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¿POR QUÉ VIOLAMOS LOS VARONES Y CULPAMOS A LAS MUJERES?

Róger Mario Villarreal Castillo

Hablar de violencia hacia la mujer es tema muy complejo en la actualidad, en muchos


casos he escuchado la palabra “culpable” y eso necesariamente no hace referencia al
agresor de tal deplorable acto sino a la víctima quien lo sufrió. En esta oportunidad
quiero abordar un caso que me ha indignado como hombre y como ciudadano, en abril
del presente año se difundió un video en las redes sociales en donde se ve a un hombre
abusando sexualmente de una mujer, cuyo estado es inconsciente producto del alcohol
(La República, 2017), esto ocurrió en el año 2015 en una discoteca ubicada en el distrito
de Santa Anita en la ciudad de Lima y se ha visibilizado recién en este año mediante las
redes sociales.
La historia no acaba allí, lo más preocupante fueron los comentarios de algunos
usuarios y usuarias, mientras algunos condenaban el hecho, “otros” y “otras” culpaban a
la víctima del acto de violación sexual, para ello, los invito a revisar las sección de anexos
del presente ensayo para revisar algunos de estos comentarios desde las redes sociales.
En todos los comentarios mostrados, no solo por varones sino también mujeres,
responsabilizan a la víctima. Los argumentos van desde responsabilizarla por haber
bebido alcohol con un desconocido, que ella se lo buscó… Frente a ello, primero, hay
que reflexionar que no existe justificación alguna para que el delito de violación sexual
se cometa; segundo, culpabilizar a la víctima es vulnerar su integridad y salud mental,
hay que tener presente que la víctima es una ciudadana que como tal se le debe brindar
las condiciones necesarias para ejercer su denuncia ya que es su derecho; tercero, muchos
de los policías y administradores de justicia son varones y buscan cuestionar la situación
de la agraviada, en muchos de los casos se cuestiona hasta en su forma de vestir, el uso
de maquillaje o simplemente encontrarse sola.
Con lo manifestado se refuerza la siguiente afirmación: “vivimos en una sociedad
que enseña a las mujeres a cuidarse de no ser violadas en vez de enseñar a los hombres a no violar”
(imagen recuperada en http://right-in-twwo.tumblr.com/post/19257760244). Entonces, es
nuestra meta vencer este estereotipo de que los varones somos instintivos, ya que con
esto se busca justificar la violencia, la violencia sexual, la infidelidad, el incesto, entre
otros actos que son considerados por la sociedad como actos propios de los varones.
“Deberíamos cuestionar los privilegios otorgados por la complicidad patriarcal. No deberíamos
aceptar un rol masculino determinado, de acuerdo con falsos estereotipos. Estaría bien empezar
a descubrirnos y deconstruir nuestra masculinidad.” (Giralt, 2014) Con la finalidad de
construir y formar a varones en temas hacia la igualdad y hacia la equidad de género.
Países como Suecia lo están logrando y ello se debe a dos factores, según Carin Götlab,
quien fue jefa de la policía en la ciudad de Estocolmo, Suecia es un país que no ha estado
en guerra cerca de 300 años y desde hace 50 años el gobierno implementa la equidad de
género en sus políticas. (CNN México, 2013)
Para Gil Calvo (1997) “La identidad masculina se basa se basa en un mito funcional:
el de que un hombre debe hacer lo que le dé la real gana, haciendo de su capa un sayo y cumpliendo
su santa voluntad. Pero da la casualidad que lo que a un hombre le da la gana es o no hacer, o
no hacer nada bueno, y entregarse a todos los caprichos pasajeros que se le ocurran […]. Un
hombre debe ser alguien indómito e indomable que no acepta ser dominado por nadie, ni si quiera
por sus amigos, su mujer o sus padres, y que solo debe hacer su propia voluntad, por irresponsable,
arbitraria o irracional que resulte […]. Cada varoncito aprende de su mamá a quererlo todo y
ahora. Y ese delirio de omnipotencia no se puede dar nunca por satisfecho”. Y vale mencionar
que es la familia el primer agente de socialización y en ella donde vamos construyendo
aspectos de nuestra personalidad como varones, y es con base al sexo biológico donde se
atribuyen ciertas características que son asignadas a los varones, como la fortaleza, la
violencia, el poder y dominar a otros y otras. Las relaciones de género, según De León
y Zamudio (2016) “…se construyen como relaciones de poder y dominación, principalmente de
los hombres hacia las mujeres, por una valoración social, cultural e ideológica de superioridad de
los masculino sobre lo femenino” (p. 23).
La violencia en la actualidad es un acto que se ha normalizado en nuestro país,
muchos varones somos testigos o conocemos sobre estos acontecimientos pero es muy
complicado poder afrontarlo. A veces escucho mencionar como soluciones, que las
sanciones sean más drásticas, como que se instaure la pena de muerte hacia el agresor,
castración química, cada perpetua, entre otros. Y muy poco nos preocupamos por la
situación de la afectada, quien es estigmatizada (Goffman, 2006) por su condición como
víctima: sobre cómo hacer la denuncia, las preguntas incómodas que se le deben formular
para investigar el caso, someterse a un examen médico, entre otras acciones que
simplemente la vulneran más. Son pocos los casos donde se hace un seguimiento a la
víctima porque muchas veces su único mecanismo de sobrevivencia frente a ello es el
silencio. En una sociedad machista y patriarcal donde sólo buscan juzgarla en vez de
“ponerse en su lugar”, éticamente hablando.
“[…] El debate en torno a la violencia pivota [gira] sobre la oposición entre naturaleza
y cultura; unos defienden que el ser humano es violento por naturaleza y otros que la violencia se
adquiere en la sociedad. Otro debate importante gira en torno a la hipótesis de que el hombre es
más violento que la mujer, y que su forma de expresar la violencia es superior en crueldad y
eficacia que la forma de expresa la violencia por parte de las mujeres.” (Herrera, 2011, p. 207).
Cómo hacer frente a la violencia sexual hacia la mujer, como acompañamiento
psicológico se recomienda “des-culpabilizar” a la víctima, ella no es responsable de lo que
le ha sucedido. La responsabilidad es del agresor, no del alcohol, no de las drogas, no de
su instinto, no de su virilidad. El hombre agresor responsable, en el caso mencionado se
llama Jhon Taylor Pizarro Coronel, quien trabajaba como promotor en la discoteca
donde se cometió el delito, en la actualidad viene siendo procesado por el Ministerio
Público.
Para Echuburúa y Redondo (2010), las características de los agresores sexuales, son
las siguientes:
- La mayoría de los agresores sexuales condenados son varones y tienen como
víctimas principalmente a chicas a jóvenes.
- Aunque las edades más frecuentes de los agresores sexuales, cuando cometen su
primer delito sexual, suelen situarse en la franja de 16 a 25 años, la edad de su
primera detención y condena acostumbra a estar entre los 23 a 30 años.
- Muchos delincuentes sexuales condenados han cometido exclusivamente delitos
sexuales, aunque algunos también han cometidos otros delitos como robos.
- En torno al 40% de los agresores que son detenidos tienen antecedentes penales.
- Muchos agresores, cuando cometieron sus delitos, no tenían pareja, aunque algunos
sí que la tenían e incluso estaban casados.
- Una mayoría de agresores no tenía hijos cuando cometió el delito o los delitos.
- Los agresores sexuales condenados suelen tener un nivel de educación bajo, no
habiendo finalizado generalmente los estudios primarios.
- En consonancia con lo anterior, suelen contar con un nivel muy bajo de ocupación
y especialización de labores.
- Un número significativo de los sujetos que han cometido agresiones sexuales tiene
problemas de consumo abusivo de alcohol y otras drogas.
- La mayoría de los agresores manifiesta como motivo para seleccionar a su víctima
el haberla percibido indefensa, aunque en algunos casos señalan que el motivo de la
elección fue el atractivo físico de la víctima y el deseo sexual que ésta les produjo.
(p. 133-134).
Una vez mencionada la problemática, invito a reflexionar mediante la siguiente
pregunta: ¿Qué podemos hacer los varones si nos encontramos en una situación donde
la mujer se encuentra en una posición vulnerable como ésta? El ministro del Interior del
Perú, Carlos Basombrío, se pronunció sobre este caso: “Un hombre que ve a una mujer
desmayada, la ayuda, no la viola”. Una respuesta bastante acertada y muy aplaudida por la
ciudadanía. Tenemos que ser conscientes que la mujer en una sociedad patriarcal y
machista como la nuestra es vulnerable, y depende de nosotros sensibilizar a otros
varones sobre fomentar el respeto hacia la mujer como ciudadana y sujeto de derecho.
El ministro, como autoridad lo ha demostrado, pero falta sensibilizar aún a muchos
varones que se encuentran en el poder, especialmente a nuestros congresistas que acaban
de derogar el D.L. 1323 (Diario Perú 21), la cual buscaba hacer frente a los delitos de
feminicidio, violencia familiar y de género.
El año pasado, se realizó una marcha multitudinaria que congregó a funcionarios,
autoridades, ciudadanos y ciudadanas llamada “Ni una menos” con el fin de visibilizar las
vulnerabilidades en el sistema de acceso a justicia, ya que muchas mujeres víctimas de
violencia buscan acceder a ello pero por el simple hecho de ser mujeres se les niega esa
posibilidad porque sólo buscan culpabilizarlas. Para hacer frente a esta violencia debemos
proponer mecanismos que busquen derribar estereotipos sobre lo que implica ser
hombre y ser mujer en la sociedad, muchos de ellos están fortalecidos desde la familia,
la escuela, el ámbito laboral, los medios de comunicación e incluso instituciones como
las Iglesias. Donde se fortalece un “prototipo ideal” de varón y mujer, y cada uno de ellos
está representado por características antagónicas. Somos ciudadanos y ciudadanas que
merecemos ser reconocidos como tales, ni más ni menos. Y si somos testigos de algún
acto de violencia ayudemos a denunciarlo porque el silencio también nos convierte en
cómplices.

Bibliografía:

CNN México. (2013). ¿Por qué Suecia tiene niveles bajos de violencia?
[https://www.youtube.com/watch?v=bnML7OZvGiM] México D.F.
Coll-Planas, G. (2013) Dibujando el género. Madrid, España: Egales.
De León, S. y Zamudio, R. (2016). Trabajemos con un enfoque de género. Bogotá, Colombia:
Cuso International y Colectivo Hombres y Masculinidades.
Echeburúa, E. y Redondo, S. (2010). ¿Por qué víctima es femenino y agresor masculino? La
violencia contra la pareja y las agresiones sexuales. Madrid, España: Ediciones
Pirámide.
Gil Calvo, E. (1997). El nuevo sexo débil. Los dilemas del varón postmoderno. Barcelona,
España: Temas de Hoy.
Giralt, J. (11 de marzo de 2014) La deconstrucción de la masculinidad. Blogs Planeta
Futuro, Diario El País. Recuperado de http://blogs.elpais.com/amores-
imaginarios/2014/03/la-decosntrucción-de-la-masculinidad.html
Goffman, E. (2006). Estigma. La identidad deteriorada. Buenos Aires, Argentina:
Amorrortu.
Herrera, C. (2011). Más allá de las etiquetas. Mujeres, hombres y trans. Navarra, España:
Txalaparta.
Indignación en Facebook por hombre que abusó de joven inconsciente dentro de
discoteca limeña. (12 de abril de 2017) La República. Recuperado de
http://larepublica.pe/sociedad/864267-facebook-indignante-sujeto-abuso-de-
mujer-inconsciente-en-discoteca-de-lima
Luis Galarreta: "Derogación del Decreto Legislativo 1323 no es ningún retroceso". (5
de mayo de 2017) Perú 21. Recuperado de https://peru21.pe/politica/luis-
galarreta-derogacion-decreto-legislativo-1323-retroceso-75231

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