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Alexander, John W. “Economic Geography”. “…la geografía económica estudia las variaciones
espaciales en las actividades humanas relacionadas con la producción, consumo e intercambio de
bienes (p. 9)”.
En el caso de P. George interesa señalar los aportes que este investigador incorpora en uno de sus
últimos trabajos, “Los Métodos de la Geografía”, al referirse a los temas de la geografía económica.
El autor hace mención de los espacios, de producción y consumo; de la circulación de bienes y
servicios y de las estructuras que caracterizan a los dos anteriores. Entre esas estructuras, que en
una visión sistémica se asociarían con los elementos, menciona el mercado de capitales, el
mecanismo de precios, las empresas y la estructura del comercio exterior, entre otros.
Finalmente, autores como Lindberg y Mc Carty, y el propio Pierre George, insisten en que la
geografía de la producción ha llenado el espacio de la geografía económica y, sólo recientemente,
han aparecido estudios basados en los servicios y el consumo. Las razones de ese escaso desarrollo
de los estudios neoeconómicos del consumo pueden estudiarse en mayor detalle en el trabajo de
Lindberg y Mc Carty.
Otra discusión importante que se han planteado los geógrafos últimamente, es la de si la geografía
económica debe atender únicamente a la identificación de formas y patrones espaciales, o si el
énfasis debe centrarse en los procesos y funciones. Veamos a lo que este respecto plantea el
geógrafo norteamericano Norton Ginsburg.
Algunos geógrafos modernos sostienen que énfasis en la geografía económica moderna debe
colocarse en los procesos y funciones, antes que en las formas y patrones. La atención debe
orientarse hacia el rol del gobierno, de las firmas y de los propietarios de los medios de producción,
considerados como las principales unidades de toma de decisiones que gobiernan el
comportamiento y la organización de las actividades económicas.
Norton Ginsburg sostiene que las revoluciones que actualmente operan en el pensamiento
geográfico están más relacionadas con la organización de un área y el comportamiento social que
predetermina esa organización que con la cuantificación o la preocupación por las distribuciones
de los sucesos o los patrones de organización espacial que estos asumen (1).
Nuestra impresión es la de que Ginsburg alude de manera directa a un determinado tipo de espacio:
el espacio de localización o soporte ecológico. De ser así, obviamente le asiste la razón, por cuanto
los esfuerzos de determinación de formas espaciales no trascenderían el simple marco descriptivo.
De este modo se oscurecería el análisis de los verdaderos elementos, procesos y funciones que
determinan en última instancia la morfología del paisaje.