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EUCLIDES
Euclides es, sin lugar a dudas, el
Matemático más famoso de la antigüedad
y quizás el más nombrado y conocido de
la historia de las Matemáticas.
"LOS ELEMENTOS":
"Los Elementos" ha tenido más de 1.000 ediciones desde su primera
publicación en imprenta en 1482. Se puede afirmar, por tanto, que
Euclides es el matemático más leído de la historia.
I.- Dados dos puntos se pueden trazar una recta que los une.
V.- Si una recta, al cortar a otras dos, forma los ángulos internos de un
mismo lado menores que dos rectos, esas dos rectas prolongadas
indefinidamente se cortan del lado en el que están los ángulos menores que
dos rectos.
Este axioma es conocido con el nombre de axioma de las paralelas y
también se enunció más tarde así:
V-. Por un punto exterior a una recta se puede trazar una única paralela.
Para acabar podemos citar un par de anécdotas que nos ilustrarán, aún
más, sobre la vida y gestos de Euclides:
Euclides
(330 a.C. - 275 a.C.) Matemático griego. Poco se conoce a ciencia cierta
de la biografía de Euclides, pese a ser el matemático más famoso de la
Antigüedad.
Platón tuvo una educación esmerada en todos los ámbitos del conocimiento. Es posible que se
iniciara en la filosofía con las enseñanzas del heracliteano Cratilo. A los veinte años (407) tiene
lugar el encuentro con Sócrates: acontecimiento decisivo para Platón. Sócrates contaba entonces
63 años y se convertirá en su único maestro hasta su muerte. Tanto por sus relaciones familiares,
como por vocación, Platón tuvo la intención de adentrarse en la vida política. Pero, según narra en
la Carta VII, dos sucesos decisivos le hicieron desistir de ello. Durante el régimen de los treinta
tiranos sus parientes (Critias, Cármides) y conocidos le invitan a colaborar con el gobierno: «Yo me
hice unas ilusiones que nada tenían de sorprendente a causa de mi juventud. Me imaginaba, en
efecto, que ellos iban a gobernar la ciudad, conduciéndola de los caminos de la injusticia a los de la
justicia». Pero las acciones criminales iniciadas por el nuevo gobierno desilusionaron a Platón;
sobre todo por el intento de mezclar a Sócrates («el hombre más justo de su tiempo») en el
prendimiento de León de Salamina (un exiliado del partido demócrata) para condenarlo a muerte.
Pero «Sócrates no obedeció y prefirió exponerse a los peores peligros antes de hacerse cómplice
de acciones criminales». Los exiliados del partido democrático se rehicieron bajo la dirección de
Trasíbulo y, con el apoyo del pueblo ateniense, derrotaron a los oligarcas. Al principio los hombres
del nuevo gobierno utilizaron una gran moderación, votando icluso una amnistía, para poner fin a la
guerra civil. De nuevo Platón se siente inclinado a mezclarse en los asuntos del estado; pero
ocurre que bajo el nuevo gobierno tiene lugar el proceso y condena de Sócrates: «he aquí que
gentes poderosas llevan a los tribunales a este mismo Sócrates, nuestro amigo, y presentan contra
él una acusación de las más graves, que él ciertamente no merecía de manera alguna: fue por
impiedad por lo que los unos le procesaron y los otros lo condenaron, e hicieron morir a un hombre
que no había querido tomar parte en el criminal arresto de uno de los amigos de aquéllos,
desterrado entonces, cuando, desterrados, ellos mismos estaban en desgracia». La injusticia del
orden oligárquico y los errores de la democracia conducen a Platón a orientar su pensamiento en el
sentido en encontrar un fundamento sólido para poder instaurar un orden justo: «Entonces me
sentí irresistiblemente movido a alabar la verdadera filosofía y a proclamar que sólo con su luz se
puede reconocer dónde está la justicia en la vida pública y en la vida privada. Así, pues, no
acabarán los males para los hombres hasta que llegue la raza de los puros y auténticos filósofos al
poder o hasta que los jefes de las ciudades, por una especial gracia de la divinidad no se pongan
verdaderamente a filosofar»
El año 399 tiene lugar la condena y muerte de Sócrates que despejarán los posteriores caminos
del padre de la Filosofía académica. Temiendo ser molestado por su condición de amigo y
discípulo de Sócrates, Platón se refugia en Megara donde permaneció probablemente tres años,
entrando en relación con la escuela y con Euclides de Megara. Posteriormente partió para Africa,
visitando, primero, Egipto y, después, la Cirenaica, donde frecuentó a Aristipo de Cirene y al
matemático Teodoro. A partir de este momento se dan varios versiones de sus viajes. Para unos
regresa directamente a Atenas, para otros va a Italia meridional a fin de conocer las sedes
pitagóricas y a Arquitas de Tarento.
Hacia el año 388 abandona Italia (o Atenas) para dirigirse a Sicilia. En Siracusa
reina un griego, Dionisio I el Anciano, que tiene en jaque a los cartagineses y se
ha convertido en amo de Sicilia. Platón intima con Dión, cuñado de Dionisio, gran
admirador de los socráticos. El caso es que después de ser llamado por el rey, el
propio Dionisio lo expulsa (no se conocen exactamente los motivos). Embarca en una nave
espartana que hace escala en la isla de Aegina, a la sazón en guerra con Atenas, y Platón es
hecho esclavo y luego rescatado por Anníceris, a quien había conocido en Cirene. En el 387
regresa a Atenas y funda la Academia, primera escuela de filosofía organizada, origen de las
actuales universidades. Allí permanecerá durante veinte años dedicado al estudio y a la
enseñanza.
Pero el filósofo volverá en otras dos ocasiones a Siracusa. El año 367 muere Dionisio I y le sucede
en el trono su primogénito Dionisio II. Dión concibe la idea de traer a Platón a Siracusa como tutor
del sucesor de su cuñado. Platón no era optimista sobre los resultados, pero Dión y Arquitas le
convencen haciéndole ver las perspectivas de reformas políticas que se le ofrecen. Platón acude a
Siracusa dejando a Eudoxo al frente de la Academia. Muy pronto el joven Dionisio ve en Dión y en
Platón dos rivales, por lo que destierra a Dión y más tarde hace lo mismo con el filósofo. Con todo
les promete el regreso.
El año 366 vuelve a Atenas donde permanecerá seis años. Posteriormente (361) Dionisio invita de
nuevo a Platón y el filósofo se dirige a Siracusa acompañado de varios discípulos. Heráclides
Póntico es ahora el encargado de regir la Academia. De nuevo, la actitud de Dionisio fue tajante
con el ateniense que, preso, consiguió ser liberado merced a la intervención de Arquitas. Una vez
libre regresó a Atenas. Pero Dión no cejó en su empeño, sino que reclutó un ejército del que
formaban parte discípulos de Platón, venció a Dionisio e instauró una dictadura. Sin embargo a los
tres años fue asesinado por su amigo, el platónico Calipo.
Platón, por su parte, continuó en Atenas su trabajo al frente de la Academia hasta el año 348-347,
fecha probable de su muerte.
Tras el regreso a Atenas, después de su primer viaje, Platón funda en el año 387 la Academia, en
un bosque cercano a Atenas dedicado al héroe Akademos. La Academia está pensada según el
modelo de las sedes pitagóricas de las cuales es heredera.
El tema de los estudios de la Academia ofrece gran dificultad, pues los diálogos platónicos no son
un desarrollo del programa de la Academia, aunque sólamente a través de ellos se puede conocer
este programa. Los estudios de la Academia tendrían que ver con el conjunto de disciplinas
necesarias para la formación de los filósofos gobernates, tal como se presentan en el libro VII de la
República: la aritmética (522 c), la geometría (526 c), astronomía (528 e), música (531 a-c), y
dialéctica (532-537). En el Epínomis —de dudosa atribución a Platón, su autoría se debe
probablemente al platónico Filipo Opuntio—, cuyo objeto es determinar qué estudios conducen a la
sabiduría, se ofrece una lista de disciplinas que sigue fielmente lo expuesto en el libro VII de la
República.
Uno de los principales campos de investigación lo constituyó la dialéctica, concebida como el arte
de pensar ligado al lenguaje, como una gramática de las ideas, elaboración técnica de los
conceptos y de sus relaciones. La dialéctica es la forma suprema de la actividad pedagógica
(discusión, discurso, argumentación). Sin embargo, Platón opina que su enseñanza antes de los
treinta años podría ser muy perjudicial.
El otro campo de investigación lo constituyó la construción matemática-astronómica del cosmos. La
Academia se convirtió en la sede de la matemática griega donde brillaron hombres como Teeteto y
Eudoxo de Cnido (400-347). En su frontispicio figuraba la siguiente inscripción: «Nadie entre aquí
sin saber geometría». El estudio de las diferentes partes de las matemáticas (geometría, aritmética
y teoría de los números) constituía la propedéutica necesaria a la dialéctica. La astronomía no era
entendida como una disciplina del fenómeno astral, sino como una geometría de los astros, como
una estereometría que lleve a la aplicación de las proporciones y a la explicación de los astros en
sí (República, 529 c-e). En la investigación astronómica brillaron hombres como Eudoxo, Calipo (fl.
344) y Heráclides Póntico (390-310). Pero tampoco se descuidaron otros campos de investigación.
Espeusipo, sobrino y sucesor de Platón en la Academia, era un escritor voluminoso en historia
natural, y los trabajos biológicos de Aristóteles pertenecen en su mayor parte a su período
académico, inmediatamente posterior a la muerte de Platón. La Academia era también
particularmente activa en jurisprudencia y legislación: Eudoxo y Aristóteles escribieron leyes para
Cnido y Stagira.
La clasificación de Trasilo deja fuera de las obras de Platón una colección de Definiciones y
algunos diálogos considerados apócrifos desde la Antigüedad (De lo Justo, De la Virtud,
Demódoco, Sísifo, Erixias, Axíoco). Pero entre las obras comprendidas en las tetralogías hay
algunas de dudosa atribución y otras completamente espúreas. Por ello, el problema de la
autenticidad y atribución de sus obras es un aspecto esencial del problema platónico. La crítica
filológica ha utilizado diversos criterios para juzgar la autenticidad de las obras platónicas:
1º) La tradición y los testimonios antiguos. Que los escritores antiguos hayan considerado auténtico
un escrito es siempre una presunción de autenticidad. Una obra se tiene por auténtica si Aristóteles
o Cicerón la atribuyen al filósofo, o si se hallan citas de una obra en el interior de otra. También los
comentarios y críticas antiguos a las obras de Platón tienen valor probatorio, aunque con algunas
reservas, pues estos testimonios obedecen, a veces, a criterios de escuela: Proclo declaró
apócrifos la República, las Leyes y las Cartas.
2º) El contenido doctrinal. Un escrito será atribuido a Platón si armoniza con su filosofía. Pero este
procedimiento plantea el problema del dialelo: definir primeramente a Platón para poder juzgar los
trabajos después.
3º) El método estilométrico. Consiste en medir la frecuencia con que aparecen ciertas palabras
griegas para determinar un "estilo" de Platón que permita autentificar una obra según su forma
linguística. El método estilométrico se utilizará también para determinar el orden cronológico de los
diálogos de Platón.
De la aplicación conjunta de estos criterios se puede decir que existen una serie de obras cuya
autoría es dudosa: Hipias mayor, Clitofón, Epinomis, Cartas (excepto la VI, VII y VIII cuya
utenticidad parece fuera de toda duda). La autenticidad de otros diálogos que aparecen en las
tetralogías es rechazada generalmente. Son espúreos los diálogos siguientes: Alcibíades I,
Alcibíades II, Hiparco, Amantes, Teages y Minos, además de la colección de Definiciones y de los
diálogos apócrifos que ya los antiguos habían rechazado.
B) Los diálogos de Platón no están fechados y los críticos no han logrado ponerse de acuerdo para
establecer una cronología rigurosa. Prueba de ello es la cantidad de listas ofrecidas del orden de
los diálogos por parte de Arnim, Lutoslawski, Raeder, Ritter, Wilamowitz, Cornford, Leisegang,
Praechter, Shorey, Taylor, Crombie y Ross.
Los criterios utilizados frecuentemente para establecer la cronología son los siguientes: a)
referencias de las obras a sucesos históricos conocidos, b) referencias de unas a otras, c) relación
de dependencia respecto a otras obras de la época cuya fecha nos es conocida, d) el contenido
doctrinal, e) el método estilométrico que toma el estilo y el vocabulario de las Leyes (última obra
que Platón dejó sin publicar según noticia de Diógenes Laercio) como patrones, y se va
examinando la afinidad de los otros diálogos con ellos. La aplicación de todos estos criterios nos
permite agrupar los diálogos en diferentes épocas, sin pronunciación expresa del orden cronológico
dentro de cada época. A ellos es necesrio añadir las Cartas.
a) Obras socráticas o de juventud (393-389): Eutifrón, Apología de Sócrates, Critón, Ión,
Cármides, Laques, Lisis, Protágoras. Platón reproduce en estas obras las ideas de su maestro
Sócrates, sin referencia alguna a la teoría de las ideas.
b) Diálogos de transición (388-385): Hipias Menor, Hipias Mayor, Gorgias, Menéxeno, Eutidemo,
Menón, Cratilo. Junto a los temas socráticos aparecen los primeros esbozos de la teoría de las
ideas. Análisis del lenguaje y temas órficos de influencia pitagórica.
d) Diálogos críticos (370-347): Parménides, Teeteto, Sofista, Político, Timeo, Critias, Filebo,
Leyes, Epínomis. Adoptan a veces un tono autocrítico frente a sus antiguas concepciones. El
aspecto ontológico de la teoría de las ideas pierde importancia frente a su aspecto lógico. Sócrates
deja de ser el personaje principal.
Platón fue muy poco conocido durante toda la edad media. A finales del siglo XV, gracias al
mecenazgo de Lorenzo de Medicis, cuando la imprenta llevaba sólo veinticinco años funcionando,
aparece la primera edición impresa de las obras completas de Platón, en traducción latina. Como el
manuscrito griego del que se sirvieron Ficino y sus colaboradores para su traducción está hoy
perdido, adquiere más importancia esta primera versión latina.
Esta primera impresión de las obras completas de Platón, la traducción latina de Marsilio Ficino,
Divini Platonis opera omnia, fue impresa en el taller tipográfico del Convento de Santiago de Ripoli,
en Florencia, en 1483 (1482 o 1484). Se imprimieron 1025 ejemplares, que ocupan dos volúmenes
de 253 y 309 folios (Ludovico Hain, Repertorium bibliographicum in quo libris omnes ab arte
typographica inventa usque ad annum MD describe minuciosamente esta edición en su ficha
13062). La edición de Ficino fue varias veces reproducida: Venecia 1491, 2 vols. in-fol; París 1522;
con correcciones de Simon Gryneo, Basilea 1532, in-fol, 1539, 1546.
La primera edición griega es la Aldus Manutius y Marco Musurus, Venecia 1513, 2 vols. in-fol. Aldo
Manucio aprovechó que la mayoría de los refugiados griegos tras la caída de Bizancio se habían
establecido en Venecia para, financiado por Pico de la Mirandola, organizar un taller especializado
en ediciones griegas (el propio Aldo tuvo que diseñar y mandar grabar caracteres griegos para
estas ediciones). Esta edición griega sirvió de base a las de Basilea 1534 y 1556, 2 vols. in-fol.
Las reimpresiones de las obras de Platón no aparecen de nuevo hasta pasados más de ciento
cincuenta años con la ed. de J.-F. Fischer, Leipzig, Biponti y Estrasburgo 1760-1776, 4 vols. in-8º,
incompleta. La más importante del siglo XVIII es la de G.-Ch. Croll, Fr.-Ch. Exter y J.-V. Embser,
1781 ss., 12 vols. in-8º. En el siglo XIX aparecen múltiples ediciones alemanas, francesas, italianas
e inglesas. En alemán se publica la edición de Schleiermacher, Platons Werke, Berlin 1804-1809,
2ª ed. 1817 ss., incompleta. La primera edición crítica es la de I. Bekker, 10 vols, (Berlín 1816-17,
1823, Londres 1826). Sucesivas ediciones son publicadas en Leipzig entre 1819 y 1856, la más
importante es la de Hermann, Platonis opera omnia, 6 vols., Biblioteca Teubneriana, Leipzig, 1851-
1853. La ediciones francesas más importantes son las de V. Cousin, Oeuvres Complètes (Paris
1822-1840) y la de E. Chauvet - A. Saisset, Oeuvres complètes (París 1863). Patricio de Azcárate
publicó la primera traducción española de las Obras Completas de Platón (Madrid 1871-72, 11
vols.). La edición inglesa más importante es la de B. Jowet, The Dialogues of Plato, 5 vols. (Oxford
1871; 1892, 3ª; Nueva York 1937, 9ª). Ediciones italianas: E. Ferrari, Dialoghi di Platone (Padua
1873-1883); R. Bonghi, Platone. Dialoghi (Turín-Roma-Florencia, 1880-1904).
Entre las ediciones posteriores más importantes (mencionamos aparte las españolas) deben
mencionarse las siguientes: Platonis opera recognovit brevique adnotatione critica instruxit (ed. de
J. Burnet, Clarendon Press, Oxford 1900-1907, 5 vols.); Oeuvres complètes (Collection des
Universités de France publiée sous le patronage de l' Association G. Budé. Les Belles lettres, 13
vols., París 1920 y ss. Ed. bilingüe griego-francés); Sämtliche Werke (ed. F. Meiner, Lepzig 1920-);
Plato's works (ed. Loeb Classical Library, H.M. Fowler, Londres 1925-); Dialoghi (Ed. Col. Filosofi
antichi e medievali, Laterza, Bari 1930-); Platonis opera omnia /ed. Bibl. della antichità classica,
Florencia 1936-); Oeuvres complètes (ed. Classiques Garnier, París 1936-); Sämtliche Werke (ed.
Scheider, Berlín 1940-); Oeuvres complètes (ed. L. Robin, París 1940-1942). La Fundación Bernat
Metge ha publicado en ediciones bilingües griego-catalán cerca de una veintena de títulos
(Barcelona, 1914-1956).
La primera edición de las Obras Completas de Platón fue realizada por Patricio de Azcárate, y
publicada por la Biblioteca filosófica de Medina y Navarro, a lo largo de 11 volúmenes, Madrid
1871-72. Azcárate se sirvió sobre todo de ediciones francesas, y aunque su rigor sea hoy
justamente discutido, le cabe el mérito de haber servido para facilitar la lectura de Platón en
español. Por otra parte las versiones de Azcárate han sido ampliamente reeditadas (citando o sin
citar la procedencia). De la traducción de Azcárate proceden las siguientes ediciones: Diálogos,
Universidad Nacional de México 1922; Obras completas, ed. Anaconda, Buenos Aires 1946;
Diálogos, ed. Argonauta, Buenos Aires 1946; Obras completas, Porrúa, México 1962.
Apuleyo
De Platone et eius dogmate. Ed. P. Thomas, Leipzig 1938
Calcidio
In Platonis Timaeum commentaria. Leipzig 1876
Damascio
Dubitationes et solutiones de primis principiis. Ed. C. Ruelle, 2 vols. Paris 1889
Lectures on the Philebus wrongly attributed to Olympiodorus. Ed. L.G. Westerink,
Amsterdam 1959
Ficino, M.
Commentary on Plato's Symposium. Ed. S.R. Columbia, 1944.
Hermias Alejandrino
In Platonis Phaedrum scholia. Ed. J. Couvreur, Paris 1901
Olimpiodoro
In Platonis Philebum scholia. Ed. G. Stallbaum, Leipzig 1826
In Platonis Phaedonem scholia. Ed. W. Norvin, Leipzig 1913
In Platonis Gorgiam scholia. E. W. Norvin, Leipzig 1936
Proclo
In Theologiam Platonis libri sex una cum Marini vita Procli et Procli Institutiones
Theologicae. Ed. Portus & Lindenbrog, Hamburgo 1618
In Platonis Cratylum commentaria. Ed. G. Pasquali, Leipzig 1808
Excerpta ex Proclii scholiis in Platonis Cratylum. Ed. J.F. Boissonade, Leipzig 1820
Comentarii in Platonis Parmenidem. Ed. G. Stallbaum, Leipzig 1840
In Platonis Timaeum. Ed. C.E. Chr. Schneider, Breslan, 1847; E. Diehl, Leipzig 1903-1906
In Platonis Rem Publicam commentarii. Ed G. Kroll, Leipzig 1899-1901
In Platonis Alcibiadem i. Ed. L.G. Westerink, Amsterdam 1954
En el 388 el filósofo viaja a Sicilia invitado por el tirano Dionisio I. Platón intenta
influir en sus ideas políticas y filosóficas con la esperanza de poner en marcha
su ideal de ciudad. Sin embargo, las susceptibilidades que despierta en Dionisio
terminan por desterrarle de Siracusa.
En el 367 muere Dionisio I y le sucede su hijo, Dionisio II, que volverá a llamar
a Platón. Viaja pues, de nuevo a Sicilia, entablando una gran amistad con Dión,
cuñado del anterior tirano e intenta de nuevo que el tirano aplique en su ciudad
su ideal político de ciudad, pero las tensiones no se hacen esperar y Dionisio
destierra a Platón y a Dión de la ciudad. El filósofo vuelve a Atenas, donde
continua su labor docente y creadora hasta que en el año 361 es invitado una
vez más por Dionisio II. Ya en Siracusa vuelven a surgir desavenencias entre los
ideales de Platón y la política del tirano. Este último termina por retenerle
obligatoriamente hasta que Platón es liberado con la intervención de Arquitas.
De vuelta en Atenas, redacta sus últimas obras, algunas de las cuales presentan
cierto pesimismo. Platón muere en el año 347 a.de C. Su sobrino Espeusipo le
sucederá en la dirección de la Academia.
diálogos socráticos:
En ellos Platón hace una defensa del socratismo frente a las acusaciones de
impiedad y corrupción de la juventud que se vertieron sobre su maestro.
«Apología de Sócrates» , « Critón» , «Hipias Menor», «Cármides», «Laques»,
«Lisis», «Eutifrón», «Gorgias», «Menón», «Cratilo», «Eutidemo» y «Menexeno».
diálogos de madurez:
Diálogos de vejez:
Biografía
Isaac Newton nació el día de Navidad del antiguo calendario en 1642 (correspondiente al 4
de Enero de 1643 del nuevo calendario), año en que moría Galileo, en el pueblecito de
Woolsthorpe, unos 13 Km. al sur de Grantham, en el Lincolnshire. Fue un niño prematuro y
su padre murió antes de su nacimiento, a los treinta y siete años. Isaac fue educado por su
abuela, preocupada por la delicada salud de su nieto. Su madre, mujer ahorrativa y
diligente, se casó de nuevo cuando su hijo no tenía más que tres años. Newton frecuentó la
escuela del lugar y, siendo muy niño, manifestó un comportamiento completamente normal,
con un interés marcado por los juguetes mecánicos.
De 1667 a 1669, emprende activamente investigaciones sobre óptica y es elegido fellow del
Trinity College. En 1669, Barrow renuncia a su cátedra lucasiana de matemáticas y Newton
le sucede y ocupa este puesto hasta 1696. El mismo año envía a Collins, por medio de
Barrow, su Analysis per aequationes numero terminorum infinitos. Para Newton, este
manuscrito representa la introducción a un potente método general, que desarrollará más
tarde: su cálculo diferencial e integral. En 1672 publicó una obra sobre la luz con una
exposición de su filosofía de las ciencias, libro que fue severamente criticado por la mayor
parte de sus contemporáneos, entre ellos Robert Hooke (1638-1703) y Huygens, quienes
sostenían ideas diferentes sobre la naturaleza de la luz. Como Newton no quería publicar
sus descubrimientos, no le faltaba más que eso para reafirmarle en sus convicciones, y
mantuvo su palabra hasta 1687, año de la publicación de sus Principia, salvo quizá otra
obra sobre la luz que apareció en 1675.
Desde 1673 hasta 1683, Newton enseñó álgebra y teoría de ecuaciones, pero parece que
asistían pocos estudiantes a sus cursos. Mientras tanto, Barrow y el astrónomo Edmond
Halley (1656-1742) reconocían sus méritos y le estimulaban en sus trabajos. Hacia 1679,
verificó su ley de la gravitación universal y estableció la compatibilidad entre su ley y las
tres de Kepler sobre los movimientos planetarios.
Después de haber sido profesor durante cerca de treinta años, Newton abandonó su puesto
para aceptar la responsabilidad de Director de la Moneda en 1696. Durante los últimos
treinta años de su vida, abandonó prácticamente sus investigaciones y se consagró
progresivamente a los estudios religiosos. Fue elegido presidente de la Royal Society en
1703 y reelegido cada año hasta su muerte. En 1705 fue hecho caballero por la reina Ana,
como recompensa a los servicios prestados a Inglaterra.
Después de una larga y atroz enfermedad, Newton murió durante la noche del 20 de marzo
de 1727, y fue enterrado en la abadía de Westminster en medio de los grandes hombres de
Inglaterra.
"No sé cómo puedo ser visto por el mundo, pero en mi opinión, me he comportado como un niño que juega al
borde del mar, y que se divierte buscando de vez en cuando una piedra más pulida y una concha más bonita
de lo normal, mientras que el gran océano de la verdad se exponía ante mí completamente desconocido."
Esta era la opinión que Newton tenía de sí mismo al fin de su vida. Fue muy respetado, y
ningún hombre ha recibido tantos honores y respeto, salvo quizá Einstein. Heredó de sus
predecesores, como él bien dice "si he visto más lejos que los otros hombres es porque me he aupado a
hombros de gigantes"- los ladrillos necesarios, que supo disponer para erigir la arquitectura de
la dinámica y la mecánica celeste, al tiempo que aportaba al cálculo diferencial el impulso
vital que le faltaba.
Newton no publicó nunca el teorema del binomio. Lo hizo Wallis por primera vez en 1685
en su Algebra, atribuyendo a Newton este descubrimiento.
El De analysi
Compuesto en 1669 a partir de conceptos elaborados en 1665-1666, el De analysi no fue
publicado hasta 1711, aunque era conocido entre los próximos a Newton porque circulaba
en forma manuscrita desde 1669.
Al comienzo de sus investigaciones sobre las propiedades de las líneas curvas, Newton se
apoya principalmente en el método de las tangentes de Descartes, aunque también recurre a
la regla de Hudde para la determinación de los extremos. Newton se dispone desde el
principio a elaborar algoritmos que le permitan simplificar la resolución de los problemas
de tangentes, cuadratura y rectificación de curvas. El De analysi contiene los fundamentos
de su método de las series infinitas que se manipulan mediante operaciones de división y
extracción de raíces. Toma también de la física ciertos conceptos que se revelan útiles para
sus métodos infinitesimales y para traducir su concepción cinemática de las curvas. En
1666 todavía no ha desarrollado completamente su notación de las fluxiones, pero en 1669,
en el momento de la redacción de su De analysi, utiliza todavía la notación más o menos
convencional y reserva para una ulterior publicación sus fluxiones como concepto
operacional a nivel algorítmico.
Se sirve también de las series infinitas para integrar curvas utilizando la regla de
integración término a término.
Newton incluye también en esta obra tablas de curvas clasificadas según diez órdenes y
once formas, que comprenden también la abscisa y la ordenada para cada una de las formas
y el área de cada una de ellas (tabla de integrales). También incluye nuevas clases de
ordenadas, una fórmula de aproximación para la solución de las ecuaciones que llevan su
nombre, y el paralelogramo de Newton, útil para el desarrollo de series infinitas y para el
trazado de curvas.
Cuando Newton aborda el problema de «trazar las tangentes de las curvas», expone nueve
maneras diferentes de hacerlo, teniendo en cuenta las «diferentes relaciones de las curvas
con las líneas rectas». En la tercera manera, recurre a las «coordenadas bipolares», poco
utilizadas actualmente. Pero en la exposición de la séptima manera encontramos por
primera vez la utilización de las coordenadas polares.
Este método fue modificado ligeramente por Joseph Raphson en 1690, y después por
Thomas Simpson en 1740, para dar la forma actual.
El De quadratura curvarum
La tercera concepción de Newton a propósito del nuevo análisis aparece en su De
quadratura curvarum, escrita en 1676 pero no publicada hasta 1704, como apéndice a su
Opticks. Newton se propone esta vez fundamentar su cálculo sobre bases geométricas
sólidas, por lo que hace hincapié en la concepción cinemática de las curvas.
Más adelante, Newton describe la distinción entre el uso de elementos discontinuos y las
nuevas consideraciones cinemáticas con referencia a las fluxiones, abandonando así las
cantidades infinitamente pequeñas en beneficio de una ampliación del concepto de fluxión
que requiere la comparación de velocidades instantáneas en la razón última de los pequeños
crecimientos.
Sin embargo, el mismo Newton es consciente de las precauciones que hay que tomar para
aplicar su método de las «primeras Y últimas razones» a la determinación de la fluxión,
porque añade en su introducción:
Newton precisa sus concepciones, sin introducir sus notaciones, al comienzo de los
Principia en lo que llama método de «las primeras y últimas razones».
Los Principia
La primera información publicada acerca de su cálculo diferencial e integral aparece
indirectamente en sus famosos Philosophiae naturalis principia mathematica, de 1687.
Aunque en esta obra predomina la forma sintética y, por otra parte, Newton utiliza métodos
geométricos en sus demostraciones, se encuentran sin embargo algunos pasajes analíticos,
en particular la sección primera del libro I, titulada: «El método de las primeras y últimas
razones».
Entre los numerosos pasajes que explican su método de «las primeras y últimas razones», el
que sigue, que proviene de un escolio que acompaña al lema XI en la segunda edición
traducida por Andrew Motte, parece ser el más claro:
"Las razones últimas en las que las cantidades desaparecen no son realmente las razones
de cantidades últimas, sino los límites hacia los cuales se aproximan constantemente las
razones de cantidades, que decrecen sin límite, y hacia los cuales pueden aproximarse
tanto como cualquier diferencia dada, pero sin sobrepasarlos o alcanzarlos antes de que
las cantidades disminuyan indefinidamente."
Es interesante observar la explicación de Newton relativa a sus razones últimas, porque nos
permite ver mejor la semejanza entre su última concepción y nuestra derivada actual. En
particular, la idea intuitiva de esta razón última se encuentra en el problema de las
tangentes. Newton considera una tangente como la posición límite de una secante.
El libro II está consagrado al movimiento de los cuerpos en medios que ofrecen una
resistencia como el aire y los líquidos. Es la verdadera introducción a la ciencia del
movimiento de los fluidos. Se puede encontrar en él, entre otras cosas, un estudio de la
forma de los cuerpos para ofrecer menos resistencia, una sección sobre la teoría de las
ondas, una fórmula para la velocidad del sonido en el aire y un estudio de las ondas en el
agua.
El libro III, titulado Sobre el sistema del mundo, contiene las aplicaciones al sistema solar
de la teoría general desarrollada en el libro I. Newton demostró cómo calcular la masa del
Sol en términos de la masa de la Tierra y de los otros planetas que tienen un satélite.
Calculó la masa volúmica media de la Tierra y demostró que tenía la forma de un esferoide
aplanado, y que, por consiguiente, la atracción no era constante en su superficie. Hizo
también un estudio de la precesión de los equinoccios y de las mareas, explicó que la Luna
constituía la causa principal de este fenómeno y que el Sol también ejercía en él una
influencia. Dedicó también un estudio detallado al movimiento de la Luna, porque debía
servir para mejorar la determinación de las longitudes.
Newton realizó también contribuciones a otros temas matemáticos, entre los que podemos
mencionar una clasificación de las curvas de tercer grado y trabajos sobre la teoría de las
ecuaciones.
En una obra publicada por primera vez en 1707, y de la que aparecen muchas ediciones en
el siglo XVIII, Newton expone su visión de la teoría de las ecuaciones. Evidentemente nos
referimos a su Aritmetica universalis, compuesta al parecer entre 1673 y 1683 a partir de
los cursos que impartió en Cambridge. Entre las contribuciones importantes de esta obra,
mencionemos las «identidades de Newton» para la suma de las potencias de las raíces de
una ecuación polinómica, un teorema que generaliza la regla de los signos de Descartes
para la determinación del número de raíces imaginarias de un polinomio, un teorema sobre
la cota superior de las raíces de una ecuación polinómica, y el descubrimiento de la relación
entre las raíces y el discriminante de una ecuación. Señalemos que las cuestiones
geométricas ocupan una parte importante en esta obra, porque Newton parece pensar que es
muy útil construir geométricamente la ecuación con el fin de estimar más fácilmente las
raíces buscadas.
Falleció : 31 de
Marzo 1727 en
Londres, Inglaterra
Cuando Newton tenía doce años, ingresó en la Escuela del Rey, donde vivió con un
boticario llamado Clark, cuya esposa era amiga de la madre de Newton. Pasó cuatro años
en ese hogar, en el que se divertía construyendo toda clase de molinos de viento, carros
mecánicos, relojes de agua y cometas. Encontró un desván lleno de libros científicos que le
encantaba leer, y toda suerte de sustancias químicas.
Cuando tenía dieciséis años, murió su padrastro, y el muchacho volvió a casa a fin de
ayudar a su madre en la administración de su pequeña propiedad, pero Newton no sentía
inclinación a la vida del campo. Por fin, se decidió que continuará su carrera académica e
ingresó en el Colegio de la Trinidad, de Cambridge.
Newton no se distinguió en el primer año de estudios en Cambridge. Pero por fortuna, tuvo
la ayuda valiosa de Barrow, distinguido profesor de matemáticas. Barrow quedó
impresionado con las aptitudes de Newton y en 1664, lo recomendó para una beca de
matemáticas. Gracias a la instrucción de Barrow, tenía un excelente fundamento en la
geometría y la óptica. Se familiarizó con la geometría algebraica de Descartes; conocía la
óptica de Kepler, y estudió la refracción de la luz, la construcción de los telescopios y el
pulimento de las lentes.
A la edad de treinta años fue elegido miembro de la Sociedad Real de Londres, que era el
más alto honor para un científico. Para corresponder a este honor, obsequió a la Sociedad el
primer telescopio reflector que manufacturó.
Newton decidió consagrarse a la ciencia y volvió a Cambridge en 1667 para aceptar una
plaza pensionada que no tardaría en convertirse en la de profesor de matemáticas. Durante
los siguientes veinte años, Newton llevó la vida de profesor en Cambridge.
En 1664 Halley un joven astrónomo visitó a Newton, el cual instó a Newton a publicar sus
descubrimientos, esto hizo que Newton en los siguientes dos años, escribiera lo que resultó
ser “Principios matemáticos de la filosofía natural”, escritos en Latín, ricos en detalles,
con pruebas basadas con exactitud en la geometría clásica, y sorprendentemente raros en
sus conclusiones filosóficas, matemáticas y científicas, los Principia contenían tres libros :
El segundo trataba del movimiento de los cuerpos en medios resistentes, como los gases y
los líquidos.
Poco después de la publicación de esta gran obra en 1689, Newton fue elegido miembro del
parlamento por Cambridge. Cuando se le nombró director de la casa de moneda de
Inglaterra en 1701, renunció a su cátedra en Cambridge. En 1703 fue nombrado presidente
de la Sociedad Real de Londres, cargo que ocupó durante el resto de su vida. En 1705 le
concedió nobleza la Reina Ana, y fue el primer científico que recibió este honor por sus
obras.