De las versiones más antiguas y reconocidas de la Biblia ya hemos tratado en otros
artículos. Pero hay otras menos conocidas en occidente y, sin embargo, de un gran valor literario y religioso. Algunas de estas, como la copta y la eslava son todavía usadas en algunas iglesias católicas, ortodoxas y evangélicas. De mediado del siglo IV, por ejemplo, es la Biblia Gótica, llamada así porque estaba destinada a los godos, que durante siglos fueron considerados “tribus bárbaras”, y que más tarde, se convirtieron al cristianismo. Estos pueblos vivían en las provincias cercanas al río Danubio, en la actual Alemania. Se cuenta que la traducción a esta lengua la realizó el obispo Ulfilas, quien evangelizó estas tierras, y para lo cual tuvo que crear un alfabeto porque no tenía expresión escrita. De ahí la importancia de este texto, que al ser el primer documento escrito de estos pueblos tiene, además, un valor cultural. Se conservan seis manuscritos en gótico; de ellos el más completo es el Codex Argentus del siglo V. La Biblia Copta. El copto era la lengua que hablaban los egipcios en el siglo IV a.C. Sin embargo, no se convirtió en lengua escrita hasta el 600 d.C., y fue precisamente por las traducciones de la Biblia que a esta lengua se hicieron. Se escribía con caracteres griegos, a los que se añadían otros siete signos tomados de la escritura demótica, la sucesora de los jeroglíficos antiguos. El copto desarrolló siete formas dialectales en distintas regiones de la geografía egipcia y se conservan partes de la Biblia en seis de estos dialectos. Pero es el sahídico el más importante para el estudio de las primeras versiones coptas de la Biblia. En él están escritos casi todos los manuscritos de la biblioteca gnóstica encontrada en Nag Hammadi, en 1945. Y sigue siendo, hasta hoy, el texto que usan las iglesias cristianas de Egipto (católicas, ortodoxas y evangélicas). La Biblia armenia, fue la traducción que emprendieron el patriarca Sahug, -Isaac el Grande-, y Mesropio a comienzos del siglo V. A ellos se atribuye la invención de la escritura armenia usada en la liturgia. Uno de los propósitos de esta traducción era poder abandonar la lengua siriaca en la que tenían el Antiguo Testamento. Muy probablemente el texto con que celebraban hasta ese momento sería el de la Peshitta. El Nuevo Testamento debió ser traducido desde los originales griegos ya que la mayor parte de los manuscritos armenios que se conservan tienen una forma textual helenizada. La biblia armenia es usada en la liturgia y la devoción popular de algunas iglesias en Armenia, Rusia, Irán y Turquía. Otra versión importante es la Biblia Eslava emprendida por los santos Cirilo y Metodio en el siglo IX. Para ello inventaron un nuevo alfabeto, el glagolítico (no el cirílico como se piensa tradicionalmente), que se inspiraba en las letras minúsculas del alfabeto griego. Se dice que la traducción completa de la Biblia estuvo terminada en seis meses. El llamado alfabeto cirílico fue inventado un siglo más tarde por un misionero bizantino, posiblemente San Clemente de Ohrid. Este alfabeto estaba basado en el griego con caracteres del alfabeto glagolítico de Cirilo y Metodio y se comenzó a llamar “eslavo eclesiástico”. La iglesia ortodoxa rusa lo comenzó a usar entre los siglos IX y XII. Se conserva un manuscrito del año 1499 atribuido al arzobispo de Nóvgorod, llamado Genadio, que pasó a ser el texto de uso litúrgico durante muchos siglos. De 1751 es una edición llamada, de San Petersburgo, que es el que aparece corrientemente en la Biblia eslava. Esta traducción de la Biblia sigue siendo hasta hoy el texto litúrgico por excelencia de los cristianos de las iglesias ortodoxa rusa, búlgara, serbia, bielorrusa, ucraniana, rumana y de la antigua Yugoeslavia, hoy llamada Macedonia.