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Una mirada crítica al aparente absurdo de las hazañas de Sancho Panza y Filocleón

Dody Alexander Álvarez Enríquez, alvarez1998alex@gmail.com

Profesor: Sergio Chacón Peña, Magíster (MSc) en Lingüística y español

Universidad de San Buenaventura Cali

Facultad de Educación

Licenciatura en Lengua Castellana

Santiago de Cali, Colombia

2019
UNA MIRADA CRÍTICA AL APARENTE ABSURDO DE LAS HAZAÑAS DE SANCHO PANZA Y

FILOCLEÓN

El presente ensayo comparativo y argumentativo aborda la temática de lo absurdo en el actuar de Filocleón en

Las Avispas, de Aristófanes. También aborda lo absurdo de los juicios en los episodios de gobierno de Sancho Panza

en la ínsula Barataria. Por lo tanto, se pretende demostrar que gobernar siendo analfabeta y juzgar animales

irracionales no es absurdo si estos casos se analizan desde sus propios contextos, pues allí se exponen sus causas y

finalidades exitosas.

Para empezar, se entiende que Sancho Panza es un labrador de naturaleza

analfabeta; no obstante, Jesús Botello (2010) explica que Cervantes privilegió la

escritura en su novela, mientras que al mismo tiempo resalta «sutilmente» la

necesidad y eficacia de la oralidad como un modelo de diligencia en los capítulos

de la ínsula Barataria. Del mismo modo, Botello en su estudio reconoce las

diferencias culturales entre Don Quijote y Sancho, para luego analizar cómo este

último pasó de admirar fehacientemente a su amo, hacia lograr volverse astuto y

orgulloso de su propia oralidad. Sobre estas bases, Botello examina el desempeño

de Sancho en la ínsula Barataria y apuesta por probar la supremacía de la oralidad sobre la escritura. Además, hace

una crítica a la ineficacia de un sistema judicial burocratizado o saturado con la escritura de aquella época.

En Las Avispas de Aristófanes, Bdelicleón quiere alejar a su padre, Filocleón, de su

labor de juez en los tribunales, pues es el más injusto de todos. Bdelicleón en su afán por

hacer el bien común y detener el arbitrario quehacer de su padre, sentencia razones y

argumentos sólidos para intentar ganarse el apoyo de los presentes y para convencer a su

padre de abandonar tal oficio mal pago. Como parte de su plan el hijo recrea una audiencia

aparentemente absurda, en donde se le imputa a un perro llamado Lábes, el agravio de

comer un poco de queso siciliano. De la misma manera, los testigos escogidos por Bdelicleón en el caso del perro,

resultan ser nada más que utensilios de cocina (un plato, una mano de mortero, un cuchillo, unas parrillas una olla y

otros utensilios medio quemados). Sin embargo, este show o espectáculo de Bdelicléon es una estrategia ingeniada
de manera perspicaz, para convencer y demostrarle a su padre de que en casa también hay asuntos de los cuales

Filocleón puede ser juez y verdugo. Bdelicleón entiende que no puede apaciguar las ansias de poder y el carente

sentido de justicia de su padre, pero logra conseguir que este último acepte entrar al improvisado tribunal. Aunque

Filocleón tiene consciencia de que juzgar a un perro es un acto eminentemente lúdico, se empodera del asunto porque

este lo acerca a su verdadero oficia. Bdelicleón no solo procuró exitosamente un sustituto para el oficio de Filocleón,

sino que fue mucho más allá y consiguió que este absolviese al perro al engañar a su padre y hacer que metiera su

voto en la urna de absolución, en vez de la de condenación, la cual era el objetivo del disoluto juez.

En relación con el texto de Jesús Botello, a través del trayecto se cuestiona cómo es que un rústico iletrado, que

habla español subestandar de una cultural oral rica (Elias L. Rivers, 1983), pudo resolver enigmas que deberían de

ser difíciles para alguien de su calaña. La primera interpretación es carnavalesca (Redondo, 1978), pues implica

enmarcar la ínsula en la noción de «mundo al revés». Otros lo atribuyen al conocimiento tradicional o popular del

campesino. Finalmente, Chevalier lo atribuye a incoherencias de cervantes porque Sancho no podría triunfar en

aquellos casos que no conoce, y que ni las preguntas ni las respuestas provienen de la tradición oral. Además, 3 de

los 4 casos son de fuentes escritas.

Con respecto a los juicios de Sancho, es notable que los litigantes hablan por sí mismos y no hay tal cosa como

un abogado. Clanchy (1979) sostiene que siempre hubo un énfasis en la palabra hablada, ya que en la Inglaterra de

antaño era más autentica la palabra que salía de la propia boca; aunque después de la imprenta, defenderse con voz

era un acto peregrino y anticuado. De ahí que Sancho sepa que, además de la importancia de su oralidad, también

reconozca que hay cosas que deben firmarse para poder ser legitimadas en mayor medida: «esto lo diera firmado de

mi nombre si supiera firmar» (p.714).

En el primer caso que llega a oídos de Sancho conviene subrayar que Américo Castro (1925) defiende la

semejanza entre el modo de impartir justicia de Sancho Panza y entre el modo de los musulmanes de la época, visto

que Cervantes admiraba ese modo por ser cercano al concepto humanista de virtud natural del hombre. Aquí el

gobernador Panza “juzga a juicio de buen varón” y no indaga en leyes.

En el segundo caso hay una referencia cuando toman a Sancho como Salomón, y es capaz de solucionar todo

efectivamente usando la memoria, la cual es un recurso que enaltece la oralidad. ¿Para qué tener libros si no sabe

leer? Sancho simplemente recuerda haber escuchado un caso similar en el pasado con el cura, lo cual lo llevó a
resolver el actual caso, dejando a todos en la sala asombrados y, al escribiente, sin decidir si considerarlo alguien

tonto o discreto.

El tercer caso es un silogismo que se resolvió con el pensamiento lógico. La mujer supuestamente violada entra

dando voces y usando metáforas, hipérboles y comparaciones. Esto provoca que Sancho sospeche de la conducta

histriónica de aquella mujer. Finalmente, el cuarto caso es una paradoja, con la cual el gobernador se decantó por

orientarla hacia el bien.

En suma, se puede decir que la tesis propuesta se constituye como un asunto ontológico del ser humano porque

para los ojos de algunos lectores esporádicos, las acciones de filocleón y su hijo con el perro, así como todo el

gobierno de Sancho son un absurdo sin sentido. No obstante, si se analiza críticamente lo anterior, será palpable que

el fin justifica los medios, pues los objetivos de los personajes se produjeron eficientemente en los términos de

lugares y tiempos dados.


BIBLIOGRAFÍA:

Botello, J. (2010) Barataria, un cruce de caminos: entre la oralidad y la escritura. Anales Cervatinos, Vol XLII.

PP. 131-141, 2010. ISSN: 0569-9878

Castro, A. (1925) El pensamiento de Cervantes, Madrid, Revista de Filología Hispánica. Madrid, España.

Chevalier, M. (1978) Folklore y literatura: el cuento oral en el Siglo de Oro. Barcelona, España.

Chevalier, M. (1989) Sancho panza y la cultura escrita. Estudios en Honor a Bruce W. Wardropper. Juan de la

Cuesta, Newark, Delaware, EE.UU.

Clanchy, M. T. (1979) De la Memoria al Registro Escrito. The pitman press. Inglaterra.

Redondo, A. (1978) Tradición carnavalesca y creación literaria, del personaje Sancho Panza al episodio de la

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Rivers, E. (1983) Escrituras Quijóticas: Ensayos sobre la Textualidad de la Literatura Hispánica. Universidad

de Indiana Bloomington. Bloomington, Indiana, EE.UU.

Lemir (2015) - Textos - Conmemoración IV Centenario de la Segunda Parte del Quijote: 479-928. ISSN: 1579-

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Schere, M, J. (2014) El problema del héroe cómico en Avispas. Universidad de Buenos Aires - CONICET.

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Schere, M. J. (2012) “Los alcances de la crítica contra la justicia ateniense en la comedia Avispas de

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Schere, M. J. (2013) El orden de aparición de los personajes en los prólogos aristofánicos y su función

argumentativa. Revista de Estudios Clásicos 40.

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