Está en la página 1de 51

República de Colombia

Corte Suprema de Justicia

CORTE SUPREMA DE JUSTICIA


SALA DE CASACIÓN LABORAL

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ


Magistrado ponente

SL16539-2014
Radicación n° 44201
Acta 43

Bogotá, D. C., tres (03) de diciembre de dos mil catorce


(2014).

Decide la Corte el recurso de casación interpuesto por


el apoderado de los señores JUAN ABEL PRIETO CORTES,
HERIBERTO OVIEDO MORA, JOSÉ JOAQUÍN MORENO,
PEDRO ANTONIO MÉNDEZ PERDOMO y LUIS EDUARDO
MARTÍNEZ RAMOS contra la sentencia proferida por la
Sala Laboral de Descongestión del Tribunal Superior del
Distrito Judicial de Bogotá, el 30 de septiembre de 2009,
dentro del proceso ordinario laboral que le siguen a
FÁBRICA DE ELECTRODOMÉSTICOS S.A., ICASA.
Radicación n° 44201

I. ANTECEDENTES

Los recurrentes junto con otros trabajadores


promovieron demanda ordinaria laboral en contra de
ICASA, con el fin de que se declare la nulidad de la
conciliación celebrada en el 2003 por vulnerar derechos
ciertos e indiscutibles, al no reconocerles los salarios y
prestaciones causados desde el 16 de abril de 2004 (sic)
hasta la fecha en que celebraron las respectivas
conciliaciones; se condene al pago de los salarios
adeudados, es decir desde el 16 de abril de 2003 hasta el
15 de abril de 2004, fecha en la cual quedó ejecutoriado el
acto administrativo que autorizó el cierre de la empresa y el
despido de todos los trabajadores proferido por el Ministerio
de la Protección Social; junto con el pago de las
prestaciones hasta esa fecha, al igual que las
indemnizaciones por despido y de perjuicios; el pago de la
indemnización de perjuicios ocasionados con base a lo
señalado en la sentencia de tutela 896 de 2004 de la Corte
Constitucional.

Señalaron, para tales efectos, que estuvieron


vinculados con la entidad demandada en las fechas
indicadas respecto de cada uno de ellos y determinaron los
salarios recibidos; manifestaron que, en distintas fechas del
2003, cada trabajador firmó una conciliación con la
demandada, mediante la cual se terminaron los respectivos
contratos, y que la demandada liquidó los contratos hasta
el 15 de abril de 2003, a pesar de que sus contratos de

2
Radicación n° 44201

trabajo terminaron en fechas posteriores, con el argumento


de que los mismos estaban suspendidos desde aquel día.
Que la demandada había solicitado ante Minprotección la
autorización para el cierre definitivo y el despido de todos
los trabajadores, petición que fue radicada el 14 de abril de
2003, autorización que fue concedida para el cierre
definitivo y despedir a todos los trabajadores, más no para
suspender los contratos, como lo alegó la demandada. Que
los autores presentaron sendas tutelas y les fue protegida la
vida digna mediante la orden a la empresa de incrementar
las reservas a fin de retribuir los daños a ellos causados.
Que en esta sentencia, la Corte Constitucional concluyó que
los trabajadores celebraron las conciliaciones llevados más
por un temor y necesidad que por voluntad propia al no
estar recibiendo salarios; por último, sostienen que a los
actores solo les pagaron salarios y cesantías hasta el 15 de
abril de 2003, a pesar de que su retiro, en la mayoría de los
casos, se produjo seis meses después, y el acto
administrativo que ordenó el cierre de la empresa y el
despido de los trabajadores quedó debidamente
ejecutoriado el 15 de abril de 2004, sin que hubiera orden
de autoridad competente que señalara la suspensión de los
contratos a partir del 15 de abril de 2003, ni se hubiera
presentado alguna de las causales previstas en el artículo
51 del CST, subrogado por el artículo 4º de la Ley 50 de
1990.

II.RESPUESTA A LA DEMANDA

La entidad convocada al proceso se opuso a la

3
Radicación n° 44201

prosperidad de las pretensiones planteadas en la demanda,


las cuales considera incoherentes, dado que, en la primera
se solicitó la nulidad de la conciliación en virtud del no pago
de salarios y prestaciones entre el 16 de abril de 2004 hasta
la fecha en que se celebraron las respectivas conciliaciones
(mayo-octubre de 2003), en tanto que los actores dejan en
firme el punto del acuerdo conciliatorio relacionado con la
terminación por mutuo acuerdo, por lo que, en su criterio,
mal podían también solicitar una indemnización por
despido injusto hasta abril de 2004, cuando el contrato ya
había terminado en mayo de 2003.

La demandada admitió como ciertos los hechos


relacionados con la existencia de la relación laboral y la
celebración de las conciliaciones, con la aclaración de que
todas estas conciliaciones fueron realizadas con la asesoría
del mismo apoderado que ahora representa a los actores en
el sublite; que fue cierto que le pagó a los trabajadores los
salarios y prestaciones hasta el 15 de abril de 2003; hizo la
diferenciación entre el acta del ministerio levantada el 11 de
abril de 2003 que originó, a su juicio, la suspensión de los
contratos, y la solicitud de autorización para el cierre
definitivo de la empresa presentada el 14 de abril de 2003;
que sí fue cierto que hasta el 15 de marzo de 2004, el
ministerio confirmó la autorización de cierre de la empresa,
pero no aceptó que solo hasta esa fecha la empresa estuvo
facultada para despedir, pues con anterioridad había
llegado a un acuerdo conciliatorio para la terminación del
contrato de trabajo, a cambio de un indemnización mayor a
la que le hubiere correspondido a cada trabajador, si se

4
Radicación n° 44201

tiene en cuenta que la empresa estaba incursa en el


artículo 67 de la Ley 50 de 1990; refiere que la cita de la
sentencia de tutela falta a la verdad, pues en ella no fueron
parte los actores y que la Corte Constitucional se abstuvo
de referirse a los acuerdos conciliatorios. Propuso las
excepciones de prescripción, cosa juzgada, falta de
legitimación en la causa y compensación.

III.SENTENCIA DE PRIMERA INSTANCIA

Tramitada la primera instancia, el Juzgado Dieciocho


Laboral de Bogotá profirió fallo el 13 de agosto de 2007, por
medio del cual absolvió a la demandada y declaró probada
la excepción de cosa juzgada.

IV. SENTENCIA DE SEGUNDA INSTANCIA

Al resolver el recurso de apelación interpuesto por el


apoderado de la parte demandante, la Sala Laboral de
Descongestión del Tribunal Superior del Distrito Judicial de
Bogotá, a través de la sentencia del 30 de septiembre de
2009, confirmó la providencia del a quo.

Para fundamentar la decisión, el tribunal, en primer


lugar, precisó que los demandantes perseguían la
declaración de nulidad de las actas de conciliación con las
cuales pusieron fin a sus contratos de trabajo, pues ellos
consideraban que, en el citado acuerdo, habían renunciado
a derechos ciertos e indiscutibles, como eran el salario y las

5
Radicación n° 44201

prestaciones.

Acto seguido, el ad quem hizo referencia a la


prohibición derivada del artículo 53 de la norma superior
consistente en que «no pueden ser objeto de conciliación
derechos ciertos de los trabajadores», igualmente, a los
efectos de cosa juzgada de la conciliación y que el acta
contentiva de ella prestaba mérito ejecutivo, como se
dispone en el artículo 66 de la Ley 446 de 1998, con la
salvedad de que estos efectos se daban, siempre y cuando
se celebre ante la autoridad competente, de acuerdo con los
requisitos previstos en la ley, y con el consentimiento de las
partes dado de manera libre, clara y espontánea. Para
reforzar estas consideraciones citó pasajes de la sentencia
de esta Sala, cuyo radicado no aparece plenamente
identificado.

Se remitió al fallo de tutela invocado por los


accionantes que aparece visible a folios 67 a 96, de donde
extrajo que claramente ninguno de los aquí demandantes
figuraba como accionante en la tutela referida, de suerte
que estimó que no eran partícipes o beneficiarios de la
misma. Además que tampoco, en el mencionado fallo, se
hizo estudio alguno sobre la carencia de requisitos propios
de la conciliación, pues encontró que la misma Corte había
dicho que esa no era la vía para cuestionar la validez o no
de las conciliaciones celebradas por los accionantes, y que,
en dicha providencia, solo se reconoció el amparo
constitucional en mantener la reserva fiduciaria, pero
únicamente en favor de los actores de ese proceso, para el

6
Radicación n° 44201

evento de que ellos reclamasen algún tipo de indemnización


de perjuicios.

Consideró el ad quem que, a contrario sensu de lo


afirmado por el recurrente, el fallo de tutela 896 de 2004
solo produjo efectos inter partes, es decir que no era posible
extender sus efectos erga omnes a quienes no fueron parte
en ese trámite, sobre el pretendido que las circunstancias
fueron similares, e invocó el artículo 36 del D. 2591 de
1991. De tal manera que, según el tribunal, de allí no se
podía definir, per se, las condiciones de presión o fuerza
que viciaran el consentimiento de los demandantes al
momento de suscribir las actas de conciliación.

Agregó que, de acuerdo con lo dispuesto en los


artículos 1502 y siguientes del CC, se tiene que los vicios de
que podía adolecer el consentimiento de los contratantes
son el error, la fuerza y el dolo; los cuales no fueron
precisados en el sublite, sin embargo, señaló que de las
presiones que dijeron haber sufrido los actores, no se allegó
prueba alguna.

Prosiguió con el análisis y sobre lo dicho por la parte


apelante de que, al momento de celebrarse las actas de
conciliación, el ministerio no había resuelto sobre la
solicitud de cierre de la empresa y el despido de todos los
trabajadores, resaltó la Sala de instancia lo siguiente:

…cada uno de los demandantes en las actas de conciliación


suscritas con la empresa convocada a juicio expresaron la
ratificación de que “(…) el contrato de trabajo terminó por

7
Radicación n° 44201

acuerdo entre las partes, de manera libre y voluntaria, el día 09


de octubre de 2003 y que hubo suspensión del mismo por el
lapso comprendido entre el 15 de abril y el 9 de octubre de 2003,
razón por la cual la liquidación definitiva se hace hasta el 15 de
abril de 2003. 2. Para conciliar cualquier posible reliquidación y
pago de los derechos aquí expresamente reclamados o de los
demás derechos laborales que se pudieran adeudar, así no los
haya reclamado y la consecuente reliquidación, lo mismo que
cualquier posible indemnización o derecho que pudiera
corresponderle, se acordó como suma objeto de conciliación la
cantidad de (…)” entonces aceptaron la suspensión de contrato.

Dejó anotado que el Ministerio de la Protección Social


mediante la R. 001322 del 9 de julio de 2003 había
autorizado el cierre definitivo de la empresa y el
consiguiente despido de todos los trabajadores, decisión
que fue confirmada con las Resoluciones Nos. 1989 de 2003
y 0663 de 2004, de donde concluyó que se dieron las
condiciones establecidas por el numeral 3 del artículo 51
del CST.

De todo lo anterior dedujo que era indiscutible que las


conciliaciones celebradas por los demandantes con la
demanda estaban cobijadas de legalidad, porque, en el
plenario, no se habían allegado pruebas de existencia de
vicios del consentimiento en los demandantes al momento
de suscribir las actas de conciliación que condujeran la
nulidad pretendida, máxime cuando esta se había realizado
ante autoridad competente que verificó la garantía de los
derechos ciertos e irrenunciables de los trabajadores.

Sobre el argumento de la vulneración de los derechos


ciertos e indiscutibles de los demandantes al momento de
conciliar, no lo admitió, en razón a que estimó que, al haber

8
Radicación n° 44201

resultado, como ya lo había dicho, ajustada a derecho la


suspensión del contrato de trabajo, los derechos causados
durante aquel tiempo eran conciliables, pues de acuerdo
con el artículo 53 del CST, en ese tiempo se interrumpió la
obligación del trabajador de prestar el servicio prometido y
para el patrono (sic) la de pagar los salarios de esos lapsos.

Finalmente, frente al propósito de los demandantes de


obtener la nulidad del acta por vicio del consentimiento,
reiteró que las circunstancias que alegó la parte actora para
restarle legalidad al acta de conciliación no tenían
capacidad jurídica ni probatoria para lograr que se declare
la ilicitud de dicha diligencia, como así quedó adoctrinado
en la sentencia CSJ SL 4 abr.2006, rad. 25841.

V. EL RECURSO DE LOS DEMANDANTES

Dentro del término legal, los demandantes, a través de


su apoderado, presentaron el recurso extraordinario de
casación, pero el tribunal lo concedió respecto de los
demandantes JUAN ABEL PRIETO CORTES, HERIBERTO
OVIEDO MORA, JOSÉ JOAQUÍN MORENO, PEDRO
ANTONIO MENDEZ PERDONO Y LUIS EDUARDO
MARUNEZ RAMOS y lo negó en relación con los accionantes
ALVARO BENAVIDEZ SEGUNDO ALFONSO VANEGAS,
MARCOLINO ZÁRATE, HUGO BERTO COCOMA Y
SALVADOR SALDAÑA, por factor de cuantía del interés
para recurrir.

9
Radicación n° 44201

VI. ALCANCE DE LA IMPUGNACIÓN

Con el presente recurso extraordinario se persigue que


esta Corte case totalmente la sentencia de segunda
instancia proferida por el Tribunal Superior de Bogotá, Sala
Laboral de descongestión, para que, en sede de instancia,
revoque en su totalidad las sentencias de primer grado y
segunda instancia, y se condene a la demandada a todas y
cada una de las pretensiones de la demanda inicial.

Con el citado propósito se presentan tres cargos que


fueron objeto de réplica por parte de la empresa accionada,
y se resolverán conjuntamente por valerse del mismo elenco
normativo y de las mismas consideraciones.

VII. PRIMER CARGO

Se acusa la sentencia de fecha de 30 de septiembre de


2009, por la vía directa a causa de la falta de aplicación de
los artículos 53 de la Constitución Política, 1°, 10, 13, 14,
15, 18, 18, 21, 51, 140 del Código Sustantivo del Trabajo,
39 y 40 del Decreto 1479 de 1978, artículo 40 del Decreto
2351 de 1965, modificado en su numeral 5° por el artículo
67 de la ley 50 del 90, y que, a consecuencia de esto, se dio
la aplicación indebida de las artículos 19 y 78 del Código de
Procedimiento Laboral y Seguridad Social.

10
Radicación n° 44201

DEMOSTRACIÓN DEL CARGO

Comienza por aceptar todos los supuestos de hecho


del fallo impugnado. Resalta que en el presente proceso no
se está solicitando el pago de salarios y prestaciones
sociales causados hasta el 15 de abril de 2003, los cuales,
afirma, fueron conciliados por las partes; y dice que aquí lo
que se está pidiendo es que se decrete la nulidad de las
actas de conciliación como pretensión principal, por
haberse conciliado derechos ciertos e indiscutibles de los
demandantes.

Refiere que el a quo, en su sentencia, declaró probada


la excepción perentoria de cosa juzgada, y que el ad-quem
determinó que la conciliación se había realizado ante
autoridad competente, revestido de legalidad, y que, en las
actas de conciliación suscritas, los actores habían
expresado la ratificación de que el contrato terminó por
mutuo acuerdo; que los derechos ciertos se convirtieron en
inciertos cuando, ante la incertidumbre del derecho
reclamado, las partes accedieron a conciliar destacándose
que acordaron que entre el día 15 de abril y hasta la fecha
de celebradas las actas de conciliación hubo suspensión del
contrato de trabajo.

La censura considera que el tribunal incurrió en un


error cuando legitima la suspensión del contrato de trabajo
por acuerdo entre las partes, desconociendo las causales de
suspensión prevista en el artículo 51 del Código Sustantivo

11
Radicación n° 44201

de Trabajo, subrogado por la Ley 50 de 1990 artículo 4°, ya


que dentro de las mismas no se consagra que el contrato se
suspende por acuerdo entre las partes; considera que, al
validarlo, el ad-quem violó el artículo 14 del Código
Sustantivo del Trabajo, es decir el carácter de orden
público, la irrenunciabilidad a las disposiciones legales y los
derechos y prerrogativas contenidos en el Código Sustantivo
del Trabajo.

Para el recurrente, el contrato no estaba suspendido,


pues no se allegó al plenario prueba siquiera sumaria que
se enmarcara dentro de las causales de suspensión que
trata el artículo 51 del Código Sustantivo del Trabajo.

Afirma que, en su sentencia, el tribunal sostuvo que


ninguno de los aquí demandantes figuraba como accionante
en la tutela relacionada con los hechos del sublite, y que,
en el fallo de tutela, no se hizo un estudio sobre la carencia
de requisitos propios de la conciliación, y que el ad quem
consideró que estaba ajustado a derecho la suspensión del
contrato de trabajo, pues, ante la no prestación del servicio
por parte de los demandantes, era legal el no pago de
salarios, concepto del cual dice apartarse, pues estima que
la no prestación del servicio fue por culpa del empleador y,
en este caso, los trabajadores quedaron bajo la situación
del artículo 140 del Código Sustantivo del Trabajo, es decir
con derecho al pago de salario sin prestación del servicio
por culpa del empleador.

12
Radicación n° 44201

Que fue solicitada como pretensión subsidiaria el pago


de salarios, prestaciones sociales e indemnización causados
desde el día 16 de abril de 2003, hasta el 15 de abril de
2004, fecha en la cual quedó ejecutoriada la resolución No.
01322 del 9 de julio de 2003, mediante la resolución No.
00663 del 15 de marzo de 2004 expedida por la jefe de la
unidad especial de Inspección y Vigilancia y Control del
Trabajo del Ministerio de la Protección Social.

Manifiesta que el artículo 53 de la Constitución


Política establece que se debe tener en cuenta, por lo
menos, los siguientes principios mínimos: irrenunciabilidad
a los beneficios mínimos establecidos en normas laborales,
facultades para transigir y conciliar sobre derechos
inciertos y discutibles, situación más favorable del
trabajador, en caso de duda en la aplicación e
interpretación de las fuentes formales del derecho; que el
artículo 1° del Código Sustantivo del Trabajo establece que
la finalidad del código es lograr la justicia en las relaciones
que surjan entre patronos y trabajadores; que el artículo 13
del Código Sustantivo del Trabajo señala un mínimo de
derechos y garantías consagrados a favor de los
trabajadores, por lo tanto la conciliación hecha por las
partes no produce ningún efecto, porque se desconoció este
mínimo.

Agrega que el artículo 14 del Código Sustantivo del


Trabajo consagra, con «carácter de orden público», la
irrenunciabilidad, consistente en que las disposiciones
legales que regulan el trabajo humano son de orden público

13
Radicación n° 44201

y, por consiguiente, los derechos y prerrogativas que ellas


conceden son irrenunciables, salvo los casos expresamente
exceptuados por la ley. Estima que debe entenderse que así
las partes hayan conciliado derechos ciertos como salarios y
prestaciones sociales, los trabajadores no podían renunciar
a éstos derechos y se les debió haber pagado sus derechos
ciertos hasta el día en que se produjo su retiro, es decir el
08 y 09 de mayo de 2003 (sic), y no hasta el 15 de abril
como 1o acordaron las partes; que si el trabajador no se
encontraba laborando por disposición del empleador, aquel
estaba en la situación prevista en el artículo 140 del Código
Sustantivo del Trabajo que consagra el derecho al salario
sin prestación del servicio. Que, durante la vigencia del
contrato, el trabajador tiene derecho a percibir el salario,
aun cuando no haya prestación del servicio por disposición
o culpa del patrón.

Manifiesta que el artículo 15 del Código Sustantivo del


Trabajo señala lo siguiente: «Validez de la transacción, es
válida la transacción en los asuntos del trabajo, salvo
cuando se trate de derechos ciertos e indiscutibles».

Considera que la sentencia objeto del presente recurso


no aplicó las normas que establecen la prohibición de
conciliar sobre derechos ciertos e indiscutibles. Que el
artículo 16 del Código Sustantivo del Trabajo es claro al
manifestar que las normas del mencionado código son de
orden público, es decir deben aplicarse desde el momento
de su expedición y, si es el querer del legislador, pueden

14
Radicación n° 44201

tener efectos retroactivos, es decir que modifiquen hechos


anteriores a su existencia.

Alude a que los artículos 39 y 40 del Decreto 1469 de


1978, artículo 40 del Decreto 2351 de 1965, modificado por
el numeral 5° del artículo 67 de la ley 50 del 90 y el artículo
140 del Código Sustantivo del Trabajo señalan,
taxativamente, que los trabajadores tienen derecho al pago
de los salarios a consecuencia del despido colectivo
declarado por el Ministerio de la Protección Social; que, en
el caso del sub-lite, el Ministerio de la Protección Social
autorizó el despido de todos los trabajadores de la empresa
entre ellos los demandantes y el cierre definitivo de la
factoría.

De donde concluye que, sí el honorable tribunal


resolvió el debate jurídico con fundamento en los artículos
19 y 78 del Código Procesal del trabajo y de la Seguridad
Social, dejó de aplicar las normas que regulan los hechos de
la demanda, es decir las normas relacionadas en el presente
cargo, por lo que estima que debe casarse la sentencia
acusada y proceder en sede de instancia en la forma
señalada en el alcance de la impugnación.

VIII. SEGUNDO CARGO

15
Radicación n° 44201

Acusa la sentencia por la vía directa a causa de la


aplicación indebida de los artículos 19 y 78 del Código
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, y que, a
consecuencia de esa aplicación indebida, el ad quem dejó
de aplicar los artículos 53 de la Constitución Política, 1°,
10, 13, 14, 15, 16, 18, 21, 51 y 140 del Código Sustantivo
del Trabajo, 39 y 40 del decreto 1479 de 1978, 40 del
Decreto 2351 de 1965, modificado en su numeral 5° por el
artículo 67 de la Ley 50 de 1990.

Se aclara por el recurrente que la discrepancia con la


sentencia acusada es de puro derecho, y que radica en la
aplicación indebida de las normas relacionadas
anteriormente.

DEMOSTRACIÓN DEL CARGO

Para la censura, el tribunal aplicó indebidamente los


artículos 19 y 78 del Código Procesal del Trabajo y de la
Seguridad Social, en el sentido de que existen normas
expresas que prohíben la conciliación sobre derechos
ciertos e indiscutibles.

Relaciona nuevamente el contenido de las normas


denunciadas, y afirma que la sentencia base del presente
recurso no aplicó los preceptos que establecen la
prohibición de conciliar sobre derechos ciertos e
indiscutibles. Transcribe el artículo 51 del Código
Sustantivo del Trabajo sobre las causales de suspensión del

16
Radicación n° 44201

contrato de trabajo, para luego sostener que en el citado


artículo 51 no se establece que las partes de común
acuerdo pueden suspender el contrato de trabajo.

Igualmente, invoca los literales e) y f) del artículo 61


del Código Sustantivo del Trabajo, y concluye que el
juzgador de segunda instancia aplicó indebidamente los
artículos 19 y 78 del Código Procesal del Trabajo y la
Seguridad Social, que, como consecuencia de esa aplicación
indebida, dejó de aplicar las normas que regulan los hechos
de la demanda, es decir las normas relacionadas en el
presente cargo, por lo que estima que se debe casar la
sentencia acusada y proceder, en sede de instancia, en la
forma señalada en el alcance de la impugnación.

IX. CARGO TERCERO

Sostiene el recurrente que, a través de una infracción


de medio, la sentencia acusada viola por vía indirecta en la
aplicación indebida de los artículos 19 y 78 Código de
Procesal del Trabajo y de la Seguridad Social, y, como
consecuencia de esa infracción de medio, dejó de aplicar los
artículos 53 de la Constitución Política; 1°, 10, 13, 14, 15,
16, 18, 21, 51, 140 del Código Sustantivo del Trabajo; 39 y
40 del decreto 1479 de 1978; 40 del Decreto 2351 de 1905
modificado en su numeral 5° por el artículo 67 de la ley 50
del 90.

17
Radicación n° 44201

ERRORES EVIDENTES DE HECHO

Para el censor los yerros cometidos por el ad quem


fueron:

a) No dar por demostrado, siendo evidente, que con la


conciliación se violan derechos ciertos e indiscutibles
de los demandantes

b) No dar por demostrado, siendo evidente, que la


solicitud de despido por parte de la demandada fue
radicada antes de celebrarse la conciliación entre las
partes.

c) No dar por demostrado estándolo que la


autorización de despido fue dada por el Ministerio de
la Protección Social en fecha posterior a la conciliación
celebrada.

PRUEBAS ERRÓNEAMENTE APRECIADAS

Para el recurrente estas fueron:

Demanda inicial folios 2 al 96; resoluciones Nos.


001322 del 9 de julio de 2003, 01901989 del 29 de agosto
de 2003 y la No. 00663 del 15 de marzo de 2004,

18
Radicación n° 44201

proferidas por el Ministerio de la Protección Social, folios 62


al 62 del expediente, sentencia de Tutela 896 de 2004,
folios 19 al 47; contestación de la demanda, folios 107 al
126.

DEMOSTRACIÓN DEL CARGO

Refiere a lo dicho por el ad quem, sobre que el acuerdo


plasmado entre las partes es válido, puesto que se trató de
un objeto lícito, cual fue el dar por terminado un contrato
de trabajo por mutuo acuerdo entre las partes, incluida la
suspensión de los contratos entre el 15 de abril de 2003
hasta el mes de octubre de 2003, en la mayoría de los
casos.

Alude a que el acervo probatorio deja en evidencia que


efectivamente la demandada canceló salarios y prestaciones
causados hasta el 15 de abril de 2003, cuando el retiro de
los demandantes se produjo los días 15 de octubre de 2003,
para JUAN ABEL PRIETO, 19 de junio de 2003, para
HERIBERTO OVIEDO MORA, 09 de octubre de 2003 para
JOSE JOAQUÍN MORENO, 09 de octubre de 2003 para
PEDRO ANTONIO MENDEZ PERDONO y 01 de octubre de
2003 para LUIS EDUARDO MARTINEZ, folios 2, 3, 4 y 5, 8,
9, 10, 11, 18, 19, 20, 21, 28, 29, 30, 31, 49, 5O, 51, 52 del
expediente, respectivamente, y que el Ministerio de
Protección Social decretó la autorización de despido de
todos los trabajadores, el cual quedó ejecutoriado el día 21
de abril de 2004.

19
Radicación n° 44201

Concluye que los trabajadores demandantes tenían


derecho al pago de salarios, prestaciones e indemnización
hasta el día 20 de abril de 2004, como consecuencia de la
declaratoria de nulidad del acta de conciliación por vulnerar
derechos ciertos e indiscutibles de los trabajadores. Que si
se hubiera apreciado correctamente los folios 2, 3, 4 y 5, 8,
9, 10, 11, 18, 19, 20, 21, 28, 29, 30, 31, 49, 50, 51, 52, del
expediente, en los cuales aparecen las actas de conciliación,
la liquidación final de prestaciones sociales de los
demandantes, folios 132, 134, 136, 140, 144, 152, del
expediente respectivamente, la sentencia de tutela No 896
de 2004, folios 67 al 96, la conclusión a la que ha debido
llegar el tribunal era que la conciliación era nula, en virtud
a que a los demandantes les fueron liquidados y pagados
salarios y prestaciones causados hasta el día 15 de abril de
2003, cuando su retiro realmente se produjo mucho
después.

De lo anterior deduce que los trabajadores


demandantes estaban bajo la situación del artículo 140 del
Código Sustantivo del Trabajo y no podían acordar con la
accionada que su contrato de trabajo se suspendiera de
común acuerdo, pues es claro que, en el contenido del
artículo 51 del CST, a su juicio, no aparece que el contrato
se pueda suspender por mutuo acuerdo como lo hicieron
las partes en el acta de conciliación.

X. RÉPLICA

20
Radicación n° 44201

La empresa demandada se opone a la prosperidad del


recurso, principalmente, por considerar que la demanda
presenta deficiencias de técnica. Sobre el fondo del asunto,
sostiene que el tribunal no se equivocó en razón a que no se
podía pagar salarios hasta el 21 de abril de 2004, cuando
quedó en firme la autorización de despido de todos los
trabajadores por el cierre de la empresa; afirma que desde
finales de 2002 no se trabajó a cabalidad, por esto en los
acuerdos conciliatorios se reconocieron salarios hasta el 15
de abril de 2003; y como el contrato de trabajo había
fenecido por mutuo acuerdo, de ninguna manera se podía
considerar que el trabajador estuvo cobijado por los efectos
del artículo 140 del CST hasta abril de 2004, ya que dicha
norma se aplica siempre y cuando esté vigente la relación.

XI. CONSIDERACIONES:

El tribunal confirmó la declaración de la cosa juzgada


y, consecuencialmente, la negativa de las pretensiones
relacionadas con la nulidad de las conciliaciones, y el pago
de los salarios y prestaciones de los trabajadores desde el
16 de abril de 2003 hasta el 15 de abril de 2004, entre
otras, por concluir, con base en las actas de conciliación i)
que, en dicho acto, los trabajadores ratificaron la
terminación del contrato de trabajo por mutuo acuerdo, al
igual que hubo suspensión de los contratos en el lapso
comprendido entre el 15 de abril y la terminación del
contrato; ii) observó que, en el presente caso, se dieron las
condiciones del numeral 3º del artículo 51 del CST, pues

21
Radicación n° 44201

encontró que el ministerio, a través de la R. 001322 del 9 de


julio de 2003, había decidido autorizar a la demandada el
cierre definitivo de la empresa y el consiguiente despido de
sus trabajadores, decisión que, según el juez de alzada, fue
confirmada mediante las R.1989 de 2003 y 0663 de 2004;
en vista de esto, iii) consideró indiscutible que las
conciliaciones celebradas por los actores estaban cobijadas
de legalidad, pues no se había allegado al plenario prueba
de vicios del consentimiento en los demandantes al
momento de suscribir las actas que condujeran a la nulidad
pretendida; que, además, iv) tampoco se violaron derechos
ciertos e indiscutibles de los actores al momento de
conciliar, pues consideró que al resultar «…ajustada a
derecho la suspensión del contrato de trabajo, los derechos
causados durante aquel tiempo son conciliables pues de
acuerdo a lo previsto en el artículo 53 del Código…, en ese
tiempo se interrumpe la obligación del trabajador de prestar
el servicio prometido y para el patrono (sic) la de pagar los
salarios de esos lapsos».

Del razonamiento del tribunal se desprende que en el


acta de conciliación cuya validez total fue puesta en
entredicho por la parte actora desde los albores del proceso,
se distinguen, claramente, dos temas: el primero, donde los
litigantes terminaron el vínculo laboral por mutuo acuerdo,
con las respectivas consecuencias; y el segundo que tiene
que ver con la suspensión de los contratos de trabajo, desde
el 15 de abril de 2003, en virtud de la cual se acordó que,
en la liquidación definitiva del respectivo contrato, se
tomaría como extremo final dicha calenda.

22
Radicación n° 44201

Si bien la demanda de casación no es propiamente un


modelo a seguir, de todos modos de ella se desprende que la
inconformidad central del recurrente se contrae a que el
tribunal se equivocó al concluir que, con las conciliaciones
objeto del sublite, no se violaron derechos ciertos e
indiscutibles de los demandantes, pues la censura
considera que el ad quem incurrió en un error cuando
legitimó la suspensión del contrato de trabajo por acuerdo
entre las partes, dado que, a su juicio, con ello, el juzgador
desconoció las causales de suspensión previstas en el
artículo 51 del CST, subrogado por el artículo 4º de la Ley
50 de 1990, ya que, dentro de las mismas, no estaba
consagrado que el contrato se suspendía por mutuo
acuerdo; en tanto que la autorización concedida por el
Mintrabajo para el despido colectivo solo quedó ejecutoriada
hasta el 20 de abril de 2004, en consecuencia, en su
criterio, la no prestación del servicio por los actores se debió
a la culpa del empleador y, en estos casos, los trabajadores
habían quedado bajo la situación del artículo 140 del CST,
es decir con derecho al pago del salario sin prestación del
servicio por culpa del empleador, hasta el 20 de abril de
2004.

En vista de la controversia planteada por el recurrente


de cara a la sentencia objeto del presente recurso
extraordinario, le corresponde a esta Sala resolver si el juez
colegiado se equivocó al estimar legal la suspensión
colectiva de los contratos contenida en las conciliaciones
tantas veces aludidas.

23
Radicación n° 44201

El ad quem arribó a la conclusión de que la


suspensión del contrato «estuvo ajustada a derecho», por i)
haberse dado la causal contenida en el numeral 3º del
artículo 51 del CST y ii) haber sido aceptada por los actores
en la diligencia de conciliación, razonamiento que lo llevó
también a concluir que los derechos causados durante
aquel tiempo eran conciliables.

Con el propósito atrás mencionado, se examinará, en


primer lugar, la queja del recurrente en relación con que el
juez de alzada no tuvo en cuenta que la autorización de
despido fue concedida por el Mintrabajo mucho después de
que celebraran las conciliaciones, dado que, de salir avante
esta, se tornaría innecesario verificar los restantes yerros
fácticos denunciados, porque apuntan a lo mismo.

Para el ad quem, en consideración de las resoluciones


proferidas por el Ministerio de la Protección Social que
autorizaron el cierre definitivo de la empresa y el despido
de sus trabajadores, se dio el supuesto de hecho
establecido en el numeral 3º del artículo 51 del CST que da
lugar a la suspensión del contrato, causal que refiere a lo
siguiente:

3. Por suspensión de actividades o clausura temporal de la


empresa, establecimiento o negocio, en todo o en parte, hasta por
ciento veinte (120) días por razones técnicas o económicas u
otras independientes de la voluntad del empleador, mediante
autorización previa del Ministerio de Trabajo y Seguridad Social.
De la solicitud que se eleve al respecto el empleador deberá
informar en forma simultánea, por escrito, a sus trabajadores.

24
Radicación n° 44201

Es decir, para el ad quem, al haberse presentado, en


su criterio, objetivamente la causal precitada, la suspensión
del contrato estuvo ajustada a derecho, sin haberse
percatado si quiera, como bien lo dice el recurrente, de que
la autorización de despido colectivo cobró ejecutoria (según
las fechas de las respectivas resoluciones, la primera fue del
9 de julio de 1993 y la que resolvió la apelación del 15 de
marzo de 2004), mucho después de haberse celebrado las
sendas conciliaciones con los accionantes; por tanto, el
tribunal mal podía valerse de la mencionada autorización
para convalidar la suspensión de los contratos de trabajo de
los actores (supuesto diferente al cierre definitivo) que fue
reconocida por los intervinientes en las susodichas
conciliaciones.

Lo acabado de decir es suficiente para arribar, por esta


Sala, a la primera conclusión de que el juez de segundo
grado se equivocó al considerar, con base en la autorización
para despido colectivo obtenida por el empleador, que la
suspensión de los contratos de trabajo contenida en la
conciliación estuvo ajustada a derecho, si, para empezar, la
citada autorización ni siquiera se encontraba en firme para
el momento de la suscripción de las conciliaciones de los
actores, como se puede apreciar a continuación:

DEMANDANTE FECHA DE LA CONCILIACIÓN


JUAN ABEL PRIETO 15 de octubre de 2003
HERIBERTO OVIEDO MORA 19 de junio de 2003
JOSÉ JOAQUÍN MORENO 9 de octubre de 2003
PEDRO ANTONIO MÉNDEZ PERDOMO 9 de octubre de 2003
LUIS EDUARDO MARTÍNEZ RAMOS 1 de octubre de 2003

A más del yerro fáctico del ad quem acabado de

25
Radicación n° 44201

detectar, observa la Sala que el tribunal no aclaró por qué


razón equiparó la autorización para el cierre definitivo de la
empresa y el consiguiente despido colectivo, con la causal
contenida en el numeral 3 del artículo 53 del CST prevista
por el legislador como determinante de la figura de la
suspensión, dado que evidentemente corresponden a dos
situaciones diferentes; aquella versa sobre la autorización
de cierre definitivo (artículo 466 del CST, modificado por el
artículo 66 de la Ley 50 de 1990), la cual es muy distinta a
la autorización de clausura temporal de la empresa,
supuesto contenido en la pre mencionada causal de
suspensión que el ad quem dio por satisfecho.

Más aún, como la licencia para el cierre definitivo de la


empresa se concedió después del periodo que abarcó la
supuesta suspensión del contrato, en gracia de discusión,
no era posible deducir, bajo el aforismo de que «quien puede
lo más, puede lo menos», que si la empresa tenía
autorización para el cierre definitivo de la empresa, con
mayor razón tenía autorización para la suspensión del
contrato, como tal vez se podría explicar el razonamiento
del ad quem, pero dicho argumento no se sostiene porque
parte de una premisa fáctica equivocada, cual es la fecha
de la autorización del cierre definitivo de la empresa, dado
que esta quedó en firme mucho después de la pretendida
suspensión del contrato y la autorización de cierre no se
concede con efectos retroactivos.

Otro argumento adicional que tuvo en cuenta el ad


quem para considerar ajustada a derecho la suspensión de

26
Radicación n° 44201

los contratos de trabajo, fue el que, a su vez, esta situación


había sido aceptada por los trabajadores en la audiencia de
conciliación, por tanto “…los derechos causados durante
aquel tiempo son conciliables pues de acuerdo a lo previsto
en el artículo 53 del Código Sustantivo del Trabajo, en ese
tiempo se interrumpe la obligación del trabajador de prestar
el servicio promedio y para el patrono la de pagar los
salarios de esos lapsos.”

Frente a esta consideración del juez de alzada, con el


fin de examinar su legalidad de cara a la acusación del
impugnante, debe responder la Sala a la pregunta de si las
partes en contienda podían conciliar el estado de
suspensión del contrato desde el 15 de abril de 2003 a la
terminación de la relación, frente al hecho cumplido de la
interrupción de la prestación del servicio desde hacía varios
meses antes a la celebración del acuerdo, ante lo cual la
entidad solo había iniciado el trámite para la autorización
de cierre definitivo por problemas económicos que venía
atravesando, cuya licencia solo vino a obtener en forma
definitiva mediante la R. no. 0663 de 2004.

Ya esta Corte ha tenido la oportunidad de


pronunciarse en el sentido de que, en los asuntos de
carácter laboral, no es posible conciliar hechos y así
convertir en dudosos los derechos causados de los
trabajadores, sino que el objeto de dicho acto ha de ser
sobre derechos, siempre y cuando estos tengan el carácter
de inciertos y discutibles. Para ser más exactos, se cita la
posición asumida por esta Sala al respecto en la sentencia

27
Radicación n° 44201

SL 1057 de 2014:

Para resolver el problema planteado por la censura, le


corresponde a la Sala abordar, en primer lugar, si el ad quem se
equivocó al estimar que las partes no tenían impedimento alguno
para convenir que el contrato terminaba por mutuo acuerdo, no
obstante que la empresa ya había tomado la decisión de
finalizar el vínculo con justa causa.

Es bien sabido que la autonomía de la voluntad de las partes de


un contrato de trabajo y su poder de disposición no son
absolutos, sino que están expresamente limitados por el
legislador, en los términos de los artículos 13 1, 142 y 153 del
CST, en desarrollo de los principios fundamentales establecidos
en el artículo 53 constitucional denominados «irrenunciabilidad a
los beneficios mínimos laborales» y «facultad para transigir y
conciliar sobre derechos inciertos y discutibles».

De tal manera que los contratantes de la relación laboral


subordinada deben respetar las disposiciones contenidas en el
ordenamiento jurídico laboral, las cuales constituyen el mínimo
de derechos y garantías consagradas en favor del trabajador, y
tener en cuenta que, por su carácter de orden público, los
derechos y prerrogativas en ellas contenidas son irrenunciables,
por tanto i) no produce efecto alguno cualquier estipulación que
afecte o desconozca ese mínimo, y ii) se considera válida la
transacción en los asuntos del trabajo, salvo cuando verse sobre
derechos ciertos e indiscutibles.

En este orden, el artículo 654 de la Ley 446 de 1998 establece,


como regla general, que son conciliables todos los asuntos
susceptibles de transacción, desistimiento y aquellos que
expresamente determine la ley, de donde también se desprende
que, iii) en materia laboral, son conciliables los asuntos que
versen sobre derechos inciertos y discutibles.

1
ART. 13.—Mínimo de derechos y garantías. Las disposiciones de este código contienen el
mínimo de derechos y garantías consagradas en favor de los trabajadores. No produce efecto
alguno cualquiera estipulación que afecte o desconozca este mínimo.
2
ART. 14.—Carácter de orden público. Irrenunciabilidad. Las disposiciones legales que
regulan el trabajo humano son de orden público y, por consiguiente, los derechos y
prerrogativas que ellas conceden son irrenunciables, salvo los casos expresamente
exceptuados por la ley.
3
ART. 15.—Validez de la transacción. Es válida la transacción en los asuntos del trabajo,
salvo cuando se trate de derechos ciertos e indiscutibles.
4
Artículo  65. Asuntos conciliables. Serán conciliables todos los asuntos susceptibles de
transacción, desistimiento y aquellos que expresamente determine la ley.

28
Radicación n° 44201

Precisado lo anterior, se tiene que, en el caso del sublite, al


haberse producido, primeramente, el despido del trabajador
motivado en una supuesta justa causa invocada por la empresa,
la situación creada para aquel era la de incertidumbre frente al
derecho a reclamar a consecuencia del despido sufrido, ya fuera
el reintegro o la indemnización por despido (que son las
pretensiones de la demanda y es lo que podría proceder según el
ordenamiento jurídico colombiano, artículo 64 del CST con sus
distintas modificaciones o la convención), en tanto que la
demandada atendió lo previsto en el Parágrafo 5 del artículo 62
del CST. Es decir, el reconocimiento del posible reintegro o la
indemnización a favor del trabajador iba a depender, en
principio, de que judicialmente la empresa no demostrase la
justa causa invocada en la carta de retiro.

Así pues, aprecia la Sala que, con el hecho cumplido del despido
motivado, el actor no tenía el derecho cierto e indiscutible al pago
de una indemnización y menos al reintegro a su puesto su
trabajo. Por su parte, el empleador, en ejercicio del poder de
subordinación, bien podía desistir de hacer uso de la justa causa
que, a su juicio, se dio.

En otras palabras, desde un principio la situación fáctica


presentada entre las partes (cuya ocurrencia siempre fue
aceptada por ellas, cual es el despido motivado) no
generaba derechos irrenunciables para el trabajador, lo
que hacía posible buscar fórmulas de arreglo que
facilitaran la avenencia para arribar a un acuerdo y
celebrar la conciliación sobre derechos dudosos.

Conviene aclarar que no se pueden conciliar hechos para


quitarle la certidumbre a los derechos del trabajador y
así volverlos conciliables, pues esto haría nugatoria la
protección a los derechos mínimos del trabajador; sino
que el objeto de la conciliación solo ha de versar sobre los
derechos inciertos y discutibles de acuerdo como se dieron
originalmente los hechos.

Por tanto, nada impedía a las partes, como lo dijo el ad quem, en


virtud de su autonomía de la voluntad y de su poder de
disposición (dado que no había limitaciones en este caso como se
acabó de ver), resolver directamente la discrepancia sobre los
derechos inciertos derivados del modo de terminación del
5
PAR.—La parte que termina unilateralmente el contrato de trabajo debe manifestar a la
otra, en el momento de la extinción, la causal o motivo de esa determinación. Posteriormente
no pueden alegarse válidamente causales o motivos distintos.

29
Radicación n° 44201

contrato de trabajo, mediante el uso del mecanismo de solución


de conflictos consistente en la conciliación.

Como lo tiene asentado la doctrina, y concuerda con el artículo


65 de la Ley 446 de 1998 precitado, la conciliación implica
siempre una solución persuasiva del conflicto, donde las partes
logran la avenencia a través de distintos medios negociales,
como pueden ser la transacción (concesiones mutuas), la
renuncia o desistimiento y el allanamiento (concesión de una
sola parte). Y su validez y eficacia dependerá del concurso del
libre consentimiento de ambas partes y de su capacidad para
llevar a cabo actos disposición.

Nótese que, en este caso, en el acto conciliatorio se hicieron


concesiones mutuas, pues la empresa cedió en no hacer uso de
la supuesta justa causa, aceptar la renuncia del trabajador y
reconocerle una bonificación, y el trabajador, en obviar el
despido para solicitar que le aceptasen la renuncia al cargo a
cambio de una bonificación de retiro.

De lo anterior se sigue que la conciliación no desconoció derechos


ciertos e indiscutibles del trabajador, como lo dijo el ad quem;…
Negrillas extratexto.

En ese orden de ideas, si a estas alturas del proceso se


tiene que, en el caso del sublite, las partes aceptaron que
estuvo interrumpida la prestación del servicio desde el 15
de abril de 2003, pero que el empleador solo tramitó la
solicitud de autorización para el cierre definitivo de la
empresa y el consiguiente despido colectivo de los
trabajadores, la cual le fue concedida, en forma definitiva,
con la R. 0663 de 2004, la situación fáctica inequívoca que
se deriva de lo acordado es la de que los recurrentes no
laboraron desde aquella fecha hasta la terminación del
contrato por mutuo acuerdo, por razones atribuibles al
empleador. Tales hechos fueron evidentes desde el
momento mismo de la celebración de las conciliaciones,

30
Radicación n° 44201

dado que, conforme a lo convenido en dicho acto, el no


desarrollo de la labor se venía presentando con anterioridad
al mismo acuerdo; lo que de contera indica, sin duda, que
no fue el caso de que las partes decidieran, de mutuo
acuerdo, suspender el contrato de trabajo en adelante, sino
que las partes decidieron convalidar la interrupción del
trabajo que de hecho se venía presentando, en perjuicio de
los derechos ciertos de los trabajadores derivados del
artículo 140 del CST, ante la ocurrencia del supuesto
fáctico de este precepto.

De lo anterior se sigue que ciertamente se equivocó el


ad quem al concluir que la conciliación celebrada respecto a
la suspensión del contrato de cada uno de los actores no
desconoció derechos ciertos, pues ya quedó visto, conforme
al precedente de esta Sala, que los hechos no son
conciliables con el fin de quitarle certeza a los derechos
laborales ya causados; sin embargo esto fue lo que sucedió
en el caso del sublite cuando las partes quisieron legalizar
a posteriori la interrupción de hecho en la prestación del
servicio por razones atribuibles al empleador sin
justificación legal, con el ropaje de la suspensión legal del
contrato prevista en el artículo 51 del CST, y de esta forma
conciliar lo que ya era inconciliable, como eran los derechos
ciertos de los trabajadores derivados del artículo 140 del
CST, es decir el derecho a recibir los salarios y prestaciones
por el tiempo que dejaron de prestar el servicio por culpa
del empleador.

En otras palabras, siendo evidente que ya venía

31
Radicación n° 44201

dándose de hecho la interrupción de la prestación del


servicio por los actores por culpa del empleador, esta
situación, para el momento de la conciliación,
evidentemente ya había generado y consolidado a favor de
cada uno los actores los derechos ciertos a recibir los
salarios conforme al artículo 140 del CST, por tanto estos
no podían ser objeto de conciliación, so pena de nulidad; y
como jurisprudencialmente está definido que no se pueden
conciliar hechos para restarle la certeza a los derechos que
ya se habían causado en cabeza de cada uno de los actores,
tampoco se podía convalidar por las partes la situación de
hecho cumplida mediante la conciliación para desaparecer
el supuesto generador de los efectos del artículo 140
precitado.

En lo que atañe a la terminación del contrato por


mutuo acuerdo establecida por el ad quem con base en las
citadas conciliaciones, la censura formula la acusación
consistente en que el tribunal no se dio cuenta de que solo
hasta el 15 de abril de 2004 quedó ejecutoriada la
autorización para despedir a todos los trabajadores, razón
por la cual la empresa no podía finalizar los contratos de los
actores antes de esa fecha, como se pactó en la conciliación.

En tal acusación, el censor ignora que el tribunal


estableció, con base en las actas de conciliación, que los
contratos de los actores no terminaron por despido, sino
por mutuo acuerdo; causal esta que, sin duda alguna, está
prevista expresamente en la ley, literal b) del artículo 61
del CST, modificado por el artículo 5º de la Ley 50 de 1990,

32
Radicación n° 44201

y para su operatividad nada tenía que ver el que no


estuviera ejecutoriada la autorización ministerial concedida
a la empresa para despedir a los trabajadores, dado que las
partes, en su libre albedrío, podían dar por terminado el
vínculo en cualquier momento, al margen de la autorización
que pudiera obtener la empresa para despedir
colectivamente.

Por tanto, esta premisa conserva intacta su


presunción de legalidad, no solo porque está acorde con la
ley como se acaba de referir, sino porque el censor tampoco
cumplió con la carga de derrumbar la consideración del ad
quem sobre que los demandantes no precisaron cuáles
fueron los vicios del consentimiento que afectaron sus
declaraciones de voluntad contenidas en la conciliación y
que menos habían allegado prueba alguna al respecto.

La censura también se refiere a las reflexiones del ad


quem de cara a la sentencia de tutela 896 de 2004, folios 67
al 96, pero no desarrolla en qué consistió el yerro del
juzgador de segundo grado respecto a dicha prueba.

Conforme a lo anteriormente expuesto, procede casar


parcialmente la sentencia impugnada en cuanto negó la
nulidad de la conciliación, en la parte del acuerdo que
refiere a la suspensión del contrato desde el 15 de abril de
2003 hasta la fecha de la terminación del contrato de
trabajo, supuesto fáctico que sirvió para establecer que la
liquidación de prestaciones de cada uno de los contratos de
los actores se haría hasta esta fecha.

33
Radicación n° 44201

Se deja a salvo el resto de la sentencia del tribunal,


dado que la acusación prospera solamente en lo que tiene
que ver con el asunto de la conciliación referente a la
suspensión de los contratos de trabajo por trasgredir
derechos ciertos e indiscutibles, pues los yerros
establecidos por esta la Sala, en atención al recurso, no
afectan la materia referente al modo de terminación del
contrato de trabajo por mutuo acuerdo, temática totalmente
independiente de aquella para el caso.

Se precisa también que, al derrumbarse la legalidad de


la conciliación de la suspensión del contrato estimada por el
ad quem, se ha de tomar como extremo final para la
liquidación de los salarios y prestaciones, el día acordado
para la terminación del contrato.

FALLO DE INSTANCIA

Si bien del alcance de la impugnación se rescata que


la censura propuso que, una vez casada totalmente la
sentencia del tribunal, se revocara igualmente en su
integridad la sentencia del a quo, para que, en su lugar, se
le reconozcan todas las pretensiones de la demanda, ya
quedó atrás resuelto que el recurso solo salió avante en
cuanto a la negativa del ad quem de declarar la nulidad de
la parte de la conciliación que desconoció los derechos
ciertos de los trabajadores derivados por la interrupción de
hecho de la prestación del servicio desde el 15 de abril de
2003 hasta la terminación de los contratos de trabajo.

34
Radicación n° 44201

En ese orden, en concordancia con lo resuelto en sede


de casación, en instancia, solo se reformará la sentencia del
a quo que absolvió a la demandada de todas las
pretensiones de la demanda y declaró probada la excepción
de cosa juzgada, en el sentido de declarar la nulidad parcial
de las conciliaciones de los actores que actuaron en
casación, y, en consecuencia, reconocer los salarios y
prestaciones, causados a favor de cada uno de ellos, desde
el 16 de abril de 2003 hasta la fecha en que terminó el
contrato de trabajo, por las razones que seguidamente se
exponen. En lo demás, se dejará igual.

Para efectos de resolver la apelación de la parte actora,


adicional a lo ya dicho por la Sala en sede de casación, se
tiene que, en un contexto más amplio de lo anotado por el
ad quem de cara al objeto de las conciliaciones puestas en
entredicho, según los términos del mencionado acuerdo
suscrito por el señor ABEL PRIETO, visible a folios 2 al 5, el
cual es similar para cada demandante, en los supuestos
fácticos de aquel entonces, las partes asentaron que la
empresa le reconocía al trabajador salarios desde el 1º de
noviembre de 2002 al 15 de abril de 2003, pues, a partir de
esta data, el contrato se había suspendido; junto con las
demás prestaciones adeudadas, con un salario base de
$664.548, más la suma objeto de conciliación equivalente a
$30.910.021, cuya liquidación arrojó, para el caso del actor
PRIETO CORTÉS, un total de $33.818.081, luego de
haberse descontado, con la autorización del trabajador, la
suma de $4.225.970 (suma esta que comprendió los

35
Radicación n° 44201

honorarios del apoderado); y que el contrato de trabajo


había terminado el mismo día de la firma de la conciliación,
que, para ese caso, fue el 15 de octubre de 2003.

Igualmente se anotó también, como antecedentes de la


controversia, que la discrepancia presentada entre la partes
consistía en que el trabajador estaba reclamando salarios
desde el 15 de abril de 2003 hasta el día de la celebración
del acuerdo y su incidencia en la liquidación de otros
estipendios, así como los demás emolumentos a los que
creía tener derecho por este tiempo; sostuvo que le habían
realizado descuentos sin su autorización que le habían
afectado su salario, que no se le habían practicado los
reajustes salariales anuales y que la empresa le debía
reconocer la indemnización por despido injusto; en tanto
que la empresa manifestó que no estaba de acuerdo con lo
dicho y lo solicitado por el trabajador, ya que la compañía,
por su difícil situación económica, no había podido, desde
hacía varios meses, seguir desarrollando su actividad y, en
consecuencia, el trabajo no se había ejecutado a plenitud
sino esporádicamente; por lo que, de cara a los salarios y
demás derechos por el lapso reclamado, la empresa alegó
que estos no se habían causado, porque el contrato se
suspendió por circunstancias de fuerza mayor certificadas
por el Ministerio de la Protección Social en los términos y
condiciones de la ley, y que el efecto legal de una
suspensión era que no se pagaban salarios porque no había
prestación de servicios e igualmente dicho tiempo debía ser
descontado para liquidar prestaciones. Además que el
trabajador había autorizado expresamente los descuentos,

36
Radicación n° 44201

que ella le había realizado los aumentos salariales


convencionales y que no le debía pagar la indemnización
por despido en razón a que el contrato terminó por mutuo
acuerdo.

Se manifestó en el acta en cuestión que se trataban de


“derechos inciertos e indiscutibles”, y que por este motivo las
partes habían decidido conciliarlos de la siguiente manera:

«1. Ratificar que el contrato de trabajo terminó por mutuo


acuerdo entre las partes, de manera libre y voluntaria, el día 15
de octubre de 2003 y que hubo suspensión del mismo por el
lapso comprendido entre el 15 de abril y el 15 de octubre de
2003, razón por la cual la liquidación definitiva se hace hasta el
15 de abril de 2003.

2. Para conciliar cualquier posible reliquidación y pago de


los derechos aquí expresamente reclamados o de los demás
derechos laborales que se le pudieran adeudar, así no los haya
reclamado y la consecuente reliquidación, lo mismo que cualquier
posible indemnización derecho que pudiere corresponderle, se
acordó como suma objeto de conciliación la cantidad de
$30.910.021, que junto con el valor de la liquidación definitiva
da una suma líquida a pagar de $33.818.081.00, cantidad que
se cancela dentro de la presente audiencia mediante el cheque
No. 122904 del Banco de Occidente, que el trabajador declara
haber recibido a satisfacción.

3. El trabajador había instaurado una acción de tutela


contra la Compañía, cuya sentencia ya fue cumplida por la
empresa, por consiguiente, desiste de la misma, lo mismo que de
cualquier otra acción popular y de cualquier demanda ordinaria
que adelante actualmente en contra de la empresa ante la
jurisdicción laboral, pues considera que con esta conciliación se
satisfacen todas sus aspiraciones y pretensiones, para lo cual se
obliga y compromete bien en forma personal o por conducto de
su apoderado a presentar el respectivo documento que acredita
el desistimiento formal.

37
Radicación n° 44201

Como consecuencia de lo anterior el trabajador manifiesta


su total conformidad con los términos del acuerdo y declara a
paz y salvo a la empresa compareciente no solo por los derechos
mencionados expresamente sino por cualquier otro que pudiera
adeudársele como consecuencia de la celebración, ejecución y
terminación del contrato de trabajo, sea en dinero o en especie,
legal o extralegal, ya que se le da a la suma objeto de
conciliación toda la imputabilidad respecto de posibles derechos
pendientes de pago y porque este arreglo es total y definitivo, no
quedando pendiente ninguna deuda laboral y renunciando el
trabajador a cualquier reclamación administrativa y judicial.»

De lo anterior se sigue que, en la citada conciliación,


claramente se pueden diferenciar dos temas resueltos por
las partes en ese entonces, i) la terminación del contrato
por mutuo acuerdo y ii) la reclamación de los salarios y
demás prestaciones atinentes al tiempo en que los actores
no prestaron el servicio.

Recuerda la Sala, antes de proseguir con el fallo de


instancia, que solo se casó la sentencia del tribunal de cara
a la negativa de nulidad de la segunda parte de la
conciliación.

Sobre el último punto, en la respectiva acta contentiva


del acuerdo, se dejó en claro que, desde el 15 de abril de
2003 hasta la fecha de la terminación del contrato de
trabajo, misma fecha de la celebración del acuerdo
conciliatorio (para este caso 15 de octubre de 2003), el
trabajador no había prestado el servicio y la empresa no le
había reconocido salarios ni prestaciones; como también
que la controversia tenía que ver con el pago de los
emolumentos reclamados por el trabajador como si él

38
Radicación n° 44201

hubiese prestado el servicio en dicho tiempo (seis meses en


este caso); es decir que la conciliación, en aquel momento,
versó sobre el derecho causado a favor del trabajador a
recibir los salarios y prestaciones correspondientes al
tiempo en que no se había dado la prestación del servicio
por culpa del empleador, en aplicación del artículo 140 del
CST, puesto que la aparente fuerza mayor alegada por la
demandada con base en una certificación del Ministerio de
Trabajo (según el texto mismo de la conciliación), para
exculparse de la no prestación del servicio de los
trabajadores por hechos atribuibles únicamente a ella, ab
initio se podía afirmar que estaba lejos de constituir dicha
situación eximente de responsabilidad, si se tiene en cuenta
que lo que la empresa ha venido llamando certificación de
la fuerza mayor no es más que un acta de visita de la
Inspección Once de Trabajo (fls. 153 y 154), llevada a cabo
el 1º de abril de 2003, a solicitud de la misma empresa con
el fin de que dicho ente constatara la supuesta situación
extraordinaria por la que atravesaba, en cuya práctica esa
autoridad dejó registrado que la Superintendencia de
Sociedades, días antes, había aprobado y autorizado la
venta de los activos (maquinarias, equipos y marcas) para el
pago de los pasivos de la empresa; igualmente, se dejó
constancia de más de 20 certificaciones expedidas por la
Superintendencia de Industria y Comercio, por medio de las
cuales se comprobaba el traspaso y venta de las marcas de
la empresa ICASA a favor de HACEB S.A., como también del
recorrido efectuado por las instalaciones de la empresa en
donde, según el dicho del inspector, se pudo comprobar que
la planta no se encontraba produciendo o fabricando los

39
Radicación n° 44201

objetos de la empresa, al igual que no había operario


alguno, y que, al parecer, por el estado de las instalaciones,
se podía corroborar que estas habían estado paralizadas
por un buen tiempo.

Así mismo, en la mencionada acta, se registró la


intervención del representante legal de la empresa donde él
manifestó que, debido al cumplimiento de lo dispuesto por
el auto de la Supersociedades y que al no disponer la
empresa de las marcas que acreditaban sus productos y
como tampoco de las principales máquinas requeridas para
llevar a cabo la producción y ensamble de refrigeradores,
«…es totalmente imposible llevar a cabo el objeto principal de
la compañía, como lo es la fabricación y comercialización de
refrigeradores. La empresa se encuentra en un total
deterioro y resulta imposible llevar a cabo su actividad
productiva la cual se encuentra paralizada totalmente desde
el pasado 14 de diciembre de 2002 y en forma parcial desde
el mes de agosto del mismo año.»

Ahora bien, la precitada acta de visita realizada por el


ministerio no era suficiente para restarle certeza a los
derechos salariales y prestacionales de los trabajadores
causados objeto de controversia en la tan mentada
conciliación, y que, en virtud de ella, parecieran dudosos,
de tal manera que pudieran ser conciliados frente a la
negativa de la empresa a reconocerlos, como
equivocadamente lo estimó el a quo, cuando señalo:

…los derechos allí conciliables no responde a derechos ciertos e

40
Radicación n° 44201

indiscutibles, si se tiene en cuenta que el objeto de discusión se


centra en la legalidad o no de la suspensión de los contratos,
dentro del lapso comprendido entre el 15 de abril de 2003 y 9 de
octubre de 2003; obsérvese como dentro del expediente obra
ACTA mediante la cual, a efectos de verificar la existencia de la
fuerza mayor alegada por la demandada, el Ministerio de la
Protección Social, Dirección Territorial de Cundinamarca-
Inspección Once de Trabajo (fl.153 a 155), verificó que la
empresa se encontraba paralizada totalmente desde el 14 de
diciembre de 2002 y en forma parcial desde el mes de agosto del
mismo año, encontrándose imposibilitada de llevar a cabo el
objeto principal de la compañía, hecho que originó la supuesta
suspensión de los contratos.

De lo anterior se concluye, que la legalidad o no de la suspensión


de los contratos, dentro del periodo comprendido entre el 15 de
abril de y el 9 de octubre de 2003, se encontraba en discusión,
al momento de suscribir las respectivas actas, y,
consecuencialmente los derechos que de este hecho se llegasen a
derivar, estando relevadas las partes de cumplir plenamente con
las obligaciones que se derivan del contrato de trabajo, como
son: la de prestar el servicio personal, por parte del trabajador,
y, la de pagar la remuneración, por parte del empleador, tal
como lo dispone el artículo 53 del CST; por lo tanto, al momento
de suscribir el acta de conciliación, solo existían meras
expectativas, en relación con los derechos que se pudiesen
derivar de la supuesta suspensión de los contratos; por lo que
considera el despacho que la conciliación se ajusta a derecho.

Contrario a lo dicho por el a quo, era claro, desde


entonces, que la inconformidad de los trabajadores objeto
de conciliación consistente en el reconocimiento de los
salarios y prestaciones de los trabajadores comprendidos
del 16 de abril de 2003 hasta la terminación del contrato de
trabajo, cuando no hubo prestación del servicio de parte de
ellos por razones atribuibles a la empresa, se trataban de
derechos ciertos e indiscutibles en arreglo a lo dispuesto en
el artículo 140 del CST, y no dejaron de serlo por la sola
negativa de la empresa a reconocerlos con base en una

41
Radicación n° 44201

aparente fuerza mayor, aunque para corroborar su dicho se


hubiese realizado (a petición suya con el propósito de
fabricar una prueba) una visita por el inspector de trabajo
a las instalaciones de la empresa, mediante la cual se
constató que esta, a la fecha de la diligencia (1º de abril de
abril de 2003), llevaba paralizada por un largo tiempo, a
causa de que había vendido la maquinaria, los equipos y las
marcas, con autorización de la autoridad competente,
pues, por el contrario, conforme a la pluricitada acta, no
cabía duda de que la no prestación del servicio por parte de
los actores se debía a razones atribuibles únicamente a la
empresa, las cuales ni siquiera tenían visos de constituir
fuerza mayor, en arreglo a la definición de dicho concepto
contenido en el artículo 1º de la Ley 95 del 1890 y la
jurisprudencia de vieja data de esta Sala que dice:

…la Sala, con referencia en las aclaraciones y explicaciones que


dio la demandada sobre el porqué incurrió en mora de pagar
salarios y prestaciones sociales, encontraría que no es
manifiestamente desacertada la conclusión del Tribunal respecto
a que no se daba la justa causa aducida para despedir a los
demandantes, ya que los actos de gobierno sobre apertura
económica, y más concretamente sus repercusiones negativas
en la actividad mercantil de las empresas, no pueden calificarse
como configurativas de fuerza mayor o caso fortuito para los
efectos que persigue la demandada; máxime cuando no se
puede olvidar que el artículo 28 del Código Sustantivo del
Trabajo permite que el trabajador puede participar de las
utilidades o beneficios de su patrono, pero nunca asumir
sus riesgos o pérdidas. Es por esto pertinente trae a
colación lo que con relación a dichas figuras eximentes de
responsabilidad la Corte ha expresado, a saber:

“En primer término importa aclarar que el concepto de caso


fortuito o fuerza mayor a que se refiere el Código Sustantivo del
Trabajo en los artículos 51-1 y 466, no es original o especial
sino el mismo que contempla la Ley 95 de 1890, art. 1º, así:

42
Radicación n° 44201

“Se llama fuerza mayor o caso fortuito el imprevisto a que no es


posible resistir, como un naufragio, un terremoto, el
apresamiento de enemigos, los autos (sic) de autoridad
ejercidos por un funcionario público, etc.”

“Consiguientemente, en materia laboral son aplicables los


requisitos que en la jurisprudencia y doctrina generales se han
exigido para la figura, como que sólo puede calificarse de caso
fortuito o fuerza mayor el hecho que concurrentemente contemple
los caracteres de imprevisible e irresistible e igualmente, que un
acontecimiento determinado no puede catalogarse fatalmente,
por sí mismo y por fuerza de su naturaleza específica, como
constitutivo de fuerza mayor o caso fortuito, puesto que es
indispensable, en cada caso o acontecimiento, analizar y
ponderar todas las circunstancias que rodearon el hecho. (ver
Sentencia de nov 20 de 1989 Sala de Casación Civil C.S.J.
Gaceta Judicial 2435 Pág. 83).

“Igualmente se ha explicado que entre los elementos


constitutivos de la fuerza mayor como hecho eximente de
responsabilidad contractual y extracontractual figura la
inimputabilidad, esto es que el hecho que se invoca como
fuerza mayor o caso fortuito, no se derive en modo alguno
de la conducta culpable del obligado, de su estado de
culpa precedente o concomitante del hecho. Es decir que
la existencia o no del hecho alegado como fuerza mayor,
depende necesariamente de la circunstancia de si el
deudor empleó o no la diligencia y cuidado debidos para
prever ese hecho o para evitarlo, si fuere previsto y es
menester, entonces, que en él no se encuentre relación
alguna de causa a efecto con la conducta culpable del
deudor. (ver Sentencia de Noviembre 13 de 1962 Sala de
Casación Civil C.S.J. Gaceta Judicial 2261, 2262, 2263 y 2264
Págs. 163 y ss.)

“Bajo estos supuestos doctrinales es claro que no le asiste razón


al impugnador en su postura y que el ad-quem no incurrió en la
interpretación errónea que se le atribuye.

“En efecto, en primer lugar debe aclararse que no todo acto de


autoridad que impida la ejecución del contrato de trabajo, debe
clasificarse automáticamente de caso fortuito o fuerza mayor que
comporte su suspensión en los términos del artículo 51-1 del
C.S.T, pues habrá que examinar las circunstancias de cada caso

43
Radicación n° 44201

y podría darse, por ejemplo, que la decisión de autoridad sea


consecuencia directa de una conducta culposa del empleador,
evento en el cual mal podría entenderse suspendido el nexo, sino
más bien ubicado en la situación del artículo 140 ibidem. De otra
parte, no podría descartarse que la crisis económica de la
empresa pueda generar la suspensión contractual por constituir
caso fortuito, pero ello dependerá de que, conforme a las
circunstancias del caso, se den los supuestos indispensables, y
no pocas veces resultaría preferible que para éstas hipótesis en
caso de duda el empresario que lo requiera acuda a la autoridad
administrativa para obtener el permiso de clausura temporal o
definitiva, desde luego, si se dan los requisitos de procedencia
de estas figuras alternativas. (C.S.T, arts 51-3 y 466). (sentencia
mayo 29 de 2002, radicación No. 17570). Sentencia CSJ SL 22
de ago. de 2002, No. 18174. Negrillas extratexto.

Por otra parte, sirve recordar una vez más lo que esta
Corte considera se ha de tener en cuenta para efectos de
determinar los derechos laborales que pueden ser materia
de conciliación:

…derechos ciertos e indiscutibles, hacen relación a aquellos cuya


previsión normativa resulta inequívoca, concurriendo, además,
los supuestos de hecho exigidos a favor de quien los reclama, de
suerte que, cuando no hay norma que expresamente los
contempla, o imprecisión, oscuridad, ambigüedad, confusión,
vacío o laguna en éstas, o simplemente no hay medio de prueba
o con suficiente entidad que acredite sus supuestos de hecho, o
precepto alguno que exima de aportarlos al proceso, puede
afirmarse válidamente que el pretendido derecho no tiene la
connotación de certidumbre e indiscutibilidad por la ley
reclamada y, por tanto, no hay nada que impida su
disponibilidad o renuncia. Igualmente, cuando no obstante
aparecer como acreditadas las anteriores exigencias, su
reconocimiento puede verse afectado por hechos que impidan su
nacimiento, lo modifiquen o incluso lo extingan, situaciones todas
ellas que sólo pueden ser resueltas a través de la providencia
judicial que ponga fin a la controversia así suscitada.

Al respecto, en sentencia de 17 de febrero de 2009


(Radicación 32051), la Corte recordó que,

“(…) esta Sala de la Corte ha explicado que “…


el carácter de cierto e indiscutible de un derecho
laboral, que impide que sea materia de una

44
Radicación n° 44201

transacción o de una conciliación, surge del


cumplimiento de los supuestos de hecho o de las
condiciones establecidas en la norma jurídica que lo
consagra. Por lo tanto, un derecho será cierto, real,
innegable, cuando no haya duda sobre la existencia
de los hechos que le dan origen y exista certeza de
que no hay ningún elemento que impida su
configuración o su exigibilidad. Lo que hace,
entonces, que un derecho sea indiscutible es la
certeza sobre la realización de las condiciones
para su causación y no el hecho de que entre
empleador y trabajador existan discusiones,
diferencias o posiciones enfrentadas en torno a
su nacimiento, pues, de no ser así, bastaría que
el empleador, o a quien se le atribuya esa
calidad, niegue o debata la existencia de un
derecho para que éste se entienda discutible, lo
que desde luego no se correspondería con el
objetivo de la restricción, impuesta tanto por el
constituyente de 1991 como por el legislador, a
la facultad del trabajador de disponer de los
derechos causados en su favor; limitación que
tiene fundamento en la irrenunciabilidad de los
derechos laborales consagrados en las leyes
sociales” (Sentencia del 14 de diciembre de 2007,
radicación 29332)”.» CSJ AL, 4 jul. 2012, rad.
48101. Negrillas extratexto.

A más de lo anterior, la jurisprudencia también ha


considerado que «…la no certeza del derecho como
presupuesto de procedibilidad de la conciliación ha de
predicarse para el momento de la celebración del acuerdo,
donde, ante la falta de dicha condición, las partes pueden
optar por la autocomposición de la controversia con los
efectos de cosa juzgada»6.

Aplicado lo anterior de cara al supuesto de hecho del


artículo 140 del CST, norma que regula la situación de los
actores respecto del objeto materia de las conciliaciones del
sublite (celebradas entre junio y octubre de 2003) que
ocupa la atención de esta Sala, se tiene que, en efecto, no
6
CSJ SL 1912-2014

45
Radicación n° 44201

cabe duda que para la época de las conciliaciones no era


objeto de desacuerdo entre las partes los hechos
consistentes en que los actores no venían prestando el
servicio a la empresa, desde antes del 15 de abril de 2003
hasta la terminación de los contratos de trabajo, por
razones ajenas a la voluntad de ellos, puesto que, de
acuerdo con lo asentado por las partes en cada acta de
conciliación, junto con el fallo de tutela 896 de 2004 de la
CC, las mismas resoluciones ministeriales que autorizaron
el cierre definitivo de la empresa y la terminación de los
contratos de trabajo, aquella había entrado en concordato
en vigencia del D. 350 de 1989, en cuyo desarrollo la
Superintendencia de Sociedades le dio la autorización para
vender la marca y los activos, ante el incumplimiento del
acuerdo concordatario, lo cual conllevó a que la empresa no
pudiera seguir cumpliendo su objeto social y, por ende, los
actores no tuvieran labor alguna que llevar a cabo;
además, que la empresa había dejado de pagar los salarios
de los trabajadores desde antes de abril de 2003, no
obstante que había constituido un fideicomiso para cubrir
el pasivo laboral, en atención a las obligaciones que le
imponía el régimen concordatario, y que no había iniciado
el trámite respectivo ante el Ministerio de la Protección
Social para efectos de obtener la autorización para la
suspensión de actividades o clausura temporal hasta por
ciento veinte (120) días por razones técnicas o económicas,
conforme lo dispone el numeral 3º del artículo 51 del CST,
para efectos de que fuera exculpado del pago de los
salarios, durante la interrupción del cumplimiento de la
labor, en arreglo a lo dispuesto en el artículo 53 ibídem.

46
Radicación n° 44201

De la situación fáctica anterior, la certeza del derecho


al pago de los salarios y prestaciones de los trabajadores
con base en el artículo 140 del CST, para la época de la
celebración de las conciliaciones, sale a flote, puesto que
era evidente que no hubo prestación del servicio por parte
de los actores por culpa del empleador; por lo que no se
podía, por tanto, a posteriori de todas las omisiones de la
empresa, dejar sentado por las partes que el contrato de
trabajo se encontraba suspendido con los efectos del
artículo 53 ibídem desde el 15 de abril de 2003, en razón a
que a todas luces era evidente que el empleador no se había
situado, oportunamente, en el supuesto de hecho del
mencionado numeral 3º del artículo 51 del CST, para
efectos de quedar exceptuado de los efectos del artículo 140
del CST, que es lo que en el fondo obtiene el empleador al
lograr que se deje asentado por las partes, de forma
retroactiva, que el contrato de trabajo estaba suspendido
desde el 15 de abril de 2003.

Es decir, el presente caso no se trató de un acuerdo


sobre suspensión del contrato (previo a la causación de los
salarios del artículo 140 del CST), para efectos de que se
pudiese superar el impase que obstaculizaba su ejecución,
con miras a mantener su vigencia en aras de garantizar la
estabilidad del trabajador, que es lo que justifica esta figura
en el derecho laboral.

A más de lo anterior, corresponde anotar que la razón


dada por la empresa en la audiencia de conciliación

47
Radicación n° 44201

consistente en alegar la fuerza mayor, para efectos de


justificar el no pago de los salarios de los trabajadores sin
haber solicitado la suspensión de los contratos ante la
autoridad competente, no fue más que una excusa para
soslayar su omisión, y de ninguna manera le podía restar
certeza a los justos reclamos salariales y prestacionales
efectuados por los trabajadores, puesto que, a todas luces,
era evidente que la situación de concordato no se adecuaba
a la definición de fuerza mayor contenida en el artículo 64
del CC, modificado por el artículo 1º de la Ley 95 de 1890
atrás mencionado.

En consecuencia, procede reconocer los derechos


salariales y prestacionales de cada uno de los recurrentes
en casación causados desde el 16 de abril de 2003 hasta la
fecha de la terminación de sus contratos de trabajo.

Para efectos de proceder a dictar condena en concreto


se dicta un auto para mejor proveer para solicitarle a la
demandada allegue a este despacho, en el término máximo
de 15 días, una certificación respecto de cada uno de los
demandantes, pormenorizada de los derechos pagados con
motivo de la liquidación del contrato, indicando el monto
pagado, por qué concepto, el salario base de liquidación, y
el tiempo liquidado.

Sin costas en el presente trámite a cargo de la parte

48
Radicación n° 44201

recurrente dado que parte de la acusación prospera.

En mérito de lo expuesto, la Corte Suprema de


Justicia, Sala de Casación Laboral, administrando justicia
en nombre de la República y por autoridad de la ley, CASA
PARCIALMENTE la sentencia proferida por la Sala Laboral
de Descongestión del Tribunal Superior del Distrito Judicial
de Bogotá, el 30 de septiembre de 2009, dentro del proceso
ordinario laboral que le siguen JUAN ABEL PRIETO
CORTES, HERIBERTO OVIEDO MORA, JOSÉ JOAQUÍN
MORENO, PEDRO ANTONIO MÉNDEZ PERDOMO y LUIS
EDUARDO MARTÍNEZ RAMOS contra FÁBRICA DE
ELECTRODOMÉSTICOS S.A., ICASA., en cuanto negó la
nulidad parcial de las sendas conciliaciones celebradas
entre las partes, en lo referente a la suspensión colectiva de
los contratos de trabajo.

En instancia, mediante auto para mejor proveer, se


solicita a la demandada allegue a este despacho, en el
término máximo de 15 días, una certificación respecto de
cada uno de los demandantes, pormenorizada de los
derechos pagados con motivo de la liquidación del contrato,
indicando el monto pagado, por qué concepto, el salario
base de liquidación, y el tiempo liquidado.

Cumplido lo anterior, el expediente volverá al


despacho para efectos de proferir la decisión
correspondiente.

49
Radicación n° 44201

Costas en sede de casación como se indicó en la parte


motiva.

Cópiese, notifíquese, publíquese y devuélvase el


expediente al Tribunal de origen.

RIGOBERTO ECHEVERRI BUENO


Presidente de Sala

JORGE MAURICIO BURGOS RUIZ

ELSY DEL PILAR CUELLO CALDERÓN

CLARA CECILIA DUEÑAS QUEVEDO

GUSTAVO HERNANDO LÓPEZ ALGARRA

50
Radicación n° 44201

LUIS GABRIEL MIRANDA BUELVAS

CARLOS ERNESTO MOLINA MONSALVE

51

También podría gustarte