Había una vez en una gran ciudad llena de luces, mucho ruido y mucha gente, donde vivía una

linda familia que esperaba con ansias su bichito de luz. La madre estaba muy contenta por haber
recibido la noticia que nuevamente seria mama, estallando de felicidad. pasaron 9 meses y nació
una linda niñita, a la mama le encantaban las flores y por eso la llamo amaranta que significaba la
que nunca muere o la que nunca decae. Mientras pasaban los meses amaranta crecía fuerte y
hermosa, un día la madre recibió un llamado era su familia del sur. Necesitaba de su ayuda, había
que cuidar a su abuelita micaela la cual tenía una enfermedad llamada alzhéimer, esta es una
enfermedad que va borrando de apoco todos los recuerdos de las personas. La madre sin pensarlo
tomo amaranta y se subieron a gran avión para llegar a un hermoso pueblo lleno de vida llamado
puerto Ibáñez. cuando llegaron al pueblo toda la familia la esperaban y al verlas lloraron de alegría

Amaranta acostumbrada a que la atención de mama era solo para ella, tubo que empezar
aprender que la mama también tenía que ver y cuidar a su abuela, cambiarle el pañal, acostarla y
darle besos y abrazos. como amaranta se colocaba a llorar cada vez que mama llevaba al baño a la
abuela micaela entonces la madre tuvo que buscar una solución y encontró un jardín mágico
llamado Bambi, amaranta empezó a asistir a este jardín y ella era feliz, habían tías que todos los
días la recibían con una gran sonrisa, mucho amor y con mucha paciencia cuidaban de ella. esto
fue de mucha ayuda para la madre, porque podría cuidar bien de su abuela sin descuidar a su hija.

Amaranta aprendió a querer a su abuela y compartir el cariño de mama ahora le ayuda cuando
mama lleva a la abuela al baño, amaranta toma de la mano a la abuela y la regresas a la cocina se
ríen mucho incluso a veces se sientan juntas a comer paleta y ver películas.

“La vida es para vivirla y que mejor junto a las personas que a mamamos y devolviendo cada
momento de los que cuando estuvieron bien cuidaron de nosotros”.