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Alimentaria
Este concepto se divide a los fines prácticos en dos niveles de análisis: la seguridad
alimentaria propiamente dicha, de nivel macro, de las poblaciones y grupos que habitan
naciones, o regiones (y que últimamente se desliza hacia la soberanía alimentaria) y la
segunda, la seguridad alimentaria de los hogares, en el nivel microsocial. Hay que hacer
notar que el sujeto en ambas miradas es diferentes, en el primero el sujeto es la nacion , el
grupo o el colectivo social (seguridad macro o soberanía alimentaría) mientras que en el
segundo el sujeto del estudio son los actores sociales, aquellos que son sujetos de derecho.
El concepto de seguridad alimentaria, ha recorrido un camino de veinticinco años. Es
utilizado a partir de 1974 por la FAO (Organización de Naciones Unidas para la
Alimentación y la Agricultura) definiéndolo como un “derecho”, retoma así documentos
internacionales que desde 1924 reconocen a la alimentación como uno de los derechos
fundamentales del ser humano y como tal se encuentra en las actas fundacionales de la
Organización y en su mismo preámbulo (FAO, 1965).
En la década de los 80 y a tono con los esquemas neoliberales impuestos por el mundo
anglosajón de Thacher y Reagan, se transforma en una “capacidad”, trasladando la
responsabilidad al individuo. La propuesta de la organización para mejorar la seguridad
alimentaria pasaba por lograr un mejoramiento en el abastecimiento, mejorando la
producción y la calidad biológica de los alimentos. Será Amartya Sen quien critique esta
postura desde la ética, la economía y la política. La seguridad alimentaria – según él – no
depende de la producción agroalimentaria (que en el mundo para esa década alcanzaba a
superar las necesidades promedio de la población) sino del acceso. Para apoyar su
afirmación estudió las hambrunas en diferentes tiempos y culturas hasta 1971 en Bangla
Desh. Observó que en todos los casos los alimentos estaban potencialmente disponibles en
forma de cosechas o de stocks exportables, pero no fueron accesibles a una parte de la
población, la que padeció hambre.
Concluye que en ninguna hambruna muere “la población”, bajo ese colectivo se encubre
que sólo mueren los pobres, los que no pueden acceder a los alimentos. A partir de este
estudio, para comprender el hambre, la disponibilidad de alimentos perderá importancia
frente al estudio del acceso.
Posteriormente, Amarthya Sen se pregunta ¿de qué depende la capacidad de las personas de
estar bien alimentadas?. Ciertamente no de la disponibilidad alimentaria que existe en la
sociedad, ya que las personas podrían no tener ingresos suficientes para tomar la cuota de
alimentos que estadísticamente les correspondiera. Esta capacidad depende del derecho de
una persona de acceder a un conjunto de bienes y servicios alternativos. En una economía
de mercado, ese derecho opera a través del ingreso real.