Está en la página 1de 68
LAMINAS. _ DE HORMIGON ~ 1 Teoria de membrana 11. Introduccion Para cada material de construccién pueden emplearse varios tipos de estructuras. En general el objeto de una estructura es el de transmitir fuerzas de un punto a otro. Usualmente se trata de la transmision de fuerzas exteriores (cargas) a los apoyos mediante elementos de la estructura. Esto da lugar a un sistema exterior cquilibrado de fuerzas aplicadas (acciones y reacciones). La transmision de cargas puede efectuarse mediante elementos sometidos a fuerzas axiles, tales como cables, 0 barras, 0 pi- lares, 0 mediante elementos sometidos a flexion, como son las vigas. En vez de emplear el concepto de espacio tridimensional, estos elementos estructurales se consideran esquematicamente como elementos rectos 0 curvos. No obstante, estos elementos deben tener algan cspesor y, por consiguiente, una seccion transversal, de modo que sean capaces para resistir fuervas normales y tangenciales, asi como momentos flectores y de torsion. Existe otro tipo de elementos estructurales que no pueden esquematizarse tan simplemente. Estos clementos encierran un volumen y pueden, por consiguiente, asimilarse a una envol- tura en la que dicho volumen esta encerrado, Ejemplos de estas estructuras son las paredes de un depdsito, el fuselaje de un avion o un balén de plastico. En estos ejemplos los elementos estructurales no pueden expresarse esquemitica. mente por una linea, sino que se caracterizan por una super- ficie plana o curva. Las bases del anilisis tensional de estos elementos deben tener en cuenta que una superficie fisica hecha de algin material rigido capaz de transmitir cargas de un punto a otro, esta sometida al hacerlo a cambios de forma. En el desarrollo de la teoria de estos elementos estructurales es necesario distinguir dos tipos: superficies planas, que en lo sucesivo Ilamaremos placas, y superficies curvas, que llama- remos laminas Una lamina puede considerarse como la forma material toma- da por la envoltura de un volumen limitado por una super- ficie curva. Esta definicion implica que el espesor sera pequeho comparado con el area y la curvatura. Esto no significa que las laminas tengan que ser extremadamente delgadas ni que haya que construirlas con un material elastico. De acuerdo con las consideraciones adoptadas y teniendo en cuenta un gran mimero de aplicaciones practicas, el espesor de las lami- nas delgadas oscila como sigue: 1/1.000 < 1/r < 1/50. En esta clasificacién pucden incluirse las laminas de hormigén o de acero y las burbujas de jabén. Incluso la superficie libre de un fluido puede tratarse del mismo modo, puesto que las ten- siones superficiales deben estar en equilibrio. Casi invariablemente, las laminas se hallan limitadas ‘por dos superficies curvas, llamadas, la inferior, intradés, y la otra, trasdés. El espesor de la Jamina puede ser uniforme o variar de un punto a otro. La superficie media se define como la equi x TRASDOS ~- SUPERE MEDIA tee OS ig. 1. Nomenclature SPESOR SinitRADOS para las laminas. SUPERF. MEDIA Fig. 2. Lamina ondulada, distante de las superficies de trasdés e intradés. La lamina puede, por tanto, describirse univocamente mediante la super- ficie media y el espesor en cada punto (fig. 1), de modo andlogo al empleado para las vigas, en las que la seccin transversal se define para cada punto del eje. Sin embargo, la definicién anterior no cubre satisfactoriamente todos los tipos de laminas. Por ejemplo, un conducto ondulado puede tratarse longitudinalmente como una lémina con Ia su- perficie media definida del modo que se muestra en Ia figura 2. A causa de las ondulaciones conviene en este caso elegir como superficie media la definida por el diametro medio, con lo que el material de la lamina esta alternativamente a un lado 0 al otro de esta superficie. Un paracafdas construido de un mate- rial textil y formado por una red de hilos cruzados puede también considerarse como una lémina. Para definir las fuerzas y las tensiones en una lamina debe elegirse un sistema de coordenadas. Si se asocia un sistema coordenado rectangular a la superficie media (se supone ticita- mente que la lamina puede representarse esquematicamente de este modo), las lineas coordenadas x, y en cada punto seran ortogonales. Considérese un elemento de lamina ds. por ds, aislado de la lamina (fig. 3). La superficie media se extiende Fig. 3. Tensiones que actiian sobre un elemento de lamina, en dos dimensiones y se describe por un sistema de coordena- das x, y. Las superficies de los cortes son perpendiculares a la superficie media. Los lados del elemento son ds, y ds,, medi- dos paralelamente a los ejes coordenados x, y, respectivamente. Las dimensiones transversales variaran en longitud s6lo ligera- mente. Estas variaciones son de segundo orden y generalmente pueden despreciarse. Se consideran fuerzas normales y tangenciales. En la figura 3 se indican las tensiones, designadas por 01, tu ti Y yy Hrs ty: sobre los planos x = constante e y = constante, respecti- vamente. Por consideraciones de cquilibrio es evidente que tay = tye. S€ Supone que las tensiones « y t son uniformes sobre toda la seccién del elemento, asi como transversalmente a la superficie media. La fuerza normal resultante sobre una seccién de y = constante del elemento sera o, ¢ ds,. Escribien- do N, ds: = o,tds,, se define una fuerza unitaria N, equiva- lente, de membrana, aplicada por unidad de ancho de la sec- cién, siendo N, = 5, t. Esta fuerza unitaria sc designard como esfucrzo normal y esta expresada por una fuerza por unidad de ancho © Jongitud ‘de Ja lamina. Del mismo modo pueden expresarse otras fuerzas unitarias o esfuerzos; asi, en uma scc- cién de x = constante Ne=oet; Nu = tal y en una seccién de y = constante Ny=o,t; Ny tml; Q, como se indica en Ia figura 4. Fig, 4, Esfuerzos que actiian sobre un elemento de lamina. Es necesario distinguir dos clascs de laminas que difieren ra- dicalmente en su sensibilidad al cambio de forma y, por tanto, en las deformaciones. Considérese, por ejemplo, un cilindro de papel o formado por uma lamina delgada de metal. Peque- fias fuerzas laterales producen grandes deformaciones. La re- sistencia de la lamina en este caso depende de los momentos flectores. Para cargas més complicadas pueden intervenir mo- mentos tanto flectores como de torsién. Como ejemplo de la otra clase considérese una cascara de huevo o una’ bombilla. En ambos casos el material cs relativamente débil. No obstan- te, ambas laminas pueden someterse a grandes fuerzas aplica- das sin romperse 0 sin que se produzcan grandes deforma- ciones. Puesto que las deformaciones son pequefias puede presumirse que los momentos flectores y torsores son peque- fos. Esta deduccién. se confirma en la realidad. Es por lo que esta clase es mucho mas atractiva desde un punto de vista estructural y sera elegida por el proyectista siempre que sca posible. En estas laminas la carga sc transmite principalmente mediante fuerzas normales y tangenciales. Este simple con- cepto de mecanica conduce a la teoria de membrana para las laminas. Si se considera el equilibrio de momentos con respecto al eje z, los tnicos momentos que aparecen son los debidos a los cs- fuerzos tangenciales N., Ny. El par de fuerzas Ns, ds, que tiene un brazo de ds, debe estar cquilibrado por el par de fuerzas N,.ds, cuyo momento es N,.ds.ds,. De la igualdad Nw ds) ds. = Nyedss ds, se deduce que: Ny= Ny Ademas, puede verse que el momento Q.ds,ds, del par de fuerzas Q, ds, debe ser nulo. Tomando momentos alrededor de un eje paralclo al eje y y que pase por Ia interseccién de las fuerzas N.ds, (es decir, por el centro de gravedad del pequenio elemento), todas las fuerzas restantes o son paralclas a este eje o lo cortan. Por tanto, Q, = 0. Andlogamente, considerando momentos con respecto a un eje adecuado paralelo al eje x, puede demos- trarse que Q, Estas hipétesis conducen a una notable simplificacién de la teoria de laminas en la que no necesitan considerarse més que tres esfuerzos, Nc, Ny y Ny. Para condiciones adecuadas de contorno, es decir, cuando se dispone de un sistema exte- rior estdticamente determinado, las relaciones necesarias y suficientes para obtener estas fuerzas son las dadas por lus tres ecuaciones de equilibrio, Una vez calculados los estuerzos normales y tangenciales, pueden determinarse los desplaza- mientos correspondientes a aquéllos, pudiéndose, asimismo, saber si resultarén tensiones secundarias. En muchos casos estas tensiones secundarias son suficientemente pequefias y pucden despreciarse, lo que justifica la teoria de membrana. Es claro que esto no implica que los esfuerzos normales sean necesariamente de traccién. La teoria de membrana cs igual- mente aplicable tanto a las tensiones de traccién como a las de compresién. En otros casos los desplazamientos deducidos de la teorfa de membrana son incompatibles, dando lugar a momentos signifi- cativos de flexién y torsion que pueden tener un papel impor- tante en el proyecto. Entonces la teorfa de flexién debe usarse juntamente con Ja teorfa de membrana para calcular las ten- siones criticas en la lamina. 1.2. Criterio de Codazzi-Gauss para superficies curvas Antes de emprender una ulterior discusién de la teoria de membrana, es decir, de la teoria basada en la hipstesis de que Ja lamina no esta sometida a flexién ni torsién, deben consi- MERIDIANOS~ NAN Fig. 5. Coordenadas para una 1émina de revolu derarse las (propiedades generales de las superficies curvas Una curva plana puede describirse en, coordenadas rectangula- res mediante y = f(x). En el caso que se indica (fig. 5) se escribe r = f (2). Eligiendo el eje z como eje de revolucién, un punto de la super- ficie engendrada por la rotacién de la curva r = f(z) se define por dos coordenadas, zy @. Aqui z se considera positiva hacia abajo y 0 para giros en el sentido de las agujas del reloj mi- rando desde O, que es el centro del sistema de coordenadas. Por consiguiente, el punto C de la superficie esta univacamente. determinado por las coordenadas z, r, 4 Existen aqui dos variables independientes, por ejemplo, zy 6. Cualquier valor constante arbitrario de z, z= c, representa un plano horizontal que corta a Ja superficie de revolucién segin un paralelo cuyo didmetro es una funcién del valor de, por ser r= f(z) = f(e). El plano 6 = 6, corta a la superficie segtim un meridiano que pasa por O y por un punto C de la superficie de revolucién. El meridiano para cualquier otro valor de @ tendra la misma forma. Un punto C, interseccién de un meridiano y de un pa- ralelo circular de Ja superficie de revolucién, resulta asi defi- nido por las coordenadas z y 9. Otro punto F de la superficie, muy proximo a C, puede defi- nirse por las coordenadas z + dz, 6 + d6. Se tiene ds? = ds’, + ds%, donde ds; cs cl desplazamicnto scgiin el meridiano y ds: el desplazamiento a lo largo del paralelo. Como puede verse en la figura 5, ds = dz? + dr’, por lo que dichos desplazamientos pueden darse como sigue: dr \? ds, = de |! +(4) ds) =rd@ El clemento lineal ds queda asi definido por la expresién: ds = dz [: +( ay |+ rd@ = Ade + Bde [1.1] ZF | donde: A y+) y Ber [1.21 Esta es la primera de las formas generalizadas de ecuaciones en la teoria de superficies curvas, siendo A y B pardmetros. En cl caso de una superficie de revolucién puede observarse que los dos parametros A y B en cl sistema de coordenadas z, @, son funciones solamente de z, puesto que r es sdlo fun- cién de z. Los valores de A y B son constantes para todos los puntos de un paralelo dado, de altura z = c, por ser entonces fijo el valor de r. Si en [1.1] se pone alternativamente dé = 0 y dz =0 se obtiene inmediatamente ds; = Adz y ds: = Bd@, Jo que ilustra Ja interpretacién geométrica de los coeficientes Ay B. Asi, pues, A es la longitud del arco del meridiano para dz = 1,y Bes la longitud del arco de paralelo para dé = 1. Para una superficie curva generalizada con un sistema coorde- nado ortogonal arbitrariamente elegido definido por las coor- denadas « y f, la expresion [1.1] toma la forma generalizada: ds? = dat + Bap (1.3 [de este modo la coordenada ¢ (fig. 5) se ha sustituide por « y la coordenada @ por f. Los parametros A y B tienen ahora un significado diferente]. Como se indica en la figura 6, los coeficientes seran ahora funciones de « y A. Se puede escribir nuevamente: ds, ds; = Bdp° para Adw para Las expresiones [1.1] y [1.3] son de gran importancia en la teoria de las superficies* curvas y, por consiguiente, en la comprensién de la teoria de las laminas. Mediante cstas ex- presiones se describe la geometria de la superficie en iérminos bidimensionales analogamente al método empleado para def- nir un punto en una superficie plana, 0 sea, que la posicién de un punto de la superficie se representa univocamente por dos cocrdenadas ortogonales normalizadas. La forma basica de [1.3] para diferentes sistemas de coordenadas ortogonales cur- vas (es decir, coordenadas en las que A y B dependen de « y A), conduce a diversas formas de superficies curvas. Si puede * Kommerell und Kommerell; Theorie der Raumkurven und vekritmmlen Flachen. Struik: Differential Geometry. elegirse un sistema de coordenadas ortogonales tal que A vy B sean independientes de « y 2, la geometria en las proximidades de un punto de la superficie curva no difiere de la correspon- diente a la placa plana. Entonces la expresién de las coorde- nadas cartesianas 14] permanece valida. Fig. 6. Coordenadas generallzadas para una superficie curva. Esta clasificacién incluye las superficies desarrollables tales como ¢! cono y el cilindro. Para estas superficies se demuestra facilmente que la distancia entre dos puntos de la superficie no varia en el desarrollo. (Por ejemplo, la distancia sobre la superficie entre dos puntos de un trozo de papel sin romper ni deformar, no varia al aplicarlo sobre un cilindro). Por esta razon, cuando una superficie curva definida por la ecuacion [1,3] generalizada puede reducirse, empleando ua sistema adecuado de coordenadas « y 3, a la forma de [1.4] con A y B constantes, se satisfaran jas Hamadas condiciones de la geometria euclidiana. Asi, por ejemplo, la suma de los Angulos de un triéngulo sera entonces 180°, independientemen- te de las longitudes dc los lados. Cuando sea imposible clegir coordenadas « y 8 para las cuales A y B sean constantes, la geometria de la superficie curva resulta diferente de la de la superficie plana; la cxpresion [1.4], tiltimamente indicada, ya "1 no es valida y debe aplicarse una geometria no cuclidiana. Estas superficies no son desarrollables, 0, lo que es lo mismo, no pucden aplicarse mediante pliegues a una superficie plana con la condicién de que cualquicr elemento lineal ds perma- nezca invariable. Esta clase de superficics incluye la estera, el clipsoide, el paraboloide y cl hiperboloide. Por cjemplo, se comprueba facilmente que la suma de los dngulos de un tridn- gulo esférico formado por ‘dos meridianos y un paralelo es siempre mayor de 180°. Existe ademas un segundo grupo de expresiones que juegan un papel en la teoria de las superficics curvas y, por lo tanto, también en la teoria de las laminas. Estas expresioncs se re- ficren a los radios principales de curvatura. Fn la figura 6 se considera un plano que pasa por C de modo que la normal a Ja superficie en C pertenezca al plano. Fiste plano corta a la superficie segtin una curva, y el radio de curvatura de esta curva en C depende generalmente de la orientacién del plano. Girando este plano se obtendran un maximo y un minimo radio de curvatura. Las curvas principales son las interseccio- nes para las cuales los radios de curvatura toman valores extremos, y los planos que producen estas intersecciones son ortogonales. En el ejemplo de la superlicie de revolucién, las curvas principales definidas por las coordenadas principales zy @ son, respectivamente, el meridiano con radio principal ri y la curva con radio principal rs (fig. 5). Limitandose primera mente al caso elemental de la superficie de revolucién que se indica en Ja figura 5, la curvatura del meridiano es: 1_ dé db Roe ———- 15. Toda ds de vier Sd donde: r=dridz. Ademas, segiin puede verse en la figura 5: [16] ¥ owen 7] ds Y puesto que dseng _dseng d dz dé dz y teniendo cn cuenta [1.6] se obtienc: dseng_ 1 \= 2 ( 1 \4 de = cos cos [1.8] dz dg \Witrt) dr Wit r?) de dseng 1 m2 - [19] dz 2 (1+ 9272 + r7p4 siendo: rs dr'[dz= a rfd2 . Resolviendo [1.8] en d¢/dz y considerando [1.7] y [1.9]: dg 1 dsen¢ VIF dz cosh = dz —rr -?" +r? $7”) Sustituyendo este resultado en [1.5] se obtiene la curvatura del meridiano: [1.10] ye a+r? Puesto que r= 1 send y con sen @, dado por [1.6], se deduce que la curvatura del paralelo es: 1 send _ 1 K=-= a a ro re ryF Ky (1.11) * (1.12) Eliminando r, r’y r” en [1.2], [Ll] y [1.121, puede demos- trarse que para la lamina de revolucién: 1 dB = Gq) RAB [1.13] y d dB (KB) = Ki“ fia a! BY dz J * Puode observarse que Ia ecuacién de Ia curvatura del meridiano es andloga a In expresion empleada en mecéniea aplicada para e) radio de eurvatura de la elistica, es decir: | ay/derye eyae EJERCICIO Demostrar que se satisfacen [1.13] y [1.14] sustituyendo los valores de A,B, K,y ,, dados por [1.2}, [111] y [142], en términos de r, r’ y 1”. En el caso mas general estas ecuaciones toman la forma *: (1.43) J K,ay= x, 2 tis] ea Ba a Sea oe l4 quaz ay ap Estas son las ecuaciones de Codazzi-Gauss, Los coeficientes A y B y las curvaturas K, y K, no pueden definirse arbitrariamente en [uncidn de « y g, sino que para cada superficie deben satisfacerse ciertas expresiones en derivadas parciales entre las curva- turas y los covficientes A y B. El factor K,K, = K es el indice de cur- valura de Gauss. Este indice, que en general es una funcién de « y f, determina las caracteristicas geométricas de la superficie. En el ejem: Pig. 7, Radios principales Fig, 8, Lamina cilindrica, Ge curvatura para K — 0, plo (fig. 7) det caso en que K = 1/r,r,=0, la lamina tiene una super- ficie desarrollable. Esto significa que una de las curvaturas principales debe ser nula En el caso de una lamina cilindrica (fig. 8), el radio de curvatura de Ja generatriz es infinito. * W. S, Wlassow en la traduccién alemana: Allgemeine Schalentheorie und ihre Anwendung in der Technik, pag. 6, “Eeuaciones de Codazzi-Gauss En todos los casos en que K #0 debe obscrvarse que la geometria de la superficie es no euclidiana. Por ejemplo, para la semiesfera (fig. 9), r= =4=0 y, por tanto, K = 1/a?z 0, Ademis, K cs positiva. Para el paraboloide hiperbélico (fig. 10), tanto r, como 7, son diferentes de cero y tienen signos opuestos, por lo que K es negativa Fig. 9. Esfera, Fig, 10. Parubulvide hiperbélico. El indice de Gauss clasifica las superficies de las laminas'cn tres clases: 1) Indice positivo (K positivo). 2) Indice negativo (K negative). 3) Indice nulo (K = 0). En la primera clase se agrupan las laminas esféricas, parabélicas y elipticas. El paraboloide hiperbolico pertenece a la segunda clase, y las laminas desarrollables, asi como las cilindricas y cénicas, pertenecen a la tercera clase. Esta clase incluye también Ja laja* para Ja cual los dos radios son infinitamente grandes. En las fotografias | y 2, ¥ 3. 4 se muestran cjemplos de ldminas de indice positive y negativo, respec. tivamente, Limitandose a las laminas de revolucién tales como la de la figura 5, que pueden describirse mediante la expresién roa [1.18] es posible llegar a tipos que tienen indice positive, negative onulo, variando 2 y «. En lo sucesivo no se volvera a tratar de este concepto. Es importante observar aqui que las tensiones internas que resultan * Una laja es una placa somelida e cargas contenidas en su propio plano y euya superficie media permanece plana al deformarse, La palabra placa Se reserva para el caso en que las cargas produscan principalmente des- plazamientos normales a la superficie media. 15 ‘ia a Foto 1, Auditorio en cl M.LT. Cambridge, Mass. (EE. UU.). de las cargas exteriores pueden estar univocamente determinadas en Téminas con indice positivo. No eaiste mis que una solucion de la ecua cién diferencial basica, que satisface un tinico conjunto de condiciones de contorno. Este no es el caso de Iiminas de indice negativo (fig. 11) Foto 2. Sala de exposiciones en Erevan, Armenia U.RSS.). (ortesia del Prof. M. Simonov, revan.) Foto 3, Torres de refrigeracion en distrito minero, Holanda, (Cortesia de Staatsmijnen), Hiperboloide Fig. 11 de revolucién. 7 Foto 4, Lamina en paraboloide hiperbélico en Breda, Holands, (Cortesia de Sprangers’ Bouw-en Belonbedrijf, N.V., Breda.) ‘Tribunas del Hipédromo de ls Zurzuela (Madrid). Autor: E, Torroja, Sancti Spirit (Lerida). Autor: B, Torroja, En el primer caso la ecuacién diferencial basica de segundo orden es eliptica, y en el segundo caso, es hiperbélica. Este ultimo tipo de ecue. cién se encuentra también en Ja teoria de vibraciones de alambres tensos, membranas, etc. Las soluciones de este tipo de ecuacién son multiformes, es decir, que muchas lineas eldsticas pueden satisfacer a un conjunto de condiciones de borde y de carga. No obstante, las condiciones de contorno pueden variar radicalmente el comportamiento de una limina y, consiguientemente, modificar esen- cialmente nuestro concepto. En general, en construccién una lamina sin bordes es poco corriente —no estamos tratando de alfombras vo lantes—. 19 Este problema de contorno se comprende mejor si la distribucién de fucrzas se describe no ya en base al anélisis tensional —como hizo Wlassow—, sino en base a ecuaciones de desplazamientos (deformacio- nes) —como hicieron Novozhilov* y otros—. Se Mega asi al concepto de que estas condiciones de contorno pueden cambiar completamente el comportamiento de una lmina y a deseartar la regla incorrecta de que el indice positivo.de curvatura da lugar a laminas estables y el nega- tivo no. El problema ptiede verse mejor a Ia Iuz del concepto de «defor- maciones inextensibles» de estructuras espaciales. La geometzia de las Iéminas de curvatura negativa hace que éstas estén sujetas a grandes desplazamientos, puesto que deformaciones muy pe- quefas cn el plano medio pueden dar lugar a grandes flechas transver- sales. Por ejemplo se muestra una placa en ménsula que se ha deformado fucra de su plano, dando lugar de este modo a una superficie de indice negativo en la que las coordenadas perpendiculares que se indican per manecen ortogonales (fig. 12). En este caso surgen deformaciones inex- Pig. 12, Placa en ménsula, Fig, 13. Lamina con indice positive de curvatura, tensibles, puesto que pueden ocurrir grandes desplazamientos normales, mientras que se producen deformaciones despreciables en la superficie media. La posibilidad de deformaciones inextensibles no se da en una lamina de indice positivo de curvatura (fig. 13). Para una carga aplicada enc y con Ja Kamina apoyada continuamente en el borde, la lamina no varia apreciablemente de volumen. * VV. Novoshilov: The theory of thin shells. 1.3. Consideraciones para el disefio Al discfiar laminas surgen dos consideraciones principales: la curvatura y las condiciones de contorno. La primera debe te- nerse en cuenta por lo que respecta a la curvatura principal, as{ como al indice. Las segundas estan relacionadas con el borde (sustentado continuamente o sobre apoyos aislados, libre o empotrado, etc.), asi como con aquellos elementos, como vigas, tirantes, timpanos, que claramente influyen en su comportamicnto. Los elementos de borde pueden limitar las deformaciones de una lamina, estabilizarla y modificar com- pletamente su comportamiento. El paraboloide hiperbélico que resulta en la figura 12 ha sido objeto de muchas aplica- ciones satisfactorias dotandolo de vigas de borde relativamente rigidas (fig. 14). Fig. 14. Lémina en paraboloide Fig. 15. Lamina esférica hiperbélico con vigas con gran lucernario, de borde rigidas, Por otra parte, una lamina esférica puede estar sometida a grandes deformaciones. Las deformaciones laterales pueden resultar excesivas si la esfera no esta cerrada cn su parte su- perior, como puede ocurrir cuando se dispone un gran lucer- nario (fig. 15). 24 2 Teoria de membrana Laminas de revolucién 2.1. Introduccion El principiante tiende a pensar subconscientemente en las ten- siones de la lamina como resultado de la flexién de elementos curvos. La eficacia de las laminas como clementos estructurales descansa, no obstante, en su capacidad para transmitir fuerzas a las reacciones actuando como una membrana, o sea, mediante un flujo de fuerzas por el plano medio sin flexion. En laminas adecuadamente formadas, la flexién puede considerarse como una perturbacién local o unas tensiones secundarias. Sin em- bargo, existen también tipos en los cuales cl fendmeno de la flexién es inevitable y aparece sobre toda la superficie. Para la mayor eficacia estructural le incumbe al proyectista scleccionar una forma que, para las condiciones del proyecto, se aproxime al cstado de tensién de membrana tanto como sea posible y, por consiguiente, reduzca al minimo la flexién o las tensiones secundarias. Esto no es solamente sencillo desde el punto de vista del cdlculo, sino que estructuralmente propor- ciona la solucién mas econémica. En este sentido, el problema cs andlogo al de proyectar una simple celosia. Esta estructura es mas facil de calcular, y mas eficiente, cuando las excentri- cidades de los nudos se hacen minimas, de modo que las ten- siones sccundarias de flexién sean despreciables comparadas con las tensiones axiles de las piczas de Ja celosia. Andloga- mente, cuando se proyecta un arco de modo que su directriz coincida con la linea de presiones, se obtiene una estructura mas eficiente que cuando debe resistir grandes tensiones de flexion. Para permitir que las laminas se comporten como una mem- brana, se requieren las siguientes caracteristicas de disefio y condiciones de carga: 1) La lamina debe ser de espesor constante o el espesor debe variar gradualmente de modo que se eviten variaciones bruscas. Preferentemente la lamina debe ser delgada. 2) La lamina debe estar sometida a cargas repartidas que varien continua y suavemente, es decir, sin variaciones bruscas en magnitud. 3) La superficie de la lamina debe ser continua y la curvatura no puede variar mas que gradualmente. 4) Las fuerzas unitarias que acttien en cl borde de la lamina deben ser tangentes a la superficie media, Las deformacio- nes en los bordes de la lamina deben acomodarse a la deformacién de los elementos contiguos. 5) Como en la practica esto no puede verificarse, deben to- marse las medidas correspondicntes para mantener las coacciones en un minimo. La lamina debe poder «respirar» sin coacciones indebidas. La teoria de membrana puede también aplicarse en casos espe- ciales, por ejemplo, en el caso de una carga lineal que puede descomponerse segin las tangentes a un meridiano disconti- nuo, como se indica seguidamente: 2.2. Coordenadas Las laminas dé revolucién pueden engendrarse por el giro de una curva plana alrededor de un eje. Para estas ldminas es mas sencillo y mas conveniente pasar de las coordenadas car- tesianas a las coordenadas que se muestran en la figura 16 y que son las empleadas en'la mayor parte de los textos sobre célculo de laminas. Los r y 7 sc suponen positivos cuando estan dirigidos hacia afuera'a partir del eje z vertical de revo- lucion. 4, el angulo del plano meridiano, se mide en el sentido 23 de las agujas del reloj a partir de un plano fijo de referencia, mirando hacia el punto O; 4, cl angulo de posicin del paralelo, se mide desde el cje de revolucion. Para las ldminas de revolucién estas coordenadas tienen las siguientes ventajas: 1) El caleulo es mas sencillo. 2) El aspecto constructivo es mas sencillo, o sea, que las me- didas para la obra se efecttian més facilmente. i» (ne gto) vig, 16, Lamina de revolucién: a Coordenndas empleadas Como se van a emplear las coordenadas z, $ y @, los esfuerzos de membrana se expresaran por Nz, No y Neg, donde Ny = opt es el esfuerzo normal de membrana, que actia tangencialmente al meridiano; Nusost es el esfuerzo normal de membrana, que actiia tangencialmente al paralelo, y Nog = to t =Nyo = tee f es el esfuerzo tangencial de membrana en las direcciones @ y ¢. Las tensiones cy, o¢ y tg son las tensiones normales y Ia tan- gencial de la membrana, siendo t e] espesor de la membrana La figura 16 muestra un elemento de la superficie de una Ia- mina aislado por planos meridianos @ y @ + d@ y por planos horizontales definidos por 4 y ¢ + dé, asi como los esfuerzos de membrana que actuan sobre los bordes del elemento. La fuerza exterior por unidad de superficic, aplicada al elemento, aparece descompuesta en sus componentes ortogonales P,, Ps y Py, donde P, cs normal al plano tangente y positiva cuando se dirige hacia afuera, y Py y Pe pertenecen al plano tangente y se consideran positivas en el sentido creciente de y 9, respectivamente. Los meridianos y los paralelos son lineas de curvatura; los radios principales de curvatura se designan por ry y rz, respec- tivamente. Convenios andlogos han sido también adoptados por Girkmann y Fligge * 2.3. Solucién general de los esfuerzos de membrana Las ecuaciones generales para los esfuerzos de membrana en una ldmina de revolucién se obtienen de las tres ecuaciones de equilibrio para las componentes de las fuerzas en las direc- ciones de $, @ y r, respectivamente. a) Suma de las fuerzas tangentes al meridiano. Las fuerzas unitarias Ny y [Ny + (@Ny/0p) dé] estan asociadas a los elementos lineales r d9 y [r + (0r/26) db] d0. La fuerza desequilibrada tangente al meridiano es: aNs a ("e+ 4) (r+ 3p ad) d6— Nerd = aN, Eve p ag dé dé. ab ag 7 dsr d0 + Ny ab a9 ap “OF + Ne odd + * Girkmann, Karl: Pidchentragwerke, Springer Verlag, Viena (1990). Filigge, Wilhelm: Stresses in Shells, Springer Verlag, Berlin, Géttingen, Heidelberg (1960) 25 Prescindiendo de términos de orden superior, la componente desequilibrada es: ONg or a 2Ne aN, dé dd =" (rN, db dd . CY * 6) ag NHS Debe observarse que tanto r como Ng son funciones de ¢, re- cordando que en la figura 5 el meridiano se define mediante la expresién: r f@). El angulo ¢, de acuerdo con la figura 16, es: @ =arectgdr/dz . Las fuerzas normales tangentes al paralelo tienen también una componente desequilibrada tangente al meridiano. Dichas fuer- zas son iddé y [Ns + (@No/00)d@] 1rd. Despreciando términos de orden superior, puede verse en la figura 17 que estas fuerzas tienen una resultante que actéa hacia dentro en el plano de! paralelo, de Ny ridé d@. Esta fuerza desequilibra- da puede descomponerse en dos componentes: una en el plano tangente y otra perpendicular. La componente en el plano tan- gente es No ri dé d@ cos y acttia en sentido negativo (fig. 17). Ns ciaeos dp | rie nigra \ ty Beare Fig. 17. Componentes de los esfuerzos circunterenciales, Este resultado puede también obtenerse-de la figura 16. Puesto que las proyecciones de los bordes meridianos sobre el plano tangente no son paralelos, sino que se cortan segun un angulo de d6 cos 4, la fucrza resultante en el plano tangente de las fuerzas normales tangentes al paralelo Neri dé es, por consi- guiente (Ny r.dh)(d0 cos). Los esfuerzos tangenciales que actian a Jo largo de los meridianos que limitan el elemento de lamina que se muestra en la figura 16 son: —N N a a0) ey +( mt Puesto que se trata de una lamina de revolucion, 7, no es fun- cién de @ y la longitud de cada uno de los dos bordes meridia- nos del elemento de lamina es igual a r.dé. De aqui que la componente desequilibrada de los csfuerzos tangenciales, tan- gente al meridiano, es (@Ns4/20) dd ri dd. Finalmente, la contribucién de la carga exterior asociada al clemento superficial ridé por rd@ es Py rir db d0. Sumando estas fuerzas resulta la ecuacién de equilibrio: J, (Ne) db 49 — No rid dD cos +N ndbd0 + Pyrndp de i a 6 de la que, dividiéndola por dé d@, se obtiene: ON Ge BO Ned— 1 No e088 + 1 ae LrnPs= [2.1] b) Suma de las fuerzas tangentes al paralelo Los esfuerzos tangenciales que actian en los bordes sobre paralelos del elemento de lamina son: ON, a Can (rdy y + (Nee Ne 4) (r+ 5i ae] a9 . Prescindiendo de los términos de orden superior, el esfuerzo tangencial desequilibrado es aN, re dg dO + Nee = ds do = (7 Ny) ddd . od b Puesto que las proyecciones de los bordes meridianos sobre el plano tangente no son paralclas, sino que forman un Angulo de d6 cos 4, los esfuerzos tangenciales en estos bordes tienen también una componente normal al meridiano en el plano a7 tangente. Despreciando términos de segundo orden, esta compo- nente ¢s (Ngoridd)(d0 cos). Las fuerzas normales seguin el pa- ralelo tienen una componente descquilibrada (@Ne/00)d6 1,d4, y la contribucién de la carga exterior que actia sobre la super. ficie dé por rd@ del clemento es Pp rr; dé dé. Sumando es- tas componentes y dividiendo de nuevo cada término por dy d, se obticne ia segunda ecuacién de equilibrio: al Lr Ngo) + Neg cosh 1 oN eee =0 [22] ap 20 Obsérvese que esta expresién es independiente de Ny. ©) Suma de las juerzas normales al plano tangente Como ya se ha visto previamente en la figura 17, los esfucrzos normales circunferenciales o segtin los paralelos, tienen una resultante hacia dentro igual a Ny 11d d0; por tanto, la com- ponente normal al plano tangente es —Neridi d6 send. wo Pea rst ae | a: ne + BieFae 40 Fig, 18, Resultante de los esfuerzos segtin los meridianos. Andlogamente, las fuerzas tangentes al meridiano tienen una resultante que acttia hacia dentro normal al plano tangente (fi- gura 18). Despreciando nuevamente términos de segundo or- den, esta resultante tiene una magnitud de —Ngr d0 dd. La carga exterior que actiia sobre el elemento tiene una compo- nente P,r,d@rd@ normal al plano tangente. Sumando estas fuerzas y dividiendo por — dé d®, se obtiene: Notiseng +Ner—rnP, =0 [2.3] Observando que 7 = r: send, la tercera ecuacién de equilibrio puede escribirse en Ja forma: (Ng/n) + (N/m) = Pr [2.4] La expresién [2.4] no introduce ninguna nueva incégnita; por consiguiente, una de las incdgnitas, sca Ny 6 Ne, puede expre- sarse en funcidn de la otra, y el resultado sustituirse en [2.1] y [2.2]. El problema se reduce entonccs a resolver dos ecua- ciones en derivadas parciales con el esfuerzo tangencial y uno de los esfuerzos normales como las dos funciones incdgnitas. Debe observarse que en estas ccuaciones no se han aplicado mas que las condiciones de equilibrio; no se ha considerado ninguna ecuacién de compatibilidad (de deformaciones). La afirmacién, enunciada cn cl Capitulo 1, de que la teoria basica es aplicable a laminas de cualquicr material parece, por tanto, estar justificada. Estas ecuaciones son validas sca o no apli- cable la ley de Hooke. 24. Cargas,de revolucién Cuando, ademas de la simetria de forma, las laminas de revo- lucion estén sometidas a cargas de revolucién, el tratamiento analitico se simplifica grandemente. Puesto que todas las fuer- zas son entonces también independientes de @, todos los tér- minos en los que se deriva con respccto a 4 desaparecen, con Jo que [2.1] y [2.2] se reducen a: a (r Ng) — ri Necosé +rnPy=0 [2.5] y ae (A Ngo) + ri Nog cosh +7 Po =O [2.6] La expresion [2.6] representa una torsién de la lamina con respecto al eje vertical. Para cargas de revolucién que actuan en el plano meridiano cs evidente, considerando los esfuerzos tangenciales en dos elementos de la lamina diametralmente opuestos (fig. 19), que los esfuerzos tangenciales deben ser nulos. En virtud de la simetria de la carga la componente horizontal de la carga exterior esta en equilibrio y, por tanto, los esfuer- 29 zos tangenciales Ng» = Nos son nulos cuando Ps =0. La ex- presion [2.6] desaparece en este caso. Resolviendo [2.4] en No : No=Pin—Mtn (2.7] n Sustituyendo este resultado en [2.5]: é (Ng) —P-rincosé + Nyncos¢+riPs=0. Fig. 19. Hsfuerzos de torsion, Multiplicando cada término por sen@ y teniendo en cuenta que r = r:sen , la ecuacion [2.5] se reduce a: ip (PN senb— Piri rscosd send +Ngrcosd rr) Pesen dh = Combinando los términos primero y tercero: ye Nese 8) = 4 (nNjsen’¢) =n n(Pcosd — Py send)send [281 Esta expresién puede ponerse en la forma: 1 Ny =—————_ ra sen? b fr 11(P.cos 6— Ps sen) senddé +C| [29] donde C representa cualquier otra carga. La expresién [2.9] pucde interpretarse en términos del equi- librio del trozo de lamina sobre el paralelo definido por ¢ = C. Si se corta la lamina por este paralclo, la circunferencia tiene una longitud de: dar = 2arisend ; por consiguiente, la componente vertical de las fuerzas de membrana a lo largo de este borde es: 2nrisen & Ny send riNesen?@ . Las fuerzas exteriores estan representadas por el término entre corchetes del miembro derecho de [2.9] 0 considerando la integral definida entre limites fijos. Entonces el limite superior es el paralelo ¢ = c y el limite inferior es ¢) = vo, es decir, el borde superior de la limina. El angulo que define el punto donde comicnza cl meridiano cs ¢y y, por consiguiente, para una lamina cerrada, ¢: = 0. La constante C en [2.9] es una funcién de las cargas aplicadas por encima del paralelo de d = dw. La suma P de las compo- nentes verticales de estas fuerzas es igual a 21C. Para una lamina cerrada, P representa una fuerza concentrada en cl vér- tice © polo de la lAmina; en otro caso, P se supone uniforme- mente distribuida a lo largo del borde libre & = qu (fig. 20). Pig. 20. Cargns de borde en una lamina de revolucién. Si la lamina est4 cargada solamente con una carga concen- trada en el polo o con una carga distribuida en el borde, como se indica en la figura 20 (esto implica ademas carga perma- nente nula): por tanto: —(P/2a) ; y, de acuerdo,con [2.9] N, = —(P/2a 12 sen? $) [2.10] 34 Ademés, la [2.4] se reduce a: (No/ni) + (No/r2) = 0 5 por consiguiente: No = P/2a ri sen? [2.11] De este modo, para una carga axil P actuando hacia abajo, las fuerzas Nz segtin los meridianos son compresiones y las fucr- zas Ng segiin los paralelos son tracciones, sicmpre que ri sea un radio positivo de curvatura. Para = 0 se tiene un punto singular. En este caso, para una lémina cerrada sometida a una carga concentrada en el polo, el valor absoluto de los esfuerzos de membrana es proporcional a 1/4? al tender ¢ a cero, pues para valores pequefios de ¢: snd+¢. 2.5. Membranas de tensién uniforme Para estas membranas, tales como las burbujas de jabén, la solucién general puede simplificarse. Entonces las fuerzas su- perficiales son uniformes en todas direcciones, y cn conse- cuencia: S=Ny=No. La expresién [2.4] toma entonces Ja forma: (s/n) + (s/r2) = Pe 5 o bien: (t/n) + (/r2) = P,/s [2.12] 2.6. Equilibrio como «cuerpo rigido» Se ha demostrado ya que para cargas de revolucién la expre- ion [2.9] es equivalente a la determinacién de los esfuerzos segin los meridianos al considerar el cquilibrio del trozo de lamina por encima del paralelo de que se trate. En la practica cl efecto de las fuerzas de gravedad, tales como cl peso propio de la ldmina, cl del aislamiento y la carga de nieve, son de importancia primordial. Puesto que estas cargas son de revo- lucién, Ns es independiente de @ y puede determinarse directa- mente considerando simplemente el equilibrio vertical del tro- zo de la lamina que se obtiene cortando ésta por el paralelo definido por el éngulo 4. Por ejemplo, considérense las fuerzas segtin los meridianos cn una lamina sometida a una carga uni- forme de nieve q (fig. 21). Fig, 21. Equilibrio como cuerpo rigido, En este caso; Qar (Ny send) =—anq ; por tanto: No = —(rq/2send) = —(nq/2) [2,13] El esfuerzo No puede asimismo determinarse mediante [2.7]. Discontinuidades en los esfuerzos de membrana. Puntos de inflexién En el caso en que el meridiano 7 = f(b) tenga un punto de inflexién, surge una complicacion. En este punto, ¢ aleanza un valor extremo y r1 cambia de signo (fig. 22). En este caso 7 tendra dos valores, asociando una rama a los puntos del meridiano sobre el punto de inflexién B y la otra a los puntos inferiores a B. Puesto que las fuerzas seguin los meridianos deben ser continuas para satisfacer el equilibrio, se deduce de [2.7] que las fuerzas scgin los paralclos deben también tener dos valores. La discontinuidad en el valor de Ny en el punto de inflexién sera: [No = Ne? — Ng =—Nenl caer [2.14] 33 Esta discontinuidad en los esfuerzos segin los paralelos da lugar a deformaciones incompatibles que se traducen cn ten- siones locales de flexion debidas a los esfucrzos cortantes re- queridos para mantener la continuidad. Estas discontinuidades en las {uerzas segtin los paralelos de la membrana y en las Fig. 22. Inversidn de Ia curvatura, deformaciones correspondientes pueden evitarse disponiendo una transicién suave de modo que n*) y r{~ sean infinita- mente grandes cn el punto de inflexién, pues entonces: ANe = N&O — NeW =0 La discontinuidad complica el anilisis, asi como la correspon- diente ecuacion en derivadas parciales. Esta dificultad puede soslayarse sustituyendo la coordenada ¢ por la coordenada s que se mide a lo largo del meridiano desde un punto adecuado de referencia como el vértice de Ia lamina 0 el paralelo que la limita inferiormente. Sustituyendo ds = 7, dé, las expresiones (2.1], [2.2] y [2.4] se transforman cn: ONes rN.) + oN® _ Ne cos +P, = [2.15] as 30 a i a (r No) + ONO + Nes cos +7 Py = 0 [2.16] és an ¥ Xe le. [247] not 3 Esfuerzos de membrana para cargas de revolucién 3.1, Cupula esférica Pucsto que una cupula esférica tiene curvatura uniforme, los radios principales son iguales e iguales al radio a de la esfera, es decir: Fig. 23. Cargas verticales en una cuipula esférica, Para una carga vertical uniforme g tal como el peso propio de la lamina, las componentes de la carga segtin cl radio y el meridiano son (fig. 23), respectivamente: P, = —gcosd [3.1] Py = gsend (3.2] 35 De acuerdo con [2.9]: 1 Ne= : oe sen? & fin eB cos —Prsend) sanip dc é =a a@(—g cos’ —g sen’) send db = asen?d J =-48 f¢ sen’ oJ 4, sen) dé (33) Para una lémina cerrada en el polo, ¢y = 0. Por tanto: a sen? = 2. (cos —1) = —— 28 — 33 (op DF cosd [sal Este resultado puede también obtenerse considerando el equi- librio de la lamina como «cuerpo rigido». Los esfuerzos de membrana estan ea equilibrio con el peso de la lamina. En consecuencia: (2nasen 6) (Ny send) + f g(2nasend) (ads) =0 ty Resolviendo en Ng se obticnc nucvamente: —ag fe Ny = 58 [* sen de 133] sen’ J 4, y para dy Ng = —ag/(1 + cos ¢) [33a] Sustituyendo el valor de Ng en [2.4] y resolviendo en No: No =P, —(rnlr) Ny [3.4] y, por consiguiente, para una lamina cerrada en cl polo: ag _ (1 N, =—agcos = . : $+ Ty cose 1+ cos #008 a) [34a] La distribucién de los esfuerzos de la ctpula debidos al peso propio puede verse en la figura 24. Obsérvese que estas fucrzas unitarias actuan en un plano tangente a la esfera y, por tanto, no son susceptibles de una representacién gréfica directa. En el polo los esfuerzos Ny y No son numéricamente iguales. Para ¢ = x/2 los valores absolutos de ambos esfuerzos son dobles gue en el polo, pero Ny es de signo opuesto. Por consiguiente, Ne debe anularse para un valor de @ tal que: [35] eal Nef fy 5 =e Pig, 24, Distribucion ce esfuergos debidos al peso propio en una eipula estérica, Resolviendo esta expresién en cos d: cos* + cosd—1=0; cosp=—%1VM+F1=0618. Por tanto, para angulos mayores que $ = arc cos 0,618 = 51°49" la lamina esta sometida a csfuerzos Ny segtin los paralelos, de traccién. Bs acostp aes (CODEC ecntng \) N Fig. 25. Carga de nieve en una cupula esférica, Aen=a Para una carga g uniformemente distribuida en proyeccién ho- rizontal (fig. 25), por ejemplo, la carga de nieve, la fuerza uni- taria Ns segin los meridianos se obtiene mas facilmente consi- 37 derando el equilibrio como cuerpo rigido, como en [2.6]. En este caso, de acuerdo con [2.13], se obtiene inmediatamente: Np =—riq/2 =—aq/2 [3.6] La carga vertical aplicada a un elemento de superficie r: dq por rd@ es (r,d} cos 6) q(rd0). La intensidad resultante de la carga exterior es, por consiguiente, g cos #. Por tanto, las componentes de la carga segiin el radio y cl meridiano son, respectivamente: P, = —qcos 13.7] ¥ Ps = qcos $ sen [3.8] EJERCICIO Sustituyendo los resultados anteriores en [2.9], obtener el resultado de [3.6] mediante integracién entre los limites 0 y $*. El esfuerzo Ny segtin el meridiano se obtiene nuevamente sustituyendo en [2.4]. Por consiguicnte: ag No= ag cost gp + 2 84 cos2g (39) = t i | i | t | Fig. 26, Distribucién de fuerzas debidas a cargas de nieve en una ciipula esférica. La fuerza Ny se anula, por consiguiente, para 2 = 2/2. En consecuencia, para la carga de nieve los esfuerzos segin los paralelos son de traccién para @ mayor de 45°. En la figura 26 se indican grAficamente las distri- buciones de los esfuerzos para carga de nieve, dadas por [3.6] y [3.9]. * Véase también Girkmann: Flachentragwerke. De los resultados anteriores sé deduce’que si se desea que en la lamina no haya tracciones debidas a cargas uniformes, la abertura no debe exceder de un valor que oscila entre 45° y 52", Estas Kiminas rebaja- das (fig. 27) se han hecho muy populares en los ltimos afios. Con res- pecto al comportamiento de fos bordes son, no obstante, menos favo- rables. Gin§s S45" SE Fig. 27. Lamina rebajada, 3.2. Cipula eliptica EI elipsoide de revolucion, o superficie de una ctipula eliptica, se engendra por el giro de un arco de eclipse alrcdedor del eje z. Cuando la altura es menor que el radio de la base, la limina es de aspecto agradable. Tales laminas tienen ventajas acusticas y el espacio que encierran es menor que para una cupula esférica. Esta ultima propiedad puede ser econémica- mente ventajosa desde el punto de vista de la calefaccién y el acondicionamiento de aire. No obstante, los proyectistas evitan con frecuencia esta forma a causa de su complicacién analitica. Con la notacién indicada en la figura 28, la conocida ccuacién de Ia elipse toma la forma: (P/a@) + (22/b) = 1; por tanto: > (ez)? [3.10] 39 donde r y z son las coordenadas cartesianas. Para este ejemplo es preferible suponer que z es positiva hacia arriba en vez de hacia abajo, como se supuso para la obtencion de Jas ecuacio- nes de equilibrio en el Capitulo 2. Este cambio de signo no altera la validez de las ecuaciones generales de la membrana. Como centro del sistema coordenado, se elige el de la elipse. Fig. 28, Blipsoide de revolucién, Los radios principales de curvatura pueden obtenerse directa- mente mediante [1.11] y [1.12] Se tiene: a4 rye ne x sae [3.41] : ¥ n a r+ ey? [3.12] donde: f= dr/dz. De acuerdo con [3.10]: ,_ dr a fof aa [3.130] ab @—aye [3.13 b] Por consiguiente: 2 Z A i Phe i de ee 3.14 br + Peo [3.14] definiendo ¢ coma sigue: [3.15] Sustituyendo en [3.11]: 0 2p 1 oP aeM eee OF EZ! og 46) ab PGP ab Andlogamente, sustituyendo en [3.12]: _@ a (BS + ty? I nah 2 aya aot egy [3.17] * Ahora puede aplicarse el criterio de Gauss, Bl indice de curva- tura es: K=K,K,=1/nn; por lo que K tiene un valor positivo. Para una esfera a = 6 y e = 0; de aqui que el indice se reduzca inmediatamente a la forma esperada: K=1/b=1ae; (a=). Esfuerzos de membrana debidos al peso propio. En este caso en vez de calcular la integral de [2.9] se considera el equilibrio de la lamina sobre el paralelo definido por d. La determinacién del peso propio requiere la integracion de una superficie. Esto puede efectuarse considerando el arca de una franja elemental comprendida entre dos planos horizontales (fig. 29). “ Girkmann da ademas las formulas siguientes para 7, y 7, en funetén de a, by dt ov (a sen? gp + bcos! gp)" e Pant b+ b cost)?” at E] arca de la lamina por encima del paralelo definido por ¢ es: O, = 22 [Uras Jey Fig, 29. Elemento de superficie ! de un elipsoide. Ahora bien, ds = (de + di)? ; dr\2 nya - te = (1 v8 de: ds {1 ¥(4)" dg= (1+ 12) de por tanto, segiin [3.14]: Baeg ds =F: ae eal Teniendo en cuenta el valor de r, dado por [3.10] a Qn | 4 4 ter dz [3.19] Janay BF EJERCICIO Demostrar que de Ia integracién de la expresidn anterior se obtiene: ap blate) —] Se—2* yaaa In a ez + (bt + ez Considérese ahora el equilibrio del peso propio de la parte de Ja lamina situada sobre el paralelo definido por ¢ (fig. 30). La componente vertical de los esfucrzos segtin el meridiano a lo largo del borde es: 2ar,N,sen$=22 [" Seguin [3.10] y [3.18]: dea b(e—2y?—a(b2— 2) ro pan Te Be wb OG gaye Gaema BAN por tanto: BO, (DF + ZED dea(b—a) 3.22] Fig. 30. Equilibrio de un elipsoide para peso propio. Ahora puede calcularse Ng resolviendo [2.4] en N, y considerando el valor de N,, dado por [3.22]. Con Io cual: Ng =P, (rot Ng (3.23] Seguin [3.1] y con referencia a la figura 31: nonsense Shea NE) Teniendo en cuenta lus valores de (dr/dz) y (dz/ds), dados por [3.13] y [3.18]: P.=—2 eo az Pee, TM eae “al hoeeow "Grease OM Fig, 31. Componentes de las fuervas, Sustituyendo este resultado y los valores de r, yr, dados por [3.16] y [3.17] on [3.23], y con el valor de Ny , dado por [3.22] @gz ae 3.25] En cl vértice: Ademés, segin [3.16]: (oh 4 a mapa ab y semin [3.17]: wy em ee Por tanto, en el vértice [3.26] Nop = 5 P,=— oS 327] Este esfuerzo cs, por tanto, a/b veces mayor que él esfuerzo en el vérti- ce de una cipula esférica de radio a. En el borde, @ = 2/2, : =0, por lo que segiin [3.20]: 0. = (@+ ae aa ) [3.28] Sustituyendo en [322]: A= ee 5 (e “en [3.29] y sustituyendo en [3.25]: tase fee SE at) En Ia figura 32 se muestra la variacién de Ny y N, en funcién de la relacién a/b. Puede verse que tanto N, como N, en él vértice aumentan proporcionalmente a dicha relacién, Mientras Ny decrece ligeramente en el borde al aumentar Ja expresada relacién, N, aumenta rapidamen- te, ya que, seguin [3.29] y [3.30]: —(Ny,/No,) ah? 3.31] VERTICE 05 TE fh Ne ' iS 2 25 3 35 04 oe Fis, 82, Esfuerzos de membrana en una cipula eliptica, d= 2/2. Asi, pues, para una relacién a/b grande las fuerzas normales segim los paralelos son proporcionalmente mayores. Otra desventaja de estas grandes relaciones es que Ja parte superior es relativamente plana y 45 tiende a comportarse como una placa. Con la armadura circunferencial rigidizando el costado curvo, para aminas muy planas y delgadas existe el peligro del pandeo, es decir, de un estallido o una abolladura en la parte superior. -07509 | 0780 L =O7903 3 ‘ F177 Fig. $3. Diste!bucién de esfuerzos debidos al peso propio do un elipsoide @= 15d). EJERCICIO Comprobar Ia distribucién de tensiones dada por Girkmann (ig. 33) para el caso a/b = 1,5. Con frecuencia Jos arquitectos desean las bévedas elipticas rebajadas. Entonces se emplca solamente la parte superior que se muestra en la figura 34. La lamina debe analizarse cuidadosamente, porque las trac- jones pueden crecer rapidamente, Pig, 34. Casquete de un elipsoide. En Ja figura 35 se indica un ejemplo de estas Iéminas. Esta lamina se proyecté y construyé para la rotonda del edificio ANWB de La Haya (fo- tografia 5). En esta lamina sc sustituyé el casquete esférico por un casquete elipsoidal de las dimensiones que se indican. Inicialmente se utilizaba una lamina esférica de 11,60 m de radio y 3,06 m de flecha. Esta lamina se sustituy por un clipsoide de a = 12,30 m y # =4,59 m, lo que daba una relacién a/b = 2,7. En el borde inferior, los esfuerzos calculados {ueron: N, = —268 kp/em y Ny = 76.8 kp/em. La distribucién de esfuerzos se muestra en Ia figura 35. Para una lamina esférica no se hubieran obtenido tracciones, porque & cs mucho menor de 52° en el borde, La fuerza normal total segtin los paralelos YN, en la zona de traceién sera, aproximadamente: L 1,53 x 100 IN, == X68 —— = 9.630 kp z sen 37° 30’ - 2088 | a6 a. a sea ’ Fig. 35. Dimensiones de la rotunda del edificio ANWB, La Haya, Holanda. La aproximacién anterior se basa en una altura supuesta de la zona de fraccién de la mitad de la flecha total y en una pendiente media de 37°30'. Se ve que en este caso una pequefia discrepancia con respecto al casquete esférico, aunque estéticamente agradable, exige tener que considerar una traccién total de unos 9.630 kp, Se empled el pretensado. Foto 5. Rotonda del edificio ANWB, Arquitecto: Prof. J. F. Berzhoof (Cortesia de Koninklijke Nederlandsche Toeristenbond ANWB.) ar Esfuerzos de membrana debidos a la carga de nieve. El tra- tamiento de la carga de nieve es relativamente mds sencillo. La carga total sobre cl segmento puede determinarse directa- mente y es gar, Esta carga se equilibra nuevamente por las Nv ekp/em Fig. 36. Distribucién de esfuerzos en la rotonda del edificio ANWB. componentes verticales de las fuerzas normales segun los me- ridianos, teniéndose: di; ( ‘) Ny=—qart ds Despejando Ny y sustituyendo el valor de r de [3.10] y el de r(dz/ds) de [3.21]: 2arNgsend qi@in, ) (G+ ezye = 4@ yl 21 PO | ae—zy = aq 2 92/1 =-Hhes+eav 13.321 EJERCICIO Demostrar que para carga de nieve: age P,=— bree ¥ que sustituyendo este resultado en [2.4] y utilizando las expresiones apropiadas de Ny, r, ¥ 2 22 Np a 22) 13.331 DR 4 aye En el vértice, 6 = 0, 2=b. En consecuencia: Ng, = No, = — (we g/2b) En el arranque, d = 2/2, 2 Por tanto: Ny = —(G/2)¥ No, = (a a)/(2 0?) EJERCICIO Comprobar la distribucin de esfuerzos para carga de nieve (fig. 37) para una kimina en la que a/b = 15. Tit jail wie 07509 Today Fig, 37, Distrioucion de esfuerzos debidos a carga de nieve en un elipsoide (a= 150). 3.3. Depésitos a presién Para presién normal, P; = 0 y P, = p. Esta condicién de carga puede darse, por ejemplo, en depésitos cilindricos a presién limitados por laminas adecuadas de doble curvatura. Estas laminas pueden ser esféricas, elipticas 0 de otra forma conve- niente, La expresion [2.9] se escribe ahora: ’ Nee neal, Titipcos g sen dé [334] Jo 2 sen? De acuerdo con la figura 38 se ve que: ronseng. Ademas, ndp=ds y dr =dscos¢. ‘9 Por consiguicnte: db = ds/r, = dr{(tycos ) « Sustituyendo en [3.34]: 2 * rin cos & sen cb Pp , My ete wee ae | ent Jy cos nsen’ Jo Fig. 38. Relaciones geométricas. La integral es independiente de # y, por tanto, de la forma de Ja curva. Obteniéndose: Ny = pP M2 rsen®$) = pr/(2sen 6) = pr/2 Este resultado puede obtencrse nuevamente de un modo muy simple, considerando el equilibrio como cuerpo rigido de un casquete de lamina (fig. 39). LAMINA REGULAR CUALQUIERA BE REVOLUCION N Fig. 39. Equilibrio como cuerpo rigido para una presién interior uniforme, Estableciendo el cquilibrio de las fucrzas verticalcs: (Nysen@)2xr= par; de donde: No = pr/(2 send) = pr/2 (3.35] El esfuerzo Ne se obtiene resolviendo [2.4] y sustituyendo cl resultado anterior, con lo que: No = Perr— (mfr: No i de donde: New pn BEB. pp, Pn) [3.36] n 2 ave Las expresiones [3.35] y [3.36] son las ecuaciones basicas para el estudio de las laminas extremas de los depésitos a presidn. Para una superficie continua en el vértice, @ = 0, 1 =m. Por tanto: Ny =No=pri/2 13.37] Esta expresién da las condiciones necesarias de contorno para determinar Ja constante C en [2.9]. En lo sucesivo no se volveré a tratar de este problema. No obstante, debe observarse que en un deposito cilindrico a presién las tensiones normales de membrana segtin los parale- los no son necesariamente continuas en la unién de la lamina y el cilindro limitado por aquélla. El esfuerzo normal segun los paralelos en un cilindro de radio a sometido a presién uni- forme es: No, =ap 13.38] mientras que el de la mina es el dado por [3.36]. Por tanto, puesto que ri = =a para un hemisferio de radio a, los es. fuerzos normales en cuestién en cl borde donde $y = =/2 son: Ne, = 4 p/2 = No. /2 [3.39] En consecuencia, las deformaciones no seran compatibles y se introducirén perturbaciones locales, con las tensiones consi- guientes. 5t Como ya se obscrv6, las tracciones segin los paralelos en una lamina eliptica sometida a una presion exterior tienden a as- cender, Empleando un semiclipsoide invertido puede hacerse que coincidan los esfuerzos normales scgun los paralclos. Para el semielipsoide r: =a y ¢ gin [3.36]: Por consiguiente, se- 3 —a) Nye Seta. yy ape 2n =—2apnt@p=2apn; n=a/4 [340] Asi, pues, para una lamina con fuerzas normales segtin los pa- ralelos compatibles, r1 debe hacerse igual a a/4. Fig. 40. Fondo eliptico invertido. 3.4. Cargas de borde uniformemente distribuidas. Limina esférica con Incernario Para una lamina de revolucién con un borde ¢ = dy son apli- cables las siguientes consideraciones. Generalmente un borde superior asi esta cargado por un lucernario o un dispositivo de ventilacién. El borde se encuentra entonces sometido a una carga vertical. Para cl caso de una lémina esférica la carga vertical total sera P = 21a w sen ¢o, sicndo w la carga lineal uniforme aplicada al borde. Esta carga lineal puede descom- ponerse en una componente horizontal w ctg@ y en una com- ponente segin el meridiano w/sen go (fig. 41). La componente horizontal wetgé debe ser resistida por una viga de borde adecuada o rigidizando el borde de la lamina. Las tensiones de membrana en la lamina, debidas a la carga lineal, pueden de- terminarse mediante [2.10] y [2.11]. Se tiene: P = 2nawsen dy n=n=a; y sustituyendo en [2.10] resulta: P w sen go Nps. = — 4 ‘ 2ansen’d sen? feat] Ademés, segin [2.11]: P w sen do No =+——P __ = sen go 13.42 oe + ansentg sen ] Para obtener las tensiones totales de membrana en la lamina, deben superponerse las debidas al peso propio de la lamina y las originadas por la nieve o por otras cargas Fig. 41. Carga lineal circular de borde en una lamina esférica con hucernario, El esfuerzo normal segin el meridiano, correspondiente al peso propio g, puede obtenerse integrando [3.3] entre Ifmites apro- piados: a Ny =——42 8 (cos $o—cos ) [3.43] en? 6 = do =— sen’, one * si 53 El esfuerzo normal segtin Jos paralelos sc obtiene sustituyendo el resultado anterior en [3.4], con P, dado por [3.1]: No = nP,—2 N, =—agcosd—Ny= n __,, [cos do— cos 6 — b 3.44. sent cos ¢ [3.44] El calculo de [3.43] y [3.44] puede ser dificil si y do son ambos pequefios. Empleando la identidad trigonométrica Hit Gos ©08 dy — cos = 2sen Ben Ge en [3.45] las expresiones [3.43] y ]3.44] pueden ponerse en la forma siguiente: ot DH BO ce ) 13.43] El esfuerzo normal segan los meridianos para una carga q de nieve se obtiene fécilmente mediante cl cquilibrio vertical como cuerpo rigido. Se tiene: 2nasen b Ny send = ~ (a sen? —a’ ser? do) g ; por tant No=— “Teett (sen? 6 — sen® be) [3.46] Mediante la identidad trigonométrica sen? — sen? dy = sen (¢ + do) sen (6 — do) 13.47] la expresién [346] pucde ponerse como sigue: dg —dp)t Ne= Saag (@ + do) sen (¢ — ¢o)} (3.46 a] Empleando la identidad [3.45] en la forma modificada cos 2 do.—cos 24 = 2sen(p+d.)sen(s—de) — [3.45a] la expresién [3.46] puede escribirse cn Ja nueva forma si- guiente: Ny = —(aq/4 sen’ h) (cos 2¢.—cos26) [3.46b] La componente radial de la carga de nieve esté dada por [3.7]: P.= —qoos'd [3.7] con lo que la fuerza normal unitaria segtin Jos paralelos, de- terminada por [3.4], resulta: Ne = 2 P,—-? Ny =—aqcos?—Ny [3.48] n donde N, puede calcularse mediante una de las dos formas de [3.461]. 509 Fig, 42. Cupula de Santa Sofia, El proceso de calculo puede también aplicarse a una lamina compuesta 0 de dos radios, especialmente cuando las dos super- ficies se cortan segin un paralelo. Seria interesante comparat el material y el tiempo de construccién requerido por una de estas laminas compuestas que sustituyera a la famosa Santa Sofia, de Constantinopla, cuyas dimensiones aproximadas se indican en la figura 42. 3.5. Laminas cénicas En las laminas conicas la pendiente y, por tanto, son cons- tantes. Los conos tienen una sola curvatura y, por consiguien- te, @ no puede utilizarse como una de las coordenadas. En este caso es conveniente emplear las expresiones modificadas [2.15], [2.16] y [2.17], en las que se dan las relaciones entre esfucrzos en funcién de la coordenada s medida segtin el me- ridiano a partir del vértice. Como se indica en la figura 43, el Angulo que forman las generatrices con la base es a = Por tanto: r=scose; m=; n=setga. Para cargas de revolucién las fuerzas son independientes de 0 y todos los términos en los que se deriva con respecto a @ desaparecen. Regence 4 Ba-g coset Mig. 42. Lémins datos, La expresién [2.15] se simplifica, quedando: ° eN,)—Necosa + Par = 0; as o bien: 5 £ (s cosa.) — Ne cose + P,s cosa as Esta expresién puede dividirse por cos « por ser constante y, por consiguiente, independiente de s, con lo que: 4 (Ns) —No = —P.s [3.49] 3.5. Laminas cénicas En las lAminas c6nicas la pendiente y, por tanto, son cons- tantes. Los conos tienen una sola curvatura y, por consiguien- te, no puede utilizarse como una de las coordenadas. En este caso es conveniente emplear las expresiones modificadas [2.15], [2.16] y [2.17], en Jas que se dan las relaciones entre esfucrzos en funcién de la coordenada s medida segin cl me- ridiano a partir del vértice. Como se indica en la figura 43, el 4ngulo que forman las generatrices con la base es a = $ Por tanto: r=scom; n=; n=setga. Para cargas de revolucidn las fuerzas son independientes de 0 y todos los términos en los que se deriva con respecto a @ desaparecen. Boag coset \ vig. 48. Lamina cine, La expresién [2.15] se simplifica, quedando: GN) —Necosw + Pir = 0; as o bien: E (scosaN.)— Ns cosw + Pescosa=0 . 3 Esta expresién puede dividirse por cos « por ser constante y, por consiguiente, independiente de s, con lo que: 4 (N.s)—No = —P.s [3.49] Andlogamente, [2.17] se simplifica, quedando: No =nP,— N, =P sctga [3.50] nn Nétese que el término que contiene N, desaparece por ser r; = 0. Por consiguiente Ny puede determinarse directamente como una funcién de Ja carga. Estos resultados no permiten condiciones arbitrarias de contorno. Sumando [3.49] y [3.50] se tiene: S(Ne5) = — Ps + Piscotw = —(P)—P, cote) s ; ¢ integrando: im L [er cot x) sds [3.51] Para una carga uniforme g, las componentes son: P;=gsene; Pr=—gcosa ; y, de acuerdo con [3.50]: Ne = —gscosactga [3.52] y con [3.51]: Ne=—1[(gsene + gos wetga)s ds = SJ =--1/ & sds —1{-t Sd} 13.531 s J sena s \senw 2 Ahora pueden introducirse las condiciones de contorno. Se con- sidera primeramente la lamina del cobertizo representado en la figura 44. Para s = L, N, = 0 se tiene sustituyendo en [3.53]: N, on 3 (82 —¢ i ‘ L \2sena a por tanto: gv 2sene Fig. 44. Cobertizo la- y minar cénico con so- porte central (en pa- aguas). En el vértice, por ser s = 0, N, tenderfa tedricamente a infini- to. Era de esperar este resultado, puesto que la reaccién se supone entonces aplicada en un punto. La suma de las compo- nentes verticales de N, sobre un circulo en el vértice debe equilibrar a la carga total exterior vertical. La tensidn critica puede asi calcularse como actuando en el perimeiro del soporte y estara acompaiiada por grandes tensiones tangenciales En el caso de la figura 45 se aplican otras condiciones de con- torno al estar apoyado el cono en el borde inferior. Las fuer- zas unitarias normales scgin los paralelos No se conservan, mientras que para Jas fuerzas segiin los meridianos, dadas por [3.53], sc tiene C = 0, pues para s = 0 la fuerza’ segin el meridiano debe ser finita Fig. 45, Lamina cénica apoyada en le, base, La expresion [3.53] se reduce a: [3.35] Para una carga concentrada en el vértice sin carga distribuida sobre la superficie de la lamina, no hay mas fuerzas aplicadas que las de los bordes y por tanto Ny = 0 de acuerdo con [3.52]. Entonces, en virtud de [3.53]: Ns De [2.10] se deduce: Ne=Np=——— ££; 2ansr’d s nigd por tanto: P P P — ep se 2asen cos xsen 26 zsen 2a 3.6. Depésito Intze En un depésito de agua pueden producirse unas condiciones andlogas. La figura 46 muestra un depdsito Intze en el que se combinan un tronco de cono con un casquete esférico. Consi- derando el liquido contenido como perteneciente a dos ci- lindros concéntricos pucde suponerse que la reaccién debida Wig. 48, Depésito Intze. a P, es la componente vertical de N:, mientras que la debi- da a P; cs la componente vertical de N;. Para climinar las fuerzas horizontales en cl anillo de apoyo debemos hacer Nisena = Nz scna;. Por consideraciones de equilibrio: P){(2arcosm) yo No=(—P2)/(2 247 cos az) ; por consiguiente: Priga: = Prtgar . No obstante, esta relacion no puede satisfaccrse mas que para una sola condicién de carga. Generalmente la condicién ele- gida de carga es la de depdsito Meno. Para otras condiciones de carga, el anillo dispucsto en la interseccién de tas dos super- ficies deberd resistir las tracciones 0 compresiones que resul- ten. 59 3.7. Caleulo plificado de laminas cénicas Las tensiones originadas por cargas verticales pucden tam- bign analizarse mediante sencillas consideraciones geométricas sobre la superficie, Esto es posible porque Ja lamina no esta curvada mds que en una direccion. En la figura 47 se ve que para el equilibrio vertical: N, cosa 2ar =—Gy [3.56] donde G, es el peso muerto de un trozo del cono con radio r en la base. Ademas: zescosa; r=ziga,=ssene%; r=ncosa. Debe observarse que « sc toma aqui como Angulo en el vértice y no debe confundirse con la inclinacién « de la superficie de ja lamina ni con la abertura # de la lamina. Se tiene: f2)— oy [3.57] Desarrollando la superficie es evidente que el peso es: = Stir [3.58] * COS & Gu RET 1 Nj ee 2ar cosa, cosa, 2x 7 cos ar * La expresién del dvea puede escribirse inmediatamente aplicando el teore- ma de Pappus-Guidanus Esta expresién est4 de acuerdo con [3.55], puesto que N. = = Ny, send = cosm y s = z/cos%. Recuérdese [2.4]: (Nofni) + (No/r2) = Pr [2.4] Por ser P, = —gsenay y r; = 00 se obtiene: Ne=—gsenar=—grigu=—gztge [3.60] Ambas distribuciones de esfuerzos son, por tanto, funciones lineales de z (y también de s), como se mucstra en la figura 47: — para a, = 2/4: BS ay egy ees 2 22 8 No gz(ly — para a, = 2/3: - gz “20 2F > Ns —2g2; Ne=—g2(3)=—3ez. Una lamina cénica con un soporte central se analiza de modo analogo. Considérese el equilibrio del trozo inferior sometido a su propio peso (fig. 48). El peso del trozo es: Gi=g0; siendo O el area de la superficie: L—s o= sy 2H f= ) sen =(I2—s)asena, [3.61] Por consideraciones de equilibrio: QarNj cosa, =225N,sena, cos m =(L?—s*) a sen ug ; por tanto: pos “2 scos a” Ne (3.621 et Fig. 47. (Arriba.) Lamina, cénica, Fig. 48, (Abajo.) Lamina cénica con soporte central. estando Ne dada por [3.60] como anteriormente, pues su valor cs independiente de N;. Andlogamente puede tratarse un tronco de cono (fig. 49) apo- yado en su borde inferior. E] area es: o=s(S24)2.— 22h t date [3.63] COs teniéndose por consideraciones de equilibrio: 2a (ho + z)tgaN,cosa=—gO=—-* Qh+z)ntgug; cos a por lo que: __2(2 he + 2) hax . 2 (ha + 2) cos? a, iE [3.64] Fig. 49. Tronco de cono. Fig. 50. Depésito laminar conico En este caso se tiene, de acuerdo con [2.4]: + Pen = —gsena, + Ot _ cos a = 5 (lo + z) te ow [3.65] Las liminas cénicas invertidas empleadas como depésitos pue- den calcularse como sigue. Para liquidos no pueden actuar mds que fuerzas horizontales sobre la superficie cilindrica indicada mediante lineas de puntos en la figura 50. Entonces, para el equilibrio vertical de la carga de liquido correspondiente a la zona rayada: No 2arNycosu=yar(e+ El primer término del paréntesis es la contribucidn del volu- men del cilindro, y el resto, la del cono. Ahora bien: r=(h—2) tga: ; por tanto: (h—a tga, C4) - 2cos 3 (h—a(h +22) 6 cos? a, Ns sen [3.661 obteniéndose nuevamente Ne mediante [2.4], con lo que: No=Prn=yenay2—e nt 2 Bm cos cos a pa(h—z) SA& [3.67] cos Como se ve, tanto Ny como N, son funciones parabélicas de z Por consiguiente, [3.66] puede escribirsc cn la forma: Ng =Af(z)= ACH +hz—22'). Para hallar el valor extremo sc iguala a cero la derivada con respecto a z. Por consiguiente: (dNp/dz=A(h—4 =0 +. ce =h/4; ademas: (EN) /d2=—4A . El valor maximo se obtiene haciendo z = h/4 en [3.66] Por tanto: 3 7B sene, Now = oe fs 16 cos? a Para z = 0: La fuerza horizontal ejercida sobre el anillo cs: 3 H = Nysena, = 7 tg, Esta fuerza produciré una compresién circunferencial en él anillo vy D —Ha=—Hhigu=——— ea : Podrfan considerarse muchos otros ejemplos. Se remite al lec- tor a los textos de Fliigge y Girkmann y a un tratado reciente sobre estatica de laminas de J. Born *. 3.8. Solucién grafica Si el tratamiento analitico resulta demasiado complicado es sicmpre posible aplicar una solucion grafica para cargas ver- ticales de revolucién. Se corta Ja limina en una serie de anillos Pay) i Fars = ends No Peay Ber 6, e ze 2 Fig, 51. Solucién grifica. mediante planos horizontales. Se determina el peso 4P de cada trozo 0 anillo. Se dividen estos incrementos de peso por 2x y se llevan sucesivamente estas cantidades AP/2x sobre el eje de ordenadas en el diagrama de fuerzas (fig. 51). Por los puntos * 5, Born: Praktische Schalenstatik. Band. I. “Dle Rotationschalen”. Verlag von Wilhelm Ernst & Sohn, Berlin (1960). 65 asi obtenidos se trazan paralclas a las tangentcs a la lamina en los puntos correspondientes de ésta. Por consideraciones de equilibrio: —2arsendNy 2 AP = P(#) [3.68] y por consiguiente para un valor dado dy de #: 2 AP hy og oe PE PU, [3.69] son (ip 2esen de Este valor viene dado por la longitud de la linea inclinada que pasa por el punto b cn cl diagrama de fuerzas de la figura 51. Por tanto Ny, puede determinarse dividiendo la fuerza diago- nal apropiada por r.. La fuerza unitaria Ny tiene tanto una componente horizontal como una vertical. Esta componente horizontal tendra un valor Ng cos & Sustituyendo el resultado de [3.68] se tiene: =P cosy -=2@) a Ny cos rsen db ctgd =R [3.70] Estas fuerzas pueden emplearse para calcular No para cargas de gravedad. Considérese el estado de tensiones en un paralelo contiguo a una distancia As del plano de referencia, La com- ponente horizontal vendré ahora dada por R+AR=R+(dR/ds) ds , como se indica en Ja figura 52 Las fuerzas normales segiin los paralelos 0 circunferenciales pueden ahora calcularse considerando el equilibrio horizontal de las fuerzas que actiian sobre un medio anillo de los obte- nidos cortando por planos horizontales. Puesto que para car- gas de gravedad 4P no ticne componente horizontal, las fuer- zas No en el trozo deben equilibrar a las fuerzas R. Como puede verse en la figura 52: + (Ne + 4No) 2 2Ne+ANe ___ [R4r_ dR, AR Ar 2 ~ As ds ds ). 24s =2rR—2(r + 4r)(R+ AR) Si As se toma muy pequefio, entonces en el limite, al ser 4s +0: AN, = ytnbien 28472 As por tanto: 371] (Es Net ae Fig, 52. Equilibrio horizontal. Para un valor pequefio de ds se deduce: Neds = —£ rR) As =—A(PR) = ds cts | “ 4 PO) 5 \2 eo [3.72] As 67 Por consiguiente Ny puede determinarse dividiendo Ja diferen- P@) 22 en el diagrama de fuerzas por la longitud 4s del arco corres- pondiente. De Ja figura 51 se deduce que la abscisa en el dia grama de fuerzas alcanza un valor maximo para un cicrto paralelo, Esto significa que los incrementos para los sucesivos anillos por debajo de este punto son negativos 0, en otras pa- labras, que No cambia de signo, pasando de ser una compresion a ser una traccién. Finalmente, la distribucién de los esfuerzos Ny y Ne puede dibujarse a una escala conveniente. cia de dos valores consecutivos de la abscisa Rr ctg

También podría gustarte