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Sentencia #380 de La Sala de Casación Penal Del TSJ
Sentencia #380 de La Sala de Casación Penal Del TSJ
El Juzgado Superior Décimo Sexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas (suprimido), el 29 de abril de 1999, condenó a los ciudadanos: Daniel Alberto Mora
Álvarez y Abraham David Silva Pérez, venezolanos, con cédulas de identidad números: 7.920.650
y 13.066.022, a cumplir la pena de seis (6) años de prisión, al primero y, cuatro (4) años de prisión, al
segundo, ambos por la comisión del delito de hurto calificado, tipificado en el artículo 455, ordinal
4º, del Código Penal, vigente para el momento de los hechos.
Contra el referido fallo, el 5 de mayo de 1999, anunció recurso de casación, el abogado Pedro Sojo,
defensor del procesado Daniel Alberto Mora Álvarez, no obstante, la Sala Nº 6 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, el 24 de septiembre de
1999, con ponencia de la Juez Dianora Ramírez de Simancas, declaró firme la sentencia ordenando
su ejecución. Por esta razón la Defensora Pública Penal Centésima Primera del mismo Circuito
Judicial Penal interpuso solicitud de nulidad de dichas actuaciones.
El 27 de septiembre de 2006, la Sala Nº 6 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, integrada por los Jueces María Inmaculada Pérez Dupuy, José
Germán Quijada Campos (ponente) y Gloria Pinho, declaró con lugar la mencionada solicitud,
anulando todas las actuaciones posteriores a la sentencia condenatoria dictada por el Juzgado
Superior Décimo Sexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
ordenando, en consecuencia, la reapertura del lapso para la formalización del recurso de casación y,
la presentación del procesado Daniel Alberto Mora Álvarez, cada treinta (30) días, por ante la oficina
de imputados.
El 18 de octubre de 2006, la Defensora Pública Penal Centésima Primera del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, Yelibe Chacón Vivas, en representación del procesado Daniel
Alberto Mora Álvarez, formalizó recurso de casación.
Transcurrido el lapso legal, sin que se diera contestación al mencionado recurso, se remitió el
expediente a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia.
El 10 de mayo de 2007, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, declaró
admisible el recurso propuesto y convocó a las partes para la audiencia pública. Este acto tuvo lugar
el día 12 de junio del mismo año, con la asistencia de las partes.
Cumplidos como han sido los trámites procedimentales del caso, la Sala pasa a dictar sentencia en
los siguientes términos:
PUNTO PREVIO
II
PRESCRIPCIÓN ORDINARIA
El artículo 108, ordinal 3°, del Código Penal, establece el tiempo necesario para que derive, por vía
ordinaria, la prescripción de la acción penal de los delitos cuya pena merezcan prisión de siete años
o menos, indicando que: “…Salvo el caso en que la ley disponga otra cosa, la acción penal prescribe
así: (…) 3° Por siete años, si el delito mereciere pena de prisión de siete años o menos…”.
Por su parte, el artículo 109 del Código Penal, señala que:
No obstante, el artículo 110 del Código Penal, vigente para el momento de los hechos, explica que:
En el caso de autos, se puede constatar que desde el momento en que sucedieron los hechos (8 de
marzo de 1997) hasta la sentencia condenatoria emitida por el Juzgado Superior Decimosexto en lo
Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, suprimido (24 de abril de
1999), transcurrieron tres (3) años, un (1) mes y dieciséis (16) días, tiempo insuficiente para que
opere la prescripción ordinaria de la acción penal del delito de hurto calificado.
PRESCRIPCIÓN JUDICIAL
De acuerdo con el contenido del artículo 108 del Código Penal derogado, en el caso de autos, el
término para decretar la prescripción de la acción penal es de seis (6) años de presidio.
Por su parte, el artículo 110 eiusdem (vigente para esa fecha), señala que: “…pero si el juicio, sin
culpa del reo, se prolongare por un tiempo igual al de la prescripción aplicable, más la mitad del
mismo, se declarara prescrita la acción penal…”, lo cual permite concluir que, en el caso de autos, el
lapso para decretar la extinción de la causa penal (judicial), es de nueve (9) años.
Es así, como en el presente caso, al computarse el tiempo para que opere la extinción de la acción
penal, contados en el presente caso, por insertarse bajo la vigencia del Código de Enjuiciamiento
Criminal, a partir de la consumación de los hechos (3 de marzo de 1997), hasta la decisión del
Juzgado Superior Decimosexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, suprimido (24 de abril de 1999), se evidencia que desde el inicio del proceso hasta
el pronunciamiento condenatorio transcurrió un lapso de tres (3) años con un (1) mes y dieciséis (16)
días, lo cual expone con claridad que no se encuentra constatado el tiempo necesario para la
declaratoria de la extinción de la acción penal por ausencia de actuación judicial.
Por todos los razonamientos antes expuestos se concluye que la causa objeto de estudio no se
encuentra prescrita, en consecuencia se pasa a resolver el recurso de casación propuesto:
RECURSO DE CASACIÓN
ÚNICA DENUNCIA
Con fundamento en el artículo 330, ordinal 2º del Código de Enjuiciamiento Criminal, derogado, la
recurrente denunció la infracción del artículo 42, segundo aparte, eiusdem, por inmotivación. A tal
efecto, señaló que: “… en el fallo recurrido no se expresa con claridad y precisión las razones de
hecho y de derecho en que se funda el sentenciador a-quo para condenar a mi asistido (…) el
sentenciador de Segunda Instancia, cuando se dispone a establecer si en autos está o no
demostrada la culpabilidad del ciudadano DANIEL ALBERTO MORA ÁLVAREZ, se limita a señalar
si la prueba es directa o plena prueba no concatenando cada uno de los elementos, entre si, no
comparándolas en conjunto lo que permitiría llegar a la plena convicción de que mi asistido no
participó en los hechos por los cuales fuere condenado…”.
Por su parte el Juzgado Superior Décimo Sexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas (suprimido), el 29 de abril de 1999, al conocer en consulta del fallo de
instancia dejó establecido que:
Es así, como del análisis realizado por el a-quo para confirmar la culpabilidad de los acusados, se
denota fehacientemente la carencia argumentativa de los fundamentos de hecho y de derecho, toda
vez que, el juzgador, en omisión absoluta del análisis y comparación correlativa de todos y cada uno
de los elementos probatorios, se limitó a resumir únicamente extractos de las pruebas testimoniales
de los ciudadanos Katty Cilene Sardi, Janos Sardi Koves, Silvestre Domingo Moreno, Jesús Alberto
Vegas, Aquiles Enrique Armanza, Aquiles Enrique Cabrera Marcado, José Custodio Montilla Mejías y
José Gregorio Mogollón Fajardo, así como de un acta de visita domiciliaria, considerando que, cada
una de ellas, comportan un indicio en la presunción de la responsabilidad delictiva de los
ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez, sin ejercer la labor intelectiva
relativa al señalamiento concreto de las razones por las cuáles se vinculan a dichos procesados con
el hecho ilícito, tarea indispensable para pronunciarse sobre la culpabilidad.
Sobre el particular, la Sala Constitucional ha sido enfática al señalar que si bien es cierto, los jueces
de mérito, tienen la facultad de valorar los hechos o circunstancias del proceso que puedan constituir
elementos de prueba indiciaria, esa potestad no los exime del deber de analizar y ponderar las
razones de hecho y de derecho de los indicados elementos, precisando en que sentido deben
valorarse como prueba de la culpabilidad del procesado. (Sentencia N° 1020 del 11 de agosto de
2000).
En consecuencia, al no haberse determinado con claridad los hechos que configuran el delito de
hurto calificado y los elementos probatorios concluyentes para responsabilizar penalmente a los
procesados de autos, forzosamente incurrió el Juzgado Superior Décimo Sexto en lo Penal de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas (suprimido) en el vicio de inmotivación
aducido por la Defensora Pública Penal Centésima Primera del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, lo cual origina la declaratoria con lugar del recurso de casación propuesto.
III
Ahora bien, el artículo 455, ordinal 4°, del Código Penal, vigente para el momento de los hechos,
establece que: “…La pena de prisión para el delito de hurto será de cuatro a ocho años en las
causas siguientes (…) Si el culpable, bien para cometer el hecho, bien para trasladar la cosa
sustraída, ha destruido, roto, demolido o trastornado los cercados hechos con materiales sólidos
para la protección de las personas o de las propiedades, aunque el quebrantamiento o ruptura no se
hubiere efectuado en el lugar del delito…”.
En el presente caso, del cúmulo probatorio, valorado por la recurrida, no emergen elementos
de la conducta reprochable descrita en el artículo 455 del Código Penal, como exigencia primordial
para la correcta fundamentación de la declaratoria de culpabilidad de los ciudadanos, toda vez que,
las testimoniales trascritas sólo relatan, en cuanto al ciudadano Daniel Alberto Mora Álvarez, el
conocimiento que como vigilante del Centro Comercial Propatria, obtuvo de los hechos ya que éste
no se encontraba de guardia ese día y, en cuanto al ciudadano Abraham David Silva Pérez, su paso
habitual por el referido centro comercial y, su trato social con personas asiduas a él.
Asimismo, las declaraciones testimoniales de los ciudadanos Katty Cilene Sardi, Janos Sardi Koves,
Silvestre Domingo Moreno, Jesús Alberto Vegas, Aquiles Enrique Armanza, Aquiles Enrique Cabrera
Marcado, José Custodio Montilla Mejías y José Gregorio Mogollón Fajardo, describen
referencialmente el escalamiento o fractura del local comercial “Atsmofear Copfot C.A.”, el hurto de
algunos objetos (equipos de video y televisores) y, el señalamiento como responsables a unos
sujetos, entre ellos, uno de nombre Alexander, el cual no fue traído al proceso, pero nunca indicación
concreta sobre los ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez.
Aunado a esto, la única prueba documental valorada (acta de visita domiciliaria) revela el decomiso
de noventa y seis (96) películas de Betamax, pero en el proceso no se estableció que dichos objetos
pertenecían al inventario del local comercial violentado; así como tampoco, revela la incautación en
el domicilio del ciudadano Daniel Alberto Mora Álvarez de equipos de videos o televisores
específicamente denunciados por el ciudadano Janos Sardi Koves como sustraídos de la empresa
“Atsmofear Copfot C.A.”.
Lo anterior contraría la doctrina arraigada en los principios básicos del enjuiciamiento penal, según la
cual “…la culpabilidad se reduce a la neta comprobación del dolo o la culpa como vinculo psicológico
que existe entre la persona y el hecho realizado…” (Alejandro J. Rodríguez Morales. Síntesis de
Derecho Penal, p.337. Editorial Paredes Libros Jurídicos C. A, 2006).
Entonces, al no poderse deducir de los autos elementos probatorios que refieran de manera clara y
específica la relación de los ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez
con el escalamiento o fractura que sufrió el local Comercial “Atsmofear Copfot C.A.” ni de la
sustracción de los objetos en él contenidos, la Sala absuelve a los prenombrados ciudadanos del
delito de hurto calificado previsto en el artículo 455, (ordinal 4°), del Código Penal vigente para el
momento de los hechos. Así se decide.
IV
DECISIÓN
Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal,
Administrando Justicia en nombre de la República y por Autoridad de la ley, dicta los
pronunciamientos siguientes:
2) ABSUELVE a los ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez,
venezolanos, con cédulas de identidad números. 7.920.650 y 13.066.022, respectivamente, de la
comisión del delito de hurto calificado, tipificado en el artículo 455 (ordinal 4°) del Código Penal.
Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de
Casación Penal, en Caracas a los (10) días del mes de julio del año dos mil siete. Años: 197° de
la Independencia y 148° de la Federación.
Ponente
Héctor Manuel Coronado Flores
Miriam Morandy Mijares
La Secretaria,
Exp. 2006-502.
FUENTE:
http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scp/julio/380-10707-2007