras es un aspecto esencial del problema platónico. La crítica
filológica ha utilizado diversos criterios para juzgar la autenticidad de las obras platónicas:

1º) La tradición y los testimonios antiguos. Que los escritores antiguos hayan considerado auténtico
un escrito es siempre una presunción de autenticidad. Una obra se tiene por auténtica si Aristóteles
o Cicerón la atribuyen al filósofo, o si se hallan citas de una obra en el interior de otra. También los
comentarios y críticas antiguos a las obras de Platón tienen valor probatorio, aunque con algunas
reservas, pues estos testimonios obedecen, a veces, a criterios de escuela: Proclo declaró
apócrifos la República, las Leyes y las Cartas.

2º) El contenido doctrinal. Un escrito será atribuido a Platón si armoniza con su filosofía. Pero este
procedimiento plantea el problema del dialelo: definir primeramente a Platón para poder juzgar los
trabajos después.

3º) El método estilométrico. Consiste en medir la frecuencia con que aparecen ciertas palabras
griegas para determinar un "estilo" de Platón que permita autentificar una obra según su forma
linguística. El método estilométrico se utilizará también para determinar el orden cronológico de los
diálogos de Platón.

De la aplicación conjunta de estos criterios se puede decir que existen una serie de obras cuya
autoría es dudosa: Hipias mayor, Clitofón, Epinomis, Cartas (excepto la VI, VII y VIII cuya
utenticidad parece fuera de toda duda). La autenticidad de otros diálogos que aparecen en las
tetralogías es rechazada generalmente. Son espúreos los diálogos siguientes: Alcibíades I,
Alcibíades II, Hiparco, Amantes, Teages y Minos, además de la colección de Definiciones y de los
diálogos apócrifos que ya los antiguos habían rechazado.

B) Los diálogos de Platón no están fechados y los críticos no han logrado ponerse de acuerdo para
establecer una cronología rigurosa. Prueba de ello es la cantidad de listas ofrecidas del orden de
los diálogos por parte de Arnim, Lutoslawski, Raeder, Ritter, Wilamowitz, Cornford, Leisegang,
Praechter, Shorey, Taylor, Crombie y Ross.

Los criterios utilizados frecuentemente para establecer la cronología son los siguientes: a)
referencias de las obras a sucesos históricos conocidos, b) referencias de unas a otras, c) relación
de dependencia respecto a otras obras de la época cuya fecha nos es conocida, d) el contenido
doctrinal, e) el método estilométrico que toma el estilo y el vocabulario de las Leyes (última obra
que Platón dejó sin publicar según noticia de Diógenes Laercio) como patrones, y se va
examinando la afinidad de los otros diálogos con ellos. La aplicación de todos estos criterios nos
permite agrupar los diálogos en diferentes épocas, sin pronunciación expresa del orden cronológico
dentro de cada época. A ellos es necesrio añadir las Cartas.
a) Obras socráticas o de juventud (393-389): Eutifrón, Apología de Sócrates, Critón, Ión,
Cármides, Laques, Lisis, Protágoras. Platón reproduce en estas obras las ideas de su maestro
Sócrates, sin referencia alguna a la teoría de las ideas.

b) Diálogos de transición (388-385): Hipias Menor, Hipias Mayor, Gorgias, Menéxeno, Eutidemo,
Menón, Cratilo. Junto a los temas socráticos aparecen los primeros esbozos de la teoría de las
ideas. Análisis del lenguaje y temas órficos de influencia pitagórica.

c) Diálogos de madurez o dogmáticos (385-371): Banquete, Fedón República, Fedro. Se


consolida la teoría de las ideas como base de la epistemología platónica, de la ética y de la política.
Organización del Estado y teoría del amor. Aparecen también los grandes mitos platónicos.

d) Diálogos críticos (370-347): Parménides, Teeteto, Sofista, Político, Timeo, Critias, Filebo,
Leyes, Epínomis. Adoptan a veces un tono autocrítico frente a sus antiguas concepciones. El
aspecto ontológico de la teoría de las ideas pierde importancia frente a su aspecto lógico. Sócrates
deja de ser el personaje principal.

Ediciones de la obra de Platón

Platón fue muy poco conocido durante toda la edad media. A finales del siglo XV, gracias al
mecenazgo de Lorenzo de Medicis, cuando la imprenta llevaba sólo veinticinco años funcionando,
aparece la primera edición impresa de las obras completas de Platón, en traducción latina. Como el
manuscrito griego del que se sirvieron Ficino y sus colaboradores para su traducción está hoy
perdido, adquiere más importancia esta primera versión latina.

Esta primera impresión de las obras completas de Platón, la traducción latina de Marsilio Ficino,
Divini Platonis opera omnia, fue impresa en el taller tipográfico del Convento de Santiago de Ripoli,
en Florencia, en 1483 (1482 o 1484). Se imprimieron 1025 ejemplares, que ocupan dos volúmenes
de 253 y 309 folios (Ludovico Hain, Repertorium bibliographicum in quo libris omnes ab arte
typographica inventa usque ad annum MD describe minuciosamente esta edición en su ficha
13062). La edición de Ficino fue varias veces reproducida: Venecia 1491, 2 vols. in-fol; París 1522;
con correcciones de Simon Gryneo, Basilea 1532, in-fol, 1539, 1546.

La primera edición griega es la Aldus Manutius y Marco Musurus, Venecia 1513, 2 vols. in-fol. Aldo
Manucio aprovechó que la mayoría de los refugiados griegos tras la caída de Bizancio se habían
establecido en Venecia para, financiado por Pico de la Mirandola, organizar un taller especializado
en ediciones griegas (el propio Aldo tuvo que diseñar y mandar grabar caracteres griegos para
estas ediciones). Esta edición griega sirvió de base a las de Basilea 1534 y 1556, 2 vols. in-fol.

La edición fundamental clásica, mucho más completa y crítica, es la


greco-latina de Henricus Stephanus o Enrique Estienne, en colaboración
con Ioan Serranus: Platonis Opera quae extant omnia, 3 vols. in-fol, París
1578. Stephanus dividió las páginas de su edición en cinco secciones, de
tamaño parecido, que señaló con las letras A, B, C, D, E. Esta paginación
y división de las páginas fa sido adoptada como referencia en las
ediciones modernas de Platón. La edición de Stephanus, con la
traducción de Ficino, fue reproducida en Lyon 1590, y se publica en
griego en Francfort 1602.

Las reimpresiones de las obras de Platón no aparecen de nuevo hasta pasados más de ciento
cincuenta años con la ed. de J.-F. Fischer, Leipzig, Biponti y Estrasburgo 1760-1776, 4 vols. in-8º,
incompleta. La más importante del siglo XVIII es la de G.-Ch. Croll, Fr.-Ch. Exter y J.-V. Embser,
1781 ss., 12 vols. in-8º. En el siglo XIX aparecen múltiples ediciones alemanas, francesas, italianas
e inglesas. En alemán se publica la edición de Schleiermacher, Platons Werke, Berlin 1804-1809,
2ª ed. 1817 ss., incompleta. La primera edición crítica es la de I. Bekker, 10 vols, (Berlín 1816-17,
1823, Londres 1826). Sucesivas ediciones son publicadas en Leipzig entre 1819 y 1856, la más
importante es la de Hermann, Platonis opera omnia, 6 vols., Biblioteca Teubneriana, Leipzig, 1851-
1853. La ediciones francesas más importantes son las de V. Cousin, Oeuvres Complètes (Paris
1822-1840) y la de E. Chauvet - A. Saisset, Oeuvres complètes (París 1863). Patricio de Azcárate
publicó la primera traducción española de las Obras Completas de Platón (Madrid 1871-72, 11
vols.). La edición inglesa más importante es la de B. Jowet, The Dialogues of Plato, 5 vols. (Oxford
1871; 1892, 3ª; Nueva York 1937, 9ª). Ediciones italianas: E. Ferrari, Dialoghi di Platone (Padua
1873-1883); R. Bonghi, Platone. Dialoghi (Turín-Roma-Florencia, 1880-1904).

Entre las ediciones posteriores más importantes (mencionamos aparte las españolas) deben
mencionarse las siguientes: Platonis opera recognovit brevique adnotatione critica instruxit (ed. de
J. Burnet, Clarendon Press, Oxford 1900-1907, 5 vols.); Oeuvres complètes (Collection des
Universités de France publiée sous le patronage de l' Association G. Budé. Les Belles lettres, 13
vols., París 1920 y ss. Ed. bilingüe griego-francés); Sämtliche Werke (ed. F. Meiner, Lepzig 1920-);
Plato's works (ed. Loeb Classical Library, H.M. Fowler, Londres 1925-); Dialoghi (Ed. Col. Filosofi
antichi e medievali, Laterza, Bari 1930-); Platonis opera omnia /ed. Bibl. della antichità classica,
Florencia 1936-); Oeuvres complètes (ed. Classiques Garnier, París 1936-); Sämtliche Werke (ed.
Scheider, Berlín 1940-); Oeuvres complètes (ed. L. Robin, París 1940-1942). La Fundación Bernat
Metge ha publicado en ediciones bilingües griego-catalán cerca de una veintena de títulos
(Barcelona, 1914-1956).

Ediciones de Platón en español

La primera edición de las Obras Completas de Platón fue realizada por Patricio de Azcárate, y
publicada por la Biblioteca filosófica de Medina y Navarro, a lo largo de 11 volúmenes, Madrid
1871-72. Azcárate se sirvió sobre todo de ediciones francesas, y aunque su rigor sea hoy
justamente discutido, le cabe el mérito de haber servido para facilitar la lectura de Platón en
español. Por otra parte las versiones de Azcárate han sido ampliamente reeditadas (citando o sin
citar la procedencia). De la traducción de Azcárate proceden las siguientes ediciones: Diálogos,
Universidad Nacional de México 1922; Obras completas, ed. Anaconda, Buenos Aires 1946;
Diálogos, ed. Argonauta, Buenos Aires 1946; Obras completas, Porrúa, México 1962.

Otras ediciones importantes de conjunto

 Diálogos. Ed. J.B. Bergua, Madrid 1932-1960, incompleta.


 Diálogos platónicos. Ed. Hernando, Madrid 1936.
 Diálogos. Ed. Zeus, Madrid 1972.
 Obras completas. Introd. de J. A. Míguez. Tr. y notas de varios. Aguilar, Madrid 1977.
 Obras completas. Tr. García Bacca. Presidencia de la República y Univ. Central, Caracas
1978-82.
 Diálogos. 5 vols. Introduc. de E. Lledó. Tr. y notas de varios. Gredos, Madrid 1981-1988.

Ediciones importantes de algunos diálogos

 Protágoras, edición bilingüe en Clásicos El Basilisco, Pentalfa, Oviedo 1980 (con un


Análisis del Protágoras de Platón por Gustavo Bueno, trad. de Julián Velarde).
 La República; ed. M. Fdez. Galiano, Alianza, Madrid 1982.
 El Instituto de Estudios Constitucionales (olim Instituto de Estudios Políticos) ha publicado
los siguientes títulos: Cartas (bilingüe, 1954), Critón (1957), Fedro (bilingüe, 1957), Gorgias
(1951), Leyes (bilingüe, 1955), Menón (bilingüe, 1955), Político (bilingüe, 1955), República
(bilingüe, 1969), Sofista (1969).

Comentarios antiguos a Platón.

Apuleyo
De Platone et eius dogmate. Ed. P. Thomas, Leipzig 1938
Calcidio
In Platonis Timaeum commentaria. Leipzig 1876
Damascio
Dubitationes et solutiones de primis principiis. Ed. C. Ruelle, 2 vols. Paris 1889
Lectures on the Philebus wrongly attributed to Olympiodorus. Ed. L.G. Westerink,
Amsterdam 1959
Ficino, M.
Commentary on Plato's Symposium. Ed. S.R. Columbia, 1944.
Hermias Alejandrino
In Platonis Phaedrum scholia. Ed. J. Couvreur, Paris 1901
Olimpiodoro
In Platonis Philebum scholia. Ed. G. Stallbaum, Leipzig 1826
In Platonis Phaedonem scholia. Ed. W. Norvin, Leipzig 1913
In Platonis Gorgiam scholia. E. W. Norvin, Leipzig 1936
Proclo
In Theologiam Platonis libri sex una cum Marini vita Procli et Procli Institutiones
Theologicae. Ed. Portus & Lindenbrog, Hamburgo 1618
In Platonis Cratylum commentaria. Ed. G. Pasquali, Leipzig 1808
Excerpta ex Proclii scholiis in Platonis Cratylum. Ed. J.F. Boissonade, Leipzig 1820
Comentarii in Platonis Parmenidem. Ed. G. Stallbaum, Leipzig 1840
In Platonis Timaeum. Ed. C.E. Chr. Schneider, Breslan, 1847; E. Diehl, Leipzig 1903-1906
In Platonis Rem Publicam commentarii. Ed G. Kroll, Leipzig 1899-1901
In Platonis Alcibiadem i. Ed. L.G. Westerink, Amsterdam 1954

ristocles, verdadero nombre de Platón, nació en


Atenas en el 427 a. de C. Su familia, de origen
aristocrático, se decía emparentada con Codro, el último
de los reyes de Atenas y por línea materna, con critias
(uno de los treinta tiranos ) y Cármides. Antes de
entablar relación con Sócrates, su maestro, el joven
Platón dedicaba su tiempo a la poesía.

A partir del año 407 a.de C. vemos a Platón frecuentando


el círculo socrático, en el que se mantendrá durante ocho
años siguiendo sus enseñanzas.

En el 399 Sócrates es condenado por el Tribunal de los


Quinientos a beber la cicuta. Platón no asistirá a los
últimos momentos de su maestro.
Después, temiendo represalias sobre los seguidores de
Sócrates y también por estar emparentado con los Treinta
Tiranos, Platón viaja a Megara, encontrándose con
Euclides el megárico.
Empezará una época viajera para el filósofo, que irá a Egipto y a la Cirenaica,
donde probablemente entabla relación con Aristipo de Cirene y el matemático
Teodoro. Marcha después al sur de Italia , donde entra en contacto con la
comunidad pitagórica y, en especial, con Arquitas de Tarento. El pitagorismo
tendrá una enorme influencia en la filosofía de Platón.

En el 388 el filósofo viaja a Sicilia invitado por el tirano Dionisio I. Platón intenta
influir en sus ideas políticas y filosóficas con la esperanza de poner en marcha
su ideal de ciudad. Sin embargo, las susceptibilidades que despierta en Dionisio
terminan por desterrarle de Siracusa.

En el camino de vuelta a Atena s, una tradición supone que Platón es capturado


en Egina y vendido como esclavo por unos piratas o, según otras fuentes, por
órdenes del mismo Dionisio. Es comprado por el cirenaico Anniceris, que le pone
en libertad. Después de este hecho insólito, Platón vuelve a Atenas donde funda
la primera gran escuela (o universidad) de la antigüedad: La Academia. Allí
impartirá sus clases y se rodeará de discípulos en una especie de comunidad
que tiene bastantes similitudes con las establecidas por los pitagóricos.

En el 367 muere Dionisio I y le sucede su hijo, Dionisio II, que volverá a llamar
a Platón. Viaja pues, de nuevo a Sicilia, entablando una gran amistad con Dión,
cuñado del anterior tirano e intenta de nuevo que el tirano aplique en su ciudad
su ideal político de ciudad, pero las tensiones no se hacen esperar y Dionisio
destierra a Platón y a Dión de la ciudad. El filósofo vuelve a Atenas, donde
continua su labor docente y creadora hasta que en el año 361 es invitado una
vez más por Dionisio II. Ya en Siracusa vuelven a surgir desavenencias entre los
ideales de Platón y la política del tirano. Este último termina por retenerle
obligatoriamente hasta que Platón es liberado con la intervención de Arquitas.

De vuelta en Atenas, redacta sus últimas obras, algunas de las cuales presentan
cierto pesimismo. Platón muere en el año 347 a.de C. Su sobrino Espeusipo le
sucederá en la dirección de la Academia.

Platón es el primer filósofo griego cuya obra se ha conservado íntegramente y


cuya influencia ha pesado más en la cultura occidental .

Sus «Diálogos», nombre que se refiere al género literario utilizado en sus


escritos, suelen dividirse cronológicamente en tres grandes grupos, aunque hay
divergencias en su clasificación:

 diálogos socráticos:

En ellos Platón hace una defensa del socratismo frente a las acusaciones de
impiedad y corrupción de la juventud que se vertieron sobre su maestro.
«Apología de Sócrates» , « Critón» , «Hipias Menor», «Cármides», «Laques»,
«Lisis», «Eutifrón», «Gorgias», «Menón», «Cratilo», «Eutidemo» y «Menexeno».
 diálogos de madurez:

En ellos aparecen elaboraciones propiamente platónicas: la teoría de las ideas,


la inmortalidad del alma, la dialéctica, Eros, la reminiscencia, la ciudad ideal
etc.:
«El Banquete», «Fedón», «La república» y «Fedro».

 Diálogos de vejez:

Es el grupo de escritos donde el propio Platón examina y critica sus propias


teorías:
«Timeo», «Teeteto», «Parménides», «El sofista»,«El político» y «Filebo», «Las
leyes» «Critias».

Tenemos también trece cartas, algunas de dudosa autenticidad, que tienen


carácter autobiográfico.

SIR ISAAC NEWTON


ÍNDICE:
 Biografía
 El teorema del binomio
 El "De analysi"
 El método de las fluxiones
 El "De quadratura curvarum"
 Los "Principia"
 Bibliografía

Biografía
Isaac Newton nació el día de Navidad del antiguo calendario en 1642 (correspondiente al 4
de Enero de 1643 del nuevo calendario), año en que moría Galileo, en el pueblecito de
Woolsthorpe, unos 13 Km. al sur de Grantham, en el Lincolnshire. Fue un niño prematuro y
su padre murió antes de su nacimiento, a los treinta y siete años. Isaac fue educado por su
abuela, preocupada por la delicada salud de su nieto. Su madre, mujer ahorrativa y
diligente, se casó de nuevo cuando su hijo no tenía más que tres años. Newton frecuentó la
escuela del lugar y, siendo muy niño, manifestó un comportamiento completamente normal,
con un interés marcado por los juguetes mecánicos.

El reverendo William Ayscough, tío de Newton y diplomado por el Trinity College de


Cambridge, convenció a su madre de que lo enviara a Cambridge en lugar de dejarlo en la
granja familiar para ayudarla. En junio de 1661, a los dieciocho años, era pues alumno del
Trinity College, y nada en sus estudios anteriores permitía entrever o incluso esperar la
deslumbrante carrera científica del fundador de la mecánica y la óptica. Por otra parte, el
Trinity College tenía fama de ser una institución sumamente recomendable para aquellos
que se destinaban a las órdenes. Afortunadamente, esta institución le brindó hospitalidad,
libertad y una atmósfera amistosa que le permitieron tomar contacto verdadero con el
campo de la ciencia.

Al comienzo de su estancia en Cambridge, se interesó en primer lugar por la química, y este


interés, según se dice, se manifestó a lo largo de toda su vida. Durante su primer año de
estudios, y probablemente por primera vez, leyó una obra de matemáticas sobre la
geometría de Euclides, lo que despertó en él el deseo de leer otras obras. Parece también
que su primer tutor fue Benjamin Pulleyn, posteriormente profesor de griego en la
Universidad. En 1663, Newton leyó la Clavis mathematicae de Oughtred, la Geometria a
Renato Des Cartes de Van Schooten, la Optica de Kepler, la Opera mathematica de Vieta,
editadas por Van Schooten y, en 1644, la Aritmética de Wallis que le serviría como
introducción a sus investigaciones sobre las series infinitas, el teorema del binomio, ciertas
cuadraturas. También a partir de 1663 Newton conoció a Barrow, quien le dio clase como
primer profesor lucasiano de matemáticas. En la misma época, Newton entró en contacto
con los trabajos de Galileo, Fermat, Huygens y otros, a partir probablemente de la edición
de 1659 de la Geometria de Descartes por Van Schooten.

Desde finales de 1664, Newton parece dispuesto a contribuir personalmente al desarrollo de


las matemáticas. Aborda entonces el teorema del binomio, a partir de los trabajos de Wallis,
y el cálculo de fluxiones. Después, al acabar sus estudios de bachiller, debe volver a la
granja familiar a causa de una epidemia de peste bubónica. Retirado con su familia durante
los años 1665-1666, conoce un período muy intenso de descubrimientos: descubre la ley
del inverso del cuadrado, de la gravitación, desarrolla su cálculo de fluxiones, generaliza el
teorema del binomio y pone de manifiesto la naturaleza física de los colores. Sin embargo,
Newton guarda silencio sobre sus descubrimientos y reanuda sus estudios en Cambridge en
1667.

De 1667 a 1669, emprende activamente investigaciones sobre óptica y es elegido fellow del
Trinity College. En 1669, Barrow renuncia a su cátedra lucasiana de matemáticas y Newton
le sucede y ocupa este puesto hasta 1696. El mismo año envía a Collins, por medio de
Barrow, su Analysis per aequationes numero terminorum infinitos. Para Newton, este
manuscrito representa la introducción a un potente método general, que desarrollará más
tarde: su cálculo diferencial e integral. En 1672 publicó una obra sobre la luz con una
exposición de su filosofía de las ciencias, libro que fue severamente criticado por la mayor
parte de sus contemporáneos, entre ellos Robert Hooke (1638-1703) y Huygens, quienes
sostenían ideas diferentes sobre la naturaleza de la luz. Como Newton no quería publicar
sus descubrimientos, no le faltaba más que eso para reafirmarle en sus convicciones, y
mantuvo su palabra hasta 1687, año de la publicación de sus Principia, salvo quizá otra
obra sobre la luz que apareció en 1675.

Desde 1673 hasta 1683, Newton enseñó álgebra y teoría de ecuaciones, pero parece que
asistían pocos estudiantes a sus cursos. Mientras tanto, Barrow y el astrónomo Edmond
Halley (1656-1742) reconocían sus méritos y le estimulaban en sus trabajos. Hacia 1679,
verificó su ley de la gravitación universal y estableció la compatibilidad entre su ley y las
tres de Kepler sobre los movimientos planetarios.

Newton descubrió los principios de su cálculo diferencial e integral hacia 1665-1666, y


durante el decenio siguiente elaboró al menos tres enfoques diferentes de su nuevo análisis.
Desde 1684, su amigo Halley le incita a publicar sus trabajos de mecánica, y finalmente,
gracias al sostén moral y económico de este último y de la Royal Society, publica en 1687
sus célebres Philosophiae naturalis principia mathematíca. Los tres libros de esta obra
contienen los fundamentos de la física y la astronomía escritos en el lenguaje de la
geometría pura. El libro I contiene el método de las "primeras y últimas razones" y, bajo la
forma de notas o de escolios, se encuentra como anexo del libro III la teoría de las
fluxiones. Aunque esta obra monumental le aportó un gran renombre, resulta un estudio
difícil de comprender, y parece que Newton quiso que fuera así con el fin «de evitar ser
rebajado por pequeños semisabios en matemáticas». Quiso escapar así a las críticas
suscitadas por sus textos sobre la luz.

En 1687, Newton defendió los derechos de la Universidad de Cambridge contra el


impopular rey Jacobo II y, como resultado tangible de la eficacia que demostró en esa
ocasión, fue elegido miembro del Parlamento en 1689, en el momento en que el rey era
destronado y obligado a exiliarse. Mantuvo su escaño en el Parlamento durante varios años
sin mostrarse, no obstante, muy activo durante los debates. Durante este tiempo prosiguió
sus trabajos de química, en los que se reveló muy competente, aunque no publicara grandes
descubrimientos sobre el tema. Se dedicó también al estudio de la hidrostática y de la
hidrodinámica además de construir telescopios.

Después de haber sido profesor durante cerca de treinta años, Newton abandonó su puesto
para aceptar la responsabilidad de Director de la Moneda en 1696. Durante los últimos
treinta años de su vida, abandonó prácticamente sus investigaciones y se consagró
progresivamente a los estudios religiosos. Fue elegido presidente de la Royal Society en
1703 y reelegido cada año hasta su muerte. En 1705 fue hecho caballero por la reina Ana,
como recompensa a los servicios prestados a Inglaterra.

Los últimos años de su vida se vieron ensombrecidos por la desgraciada controversia, de


envergadura internacional, con Leibniz a propósito de la prioridad de la invención del
nuevo análisis, Acusaciones mutuas de plagio, secretos disimulados en criptogramas, cartas
anónimas, tratados inéditos, afirmaciones a menudo subjetivas de amigos y partidarios de
los dos gigantes enfrentados, celos manifiestos y esfuerzos desplegados por los
conciliadores para aproximar a los clanes adversos, he aquí en pocas palabras los detalles
de esta célebre controversia, que se terminó con la muerte de Leibniz en 1716, pero cuyas
malhadadas secuelas se harán sentir hasta fines del siglo XVIII.

Después de una larga y atroz enfermedad, Newton murió durante la noche del 20 de marzo
de 1727, y fue enterrado en la abadía de Westminster en medio de los grandes hombres de
Inglaterra.

"No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño que juega al
borde del mar, y que se divierte buscando de vez en cuando una piedra más pulida y una concha más bonita
de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante mí completamente desconocido."

Esta era la opinión que Newton tenía de sí mismo al fin de su vida. Fue muy respetado, y
ningún hombre ha recibido tantos honores y respeto, salvo quizá Einstein. Heredó de sus
predecesores, como él bien dice "si he visto más lejos que los otros hombres es porque me he aupado a
hombros de gigantes"- los ladrillos necesarios, que supo disponer para erigir la arquitectura de
la dinámica y la mecánica celeste, al tiempo que aportaba al cálculo diferencial el impulso
vital que le faltaba.

El teorema del binomio


El teorema del binomio, descubierto hacia 1664-1665, fue comunicado por primera vez en
dos cartas dirigidas en 1676 a Henry Oldenburg (hacia 1615-1677), secretario de la Royal
Society que favorecía los intercambios de correspondencia entre los científicos de su época.
En la primera carta, fechada el 13 de junio de 1676, en respuesta a una petición de Leibniz
que quería conocer los trabajos de matemáticos ingleses sobre series infinitas, Newton
presenta el enunciado de su teorema y un ejemplo que lo ilustra, y menciona ejemplos
conocidos en los cuales se aplica el teorema. Leibniz responde, en una carta fechada el 17
de agosto del mismo año, que está en posesión de un método general que le permite obtener
diferentes resultados sobre las cuadraturas, las series, etc., y menciona algunos de sus
resultados. Interesado por las investigaciones de Leibniz, Newton le responde también con
una carta fechada el 24 de octubre en la que explica en detalle cómo ha descubierto la serie
binómica.

Aplicando los métodos de Wallis de interpolación y extrapolación a nuevos problemas,


Newton utilizó los conceptos de exponentes generalizados mediante los cuales una
expresión polinómica se transformaba en una serie infinita. Así estuvo en condiciones de
demostrar que un buen número de series ya existentes eran casos particulares, bien
directamente, bien por diferenciación o integración.

El descubrimiento de la generalización de la serie binómica es un resultado importante de


por sí; sin embargo, a partir de este descubrimiento Newton tuvo la intuición de que se
podía operar con series infinitas de la misma manera que con expresiones polinómicas
finitas. El análisis mediante las series infinitas parecía posible, porque ahora resultaban ser
una forma equivalente para expresar las funciones que representaban.

Newton no publicó nunca el teorema del binomio. Lo hizo Wallis por primera vez en 1685
en su Algebra, atribuyendo a Newton este descubrimiento.

El De analysi
Compuesto en 1669 a partir de conceptos elaborados en 1665-1666, el De analysi no fue
publicado hasta 1711, aunque era conocido entre los próximos a Newton porque circulaba
en forma manuscrita desde 1669.

Al comienzo de sus investigaciones sobre las propiedades de las líneas curvas, Newton se
apoya principalmente en el método de las tangentes de Descartes, aunque también recurre a
la regla de Hudde para la determinación de los extremos. Newton se dispone desde el
principio a elaborar algoritmos que le permitan simplificar la resolución de los problemas
de tangentes, cuadratura y rectificación de curvas. El De analysi contiene los fundamentos
de su método de las series infinitas que se manipulan mediante operaciones de división y
extracción de raíces. Toma también de la física ciertos conceptos que se revelan útiles para
sus métodos infinitesimales y para traducir su concepción cinemática de las curvas. En
1666 todavía no ha desarrollado completamente su notación de las fluxiones, pero en 1669,
en el momento de la redacción de su De analysi, utiliza todavía la notación más o menos
convencional y reserva para una ulterior publicación sus fluxiones como concepto
operacional a nivel algorítmico.

Utiliza la relación de reciprocidad entre la diferenciación y la integración y aplica su


método para obtener el área comprendida bajo diversas curvas y para resolver numerosos
problemas que requieren sumaciones. Enuncia y utiliza también la regla moderna: la
integral indefinida de una suma de funciones es la suma de las integrales de cada una de las
funciones.

Se sirve también de las series infinitas para integrar curvas utilizando la regla de
integración término a término.

Añadamos que, con motivo de ciertas observaciones a propósito de la utilización de las


series infinitas, Newton parece estar preocupado por el concepto de convergencia, pero no
aporta ninguna solución a este problema.

El método de las fluxiones


Se franquea una segunda etapa en el momento en que Newton acaba, en 1671, su obra
Methodus fluxionum et serierum infiniturum, comenzada en 1664. Newton tenía intención
de publicarla, en particular en su Opticks, pero a causa de las críticas formuladas
anteriormente con respecto a sus principios sobre la naturaleza de la luz, decidió no hacerlo.
De hecho, será publicada en 1736 en edición inglesa, y no será publicada en versión
original hasta 1742. Newton expone en este libro su segunda concepción del análisis
introduciendo en sus métodos infinitesimales el concepto de fluxión.

En su prefacio, Newton comenta la decisión de Mercator de aplicar al álgebra la «doctrina


de las fracciones decimales», porque, dice, «esta aplicación abre el camino para llegar a
descubrimientos más importantes y más difíciles». Después habla del papel de las
sucesiones infinitas en el nuevo análisis y de las operaciones que se pueden efectuar con
esas sucesiones.

La primera parte de la obra se refiere justamente a la reducción de «términos complicados»


mediante división y extracción de raíces con el fin de obtener sucesiones infinitas.

Newton introduce su nueva concepción de fluxiones y fluentes al abordar dos problemas; el


primero consiste en encontrar la velocidad del movimiento en un tiempo dado cualquiera,
dada la longitud del espacio descrito. El segundo problema es la inversa del primero.

Disponiendo de su método general, determina los máximos y mínimos de relaciones, las


tangentes a curvas (parábola, concoide de Nicomedes, espirales, cuadratrices), el radio de
curvatura, los puntos de inflexión y el cambio de concavidad de las curvas, su área y su
longitud.

Newton incluye también en esta obra tablas de curvas clasificadas según diez órdenes y
once formas, que comprenden también la abscisa y la ordenada para cada una de las formas
y el área de cada una de ellas (tabla de integrales). También incluye nuevas clases de
ordenadas, una fórmula de aproximación para la solución de las ecuaciones que llevan su
nombre, y el paralelogramo de Newton, útil para el desarrollo de series infinitas y para el
trazado de curvas.

Cuando Newton aborda el problema de «trazar las tangentes de las curvas», expone nueve
maneras diferentes de hacerlo, teniendo en cuenta las «diferentes relaciones de las curvas
con las líneas rectas». En la tercera manera, recurre a las «coordenadas bipolares», poco
utilizadas actualmente. Pero en la exposición de la séptima manera encontramos por
primera vez la utilización de las coordenadas polares.

Newton expone en el artículo XX de su Método un procedimiento para la determinación


aproximada de las raíces de una ecuación. Lo presenta como un método para efectuar «la
reducción de las ecuaciones afectadas», para reducirlas a sucesión infinita.

Este método fue modificado ligeramente por Joseph Raphson en 1690, y después por
Thomas Simpson en 1740, para dar la forma actual.
El De quadratura curvarum
La tercera concepción de Newton a propósito del nuevo análisis aparece en su De
quadratura curvarum, escrita en 1676 pero no publicada hasta 1704, como apéndice a su
Opticks. Newton se propone esta vez fundamentar su cálculo sobre bases geométricas
sólidas, por lo que hace hincapié en la concepción cinemática de las curvas.

Más adelante, Newton describe la distinción entre el uso de elementos discontinuos y las
nuevas consideraciones cinemáticas con referencia a las fluxiones, abandonando así las
cantidades infinitamente pequeñas en beneficio de una ampliación del concepto de fluxión
que requiere la comparación de velocidades instantáneas en la razón última de los pequeños
crecimientos.

La tercera concepción de Newton se presenta en forma operacional mediante el método de


las «primeras y últimas razones».

Sin embargo, el mismo Newton es consciente de las precauciones que hay que tomar para
aplicar su método de las «primeras Y últimas razones» a la determinación de la fluxión,
porque añade en su introducción:

"Los menores errores en matemáticas no deben ser despreciados."

Newton precisa sus concepciones, sin introducir sus notaciones, al comienzo de los
Principia en lo que llama método de «las primeras y últimas razones».

Los Principia
La primera información publicada acerca de su cálculo diferencial e integral aparece
indirectamente en sus famosos Philosophiae naturalis principia mathematica, de 1687.
Aunque en esta obra predomina la forma sintética y, por otra parte, Newton utiliza métodos
geométricos en sus demostraciones, se encuentran sin embargo algunos pasajes analíticos,
en particular la sección primera del libro I, titulada: «El método de las primeras y últimas
razones».

Entre los numerosos pasajes que explican su método de «las primeras y últimas razones», el
que sigue, que proviene de un escolio que acompaña al lema XI en la segunda edición
traducida por Andrew Motte, parece ser el más claro:

"Las razones últimas en las que las cantidades desaparecen no son realmente las razones
de cantidades últimas, sino los límites hacia los cuales se aproximan constantemente las
razones de cantidades, que decrecen sin límite, y hacia los cuales pueden aproximarse
tanto como cualquier diferencia dada, pero sin sobrepasarlos o alcanzarlos antes de que
las cantidades disminuyan indefinidamente."

Es interesante observar la explicación de Newton relativa a sus razones últimas, porque nos
permite ver mejor la semejanza entre su última concepción y nuestra derivada actual. En
particular, la idea intuitiva de esta razón última se encuentra en el problema de las
tangentes. Newton considera una tangente como la posición límite de una secante.

Newton introduce la noción de «diferencial», designada por la palabra «momento», el cual


es producido por una cantidad variable llamada «genita». Este constituye una aproximación
al concepto de función, y se presenta en el libro II, sección 11 de los Principia. Parece que
estas cantidades llamadas «genita» son variables e indeterminadas, y que aumentan o
decrecen mediante un movimiento continuo, mientras que sus momentos son crecimientos
temporales que pueden generar partículas finitas. En aritmética, las «genita» son generadas
o producidas por la multiplicación, la división o la extracción de raíces de cualquier
término, mientras que la búsqueda del contenido de los lados o de los extremos y medias
proporcionales constituye «genita». Así, las «genita» pueden ser productos, cocientes,
raíces, rectángulos, cuadrados, cubos, etc. Sin embargo, Newton no llega a esclarecer el
concepto de momento lo suficiente como para que se pueda hablar aquí de una concepción
neta de la diferencial de una función.

En el prefacio de sus Principia, Newton ofrece la definición de conceptos de mecánica tales


como inercia, momento y fuerza, y después enuncia las tres célebres leyes del movimiento
que son generalizaciones de las concepciones de Galileo sobre el movimiento.

A continuación, Newton asocia las leyes astronómicas de Kepler y la ley centrípeta de


Huygens en el movimiento circular para establecer el principio de su célebre ley de la
gravitación universal.

Este libro I, titulado: El movimiento de los cuerpos, trata abundantemente de mecánica y


comprende también un estudio y una descripción orgánica de las cónicas.

El libro II está consagrado al movimiento de los cuerpos en medios que ofrecen una
resistencia como el aire y los líquidos. Es la verdadera introducción a la ciencia del
movimiento de los fluidos. Se puede encontrar en él, entre otras cosas, un estudio de la
forma de los cuerpos para ofrecer menos resistencia, una sección sobre la teoría de las
ondas, una fórmula para la velocidad del sonido en el aire y un estudio de las ondas en el
agua.

El libro III, titulado Sobre el sistema del mundo, contiene las aplicaciones al sistema solar
de la teoría general desarrollada en el libro I. Newton demostró cómo calcular la masa del
Sol en términos de la masa de la Tierra y de los otros planetas que tienen un satélite.
Calculó la masa volúmica media de la Tierra y demostró que tenía la forma de un esferoide
aplanado, y que, por consiguiente, la atracción no era constante en su superficie. Hizo
también un estudio de la precesión de los equinoccios y de las mareas, explicó que la Luna
constituía la causa principal de este fenómeno y que el Sol también ejercía en él una
influencia. Dedicó también un estudio detallado al movimiento de la Luna, porque debía
servir para mejorar la determinación de las longitudes.

Newton realizó también contribuciones a otros temas matemáticos, entre los que podemos
mencionar una clasificación de las curvas de tercer grado y trabajos sobre la teoría de las
ecuaciones.

En un pequeño tratado, publicado como apéndice a su Opticks en 1704 y titulado


Enumeratio linearum tertii ordinis, Newton, que compuso esta obra en 1676, divide las
cúbicas en catorce genera que comprenden setenta y dos especies, de las que faltan seis.
Para cada una de estas especies, traza cuidadosamente un diagrama y el conjunto de estos
diagramas presenta todas las formas posibles (salvo las que son degeneradas) de las curvas
de tercer grado. Subrayemos el uso sistemático de dos ejes y el empleo de coordenadas
negativas.

En una obra publicada por primera vez en 1707, y de la que aparecen muchas ediciones en
el siglo XVIII, Newton expone su visión de la teoría de las ecuaciones. Evidentemente nos
referimos a su Aritmetica universalis, compuesta al parecer entre 1673 y 1683 a partir de
los cursos que impartió en Cambridge. Entre las contribuciones importantes de esta obra,
mencionemos las «identidades de Newton» para la suma de las potencias de las raíces de
una ecuación polinómica, un teorema que generaliza la regla de los signos de Descartes
para la determinación del número de raíces imaginarias de un polinomio, un teorema sobre
la cota superior de las raíces de una ecuación polinómica, y el descubrimiento de la relación
entre las raíces y el discriminante de una ecuación. Señalemos que las cuestiones
geométricas ocupan una parte importante en esta obra, porque Newton parece pensar que es
muy útil construir geométricamente la ecuación con el fin de estimar más fácilmente las
raíces buscadas.

Sir Isaac Newton


  Nació : 4 de Enero
1643 en Woolsthorpe,
Lincolnshire,
Inglaterra

  Falleció : 31 de
Marzo 1727 en
Londres, Inglaterra

 Difícilmente podría decirse que el camino de Newton a la fama estaba predeterminado. Su


nacimiento fue prematuro, y durante algún tiempo pareció que no sobreviviría debido a su
debilidad física. Su padre murió tres meses antes de que naciera . Cuando Newton tenía dos
años de edad, su madre volvió a casarse, y el niño se fue a vivir con su anciana abuela a una
granja de Woolsthorpe. Fue probablemente aquí, en un distrito de Inglaterra, donde
adquirió facultades de meditación y concentración que más tarde le permitieron analizar y
encontrar la solución de problemas que desconcertaban a otros científicos.

Cuando Newton tenía doce años, ingresó en la Escuela del Rey, donde vivió con un
boticario llamado Clark, cuya esposa era amiga de la madre de Newton. Pasó cuatro años
en ese hogar, en el que se divertía construyendo toda clase de molinos de viento, carros
mecánicos, relojes de agua y cometas. Encontró un desván lleno de libros científicos que le
encantaba leer, y toda suerte de sustancias químicas.

Cuando tenía dieciséis años, murió su padrastro, y el muchacho volvió a casa a fin de
ayudar a su madre en la administración de su pequeña propiedad, pero Newton no sentía
inclinación a la vida del campo. Por fin, se decidió que continuará su carrera académica e
ingresó en el Colegio de la Trinidad, de Cambridge.

Newton no se distinguió en el primer año de estudios en Cambridge. Pero por fortuna, tuvo
la ayuda valiosa de Barrow, distinguido profesor de matemáticas. Barrow quedó
impresionado con las aptitudes de Newton y en 1664, lo recomendó para una beca de
matemáticas. Gracias a la instrucción de Barrow, tenía un excelente fundamento en la
geometría y la óptica. Se familiarizó con la geometría algebraica de Descartes; conocía la
óptica de Kepler, y estudió la refracción de la luz, la construcción de los telescopios y el
pulimento de las lentes.

En 1664 se cerró provisionalmente la Universidad de Cambridge debido a la gran peste


(bubónica), y Newton volvió a Woolsthorpe, donde paso un año y medio, durante ese
tiempo hizo tres de sus grandes descubrimientos científicos. El primero fue el binomio de
Newton y los elementos del cálculo diferencial, que llamaba fluxiones. Poco después dijo
que “había encontrado el método inverso de las fluxiones”, es decir, el cálculo integral y e
método para calcular las superficies encerradas en curvas como la hipérbole, y los
volúmenes y de los sólidos. Años más tarde, cuando se publicaron sus hallazgos, hubo
cierta duda acerca de si el matemático alemán Leibnitz era considerado el creador del
cálculo diferencial. Al parecer ambos, independiente y casi simultáneamente, hicieron este
notable descubrimiento.

Su segundo gran descubrimiento se relacionó con la Teoria de la Gravitación.


El tercer gran esfuerzo, correspondió a la esfera de la óptica y la refracción de la luz.

A la edad de treinta años fue elegido miembro de la Sociedad Real de Londres, que era el
más alto honor para un científico. Para corresponder a este honor, obsequió a la Sociedad el
primer telescopio reflector que manufacturó.

Newton decidió consagrarse a la ciencia y volvió a Cambridge en 1667 para aceptar una
plaza pensionada que no tardaría en convertirse en la de profesor de matemáticas. Durante
los siguientes veinte años, Newton llevó la vida de profesor en Cambridge.

En 1664 Halley un joven astrónomo visitó a Newton, el cual instó a Newton a publicar sus
descubrimientos, esto hizo que Newton en los siguientes dos años, escribiera lo que resultó
ser “Principios matemáticos de la filosofía natural”, escritos en Latín, ricos en detalles,
con pruebas basadas con exactitud en la geometría clásica, y sorprendentemente raros en
sus conclusiones filosóficas, matemáticas y científicas, los Principia contenían tres libros :

El primero reunía las tres leyes del movimiento de Newton.

El segundo trataba del movimiento de los cuerpos en medios resistentes, como los gases y
los líquidos.

El tercer libro se ocupaba de la fuerza de la gravitación en la Naturaleza y el Universo.

Poco después de la publicación de esta gran obra en 1689, Newton fue elegido miembro del
parlamento por Cambridge. Cuando se le nombró director de la casa de moneda de
Inglaterra en 1701, renunció a su cátedra en Cambridge. En 1703 fue nombrado presidente
de la Sociedad Real de Londres, cargo que ocupó durante el resto de su vida. En 1705 le
concedió nobleza la Reina Ana, y fue el primer científico que recibió este honor por sus
obras.

El famoso poeta Alejandro Pope dijo refiriéndose a Newton :


“La Naturaleza y las leyes naturales se ocultaban en la noche; Dios dijo “Que nazca
Newton” y se hizo la luz”.

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