Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
RESUMEN
El artículo pretender realizar una exposición general de las conceptualizaciones y discusiones realizadas
por el pensador alemán Jürgen Habermas en su obra Teoría de la Acción Comunicativa en lo referente a
En un primer momento, se presentarán a grandes rasgos los problemas de la racionalidad, los mecanismos
de coordinación de la acción social y la teoría de los actos de habla como presupuestos teóricos para
comprender la acción comunicativa. Acto seguido se expondrán unas nociones básicas sobre la categoría
Finalmente se discutirán los efectos de fenómenos de cosificación y procesos de colonización del Mundo
de la Vida que se derivan del uso instrumental de la racionalidad a partir de los cuales se puede proponer
1
Médico egresado de la Universidad Tecnológica de Pereira. Estudiante del Programa de Posgrado Especialización en
Medicina Familiar, Universidad del Valle. Contacto: sebastian.galvis@correounivalle.edu.co.
2
ABSTRACT
The article aims to make a general presentation of the conceptualizations and discussions made by the
German thinker Jürgen Habermas in his work Theory of Communicative Action in relation to the
At first, the problems of rationality, the mechanisms of coordination of social action and the theory of
speech acts as theoretical assumptions to understand communicative action will be presented in broad
strokes. Next, some basic notions about the phenomenological category of World of Life and the
Finally, the effects of phenomena of objectification and processes of colonization of the World of Life that
derive from the instrumental use of rationality from which a dialogical and discursive output based on a
INTRODUCCIÓN
entender como la susceptibilidad de fundamentación y crítica que tienen los enunciados emitidos por los
participantes de los procesos comunicativos y que además puede medirse por las relaciones que entre sí
guardan el contenido semántico, las condiciones de validez y las razones aducidas por los hablantes. De
esto se sigue que las personas capaces de responder de sus actos pueden comportarse racionalmente.
Adicionalmente, lo racional también implica una eficacia en tanto intervenciones en el mundo con las
En palabras de Habermas, la racionalidad “tiene menos que ver con el conocimiento o la adquisición del
mismo que con la forma en que los sujetos capaces de lenguaje y acción hacen uso del conocimiento ”
En sus conceptualizaciones sobre la racionalidad, Habermas discute la Teoría de la Sociedad sobre la base
de las investigaciones que diferentes pensadores han realizado acerca de la Teoría de la Acción y la Teoría
Habermas se refiere a la acción “(...) como una forma de habérselas con las situaciones y de dominarlas”
Para efectos de simplicidad, en este trabajo se hará referencia a dos tipos de acciones (omitiendo otros
subtipos) que recogen el nudo de la discusión sobre la racionalidad. Estos dos tipos de acción son: 1) la
acción teleológica o acción con arreglo a fines, en la que la emisión de enunciados está orientada a un fin
o al éxito y que se vale de la influencia sobre otros, y la 2) acción comunicativa en la que sus enunciados y
susceptibles de fundamentación y crítica y que sirven al entendimiento lingüístico entre los participantes
de una comunicación.
4
racionalidad cobra vital importancia en el terreno de la pragmática formal, esto es, en el plano del empleo
Siguiendo el camino que abre la acción comunicativa, se tiene que las razones deben aducirse sobre los
supuestos que forman la base de validez del habla, esto es, sobre las pretensiones de validez que son la
validez se corresponden, en su orden, con cada uno de los conceptos formales de la Teoría de los Tres
Antes del desarrollo de la teoría de la acción comunicativa, los postulados de la filosofía del lenguaje y la
fenomenología no habían convergido lo suficiente para aportar una explicación a la manera como el
lenguaje media la interacción entre los sujetos para la coordinación de la acción social bajo el supuesto de
que el modo original de emplear el lenguaje sirve al entendimiento. Por esta razón, Habermas se vale de la
formulación de la Teoría de los Actos del habla por J. L. Austin que distingue los actos de habla
locucionario, ilocucionario y per- locucionario. Además, se dispone a explicar cómo los actos del habla
acto de habla locucionario el hablante expresa un estado de cosas en el mundo (dice algo), con el acto de
habla ilocucionario el hablante realiza una acción diciendo algo y con el acto de habla per-locucionario el
hablante busca influenciar o causar un efecto sobre otros mediante un acto ilocucionario.
En los actos de habla locucionario e ilocucionario la intención comunicativa se sigue del significado
manifiesto de lo dicho, esto es, le es constitutiva una acción comunicativa. En cambio, con los actos de
habla per-locucionarios el hablante mediatiza el sentido ilocucionario del enunciado para lograr una
5
influencia sobre los oyentes, siéndole constitutivo entonces una acción con arreglo a fines o, lo que es lo
En contraposición al interés que se desea imponer sobre un oyente con la acción teleológica, la acción
acuerdo entre los participantes en la comunicación acerca de la validez de una emisión” (Habermas,
1992b, p.171), por medio de un acuerdo o reconocimiento intersubjetivo de las pretensiones de validez
que el hablante vincula a un acto del habla (Habermas, 1992b, p. 171). Aquí se usa, indistintamente, el
término acuerdo lo mismo que consenso. Así entonces se deriva el siguiente postulado: un consenso se
produce con la aceptación de las tres pretensiones de validez por parte de los participantes de un proceso
Por esto es que un participante de una comunidad de comunicación, frente a un enunciado o expresión
simbólica, puede rechazar la oferta con un “Sí” o un “No” siempre que haya entendido el acto de habla y
pueda cuestionarlo al menos en una de estas pretensiones de validez. Para Habermas, entender una
afirmación significa “saber cuándo un hablante tiene buenas razones para salir garante de que se
cumplen las condiciones de verdad del enunciado que afirma” (Habermas, 1992a, p. 407).
En la acción comunicativa, todo participante de una comunicación debe preguntarse por las condiciones de
cumplimiento para que exista acuerdo, es decir, debe conocer las condiciones bajas las cuales las personas
dicen lo que dicen y hacen lo que hacen. Tales condiciones han de cumplirse, como se ha dicho
anteriormente, siempre que se pretenda alcanzar comunicativamente un acuerdo y, por principio, le son
extraños a este tipo de acciones los intentos de los participantes de la comunicación de imponer voluntades
contingentes e imperativos sistémicos. Entonces, para evitar que las acciones con arreglo a fines
influencien estratégicamente a otros, las pretensiones de validez a las que un hablante vincula sus
enunciados –en el contexto de la acción comunicativa – deben estar conectadas internamente con razones
dicho, sino al efecto coordinador que tiene la garantía que ofrece de desempeñar (einlösen), llegado el
caso, la pretensión de validez que su acto de habla comporta” (Habermas, 1992a, p. 387). A las
pretensiones de validez las acompaña la garantía de una fuerza motivacional racional en oposición a las
pretensiones de poder que son constitutivas de la acción con arreglo a fines las cuales cuentan con un
potencial de sanción.
Para ilustrar la teoría de los actos del habla y su función en la coordinación de la acción social, podemos
figurarnos una comunidad de comunicación durante el período de unos comicios electorales. El candidato
“B” a los comicios electorales hace una promesa a los electores en los siguientes términos: “No aumentaré
los impuestos a la clase media” (acto ilocucionario). Los electores entienden la promesa directamente y no
vislumbran otra intención reservada por parte del candidato B. Una vez el candidato B gana los comicios,
desiste a su promesa y decide aumentar los impuestos (acto per-locucionario). En esta ilustración se
entre el candidato B y los electores puesto que no se alcanzó un entendimiento lingüístico en tanto se
mediatizó la ilocución faltando además a una norma reconocida socialmente como válida y vigente, esto
es, no se reconoció la pretensión de validez de rectitud normativa (se incumplió una promesa, se mintió).
Frente a esta conducta diría Habermas “(…) sólo puedo saber si un hablante piensa o no lo que dice
viendo si su actuación es consecuente (…). De ahí que los destinatarios que han aceptado una pretensión
de validez esperen que la conducta del hablante sea en determinados aspectos consistente con lo dicho”
acciones, tanto más es la independencia de los participantes de una comunidad de comunicación frente a
las limitaciones que los demás hablantes oponen a la realización de sus propósitos particulares. En
contraste, un mayor nivel de racionalidad comunicativa aumenta las probabilidades de coordinar las
acciones sobre la base de un consenso sin recurrir a la coerción. La racionalidad instrumental resulta del
7
empleo monológico del saber proposicional y tiende, por principio, a escindirse de la racionalidad
prosigue Habermas “(…). Sólo las personas capaces de responder de sus actos pueden comportarse
un propósito, basta con exigir que puedan elegir entre alternativas y controlar (algunas) condiciones del
entorno. Pero si su racionalidad se mide por el buen suceso de los procesos de entendimiento, entonces
Una consecuencia crucial de la acción comunicativa es la siguiente: Es capaz de responder por sus actos
aquel que sea capaz de orientar su acción por pretensiones de validez intersubjetivamente reconocidas.
y los actos de habla. Siguiendo con los postulados de la acción comunicativa y reconociendo las
dificultades que significa apuntalar una Teoría de la Sociedad a partir de dos apuestas teóricas en principio
opuestas (Teoría de la Acción y de Teoría de Sistemas) que permita explicar de la integración social,
Habermas recurre a dos niveles paradigmáticos que son los conceptos de Mundo de la Vida y los Sistemas.
En lo que respecta al Mundo de la Vida, nos dice Habermas que “las condiciones de validez de las
comunicación” (Habermas, 1992a, p. 31). Tal saber de fondo es compartido por los participantes de una
comunicación y viene a figurarse como un suelo sobre el que se asienta un “nosotros” en un mismo
espacio y tiempo. El mundo de la vida está constituido estructuralmente por la cultura, la sociedad y la
personalidad, que juntos configuran el sistema de referencias de la acción de todo individuo (Habermas,
1992a). Un fragmento del mundo de la vida es delimitado y captado por una situación, la cual a su vez
está integrada por un tema, un fin y un plan de acción para una determinada comunidad de comunicación.
Como se sigue de la lógica de la acción comunicativa, no se puede prescindir de una definición común de
8
una situación determinada contenidos a-problemáticos que subyacen en cada uno de los componentes
estructurales de su mundo de la vida y que emergen en forma de saberes sobre los cuales pueden
cada definición común de la situación los actores determinan cómo discurren los límites, que no se pueden
Al respecto diría Habermas: “Podemos imaginarnos continuaciones del diálogo que indican que en cada
caso concreto cada uno de los participantes modifica su definición inicial de la situación y la pone en
concordancia con las definiciones que los otros participantes dan de ella” (Habermas, 1992b, p.173-174).
Las redefiniciones de la situación son promovidas por una apelación al mundo de la vida como sistema de
Acción Comunicativa “las situaciones poseen siempre un horizonte que se desplaza con el tema (…), una
situación representa un fragmento del mundo de la vida delimitado en vista de un tema” (Habermas,
1992b, p. 181).
Las acciones comunicativas arraigadas a un mundo de la vida comprenden las dimensiones del campo
semántico de los contenidos simbólicos, el espacio social y el tiempo histórico (Habermas, 1992a). Esto
La relevancia de un contenido que procede el mundo de la vida es atribuida por los participantes de la
comunicación y es la que determina la fluidez de los límites que definen una situación y es la responsable
que el marco de lectura de la situación pueda desplazarse, dilatarse o encogerse captando cada vez un
nuevo fragmento del mundo de la vida. Desde luego, existen elementos que están dados en el mundo de la
vida y que no suscitan una problematización hasta que caen dentro del marco de lectura de una situación:
“Un contexto de acción orientada al entendimiento que puede ser tematizado y aparecer bajo la categoría
9
de saber (…) pueden determinadas auto-evidencias ser movilizadas en forma de un saber sobre el que
Acerca del mundo de la vida, apunta Habermas “podemos representarnos éste como un acervo de
p. 176), esto es, la red del mundo de la vida está tejida por el Lenguaje y la cultura.
El acervo de saber que brota del mundo de la vida provee a los participantes de la comunicación de
“(…) los participantes hacen uso de definiciones acreditadas de la situación o negocian definiciones
nuevas (…), cuando sobrepasan el horizonte de una situación dada, vuelven a encontrarse de inmediato
en otro ámbito, ahora actualizado, pero en todo caso ya interpretado de lo culturalmente autoevidente”
En este punto del camino, Habermas plantea que la acción se presenta como un proceso circular en donde
“(…) el actor es al tiempo el iniciador de actos que le son imputables y producto de tradiciones en cuyo
seno vive, de grupos solidarios a que pertenece y de procesos de socialización y aprendizaje a que está
Un aspecto fundamental y constitutivo del mundo de la vida en tanto trasfondo de las emisiones
simbólicas. La acción comunicativa, a este propósito, posee tres funciones que sirven a tal reproducción
(Habermas, 1992a). En otras palabras, con la primera función sirve a la tradición y renovación de saber
cultural, con la segunda contribuye a la identidad grupal y a la creación de solidaridad social y con la
“Las estructuras simbólicas del mundo de la vida se reproducen por vía de la continuación del saber
autonomía de la persona, pueden evaluarse los distintos procesos de reproducción simbólica del mundo de
la vida. Cuando fallan estos mecanismos de reproducción simbólica del mundo de la vida, sobrevienen
perturbaciones o, en otras palabras, rompimientos en cada uno de sus componentes estructurales que
De los efectos derivados de las perturbaciones de la reproducción simbólica del mundo de la vida se
comprende que los individuos desarrollarían una identidad grupal más sólida cuando por medio de su
participación en las diversas interacciones mantengan su pertenencia a los grupos sociales y con esta
Retomando las consideraciones iniciales, se había anotado que existen dos tipos de coordinación de las
acciones ya sea que estén orientadas al entendimiento o que estén orientadas al éxito. Habermas identifica
que en la asimetría de estos dos tipos de acciones se explica el desacoplamiento entre la integración
sistémica y la integración social. En resumen, de la acción comunicativa se había afirmado que tiene
como fin el entendimiento mutuo refrendado en un acuerdo sobre la base de unas pretensiones de validez
lingüísticamente. Por su lado, de la acción con arreglos a fines se ha insistido que su propósito es el éxito y
entramado sistémico.
En síntesis, las intrincadas reflexiones para la construcción de una Teoría de la Sociedad conducen a
Habermas a sostener que la sociedad debe entenderse simultáneamente como Sistema y Mundo de la Vida,
11
y que el problema de la integración de la sociedad puede abordarse desde dos estrategias conceptuales: 1)
Como integración social que tiene como base la acción comunicativa y el mundo de la vida desde la
perspectiva interna de los participantes, y 2) Como integración sistémica que se comporta como un
sistema auto-regulado sobre la base de una racionalidad cognitivo- instrumental y desde la perspectiva
externa de un observador cuyo mecanismo de coordinación de la acción se logra por los medios de control
En las sociedades modernas y más específicamente, en las sociedades con una formación socio-económica
En los párrafos iniciales se había expuesto que quien responde por sus actos se puede comportar
obstáculos al desarrollo de la racionalidad instrumental. Ya no son los sujetos los que coordinan
comunicativamente sus acciones y responden por ellas sino que- como resultado de fenómenos de
competentes la responsabilidad por las consecuencias de la acciones con arreglo a fines sirviéndose de
medios de control des- lingüístizados como son el poder y el dinero. Esta autorregulación del Sistema
convierte a los participantes de la comunicación en interlocutores extraños entre sí y ajenos a los fines del
“(…) tanto la burocratización como la monetarización, ya sea de ámbitos públicos, o ámbitos privados de
En este orden de ideas continúa Habermas “estos medios de control sustituyen el lenguaje como
racional con arreglo a fines” (Habermas, 1992a, p. 433). En la medida en que se complejiza el Sistema en
12
La falta de acoplamiento entre la integración sistémica y la integración social se explica por la paradoja
de la racionalización en Weber a la que se refiere Habermas. Tal paradoja pone de manifiesto que la
La paradoja de la racionalización de Max Weber es formulada por Habermas en los siguientes términos:
“la racionalización del mundo de la vida hace posible un tipo de integración sistémica que entra en
condiciones, puede incluso reobrar, con efectos desintegradores, sobre el mundo de la vida” (Habermas,
1992a, p. 437).
Por su lado, los fenómenos de cosificación se pueden identificar en las deformaciones del mundo de la
vida como un producto de su colonización. A este respecto, y obrando un amplísimo debate con la
tradición marxista, Habermas subraya que G. Lukács entiende la racionalización y cosificación como dos
aspectos de un mismo proceso. Sobre Lukács diría que: "Estudia el efecto cosificador que la forma
mercancía ejerce a medida que se adueña del proceso de producción y muestra después que la
cosificación de las personas y de las relaciones interpersonales en la esfera del trabajo social es
La emancipación de la sociedad, la resolución de los conflictos por la vía del diálogo y la coordinación de
las acciones con los presupuestos de una racionalidad comunicativa se conseguirán en la medida en que el
mundo de la vida no sea sometido por los imperativos sistémicos. Dicho de otro modo, los mecanismos
13
sistémicos deberían acomodarse a las necesidades de estructuración de las interacciones entre los
"El sistema según Habermas, tiene que encontrar sus límites en la integridad del mundo de la vida, es
decir, en las exigencias de los ámbitos de acción que dependen de la integración social. Para ello, las
exigencias de legitimación del sentido sistémico capitalista, así como del poder administrativo-
burocrático, tiene que abordarse en la esfera de la opinión pública-política desde la autonomía del
mundo de la vida como formador de la voluntad colectiva" (Díaz, Márquez & Álvaro B, 2008, p.93).
En conclusión, en la Teoría de la Acción Comunicativa del pensador alemán Jürgen Habermas, los
participantes de una comunidad de comunicación, quienes tienen como trasfondo el mundo de la vida,
pueden hacer un uso comunicativo de la racionalidad para regular los mecanismos sistémicos
cosificadores de la conciencia colectiva y la voluntad política. Así mismo, las pretensiones de poder que
actualmente vinculan los medios de control dinero y poder en las acciones con arreglo a fines que
legitiman el sistema capitalista, tienen que discutirse en el escenario de lo público sin perjuicios del mundo
de la vida.
“Son los nuevos movimientos sociales los llamados a institucionalizar desde el rol de la protesta, la
dinámica de desaceleración de la densa red subsistémica con la que el sistema económico y la burocracia
REFERENCIAS
14
Habermas, J. (1992). Teoría de la acción comunicativa II. Crítica de la razón funcionalista. Ciudad de