ANÁLISIS DE LA LEGISLACIÓN MIGRATORIA VENEZOLANA

DESDE EL ENFOQUE DE DERECHOS HUMANOS HACIA

UNA VERDADERA DEFENSA DE LA POBLACIÓN
MIGRANTE EN VENEZUELA

Beatriz Borges Urrutia

Resumen

Este trabajo expone una amplia reflexión en torno a la realidad de la migración en

Venezuela, su legislación y su revisión a la luz de la perspectiva de los derechos humanos
de los migrantes. Específicamente en este caso, observamos, como aspectos positivos,
una sociedad hasta ahora siempre abierta a las oleadas migratorias, y así mismo una
legislación que se ha ido adaptando a los principios y estándares internacionales sobre
la materia. No obstante, se observan deficiencias en lo concerniente a la aplicación
de la legislación interna, y al hecho de que el país se mantiene al margen de los
más importantes tratados internacionales en el área. En líneas generales, nuestro
planteamiento se dirige a presentar la realidad de la población migrante de Venezuela
desde la perspectiva de sus derechos contemplados en la legislación nacional e
internacional, dejando al descubierto los alcances y limitaciones de tales normativas y
de su aplicación.

Palabras clave: población migrante, derechos humanos, legislación migratoria.

Revista Informe de Investigaciones Educativas, Vol. XXVI, año 2012, Pág. 99-111. ISSN: 1316-0648.
Depósito Legal Pp. 198504DF11. Beatriz Borges Urrutia. ARTÍCULOS.

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ANALYSIS OF VENEZUELAN MIGRATORY LEGISLATION FROM

THE PERSPECTIVE OF HUMAN RIGHTS; TOWARDS A TRUE
DEFENSE OF THE MIGRANT POPULATION IN VENEZUELA.

Beatriz Borges Urrutia

Abstract

This paper presents a board reflection on the reality of migration in Venezuela, its
laws and review from the perspective of human rights of migrants. Specifically in this
case, we note as positive aspects a society always open to migratory waves, an also a
legislation that has adapted to the principles and standards on the subject. However,
there are deficiencies in application of domestic laws, and the fact that the country
remains outside of the most important international treaties in the area. Overall, our
proposal aims to presenting the reality of the migrant population in Venezuela from the
perspective of their rights under national and international law, revealing the scope and
limitations of such standards and their application.

Key words: migrant population, human rights, migratory legislation.

Revista Informe de Investigaciones Educativas, Vol. XXVI, año 2012, Pág. 99-111. ISSN: 1316-0648.
Depósito Legal Pp. 198504DF11. Beatriz Borges Urrutia. ARTÍCULOS.

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Reflexión introductoria
La migración sigue siendo hoy en día
un fenómeno complejo en el cual donde
confluyen muchas situaciones que requieren
de atención especializada por parte de los
estados; sin embargo, la respuesta de los
mismos, en la mayoría de los casos, es
inadecuada y lejos de resolver el origen de
esta problemática la potencia. Hoy en día
son múltiples los espacios donde los estados
incurren en violaciones a los derechos
humanos de las personas migrantes. Con
el falaz argumento que apela al principio
de soberanía nacional, los derechos de las
personas migrantes se ven mermados y los
estados justifican su actuación en el ámbito
nacional. Dicha afirmación se encuentra
muy lejos de lo que debe ser la conducta
de un Estado que tenga el compromiso
democrático de actuar en pro de la defensa
de los derechos; peor aún es el hecho de que
esta actuación, generalizada por parte de los
países receptores de migrantes, se convierte
también en el elemento cultural y xenofóbico
que penetra las sociedades y que vuelve la
realidad de los migrantes cada vez más dura
y cruel.
Desde hace décadas las organizaciones
internacionales han desarrollado lineamientos
y estándares para la protección de la población
migrante. Estos estándares deberían
conformar hoy en día la referencia normativa
de actuación de los estados en cuanto lo
que debe ser el desarrollo de la legislación
interna migratoria. A pesar de la existencia
de los mismos, todavía existe la reticencia de
muchos países a asumir los compromisos que
requiere el abordaje de esta situación.
En el caso de Venezuela, cultural e
históricamente ha sido identificado como un
país tradicionalmente abierto a las oleadas
migratorias, así como como una sociedad
respetuosa y tolerante a la migración.
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Beatriz Borges Urrutia.
Lamentablemente, Venezuela todavía
sigue al marguen de asumir algunos de los
compromisos internacionales vigentes, y no
forma parte, hasta la fecha, de los tratados
internacionales más importantes en el área. En
cuanto a su legislación, veremos cómo a pesar
de esta situación, sí se incorporan muchos
de los principios y estándares de derechos
humanos en la materia en la normativa
nacional. Sin embargo, como veremos en el
desarrollo de las presentes reflexiones, son
todavía muchos los espacios donde todavía es
necesario el trabajo para evitar la vulneración
de los derechos humanos de las personas
migrantes en Venezuela.
Este documento fue elaborado con
la finalidad de establecer la existencia y
aplicación de los estándares y lineamientos
internacionales básicos para la defensa de los
derechos humanos de la población migrante
en Venezuela. Principalmente, buscamos con
el desarrollo de estas reflexiones analizar la
aplicación de tales principios en la legislación
venezolana, y realizar sobre la misma un
análisis basado en un enfoque de derechos
que nos permita comprender el alcance de la
normativa aplicable así con sus deficiencias.
En pocas palabras, plantearemos, en líneas
generales, cómo debe ser entendida la
realidad de las personas migrantes desde una
perspectiva de derechos, así como cuáles son
los estándares nacionales e internacionales y
principios básicos de protección aplicables a
esta población.
La población migrante como sujetos
especiales de protección
Como mencionamos en la introducción,
la migración es un fenómeno complejo que
requiere una gran atención por parte de los
Estados. En la mayoría de los casos los
Estados responden a este fenómeno solo
desde el control y la regulación del flujo
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migratorio, dejando de lado los compromisos
internacionales existentes en materia de
derechos humanos. Esto trae consecuencias
graves para este grupo humano, en virtud de
que los Estados dejan de observar uno de los
elementos más importantes de este fenómeno:
las personas.
Vemos entonces cómo las personas que
se encuentran en condición de migrantes están
rodeadas por circunstancias que las colocan
comúnmente en situaciones desfavorables en
los entornos sociales y quedan en situación
vulnerable. Por definición, la vulnerabilidad
se refiere a la condición en la que se
encuentra una persona susceptible de ser
herida o dañada. En el caso de los migrantes
se trata de una condición que les es impuesta
por la sociedad receptora de su inmigración.
Es debido a esta condición, que sus derechos
humanos resultan violados. Son múltiples las
situaciones discriminatorias y los problemas
que esta población puede padecer, en especial,
la población migrante en condición irregular.
La doctrina ha definido la vulnerabilidad
de los migrantes como una “construcción
social”. Esta tiene que ver con las bases que
los miembros de la sociedad receptora tienen
para distinguir a un nacional de un extranjero.
La base más común para hacer esta distinción
principalmente es la connotación legal, por
la que se reacciona con prejuicios frente al
“indocumentado”.
La vulnerabilidad de los migrantes como
sujetos de derechos humanos se sintetiza en el
estado o condición de carencia de derechos
y de acceso a recursos para su protección.
Esta situación es particularmente grave en
el caso de los migrantes sin documentos,
que son comúnmente llamados “los
indocumentados”, que se encuentran en una
situación irregular dentro del país receptor
y cuya situación migratoria los expone aún
más a abusos y discriminación. De hecho,
dada la situación particular de los migrantes
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se sostiene que estas personas enfrentan una
condición de “vulnerabilidad estructural”.
Como lo hemos mencionado
anteriormente existe una trampa en el
argumento de los estados del ejercicio del
principio de soberanía y la aplicación de
la legislación nacional. En este sentido,
“el problema para el entendimiento de la
vulnerabilidad de los migrantes como sujetos
de derechos humanos es que la distinción que
hace la ley entre un nacional y un extranjero
es convertida en la práctica en un criterio
para justificar un trato de inferioridad al
extranjero respecto de los derechos que tiene
un nacional” (Bustamante) y por ello se
verifican violaciones graves a sus derechos
que deben ser atendidas. Son múltiples los
mitos que se han generado en contra de la
migración, como la disminución de empleo
por mano de obra barata o el aumento de la
criminalidad en la sociedad, etc. Todas estas
situaciones que arguyen los Estados que se
oponen a la migración tienen su doble lectura,
y los beneficios que se dan en una sociedad
producto de la migración, paradójicamente,
no son conocidos y mucho menos difundidos.
La mejor herramienta que tienen las
personas migrantes para poder defenderse
frente a estas violaciones es el conocimiento
pleno de sus deberes y derechos. El problema
es que la mayoría de migrantes, en especial
los que no poseen documentos, se colocan
ellos mismos al margen por temor de ser
discriminados o penalizados, lo que resulta
en que no pueden ejercer plenamente sus
derechos solo por la simple ignorancia de
los mismos. “La clandestinidad es una de las
principales condiciones que contribuyen a la
vulnerabilidad de los migrantes irregulares
que parten de sus hogares en búsqueda
de opciones laborales para subsistir y
contribuir a la manutención de su familia”.
Esta situación de hacerse invisibles para la
sociedad para protegerse de los abusos de
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las mismas tiene muchas implicaciones en
el desarrollo de la persona y de la familia en
los diferentes ámbitos sociales, culturales y
económicos. Por ello reviste gran importancia
la comprensión por parte de la sociedad del
fenómeno migratorio, así como el desarrollo
de la tolerancia y el respeto a la población
migrante.
Finalmente, es imperativo que
los estados desarrollen, con base a los
lineamientos internacionales en la materia,
medidas protectoras que respondan a la
condición vulnerable que tienen las personas
en condición de migrantes. Dichas medidas
no solo comienzan por la adopción de la
legislación especial correspondientes sino
que también se refieren a instrumentos para
promover la tolerancia y el respeto de los
derechos humanos de esta población en el
país.
Los estándares internacionales y la
legislación migratoria venezolana
La no discriminación entre nacionales y
extranjeros.
Los sistemas internacionales de
protección de los derechos humanos, en
especial el Sistema Interamericano (en
adelante SIPDH), se han pronunciado en
varias oportunidades sobre el principio de no
discriminación ente nacionales y extranjeros.
Sobre este principio se encuentra lo expresado
por la Corte Interamericana de Derechos
Humanos (en adelante Corte Interamericana)
en la Opinión Consultiva N° 18: Generalmente
los migrantes se encuentran en una situación
de vulnerabilidad como sujetos de derechos
humanos, en una condición individual de
ausencia o diferencia de poder con respecto
a los no-migrantes (nacionales o residentes).
Esta condición de vulnerabilidad tiene
una dimensión ideológica y se presenta
en un contexto histórico que es distinto
103
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Beatriz Borges Urrutia.
para cada Estado, y es mantenida por
situaciones de jure (desigualdades entre
nacionales y extranjeros en las leyes) y de
facto (desigualdades estructurales). Esta
situación conduce al establecimiento de
diferencias en el acceso de unos y otros a
los recursos públicos administrados por el
Estado (negrillas y resaltado nuestro).
Se debe señalar que la situación regular
de una persona en un Estado no es
condición necesaria para que dicho
Estado respete y garantice el principio
de la igualdad y no discriminación,
puesto que, como ya se mencionó, dicho
principio tiene carácter fundamental
y todos los estados deben garantizarlo
a sus ciudadanos y a toda persona
extranjera que se encuentre en su
territorio (omissis).
En Venezuela, en el año 2004, fue
promulgada la Ley de Extranjería y
Migración (LEM), que tiene como “objeto
regular todo lo relativo a la admisión,
ingreso, permanencia, registro, control
e información, salida y reingreso de los
extranjeros y extranjeras en el territorio
de la República, así como sus derechos y
obligaciones”. Dichas disposiciones son
aplicables sin distinción de la condición
migratoria del extranjero. El marco jurídico
venezolano reconoce constitucional y
legalmente igualdad de derecho entre
nacionales y extranjeros, con las limitaciones
establecidas en la Constitución y la Ley; y
dentro de la categoría de extranjeros no hace
discriminación alguna en cuanto al trato
de los migrantes con diferente condición
migratoria al afirmar que las disposiciones
de la LEM se aplicarán a los extranjeros y
extranjeras que se encuentren en el territorio
de la República, independientemente de su
condición migratoria.
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Citando la disposición del Art. 13 de la más limitaciones que las establecidas en la

Ley de Extranjería y Migración encontramos
que “…los extranjeros y extranjeras que
se hallen en el territorio de la República
Bolivariana de Venezuela tendrán los
mismos derechos que los nacionales, sin
Constitución de la República Bolivariana de
Venezuela y en las leyes”. Esta disposición
alude a los diferentes derechos reconocidos en
la constitución y que conforman el ejercicio
pleno de los derechos de un ciudadano.

Derechos establecidos en la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela

Derecho a la vida Art.43

Derecho a libre desenvolvimiento Art. 20
Igualdad ante la ley Art. 21
Acceso a la justicia Art. 27
Derecho al amparo Art.26
Debido proceso Art. 49
Libertad personal Art. 44
Derecho a la integridad física Art. 46
Inviolabilidad del domicilio Art. 48
Libertad de culto y religión Art. 59
Libertad de expresión Art. 57
Honor y vida privada Art. 60
Derecho asociación sin fines políticos Art. 53
Unidad familiar Art. 75
Derecho a la vivienda Art. 82
Derecho a la salud Art. 83 y 84
Libertad de tránsito condicionado a tener documento identidad Art. 50
Seguridad social Art. 86

Por ello que en teoría podemos afirmar
que los extranjeros y extranjeras que se
encuentren en el territorio de la República,
tendrán los mismos derechos que los
nacionales, sin más limitaciones que las
establecidas en la Constitución de la República
Bolivariana de Venezuela y las leyes. (Art.
13 LEM) y de acuerdo a artículo 3 de la
LEM esta disposición también es aplicable
a los extranjeros independientemente de su
condición migratoria. Con esta disposición
se da cumplimiento a la aplicación del
estándar internacional de no distinción entre
un extranjero y un nacional para el ejercicio de
derechos, sin embargo, en la práctica existen
todavía muchas limitaciones en el ejercicio
de los mismos, tanto por los nacionales, como
por las autoridades públicas en el ejercicio de
sus funciones.
El respeto al núcleo mínimo de derechos
humanos de personas migrantes:
Los sistemas internacionales han
reconocido la importancia del respeto
y garantía de los derechos humanos

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independientemente de la situación
migratoria en la cual se encuentre la persona.
Igualmente, el SIPDH, hay establecido
estándares mínimos de respeto en el caso de
la población migrante. A esto se ha referido
como el núcleo mínimo que los estados partes
en la Convención Americana sobre Derechos
Humanos (en adelante La Convención),
como es el caso de Venezuela, deben respetar
y garantizar.
A pesar del debate, es generalmente
aceptado que existe un “núcleo central”
de derechos, algunos de los cuales
pueden expresarse como prohibiciones,
y determina las garantías mínimas
a las cuales los seres humanos tienen
derechos simplemente por ser humanos.
Estos derechos existen en el “derecho
consuetudinario”, lo que significa que
están reconocidos como ley que vincula
a todos los Estados, aún si no aparecen
por escrito en algún tratado. (Negrillas
y resaltado nuestro).
El reconocimiento de este núcleo mínimo
de derecho no es por demás una prerrogativa
del estado, sino que arte de la formación
del derecho internacional y en espacial
el derechos internacional de los derechos
humanos. El respeto al núcleo mínimo de los
derechos son aplicables a todas las personas
y a todas las categorías de migrantes, bien se
refiera a migrantes trabajadores o económicos,
refugiados, personas desplazadas u otras. A
todas las personas involucradas en el proceso
de la migración se les garantizan estos
derechos fundamentales7.
7 Derechos pertenecientes al núcleo mínimo de derechos según OIM: derecho a la vida, prohibición contra el genocidio,
prohibición contra la esclavitud/comercio de esclavos, prohibición en contra de la tortura y otros tratos crueles, inhumanos
o degradantes, prohibición en contra de detención arbitraria prolongada, prohibición en contra de discriminación racial
sistemática, derecho a la autodeterminación, derecho a un tratamiento humano como detenido, prohibición en contra de
medidas penales retroactivas, derecho a la igualdad ante la ley, derecho a la no discriminación, derecho a dejar un país y
retornar al propio país, y el principio de no devolución.
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A continuación, presentamos la
aplicabilidad de este principio refiriéndonos
a los derechos específicos consagrados en
la Convención y que tienen repercusiones
específicas en el caso de la población
migrante.
El reconocimiento de los derechos
civiles y políticos:
Los derechos civiles. Derechos tales
como el derecho a vida, integridad física y
libertad personal, la no privación arbitraria
de la libertad, condiciones de detención,
debido proceso en los trámites migratorios,
garantías de defensa frente a violaciones,
son especialmente protegidos en caso de
la población migratoria en virtud de su
vulnerabilidad. El Estado debe respetar estos
derechos y garantizarlos a los migrantes igual
que a cualquier otra persona. De igual manera
es importante destacar “la protección que
debe prestar el Estado en la determinación
estricta de las causas y condiciones para
proceder a la detención en el ejercicio de
su control migratorio, así como la garantía
de un juez independiente e imparcial en el
control de la legalidad de la detención y de su
duración por un tiempo razonable”.
En caso de detención, existen estándares
internacionales derivados de la Convención
Americana que deben ser aplicados a los
trabajadores migratorios y sus familias.
La legislación migratoria venezolana
contiene disposiciones que protegen a las
personas migrantes contra la trata y el tráfico
de personas. Situaciones de gran vulneración
de derechos son tipificadas en la legislación:
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Facilitación de ingreso ilegal (artículo 52 de
la LEM), Explotación laboral de migrantes
(artículo 53 LEM), Promoción de la
inmigración ilícita (artículo 55 LEM), Tráfico
ilegal de personas (artículo 56 LEM). A pesar
de que existe la tipificación de los delitos
migratorios todavía los órganos nacionales
tienen muchos retos frente la aplicación de
los mismos.
El acceso a la justicia y garantías
judiciales: cuando hablamos de población
migrante, el debido proceso legal debe ser
contemplado en un sentido amplio, abarcando
las instancias judiciales, administrativas y de
cualquier orden, civil, penal, laboral.
En este sentido, ha sido particularmente
importante “la determinación de los
componentes del debido proceso en sede
administrativa, en especial, a) adjudicador
imparcial, b) derecho a ser oído, c)
Información, traducción e interpretación d)
representación legal, e) revisión judicial,
f) acceso a autoridades consulares y g)
condiciones de detención apropiadas.
Igualmente e SIPDH ha establecido a
prohibición de deportaciones masivas de
migrantes “indocumentados”.
Los SIPDH han puesto de manifiesto la
importancia del respeto al debido proceso y
las garantías judiciales en lo que se refiere
al tratamiento de personas migrantes. La
vulnerabilidad a la cual se encuentra expuesta
esta población solo puede ser reducida con la
protección debida a las garantías procesales.
Venezuela ha reconocido en la LEM la
vigencia de este principio de protección y ha
establecido en sus disposiciones la especial
importancia que tiene la contemplación de las
normas del debido proceso. En este sentido el
artículo 15 de la LEM ser refiere al Derecho
a la tutela judicial efectiva y lo define en los
términos siguientes:
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Los extranjeros y extranjeras tienen
derecho a la tutela judicial efectiva en
todos los actos que a éstos conciernan o
se encuentren involucrados con respecto
a su condición de extranjeros. En los
procedimientos administrativos que se
establezcan en materia de extranjería se
respetarán en todo caso las garantías
previstas en la Constitución de la
República Bolivariana de Venezuela
y las leyes sobre el procedimiento
administrativo, especialmente en lo
relativo a la publicidad de los actos,
contradicción, audiencia del interesado
y motivación de las resoluciones. Los
actos y resoluciones administrativas
adoptadas en relación con los extranjeros
y extranjeras, serán recurribles de
conformidad con lo establecido en
esta Ley y en la ley que regule los
procedimientos administrativos, en
cuanto le sean aplicables. Igualmente la
ejecución de los actos administrativos
relacionados con la condición o situación
jurídica de los extranjeros, se realizará
conforme a lo establecido a tal efecto
en esta Ley y por las disposiciones
consagradas en la ley que regule los
procedimientos administrativos, en
cuanto le sean aplicables. (Negrillas y
resaltado nuestro).
Los procesos de detención y la actuación
de las autoridades venezolanas en la materia
es quizá uno de los aspectos más preocupantes
con respecto al tema migratorio. Existen
situaciones en las cuales se verifica la
actuación indebida de las autoridades, durante
los detenciones, traslados y alojamiento de
las personas migrantes en comisarías.
Uno de los grandes problemas en esta
área es el desconocimiento de los derechos
de las personas migrantes y la desarticulación
con que se despliegan los operativos de
verificación migratoria. Las autoridades
como la policía nacional o la guardia nacional
realizan solicitudes de documentos como
una forma de amedrentar y extorsionar, lo
cual deriva en abuso a esta población. Esto
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limita de una forma muy seria las exigencias
que podrían hacer las personas migrantes
con respecto al respeto de sus derechos y
se configura en un espacio para que estos
derechos sean vulnerados. Igualmente, existe
un desfase entre situaciones ocurridas y las
que son denunciadas ante las autoridades
competentes, debido al temor de las personas
migrantes a ser deportados o a recibir alguna
sanción por su condición migratoria.
Estos operativos o solicitudes de
documentos realizados por la policía
nacional, la guardia nacional y las policías
locales, no facultados para ello, propicia
que los migrantes sean objeto de otro tipo
de vejaciones, tales como abusos sexuales,
principalmente en agravio de mujeres y
niños, lesiones, robos y extorsiones. De
acuerdo a los estándares internacionales los
países deben adoptar las medidas necesarias
para que únicamente sean las autoridades
competentes las encargadas de llevar a
cabo el control y regulación de los asuntos
migratorios.
Derechos políticos: uno de los
derechos más limitados en la mayoría de
las legislaciones son los derechos políticos.
Tanto el derecho al voto como el derecho a ser
elegido siguen siendo derechos exclusivos de
los nacionales. La comunidad internacional
coincide en que los derechos políticos son
de ejercicio exclusivo de los nacionales
de un determinado Estado, en virtud de
los principios de soberanía popular, orden
público y defensa de la nación. Igualmente
lo considera el ordenamiento jurídico
venezolano8 que sin embargo, establece
ciertas variantes a esta restricción, de manera
8 “Artículo 40. Los derechos políticos son privativos de los venezolanos y venezolanas por nacimiento, salvo las excepciones
establecidas en esta Constitución. Gozarán de los mismos derechos de los venezolanos y venezolanas por nacimiento los
venezolanos y venezolanas por naturalización que hubieren ingresado al país antes de cumplir los siete años de edad y
residido en él permanentemente hasta alcanzar la mayoridad”.
“Artículo 51. Salvo las excepciones previstas en la Constitución y en las leyes de la República Bolivariana de Venezuela, el
ejercicio de los derechos políticos es privativo de los venezolanos y venezolanas”.
107
Revista DIP DDHH 2012-1 107
Beatriz Borges Urrutia.
que los venezolanos por naturalización y los
extranjeros pueden tener derecho al voto en
ciertas circunstancias excepcionales.
De acuerdo con el artículo 64 de la
Constitución:
Son electores todos los venezolanos
y venezolanas que hayan cumplido
dieciocho años de edad y que no estén
sujetos a interdicción civil o inhabilitación
política. El voto para las elecciones
estadales, municipales y parroquiales
se hará extensivo a los extranjeros que
hayan cumplido dieciocho años de edad,
con más de diez años de residencia en el
país, con las limitaciones establecidas
en esta Constitución y la ley, y que
no estén sujetos a interdicción civil o
inhabilitación política.
Del reconocimiento de los Derechos
Económicos, Sociales y Culturales (DESC):
En cuanto a los derechos culturales es
muy importante reflexionar sobre los retos
que implica la convivencia en sociedades
plurales. Los principios de tolerancia y
respeto que imperen en una sociedad son
primordiales para el ejercicio de los derechos
de las personas migrantes. La garantía de
estos derechos depende en gran parte del
elemento social y cultural imperante y
requiere por parte de los estados poner en
práctica una buena gestión de la diversidad,
que se encuentre encaminada hacia el respeto
a los derechos culturales.
Para el ejercicio de los derechos
culturales es de vital importancia la lucha
contra las discriminaciones y la aplicación
de las normativas relativas a los derechos
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 Informe de Investigaciones Educativas. Vol. XXVI, año 2012
humanos. En este contexto la sociedad civil
juega un rol muy importante y tiene una gran
injerencia en las mejoras de la convivencia
intercultural y los retos que plantea la
cohesión social.
Para lograr un entorno con menos
características de segregación, de exclusión
social y sentimientos de injusticia y
desigualdad es importante la promoción de
una visión tolerante a costumbres y usos
derivados de otras culturas.
En cuanto al derecho a la cultura la
constitución venezolana tiene un amplio
catálogo de derechos establecidos y, de
acuerdo a los criterios de no distinción entre
nacionales y extranjeros, son de igual manera
aplicables a las personas migrantes que se
encuentren en Venezuela.
En cuanto a los derechos sociales el
SIPDH ha determinado que los estados deben
procurar el acceso a los derechos sociales
básicos, así como el acceso a la educación
y salud en igualdad de condiciones. Existen
importantes observaciones en el SIPDH sobre
la adopción de medidas tendientes a legalizar
y regularizar la situación de trabajadores
indocumentados, y en especial la de sus hijos,
ya que la misma les impide el ejercicio de
derechos fundamentales tales como la salud
y la educación.
En cuanto a los derechos laborales el
SIPDH ha determinado que se debe reconocer
los derechos de los extranjeros derivados de
la relación laboral sin importar su condición
migratoria. Los derechos laborales de las
personas migrantes en condición irregular
surgen de su condición de trabajador. Por ello
el Estado debe procurar que las relaciones
contractuales cumplan con los estándares y
que los trabajadores puedan acceder al sistema
de justicia para reclamar ante cualquier
violación. Se debe proteger especialmente
108
Revista DIP DDHH 2012-1 108
el derecho a trabajar en condiciones dignas y
recibir una remuneración adecuada.
Igualmente se ha señalado que es deber
de los estados garantizar la prohibición
del trabajo forzoso y del trabajo infantil,
la protección a la mujer trabajadora, la
protección al derecho a asociación y
sindicalización, negociación colectiva y
salario justo por trabajo realizado, seguridad
social, garantías judiciales y administrativas,
duración de la jornada, condiciones laborales
adecuadas, descanso e indemnización.
Mediante los convenios 111 y 143
de la OIT, el Estado se compromete a
aplicar una política nacional destinada a
promover y a garantizar la igualdad de
oportunidades y de trato en materia de
ocupación y empleo, seguridad social,
derechos sindicales y culturales y libertades
individuales y colectivas. A su vez, en el
marco jurídico interno, la LIC (Ley de
Inmigración y Colonización) establece 2
medidas antidiscriminatorias en los aspectos
referentes al fomento a la inmigración: la
asistencia al inmigrante al arribo al país y
la exoneración del servicio militar si adopta
la nacionalidad venezolana (Art. 7, numeral
1) y estableciendo la concesión gratuita de
tierras de cultivo en terrenos baldíos (Art. 9).
En el caso de trabajar sin un visado
laboral de conformidad con el numeral 2
del artículo 38 de la LEM dispone que “…
los que hayan ingresado al territorio de la
República para desempeñar actividades
sometidas a la autorización laboral y no
cumplan con dicho requisito estarán sujetos a
medida de deportación”. Sin embargo, la ley
prevé la protección para aquellos que aunque
trabajando sin el visado correspondiente
puedan ejercer sus derechos. De acuerdo a
la LEM un trabajador no puede ser privado
de sus derechos laborales. El trabajador
extranjero tiene derecho al cobro de todos
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sus beneficios laborales al igual que un
nacional. Según el artículo 49 de la LEM,
los trabajadores extranjeros tendrán derecho
a percibir los salarios, prestaciones sociales
y todos los beneficios establecidos en la
ley que regula las relaciones de trabajo,
contrataciones colectivas y demás leyes
sociales aplicables con ocasión de la relación
laboral.
Existe a su vez una sanción para aquellos
patronos que contraten a personal sin la debida
autorización. De acuerdo con el artículo 36,
numeral 3, de la LEM, todo empleador que
contrate extranjeros y extranjeras ilegales
para la prestación de determinado servicio
será sancionado con doscientas unidades
tributarias.
La ley también prohíbe la explotación
laboral de personas migrantes. Esto es
calificado como delito y lo cometen quienes
empleen a extranjeros y extranjeras cuya
estadía en Venezuela sea ilegal, con el
objeto de explotarlos como mano de obra
en condiciones que perjudiquen, supriman o
restrinjan los derechos laborales que tuviesen
reconocidos por disposiciones legales,
convenios colectivos o contrato individual.
La pena es de 4 a 8 años de prisión.
…si bien el país siempre ha requerido,
para el cumplimiento de sus programas
de desarrollo, de la mano de obra
calificada extranjera, su realidad
inmigratoria ha sido de mano de obra
no calificada y contratada en condiciones
de irregularidad. Esto es consecuencia
de haber prevalecido una política de
admisión de extranjeros sin estrategia
y sin objetivos definidos, los cuales
terminan distorsionando la esencia
de la sana política inmigratoria que
se ha requerido, generando, por el
contrario, indeseables efectos sociales.
El gran problema es, en consecuencia,
que la inmigración no ha sido del
todo planificada. En lugar de instaurar
109
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Beatriz Borges Urrutia.
mecanismos reales --y no sólo en el
espíritu de las políticas deseadas, como
aquella de la ‘inmigración selectiva’ de
los años 60-- que permitan el ingreso
de aquella mano de obra especializada
que las actividades económicas del país
reclaman, lo que se observa son las calles
de las principales ciudades llenas de
inmigrantes (no sólo colombianos, sino
también ecuatorianos, peruanos, haitianos
y trinitarios) realizando actividades del
sector informal. Inmigrantes que, a
su vez, compiten desde el punto de
vista social con los nacionales por los
limitados espacios en materia de empleo,
de salud, de educación y de servicios,
particularmente en las zonas fronterizas.
Conclusiones
Hoy en día contamos con un gran
desarrollo de enfoque de derechos para la
protección de las personas migrantes en los
sistema internacionales. Tenemos consenso
y avances significativos en la creación de
una agenda de los derechos humanos de
los migrantes. Esto se ha verificado en el
trabajo de los sistemas internacionales en
los informes, la jurisprudencia, las opiniones
consultivas, las recomendaciones emanadas
de los procedimientos especiales de las
Naciones Unidas, así como los informes
producidos por Comisión Interamericana de
Derechos Humanos. Igualmente los relatores
especiales en la materia han contribuido
a hacer más visible la situación: desde
Naciones Unidas con el relator especial
sobre los derechos humanos de los migrantes
de las Naciones Unidas, y desde la Comisión
Interamericana con el relator especial para la
migración. Esto quiere decir que contamos
con una plataforma normativa y referencial
para la actuación de los estados.
En el caso de Venezuela vemos que
existe una legislación que contiene aspectos
muy positivos en los que se incorporan los
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 Informe de Investigaciones Educativas. Vol. XXVI, año 2012
principios más importantes en materia de
derechos humanos. Igualmente, vemos que la
sociedad venezolana sigue siendo en líneas
generales una sociedad abierta y tolerante a
la migración. Sin embargo, sigue siendo una
deuda pendiente la reflexión inicial sobre los
retos de aplicación de la legislación interna,
así como la organización y funcionamiento
de las instituciones públicas de forma
eficiente para brindar la protección debida a
las personas migrantes.
Creemos firmemente que superar las
deficiencias en la protección de las personas
migrantes parte de la voluntad política del
gobierno en esta materia. Seguir dando pasos
hacia adelante es el siguiente objetivo principal.
El Estado venezolano debe demostrar su
compromiso con la protección migrante y
una forma de hacerlo es suscribiendo la
Convención sobre trabajadores migrantes y
sus familiares, expresando así su voluntad y
su compromiso frente a la protección de los
derechos humanos.
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Revista DIP DDHH 2012-1 110
Referencias
Bustamante, Jorge A. La vulnerabilidad de los
migrantes internacionales como sujetos de
derechos humanos, ver en revista www.
revistainterforum.com.
Corte IDH. Condición jurídica y derechos de
los migrantes indocumentados. Opinión
Consultiva OC-18/03 del 17 de septiembre
de 2003. Serie A No. 18.
Comisión de Derechos Humanos del Distrito
Federal. Informe sobre el cumplimiento
de las obligaciones del Estado Mexicano
frente a la Convención Internacional
sobre la Protección de los Derechos de
Todos los Trabajadores Migratorios y de
sus Familiares. México, Distrito Federal.
Marzo, 2011.
El principio de no discriminación está
establecido en el artículo 2 de la LEM.
Los extranjeros y extranjeras que se hallen en
el territorio de la República Bolivariana de
Venezuela tendrán los mismos derechos
que los nacionales, sin más limitaciones
que las establecidas en la Constitución de
la República Bolivariana de Venezuela y
en las leyes. Artículo 13. LEM.
Corte IDH. Condición jurídica y derechos de
los migrantes indocumentados. Opinión
Consultiva OC-18/03 de 17 de septiembre
de 2003. Serie A Nº. 18.
CIDH, informe de sobre República
Dominicana, CIDH, Cap. IX, parr. 363
y 364.
Corte IDH. Condición Jurídica y Derechos
de los Migrantes Indocumentados.
Opinión Consultiva OC-18/03 del 17 de
septiembre de 2003. Serie A Nº.18.
06/11/13 13:54
 Beatriz Borges Urrutia.

COMITÉ PARA LA ELIMINACIÓN DE

LA DISCRIMINACIÓN RACIAL
I N F O R M E S P R E S E N TA D O S
POR LOS ESTADOS PARTES DE
CONFORMIDAD CON EL ARTÍCULO
9 DE LA CONVENCIÓN Decimoctavo
informe periódico de los Estados Partes.
VENEZUELA, 14 de junio de 2004.

Dávila, Luis Ricardo. Fronteras confusas:

impactos sociales de la migración.
Revista virtual de Estudios literarios y
centroamericanos. Ver en http://istmo.
denison.edu/n04/artículos/fronteras.
html#texto1.

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