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una cantidad importante de armadura pasiva en la zona no cubierta por los cables. La de la 5.

15
es de las más utilizadas, en ella se concentran los cables en una dirección sobre las fajas de
columnas y los cables normales se distribuyen en forma uniforme. Las consideraciones sobre el
funcionamiento de cada distribución exceden el alcance de estas notas.

Cada una de las disposiciones anteriores requerirá de diferentes cantidades de armaduras


pasivas siendo, como ya hemos comentado, la de la Figura 5.14 la que presentará el mayor
consumo de este tipo de armadura.

6.- EMPARRILLADOS

a) GENERALIDADES

Denominaremos emparrillados a las estructuras formadas por dos o más familias de


nervios de alma llena o calada interconectados en sus puntos de cruce de modo garantizar en
dichos puntos la igualdad de desplazamientos de todos los nervios concurrentes. En el caso de
estructuras para entrepisos, los emparrillados rematan superiormente en una superficie destinada
a recibir las cargas de utilización. Como veremos enseguida, esta superficie puede tener
funciones estructurales que van mucho allá de crear una superficie transitable entre nervios.

En forma arbitraria, en el caso de estructuras de hormigón estructural dejaremos de hablar


de estructuras aligeradas (p.e. losas casetonadas) para hablar de emparrillados cuando los nervios
presenten armaduras de alma (corte y torsión).

Si bien gran parte de lo que se dirá en los párrafos siguientes es de validez general, estas
notas están orientadas principalmente a estructuras de hormigón armado “in situ”. Mientras no

a) Cuadrada b) Rectangular c) Oblicua

d) Triangular e) Cruzada f) Anular - Radial

Figura 6.1

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se aclare lo contrario los razonamientos que siguen estarán referidos a cargas uniformemente
distribuidas sobre el entrepiso.

b) TRAMAS O MALLAS

Los nervios de los emparrillados pueden presentar diferentes disposiciones de acuerdo


fundamentalmente a la forma de la planta a cubrir y a las condiciones de apoyo.

A efectos de poder referirnos a ellas más adelante, y de contar con un panorama de


tramas, en la Figura 6.1 se muestran algunas de las disposiciones más usuales.

En la figura anterior faltaría alguna referencia a nervios que siguieran en forma


aproximada las trayectorias de los momentos principales (Figura 5.2). Como veremos más
adelante, estas disposiciones presentan ventajas estructurales muy interesantes pero en términos
económicos estas ventajas no alcanzan a compensar los mayores costos originados en la
ejecución de geometrías complejas.

c) DISPOSICIONES DE NERVIOS DE ACUERDO A LA FORMA DE LA


PLANTA Y A LAS CONDICIONES DE APOYO

c.1) Plantas Cuadradas o Casi Cuadradas con Apoyos Simples en los Cuatro Bordes

Si pensamos a los emparrillados como estructuras generadas a partir del aligeramiento de


elementos macizos, se hace evidente la conveniencia de analizar y comprender el
comportamiento de las losas llenas como paso previo al análisis y la comprensión del
comportamiento de los emparrillados. En este sentido toma interés el dedicar algún espacio al
análisis de la losa llena cuadrada y al comportamiento de los emparrillados que de ella se derivan
a través de un proceso de aligeramiento.

En la Figura 6.2 se muestran diagramas de momentos y reacciones correspondientes a


una losa isótropa cuadrada. De su observación surge que:

- En el centro los momentos flectores son positivos independientemente de


la dirección que se analice
- Los momentos flectores según direcciones paralelas a los lados presentan
siempre valores positivos
- Los momentos flectores según las diagonales presentan valores negativos
al acercarse a las esquinas
- Los momentos flectores sobre las diagonales en direcciones normales a
ellas son siempre posivos con valores importantes en las cercanías de los
vértices (del orden o superiores a los del centro del tramo dependiendo del
coeficiente de Poisson).

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Geometría General Placa Cuadrada Momentos sobre un eje de
simetría paralelo a uno de los lados

Reacciones Momentos sobre una diagonal


y normales a ella

Figura 6.2
- Dependiendo del coeficiente de Poisson, los
momentos máximos pueden ser positivos o
negativos. Si son positivos pueden ubicarse en el
centro de la placa o en la cercanía de las esquinas.
En cualquier caso los momentos en el centro de la
placa y en los vértices presentan valores absolutos
del mismo orden.
- En coincidencia con los vértices aparecen
reacciones concentradas dirigidas hacia abajo (estas
reacciones contrarrestan la tendencia de los vértices
a levantarse).

En la Figura 6.3 se muestran las trayectorias


de momentos principales de una placa cuadrada
isótropa simplemente apoyada sometida a la acción
de una carga uniforme. Las líneas continuas
Figura 6.3 representan momentos positivos y las de trazos,
momentos negativos.

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Si en un emparrillado se dispusieran los nervios siguiendo las trayectorias de los
momentos principales éstos no se verían sometidos a esfuerzos de torsión. La observación
anterior tiene un doble interés dado que los nervios de sección rectangular o de alma calada
presentan una resistencia a la torsión muy baja en comparación con su resistencia a flexión. Por
otra parte, en el caso del hormigón armado, la rigidez a torsión cae muy rápidamente con la
fisuración produciendo una modificación del esquema resistente que conduce a una disminución
en los esfuerzos de torsión y a un aumento en los esfuerzos de flexión. De hecho, en la práctica,
es de uso frecuente suponer que los nervios de los emparrillados no tienen rigidez torsional4.

λ1

λ1

0.076 pa2 λ1
a) Emparrillado con Trama Paralela a los Lados

-0.056 pa2 λ2
λ2
λ2 Momentos sobre la
diagonal y normales
a ella

0.035 pa2 λ2

b) Emparrillado con Trama Diagonal


0.040 pa2 λ2

Figura 6.4
En la Figura 6.4 se han representado dos emparrillados de planta cuadrada, simplemente
apoyados en su contorno que tienen aproximadamente igual longitud total de nervios sometidos a
la acción de una carga uniforme de valor “p”. El caso a) corresponde a una trama paralela a los
lados mientras que el b) representa una trama oblicua o diagonal. Ambos emparrillados han sido
calculados suponiendo rigidez torsional nula.

Comparando los diagramas de momentos flectores con los correspondientes a una placa
llena (Figura 6.2) se observa que:

4
En consecuencia no aparecen momentos torsores por compatibilidad independientemente de cual sea el trazado de
los nervios.

21
- En el emparrillado con trama diagonal los momentos podrían obtenerse en forma
aproximada multiplicando los momentos por metro de ancho que se producen en la
placa por la separación entre nervios. Indirectamente esto indica que al haberse
adoptado una disposición de nervios que sigue aproximadamente las direcciones de los
momentos principales el emparrillado, aún sin presentar torsiones, manifiesta un
comportamiento asimilable al de la placa llena.
- En el emparrillado con malla paralela a los lados los momentos son significativamente
mayores (del orden del doble) que los que se obtendrían aplicando un procedimiento
como el indicado en el párrafo anterior. Esto pone de manifiesto que, al apartarse la
trama de la trayectoria de los momentos principales y al no presentar los nervios una
rigidez torsional significativa, el comportamiento del emparrillado se aleja del de la
placa llena isótropa.

En la etapa de predimensionado y también para controlar cálculos más ajustados resulta


útil el poder estimar solicitaciones en emparrillados a partir de tablas o ábacos disponibles en la
bibliografía para el cálculo de placas5. Comparando los resultados del cálculo de emparrillados
de planta rectagular con trama paralela (rectangular o cuadrada) de nervios con los obtenidos en
cálculos aproximados realizados mediante el uso de tablas para losas ortótropas sin rigidez
torsional6 se concluye que este procedimiento conduce a valores altamente satisfactorios.

En particular, para el caso de la Figura 6.4.a, el cálculo por analogía con una losa
ortótropa sin rigidez torsional conduce a un resultado para el momento en el punto medio del
nervio central de: 0.076 pa2 λ1, es decir, coincidente con el cálculo “exacto” del emparrillado.

Cualquiera sea el material de los nervios (hormigón o acero de alma llena o calada), la
superficie de tránsito suele estar constituida por una losa de hormigón armado (“in situ” o
parcialmente premoldeada) por lo que, para momentos flectores positivos los nervios se
comportan siempre como vigas “T” resultando por lo tanto altamente eficientes. No ocurre lo
mismo al actuar momentos negativos7 por lo que los nervios suelen requerir algún tipo de
“refuerzo” inferior en estos sectores. Los momentos flectores negativos son muy comunes en
emparrillados que presentan lados continuos y en tramas oblicuas en las que, como ya se ha
visto, estos momentos aparecen aún cuando el contorno se encuentre simplemente apoyado. Para
no sobredimensionar los nervios se recurre en estos casos a refuerzos locales en las zonas de
momentos negativos. En estructuras de hormigón armado estos refuerzos pueden consistir en
ensanchamientos localizados del alma (Figura 6.5) o bien en macizamientos de los casetones
ubicados en las zonas de momentos negativos (Figura 6.6). Constructivamente el macizamiento
resulta la solución más sencilla y esta facilidad constructiva suele compensar el mayor volumen
necesario en su ejecución.

Desde el punto de vista estructural la trama diagonal resulta más eficiente pues, a
igualdad de longitud total de nervios, en ella se desarollan menores momentos máximos. Si

5
Se recomienda en este sentido el texto “Platten” de Stiglat y Wippel en su versión alemana (la versión traducida no
incluye losas ortótropas sin rigidez torsional) y diferentes versiones del Beton-Kalender (muy particularmente la del
año 1977)
6
Se trata de losas que se resuelven anulando el término cruzado en la ecuación de Lagrange. No deben confundirse
con las losas que Marcus denomina “sin torsión” pues en este último caso lo que se ha hecho es suponer que las
esquinas no se encuentran ancladas contra el levantamiento pero la losa sigue manteniendo su rigidez torsional.
7
Si se trata de nervios de hormigón estos estarán comprimidos inferiormente es decir, donde presentan su menor
ancho. En el caso de nervios metálicos se estará comprimiendo el cordón inferior que tampoco cuenta con la
colaboración de la losa de hormigón.

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hubiéramos hecho un análisis similar en términos de rigideces veríamos que, a igualdad de
longitudes totales de nervios y de momentos de inercia de los mismos, la trama diagonal conduce
a menores deformaciones lo que, conjuntamente con la menor magnitud de los momentos
flectores, permite utilizar menores secciones resistentes.

Figura 6.5 Figura 6.6

A pesar de sus evidentes ventajas estructurales, la trama diagonal no se utiliza con


frecuencia dado que resulta más fácil de ejecutar la trama paralela al requerir un único tipo de
moldes para la ejecución de los casetones. Por las mismas razones no se ven disposiciones de
nervios que sigan las línea de momentos principales8.

c.2) Plantas Rectangulares con Apoyos Simples en los Cuatro Bordes

Relación de lados: 1.5 Relación de Lados: 2.0

Figura 6.7

En el caso de las placas, a medida que la planta se va haciendo más alargada ocurre que:

- Los momentos en la dirección más corta van tomando mayor importancia


relativa frente a los que se producen según la dirección más larga9.

8
Salvo las estructuras proyectadas por Pier Luigi Nervi en las décadas de 1950 y 1960.
9
Vale aquí una salvedad importante: en plantas alargadas, tanto para tramas rectangulares como cuadradas los
momentos máximos en la dirección más larga no se producen en el centro de la planta sino a una distancia de los

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- Las direcciones de los momentos principales tienden a ser paralelas a los
lados en una superficie cada vez mayor de la zona central de la losa es
decir, la zona central tiende a adoptar una deformada cilíndrica10.

Las Figuras 6.8 y 6.9 muestran dos emparrillados con relación de lados 3, uno de ellos
con trama paralela a los lados y el otro con trama diagonal.

Figura 6.8 Figura 6.9

De la observación de los diagramas de momentos flectores en los nervios surge que:

- La trama paralela presenta nervios con muy diferentes solicitaciones


máximas por lo que no parecería tener sentido que los nervios tengan
todos igual sección transversal o que se encuentren igualmente
espaciados11. La diferencia más significativa se presenta entre nervios
cortos y nervios largos.
- La trama diagonal presenta solicitaciones máximas del mismo orden en
casi todos los nervios. Como en la planta cuadrada será necesario hacer
alguna consideración especial en cuanto a la geometría de los nervios en
las esquinas debido a la aparición de momentos negativos importantes.

lados cortos del orden de la mitad de su longitud tomada normalmente al mismo (ver diagrama en esta misma nota).
Este fenómeno se debe a que en el centro del emparrillado los nervios largos descienden manteniéndose rectos
mientras que, al aproximarse a sus apoyos en los lados cortos, deben curvarse hasta alcanzar un descenso nulo. La
figura muestra en una perspectiva la distribución de momentos sobre un nervio largo central para un emparrillado
con relación de lados igual a 3. Estos momentos no son despreciables y, para relaciones de lados mayores a 2,
pueden calcularse aproximadamente como pa2λ/25 donde “a” es el lado corto. Es decir, que se trata de momentos
que son del orden de los correspondientes a los que se producen en el centro de una losa isótropa cuadrada de lado
“a”.

10
Una deformada cilíndrica “perfecta” conduciría a un momento máximo en los nervios cortos igual a pa2λ/8. Sin
embargo, el efecto del apoyo sobre los bordes cortos se hace sentir aún en plantas bastante alargadas teniéndose para
tramas cuadradas momentos máximos aproximados iguales a pa2λ/n siendo “n” :
Rel. de Lados 1 1.5 2 3 ≥4
n 13.1 7.8 7.1 7.5 ≈8
11
No es práctica frecuente el utilizar nervios con separaciones variables pues esto da lugar a la existencia de
casetones de diferentes medidas lo que complica y encarece el encofrado.

24
Si se analiza los valores absolutos de los momentos surge que, para longitudes totales de
nervios comparables, la trama diagonal presenta menores valores de momentos máximos. Esto
se debe a que las cargas son resistidas con similar peso estructural por ambas familias de nervios.
La trama diagonal conduce asimismo a estructuras más rígidas. Nuevamente la combinación de
menores momentos máximos y mayor rigidez permite la utilización de menores alturas
estructurales.

En el caso de la planta cuadrada vimos que la trama diagonal seguía en forma bastante
aproximada la dirección de los momentos principales y eso la hacía particularmente eficiente.
Cabría preguntarnos si podemos afirmar lo mismo en el caso de plantas alargadas dado que la
trama oblicua vuelve a aparecer como muy interesante pero ahora no sigue la trayectoria de los
momentos principales en una buena proporción de la superficie de la planta. Parecería existir una
contradicción.

Pensemos en una estructura de hormigón armado convencional con igual sección de


hormigón en todos sus nervios. En el caso de la estructura de Figura 6.8 vemos que los nervios
cortos presentarán armaduras que decrecen desde la zona central hacia los apoyos sobre los lados
cortos y que las armaduras de los nervios largos serán mucho menores que las de los cortos
(tendiendo a “cero” en la zona central). Observando ahora la estructura de la Figura 6.9 vemos
que todos los nervios contarán con armaduras de similar magnitud, que serán también necesarias
armaduras para tomar momentos negativos y que tendremos que macizar las esquinas.
Computando concluiremos que la estructura de Figura 6.9 requerirá una mayor cantidad total de
armaduras. Esta conclusión resulta lógica dado que, si nos apartamos de la trayectoria de los
momentos principales de la placa, nos estaremos apartando de la configuración que conduce al
mínimo trabajo interno de deformación y por lo tanto del esquema más eficiente. En otras
palabras, la trama oblicua presentará menores armaduras máximas pero mayor armadura total.

En los casos en que la estructura quedará a la vista la trama diagonal resulta estéticamente
más interesante que la paralela y muy especialmente en el caso de las plantas alargadas.

c.3) Plantas Cuadrangulares con Apoyos Simples en Tres Bordes y Un Borde Libre

a)

ly/lx = 1

b)

ly/lx = 2 ly/lx = 0.5


Figura 6.11
Figura 6.10

25
En la Figura 6.10 se muestran las trayectorias de momentos principales correspondientes
a losas apoyadas sobre tres de sus lados. Valen todos los comentarios hechos en el punto
anterior. Básicamente la trama diagonal permitirá utilizar alturas menores con solicitaciones
máximas menores mientras que la rectangular se adaptará mejor a estructuras de hormigón de
planta rectangular con un lado menor libre.

Las Figuras 6.11.a) y b) muestran los diagramas de momentos correspondientes a dos


emparrillados cuadrados con un borde libre con tramas parelelas y oblicuas. Igual que en el
punto anterior se aprecia que la trama oblicua presenta una distribución más homogénea de
momentos mientras que en la trama paralela se aprecian niveles de solicitación muy
heterogéneos.

c.4) Plantas Cuadrangulares con Apoyos en Dos Bordes y Dos Bordes Libres

Las Figuras 6.12.a) y b)


muestran las direcciones de momentos
principales de dos losas de planta
cuadrada con dos bordes libres y los
otros dos simplemente apoyados en el
caso de la Figura 6.12.a) y empotrados
en el caso de la Figura 6.12.b).
a) b) La Figura 6.13 muestra los
Figura 6.12 diagramas de momentos que se
producen en los nervios de emparrillados de
tramas paralelas y oblicuas para las
condiciones de borde indicadas en la Figura
6.12. Se confirma lo visto anteriormente en
a) cuanto a la distribución de momentos en
tramas paralelas y oblicuas.

No repetiremos aquí razonamientos


ya realizados en puntos anteriores.

b) Vale la pena un comentario respecto


a la utilización de una trama paralela en la
Figura 6.13 planta de la Figura 6.12.a): esta trama sólo
sería estable si los nervios tuvieran rigidez
torsional, en caso contrario la estructura resultaría hipostática. Ya hemos comentado que es poco
práctico y antieconómico dar rigidez torsional a los nervios de emparrillados. Esto lleva a
descartar la trama paralela para estas condiciones de borde.

c.5) Otras Plantas Cuadrangulares

Resulta imposible analizar todas las combinaciones de apoyos, relaciones de lados y


continuidad por lo que no nos extenderemos más sobre este tema recordando el interés especial
que presenta el conocimiento del trazado de las líneas de momentos principales en losas con
iguales condiciones de geometría y apoyos que el emparrillado en estudio. Asimismo se deberá

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prestar especial atención al hecho de evitar trazados que sobrecarguen excesivamente unos pocos
nervios pues la altura final del emparrillado vendrá definida por la necesidad del nervio más
solicitado. Recalcamos finalmente que es muy importante evitar la necesidad de contar con la
presencia de momentos torsores para garantizar el equilibrio.

Respecto a trazados más complejos desde el punto de vista constructivo, como los
utilizados en su momento por Pier Luigi Nervi, recalcamos que son muy poco utilizados por su
costo y que sólo se recurre a ellos cuando la estructura tiene un fuerte protagonismo visual.

c.6) Plantas Circulares o Anulares

Figura 6.14 Figura 6.15


En la Figura 6.1.f) se muestra la distribución de nervios correspondiente a una planta
circular. Como puede apreciarse, la zona central es maciza. Esto se debe a que, de continuarse
los nervios hasta el centro, en esa zona se produciría una enorme congestión de armaduras. La
zona central maciza suele armarse con una malla ortogonal sobre la que se van anclando las
armaduras longitudinales de los nervios12 (Figura 6.14). Las dimensiones mínimas de esta zona
vienen dadas precisamente por los requerimientos de anclaje. Por supuesto que, dado que por su
ubicación la zona maciza tiende a producir importantes momentos flectores, sus dimensiones
deben ser tan pequeñas como sea posible.

Por simetría los nervios anulares tienden a sufrir un giro uniforme. El caso es conocido:
en una barra de planta circular una rotación uniforme no produce torsión sino flexión.

Por lo dicho anteriormente, si se analiza el equilibrio general se comprenderá que, en


plantas anulares (Figura 6.15), la deflexión general viene comandada fuertemente por la rigidez
flexional de los nervios anulares13.

12
Algo similar ocurre en las losas macizas donde las armaduras radiales suelen anclarse sobre una parrilla central
constituida por armaduras ortogonales.
13
Tanto sea que el apoyo se encuentre en el perímetro exterior como en el perímetro interior.

27
d) VIGAS DE BORDE

Pensar a los emparrillados como losas aligeradas nos permite en muchos aspectos evitar
recorrer dos veces el mismo camino. Al analizar la Figura 4.1 observamos que la influencia de la
rigidez relativa entre vigas de borde y losa hacia variar el comportamiento de esta última desde
el correspondiente a una losa sobre apoyos infinitamente rígidos hasta el de un entrepiso sin
vigas. Con los emparrillados ocurre algo similar. Sin embargo, la distribución de la trama de
nervios hace que las tramas oblicuas presenten una particularidad respecto a las tramas paralelas.

Los emparrillados de la Figura 6.4 han sido calculados suponiendo que existen vigas
perimetrales de igual inercia que los nervios y apoyos en coincidencia con cada intersección de
los nervios con las vigas perimetrales. En otras palabras, se ha supuesto descenso nulo en todo el
perímetro14.

Pensemos por un momento en que mantenemos los apoyos en todos los nudos del
perímetro pero que eliminamos las vigas de borde.

A
B
Figura 6.16 Figura 6.17

Como vemos en la Figura 6.17, al quitar las vigas de borde desaparecen los momentos de
empotramiento parcial en el contorno. Estos momentos no requieren de la existencia de
momentos torsores y su efecto es altamente beneficioso. En el caso de la figuras, el emparrillado
sin vigas de borde presenta momentos positivos y negativos máximos sobre la diagonal mayor
casi un 50% superiores a los correspondientes a la estructura con vigas de borde (el dibujo no
está en escala). Si repitiéramos el análisis para un emparrillado con trama paralela a los lados
veríamos que los momentos con y sin vigas de borde son iguales. Se deja al lector la
interpretación que se reduce a la composición de los vectores momentos flectores en un nudo del
perímetro.

La observación de la Figura 6.16 también nos permite avanzar sobre la interpretación del
funcionamiento estructural de los emparrillados oblicuos. Podríamos preguntarnos por qué el
momento positivo máximo se produce en un elemento tan corto como el nervio B-B y no en el
centro del nervio largo A-A (centro de la planta). O bien por qué el nervio A-A presenta
momentos negativos tratándose de una planta simplemente apoyada.

14
Si los emparrillados se encontran apoyados solamente en las cuatro esquinas (una columna en cada esquina), sus
solicitaciones variarían con la rigidez de las vigas de borde de una forma similar a lo visto para las losas.

28
Figura 6.18

Para interpretar este comportamiento razonaremos sobre una estructura más sencilla pero
que presenta un comportamiento similar. Pensemos al nervio A-A del emparrillado de la Figura
6.18 como una viga apoyada elásticamente en los nervios que la cortan ortogonalmente. Por
simetría, en el punto medio no existe interacción entre nervios. Al dirigirnos hacia los vértices
los nervios transversales se van volviendo cada vez más cortos (en este caso sencillo tenemos un
único nervio) y por lo tanto se van transformando en apoyos cada vez más rígidos para el nervio
A-A. Esta rigidez relativa tiene varias consecuencias:

• Los nervios largos “se apoyan” sobre los cortos. Estos últimos reciben
fuertes reacciones “hacia abajo” que originan en ellos importantes
momentos flectores positivos.
• Como es lógico, los nervios largos experimentan importantes reacciones
“hacia arriba” que, combinadas con los efectos de los apoyos fijos en las
esquinas, dan lugar a la aparición de momentos negativos en el nervio A-A
• Los momentos negativos se producen por la tendencia a levantarse de los
extremos del nervio A-A. Esta tendencia está impedida por la reacción de
esquina.

e) MATERIALES

El material de uso más frecuente en la construcción de emparrillados es el hormigón


armado convencional. Menos frecuente es el uso de hormigón pretensado.

Los emparrillados de acero son raros de ver dado que su construcción es costosa pues es
laboriosa la materialización de las intersecciones entre los nervios. Aún en estos casos la
superficie de tránsito suele estar constituida por una losa de hormigón.

7.- RESISTENCIA A LAS SOLICITACIONES DE CORTE


a) ENTREPISOS SIN VIGAS

En cualquiera de los sistemas que hemos visto las cargas que actúan sobre los entrepisos
deben ser transferidas a las columnas a través de esfuerzos de corte poniendo en juego diferentes
mecanismos resistentes.

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