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SENTENCIA Nº 380 DE LA SALA DE CASACIÓN PENAL

DEL TSJ, EXPEDIENTE Nº C06-0502 DE FECHA 10-07-2007


SOBRE HURTO CALIFICADO-CULPABILIDAD

Magistrado Ponente Doctor Eladio Ramón Aponte Aponte

El Juzgado Superior Décimo Sexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana
de Caracas (suprimido), el 29 de abril de 1999, condenó a los ciudadanos: Daniel Alberto Mora
Álvarez y Abraham David Silva Pérez, venezolanos, con cédulas de identidad números: 7.920.650
y 13.066.022, a cumplir la pena de seis (6) años de prisión, al primero y, cuatro (4) años de prisión, al
segundo, ambos por la comisión del delito de hurto calificado, tipificado en el artículo 455, ordinal
4º, del Código Penal, vigente para el momento de los hechos.

Contra el referido fallo, el 5 de mayo de 1999, anunció recurso de casación, el abogado Pedro Sojo,
defensor del procesado Daniel Alberto Mora Álvarez, no obstante, la Sala Nº 6 de la Corte de
Apelaciones del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas, el 24 de septiembre de
1999, con ponencia de la Juez Dianora Ramírez de Simancas, declaró firme la sentencia ordenando
su ejecución. Por esta razón la Defensora Pública  Penal Centésima Primera del mismo Circuito
Judicial Penal interpuso solicitud de nulidad de dichas actuaciones.

El 27 de septiembre de 2006, la Sala Nº 6 de la Corte de Apelaciones del Circuito Judicial Penal del
Área Metropolitana de Caracas, integrada por los Jueces María Inmaculada Pérez Dupuy, José
Germán Quijada Campos (ponente) y Gloria Pinho, declaró con lugar la mencionada solicitud,
anulando  todas las actuaciones posteriores a la sentencia condenatoria dictada por el Juzgado
Superior Décimo Sexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas,
ordenando, en consecuencia, la reapertura del lapso para la formalización del recurso de casación y,
la presentación del procesado Daniel Alberto Mora Álvarez, cada treinta (30) días, por ante la oficina
de imputados.

El 18 de octubre de 2006, la Defensora Pública Penal Centésima Primera del Circuito Judicial Penal
del Área Metropolitana de Caracas, Yelibe Chacón Vivas, en representación del procesado Daniel
Alberto Mora Álvarez, formalizó recurso de casación.
Transcurrido el lapso legal, sin que se diera contestación al mencionado recurso, se remitió el
expediente a la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia.

El 30 de noviembre de 2006 se dio cuenta del presente expediente y se designó Ponente al


Magistrado Doctor Eladio Ramón Aponte Aponte, quien con tal carácter suscribe la presente
decisión.

El 10  de mayo de 2007, la Sala de Casación Penal del Tribunal Supremo de Justicia, declaró
admisible el recurso propuesto y convocó a las partes para la audiencia pública. Este acto tuvo lugar
el día 12 de junio del mismo año, con la asistencia de las partes.

Cumplidos como han sido los trámites procedimentales del caso, la Sala pasa a dictar sentencia en
los siguientes términos:

PUNTO PREVIO

La presente decisión beneficiará al procesado Abraham David Silva Pérez, quien no anunció


recurso de casación, siempre y cuando se encuentre en la misma situación y le sean aplicables
idénticos motivos, de conformidad con lo previsto en el artículo 438 del Código Orgánico Procesal
Penal.

II

Esta Sala de Casación Penal en virtud de que la comprobación o no de la prescripción de la acción


penal es de orden público, en cumplimiento con la eficacia de la justicia y del proceso exigidos en el
artículo 257 de la Constitución de la República Bolivariana de Venezuela y 13 del Código Orgánico
Procesal Penal, conviene el estudio de las actas que conforman el expediente, de la manera
siguiente:

PRESCRIPCIÓN ORDINARIA

El artículo 108, ordinal 3°, del Código Penal, establece el tiempo necesario para que derive, por vía
ordinaria, la prescripción de la acción penal de los delitos cuya pena merezcan prisión de siete años
o menos, indicando que: “…Salvo el caso en que la ley disponga otra cosa, la acción penal prescribe
así: (…) 3° Por siete años, si el delito mereciere pena de prisión de siete años o menos…”.
Por su parte,  el artículo 109 del Código Penal, señala que:

“…Comenzará la prescripción: para los hechos punibles consumados, desde el día de la


perpetración; para las infracciones intentadas o fracasadas, desde el día en que se realizó el último
acto de la ejecución; y para las infracciones continuadas o permanentes, desde el día en que cesó la
continuación o permanencia del hecho…”. (Resaltado de la Sala).

No obstante, el artículo 110 del Código Penal, vigente para el momento de los hechos, explica que:

“…Se interrumpirá el curso de la prescripción de la acción penal por el pronunciamiento de


la sentencia, siendo condenatoria, o por la requisitoria que se libre contra el reo, si éste se fugare.
Interrumpirán también la prescripción el auto de detención o de citación para rendir indagatoria y las
diligencias procesales que les sigan…”. (Resaltado de la Sala).

En el caso de autos, se puede constatar que desde el momento en que sucedieron los hechos (8 de
marzo de 1997) hasta la sentencia condenatoria emitida por el Juzgado Superior Decimosexto en lo
Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas, suprimido (24 de abril de
1999),  transcurrieron tres (3) años, un (1) mes y dieciséis (16) días, tiempo insuficiente para que
opere la prescripción ordinaria de la acción penal del delito de hurto calificado.

PRESCRIPCIÓN JUDICIAL

De acuerdo con el contenido del artículo 108 del Código Penal derogado, en el caso de autos, el
término para decretar la prescripción de la acción penal es de seis (6) años de presidio.

Por su parte, el artículo 110 eiusdem (vigente para esa fecha), señala que: “…pero si el juicio, sin
culpa del reo, se prolongare por un tiempo igual al de la prescripción aplicable, más la mitad del
mismo, se declarara prescrita la acción penal…”, lo cual permite concluir que, en el caso de autos, el
lapso para decretar la extinción de la causa penal (judicial),  es de nueve (9) años.

Ahora bien, en el entendido de que el computo en cuestión (extinción de la causa o prescripción


judicial) va dirigido a la verificación de la paralización o retardo de la causa por un largo periodo de
tiempo atribuible al aparato judicial, se debe advertir que su verificación finaliza con el dictamen de la
sentencia condenatoria mediante la cual el aparato judicial satisface el ejercicio punitivo del Estado.

Es así, como en el presente caso, al computarse el tiempo para que opere la extinción de la acción
penal, contados en el presente caso, por insertarse bajo la vigencia del Código de Enjuiciamiento
Criminal, a partir de la consumación de los hechos (3 de marzo de 1997), hasta la decisión del
Juzgado Superior Decimosexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de
Caracas, suprimido (24 de abril de 1999), se evidencia que desde el inicio del proceso hasta
el pronunciamiento condenatorio transcurrió un lapso de tres (3) años con un (1) mes y dieciséis (16)
días, lo cual expone con claridad que no se encuentra constatado el tiempo necesario para la
declaratoria de la extinción de la acción penal por ausencia de actuación judicial.

Por todos los razonamientos antes expuestos se concluye que la causa objeto de estudio no se
encuentra prescrita, en consecuencia se pasa a resolver el recurso de casación propuesto:

RECURSO DE CASACIÓN

ÚNICA DENUNCIA

Con fundamento en el artículo 330, ordinal 2º del Código de Enjuiciamiento Criminal, derogado, la
recurrente denunció la infracción del artículo 42, segundo aparte, eiusdem, por inmotivación. A tal
efecto, señaló que: “… en el fallo recurrido no se expresa con claridad y precisión las razones de
hecho y de derecho en que se funda el sentenciador a-quo para condenar a mi asistido (…) el
sentenciador de Segunda Instancia, cuando se dispone a establecer si en autos está o no
demostrada la culpabilidad del ciudadano DANIEL ALBERTO MORA ÁLVAREZ, se limita a señalar
si la prueba es directa o plena prueba no concatenando cada uno de los elementos, entre si, no
comparándolas en conjunto lo que permitiría llegar a la plena convicción de que mi asistido no
participó en los hechos por los cuales fuere condenado…”.

La Sala pasa a decidir:

El Juzgado Cuadragésimo Noveno de Primera Instancia en lo Penal y de Salvaguarda del Patrimonio


Público de la Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas (suprimido), dio por
demostrado que: “…El día 8 de marzo de 1997, dos ciudadanos luego de violentar la puerta principal
del club de video, denominado ATMOSFEAR COPFOT C.A., ubicado en el nivel uno del Centro
Comercial Propatria, propiedad del ciudadano JANOS SARDI KOVES, se introdujeron al
mencionado club de video y se llevaron varios equipos de videos y televisores, siendo
recuperado parte de dichos equipos…”. (Resaltado de la Sala).

Por su parte el Juzgado Superior Décimo Sexto en lo Penal de la Circunscripción Judicial del Área
Metropolitana de Caracas (suprimido), el 29 de abril de 1999, al conocer en consulta del fallo de
instancia dejó establecido que:

“…Pasa ahora este Juzgado Superior, a determinar si se encuentra comprobada o no, la


culpabilidad de los procesados ABRAHAM DAVID SILVA PÉREZ y DANIEL ALBERTO MORA, 
como autores responsables del delito de HURTO CALIFICADO, previsto y sancionado en el artículo
455 del Código Penal. A tal efecto, se observa: (…) A los folios (14, vto. y 15) de la primera pieza del
expediente, cursa declaración rendida por el ciudadano JANOS SARDI KOVES, por ante la
Comisaría del Oeste del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, en fecha 11 de marzo de 1997, quien
expuso: ‘…yo tengo una tienda de video…y hace unos días unos sujetos se metieron y se
llevaron equipos varios… el día Domingo 09-03-97 un muchacho… se me acercó… y me dijo que
un vigilante del Centro Comercial de nombre MORA estaba tomando con los mismos choros (sic) que
se metieron en el local… y que los aparatos los sacaron por el nivel 4, por la parte de Ingeve…y
después el Jefe de Seguridad me dijo que la Policía Metropolitana había detenido a un tipo con
equipos en la mano…’. Esta declaración constituye a juicio de este Juzgador Superior, una
presunción de culpabilidad en contra de los procesados(…) por ser una prueba directa relativa al
hecho principal que se averigua, pero que no basta por sí sola para ser considerada como plena
prueba, de conformidad con lo establecido en el artículo 279 ordinal 1° del Código de Enjuiciamiento
Criminal (…) Al folio (19 y vto.) de la primera pieza del expediente, cursa declaración rendida por el
ciudadano AQUILES ENRIQUE ARMANZA, por ante la Comisaría del Oeste del Cuerpo Técnico de
Policía Judicial, en fecha 1 de marzo de 1997, quien expuso: ‘…cuando llegamos el supervisor
tenía a un tipo detenido y el Policía Metropolitana tenía una bolsa de este sujeto y al revisarla nos
dimos cuenta que eran dos V.H.S … y después nos dimos cuenta que un local de venta de
televisores y video estaba violentado…’. Esta declaración constituye a juicio de este Juzgador
Superior, una presunción de culpabilidad en contra de procesado ABRAHAM DAVID SILVA PEREZ
(sic) por ser una prueba directa relativa al hecho principal que se averigua, pero que no basta por sí
sola para ser considerada como plena prueba, de conformidad con lo establecido en el artículo 279
ordinal 1° del Código de Enjuiciamiento Criminal’ (…) A los folios (20, vto. Y 21) de la primera pieza
del expediente, cursa declaración rendida por el ciudadano AQUILES ENRIQUE CABRERA
MARCANO, por ante la Comisaría Oeste del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, en fecha 11 de
marzo de 1997, quien expuso: ‘…me encontraba en el Centro Comercial Propatria en mis labores de
vigilancia y pude observar en el nivel uno a uno o un (sic) sujeto que portaba una bolsa plástica
… y le pregunté que tenía en ella y me respondió que había comprado algo y lo tenía en esa bolsa y
yo le dije que era muy tarde de la noche y que las tiendas estaban cerradas … llamé al policía de
guardia y al supervisor de la vigilancia … y revisamos la bolsa…y en el interior …habían dos V.H.S,
posteriormente un vigilante… nos informó que un local de ese mismo nivel estaba violentado y
revisamos y efectivamente el local… COFOK (sic) de venta de televisores y películas estaba
abierto…´. Esta declaración constituye a juicio de este Juzgador Superior, una presunción de
culpabilidad en contra de procesado ABRAHAM DAVID SILVA PEREZ (sic) por ser una prueba
directa relativa al hecho principal que se averigua, pero que no basta por sí sola para ser
considerada como plena prueba, de conformidad con lo establecido en el artículo 279 ordinal 1° del
Código de Enjuiciamiento Criminal’. (…) Al folio (24 y vto.) de la primera pieza del expediente, cursa
declaración rendida por el ciudadano JOSE (sic) CUSTODIO MONTILLA MEJIAS, por ante la
Comisaría del Oeste del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, en fecha 12  de marzo de 1997, quien
expuso: ‘…fui llamado por uno de los jefes de seguridad… avisando que un sujeto llevaba consigo
dos V.H.S, producto de un hurto…una vez visualizado dicho ciudadano…practicándose su
detención, incautándole los dos V.H.S… realicé un nuevo recorrido por el mencionado Centro, para
ubicar de donde procedía dichos V.H.S … un ciudadano de nombre … me manifestó que habían
abierto un boquete el establecimiento de video…ubicado en el piso uno…’. Esta declaración
constituye a juicio de este Juzgador Superior, una presunción de culpabilidad en contra de
procesado ABRAHAM DAVID SILVA PEREZ (sic) por ser una prueba directa relativa al hecho
principal que se averigua, pero que no basta por sí sola para ser considerada como plena prueba, de
conformidad con lo establecido en el artículo 279 ordinal 1° del Código de Enjuiciamiento
Criminal’ (…) Al folio (48 y vto.) de la primera pieza del expediente, cursa Acta de Visita Domiciliaria,
practicada por los funcionarios ALBERTO VASQUEZ (sic) y JOSE (sic) HERNANDEZ(sic) adscritos
a la Comisaría del Oeste del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, en fecha 11 de abril de 1997,
acompañados por los ciudadanos JOSE (sic) GREGORIO MOGOLLON (sic) FAJARDO y LEO
CELESTINO GARCIA (sic) HERRERA, en el apartamento 163, letra B, piso 16 del bloque 4 de
Propatria, Parroquia Sucre, la cual arrojó el siguiente resultado: ‘…se localizó en el cuarto del
ciudadano DANIEL ALBERTO MORA ALVAREZ (sic), noventa y seis (96) películas de video
variadas…’.  Esta Acta de Visita Domiciliaria, constituye a juicio de este Juzgador Superior, una
presunción de culpabilidad en contra de procesado DANIEL ALBERTO MORA ALVAREZ (sic) por
ser una prueba directa relativa al hecho principal que se averigua, pero que no basta por sí sola para
ser considerada como plena prueba, de conformidad con lo establecido en el artículo 279 ordinal 1°
del Código de Enjuiciamiento Criminal’ (…) Al folio (53 y vto) de la primera pieza del expediente
cursa declaración rendida por el ciudadano JOSE(sic) GREGORIO MOGOLLON (sic) FAJARDO, por
ante la Comisaría del Oeste del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, en fecha 11  de abril de 1997,
quien expuso: ‘… llegaron unos funcionarios… al bloque donde yo vivo, me dijeron que si podía ser
testigo de un allanamiento en el apartamento…166 donde reside el ciudadano Daniel Mora, una vez
allí … encontraron en el cuarto varias películas de Betamax, le preguntaron al hermano de
Daniel y él dijo que era de Daniel…’. Esta declaración constituye a juicio de este Juzgador
Superior, una presunción de culpabilidad en contra de procesado DANIEL ALBERTO MORA
ALVAREZ (sic) por ser una prueba directa relativa al hecho principal que se averigua, pero que no
basta por sí sola para ser considerada como plena prueba, de conformidad con lo establecido en el
artículo 279 ordinal 1° del Código de Enjuiciamiento Criminal’ (…) A los folios (26 vto. y 27) de la
primera pieza del expediente, cursa declaración rendida por el ciudadano JESUS (sic) ALBERTO
VEGAS por ante la Comisaría del Oeste del Cuerpo Técnico de Policía Judicial, en fecha 12 de
MARZO de 1997, quien expuso: ‘…un muchacho de nombre ALEXANDER me comentó que se iba
a meter en un local comercial … y después escuché en el nivel uno cuando pasé … un ruido … y me
percaté que era en el local de video del señor JONE … a los veinte minutos vi al vigilante del Centro
Comercial de apellido MORA, hablando con ALEXANDER y dos muchachos más … al día
siguiente ALEXANDER me contó que se había metido en un local  en el centro comercial
Propatria (sic) con otros muchachos y que se habían llevado varios equipos…’. Esta declaración
constituye a juicio de este Juzgador Superior, una presunción de culpabilidad en contra de
procesado DANIEL ALBERTO MORA ALVAREZ (sic) por ser una prueba directa relativa al hecho
principal que se averigua, pero que no basta por sí sola para ser considerada como plena prueba, de
conformidad con lo establecido en el artículo 279 ordinal 1° del Código de Enjuiciamiento
Criminal’ (…) Del cúmulo de probanzas anteriormente, analizadas y valoradas, se encuentra
plenamente comprobado, que el día 8 de marzo de 1997, dos ciudadanos luego de violentar la
puerta principal del club de video, denominado ATMOSFEART COPFOT (sic), ubicado en el nivel
uno del Centro Comercial Propatria, propiedad del ciudadano JANOS SARDI KOVES, se
introdujeron al mencionado club de video y se llevaron varios equipos de videos y televisores, siendo
recuperado parte de dichos equipos…”. (Resaltado de la Sala).

Es así, como del análisis realizado por el a-quo para confirmar la culpabilidad de los acusados, se
denota fehacientemente la carencia argumentativa de los fundamentos de hecho y de derecho, toda
vez que, el juzgador, en omisión absoluta del análisis y comparación correlativa de todos y cada uno
de los elementos probatorios, se limitó a resumir únicamente extractos de las pruebas testimoniales
de los ciudadanos Katty Cilene Sardi, Janos Sardi Koves, Silvestre Domingo Moreno, Jesús Alberto
Vegas, Aquiles Enrique Armanza, Aquiles Enrique Cabrera Marcado, José Custodio Montilla Mejías y
José Gregorio Mogollón Fajardo,  así como de un acta de visita domiciliaria, considerando que, cada
una de ellas, comportan un indicio en la presunción de la responsabilidad delictiva de los
ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez, sin ejercer la labor intelectiva
relativa al señalamiento concreto de las razones por las cuáles se vinculan a dichos procesados con
el hecho ilícito, tarea indispensable para pronunciarse sobre la culpabilidad.

Sobre el particular, la Sala Constitucional ha sido enfática al señalar que si bien es cierto, los jueces
de mérito, tienen la facultad de valorar los hechos o circunstancias del proceso que puedan constituir
elementos de prueba indiciaria, esa potestad no los exime del deber de analizar y ponderar las
razones de hecho y de derecho de los indicados elementos, precisando en que sentido deben
valorarse como prueba de la culpabilidad del procesado. (Sentencia N° 1020 del 11 de agosto de
2000).

En consecuencia, al no haberse determinado con claridad los hechos que configuran el delito de
hurto calificado y los elementos probatorios concluyentes para responsabilizar penalmente a los
procesados de autos, forzosamente incurrió el Juzgado Superior Décimo Sexto en lo Penal de la
Circunscripción Judicial del Área Metropolitana de Caracas (suprimido)  en el vicio de inmotivación
aducido por la Defensora Pública Penal Centésima Primera del Circuito Judicial Penal del Área
Metropolitana de Caracas, lo cual origina la declaratoria con lugar del recurso de casación propuesto.

III

Ahora bien, el artículo 455, ordinal 4°, del Código Penal, vigente para el momento de los hechos,
establece que:  “…La pena de prisión para el delito de hurto será de cuatro a ocho años en las
causas siguientes (…) Si el culpable, bien para cometer el hecho, bien para trasladar la cosa
sustraída, ha destruido, roto, demolido o trastornado los cercados hechos con materiales sólidos
para la protección de las personas o de las propiedades, aunque el quebrantamiento o ruptura no se
hubiere efectuado en el lugar del delito…”.

            Es decir, que el perfeccionamiento de la culpabilidad en el hecho típico de hurto


calificado se circunscribe necesariamente a las acciones desplegadas por el sujeto activo no sólo
en cuanto al empleo de los medios necesarios y adecuados para ocasionar dichos daños, sino que
ellos tengan como finalidad el apoderamiento del objeto material (elementos subjetivos del tipo),
adecuándose así al injusto penal descrito, el cual únicamente se puede corroborar mediante la
valorización de las pruebas ofrecidas y debatidas durante el proceso.

            En el presente caso, del cúmulo probatorio, valorado por la recurrida, no emergen elementos
de la conducta reprochable descrita en el artículo 455 del Código Penal, como exigencia primordial
para la correcta fundamentación de la declaratoria de culpabilidad de los ciudadanos, toda vez que,
las testimoniales trascritas sólo relatan, en cuanto al ciudadano Daniel Alberto Mora Álvarez, el
conocimiento que como vigilante del Centro Comercial Propatria, obtuvo de los hechos ya que éste
no se encontraba de guardia ese día y, en cuanto al ciudadano Abraham David Silva Pérez, su paso
habitual por el referido centro comercial y, su trato social con personas asiduas a él.

Asimismo, las declaraciones testimoniales de los ciudadanos Katty Cilene Sardi, Janos Sardi Koves,
Silvestre Domingo Moreno, Jesús Alberto Vegas, Aquiles Enrique Armanza, Aquiles Enrique Cabrera
Marcado, José Custodio Montilla Mejías y José Gregorio Mogollón Fajardo, describen
referencialmente el escalamiento o fractura del local comercial “Atsmofear Copfot C.A.”, el hurto de
algunos objetos (equipos de video y televisores) y, el señalamiento como responsables a unos
sujetos, entre ellos, uno de nombre Alexander, el cual no fue traído al proceso, pero nunca indicación
concreta sobre los ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez.

Aunado a esto, la única prueba documental valorada (acta de visita domiciliaria) revela el decomiso
de noventa y seis (96) películas de Betamax, pero en el proceso no se estableció que dichos objetos
pertenecían al inventario del local comercial  violentado; así como tampoco, revela la incautación en
el domicilio del ciudadano Daniel Alberto Mora Álvarez de equipos de videos o televisores
específicamente denunciados por el ciudadano Janos Sardi Koves como sustraídos de la empresa
“Atsmofear Copfot C.A.”.

Lo anterior contraría la doctrina arraigada en los principios básicos del enjuiciamiento penal, según la
cual “…la culpabilidad se reduce a la neta comprobación del dolo o la culpa como vinculo psicológico
que existe entre la persona y el hecho realizado…” (Alejandro J. Rodríguez Morales. Síntesis de
Derecho Penal, p.337. Editorial Paredes Libros Jurídicos C. A, 2006).
Entonces, al no poderse deducir de los autos elementos probatorios que refieran de manera clara y
específica la relación   de los ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez
con el escalamiento o fractura que sufrió el local Comercial “Atsmofear Copfot C.A.” ni de la
sustracción de los objetos en él contenidos, la Sala absuelve a los prenombrados ciudadanos del
delito de hurto calificado previsto en el artículo 455, (ordinal 4°), del Código Penal vigente para el
momento de los hechos. Así se decide.

IV

DECISIÓN

            Por las razones expuestas, este Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de Casación Penal,
Administrando Justicia en nombre de la República y por Autoridad de la ley, dicta los
pronunciamientos siguientes:

1) Declara CON LUGAR el recurso de casación interpuesto por la Defensora Pública Penal


Centésima Primera del Circuito Judicial Penal del Área Metropolitana de Caracas,  Yelibe Chacón
Vivas y;

2) ABSUELVE a los ciudadanos Daniel Alberto Mora Álvarez y Abraham David Silva Pérez,
venezolanos, con cédulas de identidad números. 7.920.650 y 13.066.022, respectivamente, de la
comisión del delito de hurto calificado, tipificado en el artículo 455 (ordinal 4°) del Código Penal.

            Publíquese, regístrese, ofíciese lo conducente y remítase el expediente.

  Dada, firmada y sellada en el Salón de Audiencias del Tribunal Supremo de Justicia, en Sala de    
Casación   Penal,   en Caracas a los (10) días del mes de julio del año dos mil siete.  Años:  197° de
la Independencia y 148° de la Federación.

La  Magistrada Presidenta,

Deyanira Nieves Bastidas


 

El Magistrado Vicepresidente,                                                                                                 


La Magistrada,

Eladio Ramón Aponte Aponte                                                                                                           


Blanca Rosa Mármol de León

Ponente

El Magistrado,                                                                                                                 


La Magistrada,

Héctor Manuel Coronado Flores                                                                                                              
Miriam Morandy Mijares

 La Secretaria,

Gladys Hernández González

LOS MAGISTRADOS DOCTORES BLANCA ROSA MÁRMOL DE LEÓN Y HÉCTOR MANUEL


CORONADO FLORES, NO FIRMARON POR MOTIVO JUSTIFICADO.

Exp. 2006-502.

FUENTE:

http://historico.tsj.gob.ve/decisiones/scp/julio/380-10707-2007

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