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2 - Ansaldi - La Trunca Transición Del Régimen Oligárquico Al Régimen Democrático PDF
2 - Ansaldi - La Trunca Transición Del Régimen Oligárquico Al Régimen Democrático PDF
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la do111i11aci(>11 oligárquica a la dernocníticn, proceso que se inte- vadurismo de lil Cií111arn ílaj¡1 fue roto pm la prt'SL'lll'ia de \cinti.
rrumpe y trunca, no slÍlo por el golpe militar de setiembre de 19.\0 d(ÍS voc(:s opositmas: tn:ce diputados radicales. seis cívicos na··
sino ta!llbién por los lílllitcs que tienen la prnpia de111ocratin1citín cionales. dos socialistas y un liguista del su1. En las clcc\:ioncs
política (por la exclusiérn de las mujeres y ele los habitantes de los co111plc111entarias de 191 J. c11 la ciudad de Buc'nus Airl's. vrnci(í
Territorios Nacionales) y el mismo proceso de lransicicín (tocia el Partido Socialistíl ( PS ). l'ud1a"que consagraba un sc1wdi)r v
vez que for!llas de do111inacicín oligárquica persisten a niveles otrós dos diputados. La elección de Enrique del Valle '1berluce~1
provinciales). como senador capit.alino COlllllO\'iÓ prolu11da1ncnte a los sectores
La ley 8.871, co!llo es sabido. establece un nuevo régimen elec- co11sc1 vadorcs, que consideraban peligrosa la i1wo1 poi aci('m al
toral de sufragio universal !llascul ino, secreto y obligatorio pa1 a Senado -'-baluarte y reaseguro oligá1quico-- de 11n socialista re-
mayores de 18 aíios. con asignación de dos terceras parles de car- volucionmio. (En 1C)2 l se tOlll<ll ían la 'cvanch:l' volaban s11 des-
gos por elegir a la lista que obtenga mayor cantidad de votos y el afuero y lo ponían a dis1
tercio restante a la que le siga (técnicamente, el sistema de 1·010 posición de la justicia fe-
resrringirlo o /i111if({(/o). Quedan excluidos del derecho a voto las dcr<.11 acusado de sedición,
mujeres y los extranjeros de ambos sexos. c01110 ta!llbién aquellos por su apoyo a la revolu-
varones argentinos cornprenclidos por raz.ones de incapacidad ción soviética.) El 111is;110
(cle111enles. sordomudos). de estado y condición (eclcsi<Íslicos. aíio 1913, el PS ganaha
militares, policías, presos, mendigos) y/o de indignidad (dic1 ca- las elecciones cco111u11ales
sos, entre ellos el de los clueiios ele prostíbulos). La ley 110 se apli- realizadas en la smeiia lo-
ca en los Territorios Nacio11alcs. cuyos lwhitantes v;11ones argen- calidad cmdobcsa de
tinos mayores de 18 aiios no tienen derecho a voto en las eleccio- Laboulaye.
nes nncinnalcs. En las legislativas de
La ley, irnpuls:1da pm los sectores 1n111.1.fin111i1/11.1 (en el sentido 1()1-f. el .socialislllo 1cpi-
gra!llsciano, es decir, co!llo accicín política que procura decapitar tit'> su triunfo en la ci11dad-
polílicn C' iclcológicamcnlc n lns clnscs s11hnl1er11í1s 111cclia11tc In i11- puerto incorporando a
tcg1:1ci(í11 dl' sus i11tclcctu:1lcs! til' 1:1 hu1g11csí:1 :ll)!l'lltin:i. ¡wrsiglll' (1l1os cinco di¡111!ad(1s y el
descomprimir la presión de los sectores excluidos del sistema de 1adicalismo ganaba en
decisión política y, en una dimensión de mayor envergadura, per- Entre Ríos y Santa Fe.
mitir la libre competencia electoral e11tre pmtidtlS social!llentc re- Los resultados de ellas'
presentativos. La ley no es sólo la instauración de un nuevo régi- pt oducen una recornposi-
men electoral: el la es insepat able de un proyecto ele ingeniería cicín ele la 1epresentación
política de mayor envergadura. dentro del cual es clave la consti- parlamentaria. De las 63
tución de un partido orgánico de la burguesía democrática, un ob- bancas de diputados pues-
jetivo no logrado pese al i11te11to del primer Partido De1rníe1ata tas en disputa, el olicialis-
Prngresista. lllo conservador obtenía
El nuevo sistema se apliccí por primera vez en elecciones para 33 y la oposición, con si -
elegir diputados 11acio11alcs, el 7 de abtil C:c 1912. La Uni(rn Cívi- de rada en bloque, .\O ( 21 1l· 11111/11<' rll'i \;,¡¡<' fhcrl11c n1 j1111/u 11 i\;íc nl<i1 11'1 /"
ca Radical (UCR) triunfó hol¡Iadalllcnte en la pruvi11cia de Santa 1adicaks. 7 socialista~. ' ¡ Cj? I
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liu:uisr;.is del sur) Los conservadmes continuaban siendo mayoría,
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p~ro los guarismos electorales indican t:lararnente la real relación
de las rllerzas sociopulíticas_
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La muerte de Sáem Peñ<t tn 191-L rte111plan1dt> por el vicepre-
sidente Yictorino de la Plaza, y los resultaclus de ese año y clel
si!!uienle (en 1915 los radicales ganan la gobernación e.le Córdo-
[i,;, sumando a Santa h: y Entre Ríos la tercera provincia bajo su
dirección) generaron la ofensiva de los g1 u pos c6nservaclores
antirrelormistas -particulannente los lide1 ados por el goberna-
drn de Buenos Aires, fVlarcelino Ug~nte--, p1urnoto{es de la dern-
gación de la ley_ E111pern, las presiones í.10 alcanzaron el objetiv~i ~,
se llegó a las elecciones pre:.idenciales del 2 de abril de 1916 c~rn
lorme los deseos ele! lallecido presidente y las disposiciones
1
de la
ley 8 87 ¡_ -¡
En wl fecha ~e 1ealiznroq _los primeros co'n1lcios para escoger
electores de presidente y vice mediante el procedimiento del voto
secret(YV obligatorio Sobre un total ele: l .189.254 ii1scriptos en el
padrón ~lectora] (más o menos el 15 l/( de la pobh\ción total), vo-
taron 7-t5.875 Si bien la participación real (62 7 c;o
es signilicati-
va, no 1~1enos cii::no es qué apenas roricbba el l O % de la pobla-
L·íón total y el 30 l!o ele la población mascu!iíw 1~iayor de 18 años_
I.i1w1d1i1 de /u fo11e con ddc,1;111!01 de !1111'/llJ\ 1\11e1 en /l)/(;
A la l'Xclusión legal dé las mujeres y de los extranjeros se smnaba
una ali·;tención coyuntural 1elcvante d ~ vanrnes en condiciones de
ejercer la ciudaLbnía' política. 37.3 p()1 ciento. Este alto ni\·el de
1 su peor elecL·ión ocupandl) el te1ce1 lugar, con sólo 17.J 1;{ de los
abstcncioni~mo -pese al carácter ol>lip1torio del voto-;:- tal vez sul1agios
sea t:xplicable pm las condiciones histó< icas en las cuales se pasa El novel Partido Dcmóc1ata Progresista (POP), intento de
de los pnll·edimiento~ oligú1~quicus a los clernocráticos_ Es decir. n,institución de un pa1 tido mgúnico de Ja derecha, se presentó
en raz6;1 de lp adopción de una vía rúpida, segt'.i'.n 1~1 cual el pa's<;.it:: sólo en seis distritos --Capital }::edernl, Córdoba, Corrientes, Sal-
de m1C1 "llegen1rn1f¡: cenada" a una puliarquia se realiza a?rppu1- .ta, Santa Fe y Tucum<Íll-, en los cuales lograba 98 876 votos
111enk pm el oturgarniénto tl~pentino del den:clw al sul1 agio ulli- ( 13.23 c1c) En Corrientes y Salta era mayoría, mientras alcanzaba
versal r el segundo lugar en Córdoba, Santa Fe y Tucumún_ El triunfo en
La UCR se pn.:sentó en lc,s quince distritos electornles, obte- 1<1 provincia de Güernes IUe holgado, llegando al 59.8 % de Jos
i1iendu la rmyor cantidad ele votos. 340 802, es decir, 45.59 1/0' del ~ul1agitis En b ciudad de Buenos Aires, donde radicales y socia-
tut¡iJ Lk votos emitidos y 28.65 ck del padrón. Triunfó en seis de listas polarizaban la elección (juntas s:111iaba11 89-4 %), el resulta-
ello~: Capital fede1al y prnvincias ele(' );doba (con un categórico do le fue muy poco lavornble ( 10.6 por ciento) La fórmula pmti-
67.5 %.), Entre Ríos, ivlenduLa, Santiagu del Estero y Tucumfo_ d;1ria Li~andro de la Torre-;\ lcjandro Carbó engrosaba el número
Obtuvo el segundo lugar en oLIO~ L1cho_ Buenos Aires, Catamarca, de electore~; merced a los 14 elegidos por los Partidos Demócrata,
Corrientes, Jujuy, La Rioja. Salta, Sail Juan y Sanra Fe, provincia de San Luis. y Co11ce11tración Conse1 vadora, de Catamarca .
. doncle se impuso la LJCR clisiclente (ambas fracciones sumaron el Las formaciones provinciales que en principioideberían haber
66.3 i/c )_En el distrito resta11te, Sau Luis, el radicalismo realizaba integrado el PDP linalmenle opta10n por mantener la constelación
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del conscrvadurisp10 olig{Jrquico. de nítido perfil caudillisla Y nas centrales !pampeanas] al niw,I de la participaci<in 'a111pli;1d:1· 1
clientclista. Esta cor riente obtuvo una victo1 ia apretada en la p1 o- a través del cxis,tenlc siste111;1 de pa1tidos"---. succsicín ck la ctap:1
vincia de Buenos 1\ircs (sólo 3 1/c arriba del radicalisrno) Y unas de democracia representativa con participación limitada de 1\1..;
hol!~adas en La Rioja (en ambas con la denominación Partido años 1880-1916.
C01~servador), .Jujuy. (Partido Provincial) y San .luan (Concentra- /\quí. en cambio. se pl;rntca una 11ansicicín del r¿'gimcn polí1iui
ción Conservadora). En fvle11do1a, San Luis y Santiago del Estero olig;ín¡uico al denwnütico. ¡;~ste es ampliado no scílo por incorpo-
ocupó el segundo Jugar En suma. Jos co11servado1es lradici<_irialcs rar úl sistema de decisio11es políticas "a las clases de lorrnacicín .:r
alcanzaron el 2.') % del total de votos para electores ele p1esI<kntc reciente'' (media y obrera). corno en el esquema gerrnaniano.
y vice. . . sino. qui7.ás sobre todo. por hacer elcctivamcnte pusihlc el ejerci-
El Partido Socialista fue opción elect01 al .en catorce distritos cio del sufragio masculino '.~n un país en el cual a nivel nacional
(sólo ausente en Jujuy), pero apenas fue votado por 66J97 c~uda _:no así en los provinciales y locales- no ha habido. histcírica-
danos (8.8 9'r), con una importantísima votación en Capital hele- mente. lormal restricción a su universalidad.
ra!, donde lograba el segundo lugar (41.3 %, casi 7 puntos pm En cierto s~ntido --en clave comparativa con otrns casos. in-
debajo del radicalismo) y sus ú11icos 14 elccto1es. '· cluso europeos-. el proceso argentino ele de1110crati1aci(ín políti-
En términos ele composició11. los 300 miembros del Colegio ca se despliega con más rapide7 que lentitud -en rigor. ternpran;1
Electoral se distribuían en cinco bloques: radicales ( 133 electo- y súbita-, al menos en materia de univers:ilidad masrnlina En
res), conservadores (70), demoprogresistas (64), radicales dis~ electo. Ja ley Sáen7 Peña concedió ést:1 después de Fiancia ! 1848-
dentes de Santa Fe (19) y socialistas (14). Para co11sag1ar presi- 1852). Sui7a ( 1848/1879) Alemanin ( 1869/1871 ). bpaña { l 8<í8/
dente y vice eran necesarios 1'.os votos de la mitad müs uno. o sea, 1890/1907). Grecia ( 1877), Nueva Zel;1nda ('18891. Noruega
en Ja ocasión, 151 La fórmula triunfadora no tenía asegurada la ( 1(;97). Australia ( 1903). Finlandia { 1()(16), J\ustria { 1907). Pm!u-
elección por sus propios electores (le fallan 18 votos), mientras gal (1911). Lo hace antes de lialia ( 1912/1918). Islandia (1915).
los olios 1(i7 no conformaban una alianta antiiradical. De ellos, Dinamarca (1915/1918), Países 3ajos (1917) Luxemburgo
78 tenían mandato para volar fórmulas predefinidas (64 por la del (1918/1919), Gran Bretaña (191~~). lrlanda (J918/1922l. lklgica
PDP. 17 por la del PS) y los restantes 89 (70 cons~rvadores Y 19 ( 1919). Canadá ( 1920). Sueci<i ( 1921 ). lapc)n ( 1925) En 11111chos
radicales disidentes) carecían de mandato ·1mperat1vo o casos, la electiva democratización y univcrsali7ación m<.sculina
vinculante. El POP y el conservadurismo no slÍlo fracasaron en la del sufragio argentino son müs estrictamente tales qu,e en otros de
un i!icac ión de sus ruer1as (lo cual era parte de la di 1icu ltad de Jos países señalados. en algunos de los cu;iles persistían lirnitacin-
constitución del partido mgánico de la derecha), sino que éstas se nes. formas o cláusulas restrictivas (como en Gran Bretaña. por
rea lineaban de tal manera que en las juntas electorales 104 ;'otos ejemplo. país en el cual el derecho especial de sulragio para uni-
fueron, en Ja eleceilÍn de presidente, para el conservador Angel versitario~ rigió hasta 194g. o en Alemania. donde en Prusia per-
Rojas, sólo 20 (ele los 64 originales) para Lisandrn ele la Torre Y 8 sistió hasta 1918 un régime11 de sufragio desigu;il. indirecto \
para Alejandro Carbó. Los 14 disciplinados electores suc1alrstas abierto en paralelo con el universal. o Portug;1L donde -pese a la
votaron por el candidato del partido, Juan 13 . Justo ley ele 1911- sólo se votó de modo \ erarn1enle de111ocrüticn tras
¡\hora bien, como se ha dicho antes. la demnc1acia política que Ja "Revolución cle¡los claveles'" de 1974. o en Estados Unidos, en
comienza a construirse en J 9 J 2 era, al mismo tiempo. aml(liada, los cuales los afroa111ericlrnos deberán esperar hasta Jos años '60
en un sentido, y restringida. en otro. Ampliada. no tanto en el sen- para ver eliminadas 11 abas diversas para el ejercicio de la ciuda-
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tido asignado por Gino Germani. para quien el período 1916- danía).
19.10 es ~el de la clemocracia representativa con participación am- I~I temprano acceso a la cl;cctiva p1 ;íctic;1 del siilragio unin~rsal
pliada -dentro de un contexto que él caracteri1aba co_1110 de "in- masculino no tiene equivalente en el otorga111iento del ferne.nino.
tcgracicín inestable de Ja poblaci6n m:ti\ a '1110\ 1111.ada de las 1c,i- que se concederá s<\lo en 1947. tan 'tarde corno Italia. F1a11ci;1
( 19-J(iJ. y faptíq ( 19-17), y con ruago 1cspcctu de Nueva Zelanda cado (rnndicic'in de contribuyente. por ejemplo) en el pLmu muni-
( 1893), hllarnlia (19lJ6J, Aust1alia ( \008), Países' Bajos (1913), cipal, el mús decisivo para una electiva descentralización y de1110-
; 1 hlandia ( 1915), Austria, Dinamarca ( ') 18¡, Alemania, Luxe111- cra1i1acil'ín del poder, plano que sigue pe11sé1ndose como adminis-
ln1rgo ( 1919), Canadá ( 10:.:'0), Suecia ( 1021 ), Gran Bretaña trativo, no como político. A esta lil!litación suele surnarse la resul-
( 1928), pcrn, de tndos modos, antes que en Bélgica ( 1948), Gre- wnte de vedar el derecho ele VlltO para elección de autoridades
cia ( 1952 ), Su in1 ( 19 7 1) y Poi tu gal ( 197 4) có111unales a quienes viven en pulil<tciones por debajo de un cierto
La práctica electiva del sulrngio universal masculino generada ntírnero de habitantes.
por la k:y Sáe111 Peña es t<1111bién rnús notable que la de otrns paí- La ley Stíe1JL Peña permitió. en lo sustantivo, la creación ele un
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ses lati11uamerican1ls en los cuales existe desde la segunda mitad sistema de partidos competitivo o, colllo dice Giovanni Sartori, el
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del siglo XIX, rnn¡o Colombia \ 1853 J, Ecuador ( 1861 ), Guate- pasaje de un sistellla de partido predominante a un sistema de par-
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mala, Reptíblica Dpn1i11.ica11a ( 1865), Paraguay ( 1870), El Salva- tidos de plmalismo limitado En términos de ejercicio del poder
dor ( l 883J. Nica1;1g11a ( 1893), llondqrns, Venezuela ( 1894) En de clase, la ley hi1.o posible el pasaje de la hegemonía organicista
ellos, adicional111e11te, el voto sólo es sec1eto en Colombia, Ecua- a la hegemonía pluralista, proceso rüpido en el que la nota domi-
dor y lfonduras (t:n lo~ dt.:rnús. recién entre 19-16 y 1967). nante lue la continuiclacl del ca1úcter burgués de la hegemonía.
Ernpt.:ro, el te111prnnu basamento para cunstn1ir una democracia Ella s~ aprt.:cia en cfürintus campos y fue, corno en la fase
política .liberal no es lli suticiente'rnentt: lirme. Tampoco log1'.1 mgani(:ista (1880-1912), particulmmente notable en los campos
111udilicar una de las claves del sistema político argentino, el de la económico (modelo primario-exportador) y cultural, aun cuando
hifacialidad o doble lógi'-·a ele lunciunarniento de la mediación en éste comenzaba a debilitarse la impronta liberal y a cobrar peso
política, la panidaria y la corporalista . Pese a la'ley y su decisivo el catolicismo. También como antes, la dificultad ele la clase clo-
ckcto en la constitución de u11 genuino sistema de pa!lidos, la Jllinante se encontraba en el ejercicio de la hegemonía estricta-
lógica L·01porat isla tiemh_: Cle<.: ientelllC!lte a de fÍ nÍ r él rasgo prt:dO- mente política en este terreno, la lrnctura burguesa en un sector
llli ll<ll1tC de ese sistt:111a conservador que se resistía a abandonar las concepciones y ptücti-
Lus alios Lle la transición de la do!llinación olig(trquica a la de- cas olig<írquicas y en otro clemocníric:o que 110 podía afirni<trse,
111ocrútica y la in¡errupciéln de é~ta rnuestran la pe'rmanencia y el constituye un aspecto clave. Adicionalmente, la burguesía demo-
dcspliL~guc de viejos y estructurales rn1J1j)Lll1entL~s y prácticas de la cnítica no podía -tal vez, incluso, no quería- ampliar la base
rnltu1 a poi ítica argentina: caudillismo. e 1ie11te1 i~mo, intolerancia, social de su dominación inc01porando rnús efectiva y eficazmente
i ntransi uencia. Ira uele e lec toral a las clases subulienws (clase media mbana, obrerns y trnbajaclu-
Et1trc,_ l <) 12 y i 016 se produce un cambio en el r(r:illll'll plllíti- rcs. chacarcros) La solución a esa situaci6n de tensión fue la
co, el rnal no conlleva una cri1is tic E11udo. No la hay puesto que, 1ecurrencia de la burguesía conse1 vadora -incapaz de afrontar
.· ...:gún Jorge Cracia1 cna, nu se u1e..,tlona la 111at1 iL lundamcntal de cun éxito la disputa por el gobicrnu y por el poder mediante los
la dominación social. En cambio, sí hay cri.111 de 11110 fur11111 de prncedilllicntos democráticos- al golpe de Estado militar Signi-
h1wlo. muda la ligura de éste -de f'qad1i uligcín¡11ico a Estadu licé1livamcnte. en 1930 la ausencia mús nutalilc es la de las fucr-
i/1·111n< 11í1u" --·. pc1111ancu: inva1i<11llc L1 1claciún lunda111e11wl de 1as dt.:111llu<ílicas. tanto I< s burguesas. en prímc1 lugar, cuanto las
dominaL'iLín de Liase. La ley S;ícn1 Pciia !llodilicü el régimen polí- de las c:lases media y obrera
tico y ampli<Í la pa1 ticipac1L)n en el sistema de decisión política, Posihlc111e11te, tal lkscnlace guarda 1clación con la paradoja de
.iu11 111<1ntt.:nicmlo \Uc.t;111L·ialc:-. lé'>tl ÍLciunes, tales como la cxclu- la etapa de la llcgernoni<1 pluralista: la ampliación ele la democra-
-;ión dt: las lllujert.:s, de los inmig¡antcs e i11cluso dt: los argentinos cia política resalta la clebiliclacl del sistema de partidos pnllticos y
1'csidemes en los Tcnitorios Nacionalt:s. Adicionalmente, las prn- Pa1 J;1m1~nto como vehículo ele mediación entre la sociedad civil y
vincias demoraron su propio proceso de democratización, éll par- la suciedad política Se produjo un proceso ele dii;idencias y frac-
tict!lar en los casus de mantcnirnit:nto del voto censatario o udifi · turas p<11 tida1 ias, algunas p<11ticularrne!llc L:1 uciales, que dificulta-
bala luncicín representativa de los partidos. Los conservadores no partidos no logran· consolidar su p;1pel de rncdiadmcs y :11 ticul;1- \~
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logra1011 co11stituii un venladern partido 11acio11al. El 1adicalis1110 dores entre la sociedad civil y el Estado. tal fracaso se rclue11a
experi111c11l(i desprcmli111ie11tos p1ovi11cialcs de e11vc1gadu1a (l'i1- con el del Parlame11!0 Cll igual runci(1n Es prnbablc que Cll ésll?
cu1rnín, ivk1Hlo1a. San Juan). que originaro11 se11dos pa1 tidos hayan incidido decisivamente tanto la rnednica de 1cprescnt:1- r
(Ba11dcia Blanca, Uni(ín Cívica Radical Lrncinisla. U11i(í11 Cívica ci(ín oligiírquica prolongada durante la !ase de111rn:1ütica cubierta
Radical Bloquista) devenidos mayrnitarios en sus respectivas ju- por 1as a el 111 in is! 1a e io 11 es ra ll i e a 1es. e u a 11 !o 1a, si! u a e i6 n de
risdicciones. y muy especialmente la 1 uptm:1 de 1924.-1925. cuan- entrampamiento institucional en la cual cayó la UCR. en partiCll-
do los rad icalcs oposi lmes a Hipól ilo Yrigoyen. encabe nidos pm lar durante la primera presidencia de Yrigoycn. Fn electo. éste
el prnpio prcsidc11te Alvl:ar, diernn origen a la Unión Cívica Radi- gobernó con un Poder Legislativo adverso que t1ahah;\ u ohstaCll-
cal Antipe1so11alista, co11!orm{u1dose dos partidos que concunie- lizaba la adopción de medidas que requerían el acuc1do parlamcn~
rnn scparéHJos y enr1enlados en las elcccio11es nacionales de 1926 tario. Recién en 1918 el radicalismo alc::rnz6 la mayoría y la prcsi
y 1928. El Pa!lido Socialista se dividió en 1915. 1918 y 1927. ciencia en la Címara de Di¡rntados. consolidando posicirn1e:; e11
dando 1ugar al el ímero Partido Social is ta 1\rgent i no (A 1r1 cdo Pa- 1920-1921. En el Senado. en camhin. la rnayrn ía cpnse1 \ ado1 a
lacios), el Partido Socialista Internacional (luego Partidu Comu- permitía el erectivo desempeño de 1easegurn olig:írquicn
nista) y el Partido Socialista lndependienle, respectivamente. Las Adicionalmente. la p1 üctica cnntuhcrnista -que lo.s co11sL'rvad()-
dos últimas !racturas-sobre lodo la fi/Jcrtino- afectaron lucrtc- ias clesanollaban con eficc:Kia- contribuían complicar el ;iccin-
menle al trnnco partidario. El Partido De1rnícrala Progresista no nar parlamentario de las fuerzas polflicas antiolig;í1q11icas. divi
log1ó articularse como un<1 fuerza política de los sectores bu1gue- diendo a éstas y clilti:,rnclo la clicacia del Pa1 lamci1t•) C(lJl'o :írnhi-
ses transformistas, es decir, una derecha democrcítica -como ha- to en el cual di1 irnir. conrorrnc a regl<:is. las diferrncias. la~ coi11ci_-
bían querido Roque Súcnz Peña, lndalecio Gómu- ni rnmo una dencias. los acue1clns y hasu1 las,fracturao;;
liberal-progresista, con "un colorido casi radical-socialista", se- La composición del Parlame11lo nacional no es u11 datP tri\ i:il
gún la pretensión de Lisandro de la Turre. De hecho. la historia Para Yrigoyen. la crnrelación ele lue!7as ;1clvcrs;1s --r~manc11tc <k
niega la posibilidad presente en la lógica: la de un amplio frente la antigua abrumadora 111:1yoría co11scrv:1dora-- operaba co11111
en favor del afianzamiento de la democracia política, una aspira- una traba a su pillítica ck relmrnas. espcci:ilrnentc en aqucll:1s
ción que comparten radicales, socialistas y demoprogresistas. materias e11 que. co11lo1111e a los pn;:ceptos constitucinnaks. e1;1
11ecesaria la conformidad de una n de ambas Cím:iras /\sí. pnr
ejemplo. 'ID iniciativa de leyes sob1e cnnlribucioncs era pri,·atÍ\ a
LA CUESTIÓN DE LA MEDIACIÓN ENTRE SOCIEDAD de Diputados (artículo 44). pero la aprnbaci(Íil de la ley de pres11-
CJVIL Y ESTADO pueslo -un inslrume11to ce11t1al para tocia geslic'lll---· requería la
conformidad ele ambas Cümaras (artículo (J 7. incisu 7°). mic1111:1s
En un rt~gimen político dernocrcítico liberal -o. al menos. !un- la clesiLTtiación de 1cli11lo111:ílicu:; •v la cPnccc;i()n de ¡_r1 :idos militares
L. L
dado jurídic1 y políticamente en sus principios---. el ca1wl por el superiores sólo podían s·er hechas dccti\as por el presidente C\lll
cual se exp1esan las demandas de la sociedad ci\ il a11tc el Est:1do acuerdo del Senado (artículo 86, incisos 1O y 16. respectiva-
es el ;le partidos pulíticos/Patlarncnto Fs decir, los partidos con mente)
representación parlamentaria son quienes operan corno agentes A efectos iluslralirns: la Círnaia de Diputados tenía. Cll 1917.
transmisores de las demandas de la sociedad civil al Estado En 4.'i miembros r<:idicales. :n demoprngresi~las. 22 co11servado1es y
esa mediación. la cultura política -corno han :1dvenido Tale()!( 1O socialistas. siendo presidida p01 'un conservadrn En 191 S-
Parsons y, más recientemente, Hi1gc11 Hahc1rnas-jueg;1 un papl'I 1919. la UCR alcanzaba una represc11laci611 de '.'19 diputados (\'
1
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bilitar la rncdi~ción pa1 ticlaria y a potenciar la corporatist;1 luc la al Congreso ele la Naci<ín en octuh1:e de 191 (J "[ .:1 Unl<ín Chica
política obrera del primer g<•hicrno de Hipólito Yrignycn Si hirn R.;1dirnl 110 cst:í ci~n nadiL· ni u111tra nadie. si1111 con todos p: 11 :1
ella era ambigua y hasta contradictoria. no podía menos que des- bien de todos".
tacarse la novedad y la importancia ele un gobierno que atendía Los efectos -aun 110 queridos. o nn buscados cleliherad:1mcn-
fovorablcmente demandas prnlct~1rias Por cierto. esa atcncilí11 rn1 te- de tal conce1Kió11 se harán sen.ir la1µ:rn1rntc en la hisloria \ 1
es generali7able a todos los 'obreros. sino que está prderentc y en la cultur:1 políticas de .la sociedad argrntina CnnHJ bien lo acl-
cuidadosamente dirigida a los 1ecla111os presentados por sindica- virtie1011 Elequiel Gallo y Silyia Siga!. :;é t1:1ta de un:1 not~iblc
tos de servicios estratégicos pata Ja economía agn){~x1mrtadora a1- contradiccicín: la de una agrupación ddcnsm;1 de la dcrnocraci; 1
gentina. como fenoviarios y portuarios. Al 1i1a1gcn de la discusicín 1eprese11tati va que. ~il 110 co11ceb(rsc corno "p:u cial id ad". 11 icg<L
acerca de la real intención y1 igoyenista --concepción innovadora de h:t!lrn. '.'la posibilidad de disc11si<\11 111íni111a necesaria para el
y expresión de un viraje en las prácticas del Estado frente al con- fun'.:1ona1111e11to de una sociedad pluralista" • ' 1
!
flicto entre capital y trabajo. o mera argucia para disputar con el La concepci/ín 0111nico111prensiva con la que el rndicalismo se
Partido Socialista la adhesión electoral de trabajadores que. prn piensa a sí mismo --mucho m:ís fuerte que la de 1111 partido rnl«h
ser argentinos nativos, son ciudadanos políticos-. sería puc1 il off (atrapa todo). característica que es frecuen!e adjudicarle--- es
ignorar o infravalmar el significado ele la política obrera del pri- reforzada por una declaración de principios sostenida desde los r '
mer presidente radical. Empern. parece evidente que la pníctica inicios partidarios y cnmprndiada en la Cl'lehrc alir11iacilín de
del denominado "obrcrisrno" yrigoycnista contribuyó a consoli- Lcan<IIo J\lcm acnca de una UCR que p11cdc 1pmpcrse pnu n11
clar una forma corporatista de rnecliacicín entre la sociedad ci\·il y l:;. '.Joblar~e Lo cual implica ta11tu el sostc11i111ic11to de un:i posicilíll
el Estado. la cual atiende y ddicndc intereses pa1ticula1cs hicn 1 111trans1gcntc cuanlo. rn11cx;1 n clla. l;i re';ii;tencia ;i una ¡mlílic1 de
sectoriales. Tal pdctic;1 es coherente Cllll la u111ccpc·i{'l11 de un:i 1 alia111as.
sncieclacl constituida por "esferas mg<Ínicas" y no contradice la 1 I?entrn del campo de lue11as ds111ocr:ítiu1-p(lpularcs. la postu 1:1
estrategia de disputar votos obreros a los socialistas. En 1i¡¿or. y rnd1cal encuentra su conclalo e11 el l\1rtido .Social isla. t;1mhít~ll t:I
1
bien miradas. ambas se co111ple111cntan r.ígida1'11e1:t~ J11incip.ista y reacio a ;1Jia111as con ntra.i; lúernti; polí-
1
1
ticas. pos1c1011 parcial y coyu11tural1nc11te \nndilicada al intc!!rar.
1 con el Partido De1rnícrata Prng1csista y en ocasilin de las cb~iu
i
EL CA TCH !ILL R/\DIC/\L nes presidenciales de J9.i 1. la Alia11za Ci\·iL
Es decir. en el seno de J;1 socicdnd ~e gencr:ih;1n posihililLtdes \
Yrigoycn-tal ve11rnís que el propio radicalis1110-enlati;;1 la opciones de de111onati1acici11 política. pcrn tales condicio•1es de
condición de coalición social ele la UCR. la cual pe1 mi te pensar a posibilidad no se traduje1on en condiciones de rcaliz.ación. p()f
la agrupación más corno 111nvi111iento y menos como pa1 ti do cierto. la suerte de la democracia <11 grntina hubiese sido ot 1a de
s1ric10 scn.111 No es sólo explicación de a11alist;1· cxplícita1nente haber habido condiciunes de renli1:1ci<Ín de. por lo rnrnos. un:i
hay una renuencia, si no una renuncia, radical a definirse como acción conjunta de radicales y sncialistas -en lantu lue11as parti-
partido político (como se aprecia. por ejemplo. en el Mr111ifintu da1 ias de la tlL'nl()h;1c'ia pul1tic:1 - co11t1a la drn11i11:1c·il'>11 olil.':Íi
del,¡ 3 de mayo ele 190.')) Esa rcnuncia es cohercnte con la conlu- quica. Sin e111ba1gu. la histmia 110 se dcspkg<í en tal direccili;; rn
sión raclicalismo=Nación. tal como Yrigoyen le explicaba al doc- la Argentina rnodenn Por el conLrnrio. unos y otros se ahrnquela-
tor Pedro Molina: "Su causa !la de la UCR 1 es la de la Nnci<ín rnn en posiciones intransigentes. mutuamente descaliricadoias
misma y su representacicín la del poder p1íhlico" Esa cn11cc¡1Cilí11 Por ~'.Íerlo. no se trata de una nm edad· toda la cÚltl1rn política ar-
se encuentra reiteradas veces en el discmso radic:il ( 1m1 caso, l'll gentina se construycí. desde el nmmenfo inicial ---la re\ oluci<Ín dl'
los Mu11ifiesfo1 de julio de Jl) l S y rn;1110 de l lJ 1(¡)_ :1ka111a11do el 1:.;10---. conlo1 mc a 1:1 h'1gi'c1 de 1:1 gun1:1. que concibe In con-
dC'.1iderot11111 011111icnmprensivo en el p1i111er 111cnsajc Lk Y1igpyc11 frontación en ténllino~ de cllllign/c11emigo y produce ac¿·ioiH",
p<trn ~li1ni1i;11 <il disidente. <1ntes que la llí):!iL'<t de la política, l><t1<1
la cual es necesario constrnír u11a a¡cna dunde puedan dí1i111í1se \ ¡ '\ ']
lus cunliiL"tus sin <ipebr al aniquila111ie11tu lísico del otro.
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LA DERECHA VIOLENTA
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nieto social y sps formas de resolución violentas. Más min: la p1é- c:1lificados) Y generara una acu1;rnlaci6n de fuc1zas'de111ocrüticas
dica de la Liga obtuvo la :1dhesió11 efectiva y militante de n1íclcns suficiente para producir alg1mos cambios estructurales pm Ja vía
de clase media u1 ban:1, también contagiados del temor a la re\ r.1lu- ele reformas -el PS. <'nmo se sabe. ha abju1ado de I~ esl1ateoia
ción social o, por lo menos, a la alteración del orden. Se p1 odujo revolucionaria. tanto que llega a autodel'inirse como un partido~Jc
así un ahondamiento de la fractura entre las clases rnedia y obrc1a. 01dc11-. es uny. de las notables cuestiones distintivas de la transi-
que afectó la posibilidad de c(rnstitución de un sólido bloque so- ción de la dominación oligfüquica a la dcmocnític:a. El fracaso es
cial democnítico capaz de enfrentar a la burguesía y postular una tanto m<ís ap1eciable si se tiene en cuenla el c:arücter socictalista
solución política alternativa. Por lo demás, no extraíía la adhesión (o societario. si se p1efic1e) de la aspiraci611 socialista ele construii
de sectores de clase media a la Liga Patricítica, entre otras razones hegemonía desde el campo de la sociedad civil. apelando a una
porque ésta tenía inequívocas vinculaciones con el propio radica- multiplicidad de instituciones, desde los sindicatos obreros hasta
lismo, que no s6lo se deducen de las relaciones de Carlés con los las ele educación y cultu1a populares. ' ,
gobiernos de Yrigoyen (antes de la creación de la Liga) y de En contrapa1ticla. el radicalismo era capaz de gan~1 r para su cau-
Alvear (después de ella) -quienes lo designan interventor fede- sa la adhesión ele trabajadores. aun cuando el denominado
ral en las provincias de "ob1e1is1no" ele Yrigoycn muestra su contracara en aquellas siiua-
Salta ( 1918) y San Juan ciones en las que la movilización ~ocia! se intensifica o radicaliza
F'iGURAS DE
( 1922)-, sino büsicamen- y/o en ?e! a
u.ellas en las cuales la p1 otesta ohre1 ap;11 en l:J su pera 1
ACTUALIDAD
te del p::ipel del comité na- las pos1b1ltdadcs de su control p(1r l:i.<> luc;zas policiales: en es\l.<;
cional de la juventud. :mi- casos, la acción del gcihie1 mi fue clecisi\'amentc rcpresrna Así
mado por 1< icardo Rojas. ocunicí en 1917 (huelgas de trahajadures de l;i carne y pct1 okrvs).
opositor a la política neu- 1919 (huelga metalúrgica. que !leva a' la Se 111a11a Ti ;íg ic:1 ). 1919-
tralista del gnbierno !rente 192 I (huelgas de los obreros de fúbricas y obraies de La Forestal,
a la Gran Gue1 ra. en Chaco Y Santa Fe). l 920-1921 (huelga de IPs t1:1bajado1cs 1u-
rales patagónicos). 1917-1922 y 1928 (huelgbs de los olnc1ns rn-
rales pampea11os)
YRIGOYENfST/\S 1 Las relaciones c11t1e los gobiernos radicales y el mm·irnicnlo
11 {) ( 1
1
ou SOCIALISTAS Y 1
obr~ro son -en esre volu\11en- analizadas por Ricanlo raleón y
MMTf:L
CL!\SE OGRER/\ Alepndra Monserrat. de manera que en este capítulo S(ilo se ha-
rún unas pocas a~ol<1ciones, 11eccs~11ias para el hilo a1gumental del
El f1:1casn de la estn1tc- n~is~110. Así, un aspecto central gira en torno a la percepci~)n so-
gia soci;1lista -sobre todo. c1al1sta de la política ele Yrigoyen. que cnmhin'aba renuencia a
prira decirlo con l;1s p:1,l:1- illlpulsar cambios en materia de derecho !;1bn1 al con prcfe1cncia
b1 ns de lns(~ 1\1icc\. de la d~ abordar ésta P.OJ la vía LU decreto pre~idc11ci;iJ antes que nw
''hip6tesis de Justo"- en d1ante leyes sanc1011<1clas por el Parlamento (actitud que. pm cier-
articular un frente social to, ha de cambiar a pnrtir de 1918). Al misn1o tiempo. el gobierno
bn finn 1tr11!•1 (1·n· • que. bajo la direcci('>11 polí- empleaba su poder pnrn arbitrar en lavor de los liabajadores en
tica del PS. reuf'1ic1a a cierlas situaciones conflictiYas. sin desmed10 de recu1.rir a la re-
obreros industriales. cha- presión cuando 'se trataba de "calmar'' a los desconfiados e intran-
7'''
carcros pampeanos y clase quilos burgueses. Ernpe1n. ese accionar. que fastidiaba tanto a los
rncdia urba11:1 (sobre todo s:JCialistas y su 1vocaci6n parfamenlarisla. no inhibía el apoy~ :;i11-
Ma1111el C(///é1 ~eg1í11 Caras y Caretas, /9/11. p1ofesionalcs y rn1ple;1dos d1ca l.
i!
! ¡:, L1 ieivillllicación dtl p<1pcl del Parlamc11to e11111<1teria kgislati- no pudo --ni, tal vez, quiso- p1ocesar o atender de modo con-
•
1
! j'· ! 1
\';1, 1;or parle de lo~ S\Jcialistas, era, tallto una defensa del juego junto la de demoL·racia política y la de democracia (expresada
1 ' ' dernocrútico, uw11tu exprcs'ión del recelo que les generaba una k- como justicia) sociaL Tal corno se estructmó la sociedad argenti-
.:1
! 1
gislación producida poi decisión pre~idencial, devenido así el na, rnda una de esas demandas 1esulta privativa de clases sociales
1 ! únku que podía rcivimlicar para sí el mérito, precisamente en ese diferentes: la clase media reclamaba clemocrncia política y no te-
\
'·~ , campo donde lus socialistas han de:,collado desde el ingreso de su nía demasiado interés en la democracia social; la clase obrera exi-
1[ primer diputado, All1edo Palacios, en 1004. gía la justicia social y descreía, en sus corrientes mayoritarias,
Irnpo1 ta se.ñalar también que, coherente con la distinción entre a11,11c¡uistas y sindicalistas, ele la democracia política. Los radica-
política ele conciliación y política ele represión, el radicalismo les se definieron por la primera y prestaron menor atención a la
-como el pero11islllu rnús tarde- no derngó la represiva Ley de segunda, si bien algunas de sus acciones gubernamentales contri-
Residencia promulgada en 1902 por el gobierno ele! general Róca. buyeron a cleliilitar la propia democracia política. En cuanto a los
Tampoco la de "Ddensa Social"', de julio de 1910. socialistas, su fracaso en lograr la adhesión mayoritaria ele! elec-
Por otra parte, nu debe olvidarse que el radicalismo fue gobier- torado y en constituirse en una efectiva alternativa ele poder rele-
no cuando ya se percibían los limites del modelo _primario-expor- gó a un plano secundario el hecho de ser la C111ica formación parti-
tador, <1penas disimulado:> poi la bonanza de l<l'posguena y tan daria que bregaba, simuluíneamentc, por a1llbas, incluso pm una
1 1
luncional al gobie1 no de fvlarcelu T de Alvear. La total ocupación mayor prnlllndización de la detllocracia política (al reclarnar . el
del espacio pampeano, que ak:anzó sus 11 onteras durante los años derecho de sufragio femenino)
de ~estión 1adicaL y la cima de exponaciones córneas al Reino Pur lu cle1rnís, las hipótesis conltapuestas''acerca de la política
Unido, en l l)2.I, sun --ptir paradlíjicu que pueda pa1ece1- dos de "ub1e1 i:,ta" de Yrigoyen -mern artilugio para ganar votos de
las 1na11ilcstaciones visibles del agotnrniemo ele la capacidad de olirenis argentinos, en competencia con los socialistas, o bien ex-
1 :1 expansión Lkl 111odelo eL·onórnieo y su patrón de acurnulació11, p1 esión de una poi ític:a de Liienc:;tar social·---, puede que, final-
.'
mmklu que ha del'illido u11a situación de dependencia cun L'\)llliul mente. 110 lo sean y permitan :iu integración, tocia \'CZ que se trata
11;1ciun;d del sislema p1wluctivo, p:11 a ckcirlo con los té1 rninos uti- de objeti\us 11\l necesariamcnle excluyentes. Parece claro que, en
'1
lin1du.~ plH h;1 n<1ndo Henriquc Cardosu y l:11zo Faletto en Depc11- efecto, Yrigoyen trató de ganar voluntades y lealtades políticas
de11ci11 r de111110!/o rn Alllérirn Lui111t1 Ese control naL·ional per- ' obreras, sustrayéndolas a Ja prédica socialisw, y al mismo tiempo
miti5, <1 despecho de la ideología olicial. ·11ia políÚca i1Herve11cio illlpulsar una política de resultados 1wís bien modestos de conce-
nista del Estado, cla\e durante tnda la \'igellL'.iasemi~eculm del sión de beneficios a trnbajador,~s, nu tanto como parn definir una
rno<k!o agrn-expu1lador argt;ntino, con 111depentiencia del ca1;íc- política de bienestar social cuanto una de armonía social e inte-
te1 ul1gúrquicll O dt:lllOL'rÜtiCO Cllll que t:ra ejercida la clumina1:.·ic)n gración '\Hg<inica" de la clase ob1era a la sociedad, conforme el
¡)(JlitiG1 de l'l<1sc Da, id Rock advirtic) lllll)' bien cómo el Estado matiz, o la nwtriz seglÍn algunos, krnusista del pensamiento yrigo-
co11trnlah:1 llls rnecanisinos ele 111ovilidad social ele la clase media
1
yenista
111 ba11a y empkal1a el g;1s1n ptíblico \_·orno un medio e ti ca; para
jlit)illllVeI u rt:-,triu~ir e! •v~u'.su de ~tctores de esa clase a cargos
de ,ld/u1 elnath El ·illl rcmL'lito del ,_-lic1Helismo estatal durante L \S INT[R \.'ENCJONES FEDERALES Y EL
1
la tkc'ada y metlia de radic<ilis1n\l en t:l gobierno nacional es expli- DEB1LITA1\UENTO DE Li\ 02MDCRAC!A
cabk y lactihk por esa razón ·i'Ju es casual, pull'.s, que los limites
Lk tal política clientelar estén asociados con los límites estructu- Se ha llcclw referencia a acciones de gobierno de los rnclicales .,
raks del nwdclo eL·onórnico. que debilita1011 la democracia política. En efecto, un campo en el
Durante estos año:;, el raclicalisrnu :--e cnd~entó con la tensión cual ellas gene1arnn electo:> negativos no queri~Jos fue el de las
gennada pu1 dos demandas presentes e11 la sociedad, a las cuales rcldcioncs L'ntrc pode1 federal y pode1es provinciales. No es una
- - - 36 - - - - - - 3 7 --- .:_
-----------·-----------·--· -~··<?.=--
situación sencilla: por un lado, Hipc'llito Yrigoycn pc1cihi 1í. du- En la historia de la sociedad arucntina. la i11tcrve11ción federal
~ 1
rante su primer m~nclato, el entramparnicnto en qu~ ~e encont'.;~ha a las prnvincias ha sido un prnccdirniento utilizado largamente a
en razón de la continuidad de co111po11entc~: del reg1rncn p(1lit1u1 pa1 tir de su estatuto co11stitucional. en 185.L en ltanco co11t1 a~;tc
oligárquico en el democrático en el caso del Senado, un vcrdadcr_o con las prácticas de los Estados Unidos. cuya Constitución es la
garante del pacto de dominación olig;írquica. De allí la estratc~.1a fuente ele tal atribución del poder federal. Desde ese aíio hasta l~l
del presidente -por lo dern<ís, coherente ~on la autoperccprnrn golpe ele setielllbre de 1930. la fnte1 ve1~ció11 federal se aplicó en
ele apóstol de la causa regeneradora-- tendiente al 111'.1y01 ap1 o:'.> 115 ocasiones ( 76 por decreto y .39 por ley). s ienclo Hi pól ito Y1i-
chamiento posible del recurso constitucional d~ la H:te1\e.11c1on goyen. Justo .José de U1quizll y Marcelo T de /\lvear quienes
federal a las provincias mediante decreto prcs1denc1al. Con la más apelaron a ella: 19. Yrigoyen (en el primer mandato, de-
convicción de la necesidad de proceder a la "reparación nacio- biendo sumarse otras 2. poi decreto. en clsegundo. lo que hace
nal", devolviendo a los pueblos de las provincias los derechos 21 ): 1.3. U1quizll (tndas pl.lr dec1eto ): 12. /\h-~a1 (7 por dec!'etn.
1
usurpados por la oligarquía, Yrigoyen procedió a intervenir _1,'.s 5 por ley). En el caso de los dos presidentes radicales no deja de
provincias dominadas por los conservadores o ale~tadas po.r d_1s1- ser una paradoja: la principal. fuerza propulsora de la democrati-
clencias internas del propio 1aclicalismo. con el ob¡et1\·o p1 act1cn. zación política apeló a una práctica institucional que. ele hecho.
entre otros principistas, de modificar la composición del Senado ocluía la posibilidad de afirmar y profundizar la democraci<i.
nacional. dejando a oligarcas y co11se1 vadores. cerriles opositores de ésta.
Se buscaba, también. legitimar a la totalidad de los gobiernos el papel. que no sabían descrnpeíiar, de abanderado~ de su de-
ele provincias a partir del ejercicio del suí1agio lil~1e. asegurando
l
fensa
así las .autonomías ele éstas, las cuales pertenecian al pueblo y De hecho. la, práctica cxcesi\'p de las intervenciones federales·
eran para él, no pnra los gobiernos, segtín le dice el ministro del fue un elemento c1osionantc 110 séiln del fcck1 alisn10 si1~0 de la
Interior Ram<'in Gómez, al conservador gobernador de Buenos propia democracia política. La resolución del cdnllicto entre fuer-
Aires, ~1arcelino Ugarte. Se trató de una petición de principios zas político-partidarias cli'i'erentes pnrisu signo u orientaciéin y poi
acompaíiada de otra, segün la cu'.ll --conf:1,r111e se ex_1.1resaba en, su gestión (una a cargo del Ejecutivo 1iac:iorial..otra a cargo del
los considerandos del decreto de 1nterve11cron de Co111entes (no- provincial). mediante el expeditivo prneeclirniento de la interven
viembre ele 1917)- el Poder Ejecutivo, es de'cir. el propio ción federal por decreto presidencial. revela. al menos en los aíios
l-Iipólito Yrigoyen, entendía "que es su más alto d~be~· tutelar la in.iciales de la gesti<ín radical. una lensi<ín entre la demanda de
vida política en los estados rederales". Con estos CI rte11os, e!y1e- expandir la legiti111idacl de origen de los mandatos electi\·os y la
sidente aplicó la intervención federal en diecinueve ocasiones de afirmar los p1ocedimie11tos republicanos y de la dc111oc1acia
(quince por decreto y sólo cuatro por ley), afectand~) a trece :le las que se intentaba construir. Las pdcticas clecti\ amente desarroll::-
catorce provincias (la solitaria excepción es Santa l'e). un numero das. empero. l·evelan uha fuerte dificultad p;irn procesar ---en el
excesivamente alto, que contrasta con las cuarenta resueltas a lo marco jurídico. político e institucional-- las difcrrncias. tanto de
largo ele los treinta y seis aíios ( 1880-19_16) ele d01:1i11io olig<írqui- fuerzas externas al pa1 tido como interiores. Siendo así. es casi
co y se hace 1rnís notable cuando se adv1e1te que diez de ellas lue- obvio que el resultado no haya sido ot10 que el debilitamiento de 1
1
1'
ron decididas en los dos primeros aíios de gobierno De esas 19 la democracia política. aun.admitiendo que se t1alara de un electo il i
intervenciones, 10 corresponden a provincias gobernadas por los no buscado ni querido.
conservadores y 9 por radicales. En el caso de éstas. se trató ele Por aíiadidura, cuando el 1adicalismo tuvo el control del Parla-
una acción para evitar una fractura o disidencia que terminar~\ la; mento, básicamente el de la Cámara de Diputados. no vaciló en
0
1
voreciendo a la oposición y alterara la distribución de las leg1sH1- aplicar la "tiranía del ntíme;ro" para rechazar los diplomas de le-
turas, cuyo control era clave a la hora de elegir senadores nacio- gisladores represrntantes de la 01-Josiciéin e incluso cuando prove-
nales. nían de escisiones del trnnco partidario. como en los en sos de los
}).\
elegi¡.lo:-, pm las p1ml~1cidas e11 l\lenduza (lcncinismo) y San Juan" Dumrnc los aiios de go-
(L'H11l0llisn lO ), biernos radicales, entre
1916 y 1~30, la hegemo-
nía plurnlista de la bur-
'!":
UN,.\ \!í::Z i\!1\S, LA CUESTIÓN DE LAS MEDlACIONES guesía tendió a cxp1e;ar-
:n se, como se ha dicho, a
1¡, En una combinación de concc:pción 1e:;pecto de i<\~ relaciones través de varias y ditáen-
J
1
Puder Ejecutivo/ Poder Legislativo y ele la necesidad ele modificar tcs instituciones mediado-
las "situ'aciones" provinciales. Yriguye11 potenció los mecanis- ras entre la sociedad civil
'' l'
1
1
''
1
111os ¡nesidencialistas y al 111ismo tiempo apeló al prntagonisrno
1
y el Estado, particular-
de las a:-.ociacio11es de i111e1 és. La necit>nte participación de éstas rncnte las asociaciones de
"I
'1 en la luncicín de mediación entre la sociedad civil y el Estado se interés ele los grnndes gru-
1:
'1 rdmzó, a-,i. por un doble rnovirniemo convergente del que parti- pos bmgui.:ses, de la "mis-
'·',¡ cip<trnn el prnpio gobierno radiL·al Y las luerzas sociales y políti- ttiu :icia" obrera e íncluso
1: Las uposituras. Dicho de ut1'a i1wne1 él, el vacío que produjo la in- ele las asociaciones de las
dicicia de lo~; panidos y el Parlainenlo en la mediación política colccti vidades de inmi-
panidd1 ia 1<.:ndió a ser cubierto por las asociaciones de interés, re- grantes. Se trntó ele un for-
r(:rz:illdll b 111ediació11 política co1porntista No se trató solamente t<tleci micntu de la socie-
d~· la i11cidc!1L·ia de las <isociaciones de i11tcn.:s representativas de dad civil en u11;1 dirección
la l!I a11 bun.:uesía --Suciedad Rur<il, Unión [nclustrial, Bolsa ele coi prn atist:t que no contri- /),,/,·gllil(i\ ill' lill lnigud111 t/1111111/e el Congreso de
Co~nercio, Ce11trn de E\pcHtadOies de Cereales, Confederación buyó a uno silllétrico de la 7iu/iujw/,nt'\ tic /u Uga Pon ÍiÍ!Ícu A1ge111i1111,
An:entina d¿I (\111icrciu de !11 l11dust1ia y de la l?¡;oducción, entre demonacia ptilítica. La 1t'11111,/o t'll /11 /lo/111 tft' Co///l'lllii l'// /1)20.
oir71s-. sinu también de los simlirntos obreros y las organizacio- CI i.:cienti.: inelicacia de los
nes de las colccti\ idm!es dé iqrnigrantes. partidos y del Parlamento pa1a actuar y ser reconocidos como
La mediación L~.orpciratista tiende a apuntalar una forma perver- 111cdiad01es en la relación social socinlad civil-Estado fue acom-
sa de hace1 políti~a, caracterizada por hacer ésta negando hacerla. paiiada por el contrnrio incrernc1llo de la nwdiacicín " corporatista.
La pa1:ticipación política de los inmigra11tes ejemplifica bien est.e Dicho ele otia manera: la doble lógica del sistema político argenti-
estilo, contra1 iandu, de pdso, la estereotipada versión tradicional no -mediaciones políticas p<111icbria y corpo1atista- generó un
l 11 de su apuliticismo. confundido con apartidismo. El caso de las
'' co1n1Hlltarniento adicional muy signilicativo, cual es la genernli-
córpur<1ciones burguesas es del mismo tenor En rigor, la forma 1ación de una rnlr11m ¡){)/í1irn go/¡Ji1ru, reláicla no sólo al clúsico
1
1
1 pt:n·e1sa ele haL·cr política es, vi1 tualmente, una práctica hecha golpe de Est~1do sino exte11sibli.: y extendida a procedimientos en
~entido común L:ll Ja culturu pt:ilítica argentina. La confusión fre-
el st:11u de instituciones de la socii.:dad ci\'il. La cultura política
cuente entn: posií.:iones y aLcio11es ¡)o/itícu1 y po~,iciones y acciu- golpi'.-.ta nu es ot1 a.cosa que un cunjunto de pr<Ícticas para resolver
ne:. ¡mnidurim es pane de esa irann y alimenta tnl pe1 versidacl. !oda o ...:ualquit.:1 dill:rrncia o conllicto mediante la expulsión, la
El pa¡Jel c1ecie11te de las asociaciones de inter~s coexistió con 1'1 actura o escisi<lll de j,¡s disidenies, sin capacidad de procesm
un debilitado sistema de partidos políticos/Parlamento. Asi es una y'ulro a través de reglas dcJi11id:1s y efectivamente actltadas.
como se co1btituyó una red complej<i de instituciones mediado- En el pedodo aquí :inali1..ado hay algunoc; pocos prnyectos de
ras, que conectaba a, gl)be111antes y gobernados en una práctica nHidilicación del régimen de 1ep1escntació11 política de la demo-
que 1i.~nde a definirse mucho rn:.ís colilo eumó111ico-cmporwirn crnl ia lihnal. Se trata di.: propuestas de rel'orma:-J que :iretendían
que 11./L io11ul-t'i/UIUI o JIUCÍOllUI po¡mh11. im:orpor¡¡r nueva~ lo1111as de ex1J1i.:sión política del poder, en par-
-/O - - ·JI----
- ~·~- ------·-·------------·- --·----- ~-·4·~
- - - ,.H - - - - ·fS - -
1
otros s'b orientall hacia frn mas y procedimientos 111;ís dcrnocdl i- nantes, con apoyo del Ejé1cito. en el !tente i11tc1110" Allub entien-
cos. Su fracaso contribuye a explicar el del afianzamiento de l;1 de que. por esta razón. al'comenzar la apertma ele la dcmoáacia
naciente democracia libc1al, cuya debilidad se prnlonga1;í rncdiq argentina, en 1916. los aspectos políticos del lihcrnlismo son per-
siglo m<Ís all<Í del golpe sctc111h1 ino de 19.30. cibidos por las clt1ses dominantes y una pa1 te del Ejército corn11
una amenaza. De allí qu6 sea, a su parecer. en la cstructurJ social
creada por el desarrnlln
i
capitalista
"
dc11c11dic11tc ven
~ .
la co:1lon1w-
LAS CONDICIONES SOCIOPOLÍTIC;\S DE L/\ ción de su estructura de clases. donde la alianza tcnatcnientcs-
DEMOCRACIA ARGENTINA capital extranjero encuentre el /orns. la base fiara recupei:<ír el po-
der en 1930. Frente a esta alianza. lp oposición -en razón del
Leopoldo Allub ha sido uno de los pocos que han lormulad<l la car<Íctcr fragmentado y hcterng<~nco de las clases medias y obrc1 ;1.
pregunta sobre las condiciones sociales de la demonacia en la argumenta Allub,-- se cnrnrntra dividida e incapaz ck articula1
Argentina. prnponicndo una 1espuesta explícitall1cnte sociológi- políticamente su potencial delensivo.
co-histórica. Basündose en 13anington Moore, Allub sostiene que , Finalmente. seg1ín Allub. tampoco se cumple la tercera pn'con-
la democracia es resultado de ciertos prnccsos n prccomlicioncs dición. En efecto, arguye. (3) .nn emergen fuentes de poder autc'i-
histórico-estructurales de orden general· 1) la emergencia, en los nomas y competitivas. El modelo económico genera una estructu-
comienzos del proceso de acull1ulación capitalista, de una clase ra de poder caracterin1da por la ccntra!ilaci<in cstatal-11acio11;1l. en
ele tenatenientes clestrnctora ele las formas el~ proclucci611 previas perjuicio ele los gobiernos locales y provinciales. cuyos ingreso~
mediante las capitalistas: 2) el desarrollo de líneas de rnnllicto dependen mayoritariamente de los subsidios kde1 ales /\1 carece1
campo-ciudad, terratenientes-burgueses urbanos. cuya culmina- las prnvincias de base econ6mico-linanciera autónoma (en buena 1'
1
ción es el triunfo de éstos: J) el desarrollo de instituciones medida explicable por el desa1 rollo desigual y combinado ele la
pluralislas aptas para asegurar cierto equilibrio y competencia de economía del país). el federalismo es men1 ilusión. -'La creciente
poder entre el Estado, los órdenes privados y niveles inferiores de centralizaci6n del poder. especialmente del poder económico \
gobierno. En el caso argentino se constata un fracaso en la conse- militar. en un período crucial ele lil incipiente democracia argenti-
cución de los tre,0. na. !hace] a los gobiernos más ajenos al controí popular y más
En efecto, según su argumentación, ( 1) la agricultura capitalis- vulnerables a la toma mediante un simple golpe de fuerza". Para
ta argentina es .rni generis, no alcanzando el car<Ícler revoluciona- Allub. la dependencia externa y la centralización del poder--cau ·
rio observable en Francia. Inglaterra y Estados Unidos, en tanto sa y efecto. respectivamente- incrementan la interdependencia !
no se produce la sustitución de una clase social pm otra; existe, en de la estructu.ra social y hacen posible la rápida generalización de
cambio, una continuidad en la cúspide del poder. de donde la tran- las crisis. ' '
sición es no revolucionaria. Tampoco se produce (2) el debilita- No es del caso discutir aquí las hipótesis de Allub (particular-
miento estructural de los terratenientes por acción de una bmgue- mente la referida a la carncterizaci6n ele los terratenientes) Ellas
sía industrial ascendente. en buena medida explicable por la in- presentan argumentos de reso. aun admitiendo la necesidad di"
fluencia del capital extranjero -quien controla una industria li- explorarlas más profundamente. siendo central la explicación
gada al agro, con altas tasas de rentabilidad y sin contradicción fundada en la estructura de la propiedad de la tierra. La hipótesis
con los intereses terratenientes- y la unión umbilical ele él con sostenida en este capítulo es la siguiente: durante la hegemonía
éstos, capaz de bloquear la constitución de una burguesía indus- pluralista de la burguesía. coincidente con el ejercicio del gobier-
trial nacional y, consecuentemente, el desarrollo del conflicto de- no por el radicalismo, se hacen explícitas todas las tendencias es~
mocrático burgués. Así, la ideología liberal hegcm6nica es mera tructurales que apuntan. rn<Ís allá de la apariencia dernncdtica. a
"doctrina del libre cornercio, en el frente exte1 no. y ele la supre- trabar decisivamente la con~trucción de un orden social y político:
macía social, económica) política por parle tk las clases doll1i- genuina y sólidamente Jc1nocrútico! en el marco de una sociedad l li.i
1 ~ i
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obviamente délinida JHll relacio11es de prnducció11 capitalistas La setic111bre clt:. 1930 nll es st'ilo el comienzo de una larga secuencia
davc 1cside 4.:11 t:I paptl de unu de Jos co111pu11e1Hes del sistema de inestabilid•td política en un contexto Jrecue11teme11te no de1llo-
hcgcnHinicu bu1gt1és, el de la cst1 uclu1a agraria mc:ís cspecífica- c1 útico, que oscila!Ü -desde enlunces hasta 1983- entre, en el
n1e111e 1<1s relaciones cxis1cntes e11trc la's lr:1nsfur111aciunes upe1a- rncjm de lus casos. precarias situaciones dernocrúticas viciadas de
das en su interim. cu11 las cstructuias de clases y de poder. Lu 1du- ilegitimidad de origen (gobiernos de Agustín P Justo, Roberto M.
c(1ín c111rc lu c1/111cr111 u u~n11 i11 r /11e11111u11m _\Ol'iol glol){[I l'\ el 01tiz-Ra1rnín del Castillo, A1turo F1omliLi-Jos~ María Guido, Ar-
11/Íc/co de /u d~hilidwl 1:'11111cfurul de lo dc111olruciu ,, C/I Argel/fi1111.
- turn filia), o rnrauerizadas por lue11e uutorit•11 isrno (el primer pe-
En tal sentido, u11u de lus elementos <.kcisivos t:s la retención de rnnislllo, 19-l6- l lJ55) y, en el peo1, dictaduras 1rnís o menos brnta-
una partl¡'. lllllY con~ider;il>le de podcr pollrico pcir pane de !;1 lim- lcs. Es --antes y quió sobre todu-- la expresión de la debilidad
gué~Ía (das~ lundarne1llal ), ~il"lltí p1 uducirse"t1na rnplura a través est1 t1ctural de ese prilller intento de establecer un sistema de do-
de, por cjcmplu. u11a c\'c11tual alia11La entrl'. sectores .urbanos minación política de clase democ1ütico. La debilidad se explica
(obrcrns y dasc média¡ y d1acareru:.. base de una propuesta como por la estructura social del país y por la acción (y la inacción u
la lu11mdada flll! el SOL'iaJisUI Juan ri Jusio en pro de una demo- . omisi(ln) de las principales lllcr1as político-sociales. En la Argen-
U aL'lil :tgral la . tina n1ode1 na, casi nad:e cree seriamente eri la democracia. Y
l\lic1tlr;1~ ha) 11J-;\i1nientu en la es11uctura :1g1aria, la hegemo- vu:1ndo lu nce -u, al lllenos, dice crce1-· actúa de manera tal
1n1a lit11gues;t es li1 l!lt:. Cpa11do aqueJJ¡1 co111ie11n1 a cristalizarse. que no contribuye a fortalecerla Otros, en cambio, son genuina y
'li:
e liando I¡¡ frunle1a ¡¡g¡ írn!a pampeana es alcanzada, el sistema he- explícitamente antidemocníticos, rnn contenidos -usualmente
. :1< ~~t:JlllÍlliL·u uirnirn;;t ¡¡ allerarse. En tal \e11tidu. Ju ~déc<1da de 1~l1 O. i111h1 icados-- antililieralc~. antirnrnunist.is, antimasónirns y anti-
'.!l
-plena .le Lt•11i'liL·t;l:-,' rurales y url1<1nus. es clave p<ua entender ese \elllitas
'11
i1 ~ pmceso, aum1ue ;..us manilcs1aci1rnes decisivas apart::4can 1t::cié11 Ei1 1ómi1ws de clase, la bt11gucsía a1ge11tina es 111ayoritaria-
l' Cll J 1.J:\l), CllalldU la crisis relÍllC CklllCI1tOS L:SpCcÍfÍCOS., illlc'.l il();.., lllt:llte ;1n1idemoc1 ;\tica, o bien indilcrcnte al régi111en político.
'! ¡l·, de li1 ;..ocinLtd argen1in<1 cur lus ¡Huve11ientes del si:o:te111a capiia- btit cl¡¡sc 110 salle o nu puede (tal ve1., incluso, no quiere) encon-
lista n1u1Hlial. l!;tr el calllino que el prnceso inslituciunal prn111ovido por la ley
' 1
,:¡ Si esto es así. J;1 liege1tlu11ía lJurguc;..a dura e~ tiempo que lle\ a S•íe111 l'eiia le impele a transitar, el de reagruparse y organizarse
'1 ' la dci'iniL·ión y L:un->olidaL·ión clt' la eslruuu1a económico-social en llll partido orgünico de clase 1\I mismo tiempo, en la medida
1:
. 1 del p¡IÍ;, ;..obr..: una IJ¡¡se agraria En la década de 191 O ya se loman en que las cirrnnst;111cias históricas del pais no lo pem1ite11, esca-
,j clara;¡ las ca1acll'.1Íslicas, la urienlaL·ión e incluso los límités del
I' pa a ulra de las posibilidades abiertas pm la k>gica de dicho proce-
111odclu sucictal, de los cokcti vos y actores sociah~s que co111po- ~o. la de su desaparición Así. la clase no se mganiza en un partido
11l'.11 el mismu y de sus e:-;prcs!ones polítiLas. Con su culminación 11i desaparece El dilcllla del modo de ejercicio del poder es re-
Se' fra>!menta el bloque his1óriul, se prep;na y desencadcna u11a sucito llledianle dos soluciones, 110 excluyentes y después de
L'l i,si;., 7)jgúnica si11 soluci•in Ésta es prepa1ada, en l>ue11a medida. l l):\() a menudo combinadas. la mediación corporativa y, en el lí-
por la rnlisil'>n L'.IH1e dirección pulítica rep1cse11tat\va (partidos y mite. la apelaLión ¡Ji golpe de Estado ejecutado pm los militares.
l'arlarnen111J y din.:ccit'>11 bu1ocT:1tica (o l0u1ica) representada JH>1 l:11 ti51rnint1s de relacil'>11 partidu-cl;1se, el fracaso del "pa1tido 01-
un Puder Ejcrnti\ o avasallante ( prnbabkmente menus durnrne la g<inirn" de la derecha democrütica --el primer Partido Demócrata
p1esidencia di; Marce lo T de Ah e<n. entre 1922 y,.) 928). colisiún Prog1csi;..t;1 el de 191·1-1()16-- es explicable en medida harto
qul'. potencia !;1 rnediucilin cu1ptllati\'a nu dcmocrütica y final- considcrable por la h-:terogeneidad estructural de la clase y su
.1
mente :-.e expresa como cfr,is d~: ;1uwridad. de represc!llacitín y de lraglllcntacitín política, pero también por la ideología y la cultura
hL'~!L'll1l>1!Ía 1 p•ilítiL·a que ella ha elaborado.
La breve e i11L·nnclusa L:.\periencia a1genli11a de de11Hh.:rati1a- 1:11 el ílln1 polo. !;1 l'las..: obre1 a e-.. también ,;·wyoritariamentc,
' .citÍM política conclt1)L' u111 un sonado l1:icasn El golpe del 6 de. indilt.'lcnte ;tlllL' la de111llcracia, lo cual es resultado tanto de la ini-
1
base sólida para el funcionamiento de las instituciones clemocr<Íli- que Pe ter S1rnth demostró cu;ínto lus prirnc1 os gobiernos radica"
cas y la integración de tocios los estratos sociales emergentes. En les ravo1ecicrnn los intereses de l«s grandes p1opictarios de tic~
rras y ganados. ' '
ese sentido, un déficit central de los gobiernos rndicales se obser-
va en su nula, o escasa, acción en la resolución de uno de los pro- A Gennani se debe también otra hipótesis pm trner en cue11l:1,
blemas básicos ele la Argentina, el agrnrio. la del signirícado ncgatirn que tiene. para la consolid;ición ele la
Ahora bien, tal vez resulte excesivo adjudicarle al radicalismo clernocrac~~a.a'.·gentina. la ausencia de un fuerte partid~ ele i?C¡uier-
tamaña "!unción", en primer lugar. prnque esta fuerza cs. básica- ela ..~ s:1 ¡u1c1,~, la presencia ele éste habría si.do esencial para el
mente, un partido ele la hurg 1.1esía dcrnoc1 <ítica -en oposici6n a la eqt~Il1b~·10 pol.1~1co del pa:s. al menos en la pcrspecti\'a de asegurar
burguesía oligárquica, de derecha-- qu~ tiene un notable éxito en el _lunc1ona1111cnto de una J~mocracia representativa El fortnlcci-
ampliar su base electoral con aportes ele clnsc media --especial- n11e11to de un partido de i;-quicrda -crin el apoyo y la adhe~i\ín ~le~ '
los sectores populares y dentro de un cli1rni ideohí.~íco aden~1c1'0'
--~-.o~- ---~ -----·-
(esui es, para Gt::r ina11i, den11u de la t1 adición del pensamie11lo de- En el campo de poderosas i11stituciones de la sociedad civil, la
n10uútico de izquie1da)--- l1abría pcrmitidu un prnceso parecido Iglesia CatóliL·a es clara, militanternenle opuesta a la democracia
al de los países europeos de i11dt1strin 1ización temprana libernL rn1110 bien puede apreciarse por la lectura dt: la prensa afín'
Entre el socialisnw -que pudo haber siclo ese partido--, con a ella, como la revisia Ct iterio y el diario cordobés Los Princi-
su pertinaz acusación a los radicaks de no ser más que otra ele las pio.1, entre otros.
i
' '
formas negativas de la ··política criolla", y los comunistas que Los grnndes diarios -Lu NuC'ilí11 y Lo Prensa- son deciclida-
sólo l)_¡in'de ver en Hipólito Y1igoyen a, un "social fascista", la meme antiyrigoycr1istas. Sus argumentos tampoco contribuyen a
izquie~da paniclaria contribt1)'e a la oclusión.de las co11cliciones al'ianLar la d~monacia: a veces, porque son aristocratizantes
para asegm;11 la 11mel demt)cracia política. Desde esta perspecti- -Lomo en la evaluación nt:galiva de las capacidades de los mi-
va, José AriL:ó lo expresó co11 ndtable agucJe¿a: '·La actitud socia- nistros, basada en el prejuicio d~ su origen social, incluso sin re-
l isla -y también la comunista- de o¡~osición global e irrestricta parnr en que algunos de ellos (por caso, Honorio Pueyrredón, Fe-
a los ~ohiernns rndicalcs ( 1916-1910) no IUc un hecho casual y dt.:rico r\lvarc1 de Toledo) penenecen a la clase supucst:unente
pasajL:ru, ni el cnur de dlculu de una lúctica circunstancial, sino poseedora de las cualidades ("natu1ales") necesarias para gober-
,,
\> el resuiladu h~~ico de una lornia de per;.:ibir la realidad de los mo- nar, o bien e!I la acusación de demagogia en favor de lós trabaja-
vimiel1lus suciak;, de la polítii~a y de la nalt1raleLa del capilalis- dores y lus estudiantes universitarios-; otras, porque <1un <dir-
nH' ( :_).En la medida e11 que las posiciones adoptadas por ambas múndose en acciones de gobierno electivarnente ncoativas
~ b
1'
fuer1as 'políticas de la izquíerda argentina ¿'ontribuyeron, no po- -coino las ÍI1tervencioI1cs federales, el clesconociiniento del
tk11Hh prcci~;11 aqu1 hasta qth? ¡iunlu. a crnsiunar los obslíículos Congreso (recuérdes<.: que Yrigoyen no se presenta en éste para
q11': se illll'I pu111;111 al i1 it1illu tkl t;olpL' de btado de 19:\0, d an;íli- dar lectura a 11i11gunu de sus 111rnsajes pre~;idenciales en ocasión
'.i:. de las rn_1oncs qui: condujenin ;1 la dcnnta de un movimiento de la apenura de las scsiuncs 01din<1r ias anuaks, comu tampoco
11aci(J11al ) pnpuLtr L:,t>111u t~ia -110 01J.~ta1lle ludas sus lirnilaL'io- lavorece la presencia dc sus ministros para ser interpc!Hdos)- no
rn:~.---- c:I yrigoy1~11i'>til L11hiL'.ra obligado también a cuestionar los siemprc SO!I honestos.
lur:da111.:11tu~ de una polftica h;1sada en ide11tificacit)11 del hluquc Tampoco se encuentran posiL'iones de delcnsa de la democracia
'de luciLas p1ipulmes como los ene1•1;gus frontales del pruletaria- en las rnús poderosas asociaciones de illtcrés bmguesas, la Socie-
du" (.-\1i,ú llJ()() 1-!7) t dad Rural y la Unión Industrial.
Atci1d1c11du ;11'.jucgn del siste111;1 tk pa1 t idus, la Argentina del En L'llanto a las luc1 Las armadas ---por definición, parte misma
.p1i111er y lrust1aclo cxpc1i111ento dc1no¡_·1útiu> no tieny un partido clel Estado y encargadas de la función política de su defensa---, su
urg;íniui 'd,: de1 cL'ha, ni uno l uellc de izquiL'rda, como tarnpolu protagonismo en el campo de las decisiones políticas es, en buena
C\p1c,io11c, de uJ11espondencia entre p;11tidu políiico) clase so- medida, u!la prolongación -y tal veL un electo no querido- de
t:ial ':lí. en ca111hi1i, un partido --mú:-. bien, movimiento- de un la prúctica inaugurada por los CÍ\'icos en 1890 -y continuada por
ct.:11tn1 (exce~;i\ <1111;.:11te anc'iiu) t¡UL'. se expande hacia uno y otro los radicales, al rnenos entre 1893 y 1905- de apelar a ellas para,
'1 n1¡¡1ge11 del c;.peL'll tl poli11c·•J, '.;i11 lk~:1r a los extremos y con ma- bajo dirección política civil, tt:rmi11ar con el régimen oligárquico.
!l
J'PI i11ci111acili11 liaci<1, o pe11ct1<1cilí11 en. la derecha demon~ílil·a A mclludu se seriala que his 111ilila1es golpistas de 1930 son una
,¡ que l1aci~1 1<1 i1quie1da (de hecl1u hah1 a que: t:spe1 ar hasta los ;111os rnino!Ía, circunsuipta al Colegio l\lilitar, tal vez más especffica-
1•
trcil1la y cu;11t.:1lla para que surja un ala de izquierda dt.:ntro del mwle a su director, el general Fr anci ;co Reynolcls, y los cadetes
radicali:-.rnu). La '0Lacit)11 "atrapa t<•:.h de la UCR es, simuluí- -a quienes se les podría imputar una participación por (mala
ne<11nc111e, e\¡He';ilí!l d<.: su éxito ckuoral -continuo, succsi\ o y aplicacilÍn de la) obediencia debida-, en contraste con la posi-
cn:L·irnre ent1t.: l lJ 12 y 1928 (ha) un desce1i-;o en 1930)- y condi- ción \'acilante o pum l'arnral>le al golpe de un número considera-
c,ió11 ,it; 11 acaso y. sobre tmlo, de debí 1i¡ ;11nicnto de 1 sistema de ble ck oliL·i:des e incluso cun la 111íÍs cl;1rnrnente ~nstitucionalista
pa11ido-, y de:! jul:go de poder de111t>l·1j1ico del Regimiento 8 de C'aballcría de Liniers (no se pliega al golpe) y
nes tan jerárquicas y discipli11adas colllo el Ejé1cito (de 11iat1 i1 1912 Y l 9JO. es cierto. la dcrnonacia política se amplía. Pcrn la l¡ 1
B113L1 dG RA FÍA l(uck. ll•11 id i 1977 J. U 111i/1rn/1111w 111gc1J111111. / 81.J0-1930, :\mono1 tu. But:nos
r\i1<:,;
-\Jl:i•lldi \\"!ltl<.1 tell lLÍll1i1c de publicación) 1\'01111'11, /111u1l11 e1¡1111'0< uillll l'w-
11du111111c111111/c ¡>1111id"11'11 /u ,\1~c11111w 1111 111'/llll 1880-19 . W l<.ouq11ii: \lain 1l'!X11 l't1dl'11111/J111r 1 w1 h/111/ ¡)()/f1ii 11 rn (11 A1,t:l'llíi1111, Emccé,
i
lluL'nos .-\ires. 1omo 1
\nsaldi \\'aldo, l'uccia1clli 'dl11:du R y Villa1rnél_ José C, cdittHó 1 llJl):\)
l \1grn1111ll rn /11 ¡>ll: de do1 g11<'r:111. /tJ/-1-/Vl.í_ lltblos. Buenos Ai1es SidiL·•1r11 I< ¡,·:11do ( l '!'!3 l /.u ¡10/i1il a 111irwlu ilnde urriba í_m ii/e(I\ del diario
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