El origen de árbol de Navidad

Cuantas veces te has visto en apuros porque estás en días avanzados de diciembre y no te
has preparado para celebrar la Navidad, y mientras llegas rápidamente de las tiendas, vas
colocando los adornos y los regalos debajo de un pino, te detienes pensativo, y te preguntas
¿por qué tengo un árbol dentro de mi casa? Bueno, si tú aún piensas que un árbol mutilado
cubierto de plástico va a dar alegría y amor a tu casa, creo que este vídeo te dará mejores
razones para celebrar este ritual, en lo que llamaremos: el origen del árbol de Navidad.

Alabar y danzar alrededor de un árbol es una costumbre común en muchos pueblos

ancestrales, pero es necesario definir que su procedencia documentada más antigua se
asocia al paganismo de Babilonia aproximadamente 2600 años a.C.
La leyenda relata que en aquel entonces existía una reina llamada SEMIRAMIS en cuyo
vientre crecía su hijo TAMUZ, que según aquella religión, habría concebido virginalmente.
Aquel hijo, era la encarnación del dios (RA para los egipcios y BAAL para los caldeos) y
su alumbramiento se celebraba con fiestas y orgías, -les dije que había mejores razones-.
Esta mujer afirmaba que durante una noche vio un árbol verde desarrollándose de un
tronco muerto; entonces dijo que el tronco supuestamente representaba a su esposo muerto,
Nimrod. ¡¡Y el árbol de pino llegó a ser el símbolo de que Nimrod había revivido en la
persona de Tamuz!!, como homenaje se adornaban árboles con cerezas rojas y bolas
brillantes en representación del sol.
No cabe duda que el paganismo de Babilonia trascendió las fronteras, asentándose con
mucha fuerza en el politeísmo del imperio romano. Es ahí, donde se celebraba el día 25 de
diciembre como “El festival de invierno”, en conmemoración del alumbramiento de
TAMUZ, (Saturno para los romanos) el dios sol encarnado. En el que también surgió la
costumbre de adornar las puertas de cada casa, con coronas de flores y hojas verdes y por
cierto, continuó la práctica de adornar un árbol con frutas y decorativos alusivos al dios sol.
Por otro lado, en culturas posteriores como la corriente odinista, el culto al árbol se
presenta reiteradamente bajo diferentes nombres: el fresno Yggdrasil en honor a Odín o el
roble Donar, en su traducción, roble de trueno en honor a Thor, como ejemplos. (El roble
ya estaba asociado con Zeus en la Antigüedad Clásica y su carácter sagrado fue
particularmente intenso entre los pueblos germánicos). Es así que cuando los primeros
cristianos llegaron al norte de Europa, descubrieron que sus habitantes celebraban el
nacimiento de Frey, dios del Sol y la fertilidad, adornando un árbol perenne. La leyenda
entonces, que da comienzo a este símbolo se le debe a San Bonifacio, quien fue un
misionero evangelizador que en 723 llega a Germania con la “honorable misión” de
convertir paganos al cristianismo. Se cuenta que en una noche de Navidad, los germanos
intentaron sacrificar un niño debajo de un árbol y San Bonifacio, furioso, arrancó el tronco
de raíz y emergió de ellas un pino. Con su acción, no solo salvo la vida del niño, sino que
también logró que la mayoría de los presentes se convirtieran al cristianismo, ya que al ver
que ni Thor ni Odín castigaron al infractor, consideraron que el poder del dios cristiano
superaba al de sus dioses convirtiendo el suceso en un acto milagroso. En otras versiones,
según la primera hagiografía de Bonifacio, escrita por Willibaldo, el enorme roble fue
derribado por un gran soplo de viento, "como si por milagro" con solo un giro del hacha el
poder de dios se hiciera presente.  Bonifacio entonces, se dice que utilizó la madera del
roble para construir una capilla dedicada a San Pedro en Fritzlar. En esta capilla originó
posteriormente un monasterio benedictino. Posteriormente con la evangelización de esos
pueblos, los conversos tomaron la idea del árbol, para celebrar el nacimiento de Cristo,
pero cambiándole totalmente el significado.
Dicho árbol, siguiendo la costumbre llamada pagana, también estaba adornado, al parecer
en un principio San Bonifacio modificó el significado de adornar el árbol con manzanas,
representando con ellas las tentaciones. Hoy día, se acostumbra a colocar bolas o esferas
(en algunas regiones también llamadas bambalinas o chirimbolos), que simbolizan los
dones de Dios a los hombres (lo que como ya hemos visto, proviene de muchos años atrás).
Después se agregó la tradición de poner regalos para los niños bajo el árbol, enviados por
San Nicolás o también conocido como Santa Claus (y Papá Noel) o los Reyes Magos,
dependiendo las costumbres de la zona donde se encuentre. Finalmente, como dato, cabe
señalar que se cree que el primer árbol de Navidad formal apareció en Alemania en el año
1605, ya con la mayoría de los elementos que se conocen ahora, y de ahí fue extendiéndose
a todo el mundo cristiano.
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