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1- Fortalezas y debilidades del estatus del traductor literario en

Argentina.
Debilidad 1: La unión hace la fuerza - Falta de agrupación y respaldo legal
Si bien el proyecto de Ley de traducción autoral para Argentina 1está actualmente siendo
evaluado por los diputados de la nación, nuestro país aún no cuenta con una ley que ampare
a los traductores literarios. Entre otras cosas, esto significa que se puede ejercer sin
necesidad de contar con un título y que varios aspectos de la profesión, como las tarifas, no
están regulados.
Por otro lado, en lo que concierne a agrupaciones, por el momento los traductores literarios
se mantienen informados a través de círculos, entre los cuales el más reconocido es el Club
de traductores literarios de Buenos Aires 2, que tiene por objeto informar y presentar temas
de discusión, tanto técnicos como administrativos, ligados a la profesión, pero no aún no se
logró crear un organismo de representación que reagrupe a todos los traductores y sirva
como respaldo para establecer condiciones laborales por ejemplo durante la firma de un
contrato de traducción editorial.
Fortaleza 1: Posibilidad de acceso a becas y ayudas
Si bien el traductor argentino no cuenta con un amparo a la hora de negociar su
remuneración, sí puede acceder a distintas ayudas financieras para que la “falta de fondos”
no sea un impedimento en caso que una editorial desee publicar su traducción. Algunas de
estas ayudas y becas, destinadas no solo a traductores sino también a editores, son
nacionales, como el Programa de ayuda a la publicación Victoria Ocampo, otras provienen
de establecimientos internacionales como el Centre National du Livre de Francia, la
fundación BANFF de Canadá, y el programa MEC de apoyo a la traducción de Uruguay.
Fortaleza 2: Un legado de grandes traductores
Una vez conseguida la ayuda, al iniciar su labor, el traductor literario argentino no puede
dejar de sentirse empoderado por la gran tradición de traductores que acompaña a su
lengua. Por citar un ejemplo, durante la década de los años 30 y en adelante, en la
Argentina ya se traducía a los principales autores de Europa y se los publicaba en revistas
literarias reconocidas en la época como SUR. Algunas de traducciones eran realizadas por
autores argentinos de gran renombre internacional como Borges, Cortázar o Victoria
Ocampo3
2- La relación del traductor literario con las casas de edición.
Como lo mencionamos previamente, al no haber una organización que reagrupe a los
traductores literarios y que cuente, por ejemplo, con un listado de profesionales disponibles
(como sí lo hay en el caso de los traductores públicos que figuran en una gran lista para
todo aquel que necesite traducir un documento legal), la relación con las casas de edición es
indirecta. Sin tener acceso a un repertorio de traductores, el editor que desea traducir un

1
http://leydetraduccionautoral.blogspot.com.ar/
2
http://clubdetraductoresliterariosdebaires.blogspot.com.ar/
3
Sobre este tema se puede consultar el libro La Constelación del Sur de Patricia Wilson.
libro, en general o bien acude a un traductor ya conocido, o aborda la traducción él mismo,
o, en el mejor de los casos, se acerca a alguna institución que le hayan mencionado. Esto
dificulta la relación Traductor-Editor como así también el ingreso al mercado de los
traductores literarios noveles.
3- Los desafíos que debe enfrentar el traductor literario argentino
Frente a este panorama de falta de agrupación, amparo legal y un amplio abanico de ayudas
e incentivos a la traducción, desde mi punto de vista, el gran desafío del traductor literario
actual es, en un principio hacerse ver y darse a conocer, y luego, concebir un proyecto de
traducción interesante. ¿Cómo encarar este doble desafío?
Aquí algunas propuestas:
- El gobierno de la ciudad cada año publica un catálogo que reúne todas (o aquellas
que deseen figurar) las editoriales independientes de la ciudad, con los datos de
contacto de cada editor: Entrar en contacto.
- Crear un perfil profesional en la web
- Inter-relacionarse en eventos vinculados al oficio y a través del antiguo boca en
boca
Pero darse a conocer no es todo, pues una vez que entró en contacto con una editorial,
el traductor ya debe tener bajo la manga un proyecto de traducción interesante para
proponerle al editor y así evitar de aguardar en la “lista de traductores” para “posibles
proyectos”. Para esto deberá desempeñar un doble rol de Traductor/Editor, funcionando
a fin de cuentas como un ente cultural.
4- La recepción del público
Supongamos que el traductor finalmente recibió o propuso un proyecto de traducción a una
editorial, lo llevó a cabo y logró que su traducción se publique, ¿qué ha de esperar del
público lector?
La recepción del público va a variar según la visibilidad que se le otorgará al traductor en la
edición: pienso que si no se lo menciona en la edición, el lector pasará por alto su labor y se
avocará puramente a la lectura.
En caso que sí se haga visible al traductor, agregando su nombre en la tapa/portadilla,
incluyendo sus notas al pie o, en el mejor de los casos, un prólogo con
reflexiones/observaciones sobre el proceso de traducción, es probable que esto invite al
lector a reflexionar sobre la traducción.
Otro punto a tener en cuenta es que el público lector argentino generalmente está
acostumbrado a leer traducciones españolas, por lo que una traducción que considere las
variantes léxicas de la cultura meta, probablemente logre también suscitar una cierta
reacción por parte del lector.
Una forma de impulsar un mejor diálogo entre el público y el traductor sería fomentar la
creación de un mercado de traducciones, mediante por ejemplo editoriales que publiquen
únicamente traducciones o editoriales que agreguen a su catálogo colecciones dedicadas a
traducciones.

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