Está en la página 1de 6

LECCIÓN 1 de 4

El remate de hacienda. Historia del remate feria


Presentación del caso
La martillera Alejandra López es una joven profesional que recientemente se ha recibido. Ya habilitada, se interioriza sobre
la temática de la subasta de hacienda. El primer inconveniente que encuentra es poder comprender por qué la Ley 20266
habla de la comisión de garantía. Comienza a instruirse con lo que señala el CCCN.

López toma la decisión de participar administrativamente en la gestión de la subasta de una empresa consignataria de
hacienda, con el anhelo de algún día subastar semovientes. Debe conocer el circuito legal y sanitario del producto ganadero
y, más aún, lo que regula la norma en cuanto al contrato de consignación.

Todo un desafío en lo legal y comercial.

Encontrándose en las actividades de la feria ganadera, no comprendía el uso del DTE (documento de tránsito electrónico) o
certificado guía, por lo que le consultó tanto al colega de la firma consignataria como, en el municipio, al empleado a cargo
del trámite.

Para conocer mejor el producto y su finalidad, comenzó a indagar sobre las distintas maneras de vender en feria y, de igual
modo, cómo cambian los nombres en publicidad de acuerdo con el producto.

Hoy visualiza que es una gran “empresa en marcha” la organización de un remate feria.

Procedimiento y organización
La subasta de hacienda en remate feria se caracteriza fundamentalmente por el tipo de bienes que ofrece a la venta. Son
“cosas” que responden al nombre de semovientes, y así lo ratifica la etimología del vocablo que proviene del latín: se
movens, se está moviendo. Cabe decir que una de las acepciones del término, según la Real Academia Española (RAE), es
“res doméstica” (s. f., https://dle.rae.es/?w=semoviente).

En el ámbito jurídico, el término semoviente se refiere de modo exclusivo a los animales en general y, entre ellos, al ganado
y las caballerizas, que son en especial de mayor utilidad para el beneficio del ser humano, aquel que es identificado y
clasificado dentro de la respectiva normativa. Nuestro Código Civil y Comercial solo identifica dos tipos de bienes: muebles
e inmuebles, por lo que el semoviente estaría dentro del primer orden.

Figura 1. Subasta de hacienda


Dentro de los antecedentes históricos, tenemos al Código Rural de Valentín Alsina, donde literalmente emplea el vocablo
semovientes (aunque también se emplea en el Código Procesal Civil y Comercial de la Nación [CPCCN]) por lo que se
expresa, a modo de ejemplo: “Art. 3.9 Propiedad rural, es la consistente en bienes raíces, muebles ó semovientes,
existentes ó radicados en estancias, chácaras, quintas ó pueblos de la campaña, ó bien establecimientos ó industrias
especiales” (Alsina, 1985, en Serres, 1965, p. 43).

Figura 2. Sistema Nacional de Repositorios Digitales

Por su parte, se debe tener presente en la materia lo que nos brinda Eduardo Lapa (2005) como una breve reseña histórica
3
de nuestra legislación en cuanto a la situación de venta de semovientes. Dice al respecto que la Ley 20535 creó la Junta
Nacional de Carnes en nuestro país, derogando los decretos y leyes anteriores. Esta normativa había absorbido toda
reglamentación existente al respecto con el fin de solucionar inconvenientes observados hasta entonces sobre la
comercialización de ganado. Hoy posee distintas modificaciones y se integra con resoluciones.
[3] Ley 20535. (2 de octubre de 1973). Ganadería. Honorable Congreso de la Nación.

Su misión primordial fue la de promover, fomentar, controlar, realizar, regular y


participar en la producción, almacenamiento, industrialización, transporte y
comercialización de ganado y carnes, y recursos vivos del agua, así como de otros
productos de la fauna, sus productos y subproductos, propender al abaratamiento
de las carnes y a la ampliación de los mercados exteriores. No obstante, en los
primeros años de la década de 1990, la Junta Nacional de Carnes fue disuelta
como institución individual, por lo que pasó a ejercer todas las actividades de
contralor dentro del Servicio Nacional de Sanidad (Servicio Nacional de Sanidad y
Calidad Agroalimentaria [Senasa], s. f. a).
Para poder ampliar esta información, te recomendamos leer sobre la norma en el siguiente enlace:
http://servicios.infoleg.gob.ar/infolegInternet/verNorma.do?id=230077

Eduardo Lapa (2005) expresa que, a partir de la Resolución J. 1729 del 4/12/80, en que la Cámara Argentina de
Consignatarios de Ganado solicitó la unificación de la terminología empleada en la citada norma para designar a quienes
efectúan ventas de hacienda recibidas en consignación, se destacó la conveniencia de introducir otras modificaciones a fin
de que coadyuvaran a simplificar los requisitos de inscripción de los consignatarios de hacienda . Por esto quedó sin
efecto la obligación de estar inscripto en la junta como martillero de hacienda, de modo que en la actualidad solo se
requiere la constancia de inscripción en la matrícula correspondiente a la jurisdicción, conforme a los ordenamientos
legales locales que se determinen sobre el organismo que posee el gobierno de la matrícula.

Figura 3. Remate presencial. Hacienda

Atención: es muy importante estar atentos a las modificaciones y resoluciones


que constantemente se introducen en políticas de
ganadería en nuestro país. La recomendación es aprovechar las páginas oficiales
en la web, donde el Estado argentino, mediante instituciones como el Senasa, va
actualizando la información general para el sector productivo.

LECCIÓN 2 de 4
Contrato de consignación. Comisión de garantía

Para poder considerar los contenidos contractuales, es necesario que conozcas lo que regula el CCCN en materia de
contrato de consignación a partir del art. 1335 y, principalmente, que tengas en cuenta la comisión de garantía regulada en
el art. 1343, prevista en la Ley 20266, artículo 11, inciso a).

Tabla 1. Elementos interrelacionados en la función del martillero de hacienda


LOCAL DE REMATE-FERIA: El predio o establecimiento ubicado en un sector rural o subrural, de acuerdo con la autorización
y la habilitación según las reglamentaciones locales, deberá contar con las instalaciones necesarias para la recepción de
los animales, su desplazamiento y la comercialización del producto ganadero.
LA GUÍA: Los formularios guías son otorgados por la municipalidad del lugar en donde se acredita la compra y cuentan con
los siguientes datos: numeración del formulario, lugar y fecha, nombre y domicilio del propietario del ganado, medio por el
cual se traslada, tipo y cantidad de animales, posee un casillero para las marcas y otro para las señales, número de distintas
marcas, destino de los animales, número de registro y constancia de haber pagado el impuesto correspondiente. Cabe decir
que, cuando el productor quiere vender o hacer algún movimiento de hacienda, solicita el respectivo permiso de tránsito
(DTA o Documento para el Tránsito de Animales), que luego es visado por la municipalidad (Senasa, s. f. b).
SANIDAD ANIMAL: Cada campo posee una tarjeta con un número de registro que lo individualiza (RENSPA). En él
se asientan las vacunaciones obligatorias y a dicho control lo realiza el Senasa. Son vacunas obligatorias: aftosa
y brucelosis. Son optativas o voluntarias: antiparasitarios, carbunclo bacteridiano, queratitis, neumoenteritis,
mancha y gangrena, leptospirosis, vibriosis, etcétera.

LECCIÓN 3 de 4

El remate feria
Pablo Junyent Bas (en Aguada et al., 2007), martillero y corredor público, especialista en la comercialización de hacienda,
expresa que es de práctica usual que el productor ganadero se comunique con el martillero (o feriero) de la firma
consignataria de su confianza para que envíen un “recorredor” que inspeccione la hacienda que se desea vender en
remate. Luego de la revisión, este asesora y aconseja sobre la conveniencia de clasificación de los animales para el tipo de
remate o “salida” a venta (por ejemplo, remate de invernada y cría), y además le otorga una estimación aproximada del
precio que se puede obtener.

Esta función previa sirve para mostrar un panorama correspondiente sobre los animales que posee el productor y la
situación propia del mercado de comercialización para evitar gastos innecesarios. Pero esta información previa de
conocer la cantidad y calidad de hacienda con la que se contará para el día del remate también es útil para el feriero, ya que
le permite organizar y publicitar el evento en debida forma.

Remate-feria: la hacienda llega a las instalaciones de la feria un día antes del remate para asegurar el “desbaste”. Esto se
debe a que el animal ingresa al predio rural y en ese tiempo elimina líquidos y materia ; es decir que el peso vivo informado
al día siguiente para el remate será aquel que surge luego del desbaste. Los animales son recibidos y controlados, y se
comprueba su cantidad, calidad, categoría y documentación presentada. Una vez concluida la primera etapa, se procede al
loteo, separándolos en distintos corrales, clasificándolos por categoría, clase, estado, etcétera, y se deja asentado en el
cuaderno o libro de entradas el nombre del vendedor, el número del corral, la categoría y la clase de los animales, las
condiciones de venta (precio y plazo aproximados) y el orden en que saldrán a la venta.

La subasta comienza cuando el rematador recibe a la “tropa en la pista” y, a viva voz, con las características propias del
profesional, destaca las cualidades de los animales e incita a los potenciales compradores a realizar ofertas. El martillero
tiene bien en cuenta a quién dirige la puja, pues de antemano ya conoce los intereses de los compradores (qué tipo de
animal busca y, sobre todo, el poder adquisitivo del oferente). Rematado el lote de animales exhibido en pista, se los arrea
hacia una manga o brete, instancia en donde le colocan en el lomo o anca —con pintura— un número que corresponde al
comprador, otorgado por el feriero antes del inicio del remate. Esto sirve para identificarlos y brindar así agilidad en la
rotación de animales para la venta. Luego son pesados y, finalmente, se los ubica en un nuevo corral, en el que se
concentrará el resto de lotes comprados por el mismo oferente.

Al concluir el remate, se confeccionan los DTA de despacho a nombre de los compradores, con su respectivo destino. Los
animales que no se venden vuelven al lugar de origen como remanente. Toda documentación de los animales para la
salida de la feria es realizada por un agente municipal del lugar y personal del Senasa para recién cargar los camiones que
transportarán la hacienda hacia su nuevo destino con la documentación correspondiente.

Hay que tener presente que la organización del remate en feria requiere una logística muy particular y, ciertamente, la
empresa se constituye con una serie de recursos que no deben faltar: desde operarios en campo (acarreo de tropa, peso,
marca, cuidados en bienes animal), y asesoramiento legal, contable y sanitario hasta el margen de la destreza de
comercialización que demuestra el subastador de hacienda.
Tipos de remates-ferias. Característica de la enumeración: “ejemplificativa”.
Remate de invernada y cría Se rematan animales con diverso destino: cría, recría, invernada, engorde, conserva,
etcétera.

Remate de gordos Se realiza en el mercado concentrador. Por ejemplo, en Buenos Aires: Liniers; en Córdoba: Ferreyra.
Se rematan animales gordos y conservas con destino a faena para cubrir las necesidades de consumo en la población.

Remate de conservas Faena: las vacas conservas son productos con destete hiperprecoz que fueron criadas y
terminadas exclusivamente en pastura natural. Ingresan a la venta en subastas ordinarias. Para “faena” es la venta de
animales que han llegado a la edad y aptitud conveniente para ubicar el producto para el consumo humano.

Remates especiales:

1
Exposiciones: en estos se rematan animales de pedigrí o inscriptos en los respectivos registros de cada asociación
de criadores de raza. Se destinan a reproducción y cría (machos o hembras, jóvenes y seleccionados). Serán empleados
como mejoradores de rodeo de inferior calidad.
2
Muestras: son similares a las exposiciones, pero no es indispensable que los animales que se vayan a rematar tengan
pedigrí o se encuentren inscriptos en los respectivos registros, es decir que, por lo general, poseen un menor grado
de calidad. Tienen estas características los animales de cabaña, certificados por excelencia de calidad en
exposiciones de la Sociedad Rural, etcétera, además de que deben cumplir normas internacionales de producción
en cortes magros, como la cuota Hilton.

No se incluye en esta clasificación la feria “extraordinaria”, ya que la designación, a diferencia de la ordinaria, implica una
programación o reprogramación de fechas distintas a las previstas anualmente para organizar la venta. Por ejemplo,
disposición del sector pecuario de muchos animales para venta.

Remates particulares: son especiales similares a los de exposición y muestras, en los que se rematan animales de pedigrí,
registrados o de buena clase. Son organizados y promovidos por los establecimientos denominados cabañas, en donde se
crían animales puros. Se pueden realizar en el campo de la cabaña o reunirse varias cabañas y realizarse en una feria o
lugar estratégico para obtener mejores precios de venta.

Figura 4. Publicidad de estilo para remate feria de hacienda

Atención: Nueva clasificación de bovino. No se considera: “terneros”.


Mediante la Resolución 32/2018 publicada hoy en el Boletín Oficial, Agroindustria modifica el Sistema de Clasificación de
los Bovinos para Faena, el Sistema de Tipificación de Res y establece las bases para un Sistema de Tipificación de Carnes
Bovinas. Las modificaciones regirán a partir del 1° de enero de 2019. (Hernández, 2018,
https://www.infocampo.com.ar/nueva-clasificacion-comercial-desaparece-el-ternero-ybuscan-el-pago-diferencial-por-
calidad/).

También podría gustarte