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La Variante Panov

Continuación ¥g5 - Réplica ¥g4

1.e4 c6 rio proceder muy juiciosamente.


2.d4 d5 Aunque desde un punto de vista pu-
3.exd5 cxd5 ramente táctico, es posible en este mo-
4.c4 ... mento a las negras jugar 4...dxc4, no les
conviene hacerlo porque ello dificulta
DIAGRAMA Nº 23 los planes estratégicos que es necesario
ejecutar contra la citada debilidad or-
gánica. Dos de ellos son ahora funda-
mentales: defensa del centro y obstruc-
ción de cualquier plan liberador de las
blancas sobre su peón dama. Para ob-
tener ambos objetivos las negras deben
mantener la tensión central, pues, como
observaremos en seguida, el primero de
los jugadores que se vea obligado a rom-
perla cae inmediatamente en desven-
taja, aun cuándo debemos aclarar que
esta última es más pronunciada para las
Esta jugada constituye el comienzo blancas por la estructura inadecuada de
de un plan verdaderamente audaz, y sus peones. Así pues, las negras juegan:
al que podemos clasificar como demo- 4. ... ¤f6
ledor de algunos principios a que nos 5.¤c3 ¤c6
hemos referido antes. (Si bien se realiza 6.¥g5 ...
una agresión lateral, ella es contrapro- Con este golpe —considerado has-
ducente en esta posición). En efecto, las ta poco tiempo por la teoría como su-
blancas, mediante este avance, desor- ficiente para destruir la defensa de las
ganizan definitivamente la formación negras— las blancas obtienen aparen-
de peones, puesto que se crean una se- temente el control definitivo de las ac-
ria debilidad orgánica al aislar el peón ciones, puesto que no existe respuesta
dama. La única compensación sería una satisfactoria que mantenga la indeci-
ventaja de espacio y desarrollo (transi- sión central. (En todas las partidas de
torias), contra las cuales se hace necesa- maestros que conozco, exceptuada una

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de Alekhine - Euwe, en que este último etc.; en cambio contra la jugada del
jugó 6...g6?, las negras respondieron texto no es posible 7...£a5 a causa de
en este momento 6...dxc4?, decisión 8.£b3 contra lo cual .las negras deben
desagradable que permite a las blancas jugar O-O-O y afrontar una partida
el avance libertador de su peón a cin- llena de riesgos.
co dama), ya que ¥e6, que es la única y 7... £d7
última posibilidad ese fin, contraría to- Lo mejor; si 7...¤e4, seguiría 8.¤xe4
dos los principios clásicos del desarrollo dxe4 9.d5 exf3 10.dxe6, etc., y si 7...£b6
y permite contra-réplicas tácticas que 8.£d2 ¦d8 9.c5, etc.
convierten en desagradable la posición 8.c5 ...
de las negras. Examinaremos a conti- Seguido de ¥b5 con gran juego. Y si
nuación algunas variantes: las negras pretendieron impedir este úl-
6. ... ¥e6 timo plan con 8. ... a6, las blancas con-
tinuarían con 9.¤a4 y tendrían ventaja
DIAGRAMA Nº 24 decisiva.
Parecería, en consecuencia, que las
negras han agotado todos sus recursos
para mantener su sutil superioridad es-
tratégica (6. …e6 es toda una renuncia
y obliga a jugar a la defensiva), v sin
embargo no es así, con lo que viene a
demostrarse, una vez más, que existe
siempre un procedimiento táctico eficaz
para cristalizar la superioridad estraté-
gica. El estudioso puede observar que
en la posición que venimos analizando,
las negras han realizado todas las juga-
Posición después de la jugada 6ª das necesarias para defender el centro
de las negras, (¥e6). y que no existiendo ya otras a ese fin
se hace indispensable cambiar el peón
7.¤f3 ... o entregarlo, plan este, último que me-
Si en lugar de esto, las blancas juga- reció el fervor de algún maestro, como,
ron 7.g3 —aparentemente mejor— se lo hemos dicho antes. Ahora bien, dado
producirían complicaciones muy favo- que todo esto no justificaría, ni mucho
rables a las negras; ejemplo: 7.g3, £a5 menos, el optimismo con que hemos
8.¥g2 dxc4! 9.¥xf6 gxf6 10.d5 ¦d8, analizado la posición fuerza es buscar
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otros caminos menos lógicos (valga la 7.£d2 ...
paradoja) para llegar a la demostración
que deseamos. Y entonces encontramos Diagrama Nº 26
el magnífico golpe siguiente:
6. ... ¥g4

Diagrama Nº 25

Esto que parece muy bueno, ya que


mantiene aparentemente intacta la po-
sición central, es sin embargo un error
que cuesta un peón mediante la hermo-
¡Una desviación del tema! Mediante sa variante que sigue:
esta agresión, que crea a las blancas nue- 7... dxc4
vos problemas, el segundo jugador ob- 8.d5 ¤a5!
tiene el desahogo de la tensión central. Esta jugada no sería posible sin el
En efecto, se obliga a jugar la dama o a golpe previo 6. ... ¥g4 porque enton-
obstruir la diagonal de la pieza agreso- ces la dama blanca estaría en su casilla
ra; en ambos casos, las negras liquidan de origen y el primer jugador podría
sin desventaja la situación. Tratemos de capturar el peón con el alfil recuperan-
probarlo. do después la pieza con un jaque en a4.
Si la dama juega, observamos de in- (Apreciarnos así la fineza de la jugada
mediato que sólo puede hacerlo a d2 o preparatoria de las negras; 6. ... ¥g4).
a a4, puesto que en todas las demás ca- 9.£d4 ...
sillas entregaría un peón sin compensa- Lo único que se puede ensayar para
ciones. Dejemos para el final la variante recuperar el peón. Esta jugada fue tam-
£a4, que es indudablemente la mejor bién hecha por Botvinnik contra Flohr,
réplica de las blancas y pasemos a anali- (ver match Flohr Botwinnik, en el libro
zar la restante: “Secretos de Estrategia Magistral en
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Ajedrez”, editado por Editorial Grabo), Diagrama Nº 27
pero este último omitió 6. ... ¥g4 y ha-
bía jugado su caballo a e5 en lugar de a5.
9. ... £b6
10.¥xf6 gxf6!
¡Verdaderamente cáustico! Si aho-
ra sigue 11.£xg4 las negras contestan
£xb2 y ganan, y en cualquier otro caso
las blancas no pueden retomar el peón.
Volvamos ahora a la posición del
diagrama Nº 25 y analicemos otras res-
puestas de las blancas. De inmediato
debemos eliminar las obstrucciones de
piezas, puesto que todas ellas conducen Posición después de la jugada 10ª
rápidamente a la inferioridad material y del negro, (¤e5).
nos queda, entonces solamente:
7.f3 ¥e6 (a) En lugar de 8.¤ge2 las blancas
Quien haya seguido los comentarios pueden jugar 8. c5, pero ello implica una
de este estudio se preguntará ahora con renuncia a la posibilidad de mejorar la
sorpresa cómo puede adoptarse una estructura débil de los peones centrales
jugada que ha sido antes objeto de re- y crea para las negras un plan visible de
pudio. La explicación es simple, pues al ataque sobre d4 (punto neurálgico de-
provocar 7. f3, las negras han anulado cisivo).
una casilla vital de ataque del adversario En consecuencia, las negras deben
(antes hemos visto que 6...¥e6 permite dar por terminadas, en este punto, las
a las blancas responder ventajosamente escaramuzas de la apertura y buscar el
con 7.¤f3). procedimiento más ejecutivo para lle-
8.¤ge2(a) dxc4 gar a obtener la iniciativa que necesa-
9.¥xf6 gxf6 riamente debe corresponderles por su
10.d5 ¤e5! superioridad posicional. (Después de 7
y las negras conservan definitiva- ... ¥e6).
mente su peón de más, según puede 8.c5 g6
constatarse con una simple ojeada sobre 9.¤ge2 ¥g7
el diagrama que sigue: 10.¤f4 O-O!
11.¤xe6 fxe6

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Este peón es fuerte, a pesar de su des- ni los de la Dama en su línea horizontal,
plazamiento desagradable, porque, ade- forzoso es buscar los de esta última pie-
más de conceder una línea abierta para za en su diagonal corta y encontramos
la torre, puede agredir eventualmente el entonces la jugada:
centro. 7.£a4 ...
12.¥b5 ... Debo declarar aquí, para todos aque-
llos que hayan seguido el desarrollo de
Diagrama Nº 28 este tema, que la jugada del texto es muy
fuerte y que, en el largo y fatigante pro-
ceso de investigaciones de esta variante,
más de uno vez estuve a punto de consi-
derar como imposible para las negras el
mantenimiento de la ventaja estratégica
conquistada, toda vez que no encontra-
ba mejor respuesta que e6, después de
lo cual, y mediante el cambio central, la
posición es absolutamente equilibrada.

Diagrama Nº 29

Posición después de la jugada 12ª


de las blancas, (¥b5).

Y ahora las negras tienen dos ca-


minos igualmente importantes: para
aquellos temperamentos impacientes
que buscan la decisión rápida por ma-
niobras tácticas nerviosas es aconseja-
ble 12. ... ¤xd4!; para los, que aman las
aguas tranquilas 12...¤h5; proporciona
una partida lenta, pero de ventaja más
segura. Mas, como ello suponía confesar que
Así, pues, no siendo viable, pero de los principios tenidos como inmutables
ventaja más segura, para las blancas, en en ajedrez no existen en realidad y que
la posición del diagrama Nº 25, ningu- es posible al ejecutante arremeter a su
no de los movimientos de obstrucción arbitrio contra todos los postulados de
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la estrategia sin desmedro de la parti- 8.¤xd5 ¤b6!
da, me propuse hallar una continua- y no 8...¤xd4 a causa de 9.c5 ganan-
ción para las negras que satisficiera las do.
exigencias de la posición, es decir que 9.£b5 ...
continuara fijando la posición central Resulta claro que si 9.¤xb6, las ne-
de peones, que es donde radica la de- gras ganarían fácilmente después de
bilidad orgánica de las blancas, según axb6.
hemos convenido antes. Esa hermosa 9... ¥d7
continuación es: las blancas no tienen respuesta satis-
7. ... ¤d7 factoria, según lo demuestra el diagra-
ma que sigue:
Diagrama Nº 30
Diagrama Nº 31

¡Una jugada de problema! La idea


es, sin embargo, bastante simple: se En consecuencia, en la posición del
saca el caballo de una casilla hostilizada diagrama Nº 30 las blancas deben con-
para llevarlo a una libre sobre el flanco tinuar con:
de dama, desde la cual va a defender 8.cxd5 ...
también el centro. Además, se obliga a Ganando aparentemente el peón,
las blancas a resolver la situación cen- pues las blancas parecen disponer de
tral, pues apremia, la amenaza ¤b6. recursos para defenderlo largo tiempo.
Examinemos ahora las dos conti- 8. ... ¤b6
nuaciones posibles: 9.£b5 a6

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10.£c5! 10. ... ¤a7

Diagrama Nº 32 Diagrama Nº 34

Posición después de 1a jugada 8ª Posición después de la jugada 10ª


de las blancas, (cxd5). de las negras, (¤a7).
Este golpe audaz es también el único
para conservar la ventaja. Sin embargo, Y no 10...¤d7 a causa de 11.£a3!
la dama queda en una posición expues- seguido de £a4 si las negras jugaran
ta, de la cual sacan provecho las negras. ¤xd4.
Diagrama Nº 33 La jugada del texto es un elegante
golpe de espera que deja a las blancas
con serios problemas a resolver. El peón
doblado del centro amenaza ser toma-
do después de f6 y e6; para evitarlo el
primer jugador tiene dos variantes; la
primera es:
11.d6 £xd6
12.£xd6 exd6
Y si bien las negras han aislado su
peón en la columna de dama, el mis-
mo resulta más defendible que el de las
blancas, las cuales, además, quedan con.
Posición después de la jugada 10ª perspectivas muy precarias en razón de
de las blancas, (£c5). su desarrollo inferior.
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La devolución del peón no da, pues, ceden y debe confesarse que ilustran su-
al primer jugador ningún resultado po- ficientemente sobre el tema. Es evidente
sitivo, puesto que, en el mejor de los ca- que las negras no tienen nada que temer
sos, sólo puede aspirar a la nulidad. en esta maniobra del blanco para atacar
Observamos como tampoco se ob- el Caro-Kann. Tales convencimientos
tiene nada si pretende defendérselo “a deben tener los maestros rusos —prin-
outrance”. Tomemos la siguiente posi- cipales propugnador es de la jugada 6.
ción. Ag5 cuando han resuelto desistir de la
Las blancas pueden ensayar: misma para seguir otros caminos. A
continuación, pues, analizaremos esta
11.h3 ¥h5 nueva línea moderna a fin de tratar de
12.g4 f6 demostrar que es, en todo sentido, tan
13.¥e3 ¥f7 ineficaz como la anterior.
14.¥g2 ¦c8
15.£a5 ¤xd5
etc.

Diagrama Nº 35

Posición después de la jugada 15ª


de las negras.

Existen numerosas subvariantes qué


ahorro en honor al buen criterio del es-
tudioso. Las principales son las que pre-
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