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FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIAS POLITICAS

ESCUELA DE DERECHO

CURSO : DERECHO ADMINISTRATIVO

TEMA : SILENCIO ADMINISTRATIVO

DOCENTE : MAG. MARÍA DEL CARMEN SEGURA CÓRDOVA

ALUMNO : CARRANZA RPDRÍGUEZ, Frank Yulbert

CICLO : II - Q

HUARAZ- ANCASH- PERÚ

2019- I
QUÉ ES EL SILENCIO ADMINISTRATIVO

Se denomina silencio administrativo al hecho de que cuando un ciudadano solicita algo a

la Administración Pública (Estado, Ayuntamiento, Gobierno…) puede darse el caso de que

ésta no responda.

La Ley establece que en ciertos casos el silencio administrativo es positivo, lo que

significaría que lo que se solicita es concedido.

Sin embargo lo más corriente es que el silencio administrativo sea negativo, en cuyo caso

el ciudadano sabe que, transcurrido el plazo legal, puede recurrir la referida negativa ante

instancias superiores.

El silencio administrativo es una de las formas posibles de terminación de

los procedimientos administrativos. Lo característico del silencio es la inactividad de la

Administración cuando es obligada a concluir el procedimiento administrativo de forma

expresa y a notificar la resolución al interesado dentro de un plazo determinado.

El silencio administrativo opera como un mecanismo que permite, en caso de inactividad

por falta de resolución en procedimientos administrativos, imputar a la administración de

que se trata un acto administrativo presunto, que tendrá la condición de verdadero acto, en

caso de que las reglas del silencio lo configuren como estimatorio y que, por el contrario,

será mera ficción jurídica, si se configura como desestimatorio. No están sujetos al régimen

de silencio los procedimientos de mediación, arbitraje y conciliación, así como aquellos

terminados por pacto o convenio. Esta técnica es correlativa, en los procedimientos

iniciados a solicitud del interesado, al deber de dictar resolución expresa en todos los

procedimientos y a notificarla, que pesa sobre la administración pública y ha sido expuesto


con anterioridad; deber que existe en todo procedimiento, cualquiera que sea su forma de

iniciación

El silencio administrativo podría ser definido como una “ficción jurídica” creada con el fin

de proteger a los particulares frente a una Administración poco diligente. Me explico: ante

los constantes incumplimientos por parte de las Administraciones Públicas de su obligación

de responder a las solicitudes de los particulares, se hizo necesario arbitrar algún

mecanismo que permitiera a los ciudadanos reaccionar frente a ese mutismo de los entes

públicos, y así, aparece en nuestro ordenamiento jurídico la figura del silencio

administrativo negativo, pensado como un instrumento para abrir la vía jurisdiccional y

salvar al ciudadano de tener que esperar eternamente a que la Administración decidiera

cumplir con sus funciones.

ANTECEDENTES

Pues bien, dado que difícilmente podemos conocer dónde estamos sin saber de dónde

venimos, empecemos por el principio:

El procedimiento administrativo es el cauce de actuación de las Administraciones Públicas,

y tiene como resultado un acto administrativo, que no es más que la decisión que toma una

Administración en un asunto concreto.

Dicho procedimiento puede iniciarse de dos formas:

 De oficio, que es cuando lo inicia la propia Administración,

 A solicitud del interesado.


PROCEDIMIENTO A SOLICITUD DE INTERESADO

Pues bien, presentada nuestra solicitud e iniciado así el procedimiento, la Administración

dispone de un plazo para dictar resolución y notificarla. Ese plazo generalmente es de 3

meses, salvo que la norma reguladora del correspondiente procedimiento prevea un plazo

mayor, en cuyo caso, lo normal, es que se amplíe a 6 meses.

Antes de continuar es importante precisar que la Ley 39/2015, de 1 de octubre, del

Procedimiento Administrativo Común de las Administraciones Públicas impone a las

Administraciones la obligación de publicar, en sus sedes electrónicas, los procedimientos

de su competencia, con indicación de los plazos máximos para resolver y el sentido del

silencio, así como dirigir una comunicación al interesado dentro de los diez días siguientes

a la recepción de su solicitud en la que se le indiquen, entre otras cosas, esos mismos datos,

es decir: el plazo máximo para resolver y los efectos del silencio.

Así pues, en principio, deberíamos saber cuál es el tiempo de que dispone la

Administración para responder a nuestra solicitud, así como qué entender en caso de que,

cumplido el plazo, no hayamos obtenido respuesta.

Pues bien, ¿qué ocurre si, transcurrido el plazo previsto, la Administración no nos ha

notificado la resolución? Entonces opera el silencio administrativo, que puede ser positivo

o negativo. Analicemos cada Uno de ellos por separado.

LA REVISIÓN DE OFICIO

 consta de dos procedimientos:


1. El que podríamos denominar “revisión de oficio en sentido estricto”, que es el que

prevé la norma para los actos nulos de pleno derecho y que puede ser iniciado en

cualquier momento.

2. La declaración de lesividad, que es el previsto para los actos anulables. En este

caso, la Administración se limita a declarar el acto lesivo para el interés público (no

podrá hacerlo transcurridos 4 años desde que dictó el acto u operó el silencio) y una

vez lo ha hecho, lo impugnan ante el orden jurisdiccional contencioso administrativo,

que será el que decida si efectivamente el acto es contrario al ordenamiento o no.


BIBLIOGRAFIA:

_ El silencio admirativo. (2013) en C. Guzmán Napuri, manual del procedimiento

administrativo general (pp. 553570) lima instituto peruano

_ Recuperado de : https://mymabogados.com/silencio-administrativo

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