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Es una acción
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Cuando alguno es tentado, no diga que es tentado de parte de Dios; porque Dios no
puede ser tentado por el mal, ni él tienta a nadie;
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sino que cada uno es tentado, cuando de su propia concupiscencia es atraído y
seducido.
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Entonces la concupiscencia, después que ha concebido, da a luz el pecado; y el
pecado, siendo consumado, da a luz la muerte.
2Cor. 7.1 Así que, amados, puesto que tenemos tales promesas, limpiémonos de toda
contaminación de carne y de espíritu, perfeccionando la santidad en el temor de Dios.
1 Ts. 5.23 Y el mismo Dios de paz os santifique por completo; y todo vuestro ser, espíritu, alma
y cuerpo, sea guardado irreprensible para la venida de nuestro Señor Jesucristo.
Job. 7.11 Por tanto, no refrenaré mi boca; Hablaré en la angustia de mi espíritu, Y me quejaré
con la amargura de mi alma.
Proverbios 28:13 El que encubre sus pecados no prosperará; Mas el que los confiesa y
se aparta alcanzará misericordia.
Mal. 2.16
Porque Jehová Dios de Israel ha dicho que él aborrece el repudio, y al que cubre de iniquidad
su vestido, dijo Jehová de los ejércitos. Guardaos, pues, en vuestro espíritu, y no seáis
desleales.
La iniquidad es maldad, impiedad o culpa, y su gravedad está por encima del pecado. Como tal,
es una ofensa contra Dios, fundada en el desconocimiento y rechazo de las leyes del Señor. De
hecho, si atendemos la versión en griego antiguo de la Biblia, notaremos que iniquidad ha sido
traducida desde el término ἀνομία (anomía), que significa ‘desprecio por las leyes’, de lo cual
se extrae que la iniquidad implica el irrespeto y la no sujeción a la autoridad de Dios o de la ley,
derivando en otra posible acepción: anarquía.