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1. ¿De qué manera el trabajo incrementa el desarrollo y mejora la calidad de vida, explica?
La población más relacionada con este nuevo mundo laboral es la generación del milenio,
que, a grandes rasgos, es la cohorte de edad nacida a partir de 1980. Este grupo ha
alcanzado su mayoría de edad en una época en que las tecnologías digitales y las
tecnologías avanzadas de la información y las comunicaciones han penetrado en todos los
ámbitos de la vida. Los miembros de este grupo también han llegado a la edad adulta en
un momento en que la flexibilidad, la adaptabilidad y el trabajo no convencional son cada
vez más comunes. Muchos jóvenes de esta generación buscan trabajo mirando más allá de
la creación de rentabilidades y aspirando a resolver problemas ambientales y sociales
como parte de su modo de vida
Las nuevas tecnologías han incidido claramente sobre las formas de trabajar y tal
situación se manifiesta por la aparición de nuevas formas y situaciones de trabajo,
que sustentados en procesos y técnicas tales como la telemática, la digitalización y
las bases de datos, permiten la deslocalización de los puestos de trabajo, la
simplificación del contenido de las tareas de los puestos, y la prestación de las
mismas por parte del trabajador sin la necesidad de salir de su casa. Esta situación
sería el caso del denominado teletrabajo en el cual se sustituye la interacción física
en la relación laboral, por un trabajo a distancia, focalizado en aquellas actividades
que no necesitan de supervisión continua, ya sea porque se refiere a actividades
de alta creatividad o de baja cualificación. De esta manera, se produce un traslado
del lugar físico de trabajo, de la oficina o de la fábrica, a la casa del trabajador o en
telecentros, vinculados por un puente electrónico que no es más que un
ordenador conectado a una red de telefonía (RDSI).
Las mujeres sufren diariamente injusticias salariales como lo indica la última encuesta de
Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadísticas (INE). Los datos son
contundentes: las mujeres dedican 26,5 horas a la semana a tareas domésticas, cuidados
familiares y trabajos no remunerados en ONG, contra 14 horas por los hombres. Supone
casi el doble. Las diferencias con respecto al trabajo remunerado son más mínimas:
mientras que los hombres trabajan 42,4 horas a la semana de media, las mujeres llegan a
39,3 a jornada completa. Las divergencias son especialmente sorprendentes si se incluyen
otros factores.
La diferencia entre ambos géneros es aún más relevante si se tienen en cuenta los hijos.
Las mujeres dedican 31,9 horas a la semana a tareas no remuneradas, mientras que los
hombres solo 13,5. El único factor que reduce esta brecha es el de la pareja. Los hombres y
mujeres sin pareja ni hijo trabajan casi el mismo número de horas (11 contra 13,3). Estos
datos vienen a confirmar que la brecha salarial no depende tanto del trabajo parcial
mayoritario para las mujeres, ya que su trabajo no remunerado también es mucho más
importante que el de los hombres.
Cuando nos insertamos en el mercado laboral, debemos tener en cuenta que es una
aventura de doble filo: primero las expectativas remunerativas muchas veces son tan
elevadas que cuando no se las consiguen los negocios caen; por otro lado, cuando se logra
insertar fuertemente en el mercado laboral se puede generar muchas oportunidades de
trabajo para más personas (dependiendo del nivel de trabajo) y es en este sentido cuando
hablamos de un desarrollo. Si la suma de puestos de trabajos es rentable para la
población, podemos decir que se está generando desarrollo y oportunidades, lo que se
traduce en más ingresos económicos al país. En el aspecto individual, la remuneración
laboral ayuda a disminuir los niveles de pobreza y por lo tanto se mejora la calidad de vida
porque ahora la población puede acceder a nuevos servicios básicos que antes no podía
por limitaciones económicas.
En UPAO existo lo que se llama La Bolsa de Trabajo UPAO, que busca integrar a la
Universidad con el mundo laboral promoviendo la participación de sus alumnos y
egresados dentro de las empresas e instituciones más destacadas del país, apoya a los
egresados en el difícil y competitivo proceso de inserción en el mercado laboral; asesora a
los alumnos en la búsqueda de prácticas pre profesionales, asimismo une la exigente
preparación académica con el desarrollo de las competencias blandas exigidas por el
mercado laboral que permite a nuestros estudiantes desarrollarse profesionalmente y
empezar a formarse en la carrera elegida desde la mitad de sus estudios, alineando su
preparación académica y laboral, y enriqueciendo su aprendizaje con la experiencia, lo que
los convierte, al egresar, en profesionales altamente competitivos.
En el caso de la facultad de Medicina, la universidad tiene múltiples convenios con
facultades del extranjero que brindan plazas para trabajar en Investigación; además
existen convenios con hospitales nacionales para ocupar plazas en las distintas
especialidades; uno de ellos es el Hospital Rebagliati en Lima y el Hospital Amenara. Al
margen de los convenios, los egresados en Medicina de Upao han ocupado los primeros
puestos en los distintos exámenes de ESSALUD lo cual nos da un status dentro delas
distintas facultades del país y nos pone en la mira de las oportunidades laborales.