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Ideele Revista Nº 248 (ht t ps://r evist aideele.c om/ideele/r evist a/248)
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Le llaman el verdadero transgresor de la literatura peruana; resaltan la agresiva belleza de su prosa. Pero
hace 50 años dijeron que sus libros eran obscenos y que había que arrojarlos a la basura. Las editoriales
pequeñas lo publican y los escolares de provincias leen sus libros. Él se llama a sí mismo el bestseller
clandestino del Perú. Habla como profesor y como el marxista convicto y confeso que nunca ha dejado de ser.
Utiliza un papel a manera de pizarra y enumera sus ideas con orden y precisión. Su abundante cabellera blanca
sigue inalterable y tiene una cicatriz en la nariz producto de una reciente intervención para eliminar un cáncer de
piel.
Hola Oswaldo.
Los he cit ado en est e café que es un lugar abiert o porque no me gust a que me t omen fot os con los
libros de mi bibliot eca, eso me parece una gran huachafería. Es como si ent revist aran a un general y
ést e se t omara una fot o frent e a sus t anques. También los hubiera podido invit ar a una cant ina.
Hablemos sobre libros. Hay nuevos autores y un crecient e movimiento lit erario. ¿Ves con buenos
ojos el rumbo que est á tomando la lit erat ura peruana?
En est e moment o se propician novelas y cuent os en los que los personajes pobres o provincianos, a
t ravés de su esfuerzo y su ubicación, llegan a un gran sit ial.
Eres cat egórico con algunos t emas. No negocias con lo que crees.
Una vez me pregunt aron de qué t rat aba la novela que había publicado. Yo cont est é que la lit erat ura
no “t rat a”, en cambio un libro de hist oria y de economía “t rat a”. Una obra de art e est á hecha de t al
manera que va a despert ar en el lect or una sensación de placer que le va a llevar a un mayor
conocimient o de él y del mundo.
¿Ni en t us más duros momentos de marxist a t e ha jalado el realismo socialist a, ese est ilo
soviét ico de escribir?
No, hay que verlo de est a manera: Marx t uvo el proyect o de escribir el segundo t omo de El Capit al
para hablar de la superest ruct ura, específicament e sobre la cult ura y el art e. Nunca lo escribió. El
año 30, un grupo de marxist as alemanes, ent re los que est aban Lukács y Goldmann, t rat a de
est udiar la est ét ica marxist a. En El Capit al, Marx dice que los moment os culminant es del art e se
dieron en Grecia que era una sociedad esclavist a. Ellos junt an t odas sus referencias sobre el art e y
en base a ellas est ruct uran lo que Marx pudo haber dicho sobre el t ema en el libro que no escribió.
Si bien es ciert o que el art e pert enece a la superest ruct ura, es una producción humana que
t rasciende la est ruct ura. Por ejemplo, Vivaldi, Bach y Mozart compusieron misas que en ese
moment o t enían una funcionalidad social porque se ejecut aban en las iglesias, pero su t alent o
est aba por encima de eso. Por eso es que esas misas ahora se ejecut an en audit orios. Ot ro
ejemplo: Cuando St alin propone una reforma profunda en el agro y dice que con ella se llegaría
direct ament e al socialismo, Pablo Neruda se ent usiasma y hace una oda. A los cinco años, St alin
reconoce que ese proyect o fue un fracaso. ¿En qué quedó la oda?
¿Hay una t endencia a que est as grandes editoriales est andaricen las formas y los t emas?
Ést as quieren una lit erat ura fácil de t raducir, de personajes que llaman “universales”, cuando la
universalidad est á en uno mismo, en su propio pueblo. Alguien decía:“pint a t u aldea y est arás
pint ando el mundo”. Quieren novelas policiales o de t error con un lenguaje que t odos comprendan,
cuando nosot ros t enemos un lenguaje rico.
Nada más alejado del ar t e social que Proust y En busca del t iempo perdido, t u libro preferido.
No crean. Hay fragment os en la obra de Proust en los que se refiere a las conversaciones que t iene
con la señora que lo at iende. Proust se det iene en las palabras de est a señora que es de una zona
campesina de Francia, y t iene páginas ext raordinarias sobre el valor de sus expresiones populares.
¿Pero no piensas que la visión de la lit erat ura peruana y de los autores que la represent an se ha
ampliado?
El año pasado el Minist erio de Cult ura seleccionó a los que irían a la Feria del Libro de Bogot á, que
est uvo dedicada al Perú. Yo dije que una delegación que represent e al Perú debió est ar int egrada por
represent ant es de la lit erat ura quechua, aymara, amazónica, afroperuana, china y japonesa.
Tú has dicho que la polémica criollos-andinos es una tont ería, pero definit ivament e hay una
marginación de los provincianos.
Hay un escrit or que present ó una novela a una de est as edit oriales. La novela la enviaron a España,
desde donde recibe una cart a en la que le dicen que est aban int eresados en publicarla, pero que
t enía que quit ar muchos peruanismos y que debía darle ot ro perfil a los personajes. Él lo rechazó.
Est á claro que no las publican porque quieren novelas llanas, con lenguaje llano y que no cuest ionen.
Todo est á armado. Juan Marsé, el escrit or español, fue miembro del jurado de Planet a cuando se
present ó Jaime Bayly, y él cuent a que ant es del concurso Bayly lo invit ó a t omar un t rago. Mient ras
conversaban le dijo que Planet a le había asegurado que le darían el premio, pero que el problema era
que t odavía no había t erminado de escribir su novela. Por ese mot ivo Marsé renunció a ser jurado.
Est á t odo amañado.
¿Por qué si las t ransnacionales andan en busca de t alentos, marginan a estos escritores que
son buenos?
Porque no t ienen las condiciones que ellos exigen.
¿Qué opinas del escritor “profesional” que escribe una novela por año?
Yo soy un escrit or profesional, pero no soy un escrit or ganapan. Ést os últ imos son los que negocian
con las edit oriales para escribir una novela cada año. Yo soy creador.
¿Y cómo pudo haber t enido t anto impacto un grupo que solo duró cuat ro o cinco años?
Creo que porque nos plant eamos la gran pregunt a de cómo un grupo de escrit ores de clase media
provinciana podíamos escribir en un país en el que había 50% de analfabet os. Yo propuse hacer lo
que hizo Mariát egui: t ener una línea ideológica pero abrir las páginas a t odos los que quisieran
escribir. Cont act é a jóvenes escrit ores y muchos de ellos publicaron por primera vez en la revist a.
Por ejemplo, Hildebrando Pérez, Juan Morillo, Eduardo Gonzáles Viaña, Gregorio Mart ínez, August o
Higa. José Wat anabe publicó su primer cuent o que se llamaba T rapiche. Nos reuníamos en el
Palermo y en la casa de Vilma Aguilar, la esposa de Miguel Gut iérrez. El núcleo duro éramos nosot ros
t res.
Tu relación con Miguel Gut iérrez era est recha. ¿Qué los alejó?
No sé. Él se alejó. En realidad, yo t enía más amist ad con Vilma. Yo la vi a ella en China y me volví a
encont rar con ella ant es de que la t omaran presa. Era una excelent e persona, cant aba muy bien y
t enía un espírit u de dirigent e.
¿Tuvieron comunicación con Hora Zero, el grupo emblemát ico de los 70, que t ambién recoge las
expresiones de la calle?
Sí t uvimos, pero t uve una discrepancia con ellos porque en un manifiest o sost uvieron que querían
t omar la Casa de la Cult ura. Nuest ra posición no era esa. Todo Est ado t iene una polít ica cult ural que
se manifiest a a t ravés de sus organismos oficiales y nosot ros no queríamos t ener nada que ver con
ella.
Vargas Llosa fue uno de los pocos que t e defendieron cuando salen t us primeros libros y los
calificaron de obscenos, pornográficos y que deberían t erminar en la basura.
Me defendieron Washingt on Delgado, Sologuren, Arguedas, Salazar Bondy, Baquerizo y Vargas Llosa.
Pasados los años me encont ré con él y le agradecí. También lo llamé después de mi det ención y me
dijo que él me t enía consideración porque yo era un escrit or marxist a que me había ido a t rabajar a
un país socialist a, y no como ot ros que se iban a t rabajar a los países imperialist as.
¿Qué t e conduce a la rupt ura de cier t as reglas y a la experiment ación con el lenguaje?
Encont ré la clave en El origen de la t ragedia de Niet zsche. Él habla del dios Dionisio que encarna la
orgía, el desenfreno. Est e dios llegó a Grecia donde est aba Apolo, que es el orden, la quiet ud. Los
griegos quisieron encadenar a Dionisio. Por eso es que Arist ót eles escribe La ret órica y La república
para poner orden y reglas. Todo el art e ha sido la lucha de Apolo cont ra Dionisio. Niet zsche habla de
una anarquía est ét ica, de la dest rucción de las formas. Yo le agrego a eso una orgía de
sensaciones.
Dent ro del grupo Narración has t enido cont acto con gent e que ha par t icipado en el periodo de
la violencia polít ica.
Yo no hablo de violencia. Nos hemos olvidado que vivimos en un país en el que siempre ha habido
enfrent amient os armados. Desde el Imperio incaico y de allí en adelant e se suceden las rebeliones,
las luchas por la Independencia, la guerra con Chile, las mont oneras, y el siglo XX que est á lleno de
levant amient os. Me da asco cuando escucho que el peruano es pacífico.
¿Cuál fue el error de Sendero Luminoso? ¿Ganarse el rechazo de los campesinos y finalment e
t erminar siendo expulsados de las zonas rurales?
No, no es así. Yo est aba acá en el Perú, con Juan José Vega, el hist oriador, en el moment o en el que
apareció la not icia de que Sendero había iniciado la lucha armada. Y recuerdo que él me dijo: “Han
levant ado la t apa de una marmit a en plena ebullición”. Desde el Virreinat o ha habido luchas ent re las
comunidades por linderos; nunca se resolvió ese problema. Todavía no se t iene una idea clara de lo
que ha pasado. Es muy complicado. Lo ot ro: no por ser campesino se es bueno. No es que just ifique.
Pero la impresión de que el pobre es bueno y el rico es malo no es ciert a. Unos se aliaron a los
milit ares y ot ros a Sendero. La guerra de la Independencia ha sido una guerra ent re campesinos. Esa
ha sido la hist oria del Perú.
Casi todos los que t e ent revist an t e pregunt an cuál es t u impresión sobre Abimael Guzmán, al
que conocist e desde t u juvent ud en Arequipa. Lo de Reynoso es pura coincidencia, ¿no?
Sí, él es hijo de Berenice Reynoso, de Sicuani. Yo ya vivía en Lima, era profesor en La Cant ut a e iba
de vacaciones a Arequipa. Allí había un grupo que sacaba una magnífica revist a que se llamaba
Hombre y mundo. Yo me junt aba con ellos. Él escribía ahí. Abimael era muy amigo de mi hermano.
Después lo encont ré enla universidad de Huamanga.
¿Cómo lo recuerdas?
Como un joven muy int eligent e. Despert aba la at ención de la gent e por su forma de hablar, por sus
análisis. Era un gran lect or. Yo hablaba con él de Proust , de Joyce y de música clásica. Una vez en
un report aje dije que era humanist a y Faverón me armó un escándalo. Una cosa es ser humanist a y
ot ra humanit ario.
Llegast e a China un año después de la muer t e de Mao TseTung. En Los eunucos inmor t ales
t ienes una visión diferent e de la que se nos ha vendido sobre T iananmeng, como si los jóvenes
chinos hubieran querido el liberalismo, el libre mercado.
No, ellos querían un verdadero socialismo porque el Part ido Comunist a se había convert ido en uno de
viejos corrupt os. Los dirigent es se hicieron ricos. Al inicio de la revolución china MaoTseTung plant eó
llegar direct ament e al socialismo, y Liu Shaoqi sost iene que hay la necesidad de una et apa
capit alist a previa. Hubo una lucha fuert e y gana Mao. Después cuando Deng Xiaoping t oma las
riendas int roduce una serie de reformas capit alist as, pero mant iene el part ido.
¿Qué es lo bueno?
Logró solucionar el problema del hambre, de la educación y de la vivienda. La Revolución Cult ural
enfat iza en el aut osost enimient o de las aldeas y comunas campesinas en las que cada chino t iene
su chancho, su t aller de cost ura en el que se hacen su ropa, así que no les falt a lo básico.
¿Y encont rast e la felicidad en China como creías?
Es difícil encont rar la felicidad.
¿Qué has encont rado en t u vida a los casi ochent a y cuat ro años?
Ciert a paz y una gran alegría porque sé que lo que escribo t iene act ualidad y la gent e sigue
leyéndome.
En el país falt a recorrer un largo camino. Es una vergüenza frent e a ot ros países de
Lat inoamérica.
Cuando un joven de 16 o 17 años descubre que es homosexual , y recibe el asedio de sus padres y
de la gent e del colegio, se sient e absolut ament e desamparado y t rist e. Por ese mot ivo hay gran
cant idad de jóvenes que se han suicidado. En el Perú les ponen rejas sociales y los aíslan.
El marxismo clásico t iene que hacerse una autocrít ica en ese punto.
Yo diría que no es el marxismo sino su aplicación en algunos lugares. En Cuba ya lo han reconocido.
Ant es los mandaban presos. Pero sucede que la hija de Raúl Cast ro es lesbiana y ella est á a cargo
del movimient o de liberación. Yo he est ado allí hace t res meses, y de casualidad ent ré a la
discot eca del hot el donde est aba alojado y era de ambient e. En China met ían a los homosexuales en
barcos y los fondeaban.
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Agregar comentario
Excelente reportaje,me
(/ideele/comment/261339#comment-261339)
Enviado por Walt er chuyes (no verificado) el Jue, 05/30/2019 - 16:00
Excelent e report aje,me gust aría recibir siempre est e t ipo de not icias y report ajes,que me ayuden a
recordar mi Perú profundo
Est upenda ent revist a. Lucidez not able de Reynoso. Felicit aciones Gerardo y Pat ricia.
He conocido a Oswaldo Reynoso, t uvo sus det ract ores en la propia Cant ut a, pero se le t iene que
reconocer que siempre caminó por la senda que él quiso, impuso su est ilo y es un gran escrit or
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