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Borreguero Aragón Elena
Borreguero Aragón Elena
Esta viñeta, que representa una escena que cualquier mujer desearía no vivir, muestra
la situación a la que miles de mujeres se enfrentan cuando denuncian o son víctimas
de una agresión sexual. En ella podemos ver como una mujer que dice haber sufrido
una violación acude a denunciarlo y la persona que le toma declaración le pregunta
qué llevaba puesto cuando fue víctima del abuso.
El año pasado el Ministerio de Igualdad publicó en su portal web los resultados del
análisis de la encuesta sobre la percepción social de la violencia sexual con el objetivo
de mostrar la percepción que tiene la sociedad sobre los diferentes aspectos de la
violencia sexual. Entre otros, aquellas circunstancias o mitos que llegan en algunos
casos a justificar el acto de violencia. En algunos casos los resultados muestran “la
tolerancia de la población hacia actitudes que pueden llegar a justificar la violencia
sexual, culpabilizar a la víctima o eximir al agresor”. Por ejemplo, un 43,7 % de los
encuestados afirmaron que si una mujer no tiene intención de tener relaciones
sexuales con un hombre no debería coquetear con él, lo que supone pasar la
responsabilidad de la agresión sexual del agresor a la víctima. Dentro de estas
actitudes también se encuentra, entre otras, la vestimenta de la víctima en el
momento de la agresión
considerándose esta un factor
a tener en cuenta y que
podría justificar la violencia.
El análisis, que es además el primero que se realiza a nivel europeo, concluye en que
prácticamente la mitad de los encuestados (el 40,9 % de los hombres y el 33,4 % de las
mujeres) consideran que son las mujeres las que deben tomar responsabilidad para
evitar y controlar el acoso sexual a las que son sometidas y esta creencia no hace más
que dificultar que cesen los delitos por abuso sexual.
El ¿Qué llevabas puesto? o What were you wearing? fue un movimiento que el Centro
de Educación y Prevención de Agresión Sexual de la Universidad de Arkansas llevó
acabo en 2013 y que pretendía frenar las creencias de que la vestimenta de una mujer
podía evitar o no que fueran víctimas de algún tipo de agresión sexual. Se realizó una
exposición en las que se expusieron recreaciones de las vestimentas que 18
estudiantes universitarias llevaron puestas el día que fueron víctimas de la agresión.
A partir de esta iniciativa en Arkansas se llevó a cabo una iniciativa similar el año
pasado en Costa Rica, con una réplica de la exposición durante el Día Internacional
para la Eliminación de la Violencia contra la Mujer. La exposición tuvo lugar en la Casa
Caníbal del Centro Cultural de España y formó parte de una de las iniciativas de la
UNESCO de San José y del Centro Cultural de España para visibilizar los mitos que giran
en torno a la violencia sexual.
Además, también impulsaron una
campaña en RRSS bajo el hashtag
#quellevabaspuesto.
Es decir, en sus propias palabras las mujeres deberían dejar de vestirse como putas
para no ser violadas. Las duras y equivocadas palabras de este policía propiciaron que
en EE. UU. se llevara a cabo
una marcha feminista para
denunciar la violencia de género y a la cultura que culpa a la víctima en lugar de
condenar al agresor sexual. Miles de mujeres se lanzaron a las calles de Nueva York
con vestimentas supuestamente “provocativas” para reivindicar su libertad.
El objetivo de nuevo era crear conciencia y hacer ver que no importa la vestimenta que
lleves, si tú falda es más larga o corta, pues eso no le da el derecho a nadie a agredirte.
La campaña contó con el apoyo de nuestra Universidad, así como de la Universidad de
Sevilla y de los clubes de fútbol, las estaciones del Metro de Sevilla y una gran cantidad
de comercios. Además, la campaña estuvo acompañada de un cortometraje que se
puede ver en la cuenta oficial del Ayuntamiento de Sevilla en YouTube
En conclusión, podemos decir que el tipo de ropa que una mujer lleve no justifica en
absoluto ni tampoco autoriza una agresión sexual. Esto no son más que creencias que
promueven la desigualdad entre hombres y mujeres. Este fenómeno de culpabilización
de la víctima es conocido también por su nombre en inglés como victim blaiming y la
vestimenta es solo un ejemplo. Otros factores como el alcohol, si una mujer va sola o
acompañada o según por los lugares que transite son también utilizados para
culpabilizar a la víctima de una agresión sexual. Por tanto, en lugar de decirle a una
mujer que debe o no debe ponerse, en lugar de intentar evitar vistiendo de una
manera u otra que seamos agredidas o echándole la culpa a otros factores como los
que se han comentado anteriormente, es necesario promover una educación que se
base en la no agresión.
Referencias:
El País, Verne. (7 de junio, 2018). Envía este gráfico a quien crea que el alcohol
es la causa de las violaciones. Recuperado de
https://verne.elpais.com/verne/2018/06/07/articulo/1528385151_741058.htm
l
Monge, Y. (13 de junio, 2011). Se visten como se visten, y pasa lo que pasa
(todavía). Recuperado de
https://elpais.com/elpais/2011/06/13/mujeres/1307948400_130794.html
UNESCO. (2018). What Were You Wearing? Survivor Art Exhibition. Recuperado
de https://en.unesco.org/events/what-were-you-wearing-survivor-art-
exhibition