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Democracia y decisiones públicas.

Introducción al análisis de políticas públicas


Semana 4/8: Decisiones

Universitat Autònoma de Barcelona


Coursera

Índice
1. Presentación: ¿Elaborar políticas es tomar decisiones? 2

2. Tomar decisiones racionalmente 3

3. El arte de ir tirando 5

4. Las decisiones como resultado de la coincidencia 7

5. ¿Cómo se deberían tomar las decisiones? 10

6. Conclusión 13

7. Profesor Invitado: Giuseppe Munda 15

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1. Presentación: ¿Elaborar políticas es tomar decisiones?
Nos encontramos en el Parlamento de Cataluña y hemos escogido este lugar para presentar
esta sesión sobre, eh, decisiones públicas, sobre toma de decisiones públicas. El momento de la
toma de decisiones es un momento central en el proceso de elaboración de las políticas porque
es en este momento cuando aprobamos las leyes, aprobamos los presupuestos, eh, decidimos,
eh, los reglamentos que nos permiten desarrollar las leyes, eh, aprobamos proyectos, apro-
bamos programas, etcétera, etcétera. Sin embargo, conviene, mh, matizar esta centralidad de
las decisiones públicas dentro del proceso de elaboración de las políticas. Y lo podemos hacer
adoptando la perspectiva del ciclo de las políticas.
La perspectiva del ciclo de las políticas nos recuerda en primer lugar que no todos los te-
mas, eh, que preocupan a la sociedad llegan a la mesa de los decisores públicos. Los decisores
públicos, los políticos, los gobernantes, la gente que dirige la administración toma decisiones
solo sobre aquellos temas que han conseguido llegar a su mesa. Aquellos temas que acaban
configurando lo que llamamos la agenda pública. Además, eh, las decisiones públicas vienen
muy condicionadas por las definiciones de los problemas, por cómo se ha definido o se ha
construido un determinado problema público. Si, por ejemplo, entendemos que el problema de
un barrio es un problema básicamente de seguridad, y no un problema de desigualdad social.
Esto you condiciona el tipo de respuestas públicas que vamos a dar a ese problema. De al-
guna forma podríamos decir que la decisión pública que se toma viene deter, predeterminada
por la definición dominante del problema en cuestión. Y no solo nos importa lo que sucede en
las fases previas a la toma de decisiones públicas, también es muy importante lo que sucede en
las fases posteriores a la toma de decisiones. Por ejemplo, hay muchas decisiones que nunca
llegan a implementarse satisfactoriamente. Hay muchas decisiones que requieren de la coor-
dinación de distintos actores para poder llevarse a cabo, y cuanto más actores existen y más
complejos, eh, más compleja es esta coordinación entre los actores, más dificultades aparecen
en el proceso de implementación.
Hay muchas decisiones que simplemente no llegan a lograr sus objetivos. Eran decisiones
que se pensaba que iban a lograr unos resultados y finalmente, por una serie de razones, no
lo consiguen. Eso, en definitiva, nos recuerda la importancia también de, eh, estas etapas que
podríamos llamar post-decisionales. A lo largo de esta sesión nos vamos a plantear una serie
de preguntas importantes, cruciales en el, en el análisis de las políticas públicas. Empezando
por la cuestión de ¿quién decide?, ¿quién toma las decisiones? Hoy estamos en el Parlamento
de Cataluña, y podríamos, eh, presuponer que las principales decisiones de política pública en
el, en Cataluña se toman en el marco de este parlamento, en el marco de esta institución, en el
marco también del gobierno, etcétera.
Pero sabemos que los decisores públicos están, eh, muy influenciados por determinados
grupos de interés, movimientos sociales, también muy condicionados por lo que creen que,
eh, opina la ciudadanía. En definitiva, los, eh, decisores públicos no están aislados del mundo.
Una segunda cuestión que nos plantearemos es en qué medida las decisiones públicas son el
resultado de un análisis racional, técnico de el problema, de las alternativas que existen para
hacer frente a ese problema, de sus costos y beneficios, o bien, por el contrario las decisiones
públicas son el resultado del juego político que se da entre distintos actores. Algunos de ellos
políticos, gubernamentales, pero también, eh, actores no gubernamentales, que están fuera de

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las instituciones pero que en cambio pueden tener una fuerte incidencia en el proceso de toma
de decisiones.
A lo largo de la sesión veremos distintos, eh, modelos, eh, teóricos que ha producido la
literatura y que nos ofrecen distintos tipos de interpretaciones y de explicaciones sobre estas
cuestiones que acabamos de plantear.

2. Tomar decisiones racionalmente


Una de las grandes preguntas que se plantea el análisis de las políticas públicas es cómo
deberían tomarse las decisiones públicas. Y en ese sentido eh, algunos responden que las deci-
siones públicas deberían tomarse de la forma más racional posible, ¿hm? El problema es que en
el sector público la toma de decisiones se sigue rigiendo excesivamente por criterios políticos y
no por criterios de racionalidad técnica. Ehm, hay un exceso de política en el proceso de toma
de decisiones públicas como mínimo desde la perspectiva de algunos autores. Y ese exceso de
política en el proceso de toma de decisiones conlleva una serie de distorsiones en las políticas
públicas.
Por ejemplo, ¿hm?, los políticos parecería que cuando toman decisiones se preocupan sobre
todo de contentar a su electorado, ¿hm? Eh, lo cual no siempre coincide con las decisiones que
son técnicamente mejores, ¿hm? Eh, esa voluntad de los políticos de contentar a su electorado
puede llevarnos, por ejemplo, pues a incrementar el gasto público por encima de lo que sería
óptimo, de lo que sería adecuado. Quizá en el corto plazo estamos todos contentos, ¿eh?, por-
que el poder político reparte servicio, reparte equipamientos, infraectructuras, etcétera, pero
a largo plazo eso eh, implica una serie de problemas que también los tenemos que pagar entre
todos, ¿hm? .
Ese sería un ejemplo de cómo eh, el exceso de política en la toma de decisiones puede conlle-
var una serie de distorsiones en las políticas públicas. Por lo tanto, necesitamos más racionali-
dad técnica en las políticas públicas y eh, menos eh, racionalidad política, ¿hm? Necesitamos
que las decisiones públicas se rijan más por criterios técnicos y científicos y menos por cri-
terios políticos. ¿Qué significa entonces tomar decisiones racionalmente? Significa seguir un
método de toma de decisiones estructurado en una serie de pasos básicos o de pasos funda-
mentales. Ehm, en primer lugar, tomar decisiones racionalmente quiere decir que lo primero
que tenemos que hacer es analizar exhaustivamente el problema en cuestión, ¿hm?
Ver cuáles son sus distintas dimensiones, cuál es la magnitud del problema, cuáles son sus
posibles causas o factores explicativos. El segundo paso que debemos adoptar eh, en este pro-
ceso de toma racional de decisiones públicas es la identificación de las alternativas para hacer
frente a ese problema. Siempre para hacer frente a un problema tendremos eh, distintas eh,
soluciones alternativas, ¿hm? Debemos poder identificar eh, todas esas alternativas. Y a partir
de aquí el tercer paso será analizar y comparar sistemáticamente estas alternativas, cuáles son
sus costes y sus beneficios, cuáles son sus potenciales ventajas y desventajas, ¿eh?
Debemos poder hacer ese análisis comparativo de las alternativas de una forma eh, lo más
sistemática posible. Todo ello debería permitirnos eh, poder identificar y elegir la alternativa
óptima. Aquella que minimice los costes y maximice los beneficios, ¿hm? Eh, tenemos que
ser capaces a través de este método racional de toma de decisiones de identificar aquellas de-

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cisiones que son óptimas en el sentido de que nos permiten dar una solución más eficaz al
problema a un menor costo. Pongamos un ejemplo de esto, Tenemos eh, pues el centro histó-
rico de una gran ciudad como Barcelona donde vemos que ha aumentado eh, la delincuencia,
han aumentado los hechos delictivos, ¿hm?
Eh, frente a este problema se pide que el decisor público que el gobierno, que el ayuntamien-
to en este caso, de una respuesta. Eh, ¿cómo debería proceder el ayuntamiento para dar una
respuesta técnicamente racional al problema planteado? Pues en primer lugar, lo que debería
hacer el ayuntamiento es analizar a fondo el problema, ¿no? ¿Cuáles son eh, las dimensio-
nes del problema? Deberíamos ser capaces de identificar indicadores que den cuenta de las
distintas dimensiones del problema.
Ehm, por ejemplo, ¿eh? ¿Quién comete los delitos? ¿eh? ¿Quién son las víctimas de esos
hechos delictivos? Eh, ¿cuándo se producen esos hechos delictivos, si hay unas determinadas
franjas horarias en que se producen más o menos? ¿En qué medida realmente esos hechos
delictivos han aumentado o por el contrario es más una cuestión de percepciones de la gente
que una realidad objetiva, ¿hm? Deberíamos poder recopilar todos estos datos y tener una
información exhaustiva sobre el problema planteado. Ese sería el primer paso.
El segundo paso, identificar las alternativas. Ehm, podríamos plantearnos distintas solu-
ciones a este problema. Por ejemplo, aumentar la presencia policial en el barrio, o bien eh,
también aumentar eh, o endurecer las penas hm, para los eh, para los delincuentes, ¿hm? Ehm,
regular los horarios comerciales, eh, mejorar la iluminación pública, ehm, poner cámaras de
videovigilancia, eh, eh, podríamos plantearnos también programas sociales, por ejemplo, ¿no?,
programas de mejora social eh, en el barrio si vemos que hay determinados colectivos que
son los que son reincidentes y a lo mejor lo son pues porque están sufriendo una serie de
problemáticas sociales, ¿no?
Podríamos plantearnos también la posibilidad de dar respuestas sociales a, a las causas que
provocan ese aumento de, del problema. Podríamos plantearnos una estrategia más integral
de regeneración urbana, económica y social, no solo del barrio en cuestión, sino a lo mejor
también de aquellas zonas de donde proceden las personas que están cometiendo esos hechos
delictivos. En definitiva, tenemos muchas alternativas posibles para hacer frente al, al proble-
ma. Lo que deberíamos hacer en tercer lugar es comparar los costos y beneficios de cada una
de esas alternativas. Costos y beneficios que no solo se deben medir en términos económicos.
Hay que tener en consideración también otro tipo de criterios, ¿hm?
Efectivamente, los criterios económicos son importantes, pero hay otros valores en juego
siempre en, en cualquier decisión pública. Por ejemplo, eh, endurecer las penas puede ser
una medida eficiente si lo miramos desde una perspectiva estrictamente económica pero, a lo
mejor, ese endurecimiento de penas acaba comportando vulneración de determinados derechos
básicos de las personas. Lo mismo ocurre con las cámaras de videovigilancia. Puede ser una
medida barata y eficaz desde el punto de vista de la reducción de los delitos, pero, a lo mejor,
eso conlleva eh, una serie de vulneraciones de derechos e intimidad, etcétera, etcétera.
Ehm, una vez eh, analizamos de manera sistemática a todas estas alternativas, estaríamos
en condiciones de poder elegir aquella alternativa que nos da una solución óptima al problema
planteado. Como hemos dicho antes, una solución que nos permite eh, minimizar los costes y
maximizar los eh, beneficios en relación con el problema que tenemos planteado. La cuestión
es si es posible tomar eh, decisiones racionalmente eh, en las políticas públicas o en qué me-

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dida podemos aspirar a este tipo de racionalidad técnica en el proceso de eleaboración de las
políticas. Hay una serie de límites. Hay una serie de dificultades para seguir esta metodología
que hemos expuesto.
Por ejemplo, hm, recopilar información eh, para analizar exhaustivamente el problema tal
y como lo hemos dicho anteriormente conlleva una serie de costos. ¿Hm? Eh, de costos no
solo económicos, sino también de tiempo. O, a lo mejor, simplemente no tenemos toda la
información que quisiéramos tener, ¿eh? Por lo tanto siempre hay unos límites desde el punto
de vista de la información y desde el punto de vista del conocimiento. Nuestro conocimiento
sobre los problemas públicos siempre es un conocimiento parcial, limitado, eh, insuficiente.
Otra, otro de los límites eh, habituales en la racionalidad de la toma de decisiones es que el
decisor público no acostumbra a tener en cuenta todas las alternativas posibles para hacer
frente a un determinado problema.
También sería muy costoso, ¿eh? En realidad, lo que hace el decisor público es tener en, en
consideración solo aquellas alternativas que a priori encajan más o menos con sus valores, con
sus marcos ideológicos, por lo tanto no se consideran todas las alternativas sino solo algunas
de ellas. En tercer lugar, el análisis comparado hm, y sistemático de las distintas alternativas
es muy difícil de realizar, porque como hemos apuntado you anteriormente no siempre hay
unos criterios claros para hacer esa comparación de las alternativas. O incluso puede haber
contradicciones evidentes entre los distintos criterios. Hm, por ejemplo como decíamos antes,
¿no?
La, los criterios económicos no siempre coinciden con otros criterios eh, que tienen que ver
con los derechos sociales, con los derechos humanos, etcétera, etcétera. Siempre hay distintos
tipos de criterios que tenemos que tener en cuenta y esos criterios pueden entrar en contradic-
ción entre sí. Por último y eh, como consecuencia de todo lo que hemos dicho, normalmente
las decisiones que se toman aún y cuando hemos seguido este método racional de toma de
decisiones, no son las decisiones óptimas en el sentido que la hemos dicho anteriormente, sino
que son simplemente decisiones satisfactorias, ¿eh?, dadas las limitaciones de tiempo, las limi-
taciones económicas, nuestras limitaciones de conocimiento, las limitaciones de distintos tipos
que siempre tenemos que enfrentar en el proceso de toma de decisiones públicas.

3. El arte de ir tirando
Bueno, en esta reflexión Charles Lindblom nos explica los orígenes del llamado modelo
incrementalista de toma de decisiones públicas. ¿Cuáles son los orígenes de este modelo? Bási-
camente la crítica a lo que él en el mismo vídeo denomina el pensamiento sinóptico. Esta idea
de que eh, podemos tomar decisiones sobre la base de un análisis exhaustivo de los problemas,
y sobre la base de una comparación sistemática de todas las alternativas posibles para hacer
frente al problema. Lindblom considera que este modelo basado en el pensamiento sinóptico, lo
que nosotros eh, denominamos en el vídeo anterior, el modelo racional de toma de decisiones
públicas, este modelo es un modelo irrealista según él, básicamente por dos razones.
La primera es que, como you apuntamos anteriormente, el conocimiento que tenemos sobre
la realidad es necesariamente limitado. Eh, no podemos tener un conocimiento exhaustivo eh,
de los problemas eh, públicos. El decisor público siempre tiende a ver el, los problemas públicos

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desde una determinada perspectiva, desde un determinado ángulo, sin tener en consideración
toda la complejidad del problema. Por ejemplo, un decisor público en el campo de la seguridad
ciudadana. Él se fija en lo que se fija, que es la evolución de los hechos delictivos y en cómo
hacer frente a ese problema desde los instrumentos que él dispone.
Pero no podemos esperar que ese responsable político de seguridad ciudadana analice el
problema de la seguridad en toda su complejidad teniendo en cuenta sus múltiples dimensiones
y sus múltiples factores explicativos que tienen que ver con la evolución de la economía, con la
evolución de los problemas sociales, etcétera, etcétera, Siempre, uno analiza los problemas de
una manera parcial, fragmentaria, acotando el problema en función del ámbito temático en el
que trabaja. Por lo tanto tenemos de entrada unas limitaciones en el conocimiento, y una cierta
incapacidad para pensar los problemas en toda su complejidad y eso es normal que ocurra.
El segundo hecho según el cual eh, para Lindblom, convierte en irrealista el modelo racional
de toma de decisiones públicas es que este modelo racional tiende a desconsiderar la impor-
tancia de la política en el proceso de elaboración de las políticas. El análisis técnico de un
problema o de sus alternativas es solo uno de los aspectos que entra en juego en el proceso
de toma de decisiones. La toma de decisiones públicas, inevitablemente es el resultado no so-
lo del análisis técnico de los problemas, sino también de las interacciones, de las relaciones,
de las negociaciones que se producen entre distintos actores que tienen intereses en juego en
relación con un determinado problema o en relación con una determinada decisión.
Las decisiones públicas son a menudo, el, un intento de llegar a un punto de equilibrio entre
esos distintos intereses en juego, entre estos distintos actores que se enfrentan en el proceso
de elaboración de las políticas. Lindblom nos habla del modelo incrementalista de toma de
decisiones públicas y lo define en algún artículo como el arte de ir tirando, lo que en inglés
sería the science of muddling through. Eh, ¿en qué consiste este modelo? Básicamente hay una
serie de características fundamentales del modelo incrementalista. La primera sería que, y esto
es lo que da nombre al modelo, que cualquier decisión pública normalmente es simplemente
un pequeño ajuste incremental eh, respecto a políticas públicas que you se venían llevando a
cabo hasta el momento.
Por lo tanto no podemos esperar grandes cambios en las políticas públicas. Las políticas,
las decisiones públicas concretamente, son decisiones que implican cambios menores respec-
to a decisiones que you se habían tomado en el pasado. La segunda característica del modelo
incrementalista es que las decisiones públicas no son tanto el resultado de un análisis exhaus-
tivo de los problemas y de sus alternativas, sino que más bien son el resultado por un lado
de la experimentación constante, es decir, los decisores públicos están permanentemente ex-
perimentando eh, los efectos que tienen determinadas decisiones sobre el problema. Si la cosa
funciona siguen adelante y si no funciona echan para atrás.
Y, por otro lado, las decisiones públicas son el resultado de los compromisos eh, que se
producen entre los distintos actores con intereses en juego en relación a un determinado pro-
blema. La tercera característica del modelo incrementalista es la idea de que la aparición de
nueva información sobre un problema, por ejemplo, se ha publicado un estudio que eh, nos
dice algo que no sabíamos sobre ese problema, o la aparición de nuevos equilibrios de poder
entre los actores, por ejemplo porque ha aparecido un nuevo movimiento social que tiene mu-
cha capacidad de presionar a los gobiernos, de entrar en los medios de comunicación, etcétera,
esos dos factores, la aparición de nueva información y eh, el cambio en las relaciones de poder

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entre los actores es el que lleva a adoptar nuevas decisiones en relación con un determinado
problema.
El modelo incrementalista, en realidad, coincide mucho con la percepción popular de que da
igual que gobiernen los unos o los otros, que todos acabarán haciendo más o menos lo mismo.
Coincide mucho con esta percepción de que da igual que haya un cambio de gobierno porque
seguramente este nuevo gobierno acabará haciendo más o menos las mismas políticas que
you se venían llevando a cabo. El modelo incrementalista, en definitiva, nos proporciona una
teoría en la que fundamentar esta percepción cotidiana que más o menos todos compartimos.
Y en ese sentido, la gran virtud del modelo incrementalista es el realismo, es su capacidad de
describir eh, de una forma muy realista cómo se producen en la realidad la toma de decisiones
públicas.
El gran problema, según la percepción de algunos autores eh, según la crítica que formulan
algunos autores es que el modelo incrementalista es un modelo muy conservador en el sentido
que parece condenarlos a que las políticas públicas sean siempre más o menos las mismas. Eh,
en realidad tenemos ejemplos históricos de cómo cambios de gobierno pueden conllevar efec-
tivamente a cambios radicales en las políticas públicas y entonces el modelo incrementalista,
la capacidad explicativa del modelo incrementalista es menor.

4. Las decisiones como resultado de la coincidencia


El çubo de basura.es [un modelo] relevante en situaciones en las que los objetivos son relati-
vamente ambiguos la tecnología es relativamente ambigua y los participantes [en la decisión]
entran y salen en lo que llamaríamos una "participación fluida". Así que es relevante en mu-
chos tipos de decisiones y hay elementos de çubo de basura.en decisiones que tienen otros tipos
de elementos. Cualquier situación en las que unimos piezas para tomar una decisión porque
resulta que están ahí en un momento dado es, al menos un parte, una situación çubo de basu-
ra". Yo diría que parece [un proceso] desordenado porque tenemos concepciones particulares
de lo que quiere decir .orden"pero que en realidad es muy ordenado.
Está especificado de una forma precisa al menos el modelo. La gente que lo ha leído han
visto en él anarquía y desorden y a cualquier situación anárquica y desordenada le llaman
çubo de basura". La gente puede entender las cosas como quiera pero esto no es lo que quisimos
decir. Lo que quisimos decir es que el mundo está ordenado pon un conjunto de lógicas que
son distintas a las que tenemos por eso nos parece todo muy confuso. Pero en realidad no
es nada confuso de hecho, es muy ordenado. Los flujos o corrientes entran exógenamente y
los ensamblamos internamente. Es solo que las piezas se ensamblan por el hecho de aparecer
simultáneamente lo que no tiene mucho sentido si pensamos en si los problemas encajan con
las situaciones o si las soluciones se sostienen a lo largo del tiempo, pero esta no es la manera
en que el sistema funciona.
Creo que no comunicamos bien que no estábamos hablando de azar. De hecho no hay nada
de azar en el modelo si no de un orden alternativo. La confusión aparente es una confusión
en nuestra cabeza, no en el sistema. Creo que hay confusiones en el sistema, también pero la
idea del çubo de basura"la combinación temporal de problemas, soluciones y personas es una
idea muy ordenada es solo que es un orden que nos resulta incómodo desde una concepción

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racional y causal del mundo.
James March nos habla aquí de el modelo garbage can o el modelo, la traducción literal sería
de el cubo de basura. Eh, que es un modelo que añade aun más complejidad al proceso de
toma de decisiones públicas. Eh, más complejidad con relación a los modelos que hemos visto
hasta ahora. March nos habla aquí de una situación en que los objetivos o las preferencias de
los actores no están claras no están claros sus objetivos, ¿qué es lo que quieren? En relación
con un determinado problema. Tampoco está clara cuál es la tecnología. Los medios que nos
permiten satisfacer ciertos objetivos, hay incertidumbres técnicas no solo políticas.
Y además en esta situación hay distintos actores que van entrando, van apareciendo y des-
apareciendo de escena y que incluso van adoptando posicionamientos variables en relación
con eh, el problema en cuestión. En este contexto que es muy habitual en las eh, en el sector
público eh, las decisiones son el resultado de un encuentro de una coincidencia más o menos
casual en el tiempo. Entre por un lado problemas que van buscando solución. Por otro lado
soluciones que van buscando problemas. Y por otro lado actores que van buscando problemas
a resolver, van buscando intereses que satisfacer o van buscando alianzas creadas.
Del modelo del garbage can nace otro modelo muy similar que es el modelo formulado por
John Kingdon el modelo de las policy streams. Este modelo también nos habla de la toma de
decisiones públicas como el resultado de eh, la coincidencia más o menos casual en el tiem-
po de tres grandes corrientes de tres grandes streams, ¿no? Eh, la primera es la corriente del
problema. Esta corriente del problema tiene vida propia y eh, puede eh, tomar un curso ines-
perado por ejemplo cuando eh, surge una crisis, ¿no? O se produce eh, un hecho sobrevenido,
un hecho inesperado, ¿no? La crisis de las vacas locas por ejemplo, ¿no?
O el estallido de la burbuja inmobiliaria. O también esta corriente del problema eh, depende
de la aparición de nuevos datos que ponen en evidencia aspectos del problema que hasta el
momento no habíamos considerado. Por ejemplo nuevas evidencias empíricas sobre eh, los
impactos eh, en la salud de la telefonía móvil. La segunda corriente eh, es la corriente política.
Y eh, depende básicamente de factores como por ejemplo un cambio de legislatura, un nuevo
presidente, una nueva composición del congreso, del parlamento con una nueva correlación de
fuerzas políticas. También esta corriente tiene vida propia y es independiente de la corriente
del problema.
La tercera corriente es la corriente de las soluciones. Esta corriente depende eh, por ejemplo
del hecho que puedan aparecer determinados programas de financiación para determinadas
tecnologías como por ejemplo las energías renovables. Esta corriente eh, puede depende, puede
ser independiente también de la corriente del contexto político o de la corriente del problema.
Estas tres corrientes en definitiva son independientes entre sí pero en un momento determina-
do pueden coincidir en el tiempo y esa coincidencia, según los términos que utiliza Kingdon,
puede abrir una determinada ventana de oportunidad, una opportunity window. Cuando esa
ventana de oportunidad se abre puede ocurrir que un determinado actor político, que King-
don denomina el policy entrepreneur o el emprendedor político, aproveche la apertura de esa
ventana para proponer proyectos y soluciones que siempre había venido defendiendo.
Si es suficientemente hábil podrá aprovechar la apertura de esa ventana para tirar adelante
los proyectos y las soluciones que él defendía.
Tengo una idea radical. La puerta se abre hacia los dos lados. Podríamos revertir el flujo de
partículas a través de la puerta.

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¿Cómo?
Uniremos las corrientes.
Disculpa. Dijiste que unir las corrientes era malo.
Unir las corrientes.
Nos vas a poner en peligro. Pondrás en peligro a nuestra cliente, la amable señora que nos
pagó por avanzado antes de convertirse en un perro.
No necesariamente. Hay una pequeña opción de que sobrevivamos.
Conéctalas, Spengler. Cruzadlas ahora.
Si comparamos este modelo del policy streams de Kingdon con el modelo incremental de
Lindblom. Que el modelo incremental nos servía sobre todo para explicar situaciones prolon-
gadas de estabilidad, de continuidad en las políticas públicas. O situaciones en las que solo
se producen pequeños cambios incrementales. En cambio el modelo de Kingdon es un mo-
delo muy adecuado para explicarnos el por qué en momentos determinados efectivamente
se producen grandes cambios en la orientación de políticas públicas, cómo esos cambios sig-
nificativos en la orientación de las políticas públicas pueden llegar a producirse. Eh, una de
las críticas sin embargo que ha recibido este modelo del policy streams es que parecería que
los cambios en las políticas públicas son inevitablemente el resultado de la coincidencia entre
distintos factores que los gobiernos no pueden llegar a controlar.
En cambio lo que uno podría plantear es que a veces las cosas sí son como parecen. Hay un
gobierno que ha tomado posesión que tiene unas determinadas intenciones políticas, de llevar
a cabo unas determinadas políticas, de adoptar unas determinadas decisiones. Simplemente
eh, analizando el problema y planificando adecuadamente las intervenciones públicas puede
llevar a cabo aquellas políticas que quiere llevar a cabo. No es solo fruto de la casualidad que
las políticas o los cambios en las políticas se llevan a cabo, también es fruto de una cierta
intencionalidad por parte de los gobiernos. Pongamos un ejemplo de este modelo del policy
streams.
Un ejemplo real, extraído de la ciudad de Barcelona. A mediados de los años 90 se llevó
a cabo una experiencia pionera de rehabilitación, de regeneración urbana en un barrio de la
periferia de la ciudad que se llama Trinitat Nova. ¿Cómo surgió esa política que acabó convir-
tiéndose en un referente de la planificación comunitaria no solo en la ciudad de Barcelona, sino
en el conjunto de Cataluña e incluso del estado español? Esa política surgió probablemente por
el encuentro casual entre tres grandes corrientes. Los términos en los que nos plantea Quindo.
Por un lado, y en relación con la corriente del problema, en un barrio colindante de Trinitat
Nova, en el barrio del Turò de la Peira, a principios de los años 90 hubo un derrumbe de un
edificio, provocado por una patología arquitectónica que se llama aluminosis.
Eso llevó al Ayuntamiento a encargar un estudio para ver en qué medida otros barrios esta-
ban afectados también por esa patología de la construcción. Y observaron, y ofrecieron datos
que el barrio de la Trinitat Nova era uno de los barrios más afectados por esa patología. Un
alto porcentaje de los edificios del barrio de la Trinitat Nova estaban afectados por esa pato-
logía y por otras similares. Por otro lado, en aquellos mismos años y en cuanto a la corriente
de la solución, el Gobierno de la Generalitat de Cataluña, el gobierno autonómico, el gobierno
regional, había puesto en marcha un programa de fomento del desarrollo comunitario, de los
llamados planes de desarrollo comunitario en barrios periféricos, en barrios de clase trabaja-
dora, en barrios que concentraban distintos tipos de problemáticas urbanas y sociales.

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Y por último, nos encontramos en un contexto político en el cual algunos niveles de ad-
ministración se muestran especialmente proclives a innovar en las formas de hacer políticas
públicas promoviendo sobre todo nuevos procesos de participación ciudadana. Por ejemplo la
Diputación de Barcelona, la Diputación Provincial, también en aquellos años se muestran muy
favorable a ayudar a los Ayuntamientos y a los entes locales a promover nuevos espacios de
participación ciudadana en las políticas públicas, en las políticas locales. Esos tres elementos
coinciden en el tiempo, a mediados de los años 90 y abren una ventana de oportunidad pa-
ra llevar a cabo una política pública innovadora en el barrio de la Trinitat Nova, que es un
pequeño barrio de 7.000 habitantes en la periferia de la ciudad.
Y cuando se abre esa ventana de oportunidad, aparece un polis entrepreneur, un empren-
dedor político, que en este caso es la asociación de vecinos del barrio de la Trinitat Nova, con
el apoyo de un grupo de expertos y de profesionales, que conjuntamente diseñan lo que ellos
denominan el plan de desarrollo social y comunitario de la Trinitat Nova. Aprovechan la aper-
tura de esa ventana de oportunidad para proponer una transformación integral del barrio de la
Trinitat Nova. Y consiguen finalmente el apoyo de distintas administraciones para la realiza-
ción de este plan. Muchas administraciones también vienen, ven en este caso, la oportunidad
de experimentar con nuevos modelos de intervención pública.
En definitiva lo que observamos aquí no es tanto una política pública planificada para dar
respuesta a un problema objetivo, sino que más bien lo que encontramos es la coincidencia
de distintos factores que favorecen que emerja una política pública realmente innovadora y
distinta de las que venían llevándose a cabo hasta ese momento. La solución que se propone,
en definitiva, el plan de desarrollo social y comunitario de Trinitat Nova es una solución que
trasciende el problema al cual supuestamente tenía que dar respuesta. El problema se suponía
que era la aluminosis, y ese problema se podría haber adoptado con unos instrumentos de
intervención urbanística muy concretos, muy específicos.
El plan comunitario de la Trinitat Nova en realidad acaba yendo mucho más allá del pro-
blema de la aluminosis y lo que acaba proponiendo es toda una estrategia integral de trans-
formación del barrio en sus aspectos no solo urbanísticos, sino también sociales, económicos,
culturales, etcétera.

5. ¿Cómo se deberían tomar las decisiones?


Al comparar los distintos modelos de toma de decisiones públicas que hemos visto hasta
ahora me gustaría llamar la atención sobre un hecho. Y es que esos modelos tienen distintas
potencialidades. Algunos modelos son muy buenos para describir la realidad. Otros modelos
en cambio nos abren nuevos horizontes desde el punto de vista de cómo deberían ser las
cosas. Algunos tienen capacidad descriptiva y en cambio otros tienen capacidad prestrictiva.
Por ejemplo, el modelo de la racionalidad es un modelo que, a priori, lo que nos dice es cómo
deberían tomarse las decisiones públicas.
En realidad no pretende decirnos cómo se toman en la práctica las decisiones públicas. El
modelo de la racionalidad reconoce que a menudo las decisiones no son fruto de un análisis
racional del problema, de las alternativas, etcétera. Sino que las decisiones se toman más sobre
la base de criterios políticos que sobre la base de criterios técnicos. Es un modelo, por lo tanto,

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que nos dice cómo deberían ser las cosas. Reconociendo que las cosas no son como deberían
ser. En cambio, el modelo incrementalista, para poner otro ejemplo, es un modelo que tiene
capacidad descriptiva, en ese sentido se ha dicho que es un modelo muy realista.
Porque efectivamente nos dice cómo se toman las decisiones públicas en la práctica. En
cambio, es un modelo con menor capacidad prescriptiva. Porque si lo miramos críticamente,
el modelo incrementalista nos lleva hacia un cierto conservadurismo, como dijimos anterior-
mente. Nos lleva a esa idea de que las políticas públicas solo pueden representar cambios
marginales respecto a las políticas que you se venían llevando a cabo. En principio esto no es
algo positivo ¿no?, lo que podríamos, deberíamos aspirar a que las políticas pueden representar
cambios importantes respecto a las situaciones que tenemos de partido.
Me gustaría ahora entrar un poco más a fondo en la discusión de carácter más prescriptivo
sobre cómo deberían tomarse las decisiones públicas. Y en ese sentido querría empezar con
la idea de que probablemente no existe un modelo que sea válido universalmente frente a
cualquier tipo de situación pública, sino que más bien lo que deberíamos pensar es que existen
distintos modelos de toma de decisiones adecuados para distintos tipos de problemas. Esto
es lo que se intenta explicar aquí en este cuadro. En este cuadro planteamos cuatro posibles
escenarios. Clasificados a partir de dos criterios. En primer lugar, en qué medida los objetivos,
el decisor público son claros o no son claros y en qué medida generan o no generan conflicto.
El segundo criterio hace referencia a las tecnologías o a los medios para alcanzar determi-
nados objetivos. Aquí la gran diferenciación se produce entre aquellas situaciones en donde
tenemos claro cuál es la metodología que nos permite alcanzar ciertos objetivos, por lo tanto
nos movemos en un escenario de certidumbre. O aquellos otros escenarios en los que hay in-
certidumbre en el sentido de que no tenemos claros cuáles son los medios que nos permiten
alcanzar los objetivos que deseamos. Veamos algunos ejemplos concretos repasando cada uno
de estos cuatro escenarios.
En el primer escenario tenemos claro lo que queremos, además existe consenso sobre esos
objetivos y tenemos clara cuál es la metodología, la tecnología, los medios que nos van a per-
mitir alcanzar esos objetivos. Un ejemplo de ello sería pues cuando tenemos una epidemia en
una determinada comunidad y conocemos la vacuna que nos permite dar respuesta a esa epi-
demia. Que nos va a permitir erradicar esa epidemia. En este caso lo más adecuado es tomar
la decisión según el método racional de toma de decisiones, o de acuerdo con los llamados
principios burocráticos. En definitiva, si you conocemos la vacuna que nos permite erradi-
car esa epidemia, lo que tenemos que hacer es diseñar un protocolo de actuación que asigne
responsabilidades y tareas a distintas unidades organizativas.
Y deberemos ir aplicando sistemáticamente, reiteradamente, ese protocolo de actuación, has-
ta dar por erradicada la epidemia. Nadie discute la necesidad de erradicar esa epidemia, en ese
sentido tenemos los objetivos claros y además conocemos la tecnología, en este caso la vacuna,
que nos permite dar respuesta al problema de salud pública que tenemos. Aquí no necesitamos
tener grandes debates políticos, grandes procesos participativos. Los técnicos you saben lo que
hay que hacer y por lo tanto lo que deberían hacer es implementar de la forma más racional
posible las soluciones que ellos you conocen.
En el segundo escenario no tenemos discrepancias en cuanto a los objetivos, los objetivos
están claros y generan consenso, pero en cambio hay incertidumbre sobre los métodos, los
medios y sobre las tecnologías que nos permiten alcanzar esos objetivos. Un ejemplo de esto

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sería, por ejemplo, una situación en la que se observa un incremento de la siniestralidad en
las carreteras. Todo el mundo está de acuerdo en que hay que reducir la siniestralidad en las
carreteras. En principio nadie pretende que aumente la siniestralidad, ese objetivo está claro,
y por lo tanto genera también consenso entre todos los actores. Lo que no está tan claro, en
cambio, es qué tecnologías nos permiten, qué tipo de actuaciones públicas nos permiten dar
una respuesta definitiva a ese problema.
¿Qué es lo que deberemos hacer ante este tipo de situaciones? Donde los objetivos están
claros pero los medios no lo están tanto. Lo que deberemos hacer será experimentar. Ir por
ejemplo a ver lo que se ha hecho en otros lugares y ver si ha funcionado o no ha funcionado.
Tratar de adoptar medidas concretas y observar en qué medida esas medidas están contribu-
yendo o no a dar solución al problema que tenemos planteado. Estamos planteando, en defini-
tiva, un proceso de experimentación, de ensayo y de error. El decisor público va a ir adoptando
medidas concretas y va a ir observando la medida en que esas intervenciones permiten dar
una respuesta efectiva o no al problema.
Aquello que funciona se va a persistir en ese tipo de intervenciones, aquellas intervencio-
nes en cambio que no funcionan, se van a ir desechando. En el tercer escenario, el problema
que tenemos planteado, no es tanto un problema técnico, en el sentido de que hay quizás un
conocimiento y un consenso en la comunidad técnica o científica sobre cuales son las mejo-
res soluciones frente a un determinado problema. Sino que el gran reto que tenemos en este
tercer escenario es que la implementación de esas soluciones puede llegar a generar conflicto.
Pensemos, por ejemplo, en los llamados casos nimby, los casos que la literatura anglosajona ha
denominado not in my back yard.
Todo el mundo por ejemplo sabe que necesitamos cárceles. En mayor o en menor medida,
pero necesitamos cárceles. En cualquier sociedad. El debate en todo caso está en donde se
ubican esas cárceles. Igual podríamos buscar otros ejemplos, como plantas de tratamiento de
residuos por ejemplo. Todo el mundo sabe que esa tecnología es una tecnología necesaria para
el buen funcionamiento de nuestra sociedad, pero en cambio, en el momento de decidir dónde
se va a localizar esa tecnología aparece un conflicto político porque la comunidad que tiene
que recibir esa tecnología no la quiere al lado de su casa. Por eso hablamos del not in my back
yard. ¿Qué es lo que debemos hacer ante este tipo de situaciones?
Negociar. Las distintas partes interesadas, en este caso el decisor público y la comunidad
directamente afectada por esa decisión, tienen que exponer las razones por las cuales adoptan
unos determinados posicionamientos frente a ese problema. Tienen que tratar de explorar
posibles puntos de equilibrio. Y finalmente tienen que llegar a algún acuerdo. Por ejemplo, si
decidimos localizar aquí esta cárcel, a lo mejor lo haremos de una determinada forma, podemos
hacerlo de una determinada forma que minimice los impactos sobre la comunidad en cuestión.
Todo eso está susceptible, debería ser susceptible de procesos de negociación. pública.
Vamos avanzando entonces hacia el cuarto escenario, que es el escenario de máxima comple-
jidad. Es un escenario en el que, por un lado los objetivos no están claros o generan conflicto, y
por otro lado no hay certidumbres técnicas o científicas sobre cuáles son los medios, las meto-
dologías, las tecnologías que nos permiten alcanzar los objetivos que pretenden. Pongamos un
ejemplo. La regeneración del centro histórico de una gran ciudad. Es una situación altamente
conflictiva. Porque por un lado, seguro que en ese centro histórico va a haber muchos intereses
en juego contrapuestos.

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Los intereses de los pequeños comerciantes, los intereses de las grandes cadenas comercia-
les, los intereses de los hoteleros, los intereses de los vecinos, los intereses de las empresas
turísticas, etcétera, etcétera. Vamos a encontrarnos con una gran complejidad de intereses y
por lo tanto con un potencial choque de intereses y de objetivos. Pero además, tampoco está
clara cuál es la metodología, cuáles son las tecnologías, qué tipo de intervenciones públicas nos
permiten regenerar el centro histórico de una ciudad. De hecho, seguramente si analizamos a
fondo la cuestión no todos estamos de acuerdo sobre cuál es el significado de la regeneración,
qué significa regenerar un territorio.
Por lo tanto estamos en una situación de máxima complejidad y en esa situación de máxima
complejidad política y técnica es donde la forma más adecuada de toma de decisiones es lo que
llamamos el trabajo en red. Tratar de poner en la mesa todas las distintas partes implicadas
en ese conflicto o en ese problema, tratar de intercambiar información, puntos de vista, tratar
de encontrar soluciones que representen puntos de equilibrio entre los intereses de todas las
partes implicadas. Tratar de colaborar, tratar de corresponsabilizarnos en el proceso de imple-
mentación de las políticas. Todo este trabajo en red debería permitirnos hacer mejores políticas
para hacer frente a problemas que son altamente complejos.
Este cuadro en definitiva lo que nos dice es que debemos ajustar o adaptar la forma de
tomar decisiones a la naturaleza de los problemas colectivos. Uno de los problemas habituales
que nos encontramos en la elaboración de políticas públicas y concretamente en la toma de
decisiones públicas es que adoptamos métodos o formas de toma de decisiones que no se
ajustan con los problemas que tenemos sobre la mesa. Por ejemplo, muchas veces estamos
en situaciones de alta complejidad política y técnica pero el decisor público no es capaz de
entender que el problema que está afrontando es un problema muy complejo y pretender
actuar como si ese fuera un problema muy simple. Como si los objetivos estuvieran claros y
como si las tecnologías o los medios también estuvieran claros.
Ese desajuste entre la naturaleza del problema y la forma o el método de toma de decisio-
nes, que finalmente se adopta, ese desajuste es causa muchas veces del fracaso de las políticas
públicas. A menudo estos desajustes no reflejan tanto la falta de pericia del decisor público, su
incapacidad para entender el problema, muchas veces lo que ocurre es que el decisor público
no es capaz de anticipar cuál es el conflicto que puede aparecer en la adopción de una determi-
nada decisión pública. El decisor bien sabe que una determinada solución técnica funcionará y
cuando trata de implementar esa solución le aparece un conflicto que no había sido capaz de
anticipar.

6. Conclusión
Bien, you volvemos a estar aquí. Felicidades porque hemos pasado el ecuador del curso,
los que habéis llegado hasta aquí you habéis superado la mitad del curso y esperemos que
estéis contentos con la evolución del mismo. Estamos ahora acabando la semana dedicada a los
temas de decisión ¿no? Hemos ido viendo, primero la introducción del curso, la definición del
problema, luego el tema de actores y esta semana la hemos dedicado a los temas de decisión. De
alguna manera uno de los elementos que quisiera destacar es el factor de que como hemos visto
en el caso de los actores, hay unos actores que tienen un tipo de recurso que son específicos

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que los demás actores no tienen, que son los recursos de carácter normativo.
Por lo tanto cuando hablamos de decisiones hablamos de decisiones en políticas públicas.
Hemos de pensar que todo proceso de debate que se da en torno a los problemas de cómo
decidir, digamos va cerrándose en forma de embudo y llega un punto en que se tiene que tomar
una decisión ¿no? Y es en el ámbito de las instituciones públicas que tienen esa capacidad
de tomar decisiones ¿no? Luego a partir de ahí, como veremos luego en la implementación
vuelven a abrirse el panorama y luego vienen los problemas de cómo implementar eso ¿no?
Pero ese punto es en el cual de alguna manera todos los elementos tienen que cerrarse.
A veces para conseguir consenso las decisiones tienden a ser más abstractas, más indefinidas
¿no? porque es mejor para conseguir ese consenso que lleguemos a acuerdos digamos menos
concretos ¿no? Por poner un ejemplo, es más fácil decir todos estamos de acuerdo en mejorar
la salud pública que no que en este año vamos a gastar más en hepatitis o en diabetes porque si
decimos que vamos a gastarnos más en hepatitis pues los enfermos de hepatitis pues están más
contentos que los enfermos de diabetes menos contentos ¿no? Entonces en general muchas
veces para conseguir acuerdos las decisiones tienen que ser más abstractas, luego resulta que
son más difíciles de implementar o son más difíciles de evaluar ¿no?
Porque en este punto hemos llegado a esta conclusión de carácter político. Este es un as-
pecto que quería comentar ¿no? Los recursos normativos de los actores porque me parece
importante. Otro punto que quisiera destacar también es de alguna manera el tipo de decisión
que se toma. Es muy importante entender que toda decisión como en general en el ámbito de
la política implica que algunos van a ganar y otros van a perder, es decir toda decisión im-
plica costes y beneficios, esto you lo hemos ido viendo a lo largo del curso. Yo creo que esto
es importante para entender también las relaciones entre decisiones públicas y corrupción,
decisiones públicas y beneficiados, decisiones públicas y tipo de políticas, os recordáis ¿no?
políticas redistributivas, distributivas ¿no?
Por lo tanto a la hora de tomar decisiones es importante saber también los contenidos de la
decisión. Hay decisiones que serán más difíciles de tomar, decisiones que serán más fáciles de
tomar ¿no? Por ejemplo, las que sean recordáis de carácter regulativo o redistributivo serán
más, normalmente más complejas que las de carácter distributivo o constitucional. Luego otro
aspecto que quisiera comentar también es el tema de la racionalidad que habéis visto que el
profesor Ismael Blanco lo ha ido comentando, el tema de la racionalidad entre las decisiones
¿no? También aquí es un tema importante, hay una gran literatura sobre estos temas. De hecho
por ejemplo uno de los premios nobeles que es Herber Simon trabajó mucho en la idea de la
racionalidad limitada ¿no? de la posibilidad de discutir todos los aspectos. Uno de los ejemplos
que a veces pone Herber Simon es el del jugador de ajedrez ¿no? Es decir, si uno juega ajedrez
tiene todo los, y es un jugador individual tiene todas las piezas del ajedrez, puede decidir
digamos qué pieza mueve anticipando también los movimientos del otro ¿no?
Por lo tanto es una decisión digamos básicamente racional. En cambio cuando you son dos
jugadores los que juegan, entonces se han de acomodar las preferencias de uno y otro, por
ejemplo imaginémonos que hay una partida del mundial de ajedrez y tienen que parar la
partida porque al día siguiente van a seguir, normalmente estos grandes jugadores de ajedrez
tienen un equipo de asesores. Los equipos de asesores discutirán la partida durante la noche
y ahí you deberán ponerse de acuerdo distintas racionalidades, a la hora, distintos enfoques,
distintas estrategias a la hora de operar. Lo que dice Lindblom es que al final en las políticas

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públicas muchas veces cada jugador tiene su propia racionalidad, no hay un jugador fuera del
tablero.
Los jugadores están dentro del tablero. Por lo tanto de alguna manera tienen que acomodarse
¿no? esas tendencias y será buscar no la mejor jugador digamos que exista sino la posible, la
que sea posible en cada momento ¿no? Bueno, yo creo que es un buen ejemplo esta idea del
jugador de ajedrez porque nos permite ver la diferencia que existe entre que un jugado juegue
fuera del tablero a que estés dentro y seas interdependiente, que los recursos del peón, de
la torre, del arfil dependan del otro y que por lo tanto no siempre se puede hacer la mejor
jugada ¿no? Bien, estamos viendo un poco la complejidad en la toma de decisiones en una, en
esta, en este curso que esperemos os guste, que pretende digamos combinar la pedagogía de la
explicación sin reducir la complejidad del tema.

7. Profesor Invitado: Giuseppe Munda


Hola, buenos días. Soy Giuseppe Munda. Soy profesor del Departamento de Economía e
Historia Económica de la Universitat Autònoma de Barcelona. Os hablaré del concepto de eva-
luación multicriterio social. Es muy importante que nos fijamos en las tres palabras: evalua-
ción, multicriterio, social. La evaluación es un concepto fundamental para las políticas públicas
porque tentamo, intentamos comparar opciones distintas multicriterialmente. Quiere decir se-
gún puntos de vistas distintos y añadimos la palabra social. Visto que estamos hablando de
evaluación públicas. Entonces empezamos por multicriterio.
El multicriterio es una manera de evaluar decisiones posibles que podrían ser al nivel indi-
vidual o colectivo. Imaginamos por ejemplo alquilar un piso en una ciudad y vamos a estudiar
en una, una ciudad que no, no es la nuestra virtual. La primera cosa buscamos un piso. Ese piso
lo buscamos según unos criterios, por ejemplo, el precio del alquiler, los metros cuadrados, la
cercanía a los medios de transporte, etcétera, etcétera. Quiere decir que evaluamos las posi-
bles opciones según unos puntos de vistas o criterios distintos. Consecuencia de usar criterios
distintos, que la solución óptima normalmente no es diste, que quiere decir como solución
óptima.
Imaginamos el precio y yo puedo escoger el piso con el alquiler más bajo. Entonces mini-
mizo el precio, pero también podría escoger aquel piso con los metros cuadrados más, más
grandes o aquel el piso que tenga más luz. Quiere decir cada vez uso un criterio sólo puedo
optimizar. Puedo saber exactamente el mejor el pejo, el peor piso. Así en general cualquier
alternativa, la mejor es la peor. Si consideró todos los criterios a la vez, esto lo pierdo por-
que posiblemente el piso más barato no será el más grande, el más bonito. Entonces cuando
evaluamos multicriterialmente algo, tenemos un problema de conflicto entre los criterios que
estamos considerando.
Esto es importante tanto de punto de vista matemático porque necesitamos unas matemá-
ticas distintas, punto donde no entramos hoy, pero es importante que entendemos esto, pero
también desde un punto de vista de estructura del problema. Lo que estamos buscando en-
tonces normativamente el objetivo de nuestra evaluación no es una solución óptima; es una
solución de compromiso, compromiso en sentido técnico entre los criterios que estamos consi-
derando. Ahora se pasamos del multicriterio al multicriterio social, esa noción de compromiso

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cambia totalmente significado porque entonces podríamos añadir la palabra compromiso so-
cial. Esto es algo filosóficamente si queréis muy importante.
Por eso suelo decir que el multicriterio social tiene que ver con el concepto de democracia.
Sin democracia no hay multicriterio social. ¿En qué sentido? Cuando estamos evaluando una
decisión que sea individual, los criterios son nuestro. No sólo decidimos qué criterios usar,
pero imagináis que el piso lo tenéis que alquilar todo una familia. Entonces cada uno de los
componentes de la familia se entramos criterios posiblemente distintos. Los niños por ejemplo
le gustaría que el piso fuera cerca de un parque, el trabajo de uno de los componentes de la
familia podría ser a la izquierda del río y el otro componente a la derecha.
Quiere decir que entonces empezamos a tener un conflicto, no sólo entre los criterios pero
también sobre qué criterios usar. ¿Por qué? Por zonas distintas tendrán punto de vista distintos
o en términos generales en la sociedad habrán valores intereses distintos. Entonces aquí hay
un punto importante: evaluar multicriterialmente una posible política pública empieza para
decir cuál son los grupos, los actores sociales que tienen relevancia en esa decisión, relevancia
en el sentido que tengan preferencias, valores, que su vida se afectadas en alguna manera por
esa política.
Entonces todos estos actores sociales tienen la posibilidad de opinar, de expresar sus deseos
acerca de la decisión que tenemos que tomar. Imagináis que quieren poner un parque eólico
cerca de un pueblo. Os encontraréis que algunos del pueblo quieren ese parque eólico porque
piensan que eso va a dinamizar, perdón, va a dinamizar la economía del pueblo. Otros piensen
que van a ganar singularmente dinero porque van a alquilar parte de la tierra a la gente que
ponga el parque eólico. Otras personas no quieren el parque eólico porque piensan que han
ido a vivir en ese pueblo para estar tranquilos en medio de la nada, en medio de la naturaleza,
en seguida alguien le pone la tecnología al lado, entonces están en contra.
Quiere decir siempre cuando una decisión afectas actores sociales siempre habrá unos per-
dedores y unos ganadores. Tenemos en alguna manera que comparar estos señores y cuál son,
por qué se oponen, no están a favor de una determinada opción. Deberá ser multicriterio so-
cial nos permita hacer esto en el sentido que intentamos pongo primer paso interactuar con
los actores sociales. Intentamos saber cuál son sus deseos, preferencias. La razón es porque se
oponen, no están a favor en contra algo. Esta razón es la transformamos en criterios técnicos
y yo estoy en contra el parque eólico porque pienso que haga mucho ruido.
Entonces vamos a computar cuántos decibelios hará ese parque eólico. Entonces efectiva-
mente ese ruido es superior o no a lo que se podría considerar un ruido normal. Otras personas
dicen, yo quiero el parque eólico por eso va a dinamizar el pueblo, Bueno, esto es tu punto de
vista. Intentamos computar por ejemplo cuántos empleos puede haber si ponemos ese parque
eólico. Entonces hay una correspondencia entre lo que son los valores, deseos o miedos de los
varios actores sociales y los criterios técnicos que vamos a usar. En esta manera cuando se
construye una matriz de evaluación multicriterio, quiere decir cuando comparamos las varias
opciones según estos puntos de vistas, por ejemplo precio, ruido, empleo.
Veis que son todos criterios distintos y medidas distintas en que se pueden oponer uno con
lado están en conflicto. La búsqueda de ese famoso compromiso en este caso podría ser enton-
ces también un compromiso social. Evidentemente no siempre lo que sale de un modelo es la
decisión. Modelo es un modelo por definición. Pero lo que nos ayuda mucho, modelo de este
tipo no es solamente posiblemente si estamos o tenemos suerte a solucionar un problema, pero

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sobre todo nos ayuda a entender el problema, poner transparencia sobre el sistema decisional
y a ver entonces si podemos llegar a una decisión que sea socialmente aceptada o si no lo sea
entendemos del por qué. Entonces el actor político puede saber con este tipo de estudios se
va a tomar una determinada decisión al final quien son las personas que estarán en contra en
todo caso o que van a perder con esta decisión y también se puede en alguna manera comparar
según varios criterios.
Por ejemplo, queremos hacer la decisión, tomar la decisión que favorezcan la mayoría de
la población o podemos decir las, podríamos intentar, considerar la generaciones futuras. En-
tonces el segundo tipo de actores sociales que estamos considerando, a qué escala territorial
solamente la gente que vive en el pueblo o toda la gente que vive en una región, por ejemplo,
¿no? . Porque típicamente del parque eólico impacta al pueblo por la electricidad, la usa por
ejemplo una grande ciudad que está al lado. Pero todo esto es bueno para todos porque sube el
porcentaje de energía renovable. Entonces los conflictos no son solamente entre los criterios,
no son solamente entre los actores sociales, son también entre la dimensión espacial que tene-
mos que considerar. Todo esto entonces nos ayuda un poco a aclarar este tipo de problemas, a
no dejar nada implícito y a poner transparente en el proceso de decisión social.
Se hemos hecho esto y creo que you es un avance interesante. Para concluir imaginamos que
tenemos que escoger un fruto, comparar formosas, manzanas y naranjas, ¿no? ¿Cómo lo po-
demos escoger? Utilizamos el precio de vuestro objetivo y pagar poco, ¿no? minimizar el costo
en el mercado. Podríamos usar las kilocalorías incorporadas en el fruto si estamos al régimen
o puedo usar el gusto, algo que me guste más o menos. Veis que cada criterio, cada métrica que
yo estoy utilizando tiene una consistencia con un determinado objetivo. Es muy importante
entonces que tengamos claro que objetivos distintos tanto individuales cuantos sobre todos so-
ciales implican métricas distintas: precios, energías, ruido, etcétera, etcétera, que entonces no
se puede salir tan fácilmente de la idea del multicriterios y queremos efectivamente considerar
estos actores sociales.
Punto importante, si no lo hacemos, si consideramos solamente el precio, solamente las kilo-
calorías, solamente el gusto, solamente el ruido, solamente el hecho que estamos produciendo
energía renovable, etcétera. Cuidado porque lo que estamos haciendo es poner, privilegiar,
dado más, bastante más importancia, priori a uno de estos objetivos. Entonces cuando simpli-
ficamos excesivamente la complejidad de esto tipo de decisiones, cuidado que no es solamente
un error científico; es sobre todo un acto de poder. Estamos simplificando la complejidad dan-
do y poder, entonces utilizando la métrica, el lenguaje de evaluación que sea más consistente
conveniente a un determinado actor social, y yo creo que esto hablando de políticas públicas
es muy equivocado. Muchas gracias por vuestra atención.

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