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BIOMECÁNICA

DE LA OSCILACIÓN CORDAL

Las descripciones comunes respecto al proceso de producción de la voz, consideran la
conocida presión subglótica como elemento efector para vencer resistencia que oponen las
cuerdas vocales, iniciando la vibración y cada uno de sus ciclos, involucrando además la
elasticidad del tejido, que permite que los pliegues vocales vuelvan a su posición. Si bien estas
explicaciones se acercan a la realidad, no consideran muchas veces las cuerdas vocales como
una estructura compuesta por distintos tipos de tejido, y que cada uno de ellos puede tener un
funcionamiento distinto; y tampoco la interacción de presiones, dadas por el efecto Bernoulli,
lo cual en su conjunto permite llevar a cabo todo este proceso.
De acuerdo a la teoría expuesta en los apartados anteriores, en los párrafos siguientes se dará
a conocer la aplicación de todos aquellos principios y conceptos a la vibración de las cuerdas
vocales.

• Modelo de masa de las cuerdas vocales
Antes de comenzar a explicar el funcionamiento de cada una de las capas de las cuerdas
vocales, se hace necesario comprender en un primer momento el presente modelo modelo,
que considera a la cuerda vocal como un cuerpo único y uniforme en su estructura.
Si se considera una cuerda vocal como un oscilador con determinada masa, con rigidez, y una
constante de amortiguamiento, servirá para poder comenzar a comprender el tema desde lo
general a lo específico, para después lograr responder las interrogantes y justificar el uso o no
de este modelo a la realidad.
Estos tres elementos mencionados, están representados en la figura 23, donde la masa (m),
representa la masa misma del tejido; la rigidez (k), representa la rigidez del tejido; y la
constante de amortiguamiento (b), hace referencia a la viscosidad del tejido, correspondiendo
a la energía absorbida por el mismo. La presión (P) a nivel de la glotis, actúa de manera
perpendicular a la superficie del tejido de la cuerda vocal. De acuerdo a lo planteado en el
efecto Bernoulli, esta presión que en la subglotis será positiva irá variando, junto con la
velocidad del flujo aéreo, de acuerdo a las variaciones en la configuración del tubo, en este
caso representado por la laringe y el tracto vocal. Las secciones transversales representadas
por a1 y a2, hacen referencia a la región inferior y superior de la glotis respectivamente. Ps
representa a la presión subglótica, con dirección ascendente, y Pi representa a la presión
supraglótica. Tomando en cuenta que dentro de la glotis existe la presión P ya mencionada,
esta correspondería a la denominada presión transglótica, que en términos matemáticos
correspondería a la diferencia entre la presión subglótica con la presión supraglótica (Ps – Pi).
Al observar este modelo, mostrado en la figura bajo un corte coronal, será de utilidad para
poder comenzar a comprender el tema desde lo general a lo específico, para después lograr
responder las interrogantes y justificar el uso o no de este modelo a la realidad.


Figura 23. Modelo de masa de las cuerdas vocales.

El proceso de fonación tiene su base en el sistema respiratorio, ya que es éste el que permite el
ingreso de flujo aéreo al organismo, dada la diferencia de presión entre la presión intratorácica y
la presión atmosférica. En primera instancia, se produce una expansión de los pulmones para
permitir este ingreso de aire, produciendo un aumento de la presión subglótica, la cual es
necesaria para permitir una abducción de las cuerdas vocales, ya que éstas se encuentran juntas,
en aducción, hacia la línea media. De esta forma, cuando se desea emitir un sonido ya sea para
fonar, las cuerdas vocales se aducen. En esta situación el aire no encuentra vía libre para salir y se
crea una presión; cuando esta alcanza un grado determinado, vence la resistencia que ofrecían las
cuerdas vocales y al pasar a través del espacio que éstas le dejan las hace vibrar, produciendo
sonido.

En este proceso de aducción de las cuerdas vocales, se pueden distinguir dos fases: una de
preparación y otra de ejecución.
La primera fase de preparación, se caracteriza por el paso de una gran abertura de la glotis, hacia
una abertura más pequeña, próxima al cierre de la misma. Durante esta etapa, el movimiento del
músculo cricoaritenoideo posterior disminuye al mismo tiempo que aumenta el movimiento de los
músculos cricoaritenoideo lateral, interaritenoideos y tiroaritenoideo. Este proceso de cierre de
las cuerdas vocales no concluido produce una disminución del volumen del flujo de aire, un
aumento de la presión subglótica y a su vez el aumento de la velocidad de aquel flujo.
La segunda fase de ejecución, consiste en el cierre completo de la glotis debido a la aproximación
de las cuerdas vocales, por lo tanto la actividad del músculo cricoaritenoideo posterior se hace
nula, aumentando así la actividad de los músculos aductores. Luego, la presión subglótica continúa
aumentando, así como también aumenta la velocidad del flujo aéreo a medida que se va
estrechando la vía de conducción, la cual vence la aducción de las cuerdas vocales. Cuando esto
ocurre, se comienza a formar una presión en la parte interior de la glotis, denominada presión
transglótica, la cual permite que la glotis se mantenga vibrando y se genere el movimiento
ondulatorio de la mucosa, que será explicado más adelante.
Como es esperable, el flujo aéreo que pasa a través de la glotis debe continuar su recorrido hacia
arriba, llegando a la supraglotis. En este momento, es donde nuevamente se vuelven a generar
diferencias de presión entre la glotis y su continuación con el tracto vocal. A medida que el flujo
sigue avanzando, se produce una expansión y condensación de este, provocando que la presión
transglótica se haga negativa, colaborando en la aducción de las cuerdas vocales; y por otro lado
colabora en la abducción de éstas, debido a que cuando esta condensación ocurre, debido a un
fenómeno de rarefacción, se ejerce una presión sobre la glotis, ayudando a que las cuerdas
vocales se separen. Por lo tanto, esta presión permite que el ciclo se vuelva a generar y permite
que el movimiento oscilatorio de las cuerdas vocales sea autosostenido, lo cual se abordará en el
siguiente apartado.
En conclusión, es el proceso inspiratorio el que permitirá el aumento de la presión subglótica
nuevamente, para llevar a cabo el proceso. Entonces, para que el proceso de fonación sea llevado
a cabo en forma continua, es necesario que esta ocurra mediante un ciclo, que se denomina “ciclo
vibratorio”, en el cual existe una continuidad en la oscilación de las cuerdas vocales, lo cual se
puede explicar mediante la teoría mioelástica aerodinámica, que incorpora la participación de la
elasticidad de los tejidos de las las cuerdas vocales, que permitirá que éstas vuelvan a la posición
media debido al grado de tensión en el momento de abducción, y el fenómeno aerodinámico que
aporta el flujo aéreo constante, que es representado por la interacción de presiones y la velocidad
del flujo aéreo, el cual genera una presión negativa en la glotis, permitiendo así la aducción.


Figura 24. Ciclo vibratorio, donde se muestra el ciclo de apertura y cierre de las cuerdas vocales de manera continua.


En la imagen (a) las cuerdas vocales se encuentran abducidas. Al encontrarse cerradas, la presión
subglótica comienza a aumentar, pero esta presión va a tener una resistencia, que es la aducción
de las cuerdas vocales, pero va a llegar un punto en que la presión subglótica vence a la resistencia
de las cuerdas vocales, generando presión transglótica, hasta que abran por completo (f). Luego,
las cuerdas vocales se comienzan a cerrar por el efecto de elasticidad, al ir disminuyendo de
diámetro la glotis, e ir aumentando la velocidad de aire a, con lo que la presión disminuye en la
glotis, ocurriendo un efecto de succión para que las cuerdas vocales logren una aducción completa
nuevamente (a).
Si se considera el modelo recién presentado, es posible dar cuenta que al utilizar una sola masa
para explicar el comportamiento de las cuerdas vocales, el movimiento de las mismas sería
uniforme, no existiendo una diferencia en el comportamiento de cada una de las capas, lo cual no
se ajusta a la realidad, debido a que si así fuese, el sonido vocal producido sería siempre el mismo,
y sin variaciones.
Como se observa en la imagen anterior, en el proceso de aducción y abducción de los pliegues
vocales, estos adoptan diferentes formas, existiendo diferencias de fase tanto vertical como
longitudinalmente, gracias a la interacción entre las presiones ya mencionadas.
Es por esto, que en el título siguiente, se justificará la existencia de otro modelo que se acerca más
a la realidad del comportamiento de las cuerdas vocales, como vibradores estructurales en capas,
lo cual permitirá aplicar con mayor claridad la interacción entre presión y velocidad, en relación al
flujo aéreo efector en la producción de voz en condiciones normales; y también permitirá explicar
cómo una alteración en cualquiera de estos elementos, afectará en mayor o menor grado la
dinámica del sistema, provocando una alteración en el producto vocal final.

• Modelo de tres masas y oscilación autosostenida de las cuerdas vocales
Repetidas experimentaciones utilizando videotelelaringoscopia con luz estroboscópica, han
demostrado que el movimiento de las cuerdas vocales no ocurre de manera uniforme, por lo
tanto no podrían estas ser representadas como una sola masa sólida.
Si se toma en cuenta la definición de Hirano (1975) respecto a la cuerda vocal, considerada
como un vibrador estructural en capas, se asume que cada una de ellas tendrá un
comportamiento mecánico distinto de acuerdo a la variación de sus características físicas
(elasticidad, rigidez y viscosidad). Todas estas propiedades mencionadas, permitirán que
aquellas capas distintas trabajen de manera coordinada para producir un determinado sonido
en conjunto.
Como fue explicado anteriormente, la estructura de una cuerda vocal está integrada por una
serie de capas, que finalmente forman una cubierta, una transición de tejido conectivo, y
finalmente un cuerpo, que corresponde al músculo tiroaritenoideo. Es por esto, que se ha
logrado comprobar que el movimiento de la cubierta puede ser independiente del
movimiento del cuerpo y pueden ocurrir de manera conjunta en algunos casos. La cubierta,
debido a su conformación posee mayor elasticidad que las capas más profundas hasta llegar al
músculo, lo cual justifica que el movimiento no sea uniforme.
Debido a la variabilidad en la estructura de las capas, es necesario dar a conocer que existen
fenómenos dinámicos que pueden explicar el movimiento de la cuerda vocal (Morrison, M.;
Rammage, L. 1996), que son: la diferencia de fase vertical, la diferencia de fase longitudinal y la
onda mucosa.

Diferencia de fase vertical
Este término hace referencia a las diferencias temporales en la aducción y abducción de los
márgenes inferior y superior de cada cuerda vocal. El borde inferior es el primero en
contactar, tanto en apertura y cierre, dado que es el primero en verse enfrentado a la
influencia de la presión subglótica cuando esta se hace positiva; y además, es el primero en
hacer contacto luego que esta presión subglótica se vuelve negativa, por las diferencias de
presión a lo largo del tracto.

Diferencia de fase longitudinal
Esta hace referencia a la apertura y cierre no simultáneos, en dirección anteroposterior, de las
cuerdas vocales. Esta puede ser una consecuencia de los fenómenos que se nombran a
continuación:
- Grosores distintos de las distintas capas en sentido anteroposterior.
- Dinámica muscular variable en sentido anteroposterior.
- Distinta naturaleza de las inserciones de las porciones anterior y posterior de cada cuerda
vocal.
- Diferente respuesta mecánica durante el proceso, producto de todos los factores antes
mencionados, en sentido anteroposterior.

Onda mucosa
Corresponde a un efecto de ondulación que se observa a lo largo de la superficie de los
pliegues vocales. Esta se desplaza del extremo anterior al posterior, y por otro lado transcurre
del borde hacia la zona periférica de cada cuerda vocal. Este movimiento podría ser explicado
a través de los siguientes factores:
- Diferencia de fase vertical.
- Tendencia natural de la cubierta de las cuerdas vocales a moverse libremente cuando
ocurre una deformación vertical producto de presiones subglóticas.
- Impacto de las cuerdas vocales entre sí, cuando estas se aducen.
- Grado de amplitud de las vibraciones.
- Grado de aducción de los cartílagos aritenoides.

Existen infinitas posibilidades de los diferentes patrones vibratorios de las cuerdas vocales,
por lo cual en muchas ocasiones se hace prácticamente imposible cuantificar los movimientos,
tomando en cuenta que son patrones que ocurren en distintas direcciones y al mismo tiempo.

Dado lo anterior, se hace presente nuevamente que el modelo de masa recién abordado no es
de utilidad para explicar el real movimiento de las cuerdas vocales, debido a que se
necesitaría de mayor cantidad de masas para que realmente pueda ser aplicado a la realidad
de la fisiología fonatoria, por las diferencias de fase ya mencionadas (Titze, I. 2000).
Por otro lado, es relevante destacar que las oscilaciones que poseen las cuerdas vocales
corresponderían al tipo de oscilación autosostenida. Esto, debido a que si se piensa que en
cada ciclo se disipa energía, se necesitará de una fuerza que permita volver a entregar la
energía que antes se transformó.
Diversas teorías han intentado explicar el proceso de fonación, tomando en cuenta el cierre
periódico de la glotis gracias a la elasticidad, rigidez y elasticidad de los tejidos de las cuerdas
vocales, además de los fenómenos aerodinámicos que aporta el flujo aéreo efector de manera
constante, que gracias a la interacción de presiones dada por el Efecto Bernoulli permite que
la oscilación de las cuerdas vocales pueda mantenerse en el tiempo, rigiéndose por el
principio de conservación de la energía. Todo esto, alude a la llamada teoría mioelástica
aerodinámica (García-Tapia, R.; Urrutia,I. 1996).
Ya es sabido entonces, que esto es posible gracias al Efecto Bernoulli y a la inertancia de
sistema, elementos que permitirán que las oscilaciones se puedan mantener en el tiempo. Sin
embargo, para que esto sea posible, se debe considerar a todos estos elementos como parte de
un mismo sistema. Conceptos que serán aplicados y expuestos en los siguientes párrafos.


Si se homologa lo de la figura 25 con lo del
modelo anterior y se aplica al modelo de tres
masas, tendríamos que:

- m: Masa correspondiente al cuerpo de la cuerda
vocal (músculo).
- m1 y m2: Masas correspondientes a la cubierta
de la cuerda vocal (explicando la diferencia de
fase existente durante el movimiento).
- k: Rigidez correspondiente a cada tejido.
- Constante b: amortiguamiento, representado
por la viscosidad de los tejidos (espacio de
Reinke).

Cada uno de estos elementos y la acción
Figura 25. Sistema de tres masas aplicado a la cuerda vocal.
coordinada entre ellos, permite explicar de qué

manera ocurre la oscilación de las cuerdas

vocales, tomando en cuenta que la cubierta y el
cuerpo pueden tener movimientos
independientes.
Efecto Bernoulli e inertancia del sistema aplicado al modelo de tres masas

De acuerdo a lo planteado por Sataloff, R. (2005), el comportamiento mecánico de las cuerdas
vocales depende de que estas sean influidas por la presión subglótica, que deberá tener un valor
mayor que la presión entre las cuerdas vocales, para que esta logre vencer la resistencia de las
características biomecánicas de la glotis (masa, elasticidad y viscosidad), yendo desde la
infraglotis, constituida por un espacio de mayor área, hacia la glotis, que tendrá un área menor.
Una vez que esto sucede, se produce la formación de presión transglótica. Esta presión
transglótica adquiere gran importancia para lograr que las cuerdas vocales se mantengan
vibrando. Si esta presión transglótica es positiva, se encarga de alejar los pliegues vocales entre sí,
produciendo abducción de estos. Por el contrario, si esta presión adquiere un valor negativo,
participará en el cierre de las cuerdas vocales, produciendo aducción. Esta variación de la presión
transglótica, va a depender del desplazamiento de las presiones subglótica y supraglótica y la
forma que adquiera la glotis en determinado momento. La presión supraglótica también es
importante para mantener la oscilación cordal.
Luego de separarse las cuerdas vocales durante un ciclo vibratorio, mientras la glotis se acerca al
cierre nuevamente, el flujo aéreo que viaja a través de ella decrece relativamente rápido. El aire
que ya ha pasado a través de ella, continúa su recorrido hacia la supraglotis, formándose mayores
distancias respecto a la glotis. Esta cantidad de movimiento, también denominado momentum,
produce una condensación de presión negativa directamente sobre la glotis en la medida que las
partículas de aire se separan cada vez más entre sí. Esta presión supraglótica negativa, permitiría
la formación de presiones negativas transglóticas, si es que la glotis aún no se cierra en su borde
inferior, facilitando así la aducción de las cuerdas vocales, sumando la ayuda de las características
elásticas del tejido de las cuerdas vocales.
También es importante destacar, que a medida que la glotis comienza su apertura nuevamente
durante un ciclo vibratorio normal, el aire que fluye por ella se encuentra con una masa de aire
directamente sobre él, que se encuentra en la supraglotis, creando una compresión y una presión
positiva supraglótica, lo cual debiese elevar la presión además dentro de la glotis, al menos cerca
del límite superior. Este aumento de presión entonces, también causará una presión positiva
transglótica, generada a partir de las diferencias de presión existentes dentro de la cavidad,
facilitando la abducción de las cuerdas vocales.
Por lo tanto, durante la apertura, la presión supraglótica positiva puede ayudar a la abducción
cordal, y durante el cierre, la presión supraglótica negativa puede ayudar a la aducción cordal.
Durante el proceso de fonación, la glotis adquiere dos formas, que serán denominadas como glotis
convergente y glotis divergente (ver figura 26).


Figura 26. Modelo de 3 masas, aplicado a la forma convergente y divergente de la glotis.


Durante el comienzo de la abducción cordal, se produce una forma de glotis convergente, que
implica una apertura amplia en el borde inferior, y una apertura angosta en el borde superior de la
cuerda vocal (ver figura 27). Debido a esto, se produce un descenso de presión, debido a que la
presión positiva traqueal deja de serlo, debido a que la presión va en aumento hacia la salida de la
glotis, o al menos cercana a valores de la presión atmosférica. Entonces, la forma convergente
permite la creación de una presión positiva transglótica, la cual permite vencer la resistencia de las
cuerdas vocales, facilitando la abducción.
Luego, durante el comienzo de la aducción cordal, se produce una forma de glotis divergente, con
una apertura más angosta en la parte inferior de la glotis, y con una apertura amplia en la parte
superior de la cuerda vocal (ver figura 28). La presión subglótica en este caso, es más baja que la
presión supraglótica, y tiende a ser negativa en el caso de que la presión supraglótica sea igual a la
presión atmosférica (valor 0). En concordancia con el efecto Bernoulli, es que la presión subglótica
disminuye, porque se produce succión de la porción inferior de la glotis, debido a la interacción
entre presiones, y debido al cambio de conformación del tubo.
La presión transglótica entonces, también se volvería negativa, facilitando de esta forma la
aducción completa de las cuerdas vocales, estando estas preparadas para comenzar un nuevo
ciclo.
Entonces, la separación de las cuerdas vocales comienza en su borde inferior, continuando hacia el
borde superior hasta abrirse para permitir la salida de aire. Antes de producirse la apertura
superior por completo, los bordes inferiores ya han comenzado a aproximarse hasta lograr el
cierre inferior y comenzar nuevamente la apertura hacia el borde superior para continuar con el
ciclo.


Figura 27. Glotis convergente. Figura 28. Glotis divergente.


El efecto Bernoulli ha ido usado históricamente para intentar explicar el proceso de la fonación.
Por lo tanto, mientras las partículas de aire se aceleran mientras entran en la glotis, la presión del
aire supuestamente se volvería negativa a través de esta porque constituiría una configuración
más pequeña que la tráquea, y esta presión negativa succionaría los pliegues uno contra el otro
sin importar su forma. Si se compara con el fenómeno real, esta explicación sería incompleta.
Durante la apertura de las cuerdas vocales, cuando la glotis tiene una forma convergente, el
efecto Bernoulli no ayuda a explicar el fenómeno, porque la presión transglótica aumenta de
valor, no lo disminuye, sin importar que la glotis tenga un área menor a la sección de la tráquea,
porque la presión disminuye desde el valor positivo de la tráquea al valor positivo cercano a cero
de la supraglotis.
Durante el cierre de las cuerdas vocales, cuando la glotis adopta una forma divergente, la
reducción de presión desde la tráquea hasta la entrada de la glotis puede seguir la ecuación de
Bernoulli en la mayoría de sus partes, pero este efecto dentro de la glotis se aplicaría
esencialmente solo en el caso especial de que no haya separación de flujo de las paredes de la
glotis, en el cual el aire fluye alejándose de las paredes de la glotis, lo cual ocurre cuando se eleva
la presión en la glotis de forma divergente. Esto, crea una condición en donde el efecto Bernoulli
no se aplica más allá del punto de separación del flujo aéreo gracias a la diferencia de fase de las
cuerdas vocales.
Por todo lo anteriormente expuesto, se hace importante destacar que para que todo el ciclo
vibratorio ocurra de manera autosostenida, se hace necesaria la aplicación del modelo de tres
masas, ya que al tener dos masas representando el movimiento de la cubierta, más otra masa
representando al cuerpo, se hace posible la alternancia de la forma convergente y divergente, lo
cual permite aquel tipo de oscilación. La energía se transfiere desde la columna de aire hacia los
tejidos, sincronizándose con el movimiento de ellos, para que al final del ciclo pueda “devolverse”
cierta cantidad de energía y el ciclo pueda continuar, permitiendo que las estructuras implicadas
no se queden estáticas y que no necesiten de una fuerza que esté fuera del sistema para poder
funcionar correctamente.
Otro punto importante, que será de utilidad en las partes finales de esta revisión, es que aun
cuando la glotis es capaz de intercalar sus dos formas descritas, las presiones dirigidas hacia
ambas cuerdas vocales pueden ser distintas en algunos casos, debido a la separación de flujo
aéreo de manera asimétrica (en un solo lado), provocando que las cuerdas vocales vibren fuera de
fase entre ellas. Sin embargo, debido a que los cambios geométricos durante la vibración de las
cuerdas vocales son muy rápidos, puede que muchas veces no exista el factor tiempo necesario
para que estas diferencias se hagan significativamente notorias.


Figura 29. Ciclo vibratorio en resumen, donde se muestra a diferencia del modelo anterior, la forma convergente y
divergente descrita dentro del ciclo. Todo esto, posible gracias al Efecto Bernoulli, las características de los tejidos y la
inertancia del sistema.


Figura 30. Se observa un gráfico del flujo glotal versus el tiempo, donde es posible notar el movimiento de las cuerdas
vocales en la fase vertical y longitudinal. Mediante la onda formada, se observa que en la fase abierta el flujo glotal
aumenta.

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