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EXTRATERRESTRE EN
QUERETARO
Servicio social: Programa con Vinculación Estudiantil
Covid-19
15 DE JUNIO DE 2020
UNAQ
Encargado del Programa: Efrén Noriega Lara
Era un lunes por la tarde cuando la primera emisión extraterrestre de la historia llegó a todas
las televisiones de México con una tecnología avanzadísima. Su mensaje sembró el pánico:
- Llegaremos a la Tierra en 5 minutos y aterrizaremos en Querétaro. Los vamos a invadir y
los convertiremos en nuestros esclavos.
El mundo se volvió loco. Todos gritaban y corrían de allá para acá; se despedían abrazándose.
- ¡Es el fin!
- ¡Ya están aquí!
- ¡Vamos a morir!
30 minutos después, los extraterrestres aún no habían llegado, y la gente seguía gritando,
dando gracias por haber tenido al menos media hora para llamar por teléfono a sus seres más
queridos y despedirse. Dos horas después, los extraterrestres seguían sin llegar, y la gente
continuaba histérica, pero ya empezaba a estar cansada de correr y gritar. A las 10 horas todo
estaba en silencio; ya solo quedaba esperar aterrados el terrible momento.
Un día después seguía sin haber rastro de los extraterrestres. El gobernador de Querétaro,
esperanzado, envió un mensaje:
- ¡Gracias, amigos! ¡Qué suerte que se arrepintieron y nos dejen vivir en paz!
- Nada de eso - respondieron-. Serán nuestros esclavos ahorita mismo.
Y el pánico se desató de nuevo. Pero, después de otro día más, seguían sin llegar.
Los días seguían pasando. El gobernador empezó a enviar y recibir mensajes. Hacían nuevas
preguntas tratando de averiguar algo de los invasores y, mientras, buscaban la forma de evitar
la desgracia. Los extraterrestres contaron muchos de sus secretos, llegando incluso a
explicarles cómo habían aprendido a hablar escuchando a los mejores científicos.
Los años siguieron pasando hasta que, durante una comunicación con la nave extraterrestre,
un gran científico de la UNAQ reconoció una estrella cercana a la nave.
- ¡Pero si esa estrella está a millones de años de la Tierra! ¡Tardarán siglos y siglos en llegar
aquí!
- ¡Bieeeen! - gritaron todos entre abrazos y aplausos.
- ¡Esto hay que celebrarlo! -dijo el científico-. Ahorita mismo voy por unos bombones. La
pastelería está aquí justo al lado. No tardo ni un minuto.
6 horas después, sus compañeros seguían esperándole aburridos… Cuando llegó, olvidaron
la canción y la sorpresa, y solo dijeron:
- Así que tardabas un minuto porque salías ahorita mismo y estabas justo al lado… Y has
tardado 6 horas... - Entonces, señalándolo con el dedo, rieron todos a la vez:
Y, habiendo creado tal problema mundial, desde entonces el científico y todos sus
compañeros se preocupan por cumplir lo mejor posible todo lo que dicen, y por decir solo
aquello que pueden cumplir.