Está en la página 1de 245

JUAN VÁZQUEZ DE MELLA Y FANJUL

OBRAS
COMPLETAS
DEL EXCMO. SEÑOR
IDEARIO
DON JUAN VÁZQUEZ DE MELLA III
Y FANJUL

o
IV

ADMINISTRACIÓN:
EDITORIAL VOLUNTAD CASA SUBIRANA
GAZTAMBIDE, 3 PUERTAFERRISA, 14
MADRID BARCELONA
JUNTA DEL HOMENAJE A MELLA
1931
MAYOR, 37. - MADRID

carlismo.es
NIHIL OBSTAT
El Censor: DR. ALFONSO M. a Ribó Bulbena, Canónigo

Barcelona, 5 de diciembre de 1931.


IMPRÍMASE
t MANUEL, OBISPO DE BARCELONA

Por mandato de Su Sría.


DR. RAMÓN BAUCELLS SERRA, Canciller-Secretario

PRÓLOGO

PRINTED IN SPAIN

Imprenta Subirana. — BARCELONA


Vol. IV
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA.

carlismo.es
PRÓLOGO
Hay, en la evocación cordial que a menudo
hacemos de los méritos y excelencias de los hom-
bres-cumbres que con nosotros convivieron, la
innegable palpitación de muy contradictorios sen-
timientos. Por una parte, el egoísmo nos impulsa
a desear que, mediante el recuerdo, permanez-
can espiritualmente a nuestro lado los que ejercie-
ron sobre nosotros una especie de sagrado ma-
gisterio. El orgullo nos hace recordar con íntima
complacencia que hemos respirado su mismo
aire; que hemos compartido su misma vida; que
el sol durante años enteros ha lucido para nos-
otros a la vez que para ellos... Un sentimiento
de timidez respetuosa nos obliga, finalmente, a
espantarnos de nuestra propia responsabilidad :
herederos afortunados de un caudal de gloria,
dudamos de nuestra propia aptitud para acrecen-
tarlo y aún para conservarlo.
La lectura que ahora he vuelto a hacer de los
escritos y discursos de Vázquez de Mella, ha
dejado en mi ánimo, frecuentemente arrobado,
análoga sensación de orfandad e insuficiencia.
uién con justos títulos ocupará el puesto de

carlismo.es
P R á L O 0 O
P R O L O
Según Quintiliano y Catón, orador es el hombre
conductor, de guía, de maestro, que dejó vacan-
de bien, instruido en la elocuencia. Mella era
te la desaparición del tribuno tradicionalista
algo más que el hombre de bien ; era el hombre
Quién podrá, en lo por venir, con sus enseñan-
infantilmente candoroso. Su cortesanía proverbial
zas y con su ejemplo, adoctrinar a las masas
era la traducción al exterior de una bondad in-
innumerables de creyentes que por doquier le
génita siempre complacida en la práctica de la
seguían seducidas por el encanto mágico de su
más excelsa de las virtudes : la indulgencia. Hay
pensamiento, de su cultura y de su palabra ?
en un discurso de Mella, en el pronunciado en el
No faltaba razón a Timón cuando, en su fa-
Teatro del Centro en mayo de 1920, una frase,
moso y clásico Libro de los oradores, aseveraba
espontáneamente reveladora del fondo noble y
que la consideración del hombre es inseparable
desinteresado de su espíritu. Cuando en ese dis-
de la del orador y sobre todo de la del orador
curso habla Mella de lo que tendría que sacrifi-
político. Mientras el escritor vive en el mundo
car para que se lograse el sueño de toda su vida,
de las ideas, el orador vive en el mundo de los
la unión de las derechas, exclama: «Pisotearía
ojos y de los oídos; mientras el escritor tiene la
mi amor propio ; mi ambición no podría piso-
fisonomía de su estilo, conserva el orador la de
tearla, porque jamás la he sentido». Así era en
su persona; y así es indiferente que Cicerón, al
efecto: no era ciertamente Mella el político tipo
escribir sus libros, tenga el ceñidor flotante y en
César Borgia, que hace de su interés personal el
la nariz un garbanzo ; no es, en cambio, admisi-
punto de arranque de un programa político; era,
ble que Hortensio se presente ante el público con
por el contrario, el hombre ingenua y hasta pue-
la barba descuidada y la toga desceñida.
rilmente abnegado que convierte el desinterés y
Bien sabido es que Quintiliano, en uno de los
el amor al ideal en programa único.
últimos capítulos de sus Institutiones Oratoriae,
En su admirable estudio biográfico de Mon-
toma, como base única de sus consejos a la ju-
talembert, decía de éste Sainte-Beuve que fué un
ventud, la definición dada del orador por Catón.
1
carlismo.es
P L O O O

levita armado, un cruzado que hubiera recibido de la misma manera que, incidiendo en las imá-
de la Providencia el don del bien decir. Cruzado genes marciales, llamaba Santa Teresa de Jesús
y levita, armado, como Montalembert, fué tam- su castillo interior a los más escondidos e invi-
bién Mella, en quien forman contraste con la sibles repliegues de su alma.
apacibilidad y sencillez de la vida las imágenes Mella figurará siempre por derecho propio en
y los apóstrofes bélicos y combatientes de que puesto destacado de la galería de oradores ro-
están frecuentemente esmaltados sus discursos. mánticos. Tomo aquí el calificativo de romántico
Es constante, en efecto, en las oraciones de en el sentido que otro gran orador, también ro-
Mella, la alusión al resonar de clarines, al brillar mántico, Donoso Cortés, le atribuía, de rebelión
de las espadas ; la evocación de escudos, lanzas de lo espontáneo contra lo artificial, de la inspi-
y torneos; la invitación sempiterna al cerco y al ración contra las reglas, del espíritu contra las
escalamiento de fortalezas. En Mella, ese formi- formas. A tales oradores, formados para grandes
dable aparato guerrero no era consecuencia de muchedumbres, dominadores de compactos y he-
una nativa inclinación a la intolerancia, sino puro terogéneos públicos, los ha llamado alguien, no
tradicionalismo; era una reviviscencia del practi- sin razón, oradores al raso. El tipo por excelencia
cismo, indisolublemente unido al idealismo en el representativo de este género 'de oradores, debió
alma española del siglo )(VII. Cuando Berryer ca- ser O'Connell. A O'Connell cabe imaginarlo como
lifica a Montalembert diciéndole: «Vous ates un a Mella, sobreponiéndose al oleaje de las multitu-
esprit non absolu, mais resolu», hace de él un des con voz de trueno ; pero no sugestionándolas
generoso y exacto elogio, que también a Mella con palabra adaptada, como una esclava, al ca-
sería aplicable. No existe, en efecto, en Mella pricho del pensamiento, ni con retórica preñada
propensión a lo absoluto, sino amor instintivo a de metáforas y repleta de perífrasis, sino anegán-
lo resuelto. Posiciones dialécticamente indestructi- dolas con brillantes poemas descriptivos de lo
bles por lo definidas y claras, es lo que él busca ; amado y lo soñado y con cuadros sintéticos, de

[ xiv 1 [ xv ]

carlismo.es
ó O P R ó L O O O

pintoresco y a veces trágico colorido, en avasalla- de los elogios de la elocuencia, necesitada, según
dores torrentes de sentimiento y de pasión. él, de la instrucción más extensa y variada, par-
Al releer ahora alguno de los más admira- ticularmente insiste sobre la impropiedad que se
bles discursos de Mella, aquel, por ejemplo, del comete al llamar orador a quien no sea «un filó-
Teatro de la Zarzuela en 1915, en que el orador, so o capaz de expresar con elegancia bellos pen-
con los ojos poblados de llamas y el corazón hen- samientos». Mella, a la vez por innata vocación
chido de poesía, afirma que quiere sumergirse en y por necesidad suprema de su arte, siguió al pie
el espíritu nacional de su patria, «como una gota de la letra el consejo de Cicerón. No se recataba
de una onda de ese río», y sentirse fundido en en la intimidad para proclamar, a pesar de ser,
tierna solidaridad con los que fueron y con los cuando convenía o cuando a ello le forzaba la
que vendrán..., nos imaginamos tal discurso pro- controversia, espontáneo y diestro improvisador,
nunciado, no en un limitado ámbito, sino ante la necesidad suprema de estudiar, de meditar,
una infinita llanura, con un repecho del suelo por de pensar, de preparar en una palabra, el fondo de
tribuna, un público inmenso por auditorio y el ideas que es el irreemplazable soporte de todo dis-
cielo por dosel. curso merecedor de tal nombre. Conviene—solía
Sin embargo de lo expuesto, Mella, con ser decir, para explicar su irreprimible afición metafí-
un gran sentimental, fué también un gran cere- sica y teológica—refugiase de vez en vez en la filo-
bral y por qué no reconocerlo ? un gran metafí- so fía y en la teología, para salir después armados
sico. El cálido misticismo y la arrolladora fuerza de mucho ideal y purificar así lo real, que bien lo
pasional de los discursos de Mella, no obstaban, necesita. El ideal es la montaña; la acción es la
ciertamente, a la ostentación en ellos de una vasta llanura... Ascender primero a la montaña y andar
y sólida cultura y de un formidable poder dialéc- después con desahogo por la llanura, es fortuna
tico. Cuando Cicerón, en sus diálogos de Tuscu- sólo reservada a los genios de la elocuencia.
lum, pone en boca de Crasso el más apasionado Al juzgar la ideología política de Mella, aon-

[ 1
carlismo.es
Ó L O O P R Ó L O G O

vendrá siempre distinguir lo transitorio y ocasio- ahí las revoluciones, dice Bonald. Y a combatir
nal de su filiación en un partido y la elaboración las revoluciones dedica en su larga vida libros y
permanente, fundamental y definitiva que alean- discursos, plenos de recta intención y de alta sa-
zó en sus discursos y libros la doctrina tradicio- biduría política. Pero, a pesar de haberse pintado
nalista. Nada hay más difícil que el hallazgo de con cierta exactitud a Bonald invariable y nos-
un concepto claro y fiel del tradicionalismo como tálgicamente posado en un campanario gótico y
sistema político y filosófico. Si la mirada se de- mirando desde él con ojos cargados de ira la mo-
tiene, por ejemplo, en la gran reacción tradicio- derna civilización, lo que menos en él se advierte
nalista nacida en los finales del siglo xvm frente es una dirección preferentemente histórica de la
a los extravíos de la Revolución Francesa, e cómo cultura y del pensamiento. Quedaban reservados
no advertir la diferencia de matiz entre un Bo- a los tradicionalistas españoles la gloria y el acier-
nald, un Chateaubriand, un De Matre, un Mallet to de haber identificado el movimiento de reac-
du Pan o un Rivarol ? El más áspero y oscuro ción antirrevolucionaria con un anhelo de patrió-
pero a la vez el más profundo de todos ellos, tica resurrección, sacado de las entrañas mismas
que fué el vizconde de Bonald, hizo, en su fa- de la nación en que vivieron. El tradicionalismo
moso libro Teoría del poder político y religioso es, en Bonald, puro filosofismo ; defensa más o
en la sociedad civil, publicado en Constanza en menos acertada de un sistema y de una direc-
1796, la defensa acabada de un sistema, apoyado ción ; en Donoso Cortés, en Balmes, como más
sobre dos fundamentales bases : la realeza, como tarde en Mella, conviértese el tradicionalismo en
{mica constitución de la sociedad política ; la re- nacionalismo, es decir, en resurrección gallarda
ligión católica como única constitución de la so- del espíritu español, ahogado y desviado de su
ciedad religiosa. Tonterías hechas por gentes há- natural dirección por el enciclopedismo del si-
biles; extravagancias dichas por gentes de inge- glo XVIII y por el parlamentarismo exótico y pseu-
nio; crímenes cometidos por gentes honradas : he dodemocrático del xix.

[ XIX 1

carlismo.es
«España— decía Donoso Cortés ante el Con-
chanda, de Bilbao, el 10 de agosto de 1919. Fren-
greso, el 16 de noviembre de 1844— ha sido
te a la unidad de soberanía, proclamada como
siempre una Monarquía; esa Monarquía en toda intangible dogma por el filosofismo francés de
la prolongación de los tiempos ha sido una Mo- finales del siglo xviii, enarbola Mella la bandera
narquía religiosa; esa Monarquía en toda la pro- de la soberanía dual. Hay una soberanía políti-
longación de los tiempos ha sido una Monarquía ca, pero, al lado de ella y completándola, una
democrática. La Monarquía: he ahí la verdad soberanía social.
política. El catolicismo : he ahí la verdad religiosa. Según Mella, «la soberanía social emerge de
La democracia: he ahí la verdad social. Monar- la familia, pasa por la escuela, Universidad, Mu-
quía, Religión, democracia : ved ahí por completo nicipio, y Corporaciones económicas, y llega a
la verdad española». las regiones y las clases que las enlazan, necesi-
e Quién no advierte la coincidencia de este tando, en su manifestación más alta, un poder
pensamiento capital de Donoso con el desarrollo
que dirima sus contiendas y dirija la acción co-
dado por Mella, con mayor precisión y profundi- lectiva». ((En mi sistema, añadía, hay siempre dos
dad en los conceptos, a su doctrina sobre el Ca- jerarquías : una ascendente, formada por una se-
tolicismo y la Monarquía como bases, el uno de rie de personas colectivas ; otra descendente y
la unidad interna, y la otra de la unidad externa,
delegada del Estado que debe servirla y no ser-
en que descansa la existencia de la nacionalidad virse de ella».
española?
Claramente se advierte en la concepción de
Todavía hace Mella a la doctrina tradiciona- Mella la coincidencia de su pensamiento con el
lista una más nueva y original aportación con su que sirve de base a la teoría orgánica de la sobe-
sistema de las dos soberanías. El tema está por ranía expuesta, con lucidez y profundidad difíci-
Mella desenvuelto en múltiples discursos, pero les de igualar, por Maurice Hauriou. También
sobre todo en el pronunciado en el monte Ar- este eminente profesor parte, para la construcción

carlismo.es
R Ó L O P R Ó L O

de su sistema, de la contraposición entre dos as- bargo, para el caso : mientras Hauriou habla de
pectos diversos de la soberanía : la soberanía de la soberanía individual de sujeción, Mella, fiel
dominación residente en los órganos representa- al concepto orgánico de ,democracia, aprendido
tivos de cada colectividad nacional; y la sobera- en tradicionalistas españoles anteriores a él, se-
nía de sujeción, consistente en la colaboración ñala como holgada y sólida residencia de la so-
que prestan los individuos al Gobierno, sin con- beranía social los núcleos colectivos en que el
vertirse por ello en gobernantes. El punto de individuo halla cobijo y amparo. Resulta así, la
arranque es, sin duda, el mismo en el juriscon- soberanía de sujeción, ciudadela única del dere-
sulto francés y el tribuno español : una concep- cho individual frente al poder, cien veces más
ción orgánica de la soberanía que a ambos per- democrática, pero mil veces más fortalecida en
mite, sin contradicción ni paradoja, el aprove- su calidad de trinchera de resistencia fabricada
chamiento de la reacción espontánea de los súb- desde abajo contra posibles abusos del despotis-
ditos contra el poder como medio para asegurar mo de arriba.
la dominación del Estado sobre sí mismo. No Podrá no participarse de la total ideología
resulta así extraña ni antinatural la existencia política de Mella: lo que no cabe, sin injusticia,
de una soberanía cuyo cometido principal es la es asignar filiación intolerante y absolutista al
obediencia, ya que, en definitiva, esa obedien- tradicionalismo, netamente español, que le sirvió
cia, prestada en la forma positiva de colaboración de musa inspiradora.
y asistencia, acaba por trasformarse en indiscu- No hay sombra de absolutismo en su concep-
tible prevalecimiento sobre los órganos jurídicos ción de la Monarquía, siempre defendida por él
de un órgano social y superior a todos : el espíri- bajo la forma atemperada y limitada que fué ha-
tu público. bitual en las leyes españolas ; desde el Rex cris
Entre Mella y Hauriou media sólo una dife- si recta facis de la época visigótica, al «cuidado de
rencia de matiz, de capital importancia, sin em- guardar al Rey de sí mismo», estampado como un

carlismo.es
deber del súbdito en la ley 25 del título 13 de
la Partida 2. a La concepción de la Monarquía de
Mella resiste sin sonrojo la comparación con la
concepción de la República, que, no hace mucho
tiempo, exponía, ante el instituto internacional de
Derecho Público, persona tan calificada como el
ilustre expositor y comentarista norteamericano
de la Constitución inglesa, Lawrence Lowell. El
secreto del éxito de la República en los Estados
Unidos, decía, estriba en «la mezcla, en su de-
mocracia, de un poder autocrático que permite
al Presidente realizar lo que cree que es su deber,
sin intervención ni responsabilidad ajenas». No
faltará quien preste rnás espontáneo asentimien-
to al monarquismo templado de Mella que al au-
tocratismo sin trabas de Lawrence Lowell.
Mella fué un gran sembrador de ideas : en
ello estriba la calidad más alta de su atractiva
figura de apóstol. Por cada vez que lloro de ter-
nura — decía Donoso—, lloro ciento de admira-
ción. Ante la tumba de Mella puede y debe llo-
rarse de admiración y de ternura a un tiempo
mismo.
A. GOICOECHEA

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. - VOL IV
1
.11 a 2.:015•.:•1,A

PARLAMENTARISMO

PATRIOTISMO PARLAMENTARIO

Discurren varios periódicos liberales sobre el


patriotismo de los conservadores, y en general
sobre el de los partidos y personajes que bullen
en la escena parlamentaria, y llegan a conclusio-
nes tan desoladoras como decir que el patriotis-
mo va huyendo de España, y que no parece sino
que todos los españoles luchamos contra la
patria.
Los hechos en que se apoyan son ciertamente
tristes y vergonzosos ; pero el argumento que
sobre ellos fundan falsea por su base, y de aquí
que la conclusión sea absurda e inadmisible.
Atribuir a la gran masa nacional falta de
patriotismo porque los partidos que se benefician

[ 3
carlismo.es
PARLAMENT ARISMO

disgregada y opuesta, del conjunto nacional?


y disputan el mando desconozcan o vulneren los
¿Puede haber ecuación de conformidad, en la
intereses generales, es sencillamente una aberra-
mayor parte de los casos, entre el interés general
ción. Porque, sin demostrar ahora con sólido ra-
de las clases y organismos sociales, y el peculiar
ciocinio, como es muy fácil, la radical contradic-
de una mudable y artificiosa asociación política,
ción que existe entre el principio generador del
dispuesta y animada principalmente para la con-
liberalismo y el constitutivo de la nación, y entre
quista del usufructo del poder ? Hallar en cosas
las • consecuencias inmediatas que de aquél se
tan contrarias correspondencia y armonía, valdría
derivan y las tradiciones que, más que el territo-
tanto como encontrarlas entre la caridad y el
rio, forman la patria, basta observar que en la
egoísmo, el sacrificio y el orgullo.
libertad y representación de las varias y opuestas
Y así se explica que la discordia que supone
opiniones estriba el fundamento del sistema par-
y alimenta el régimen parlamentario corroa con
lamentario, y que, por lo tanto, es evidente la
acción deletérea las energías nacionales, y vaya
afirmación común de los publicistas liberales,
agotando el sentimiento público y despedazando
confirmada además por práctica generalísima,
con perseverancia satánica el cuerpo de la patria.
de que tal régimen exige como indispensable
La necesidad que tienen los partidos libera-
condición la variedad de partidos que sirvan al-
les de repartir el botín con tan porfiados esfuer-
ternativamente de instrumentos para la goberna-
zos conquistado, y la imperiosa exigencia de con-
ción del Estado.
vertir el poder en fuerte ciudadela para defen-
En otros términos : que el sistema parlamen-
derse de las continuas correrías y agresiones de
tario es, por esencia y por potencia, gobierno de
los adversarios, los obliga a mirar ante todo por
partidos. Ahora bien : ¿cabe algo más opuesto al
su conservación y utilidad propias, y muy se-
interés común, del todo nacional, que el particu-
cundariamente por las de la patria.
lar y exclusivo de una porción, que asimismo
Esta y no otra es la razón de esas políticas
tiene que considerarse como parte, en cierto modo
[5
4

carlismo.es
E A R 1 O
PARLAMENTARISMO
inspiradas en el más envilecedor y degradante rina es una laguna fétida y corrompida, y que la
bizantinismo y en el desprecio más completo de reja del arado se rompe y la máquina de la in-
cuanto contribuya a levantar de su postración al dustria se para... oh I todo eso es muy doloroso ;
mísero y desventurado pueblo. pero el gobierno tiene que pensar ante todo en
En los luctuosos días en que tales políticas las urnas, y meditar la manera de sacar el mejor
imperan, pueden los enemigos de la patria ce- partido posible del sufragio universal.
barse en ella y herirla y maltratarla, seguros de Que la propaganda más desenfrenada de la
que sus mejores auxiliares serán la impudencia, impiedad y de la pornografía va cubriendo, por
el egoísmo y el abandono de los que, hablando todas partes, de úlceras cancerosas el cuerpo so-
siempre en su nombre, viven sobre ella, como las cial y desgastando y consumiendo la fe y la
plantas parásitas sobre el añoso tronco que res- virtud, es cosa lamentable ; pero por ahora hay
petaron los huracanes y los tiempos. que pensar en reprimir las indirectas a la Regen-
En ese período de oprobiosa decadencia vive, cia, destruir los obstáculos que impiden el predo-
por desgracia, sumergida España. minio de los caciques en los respectivos distritos,
Que los últimos restos de nuestro imperio co- y borrar las huellas de las manifestaciones sa-
lonial están amenazados de rudísimo golpe, y gastinas.
pueden alejarse para siempre de la sombra de Es decir, todos los intereses nacionales recla-
la bandera española con el bill Mac-Kinley, que man con urgencia remedios enérgicos... ; mas el
cierra el mercado a los productos cubanos, es Gobierno actual, como cualquier otro Gobierno
ciertamente muy triste ; pero el gobierno tiene parlamentario, harto tiene que hacer coas ir tram-
ante todo que pensar en la Junta del censo y en peando ; de lo demás ya tratará más adelante.
la situación en que le colocan sus deliberaciones En suma, el patriotismo parlamentario bien
y acuerdos. ordenado empieza y termina en los partidos tur-
Que la administración peninsular
, y ultrama- nantes y manducantes ; por eso no se pone nunca

[6]
7 7
carlismo.es
E A R •I O PARLAMENTARISMO
en contacto con el sentimiento nacional, como - I Que Dios nos libre del patriotismo y de los
no sea con discursos y trapos retóricos que, ya patriotas parlamentarios !
que no para otra cosa, sirvan para derramar sobre
(Editorial de El Correo Español,
él sarcasmos, después de haberle herido y ul- de 25 de noviembre de 1890).
trajado.
Antes solía el patriotismo salir a la calle y asal-
tar los palacios de ministros como Oropesa y II
Godoy ; ahora también sale a la calle y a los
campos, pero es para asaltar a los contribuyentes. EL PARLAMENTO Y EL RÉGIMEN REPRESENTATIVO
Por eso España, consumida por los ardores
del patriotismo parlamentario, y descoyuntada El liberalismo, por hablar en términos esco-
por los continuos abrazos de los partidos libera- lásticos, puede considerarse como una forma subs-
les, se va pareciendo cada vez más al caballero tancial, que no puede existir separada del cuerpo
de la Triste Figura en el rigor de las desdichas. que informa ; y aunque es verdad que puede
La que fué gloriosa matrona y ostentó en sus informar a todo lo que no recibe su vida de un
sienes la más ilustre diadema que alumbró el principio interno cristiano, no se puede negar que
sol, yace convertida en mendiga haraposa, pos- el régimen constitucionalista y parlamentario es
trada en míseras pajas, excitando la compasión un cuerpo tan adecuado para recibirla, que ha
de los que antes fueron sus siervos. llegado a constituir con él un compuesto substan-
De su opulento y vasto patrimonio sólo que- cial de tal naturaleza, que no se los puede sepa-
dará dentro de poco, si Dios no lo remedia, una rar sin que el parlamentarismo se disuelva.
inmensa Sierra Morena, amenizada con murgas El que todavía lo dude, no tiene más que poner
políticas que suavicen las voces imperiosas de como infranqueable el límite religioso en la tabla
José María con notas del himno de Riego. de derechos escrita en el frontispicio de todas las

[ 9]
carlismo.es
E A R 1 O P ARLAMENTARISMO

constituciones modernas ; llevarlo a la tribuna para España que para Mesopotamia ; aplica del
parlamentaria, suprimir la autonomía de la razón, mismo modo a todos una teoría puramente ideal,
que con un poco de lógica lleva al ateísmo, del y cree que las constitucione s son fórmulas a
concepto de la soberanía colectiva y de su repre- priori donde se puede encerrar la realidad viva
sentación ; exigir nada más que respeto, aunque de un pueblo, como si pudiera existir alguno sin
sólo sea por el lado religioso, a la tradición y al constitución «social» y hubiese persistido secu-
espíritu católico, y que se ponga como frontera a la larmente sin constitución «interna» ; a las cuales
artificial y mecánica división del poder concen- tendrá que ajustarse la constitución «política», so
trado por la imperiosa ley de la unidad en el pena de ser un producto artificial, no orgánico,
Gabinete responsable, la plenitud de los dere- un cuadernillo de papel con que juegan los Ga-
chos religiosos ; y después de acabar esa em- binetes y las mayorías parlamentarias.
presa, ya se puede buscar con diligencia lo que Ese régimen, entre otras cosas, proclama a un
queda del régimen parlamentario y aun si queda tiempo el unitarismo de la soberanía, puesto que
la opinión de un solo parlamentario que lo acepte no admite más que la política, y la división del
con tales condiciones. poder, que parte en fragmentos para que se equi-
De aquí que, aun desde ese punto de vista libren unos a otros, o bien otorgando a uno que
sólo y sin contar con las múltiples razones jurídi- llama «armónico» el privilegio de equilibr
ar a los
cas históricas que lo refutan, se puede combatir demás, pero con la autorización y refrendo pre-
ese sistema anacrónico que doctrinalmente no es vios de uno de los que han de ser equilibrados.
más que un tejido de contradicciones y práctica- Sostiene una soberanía colectiva vinculada
mente una colección de desastres. en un cuerpo electoral que — ya esté compuesto
Ese absurdo constitucionalismo prescinde de de una suma de individuos o de individuos y de
la historia y del carácter de las naciones y de las personas sociales, pero que dependen de la vo-
regiones que las forman, y legisla de igual manera luntad de las individuales — cuanto más extenso

[ 10 1
carlismo.es
PARLAMENTARISMO
sea, será más incapaz para gobernar y elegir con
los, por un simple decreto. Y, en fin, pone la
discernimiento a los, gobernantes, porque nece-
clave del edificio en un Gabinete que dice : «Yo
sitaría, para hacerlo con conocimiento de causa,
respondo de todo» ; lo que equivale a afirmar que
tener por lo menos tanta capacidad como los ele-
lo hace todo o que nada se hace sin su consenti-
gidos. Defiende una delegación o una represen-
miento, que es decir : «Soy el soberano», y aun,
tación de voluntad de quien no sabe ni es capaz
como el César francés : «El Estado soy yo». Y a
de saber lo que quiere, puesto que ignora los prin-
su lado un jefe del Estado que dice : «Yo no res-
cipios y los asuntos que se refieren a la organiza-
pondo de nada», que es la señal de que no hace
ción y al gobierno de la sociedad y del Estado,
nada, porque la responsabilidad y la imputabi-
que siempre, aun en los pueblos más cultos que
lidad de las acciones son inseparables ; pues,
se pueden imaginar, será patrimonio de minorías
aunque no pueda hacerse efectiva la «legal» en
selectas, pero jamás de las mayorías, que sólo por
el supremo imperante, existe siempre la «social» ;
serlo tendrán perpetuamente un nivel intelectual
y si hay otro que responde, al menos nominal-
inferior, y serán dirigidas y nunca directoras ;
mente, es que hace ; y si hay quien no responde,
afirma unas ((Cámaras irresponsables», puesto
es que no hace ; lo que equivale en resumen a
que se rechaza el «mandato imperativo» como
decir : Soy un jefe sin jefatura o un soberano
vínculo de dependencia perpetua del elegido al
sin soberanía, esto es, una contradicción hasta
elector y que es imposible aplicar cuando no se en los términos.
admite la representación de intereses por clases
En frente de este mosaico de afirmaciones
y sólo se acepta la de opiniones por partidos, y
opuestas, que no merece el nombre de sistema,
«unos ministros responsables» ante esas Cámaras
formado por el liberalismo doctrinario como una
que no lo son y que además forman ellos previa-
máquina de explotación del pueblo al servicio de
mente, reservándose además el derecho de sus-
una oligarquía burguesa corrompida e insacia-
pender y de jubilar el tribunal que ha de juzgar-
ble, hay que oponer el verdadero régimen repre-
[ 12 ]
[ 13 ]

carlismo.es
A R I O PARLAMENTARISMO

sentativo social, que difiere substancialmente del está llamado a morir pronto, y quizá bajo la
parlamentario —aunque el vulgo, jugando con fuerza de organismos vigorosos, a los que trata de
el vocablo ((representativo», los confunda —, no sojuzgar y dividir.
sólo por el origen primario y el histórico de las (Editorial de El Pensamiento Espa-
((dos soberanías», porque hay una «política» y ñol, de 23 de noviembre de 1919).
otra «social» en el sentido que la hemos expuesto,
sino por la naturaleza de esas soberanías, por sus
relaciones, por sus atributos, por los sujetos en
III
que residen y por su organización, por el funda-
mento y la índole de la representación, por su
carácter social expresado en las clases que votan LA RUINA DEL PARLAMENTARISMO. — CRÍTICA DE
LOS PARTIDOS Y DE LOS GRUPOS. IMPOSIBI-
aparte (y no por un cuerpo electoral abigarrado),
por el mandato imperativo como vínculo entre LIDAD DE RESTAURAR LOS ANTIGUOS PARTIDOS

electores y elegidos y por las atribuciones de las TURNANTES. — LAS JEFATURAS ENTRE CONSER-
VADORES Y LIBERALES .
Cortes generales, con otras varias en que no in-
tentamos fijarnos ahora. Nos basta oponer sistema
contra sistema y señalar el abismo que los separa, ¿Cuál es nuestra actitud en presencia .de esta
rechazar toda transacción con un régimen nefasto pavorosa cuestión que voy a resumir en dos pun-
que ya todos conocen — aun sin estudiarlo inte- tos : el político y el social ? ¿Cuál es la norma que
riormente en sus tratadistas y en su historia —, creemos que debe seguir España en estos ins-
puesto que nadie ignora su funcionamiento, para tantes ?
comprender que es una de las primeras causas Este es el punto, ésta es la tesis que quisiera
de la decadencia en España, y que, fracasado en brevemente desarrollar ante vosotros ; y para eso
sus partidos y en sus grupos y en sus hombres, os diré que otra de las ruinas, otra de las conse-

[ 14 ] [ 15 ]

carlismo.es
E A R I O PARLAMENTARISMO

cuencias beneficiosas, en gran modo, de la gue- lítico, que manejó las naciones por medio del
rra, es la ruina del sistema parlamentario. El servicio obligatorio; porque, si antes las guerras
sistema parlamentario está llamado a desapare- eran de Estados y Ejércitos contra Estados y
cer ; mejor dicho, está desapareciendo en todas contra Ejércitos, con el servicio obligatorio se
partes. Aun los mismos parlamentarios, aun los han convertido en guerras de" naciones contra
que viven dentro del sistema, y que, hallándose naciones.
sugestionados por la atmósfera y el ambiente en Y ese poder inmenso de los Estados, desple-
que se desarrolla, no lo advierten por completo, gado entonces, concentró toda soberanía en for-
lo sienten algunas veces, y no es extraño oír de ma tal, que los tres famosos poderes que siempre
sus labios, si no en público, en privado, la con- se invadían unos a otros, y los partidos en que
fesión de que es un régimen caduco y moribundo. esos parlamentos se apoyaban, sucumbieron, y
Fijaos bien en la revolución de los partidos. sucumbieron por varios motivos y razones ; la
Este sistema tenía dos formas : la forma propia- primera, porque esos partidos habían nacido de
mente parlamentaria, poco conocida aquí, en que la caída de un régimen y del triunfo subsiguiente
la iniciativa del Parlamento fabricaba un Gabi- de otro. Entre el antiguo régimen, que derribó la
nete, que por el refrendo dominaba al Poder mo- Revolución, y los nuevos, se iniciaron tratos ; y
derador; y la otra forma, la del Gabinete, que entre los individuos de aquel régimen carcomido
estaba constituida por dos confianzas : la con- y el régimen nuevo se hicieron alianzas, y sur-
fianza de arriba, del Poder moderador, y la con- gieron los dos partidos : uno que tendía a la con-
fianza de una mayoría, que previamente se en- solidación revolucionaria ; y otro que tendía a
casillaba, para mayor comodidad. dar avances nuevos a los principios revoluciona-
Ese sistema había imperado durante todo el rios. Así pudieron vivir, en aquella época de tran-
siglo XIX; pero, al venir la guerra, el Poder pú- sición, en la primera época del siglo XIX, ambas
blico se convirtió en un verdadero socialismo po- representaciones ; así pudieron entonces germinar

[ 16 ] [ 17 I
— Vol. IV
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. 2
PARLAMENTARISMO
y desarrollarse los partidos doctrinarios y eclécti- Y al sucumbir estos partidos, se inauguró el
cos, que vivieron entre dos sistemas contrarios, de período de los grupos parlamentario s que tenían
cuyos beneficios se aprovecharon. que sustituir a los partidos. Se llegó a creer que
Pero esos tiempos pasaron ; los dos partidos esta era una doctrina que germinaba en Francia,
eran incapaces de encerrar en sí mismos las clases Italia y demás países parlamentarios, pero se caía
y las fuerzas sociales. Los partidos extremos cre- en un error grave. Aquello obedecía a la misma
cían, y ellos, con sus fracasos menguaban. ley ; era la descomposición de los partidos histó-
Y como, además, necesitaban tener una mayoría ricos que se dividían en fragmentos ; no era una
en el Parlamento, para lograr la confianza de doctrina, era un hecho, y, al tomarla aquí como
abajo, unida a la confianza de arriba, necesitaron doctrina, se exageró. Los grupos sucedieron a los
apretar las argollas del centralismo. partidos ; y, como el régimen parlamentario es un
El centralismo se hizo más opresor, porque sin régimen de mayorías, hubo necesidad de reunir
ese centralismo, que llega desde los secretarios los grupos para formar Gabinetes, que se llama-
municipales hasta la presidencia del Consejo, no ron de concentración (Risas y aplausos).
había necesidad de reclutar mayorías en el Par- Y para formar mayorías que tenían que ser
lamento. Y así las cosas, la protesta contra el pactadas a priori, se pudo predecir lo que había
centralismo se hizo cada vez más viva, se encen- de resultar : o un grupo predominaba sobre los
dió cada vez más, vino la protesta total, vino demás, y, si predominaba constantemente, se vol-
la protesta regionalista, y, al mismo tiempo, vino vía a los antiguos partidos ; o no se llegaba a
la protesta de las clases que no querían ser su- acuerdo alguno, y se salía de una crisis para en-
plantadas perpetuamente por los partidos, y, por trar en otra ; o, puestos de acuerdo sólo en lo
otra parte, los partidos extremos, al desarrollarse accidental, los problemas fundamentales y sus-
cada vez más, contribuyeron a dar al traste con tanciales quedaban sin solución, y no la había
los partidos históricos. nada más que para lo transitorio y pasajero. Así

[ 18 ] [ 19 ]

carlismo.es
E A R I 0
PARLAMENTARISMO
aconteció ; aun puestos de acuerdo todos los pri-
por el momento. Ya sabéis que hay grupo de
mates de esos partidos, no fueron capaces de
Sánchez Guerra, de Bugallal, de La Cierva y, sin
sacar adelante un presupuesto.
duda, lo tiene Allendesalazar y lo tendrán otros
Entonces sucedió una cosa : que las mayorías
primates, pues están divididos interiormente en
pactadas entre los grupos eran,sobremanera ines-
fragmentos ; forman una federación de reinos de
tables, y, como fracasaron los grupos, hubo ne-
taifas, en los cuales no hay ninguno, aunque lo
cesidad de hacer un regreso hacia los antiguos
diga, que quiera ser «segundo de a bordo» ni
partidos ; y eso es lo que en estos momentos se
soldado desconocido (Risas y aplausos). Todos
está ensayando, diciéndolo los conservadores, y
quieren ser mariscales y almirantes (Risas).
sin decirlo lbs partidos liberales (Risas).
El Sr. Cierva está pregonando sus proyectos
El Sr. Dato, arrebatado por una tragedia, que
por los pueblos, y a la vez, y aun sin intentarlo,
todos lamentamos, a la vida, había querido vol
supongo yo, también su jefatura ; tienen recelos
ver a rehacer los partidos históricos ; su jefatura,
de él los otros primates conservadores. Y allá en
aunque con condiciones, era reconocida dentro
el campo liberal, ¿qué sucede? El campo liberal
del partido conservador. Al morir él, hubo que
está dividido, no en dos, sino en cuatró fragmen-
buscar una persona que fuera primus inter pares,
tos, y todos aspiran a la unidad, y sólo hay una
y no se encontró. El Sr. Allendesalazar, teniendo
cosa en que están de acuerdo : en no estarlo
menos adictos, pero suscitando menos celos, se (Risas).
puso al frente.
(De un discurso publicado en El Pensa-
Se formó el partido conservador, que ha que- miento Español, de zo de junio de 1921).
rido gobernar a la antigua usanza ; pero dentro
de él se han dibujado distintas tendencias, que
sólo el Presupuesto y el mando, que son un gran
aglutinante político en España, mantienen unidas

f 20 ]
[ 21 1

carlismo.es
E A R 1 0 PARLAMENTARISMO

piensa promover Junoy ; y el lunes espero poder


hablar yo.
IV ¿ Y va usted a hablar sobre algún asunto
determinado, concreto ? — He preguntado al in-
UNA ENTREVISTA CON AZORIN signe orador.
— No ; en general — ha contestado él, — so-
Azorín, que anda estos días celebrando en- bre la política religiosa... o irreligiosa del Go-
trevistas con los principales hombres públicos, bierno.
inserta esta mañana una que tuvo con el gran — Pero ¿cree usted he vuelto a pregun-
tribuno carlista, nuestro incomparable Mella. tar — que llegará el caso de que hable usted de
He aquí lo que Mella le contestó tal asunto? ¿Cree usted que se presentará al Par-
Habla Azorín. lamento la ley de asociaciones ?
-- Ya puede usted sospechar a lo que vengo, No sé ; es posible que no — ha dicho el
le dijo al diputado por Pamplona. Sr. Mella —; la verdad es que aquí nadie sabe
— Sí, ya le: supongo — replicó el Sr. Mella. — lo que hace ni lo que quiere. Vivimos en una
Y mi tarea es bien sencilla al contestar a usted. oligarquía de unos cuantos políticos y de unos
Yo pienso intervenir en el debate político que se cuantos periódicos; lo vemos todo al través de
prepara ; mejor dicho, yo interpelaré desde luego los lentes del salón de Conferencias ; lo que pasa
al Gobierno. El martes supongo que no habrá más allá de Vallecas no nos interesa. Ahora
nada ; los presupuestos se leerán el jueves, porque mismo se ha celebrado en Barcelona el Congreso
dicen que no quieren leerlos antes de la fiesta del de la lengua catalana ; ha sido un acto hermoso ;
miércoles, para evitar los efectos en Bolsa ; el han acudido allí hispanófilos, profesores de la
viernes y sábado supongo que se dedicarán a la Sorbona, gentes de diversas partes de Europa ;
cuestión del indulto de los delitos políticos, que todos han dado muestras de un gran patriotismo,

[ 22 I23.1
carlismo.es
1 D E A R 1 O PARLAMENTARISMO
por discreción, por delicadeza, y aun permitieron cordia y la verdadera tolerancia no las pueden
que se gritara ¡ viva Cataluña ! ; uno de los con- crear de golpe doscientos o trescientos señores
gresistas, el profesor Bonilla, comenzó diciendo que digan sí en el salón de un Parlamento ; es
que él era castellano por los cuatro costados, y ello cosa más honda ; es fruto de una lenta evo-
un aplauso unánime y entuisiasta siguió a sus lución social, de un intercambio espiritual conti-
palabras. nuo y eficaz, de mil circunstancias que se elabo-
Ha sido éste un acto hermosísimo y que ponía ran e influyen lentamente, y que están en la casa
de relieve la fuerza, la espiritualidad, de un gran buena o mala en que vivimos, en la calle, en el
pueblo. Y, sin embargo, aquí ha pasado inadver- campo, en la escuela, en el teatro, en el libro, en
tido. Otro tanto ocurre con el movimiento de aso- las costumbres.
ciacionismo, de solidaridad, que están propagan- Si contamos las leyes, decretos, ordenanzas
do y fomentando elementos católicos ; me refiero y reglamentos que en todo el siglo XIX se han
a la creación de una caja de créditos agrícola, a producido en España, nos quedaremos estupe-
la enseñanza de las prácticas agrarias, etc. Usted factos; el número de papeles es formidable. Y,
conoce a uno de los iniciadores, a uno de los que sin embargo, ¿ qué ha adelantado el mísero y
más han trabajado en estos asuntos, a Chaves, resignado labriego de Castilla, de Extremadura,
que es precisamente un jefe carlista. Todo esto, de Andalucía, de Levante? ¿ Cómo viven en esos
a mi entender, es lo que hay que hacer. El pueblo pobres pueblos españoles? ¿ Qué es lo que comen?
no se da cuenta de que lo que necesita no son ¿ Cómo visten ? ¿Qué casas tienen? Ahí está la in-
leyes, papeles (que eso es en resumen una liber- formación agraria ordenada por el Gobierno en
tad decretada por un Gobierno : un papel) ; no 1887 ; si usted la abre, verá que allí hay pueblos
se da cuenta de que lo que necesita no son pape- donde las gentes están en tan estrecha necesidad
les, sino bienestar, abundancia, facilidad en la que por las noches no encienden luz, porque no
vida. La verdadera libertad, la verdadera con- pueden hacer ese gasto. Esos nobles y buenos

[ 24 ] [ 25

carlismo.es
E A 1 0 PARLAMENTARISMO

compatriotas nuestros, ¿ qué preferirán : tener los


medios con que hacer una vida cómoda y sencilla,
o poseer la certeza de que, cuando se mueran, los
enterrarán en un cementerio secularizado como DESPUÉS DE LAS ELECCIONES
quería el Sr. Moret?
Se ha detenido un momento el ilustre orador. La resignación de los vencidos, decía Donoso
Yo no quería causarle alguna molestia prolon- Cortés, es el complemento indispensable de la
gando mi entrevista. victoria. Los carlistas no nos resignamos, y por
— De suerte — he dicho --- que, según el plan eso no somos vencidos.
de usted, ¿ el lunes explanará usted su interpe Vencidos ! La sentencia del jefe galo ante
lación ? los romanos consternados no se ha pronunciado
— Eso es lo que imagino. nunca contra nosotros. Aunque se arroje 1..a espa-
- Y ¿tendrá usted por adversario terrible a da en un platillo de nuestra balanza, como en el
Dávila ? otro está la Cruz de Cristo sobre nuestras abnega-
- Justo ! — ha exclamado riendo el insigne ciones, no se rinde hacia el suelo con lo que
orador. — I A Dávila, ese Robespierre dosimé- llaman desventuras los que no miran más que al
trico éxito del momento ; se levanta más hacia el cielo,
Nos hemos despedido. Yo creo que el señor empujada por un nuevo sacrificio.
Vázquez de Mella es, en nuestro Parlamento, uno Quien creyera que los medios proporcionados
de los hombres de cultura más sólida y de más por nuestros amigos nos habían de dar la victoria,
abierto y moderno criterio. sentiría la amargura del descalabro después de
(Publicado, el 23 de octubre de un eclipse electoral. Nosotros sentimos la satis-
1906, en El Correo Español). facción interior del soldado que ha cumplido con
un deber, ante eso que llaman derrotas los que

[ 26 ] E27 ]

carlismo.es
PARLAMENTARISMO
I D E A 1 O
Bien lo saben todos sus íntimos amigos de
creen que una sociedad deshecha con una lega-
Cataluña y de fuera de Cataluña : triunfar era
lidad inicua puede salvarse legalmente.
para él una derrota ; no salir triunfante, una vic-
Los pueblos perdidos por el parlamentarismo
toria. En el primer caso tendría que dar un triste
no pueden redimirse parlamentariamente.
adiós a sus trabajos, a sus proyectos, y a sus
Si hubiese existido un solo Parlamento y re-
esperanzas de propaganda social por procedi-
presentase fielmente las fuerzas de España, hace
mientos ejecutivos y eficaces. En el segundo,
tiempo que el parlamentarismo no existiría.
libre de la atmósfera parlamentaria, que todo lo
La lucha parlamentaria, y la electoral que la
marchita y lo envenena, podía levantar una tri-
precede, son un medio circunstancial, impropio,
buna en las páginas del libro y del folleto y
inadecuado, que sólo es lícito emplear algunas
entre la muchedumbre del mitin, y mostrar ante
veces, en los tiempos en que domina el enerva-
los ojos del pueblo infeliz, oprimido por tira-
miento doctrinario, como un recurso para impe-
nuelos insolentes y engañado por sofistas auda-
dir el sueño de los que deben estar despiertos.
ces, la grandeza de un programa que sólo necesi-
Nadie odia más que el que escribe estas líneas,
ta ser conocido para ser amado.
y con un odio engendrado en el Parlamento
Pero ¿ hemos sido vencidos siquiera legal-
mismo, esos procedimientos. Sólo a la fuerza, y
mente? Barcelona entera sabe que no. Coaccio-
haciendo uno de los más grandes sacrificios de
nes increíbles de que dan testimonio las cárceles
su vida política, que no es más que una cadena
y los hospitales ; protestas de grupos de electo-
nunca interrumpida de ellos, accedió a los ruegos
res cuyos votos aparecen como contrarios a los
tenaces de sus amigos para aceptar una acta du-
que ellos emitieron en los escrutinios ; el asom-
dosa, y precisamente porque lo era en momentos
bro de los mismos adversarios, que no dudaban
extraordinarios en que el acta era lo de menos y
del éxito de nuestra candidatura y que así - lo
los actos que habían de preceder y seguir a las
proclaman después de las elecciones ; y la escasa
elecciones lo de más.

[29
[ 28 ]

carlismo.es
E A R I O PARLAMENTARISMO

preparación para la lucha, que ha dejado fuera se inclinaba el éxito para rendirle vasallaje, y,
del censo 10.000 carlistas, y unas 70 secciones sentándose sobre los despojos de la batalla, en-
sin interventores, bastarían, sin ' señalar otras tablan pactos y alianzas con los pusilánimes que
causas que empiezan ya a conocerse, para ex- nunca faltan ; y, gracias a tratados que suscriben
plicar por qué un triunfo moral por todos reco- el cansancio, la deslealtad y el interés, viven
nocido no fué coronado por uno externo y legal. algunos lustros agitados por la concupiscencia y
El que dijo a los comisionados catalanes que cebándose en la conjunción, hasta que, llegando
fueron a buscarle en una aldea de Galicia : ((Sólo al extremo límite los antiguos contendientes, re-
me consuela, en este nuevo sacrificio, el que Dios puestos de las fatigas de la pelea y exacerbados
no querrá que sea tan grande que triunfe)), bien por la opresión, vuelven a levantarse y a tomar
puede decir a sus amigos que sólo por ellos siente posiciones, anunciando, con sus gritos de protes-
no sentarse en el Parlamento, que aborrece. ta, que no tardará en reanudarse la batalla in-
Nuestros caminos son otros. terrumpida por la hipocresía y la codicia.
Es una ley de la Historia que ningún régimen ¿ En cuál de estos momentos nos encontramos
ha sido derrocado en el mundo más que por pro- actualmente ?
cedimientos semejantes a los que él ha empleado Muy ciego ha de estar quien no vea que el pe-
para establecerse. Todos son revolucionarios con ríodo de los envilecimientos y postraciones doc-
respecto al que los precede, y la historia de las trinarias termina, y el de los radicalismos co-
revoluciones legales está todavía por escribir. mienza.
En los tristes períodos crepusculares que si- Las olas de la Revolución braman enfureci-
guen a la lucha cruenta entre los sistemas radi- das en torno de la desmantelada nave doctrina-
cales, aprovechan las fatigas del combate los doc- ria, que sólo lleva a bordo y como defensa la
trinarios y eclécticos que no han tomado parte en discordia agrupada debajo de enseñas rasgadas,
la contienda porque esperaban saber de qué lado donde se lee, como recuerdo que sirve de grito

[ 30 ] í 31 I

carlismo.es
D E A R 1 0 PARLAMENTARISMO

de combate, ese epitafio- del honor que se llama


el Tratado de París. * * *
Y las olas que se enfurecen y avanzan, ¿qué
traen sobre sus espumas? ¿ La República ? La Cuando los términos medios y los eclecticis-
República, acerca de cuyo apellido guardan si- mos dominan en una sociedad enervada, los ex-
lencio sus partidarios como única manera de en- tremos, los radicalismos padecen eclipses. Pero
contrar en la mudez el acuerdo, no es más que cuando un extremo se sobrepone y se levanta,
una ola que avanza, porque la empuja otra más pronto escala a la opuesta cumbre el contrario,
grande, enrojecida, que viene detrás. y ordenan imperiosamente a los doctrinarismos
No habrá extendido el velo de sus espumas vergonzantes que se retiren. La ola de la revo-
sobre la playa y las rocas que hayan recogido los lución mansa ha sonado y la de la revolución
restos deshechos de la nave doctrinaria, sin que fiera está próxima. Abramos el corazón a la es-
una cordillera movible de aguas encrespadas la peranza y levantemos con arrogancia la frente,
envuelva, y otra aun más grande avasalle a la que la nuestra no está lejana.
anterior y, lanzando bramidos aterradores, se No son éstos momentos de desmayos cobar-
desborde inundando toda la llanura. des, sino de virilidad resuelta, en que es faltar
Sólo en la barrera que marcan las montañas al deber no redoblar la energía. Pero no basta
donde se han estrellado tantas irrupciones se de- que nos agrupemos con resolución varonil los
tendrá ese mar. Y cuando empiece a retroceder hombres ; es preciso no consintamos en la disper-
y vuelva a reposar en el hondo cauce de donde sión de los principios. Integra ha de permanecer
sólo le saca la ira de Dios, no quedarán en la Ila- la bandera sin separaciones absurdas entre la
nura ni en la playa desolada más que los despojos Religión y la Patria, entre el regionalismo y la
de esas naves que se destruyen unas a otras sobre Iglesia. El regionalismo será católico, o no será.
un océano llamado a destruirlas todas. La Patria grande y pequeña, regional y común,

[ 3. I [ 33 ]
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. Vol. IV
carlismo.es
3
E A R I O PÁ RLAMENTARISMO

es, antes que la tierra que se pisa, las tradicio-


nes que enlazan y las generaciones que nos pre-
cedieron ; y la base de esas tradiciones, y la pri-
mera de todas, es la Religión. Sólo creyendo lo VI

que amaron y creyeron nuestros antepasados po-


demos llamarnos sus sucesores y no ser anillo LEGITIMIDAD O LEGALIDAD DE LOS PARTIDOS

desprendido y roto de la cadena que ellos for- PARLAMENTARIOS


maron con sus espadas sobre el ara de los al-
tares. ¿Qué mejor título se puede ostentar, para
Levantemos esta bandera en todas partes. vivir en una nación, que el de haberle dado la
Y si no podemos defenderla en la tribuna parla- vida y ser consubstancial con su historia ? Y, sin
mentaria, ¿qué importa? Ante la muchedumbre embargo, la ateocracia que está enroscada como
apiñada en las ciudades y los campos ondeará una serpiente a los pueblos latinos dislocándolos
mejor, agitada- por la brisa de sus entusiasmos, y agotando su vida, no cesa en su odio fanático
hasta que la llevemos en triunfo, escoltada por a las Ordenes religiosas, y, por medio de los par-
una legión de cruzados, para clavarla en la cum- tidos parlamentarios, que son sus órganos oficia-
bre del Estado. les, declara, en Francia y en los Estados penin-
(De El Correo Catalán, 5 de abril de 1903). sulares, la legalidad e ilegalidad de las Ordenes
religiosas y de muchedumbres enteras de ciuda-
danos. Ellos deciden qué agrupaciones sociales y
políticas están dentro de la ley y cuáles están
fuera. No nos limitemos a la defensa, señores,
pidiéndoles cobardemente misericordia, o discu
tiendo las razones de su conducta. Ataquemos,

[ 34
[ 35 ]
carlismo.es
. .. „ ..... . .. .

E •A R I O
PARLAMENTARISMO
preguntando, a esos partidos que decretan la le- inspiradas por las Ordenes religiosas? I Sus glo-
galidad de los demás, en dónde fundan la suya. rias y sus empresas !
Y para concretar el asunto a España, aunque Las que impulsaron las Ordenes religiosas
los principios que voy a establecer sean aplica- constituyen una historia, que es una acusación
bles a todos los pueblos latinos sometidos al perpetua y una voz vengadora que se levanta en
mismo régimen, que no discrepa en nada sustan- la conciencia nacional contra la regida con ca-
cial, ¿ cuál es el fundamento legítimo y el legal tástrofes y afrentas por los antecesores de los
de esa diarquía oligárquica que decide en última partidos gobernantes y por esos partidos mismos.
instancia del derecho a la vida social de los que Cuando más constante y poderosamente influye-
no forman parte de ella ? ¿ Apoyan su legitimidad ron en la vida interna y pública de la Patria,
en la tradición histórica ? Sus antecesores no hasta ordenarla y dirigirla, las Ordenes religio-
tienen un siglo de fecha, y ellos no pasan de al- sas, hicimos del Mediterráneo un estanque del
gunos lustros. El régimen con que imperan se alcázar de nuestros monarcas ; del Imperio ger-
fabricó en tierra extraña y por un príncipe extran- mánico, un general de nuestros tercios ; del Norte
jero, José Bonaparte, que peleaba contra Espa- y del Centro de Europa, provincias ; de Italia, un
ña; y todas las constituciones posteriores, empe- feudo ; de Turquía, un trofeo ; de América, un
zando por la gaditana, que es en gran parte tra- altar ; y hasta pusimos sitio al Océano, reducién-
ducción servil de la francesa del 91, son como la.s dole a cautiverio entre los brazos de nuestras
leyes en que se desenvuelven copias cuyos ori- costas (Entusiastas y prolongados aplausos).
ginales están en el extranjero, y que son la antí- Y sin las Ordenes religiosas, y contra esas -
tesis más completa de la constitución interna y Ordenes religiosas, ¿qué han hecho y dicho los
social de España. partidos gobernantes ? Lo mismo que sus antece-
Se apoyarán en grandes empresas nacionales sores: negar toda la historia de esas Ordenes y,
y glorias históricas contrarias y superiores a las como era la de España, negar la Historia de
[36]
[ 37 ]
carlismo.es
E A R o PARLAMENTARISMO

España. Ya os lo he demostrado ; pero quiero «Hegemonía sobre Europa y nunca menos del
recordarlo, para que no se olvide, porque en los tercer puesto», cuando cedíamos a Francia el
pueblos decadentes, corno en los hombres decré- primero, ese régimen ha puesto : «¡ Menos que
pitos, una de las cosas que se pierden primero, Bélgica y Holanda, antiguas provincias españo-
antes de.perderlas todas, es la memoria. las !» (Grandes aplausos).
El programa de los partidos actuales, conti- Entonces, si no tienen título de legitimidad
nuación del programa de los partidos que los han histórica, tendrán al menos el de una legalidad
precedido y engendrado, no ha consistido más externa que se imponga como un hecho, por la
que en rasgar una por una las páginas de la His- declaración solemne de un poder que trate de
toria que habían inspirado las Ordenes religio- legalizarse a sí mismo ? Aun de título tan frágil,
sas, oponiendo a cada conquista una catástrofe, y que no sería más que una forma pragmática de
a cada gloria una vergüenza. Donde la Historia, la tiranía, carecen esos partidos.
inspirada por las Ordenes religiosas, decía : No me extraña, señores, que os cause asom-
«Ciencia y arte indígenas», los partidos han pues- bro esta afirmación y que la creáis una extraña
to : «Copias borrosas y extranjeras» ; donde paradoja, pero escuchadme un poco de tiempo y
aquélla decía : «Descubrimiento y civilización del pronto se desvanecerá la extrañeza y ocupará su
Nuevo Mundo y de la Oceanía», ellos han pues- puesto la evidencia. En dónde se funda la lega-
to «¡ Pérdida ignominiosa de las colonias y tra- lidad de los partidos parlamentarios ? ¿En las
tado de París !»; donde aquélla decía: «¡ Orán 1», leyes que ellos fabrican? No se apoya en los
ellos han puesto : «¡ Melilla !» ; donde aquélla efectos la existencia de sus causas, porque eso
decía : «j Lepanto !», ellos han puesto : «¡ Cavi- sería invertir el orden ontológico de los seres ;
te ; donde aquélla decía, al extinguirse : Za- pero, aun otorgando graciosamente hasta el ab-
ragoza y Trafalgar !», ellos han puesto : «1 Ma- surdo, tampoco, aunque os admire, reconocen
nila y Santiago de Cuba I»; donde aquélla decía : su legalidad sus propias leyes. Acostumbrados a

[ 38 [39]
carlismo.es
1 D E A 1 o PARLAMENTARISMO

expedir patentes de legalidad a los demás, no se pero no se refiere para nada a los partidos. ¿La
han cuidado de establecer en ninguna ley la ley de Asociaciones acaso, puesto que los parti-
suya. Parece inverosímil, pero es la verdad que dos parlamentarios lo son? Trata cíe las que, a
ninguna los reconoce. Todas las constituciones juicio del legislador, forman para fines lícitos los
que han tejido, lo más que dicen es que el jefe ciudadanos, y entre esas sociedades lícitas no
del Estado nombra y separa libremente a sus menciona a los partidos parlamentarios (Risas).
ministros y que ejerce por medio de ellos, con la ¿ Se fundarán en la ley electoral ? Señala las con-
condición del refrendo, sus prerrogativas. Nada diciones de electores y elegidos y el procedimien-
hablan de partidos permanentes y alternativos. to y forma del sufragio, pero no menciona si-
Es más, el adverbio ((libremente)) significa que quiera a los partidos. Y es inútil preguntárselo a
cualquiera ciudadano puede ser nombrado mi- las demás leyes orgánicas y subalternas. Ningu-
nistro, lo que equivale a la negación de que forzo- na, ni siquiera un decreto de Real orden, se
samente hayan de ser designados dentro de dos o refiere a ellos. En la enorme montaña legislativa
tres partidos determinados y permanentes. La que, para afrenta de la sencillez del derecho, han
Constitución, pues, no los reconoce, sino que los abortado esos partidos, no hay ni un artículo que
niega ; porque, para que la libertad de designar- reconozca su existencia. ¡ Y, sin embargo, ellos
los sea completa, es preciso que los partidos per- son los que legislan y los que gobiernan La
manentes no existan. La existencia de esos par- (mica fuente del derecho que hay en España es
tidos es la negación de esa libertad, es la nega- ilegal, además de ser ilegítima (Muy bien).
ción constitucional de esos partidos. ¿ Y cómo existen esos partidos ? Están organi-
¿ Los reconocerá acaso el Código Civil ? Se re- zados como sociedades públicas y oficiales. Tienen
fiere al derecho privado y al de toda la nación. sus jefes, sus jerarquías, sus corporaciones y de-
¿El Código Penal ? Trata de delitos de orden pendencias distribuidas por todo el territorio na-
público y de los ministros como funCionarios, cional, se rigen por estatutos que ellos mismos

[ 40 I [ 41 I
carlismo.es
D E A R I 0 PARLAMENTARISMO

aprueban y modifican, imponen obligaciones a la ley ; son ilegales, pero hacen las leyes ; no
sus afiliados y excomulgan a unos y autorizan a toleran al pueblo que administre su patrimonio,
otros, para ser nuevos profesos. Son como Orde- , pero lo administran ellos ; no consienten fuera de
nes laicas que se dedican a una agricultura polí- su poder un privilegio, ni un fuero ; pero ellos
tica, que consiste en labrar la felicidad del pueblo, practican el monopolio de todos los fueros y pri-
aunque él no quiera (Risas). Cuando una de esas vilegios ; condenan las manos muertas, y ellos las
Ordenes laicas cesa en sus funciones directoras, tienen tan vivas, que, amortizando el Estado, tro-
se reúne el capítulo de la otra y acuerda la forma cándole en feudo, no producen ni viven de la ge-
en que ha de entrar a sustituirla, hasta que a ella nerosidad de los demás, pero consumen la fortu-
le sucede lo mismo, cuando terminan las vaca- na privada haciéndola pública primero y política
ciones oficiales de la anterior. Y en cada una de después, porque son a manera de sociedades co-
esas sustituciones periódicas, una torre adminis- operativas, dedicadas a la explotación del pueblo
trativa de enormes proporciones, que empieza en y a la producción siempre creciente de creden-
los municipios rurales y alcanza hasta los nego- ciales (Grandes risas y aplausos).
ciados de los centros ministeriales, se derrumba y
(Del discurso pronunciado en
es rápidamente reemplazada por otra de igual Santiago el 29 de julio de 1902).
magnitud.. Hacen y deshacen leyes, y ellos no
están sujetos a ninguna, ni en ninguna se fun-
dan ; combinan, multiplican y reparten los tri-
butos, y ellos no tributan nada. Tienen algunos
votos, como la obediencia y la pobreza, pero no
los imponen a sus individuos, pues sólo obligan
a los que no forman parte de tales congregacio-
nes (Risas). No están en la ley, pero están sobre

[ 42 I [ 43 ]
carlismo.es
carlismo.es
PATRIA

ESTUDIO SOBRE LA PATRIA (1)

Las definiciones incompletas y casi siempre


descriptivas que se han dado de la patria recono-
cen por causa la ignorancia del concepto de
nación y de región, y de sus relaciones todavía
mal fijadas.
La nación es más objetiva que subjetiva, y la
patria más subjetiva que objetiva ; pero, bien mi-
radas y considerando a la patria en su mayor
amplitud, son como el anverso y el reverso de
la misma idea. La patria es, como la nación o la
región (según sus grados), en nosotros, su cara

(1) El presente artículo lo hemos formado con unos


apuntes manuscritos que conservábamos del Sr. Váz-
quez de Mella, y que él tuvo la amabilidad de entre-
gárnoslos como recuerdo de su amistad. — N. del R.

[ 47 ]

carlismo.es
E O R A
PA I
interna. El espíritu común basado en la unidad Los dos vínculos que la constituyen, el sucesi-
de creencias y revelado en una historia general
vo de la tradición histórica y el simultáneo de la
independiente, constituye la nación. Donde no unidad espiritual, forman, al juntarse en cada
hay espíritu común, ni unidad de historia general corazón, un nudo. Así la trama interior que liga
independiente, habrá Estados y agregaciones de unas generaciones con otras y que pasa. con sus
pueblos diversos, pero no hay nación. hilos invisibles penetrando las almas, nos asocia
¿ Y qué es patria ? La conciencia y el senti- en una hermandad que va a lo largo de los siglos,
miento de la nación, o, si se quiere, para abarcar contando sus noches y sus auroras, estremecién-
todos los grados, de la comunidad moral e histó- dose de júbilo en los días venturosos, y juntando
rica de que nos reconocemos parte. Sin el senti- las lágrimas, y lavando con ellas las heridas de
miento de un lazo común en el presente y en el
la madre en las horas trágicas en que el crespón
pasado, que junte en una unidad corazones y con-
de la tristeza vela el blasón roto de la casa so-
ciencias, no hay patria. Es la variedad sintiendo lariega.
la unidad con los que fueron y con los que son. La conciencia de esa gran comunidad moral
La variedad pasa, la unidad permanece ; y la e histórica, puede ser refleja o directa, clara o con-
variedad de los individuos y de las generaciones, fusa, según la capacidad y el estado de concor-
subordinada por el amor a la unidad moral e his- dia o de excisión mental dominante ; el senti-
tórica, es como una serie de familias sucediéndo- miento puede ser difuso y débil, o acentuado y
se en el mismo hogar, como los miembros de una enérgico ; pero es preciso que los dos existan de
sola dirigiendo sus afectos convergentes al cora- alguna manera, que sea conocida y sentida la
zón de una madre que los abarca y los funde en unidad común, para que la patria no haya que-
las llamas del suyo. Por eso la patria se expresa dado reducida a un nombre vacío.
en cosas a la vez íntimas y comunes, sepulcros, Como en la conciencia de la unidad hay gra-
hogares, templos.
dos, en el sentimiento de ella hay jerarquía. El
[ 48 ]
[ 49 ]

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA.— Vol. IV 4
I D P A T R I 4
amor está regido, como las ideas, por la misma
grandes, pero enlazadas por una unidad moral con
ley lógica de la comprensión de los términos :
respecto a la cual son variedades subordinadas.
La intensidad y la extensión están en razón in-
El amor al suelo natal embellecido con el re-
versa, o, como lo dice gráficamente la frase vul-
cuerdo de las impresiones primeras, y a la fede-
gar : cuanto más abarca, aprieta menos. Lo que
ración de las familias unidas por vínculos de
está más cerca atrae más, que también tienen
consanguinidad o cuando menos de convivencia,
su gravitación las almas, y la unidad y el modo
surge espontáneamente ; pero aun él recibe su
de sentirla parece que disminuyen a medida que
fuerza y consagración del sentimiento religioso,
se alejan. Es otra ley del amor, que parece con-
que reúne en el templo, como en un hogar común,
traria, la de dilatarse tanto como el objeto amado
y en las fiestas populares, a todos los coterráneos.
y extenderse a todas las cosas que tienen relación
Cuando llega el momento en que unos se congre-
con él. El mismo hereje que reniega de las re-
gan en el templo para orar y otros se apartan de
liquias de los santos, se inclina conmovido ante
su recinto blasfemando, no bastan ni el suelo
los objetos que le recuerdan a su amada. Pero nativo, ni la convivencia, ni la sangre, para im-
las cosas no tienen igual relación con el objeto
pedir que el patriotismo local se disuelva.
amado ; las hay que se refieren muy de cerca,
¿ Cómo puede llegar la patria a salir de los
mientras otras poseen una conexión más débil y
linderos concejiles, a dilatarse por la comarca y
lejana. Por eso la jerarquía impera en el amor
la región y a extenderse a la nacionalidad entera?
patrio, y sus círculos concéntricos se van dilatan-
Unicamente por la relación religiosa, la primera
do, desde la familia, al pueblo o municipio nativo,
de todas y la más extensa, porque abarca, con el
a la comarca, a la región, hasta llegar a la nación,
dogma, la moral y el culto, al hombre entero, en
y aun desbordarse a la raza histórica de que forma
su espíritu y en su cuerpo, individual y social-
parte y al continente y a la especie. Hay una es-
mente ; pues no hay un acto de la vida privada y
cala de amores y, por lo tanto, de patrias chicas y
de la pública que, ordenado, permitido o prohi-

[ 50 ] [ 51 ]

carlismo.es
E A O A T R A

bido, no caiga, lo mismo que el fin de• todas las presente la división de creencias produce la de
instituciones, bajo los dominios de su ley. Y sien- sentimientos y la de prácticas morales y normas
do la relación más grande y la que penetra las jurídicas. La separación de principios lleva con-
fundamentales del orden natural, las de familia, sigo la separación de instituciones. Así, después
de propiedad y de autoridad, es la más íntima, de la caída de la nación, se rompe el poder ma-
la que sirve de norma de la conciencia, que llega terial del Estado, que vive algún tiempo en la
hasta lo más hondo del corazón. No hay amor fuerza y concluye por desmoronarse en la anar-
como el amor religioso, ni odio como el odio a la quía. No hay unidad en el pasado, porque la
religión. Por eso, cuando el lazo religioso se rom- historia general y la particular de cada región con
pe, todos se quebrantan y no hay nada que sus- ella concorde es amada por unos y maldita por
tituya su unidad. En la familia quedan frente otros. No hay unidad en lo por venir, porque no
a frente, separadas por un abismo, dos almas puede hallar comunidad de esperanzas donde no
cuyas conciencias riñen. Desgárrase el munici- la hay de principios ni de recuerdos.
pio en bandos rivales, y región y nacionalidad Sin la unidad moral en ninguna parte y con
se parten en sectas, escuelas y partidos, que pe- la discordia en todas, nación y patria se extin-
lean entre sí y sólo se unen para atacar al pueblo guen. Sólo quedará el nombre aplicado a un pe-
fiel, a su doctrina religiosa. Es una guerra civil, dazo variable de mapa. Unidad de creencias y
no momentánea, sino sistemática y permanente, autoridad inmutable que la custodie, sólo eso
erigida en ley cuando la libertad de profesar constituye naciones y enciende patriotismos.
todas las creencias y, sobre todo, de atacar las re- El paganismo precristiano y el paganismo re-
ligiosas, se formula como un derecho. divivo de la revolución contemporánea confirman
Cuando ese momento llega, la patria muere experimentalmente esa verdad. El mundo paga-
y la nación sucumbe. No hay unidad ni en el pre- no, que por la separación religiosa y la escisión
sente, ni en lo pasado, ni en lo por venir. En lo social no alcanzó la nación, no llegó tampoco a

[ 52 ] [

carlismo.es
.......„,

1 D E A R 1 0 P A T 1 A
concebir la patria en su más amplio sentido. Las Una federación de dioses familiares, presididos
castas amuralladas de Oriente y de Egipto, con por los dioses comunes de la ciudad que tenían
orígenes diversos, creencias y sentimientos opues- también su culto propio, consagraba la patria
tos e intereses contrarios, no fundan más que grande, con ser tan pequeña, a que llegó el paga-
imperios tiránicos de razas superpuestas como las nismo de la -edad clásica. Lo que se conservaba
capas de las rocas estratificadas. Allí no hay na- del principio religioso, adulterado por la mitolo-
ción, porque no hay unidad de espíritu superior ; gía, era la base de esa patria. Hay que hacer el
ni patria, porque no hay amor a una unidad moral honor al paganismo antiguo de que, aun teniendo
que no existe. área tan reducida, jamás intentó secularizada
En Grecia y Roma la patria se encierra entre como el paganismo moderno.
los muros de la civitas, no pasa de los linderos Cuando Roma federó en torno de su espada
municipales, porque sólo en ellos esta la unidad a las ciudades del Lacio, y abarcó a Italia y ex-
religiosa de unos mismos dioses y un mismo culto, tendió sus muros y la majestad de su poder ce-
diferente del de las ciudades vecinas. Fustel de sáreo por el mundo, comprendiendo que no podía
Coulanges ha demostrado, con datos a los que no dilatar la patria tanto como la fuerza de su Esta-
han tenido que oponer nada ni Mommsen ni Carie, do y la gloria de sus legiones y la regla exterior
que la expatriación, el ostracismo, era, más que de su derecho, trató de juntar todas las patrias
un destierro, una excomunión, que privaba al locales en una tan grande como ella, y no encon-
proscripto del fuego y del agua lustral. Cada fa- tró mejor manera de hacerlo que juntar en el
milia tenía su patria en el hogar, por ser la tierra Panteón todos los dioses. Pero, como estaban
de los padres tierra sagrada, no en sentido meta- todos, menos Dios, se encontró con una suma de
fórico, sino real ; pues en ella moraban los dioses ídolos diversos que no podía dar por resultado un
domésticos, se encerraban los sepulcros de los dogma, una moral, un sacerdocio o un culto, es
antepasados y se levantaba el altar del sacrificio. decir, una unidad religiosa enlazadora de las con-

[ 54 [55 ]

carlismo.es
D E A 1 O P A T R 1 A

ciencias y que encendiese los corazones y los reu- potestad que la limite. Esa autonomía implica la
niese como ascuas sobre el ara de un mismo altar, negación de un orden religioso, moral y jurídico
para que levantasen al cielo la llama de un solo superior y obligatorio. Esta negación supone el
patriotismo. ateísmo ; porque, si no existe ese orden, el hombre
Muchedumbre de dioses, de creencias, de no tiene relaciones religiosas y morales con Dios ;
cultos y de ritos, produce muchedumbre de grupos y un hombre-efecto que no tiene relaciones con
sociales separados por las almas y que sólo puede Dios-causa es tan absurdo como un Dios-causa
unir la fuerza que oprime a los cuerpos. Politeís- que cree sin plan y arroje fuera del orden a la
mo y unidad social son cosas contradictorias. primera de las criaturas visibles, y que, siendo fin
El paganismo moderno, la reacción pagana, últimó, no le dé norma para que por el deber
que es la síntesis de la Revolución, como es un pa- pueda cumplirle.
ganismo por apostasía fraguado después de cono- El ateísmo incluye la negación de la vida fu-
cer a Jesucristo, va más allá que el gentílico que tura y la reducción de las aspiraciones humanas a
le ignoraba ; y por eso, no sólo mata la patria un fin puramente terrestre. Y, sin una perspectiva
grande que había creado la Iglesia, sino que di- eterna donde lean las almas su destino y la regla
suelve con su acción corrosiva la local y familiar. de sus acciones, ¿ qué unidad moral puede existir
Unidad de creencias bajo la custodia de una entre los hombres? No teniéndola arriba en un
autoridad religiosa independiente y superior a las orden superior que se niega, y delante en un des-
autoridades humanas, y libertad de profesar todas tino eterno que se rechaza, habrá que buscarla
las creencias o de no profesar ninguna, son pro- atrás, en la manifestación del todo único o en la
posiciones antitéticas. La libertad de todas las evolución de la materia ; pero, como la conciencia
creencias incluye la de atacar las opuestas y la de de la libertad se subleva contra las dos, no queda-
rechazar la autoridad religiosa, porque el que la rá más que un escepticismo soxnbrío, que es el
sostiene afirma su propia autonomía y no reconoce idiotismo por reflexión.

[ 56 ] [ 57 1

carlismo.es
D E A R 1 o P A T R 1 A

¿Cuál será la consecuencia moral ? Reducido vidia. Uná sociedad fundada sobre el egoísmo y
el destino temporal a la tierra, la vida presente se la envidia, si pudiese ser perpetua, haría inútil el
convierte en fin, y todo lo demás en medio. Pero, infierno.
como hay tantos fines como vidas y la tierra que Y si cada hombre sale al encuentro de otro
han de poseer no es más que una, cada vida tiene hombre armado con un interés contrario, y cada
su interés diferente en disfrutarla lo más posible, egoísmo tira de un hilo de la trama social, ¿qué
y únicamente estarán conformes en no sacrificar- ha de quedar más que el caos proclamando la ne-
se a nada ni a nadie, y en sacrificarse unos a cesidad de Dios con la ausencia del orden?
otros. Cada cual para sí y, siempre que pueda, En suma, el librepensamiento lleva a la nega-
contra los demás. La síntesis suprema de egoísmo, ción de un orden religioso y moral obligatorio ; la
ésa es la consecuencia moral. negación del orden, a la de Dios ; la negación de
La egolatría es la ética del ateísmo. No creer Dios, a la de la vida futura, y a la del hombre,
en la vida futura y ser altruista, es hacer profesión que no lo es si carece de libertad ; la negación de
de necio, porque es sacrificar el único bien, el un atributo del hombre que consta por el testimo-
presente, a la nada futura, que no tiene derecho nio de la conciencia y que en la práctica todos
a nada. reconocen, y la de la vida futura, al escepticismo
El egoísta es un criminal solitario que sólo por un lado, y a considerar a la vida presente
abandona su guarida para entrar a saco en la de como el supremo fin por otro, y las dos cosas a
los demás. Si se detiene, no' és que ceda; es que proclamar la monarquía absoluta del egoísmo in-
teme, o que calcula para dar mejor el asalto. Un dividual, es decir, la guerra interna y externa, de
egoísmo no se une con otros egoísmos más que individuo a individuo, de grupo a grupo, de todos
para combatir a otro mayor. Su estado natural es contra todos, en una palabra, la anarquía sin un
la guerra, pero guerra sombría, de emboscada, en resplandor de unidad que es la forma del gobierno
que la única vanguardia que se destaca es la en- del caos.

[ 58 ] [ 59 ]

carlismo.es
1 D E A R 1 o P A T R 1 A

¡ Escepticismo y egoísmo, duda e interés ! resuelto y enardecido al combate, y, al ver brillar


Quién será el taumaturgo que saque solidaridad ante sus ojos y ondear al viento el emblema de
moral y amor patrio de esas cisternas ? El patrio- la patria, podrá decirla con más gallardía que los
tismo es un sublime egoísmo colectivo que supone gladiadores de Roma : Los que van a morir te
el sacrificio de los individuales y, en ocasiones, saludan.
el de la vida. ¿ Y cómo va a exigirlo el que tiene Pero, si no hay ni lazo religioso ni moral igual-
que profesar como un dogma el sacrificarlo todo a mente reconocido ; si la cadena de la tradición ha
lo presente ? ¡ Soldado, ve a morir por la patria! sido rota, y la muchedumbre presente está des-
En vano se dirá : ¡ Soldado, ve a morir por la prendida de las generaciones pasadas ; y el tem-
patria ! Si la patria es una unidad religiosa y plo, el hogar y el sepulcro han quedado mudos,
moral que junta en íntima hermandad las almas, porque el egoísmo ha dispersado la familia y la
y ata con la divina lazada de la creencia y tra- impiedad ha arrancado la cruz de las tumbas y de
dición común la serie de las generaciones, y cubre los altares, no habrá voz unánime del pasado, que
con amor de madre bajo los pliegues de su manto se aborrece ; ni esperanzas comunes en la vida
a un pueblo que teje como una guirnalda su his- presente, ni en la futura, que se niega, y sólo se
toria para coronarla, entonces una voz augusta y oirá el clamoreo discorde de los partidos, los ru-
solemne como el clamor de una raza saldrá de los gidos de la miseria irritada, los aullidos de la
templos y de los hogares y de los sepulcros de impiedad y los lamentos fúnebres de los egoísmos
los antepasados gritando con el acento imperioso heridos en su concupiscencia ; y ¿ quién sacrificará
del deber y el dulce de un sentimiento maternal : entonces el bien actual a la nada, ni irá a la muer-
¡ Ven a morir por la patria !... ¡ Dios lo quiere ! te por una patria reducida a recuerdos históricos
Pro aris et foci s. Y el soldado, estrechando a los y a nombre abstracto que sirva de contraseña a
suyos, murmurando una plegaria y lanzando una un serrallo y a un presidio? Nadie ; cuando ese
última mirada a la cruz del santuario, se marchará momento llegue, podrá el Estado-fuerza, porque

[ 60 ] [ 61

carlismo.es
D E A R 1 0 A T R I A

ya no será el Estado-justicia, empujar las huestes dillado por un partido, otro a la espalda. Han
al combate para pelear por una sociedad com- sustituído la unidad interna e histórica de la pa-
puesta de opresores y oprimidos y acampada sobre tria con la unidad exterior de la fuerza del Esta-
los escombros de una historia ; pero, antes de li- do ; y esa fuerza, como no tiene base moral ni
brarse la batalla, sucederá inevitablemente una tradición que la arraigue, cuando logra ponerse
de estas dos cosas : o la descomposición social con en movimiento, además de llevar la discordia la-
la lucha de clases alcanza al ejército, declarán- tente en sí misma, se encuentra colocada entre
dose en huelga los obreros-soldados, que no quie- dos fuegos.
ren verter sangre por un Estado que no es el suyo, En vano se invocará entonces el patriotismo,
y que aborrecen ; o, gracias a los restos que toda- para contener la sublevación que estalla a la es-
.vía se conserven de la antigua patria, van a pelear palda como un golpe de retroceso de la derrota :
divididos acerca del pasado, del presente y del no existen los vínculos que constituían la patria !
porvenir y hasta de la autoridad que los manda, El poder que los invoca forma parte de la segur
llevando dentro el desastre con el germen de toda que los cortó.
indisciplina ; y entonces tendrán otro ejército a La sublevación puede ser de tres maneras : un
la retaguardia, la división de los partidos, que partido de salteadores políticos que aprovecha
estará en acecho de la derrota, para derrocar el cualquiera ocasión, aunque territorio y honor se
poder y poner una revolución en el centro de quebranten, para apoderarse del mando ; un par-
la unidad directiva, que sea el mejor aliado del tido social sin Dios y sin patria que utiliza el mo-
adversario. mento propicio para prender fuego a la sociedad,
Todos los Estados modernos se encuentran ya, después de saquearla, y quemar el orden mate-
con variaciones de grado, en esa situación. No rial, esperando que salga otro diferente de las
pueden mandar un ejército a la frontera sin el cenizas ; y un partido religioso, social y político,
temor de que al primer fracaso se subleve, acau- resto de la antigua patria, que quiera restaurarla

[ 62 [ 63

carlismo.es
1 D E A R 1 O P A T R 1 A

suprimiendo el poder enemigo, para que él no rá momentáneamente el luchar con otro colocado
suprima la esperanza de redimirla. en circunstancias semejantes ; pero, si la contien-
De estas tres sublevaciones que, con diferen- da se prolonga con alternativas de victorias y re-
cias de fuerza, existen latentes en los pueblos mo- veses, a los dos los espera la misma suerte. La
dernos, la primera, obra de la codicia política, es paz deshonrosa será causa que fomente la disolu-
la más corriente en el período que comienza des- ción, y el triunfo la tiranía del partido que se ad-
pués del combate entre la sociedad creyente y la judique la victoria ; y si no ardió la contienda in-
revolucionaria ; cuando la disolución avance, lo terior antes, arderá más tarde con los nuevos com-
será la segunda. La tercera sólo es posible, duran- bustibles hacinados, a los que no faltará más que
te el proceso del mal en que fermentan las ante- la chispa que salte de un choque de los partidos
riores, en los pueblos que no se han dejado robar para que se conviertan en hoguera y en incendio.
el tesoro de la unidad de creencias sin protesta La victoria, lo mismo que la derrota, son fuen-
sangrienta ; pero podrá reproducirse con brillo te de nuevas divisiones en los pueblos que han
que corone el triunfo y estallar donde parecía quebrantado su unidad histórica, porque no tienen
muerta, si el exceso de la descomposición social ya un mismo corazón para recibir las desgracias
despierta el instinto del orden y se sabe dirigirlo y las alegrías. La victoria es de partido y la derrota
para soldar la cadena rota de una historia y volver también, aunque la desventura alcanza a todos.
un pueblo a su asiento. Gloria y responsabilidad son objeto del litigio ; y
Núcleo tiranizado de la antigua patria, parti- lo que en otros tiempos ataba las almas, es un
dos que se reemplazan en el monopolio del Es- raudal de rencores. Sólo el odio reina, como e
tado, y sectas antisociales que tratan de volar las únicamente puede reinar, por medio del desorden,
reliquias del orden, todo eso queda detrás de un que es su ministro y el ejecutor de sus sentencias
ejército que se prepara a combatir, y él mismo de muerte.
lleva esa división dentro del pecho. Sólo le salva-

[ 65
[ 64 3
— Vol. IV 5
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA.
rita y hagan del pasado, del presente y del porve-
nir una variedad subordinada, tal es el concepto
de la patria, es decir, la antítesis.
Si se ponen límites religiosos, morales e his-
Si se quiere evitar el mal inquiriendo su ori-
tóricos en la expresión del pensamiento, la tesis
gen para extirparlo, se llegará necesariamente a liberal queda destruída.
esta proposición de que las demás son conclusio-
Si no hay unidad de creencias, ni de tradicio-
nes : la tesis liberal y el concepto de patria son
nes, ni de instituciones fundamentales, no habrá
absolutamente incompatibles. La hipocresía, la in- tampoco conciencia ni sentimiento de una unidad
consecuencia de un término o de los dos, podrá
que no existe. No existirá la unidad nacional y
colocarse entre ellos y asombrarse ; pero la lógica,
regional objetiva, ni la subjetiva que la conozca
que no guarda consideraciones más que a la ver-
y que la ame ; no habrá solidaridad actual ni
dad, pasa adelante y lo demuestra.
pretérita, y el presente y el pasado y el porvenir
El derecho de profesar las creencias más
no estarán enlazados por recuerdos, intereses y
opuestas, o de no profesar ninguna y manifestarlo
aspiraciones comunes. Habrá, en cambio, la con-
sin limitación religiosa, moral, ni histórica, por ciencia y el sentimiento de la diversidad sucesiva
lo menos en el orden especulativo y en la órbita
y de -la simultánea correlación a los antepasados
de la propaganda : tal es la tesis liberal, limpia de
y a los contemporáneos, oposición de juicios acer-.
las principales contradicciones eclécticas, aunque
ca de la historia, de la realidad presente y de la
no lo sea pequeña la de no autorizar la práctica
futura, es decir, todo lo contrario de la patria.
de la doctrina y convertir en hecho la idea.
• La libertad de profesar y manifestar las creen-
Conciencia y sentimiento de una unidad de
cias que se quieran o de no profesar ninguna, de
creencias y tradiciones e instituciones fundamen-
seguir o no seguir las tradiciones nacionales, y de
tales que establezcan solidaridad actual y preté-
aceptar o combatir instituciones sociales y políti-
[ 66 ]
[ 67

carlismo.es
E A O P A T R 1 A

cas, supone que no hay ninguna creencia, tradi- como una herencia social. Se funda en un doble
ción ni institución verdadera y obligatoria, puesto derecho : el que tienen los antepasados a la per-
que se eleva a principio la facultad de rechazar- petuidad de sus obras, y el de los venideros a que
las a todas. Pero, como no hay patria sin uni-. no se los despoje y desherede de un patrimonio
dad moral de creencias, tradiciones e institucio- que les corresponde. Entre esos derechos está el
nes que la reflejen, aceptadas y amadas, la fa- doble deber de la generación intermedia de respe-
cultad de rechazarlas y combatirlas es la facultad tar la obra de los ascendientes o no malbaratar el
de matar a la patria. Unidad espiritual e histórica caudal de los descendientes que la sustituyan en
de un lado y derecho a romperla de otro, no caben el hogar de la patria. Puede perfeccionar y acre-
en el mismo entendimiento sin hacerle antes sede centar la herencia con menos riquezas, pero no
del absurdo. No hay patria sin tradiciones. Una tiene derecho a disponer de lo que no es propie-
sociedad que se improvisa, no es patria, porque taria, gastando y destruyendo el patrimonio de
falta una historia común anterior. Puede suplirla sus sucesores. La autonomía individual de la razón
con unidad de creencias religiosas, pues la reli- emancipada, raíz del liberalismo, no admite nada
gión es la primera de la tradiciones y ya implica permanente que la limite. La soberanía inma-
una gran unidad moral que sirve de base para que nente que engendra, se funda en la voluntad co-
se formen otras tradiciones ; pero mientras no lectiva que renuevan y cambian sin cesar el naci-
existan y no haya una serie de generaciones con miento y la muerte sin contar con la propia velei-
unos mismos principios y unos mismos amores, dad de su capricho o del de sus directores. Decre-
no habrá patria. tar algo estable, permanente, indiscutible, sería
La tradición y el liberalismo son dos enemigos enajenar la libertad, mutilar la independencia,
irreconciliables. La tradición supone algo perma- cercenar la soberanía. Si no se reconoce el derecho
nente que se trasmite, un caudal de ideas e ins- de Dios a ligar con deberes religiosos la voluntad,
tituciones que pasan de unas generaciones a otras va a admitirse en la voluntad de las generació-

[ 68 1 [ 69

carlismo.es
1 D E A R 1 0

nes que ya no existen ? El liberalismo no admite sados, con el derecho a destruirlo y a edificarlo
nada permanente, más que el derecho a que no todo de nueva planta, forman la anarquía simul-
haya nada permanente. tánea.
Una generación o una parte que lleve su nom- Los dos vínculos de la patria, la tradición his-
bre tiene el derecho de hacer tabla rasa de la obra tórica y la unidad interna, no podían ser mejor
de las generaciones anteriores, como las siguien- negadas que oponiéndoles esas dos anarquías,
tes tienen el derecho de hacerlo con la suya. En que son su antítesis radical.
el curso de una historia es el derecho de la onda Es la razón que explica en la historia contem-
sobre el río y el de un anillo sobre una cadena de poránea esos hechos : dondequiera que penetra
siglos. Y ese derecho no está en cada generación el liberalismo se quebranta la tradición, pudiendo
sino porque antes está en cada individuo. Y si medirse los grados en que la tradición disminuye
cada generación puede destruir el edificio levan- por los que el liberalismo avanza ; — la supuesta
tado por las precedentes y construir otro que soberanía colectiva, que es siempre la de una
tengan derecho a derribar las que la sucedan ; y oligarquía de extensión variable, ha matado la
si cada individuo tiene la libertad inalienable de costumbre, que era savia de la patria, y la ver-
hacer lo mismo con la obra de los siglos y con la dadera soberanía popular, como fuente de dere-
de sus contemporáneos, ¿qué otra cosa son, tan cho, sustituyéndola con la reglamentación externa
absurdas prerrogativas; más que dos formas de del Estado ; las costumbres locales y genera-
la anarquía ? Las generaciones sin respeto a los les, no jurídicas, obra de siglos y residuo de razas
antepasados ni deberes con los venideros, arma- que caracterizaban al pueblo, poniendo un sello
das con el derecho absoluto al derribo hasta de la inconfundible hasta en sus lágrimas y en sus risas,
casa en que nacieran, forman la anarquía sucesi- en la manera de sentir las desgracias y los rego-
va; los individuos desligados entre sí porque no cijos, en las ceremonias fúnebres y en las fiestas
tienen lazos comunes con Dios ni con sus antepa- bulliciosas, desaparecen con la importación de

E 70 ] E. 711

carlismo.es
I D E A R 1 O P A R 1 A

prácticas extranjeras y la tiranía movible de la niega la vida popular en su germen o en su des-


moda, que, por su inconstancia, por su uniformi arrollo. Y como tiene derecho a existir y a mani-
dad; por su formación a priori y por el servilismo festarse, y sin ella no hay patria, y el Estado que
que impone con la sanción del ridículo, tan te- la extingue y la impide revelarse usurpa su pues-
mido entre los latinos como despreciado entre los to, la reemplaza con la suya, y se pone en el lugar
sajones y germanas, es la que mejor responde al que ocupaba la patria, señal de que ya no está
capricho tiránico de los poderes uniformistas y ahí. Así tenía que suceder, porque las constitucio-
amovibles de las poliarquías parlamentarias que nes uniformistas y extensas fabricadas a priori,
van haciendo, con leyes traducidas, cada vez más conforme a planos ideales y prescindiendo de la
borrosa la fisonomía del pueblo. realidad histórica, eran la negación de las tradi-
He aquí un hecho incontrovertible, corolario de ciones nacionales, de las constituciones internas
los anteriores : en el municipio, en la comarca, en de los pueblos ; y como toda la organización social
la región, en la nación, van desapareciendo las administrativa, económica y política debía ser
costumbres antiguas y no se forman otras nuevas modelada por ellas, la negación de los caracteres
originales. En vano se trata de suplir el vacío que y atributos esenciales del conjunto debía descen-
dejan con copias exóticas superpuestas artificial- der a las partes hasta limar sus perfiles y conver-
mente, porque de la realidad presente surge este tirlas en granos simétricos de arena que levante el
imperioso dilema : o las actitudes y necesidades simoun, el huracán de las revoluciones, o aplaste
diversas existen, o han sido suprimidas. En el y triture, haciéndolas polvo y lodo, la pirámide
primer caso deben existir las costumbres, puesto férrea del Estado.
que persiste la causa ; en el segundo, la causa de La unidad espiritual, atando a los hombres in-
la necesidad y de la originalidad ha muerto ; y de tériormente y por lo más íntimo, la conciencia y
las dos maneras, o porque se ha extirpado la raíz, el corazón, como los tenía sujetos al orden en lo
o porque no se permite que crezca el tallo, se esencial, servía de base intangible a toda variedad

[ 72 1 [ 73

carlismo.es
..............

I D E A R1 0 P A A

original y fecunda, y aflojaba los lazos externos y se extingue en la originalidad lo aumentan la


del poder sin temor de que la sociedad se disgre- igualdad y la monotonía.
gase, la nación tuviese eclipses y la patria des- Las clases directoras, como más en contacto
mayos. con las extrañas, son las primeras que olvidan los
La autonomía individual, rompiendo la trama rasgos salientes de su carácter y las notas distinti-
de la sociedad, divorciando las conciencias con vas de sus hábitos, para vaciarlos en moldes ex-
creencias opuestas y los corazones con sentimien- tranjeros y recibir de fuera hasta el modo de vivir.
tos rivales, como aniquila la unidad esencial que Las dirigidas, siguiendo su ejemplo, se despojan
sirve de lazo interior, exige como compensación de todo lo típico que las distingue ; y la ley com-
que se suprima la variedad y se aprieten los lazos pleta la obra suicida, arrojando la masa informe
externos, para que el todo no se deshaga y las en receptáculos administrativos dispuestos con la
partes no se dispersen. La unidad interior y la fúnebre regularidad de los nichos de un cemente-
exterior están en razón inversa. Cuanto más fuer- rio para encerrar en ellos esas momias de pueblos.
te es el vínculo interior, más flojo es el exterior ; Cuando la moda es la única costumbre, todas
cuanto más fuerte es el externo, más débil es el las clases son vulgo. Las tres necesidades físicas
interno. A mayor unidad en las conciencias, ma- primarias del hombre, el alimento, la habitación
yor descentralización en la sociedad ; a mayor y el vestido, serán reguladas con espantosa sime-
separación, centralismo mayor. tría, y se concluirá por educarse y pensar y escri-
Tal es la ley sociológica e histórica que explica bir de la misma manera, y hasta por hablar con
por qué todo lo que disminuye el ser de la nación frases hechas y con vocablos de uso periódico
y de la patria lo aumenta la sustancia del Estado, sujetos a las mismas alternativas que la forma de
por qué todo lo que pierden las tradiciones y las los trajes, como si, en vez de un pueblo de seres
costumbres lo ganan las constituciones escritas y racionales, se tratase de una colección de monos
las leyes; todo lo que se cercena en la variedad amaestrados.

[ 74 ] [ 75 ]

carlismo.es
D E A RI o A
¿En dónde estará ya la autonomía individual uniformismo, poniendo en la comunidad el capi-
y el pensamiento libre ? Exteriormente nadie podrá tal y encerrando a la sociedad en el Estado omni-
reconocerla, porque hasta las blasfemias serán la potente como en un inmenso cuartel. Y como to-
repetición de las mismas inepcias, los atentados davía habrá la diferencia entre el obrero y el fun-
contra el orden social estarán sujetos a reglamento cionario, el anarquismo, juntando en una síntesis
y a compás ; interiormente sí, en la unidad reli- selvática la autonomía individual que todo lo di-
giosa deshecha y en la ley moral ausente, y, suelve por un lado y el uniformismo que mide la
como consecuencia, en el uniformismo avasalla- vida con un metro por otro, proclamará la libertad
dor, al que sólo le falta un apartamiento más del polvo y la igualdad del átomo suelto que atrae
grande de la influencia católica y de la obra de o repele a los demás idénticos en tamaño.
la Historia, que a pesar suyo perduran, para redu- Así el liberalismo más lógico, en sus dos for-
cir a Europa a una simple expresión geográfica, m s radicales, la autoritaria y la anárquica, aban-
a
cuya unidad habrá que buscar en la indumentaria donando las amalgamas de los partidos doctrina-
y en la cocina. rios, empeñados en casar por medio de intereses
Pero ese uniformismo de pueblos tirados a bastardos el régimen cristiano y el revolucionario,
cordel tiene un obstáculo : la• desigualdad de for- ha sacado la consecuencia, declarando franca-
tunas, el terrible paralelismo de la miseria y la mente en sus programas que niega a la patria.
opulencia, que establece una jerarquía de medios No quiere fronteras, es cosmopolita ; y la secta en
y poderes que rompe la línea recta de la igualdad donde brotaron las dos ramas antes de separarse,
de nivel. se llamaba, para indicarlo, la Internacional.
Y, para suprimirla, llegan, evocadas por la Por eso a la negación de la unidad de creen-
lógica de la razón emancipada de toda norma su- cias en nombre de la libertad de combatirlas, y al
perior, y de la ley externa hecha en nombre de quebrantamiento de las tradiciones en nombre de
los más, las huestes socialistas a completar el la autonomía de la razón que rechaza lo perma-

[ 70 ] [ 77 ]

carlismo.es
1 D E A R 1 0

nente, tenía que corresponder la conclusión lógi- Gloria que parece el arco de triunfo que en los
ca del anarquismo, que ya había formulado Feuer- albores del siglo mi levantaron la fe y el arte
bach, el enemigo de Dios, en esta bárbara sen- para que pasaran los cruzados de las Navas de
tencia: «Nosotros hacemos la guerra a toda idea Tolosa.
de religión, de nación, de patria y de patrio- Y lo he sentido aún más vivamente en las ori-
tismo». llas del Tajo, en aquellos Jerónimos de Belén, or-
lados con las cuerdas de los panios y la esfera
armilar que simboliza los grandes descubrimien-
tos de un raudal de nuestra raza ; lo he sentido en
el castillo de Cintra, viendo sobre las ondas res-
APOTEOSIS DE LA PATRIA plandecientes del mar dibujarse la sombra de
Vasco de Gama, como en las orillas de Mondego
Pero ¿ qué había de haber en mis palabras ni evocando la sombra de Camoens ; lo he sentido,
sombra ni penumbra de vida para el amor de esta en todos esos pueblos lusitanos ; y también ha
patria ? ¿Quién habrá sentido más hondamente vibrado ardientemente ante esos monumentos ad-
que yo el amor a España ? ¿Quién habrá sentido mirables destruídos por la Revolución, ante esas
más hondamente que yo el amor a la patria, que maravillas artísticas que habían levantado en Ca-
no se circunscribe a esos límites que trazan los taluña generaciones creyentes, San Juan de las
: hombres? Yo he sentido hondamente el amor a la Abadesas, San Cugat del Vallés, Santas Creus y
patria en aquella gruta de Auseva de Covadon- Ripoll y Poblet ; allí donde duermen aquellos pa-
ga, que fué lo primero que vieron mis ojos ; yo lo ladines gloriosos de la patria, que no lucharon por
he sentido cuando despertaba mi inteligencia y Cataluña solamente, sino por toda la nación es-
se formaba mi corazón bajo las 'bóvedas de la pañola, con la cabeza reclinada sobre el almoha-
Basílica compostelana, bajo aquel Pórtico de la dón de piedra, con el lebrel al pie y la cruz de la

[ 78 j [ 79

carlismo.es
I D E A 0 A A
espada estrechada contra el pecho por las manos
yertas ; y al contemplarlos, yo sentía entonces no III
tener sobre mi frente el sello divino para levantar
LA BANDERA ESPAÑOLA
su losa sepulcral, y, como Ezequiel, vaticinar so-
bre sus huesos, para que se levantaran vestidos de La bandera que ostentan hoy como enseña
carne viva, e infundirles su propia alma, porque común de glorias y amores todas las regiones, la
de seguro que de sus labios, como de los de aque- que simboliza como una gran unidad espiritual
llos paladines que duermen allá bajo las arcadas a España, es, en su representación heráldica, re-
del Monasterio de Batalha y de los Jerónimos de ciente ; pero, en su representación moral e histó-
Belén y en el Claustro del Silencio de Coimbra, rica, puede decirse que se despliega al viento cuan-
saldría, brotada del fondo de su corazón, la expre- do brota en los pueblos peninsulares, como un
sión de un sentimiento unánime más dilatado que sentimiento unánime, la noción de la patria.
los límites de los Estados que ellos engrandecie- La bandera roja y amarilla fué declarada sím-
ron, el amor a esta España, grande y caballeres- bolo de la nación por Carlos III, que la había
ca, que nosotros tenemos la obligación de res- traído de Nápoles, a donde la llevó, orlada por
taurar y no denigrar, falsificándola (Muy bien, el laurel de la victoria, Alfonso V el Magnánimo.
muy bien). Al federarse, en el siglo xiv Cataluña y Aragón,
,

(Del discurso pronunciado en pasó al trono levantado en Sobrarbe, y de él la


el Congreso de los Diputados
el día 3 de marzo de 1906). recibimos todos después de la conquista de Italia.
La bandera de Castilla es roja, como la de
Navarra ; la de León blanca, como la de Asturias
y Vizcaya, y blanca y azul la de Galicia. La ge-
neral de España es roja como las barras de Cata-
luña y amarilla como el campo en que están gra-

( 80 I [ 81 ]

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA—Vol. IV 6
1 E A R I 0 P A T R 1 A
badas. Así resulta que la bandera común de Es- dor, y juntarse en las Navas primero, y reunirse,
paña y la de Cataluña, de donde está tomada, son por último, definitivamente en la vega de Gra-
una misma cosa. La más antigua representación nada, para desbordarse al fin, por el atrio de la
gráfica de la bandera catalana que se conserva en Rábida, al pórtico del. Nuevo Mundo, hasta marcar
Barcelona, es la de una nave de la ciudad condal, en el Océano la estela de las carabelas de Colón,
es la de una nave del siglo xiv, en cuyos mástiles y en el Pacífico la de la Victoria de Magallanes y
aparece ondeando la bandera gualda y roja que Elcano.
hoy sirve de dosel a España. Cuando llega esa plenitud de los tiempos, y
La representación moral e histórica expresada España, con una unidad espiritual que asocia las
en las banderas regionales y en la que, por de- almas, con una fe ardiente y un sentimiento enér-
cirlo así, las concreta todas, es tan antigua como gico y unánime, se levanta en la Historia, todo se
la patria común. inclina ante su cetro. Descubre a América y los
Después de los seis siglos que estuvimos de- Archipiélagos del Pacífico, circunda la tierra con
bajo del manto de Roma y de las tres centurias las cuerdas de sus naves, convierte el Mediterrá-
en que dominó la Península el caudillaje germá- neo en un lago español, sombrea a Europa con
nico, cuando la corona gótica rodó por los cam- el manto de sus reyes, y en los pantanos de Flan-
pos de Jerez y el vencido en Guadalete fué a mo- des, en las cumbres de los Apeninos, de los Alpes,
rir cerca del Tormes, la Reconquista empieza casi de los Pirineos y de los Andes, solo brilla al sol
a un tiempo, con torrentes que brotan de las su estandarte triunfante.
montañas con ímpetu avasallador, saltando espu- I Edad gloriosa aquella que una generación
mosos y rugientes de la grieta del Auseba, de las mísera, que no puede encerrar en la estrechez de
vertientes de la Borunda, de San Juan de la Peña su pupila la magnitud de su grandeza, ha apelli-
y de la Marca Hispánica, para llegar hasta el Tajo dado leyenda
y el Ebro, con Alfonso VI y Alfonso el Batalla- La diferencia de los tiempos está marcada con

[ 82 I [ 83 ]

carlismo.es
I D E A R I O P A T R 1 A
sólo pensar que entonces Europa se españolizó y tica que no es más que un tejido de injurias y
ahora quiere europeizarse España. mentiras fraguadas por los enemigos de España
Ningún pueblo se ha levantado de su postra- que han exhalado sus gritos de vencidos en forma
ción maldiciendo los días le. janos y grandes de su de calumnias, y que algunos han tomado como
historia. Renegar de la tradición, que es la conti- una historia auténtica, se levantara una cátedra
nuidad de la vida social, es renunciar al derecho de glorias nacionales y regionales en todos los
de que las generaciones venideras respeten la obra cuarteles y en todos los hogares, la admiración a
de la que se amotina contra la que realizaron las la madre volvería a encender el amor, y, con el
precedentes. amor, el propósito firme de levantarla, de las mí-
En los tristes días de la decadencia, hay que seras pajas en que llora desfallecida, al trono de
alzar los ojos hacia esos dechados de grandeza, grandeza que perdió por nuestras culpas.
para que puedan acostumbrarse a mirar, al través Si fueran familiares para todos los españoles
de la niebla de lo desconocido, lo por venir. los hechos de Cortés, de Pizarro, de Almagro, de
Mientras el corazón continúe siendo el primer Orellana, de Soto, de Ponce de León, de Alonso
instrumento de combate, el patriotismo será el de Ojeda, de Magallanes, de Elcano, de Vasco
motor de los Ejércitos, la electricidad que los haga de Gama y de Alburquerque y Juan de Castro ;
vibrar como la hoja de una espada que saque, al si se refiriesen las hazañas de Don Jaime el Con-
chocar con las armaduras enemigas, centellas de quistador, de Pedro III y de Lauria, y, al lado de
gloria. Y no hay patriotismo sin amor a la historia los capitanes de Granada, brillasen en la memo-
de la raza, a la biografía de la madre dispersa en ria popular con Gonzalo de Córdoba, y Pescara,
los episodios regionales y junta en el corazón en y Leiva, y Navarro, y el gran Duque de Alba, y
que todos convergen como en el nudo central de Farnesio, y Requesens, y Don Juan de Austria, y
una epopeya. el Marqués de Spínola, al ver pasar la bandera
Si, en vez de dar crédito a una historia fantás- roja y amarilla de las gloriosas barras, el recuerdo

[ 84 ] [ 85 I
carlismo.es
1 D E A R I 0 P A T R 1 A

de Trafalgar borraría el de Cavite, y el de Le-


panto el de Santiago de Cuba ; y los soldados de
los nuevos tercios, sintiendo atrás el clamor que IV
sale de los sepulcros de los héroes y de los márti-
res, devorados por la sed de gloria subirían otra
vez sin fatigarse la agreste pendiente de la mon-
taña y llegarían a la cumbre, donde el laurel ex- Ah, señores ! Cuando yo veo que hasta, en
tiende sus ramas de perenne verdor sobre la fren- nombre de la tolerancia religiosa, se nos echa en
te de los vencedores. cara, por los patriarcas fósiles de un federalismo
España no sucumbirá ; porque, cuando la raza estéril e infecundo, que no hemos tolerado al lado
latina, después de pasar por la prueba caldaria de la imagen de Cristo a los sacrificadores de
de una catástrofe social, se levante, tiene la misión víctimas humanas en América, que hemos sido
altísima de ser su Covadonga. Pero, si la torpeza infames en América, porque hemos derribado los
continuada de los políticos que prepararon la ca- ídolos, y porque hemos implantado allí la civili-
tástrofe y que, en vez de reducirla a un epílogo, la zación cristiana ; cuando esto se aplaude, I ah !,
han convertido en un prólogo, llegase a ser tan entonces esta alma mía, en que no ha penetrado
grande que, rotas las tradiciones y disgregados los nunca una ráfaga triste de pensamiento, siente
elementos sociales, la discordia lo abrasase todo, que un vacío inmenso la rodea, y, para que pueda
sobre la pira encendida y el humo de los escom- palpitar mi corazón, necesito volver la vista al
bros, como la última llama de un hogar que se Calvario, y ver reproducido, al través de los si-
extingue, roja y amarilla brillaría aún la bandera glos, el cuadro que ofrecen los sayones de todas
de la Madre España. las épocas, maldiciendo al Redentor (Aplausos
(Del discurso pronunciado en el delirantes).
Círculo del Ejército y Armada, de No se puede ver con calma, no se puede to-
Barcelona, el 8 de junio de 1921).

[ 86 1 87 I
carlismo.es
lerar, que los verdugos de ahora insulten e injurien ron por la espalda. Pero ¿ cómo cayó ? Cayó en
a la España de antes : la grande, la gloriosa, la Rocroy, con el sublime tercio de sangre del Conde
ilustre, la que ejercía, cuando nuestros principios de Villalba ; cayó en Montesclaros, gloriosamente,
imperaban, una hegemonía tal, en todos los ór- con los intrépidos escuadrones del Marqués de
denes de la vida, que puede decirse que, exten- Caracena, dejando en el campo cuatro mil hom-
diendo un día sus brazos, teniendo en una mano bres, pero causando otros tantos al enemigo, su-
la cruz y en la otra la espada, abarcó entre ellos perior, y sacando intactos los restos del Ejército ;
al planeta ; e hizo más, hizo que, al estrecharle cayó con aquel Don Juan de Austria, que, si no
contra su corazón, las palpitaciones de España era tan grande como el de Lepanto, era harto más
fueran el péndulo regulador de todos sus movi- grande que todos los caudillos liberales ; que, des-
mientos sociales (Estrepitosos aplausos). pués de perder el segundo caballo en la contienda
Después de sacar un mundo de las espumas y de pelear solo en las avanzadas con una pica en
de los mares y de haber completado el planeta y la mano, vió a sus plantas ciento cinco títulos de
coronado los Andes con su bandera y pasearla Castilla y ocho mil soldados muertos en poco más
triunfante por los pantanos de Flandes y las ver- de una hora de combate, pero dejando el enemi-
tientes de los Apeninos, y desde las márgenes del go, excesivamente superior y auxiliado por la
Sena hasta el golfo de Corinto, y de haber sido mejor infantería inglesa, más de cinco mil cadá-
la amazona de la raza latina, esta España gloriosa veres al pie de las colinas de Estremoz. Así cayó
cayó cuando — agobiada de los laureles y con el aquella España a quien ahora se insulta. Com-
peso de una corona que circundaba la tierra, des- parad, señores, a Rocroy, a Montesclaros y Es-
fallecido el brazo, pero no el espíritu, después de tremoz con Cavite, Santiago y Manila (Grandes
tantos combates contra la barbarie germana y sa- aplausos).
jona — quedó sola entre los pueblos latinos que la ¿Hemos de tolerar, después de esto, que se
abandonaron cobardemente, cuando no la hirie- nos diga a todas horas — podéis leerlo en las co-

[ 88 I [ 89

carlismo.es
A

lumnas de la prensa ministerial y aun en la de tiene energías. ¡ Ah, señores !, ciertamente que
todos los matices liberales : No penséis más en si a la raza hubiera que mirarla y hubiese que
nada ,que parezca expansión territorial, ,apartad juzgarla al través de los partidos y de los gober-
los ojos de Marruecos, no miréis al otro lado del nantes que padecemos, verdad que seríamos, a
Estrecho, no miréis para nada a América? los ojos del mundo entero, no decadentes, sino
Reduzcámonos, dicen, a los límites más estre- degradados, ineptos e incapaces ya, no sólo de
chos, no pensemos en nada que parezca locu- toda energía y de toda resolución heroica, sino
ras, nada de quijotismo. No parece sino que faé ni aun de comprenderlas y admirarlas (Muy bien,
Don Quijote el que los ha perdido. ¿Quién ha muy bien).
visto a Don Quijote en todas estas últimas cam-
pañas políticas y militares, si tal nombre puede
dárselas? Todos hemos visto a Sancho, a lo más,
en las alturas políticas y guerreras, y al rucio y al Cayó, casi sin combatir, la noble España ; y
Rocinante ; pero Don Quijote no ha aparecido aquí, donde en otro tiempo teníamos como de re-
por ninguna parte (Risas y aplausos). serva a las mujeres cuando faltaba, la idea de que
Pues bien, señores, nada de expansión territo- combatían los hombres, parece, señores, que todo
rial, nada de tener un pensamiento más allá de ello ha cambiado y que es otro pueblo diferente
las fronteras ; reduzcámonos a vegetar, a vivir hu- el pueblo que ha combatido. ¡ Ah ! todavía en
mildemente, devorando en silencio el vilipendio, 1808, en los comienzos de este siglo, bajo aque-
sin pensar en el, desquite de un mañana ; no ten- , llos monarcas 'que, al declinar la pasada centuria,
gamos un ideal que pueda engendrar el entusias- ya no representaban nuestros principios ni nues-
mo del pueblo español y que desmienta la teoría tras doctrinas, pero que aun así no se puede negar
forjada para cohonestar la deshonra después de que, comparados con los presentes, tenían una
la catástrofe, la de que la raza ha decaído y no grandeza indudable ; aun entonces se pudo formar

[ 90 [ 91 ]

carlismo.es
D E A O P A T R 1 A

aquel pueblo de 1808, que peleó desde Bailén queda aquí — y con esto me anticipo a otra proba-
hasta la llanada de Vitoria, y todavía conmueve ble interrupción —, con todo el vigor de la raza y
el corazón aquel rasgo verdaderamente heroico conservando sus virtudes históricas, el verdade-
y glorioso de los soldados del Marqués de la Ro- ro, el único pueblo español, aquel que no insulta
mana que, prisioneros de 75.000 hombres de Ber- a la madre, sino que se enorgullece de ella ; aquel
nardote en Dinamarca, reciben casi milagrosa- que no trata de buscar alguna página en su vida
mente un emisario que les lleva la noticia del para mancharla y denigrarla con una afrenta ;
2 de mayo y las órdenes de las Juntas de que han aquel que la invoca en los combates, aquel que
sido vendidos y traicionados por Napoleón; y no se siente amedrentado con sus tristezas, sino
entonces el general da las órdenes en el silencio que ve en ella un nuevo aliciente para combatir
de la noche, y, con marchas que asombran por y luchar (Bien, bien). Y nosotros probaremos
lo prodigiosas, los batallones españoles van reu- —puesto que de pruebas históricas se trata, y prue-
niéndose, toman la fortaleza y la isla de jouvel- bas históricas hemos dado y las daremos en lo
land, desarman la guarnición, y allí, a la luz del futuro, y en un futuro que deseo no sea lejano—
día, con la rodilla en la tierra y las banderas de que aquel león español que en otros tiempos hacía
los regimientos desplegadas, juran morir por Dios, estremecer a Europa con sus rugidos, y que ahora,
por la Patria y por el Rey (Grandes aplausos). después que ha caído aprisionado por lo s moder-
Hoy, ¿ dónde están esas grandezas ? (Una VOZ: nos partidos, más parece un borrego que un león ;
Aquí entre nosotros). ¿ No es verdad que todo eso nosotros, que sabemos por qué sobre él ha podido
parece que ya ha pasado y que desde 1808 acá estampar su grosera pezuña el yanqui, podremos,
hay tres siglos de distancia ? Así sería, y respondo con la fuerza que aun nos queda en nuestros bra-
a esa interrupción, si fuésemos, como decía antes, zos, romper aquella diadema que a manera de
a mirar a la raza española al través de sus poderes esposas se le ha puesto en sus garras, para que
oficiales y de sus instituciones políticas ; pero vuelva a levantarse ; y entonces, asiéndole de las

[ 92 ] [ 93 ]

carlismo.es
IDEARIO P A T R I A

melenas y, si es preciso, azotándole con las espa- para una nación como España ! En todas partes
das, le volveremos a lanzar al combate, para que — por un sentimiento del honor más arraigado en
no sea objeto de ludibrio y del escarnio de las los hombres, puesto que ha servido de límite a sus
naciones modernas (Grandes aplausos). ideas deletéreas —, en todas partes donde imperó
Ya sé que contra nosotros, juntamente con las la Revolución, ha solido haber patriotas, circuns-
injurias a un pasado de glorias y grandezas, se tanciales al menos, y hasta se han producido es-
levanta también un grito que estuvo de moda en tadistas y .caudillos ; sólo en España ha sido tan
otro tiempo, resucitado por una democracia fósil estéril la Revolución, que no ha sabido engendrar
que debiera ya estar guardada en las vitrinas de ni un gobernante ni un caudillo, no ha dado una
un museo de arqueología histórica (Risas); ya página de gloria a la patria ; no ha dejado más que
sé que contra nosotros y como entonando el ruina moral, miseria, ignominia y ruina material,
himno de Riego — porque es el himno que de- aquello que, hace un momento, en hermosos ver-
biera ser la marcha, no del Nuncio, como se le sos se cantaba aquí; no ha producido más que
llamó en otra época, sino de otras cosas : que al abrojos, en una tierra obscurecida por la nube
fin es himno que conmemora a un traidor y a una donde se han condensado los vapores de las lá-
traición que es el comienzo del terrible catálogo grimas y de las vergüenzas (Muy bien). Esa es
de nuestras pérdidas coloniales, que se ha termi- su historia. En vano sus adeptos se levantarán a
nado en la hora presente ; — yo ya sé que se nos insultar al pasado, en vano se levantarán a escar-
dice : Sois la reacción, sois el pasado, sois el ca- necerle, aunque llegue su audacia hasta el punto
dáver de la Edad Media que sacude sus vestiduras de que los ateos de fines del siglo xix quieran dar
y se incorpora sobre la lápida de su sepulcro y lecciones de Religión a Felipe II y a Carlos V.
quiere venir a perturbar las conquistas de la Edad
Moderna.
¡ Ah, señores ! ¡ qué conquistas, sobre todo

94 r 95 1
carlismo.es
D A R I P A T R A
Nosotros queremos esa Iglesia independiente cobijar al lado del ara y arrodillamo s sobre los
y libre del yugo del Estado, que lleve delante sepulcros de nuestros antepasados, y no se escar-
como escudo glorioso el pectoral del Obispo ; que nece la Cruz de Cristo levantada sobre el Altar,
nos acaudille, como en las Navas, al lado, de la débese a estos voluntarios carlistas que, con la
Monarquía, pero que no se quede detrás a decir- espada en la mano, han estado a la puerta del
nos, como pretenden los partidos doctrinarios, santuario impidiendo que la ola sacrílega de la
que no toquemos a las Instituciones, porque en- Revolución llegara a salpicarle con su lodo (Muy
tonces sufre merma la fe del pueblo fiel ; el cual, bien. Grandes aplausos).
cuando vuelva al combate y se dirija a las trin-
(De un brindis pronuncia-
cheras enemigas, cuando quiera coronar la ciu- do en los Viveros de la
dadela revolucionaria y subir a las almenas, no Villa, el 6 de abril de 1899).
debe tropezar con una mano, que debiera prote-
gerle y ampararle, y que procure asirle de las ves-
tiduras y le diga, en nombre de no sé qué paz
ignominiosa que no es la que definía San Agustín
como la tranquilidad del orden completo, que no
toque a este orden puramente externo, material,
miserable, dentro del cual viven y se agitan todas
las abominaciones de las ciudades de Pentápolis
(Frenéticos aplausos).
Sí; es el catolicismo que nosotros profesamos
ardientemente, hasta el martirio ; y si todavía en
España se congregan las muchedumbres bajo las
bóvedas de los templos, si todavía nos podemos

[ 96 1 [ 97 ]

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA Vol. IV 7
PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO

carlismo.es
PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO

AVE, CÉSAR

Otra vez la palabra apostólica del ilustre Obis-


po de Tuy desciende como un resplandor del cielo
a esta atmósfera corrompida de la Bizancio par-
lamentaria, teniendo el alto honor de concitar
contra sí todas las iras sublevadas contra Cristo.
El báculo del apóstol, lanzado gallardamente
en medio de la arena del combate, tiene el privi-
legio, sólo reservado a la verdad, de dividir a los
luchadores en dos bandos, haciendo, como decía
Donoso, que vayan hacia oriente las palomas y
hacia el occidente las arpías.
Su figura se agranda, sirviendo de contraste
a pequeñez de sus adversarios.
Todas las plumas del ejército de la impiedad

carlismo.es
D E PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO
se levantan para herirle ; pero, cuando la pasión
moren de la muchedumbre sanguinaria que salu-
estalla y la furia se disipa, se cree tener ante los da al gladiador próximo a ser devorado por las
ojos absortos el cuadro de las lanzas, irguiéndose fieras ; pero, cuando se mira atentamente el con-
en el fondo, con el relieve que da la victoria, el junto, el ánimo se regocija observando que no se
Prelado insigne sonriente como Espínola y te- trata más que de una bandada de urracas que
niendo, como él la mano sobre el hombro de los emprende el vuelo hacia las copas de los árboles,
vencidos, que, abrumados por la derrota, inclinan porque ha escuchado el tiro del cazador en el
la cabeza y doblan la rodilla. linde de la heredad que devastaba.
En vano la serpiente del anticlericalismo o,
hablando sin los eufemismos que la hipocresía de ¿Qué ha hecho el insigne Obispo de Tuy para
la secta reclama, del anticatolicismo, hace ondu- que el antiguo grito de la turba acaudillada por
lar todos sus anillos y se estremece desde la cabe- los fariseos — que no se contenta con la flagela-
za radical hasta la cola doctrinaria, dispuesta a ción de la prensa — exprese su saña por las voces
enroscarse al cuerpo del Obispo, obligándole a más audaces, repitiendo : «I Crucifícale, cruci-
exhalar el grito impotente de Laocoonte ; porque fícale !» ?
le basta levantar, como los mártires, los brazos • Pues el Obispo de Tuy no sólo se ha levan-
alcieopnrsuzmoeldivnMas- tado, constreñido por su deber de sucesor de los
tro invocando su nombre, para que la serpiente apóstoles, a defender los derechos del matrimonio
caiga desmayada en el suelo y se retire silbando canónico, uno de los sacramentos de la Iglesia,
a sus antros. sino a sostener la misma ley civil contra los mi-
Al leer la prensa liberal y ver en cada linea nistros que la niegan.
asomar la cabeza a la blasfemia o a la injuria, Sí, sí ; contra los ministros que la conculcan ;
cuando no salen las dos juntas, se cree estar en porque, si una prensa que hoy dice sí, mañana no,
las gradas del anfiteatro del César oyendo el cla- y al día siguiente qué sé yo, cuando no sostiene

[ 102 1
[ 103 ]
carlismo.es
D E A R I O PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO
la afirmación, la negación y la duda en un mismo nistro niega ; donde el ministro niega, el Código
número y acerca de una misma cosa, no hubiese afirma.
acabado con el criterio de una parte de los espa- Están enfrente, de un lado una real orden, y
ñoles para dejarles más libre el pensamiento, re- de otro un Código civil, y detrás de la real orden
cobraría la realidad su imperio, y, por encima del un ministro, y detrás del Código el Poder legisla-
clamoreo de los bandos políticos y que resuelven tivo entero, tal como hoy está constituído : un
con los pulmones los problemas, brillaría como Parlamento que le discutió y votó, un monarca
un axioma esta proposición que ahora suena a que le sancionó y un ministro que dió el re-
paradoja : El Obispo de Tuy defiende la potestad frendo.
civil, y el ministro de Gracia y Justicia la niega. ¿ Puede una real orden derogar un Código ci-
El Código civil, hecho en Cortes y con la san- vil ? No ya un decreto, una real orden que ni
ción real, reconoce para los católicos una sola siquiera lleva la firma real en el preámbulo, que-
forma de matrimonio, el canónico, el que es con- riendo pasar por interpretación auténtica, ¿ puede
trato natural elevado a Sacramento, y para los variar una ley fundamental hecha en Cortes y con
disidentes el civil. la sanción de la Corona ?
Un ministro, es decir, un miembro del Poder ¿ Hay, entre todos esos defensores de la in-
ejecutivo, define, en el preámbulo de una real tegridad, la superioridad, la uniformidad y aplas-
orden, que donde el Código civil dice que los ca- tibilidad de la potestad civil, quien se atreva a
tólicos deben, ha de ponerse que los católicos contestar afirmativamente ? Si hay alguno, que
pueden; y que, donde establece la separación y lo diga, que tenemos vivos deseos de observar
la preeminencia del matrimonio canónico sobre el aspecto que presenta un visir otomano, lle-
el civil, debe decretarse la igualdad. vando sobre el turbante el histórico morrión, que
La tesis del ministro es la destrucción de la ya en tiempos del P. Cobos servía de cubierta a
tesis del Código. Donde el Código afirma, el mi- un cero.

[ 104 [ 105

carlismo.es
D E A R I 0 PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO

No hay razón alguna para que una real orden en el señorío de Vizcaya, en las monarquías ara-
derogue un artículo de un Código, y en lo más gonesa, leonesa, lusitana, navarra y castella-
fundamental, y otra no pueda hacer lo mismo, na, se estableció este principio, que, con distinta
llegándose así a esta conclusión, una vez genera- intensidad, brillaba en los Parlamentos de Ingla-
lizado el hecho, como exige la lógica : Todos los terra, en los Estados generales de Francia, en las
artículos del Código civil pueden derogarse por Dietas de Alemania, de Hungría y de Polonia, y
reales órdenes. en las Asambleas de los Estados italianos.
O lo que es lo mismo : El poder ejecutivo, el En Castilla le formularon solemnemente las
Gabinete, menos todavía, uno de sus miembros, es Cortes de Bribiesca, del siglo XIV, y el más desgra-
superior y prevalece sobre el poder legislativo en- ciado de los Trastámaras. En él se fundaba Bal-
tero, sobre el Parlamento y el Monarca, juntos y mes, al comentar la Constitución de 1837, para
separados ; puesto que puede deshacer la obra del decir que tenían razón los carlistas al protestar
primero y no necesita para una real orden la san- contra el absolutismo de Fernando VII, que por
ción del segundo. un testamento había variado la ley fundamental
Para sostener semejante aberración hay que establecida en las Cortes de 1713 y que de nuevo
salirse, no sólo de los, nueve cuadernillos consti- había promulgado en la Novísima Recopilación
tucionales entre natos y nonatos que hemos pade- su padre Carlos IV en 1805.
cido en el siglo xix, sino de la Historia de España. Y contra una real orden contraria a todo el
En todas las monarquías peninsulares de la derecho parlamentario y al tradicional español, y
Edad Media y con pequeñas diferencias de tiem- además al derecho divino positivo, no se puede
po, se estableció que la ley u ordenamiento hecho protestar con noble indignación sin ser llevado a
en Cortes no podía ser derogado más que por otro los tribunales como reo de desacato al poder
hecho en Cortes. civil !
En la sabia constitución del condado catalán, I A qué situación de miserable tiranía y de en-

[ 106 [ 107 ]

carlismo.es
I D E A R 1 O
PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO
vilecimiento social nos ha traído el más estulto de
la defendieron los Apóstoles. Pero, recordando la
los liberalismos europeos!
frase de San Pablo civis romanus sum, puedo
Para que resalte más, bastará sintetizar el diá-
decir también : soy ciudadano español. Y como
logo jurídico del Obispo de Tuy y del Ministro
Prelado y como ciudadano, protesto contra el ab-
de Gracia y Justicia.
surdo jurídico, contra lo que algunos llaman ton-
El Ministro : la Iglesia no reconoce más forma
tería, que entraña el que el preámbulo de una
legítima de matrimonio que el canónico ; y el Có-
real orden derogue un Código.
digo civil, en los artículos 42 y 75, confirmados
El Ministro : ¿ Que yo no puedo derogar el de-
en la sentencia del Tribunal Supremo de febrero
recho divino positivo y el Código civil ? ¿ Que hay
de 1896, así lo reconoce para los católicos. Pues
quien dice que hacer esto no arguye inteligencia ?
bien, yo igualo el matrimonio civil y el canónico
¡ Desacato, injusticia! A los tribunales el Obis-
contra lo que afirma la Iglesia, y derogo por real
po, porque ha faltado a la ley, porque se ha le-
orden los artículos del Código.
vantado contra la potestad civil.
El Obispo : El derecho natural y el divino po-
El Obispo, asombrado de tanta modestia :
sitivo son, una frontera que no puede pasar ningu-
¿ Pero la ley civil es la real orden o el Código ?
na potestad humana sin convertirse ei tiranía ; y
¿ La potestad es el Ministro, o el Parlamento, el
el matrimonio, como contrato natural y Sacra-
Monarca y el Gabinete que le establecieron?
mento, forma parte de ese derecho y no pertenece
El Ministro : Reincidencia ! Nuevo desacato.
a la jurisdicción de un Estado que llegó al mundo
Se ha acabado la paciencia. Aquí no hay más de-
mucho después de que existiera la familia, y que,
recho natural, ni divino positivo, ni civil, ni Có-
si es católico, tiene que reconocer los Sacramen-
digo, ni potestad que las reales órdenes que yo
tos de la Iglesia. Como Obispo protesto contra una
dicto. Basta, basta! ¡ A los tribunales el reo ! La
disposición que vulnera la doctrina que tengo obli-
integridad, la superioridad de la potestad civil lo
gación de defender, aun a costa de la vida, como
exige.
[ 108
[ 109

carlismo.es
E A R I 0 PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO

El Obispo, vuelto de su asombro y de espal- con el letargo en que yacían los católicos es-
das, y meditando un momento sobre las vanida- pañoles.
des humanas : Pero este hombre ¿ es un ministro Ya resuenan, como trompetas a cuyo sonido
parlamentario o un zar sin Duma ni Consejo im- caerán las murallas de la ciudad enemiga, las
perial ? voces vibrantes de Guadix y de Valencia. Que se
levanten, que se levanten, y un pueblo electrizado
No es el Obispo de Tuy el que va a los tribu- rodeará a los Pastores de la grey cristiana, que no
nales por defender la verdad ; es el Episcopado deben olvidar el martirio de su hermano, el Padre
español entero tiranizado en su persona. Sentado Nozaleda, acusado por las logias de lo que ellas
el precedente, ya no podrá mañana un Obispo habían hecho.
indignarse y protestar contra la libertad de los El Obispo de Tuy..., el de Guadix... están
cultos, la profanación de los cementerios, la ley demostrando que aun vive en España la gloriosa
de Asociaciones proyectada contra las Asociacio- raza de los Prelados insignes que no abaten con
nes de la Iglesia... Cada Pastoral será un desacato, vileza cortesana el derecho ante la fuerza. Estirpe
cada protesta una injuria ; el Obispo, con vilipen- inmortal, a que debe España páginas memora-
dio del fuero eclesiástico, será llevado al banquillo bles ; la que forman Monescillo y Cuesta, Inguan-
de los reos, y aun se venderá como merced no zo y Vélez, Don Pedro de Quevedo y el Cardenal
llevarlo ante el Jurado para que la escena del Pre- Belluga, los Fonsecas y Mendozas, Cisneros y
torio se reproduzca mejor. Gil de Albornoz, Jiménez de Rada y Gelmírez...
El Episcopado español se levantará unánime, Ah ! si el Episcopado se mueve, impulsado
erguido, contra la tiranía, que quiere descargar el por una sola voluntad, y no espera, ahora que es
golpe sobre la cabeza del intrépido apóstol que ha la ocasión, a tener que moverse después de la
levantado su báculo, resplandeciente como un persecución, como en Francia, la jerarquía cató-
cetro de oro, contra la impiedad, ensoberbecida lica, la más sólida, la mas firme, la más tradicio-

[110]
carlismo.es
E A R I O PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO

nal y la más extensa, porque llega al valle de la Y al través de los siglos, aquella tarde que re-
última aldea, no necesitará otra cosa que dar dos hurne la historia de la Iglesia, se reproduce en
pasos para que se derrumbe con estrépito la torre todas sus contiendas. Por eso se oyen las mismas
de cartón piedra en que se aloja el anticlericalis- voces : Ha faltado a la ley ; debe ser castigado.
mo español. ¡ Crucifícale, crucifícale !
Así será ; que a la mirada atenta de nuestros Y para que nada falte en el cuadro, a la pre-
maestros y Pastores no se puede ocultar el cuadro, gunta «A quién queréis que dé libertad, a Nakens
copia de aquel que llevamos grabado en el alma, o al Obispo de Tuy?», la turba de hoy contesta
como la más honda lección de Filosofía de la como la que rugía ante Pilatos : « A Nakens, a
Historia, todos los cristianos. Nakens y a Ferrer ! Y que nos sea entregado el
¡ Es el prólogo del Calvario ! La turba, acau- Obispo de Tuy».
dillada por los fariseos, grita ante el Pretor roma- (De El Correo Español,
4 de octubre de 1906).
no : «I Crucifícale, crucifícale !» Y los fariseos
añaden : «Tenemos ley, y según esta ley debe
morir)).
El Redentor era acusado de faltar a la ley, de
desacato a la potestad civil. MITRAS Y CORONAS
Y desde entonces, los que no reniegan de su
nombre son acusados por la ley y la potestad, que El mejor predicador es
Fray Ejemplo.
quieren ponerse sobre la realeza divina.
Cisneros.
Y por eso, si el Poder débil que transige con la
turba le dice : «O\ quién quieres que dé libertad, Luis Felipe, escéptico, volteriano y epicúreo,
a Barrabás o a Jesús ?», ella contesta : «Suéltanos gustaba de 'pasarlo bien y de que no le estorba-
a Barrabás». ran en sus diversiones los quehaceres políticos.

[ 113 }

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV
D E A R 1 0
I PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO
Sus máximas favoritas, que revelan la men- perimentado en los últimos tiempos de su rei-
guada ética que habían infundido en su alma nado».
madame Gentis y su padre Igualdad, el regicida, M. Michaud recuerda que Luis Felipe presen-
eran éstas : «La responsabilidad no es temible ció indiferente «la persecución del digno Arzobis-
más que cuando no se sale uno con la suya». po Mons. Quelen» ; y, refiriéndose a su sucesor,
«No hay nada tan fácil como ser rey constitu- Mons. Affre, «nos acordamos, añade, particular-
cional. ¿ No hay crisis ? Pues me voy a paseo. mente de la lucha que sostuvo con motivo del
¿Hay crisis ? Mando a paseo a los ministros». Cabildo de Saint Denis, puesto que varias veces
Ya se puede suponer cuáles serían las relacio- nos ha hablado de ese punto, diciéndonos que
nes de semejante asceta con la Iglesia. Su reinado sus miras en aquella lucha eran : primero, con-
,
recordó la época de los Paleólogos porque fué
servar a su sucesor la silla en los términos en
una Bizancio burguesa, donde la orrupción
c más
que la había recibido, y, en segundo lugar, la
innoble se levantó como el vaho de una charca íntima convicción en que estaba de que el rey
infecta, manchando la atmósfera con vapores de engañaba al Santo Padre queriendo tener a su
Sodoma. disposición una clientela de Obispos sometidos».
El ilustre historiador de su vida, Monsieur Mi- «También nos acordamos, dice Michaud, de
chaud, refiriéndose, entre otros hechos, al casa- que, cuando la recepción de las autoridades de
miento del duque de Orleans con una princesa París con motivo de los días del rey en 1846, se
protestante de Mekemburgo-Sheverin, dice que atrevió Mons. el Arzobispo a decir en un dis-
«hacia sin dificultad concesiones al partido revolu- curso que la Iglesia reclama la libertad y no la
cionario, más que a la Religión, permitiendo que protección, y, resentido el rey por esta gran li-
se hiciesen en su familia casamientos que la Igle- bertad, prohibió que se publicase el discurso en
sia miraba con disgusto, hechos que no han con- el Moniteur, como se hizo con todos los demás
tribuído poco a la desafección general que ha ex- periódicos. Razón tuvo el Prelado para considerar
[ 114
[ 115 }
carlismo.es
I D E A R I O "PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO
esta exclusión como una censura y un vejamen, y, a la audiencia, y añade con el mismo motivo :
por lo mimo, cuando se efectué otra recepción, ((Me presenté al rey y hablé con él sin ninguna es-
el 1.° de enero de 1847, fué algunos días antes a pecie de reparo ; a veces me agito un poco en las
Palacio llamado por la reina, y le anunció que, si reuniones públicas ; pero allí, frente a frente el
bien iría, como era costumbre, a felicitar al rey, te- uno del otro, hablaba con la misma libertad con
nía la intención de no pronunciar ningún discurso. que ahora les hablo a ustedes... Recibióme en un,
»Esta resolución incomodó mucho a la reina, salón, y, como de costumbre, me llamó aparte y
y a continuación reproducimos el diálogo que me llevó a una ventana, al lado de la cual me hizo
se siguió» : sentar y se sentó también, habiendo ambos per-
manecido algún tiempo mirándonos sin hablar ;
Discusiones entre Mons. Affre y Luis Felipe mas tomando, por último, la palabra, He sabido,
le dije, que el rey deseaba hablarme, y me he
«¡ Ah, Dios mío ! : El rey, monseñor, va a en- apresurado a satisfacer sus deseos...
fadarse otra vez. — También yo lo siento mucho ; »— Yo, dijo el rey, nada tengo que decirle ;
pero S. M. concederá' que yo no puedo otra vez usted es, se me ha dicho, el que quiere hablarme,
exponerme, exponer a mi Clero, a un desaire pú- y estoy pronto a escucharle.
blico, a una exclusión que jamás se hahecho con »— ¡ Pues bien ! ; el rey debe saber el objeto
ningún rabino ni con ningún ministro. — Pero a de mi visita ; como no quiero exponerme una se-
lo menos consienta usted en verle y hablarle de gunda vez al desaire que se me hizo el último día
esto ; estoy segura que le dará una satisfacción y de Corte, me propongo venir a saludar a V. M. a
que el negocio se arreglará amistosamente. — Si la cabeza de mi Clero, pero sin pronunciar dis-
S. M. se digna darme una audiencia, con gusto curso alguno.
obedeceré su invitación)). »— ¡ Ah ya entiendo ; es un nuevo ataque
A la hora señalada se presentó el Arzobispo que quiere usted hacerme. Creía, que todas nues-

[ 116 ]
carlismo.es
-.11:9:111m"'

E A R 1 0 PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO


tras discusiones se habían terminado, y veo que levanté los ojos, y fijándome en los suyos, le dije
usted quiere volver a las andadas. Si prohibí que con firmeza :
se publicase vuestro discurso, fué porque se había «— Perdone V. M., tengo ese derecho, por-
permitido en el consejo cosas que no eran del caso. que siempre la Iglesia ha tenido el de reunir sus
»— Dispénseme V. M., pero ni mis intencio- Obispos para arreglar lo que pudiese ser útil a sus
nes ni mis palabras podían tener este sentido ; respectivas Diócesis.
pedir la libertad y no la protección, es acaso la »— Esas son vuestras pretensiones, pero yo me
petición más moderada que pudiera hacer la opondré a ellas ; por otra parte, se me ha dicho
Iglesia. que habéis mandado un embajador al Papa, y
»— Pero yo no lo entiendo así... y con vues- hasta he llegado a saber que el objeto era pedirle
tras peticiones y vuestros periódicos lo revolvéis permiso para que se pueda comer carne el sábado.
todo. Y pasando a otro asunto : sé, por ejemplo, »— Es verdad, señor, he manda do un ecle siás-
continuó, que, hace poco tiempo, ha reunido usted tico (el abate Labonillerie) para que haga al Papa
el Concilio de Saint-Germain. algunas peticiones ; pero para esto tienen derecho
»— No es un Concilio el que hemos reunido, todos los fieles, y con mucha más razón los
sino que algunos Obispos, mis sufragáneos y ami- Obispos.
gos, fueron a verme y trataron de diferentes puntos \' qué es lo que además le habéis pedi-
de disciplina eclesiástica. do ? Desearía saberlo.
»— ¡ Ah, razón tenía yo en decir que habíais »— Es un secreto mío, que desde luego diría
formado un Concilio ; y ha de saber usted que no al rey si me perteneciese por entero ; mas, siendo
tiene derecho para esto !» también el secreto de mis compañeros, no puedo
Hasta este momento, añade el Arzobispo, ha- comunicarlo a V. M.»
bía respondido al rey con mucha deferencia y casi A estas palabras se levantó el rey lleno de có-
evitando su mirada ; pero, cuando oí esta palabra, lera, y cogiéndome bruscamente por el brazo :

carlismo.es
I D E A II I O PODER CIVIL IP ECLESIÁSTICO

Arzobispo, me dijo, tened presente que se Ilación, explicó su extrañeza al rey, indicando los
ha roto más de una mitra». motivos por que él no lo había hecho.
Me levanté, a mi vez y respondí : »— Ha hecho usted muy bien, respondió Car-
«— Es verdad, señor ; pero también se ha roto los X; no exijo de nadie semejantes bajezas, y del
más de una corona)). duque de Orleans menos que de cualquiera otro ;
Al año siguiente estaba rota la corona de Luis pero tiene el corazón más bajo que el suelo que
Felipe, y la mitra de Monseñor Affre orlada con acaba de besar.
el laurel del martirio. »¡ Y era pocos meses antes de la revolución
¿Quieren ustedes conocer a los dos interlocu- de 1830 cuando Carlos X decía esto !»
tores ?
Dos rasgos, dos gestos, como ahora se dice, * * *
bastan para pintarlos.
Michaud refiere, esta anécdota, que es la mejor El insigne Van Tricht, en una de sus mara-
semblanza de Luis Felipe : villosas conferencias, la que dedica al incompa-
«Unos de los oficiales generales más distin- rable Ozanam, cuenta, como él sabe hacerlo, otra
guidos del ejército francés, a quien Carlos X que- entrevista, la del insigne fundador de las Conle-
ría mucho, y que en todos conceptos era digno de rencias de San Vicente de Paúl y Mons. Affre ;
su estima, nos ha contado que, encontrándose un y en dos pinceladas traza aquel cuadro donde se
día en el gabinete del monarca, cuando en él destaca con resplandores celestes la figura del
entró el duque de Orleans quiso retirarse por pru- atleta de la fe.
dencia ; pero que, habiéndolo detenido Carlos X, Habla Van Tricht :
fué testigo del profundo saludo de su alteza real, «Estábamos en 1848. La revolución sublevaba
que llegó a besar el suelo. Una vez que se retiró a París. Llamado Ozanam por la voz imperiosa
el príncipe, admirado el general de tanta humi- del deber, había vestido el uniforme de la guardia

[ 120 1 [ 121 ]

carlismo.es
PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO
nacional, y había ido, en su hora de servicio, a de Ozanam y sus amigos, avanza a través de las
hacer de centinela y a recorrer en patrulla las calles ensangrentadas. El general Cavaignac, ad-
calles. Silbaban en sus oídos las balas cobardes mirado de su heroísmo, le concede sin vacilar la
que partían de detrás de las barricadas o de de- promesa del perdón para los insurrectos, con tal
trás de los muros. ¡ Qué momento --- escribía — que rindan las armas. Monseñor sube con paso
qué momento más terrible, cuando uno abraza a rápido y animoso a las barricadas del barrio de
su mujer y a su hijo, pensando quizás es por úl- San Antonio con un ramo verde en las manos...
tima vez ! Llegado a lo más alto, extiende el brazo en señal
»De pronto ilumina su frente una idea, y parte de paz... Ya sabéis lo demás : una bala que partió
acompañado del Sr. Cordunet ; cree ver a Mon- de una ventana le atravesó el pecho. Desplornóse
señor De Quelen, y se dirige hacia él ; y no era en tierra, lanzando al morir este grito : «¡ Oh, que
Monseñor De Quelen, el de la blanca cabellera ; sea al menos mi sangre la última que se vierta !»
era Mons. Affre en todo el vigor de su valiente »La mitra, teñida en sangre y resplandeciente
y generosa juventud. con limbo de gloria, pasó a las sienes de los suce-
,

»Expónele un proyecto grande, magnánimo, sores del héroe y del mártir, y millares de creyen-
sublime. «Esa misma idea me persigue obstina- tes acaban de aclamarla rasgando las tinieblas de
damente desde ayer, responde el Arzobispo ; te- la persecución con un relámpago de esperanza
néis razón, quiero seguiros». Y muy pronto vuelve ante Nuestra Señora de París, al verla ciñendo la
a presentarse con sotana negra. «No, monseñor ; noble frente del Cardenal Richard.
la sotana morada es la que se necesita y la cruz »Y Luis Felipe, ¿ qué hacía Luis Felipe cuan-
pastoral bien visible sobre el pecho». «¿Creéis do el cuerpo del Arzobispo caía en el suelo y su
que eso será mejor? Pues bien, voy a ponerme alma penetraba triunfante en los cielos ?
el traje de Obispo». »Arlincourt nos lo va a decir en dos palabras :
»Momentos después el Obispo, acompañado » Como Carlos. X ¡ Como Carlos X!, repe-

[ 122 ] [ 123 ]

carlismo.es
A R 1

tía fuera de sí Luis Felipe golpeándose la frente,


mientras un modesto carruaje, tirado por un solo
caballo, le sustraía al furor popular.
»Acababa entonces de atravesar la plaza de
Luis XV, en donde su padre había hecho rodar la
cabeza de su rey ; al pie del Obelisco erigido en
el mismo sitio que ocupó el cadalso del augusto
mártir, era donde el hijo de Felipe Egalité caía
vergonzosamente de su trono entre las vengadoras
aclamaciones de su pueblo.
» I Ah ! por lo menos, aunque vencido, Car- PONTIFICADO
los X descendía del trono como testa coronada ;
Luis Felipe se retiraba de la escena como un actor
silbado».
Tales eran el verdugo y la víctima, el que lle-
vaba la corona y el que llevaba la mitra.
(De El Correo Español,
5 de octubre de 1906 ).

[ 124 1

carlismo.es
PONTIFICADO (1)

No es posible, en los momentos en que todas


las campanas de la cristiandad doblan a muerto
por el Papa León XIII, hablar de otra cosa que del
Pontificado y de la Iglesia ; pues, si he suspendido
en algunos puntos la propaganda, con ser eminen-
temente religiosa, además de política, ante la gra-
vísima enfermedad que acaba de llevar al Padre
común de los fieles al sepulcro, sería contradicto-
rio que, en los momentos, en que está caliente
todavía el cadáver y fríos con el dolor los corazo-
nes católicos, hablase de otra cosa que del Papa
y del Pontificado mismo, al verme forzado, por
vuestra insistente amabilidad, a hablar de impro-

(1) Este discurso, del que no conservamos más que


el extracto que publicamos, nos consta que fué rehecho
por su autor, y es una pieza oratoria de gran mérito.
Entre los papeles manuscritos del insigne muerto debe
éstar este discurso. ¡ Lástima que, por circunstancias
especiales, no podamos darlo a conocer en estos volú-
menes, así como otros pregiosos originales. — N. del R.

[ 127 ]

carlismo.es
E R 1 0 PONTIFICADO

viso, y cuando no podía sospecharlo, ante esta eclesiástica, y, por lo tanto, la negación del cesa-
numerosa concurrencia, tan improvisada como rismo"; lo que equivale a ser la afirmación más
mis palabras, en la histórica Sigüenza, que cuenta augusta de la libertad en el mundo.
una gloriosa estirpe episcopal, cuyos primeros re- Por eso recordaba la frase de Odilon Barrot,
.presentantes se sentaron al lado de San Isidoro y «que es preciso que los dos Poderes estén unidos
San Leandro en los Concilios Toledanos, contri- en Roma, para que estén separados en el resto de
buyendo con ellos a establecer la unidad de la fe la tierra».
y de la Monarquía católica, fundamentos comunes Pero allí mismo no están confundidos, sino
de España (Aplausos). subordinados ; porque el Poder temporal no es
El Pontificado es la antorcha de la libertad en más que un medio para la independencia del es-
el mundo. Cuando él oscila o se eclipsa porque la piritual; porque no se ha encontrado otro medio,
nube de la persecución pasa delante de su llama para ser independiente de los soberanos, que ser
encendida por la luz eterna, la libertad se oscure- soberano (Bravos. Aplausos).
ce, y sufre en la misma proporción eclipses en los
pueblos. Antes del Pontificado, la libertad no exis-
tía más que refugiada en el pueblo hebreo, que Por eso es lógico que la historia del Pontificado
era, con sus dinastías de profetas y patriarcas, el no sea, políticamente, otra cosa que un porfiado
precursor de esa institución única. combate contra el cesarismo y una continua cru-
zada en favor de la libertad.
• • A pesar de todos los nombres, que van va-
Contra un Poder que lo puede todo, la libertad riando según los vocabularios que están de moda
no puede nada. en las diferentes épocas, la verdad es que, desde
El Pontificado es la afirmación soberana de la el Calvario acá, una sola batalla se riñe en el
diferencia entre las dos potestades, la civil y la. mundo : la que libran incesantemente el natura-

í 128 [ 129 ]
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. Vol. IV 9

carlismo.es
D E A R 1 O
PONTIFICADO
lismo pagano, de una parte, y el sobrenaturalismo
tad civil la eclesiástica y aplastar con las dos toda
cristiano, de otra. Las formas cambian ; la esencia
legítima independencia. El cesarismo bizantino
del combate permanece idéntica.
pasó después, por medio de la escuela ed ve-

Rudo combate tenía que reñir en las Catacum-
na
na primero, y de la de Bolonia más tarde, a infor-
bas y en el Circo el Pontificado naciente contra los
mar a aquel Sacro Imperio romano, que, según
Césares de Roma, que querían atarle, como al
la frase de Voltaire, ni era Sacro, ni Imperio, ni
Divino Maestro, a la columna del Pretorio, y cla-
romano (Aplausos).
varle, desgarrado, entre tormentos. Y cuando salió
La lucha de las investiduras del gran Grego-
a la superficie y subió hasta el Capitolio, tuvo que
rio VII contra el sectarismo feudal de Enrique IV,
luchar, más aún que con los caudillos bárbaros
que quiso conferir potestad eclesiástica al recono-
que mermaban el territorio en que se asentaba,
cer la jurisdicción señorial, terminada por sus su-
con los Césares bizantinos que cercenaban su po-
cesores en el Concordato de Worms, y la empe-
testad.
ñadísima contienda del cesarismo gibelino de los
Los emperadores de Bizancio, considerándose
emperadores de la casa de Suavia contra Pontífi-
herederos de los emperadores romanos, que eran a
ces tan ilustres como Honorio y Alejandro III,
la vez Sumos Pontífices, trataron de convertir en
fué otra defensa de la libertad, que representaban
un Antipapa, primero, al Patriarca de Constanti-
los güelfos, es decir, los partidarios del Pontifi-
nopla, para hacerle después un capellán imperial.
cado. Vinieron después las peripecias de la lucha
La lucha de la Iglesia contra el cisma de Focio,
y las malas artes del cesarismo gibelino de Fe-
iniciado en el siglo 1x y consumado en el xi, no
derico I y de Federico II, con sus cancilleres
sólo fué combate en defensa de la unidad de la
Dedassel y Pedro de Vignes, obediente s a las
fe y de la cristiandad contra aquella violenta rup-
lecciones de los legistas de Bolonia, adorado-
tura, sino de la libertad contra el cesarismo paga-
res de la lex regia, que consideraba al emperador
no, que volvía a alzarse para vincular en la potes-
como ley suprema y viva, y que ellos querían im-
[ 130 1

carlismo.es
I D E A I 0 PONTIFICADO
plantar en la Europa cristiana, haciendo del Pon- la estadolatría contemporánea, que, en nombre del
tificado un feudo y arrollando todas las libertades progreso y de la revolución, trata de retroceder
populares. Federico II, por simpatías cesaristas, veinte siglos en la Historia para restaurar en toda
llegó a pactar con los caudillos sarracenos del su plenitud el Estado pagano. Toda la vida so-
Oriente, mientras que con tropas musulmanas in- cial quiere concentrar esta unidad absorbente; y
vadía los Estados Pontificios, y faltaba, como su como si no le bastara la centralización legislati-
padre, a todas las palabras y tratados celebrados va—que establece en él la facultad de legislar, no
con el Papa. Y para que se vea de qué lado es- sólo para el todo y en lo que es común, sino para
taba la libertad, basta saber que los municipios cada una de las partes y en lo que es privativo—y
libres, celosos de sus franquicias, se agrupaban en la centralización administrativa y económica, que
federaciones, como la Liga Toscana y la Liga suprime la vida de todo organismo que no se con-
Lombarda, bajo la influencia de los Pontífices y vierta en rueda suya, ha llegado, después de una
luchaban denodadamente por su causa, que era serie de atentados para asesinar la familia, que
la de sus libertades, contra los Césares gibelinos, empiezan en el matrimonio civil y acaban en el
que trataban de aniquilar las franquicias munici- amor libre, a arrancar a todo hombre el derecho
pales con Códigos tiránicos como el de Melfi. de enseñar, ejercitando una obra de misericordia
El cesarismo de los legistas de Felipe el Her- con los demás, si tiene medios para ello, y destro-
moso, que preparó, con la cautividad de los Papas nando al padre en la familia, al ocupar su puesto
en Francia, el cisma de Occidente y, como con- y ejercer patria potestad sobre los hijos, convir-
secuencia suya, la Protesta luterana, que difundió tiéndose en único maestro. El Estado pedagogo
el cesarismo con los Reyes Papas, y que transcen- -- que quiere enseñar por derecho propio, cuando
dió a los Estados católicos, produciendo, como un el maestro tiene su título jurídico como sustituto
retoño suyo, los reyes regalistas, son prueba de la del padre, puesto que por su asentimiento hace sus
relación estrecha que los une con el cesarismo de veces cuando el padre mismo no puede ejercer la

[ 132 [ 133 I

carlismo.es
1 D E A R I O PONTIFICADO
enseñanza por sí --- quiere hacer una juventud a sistible. Los sectarios que proclaman todas las
su imagen y semejanza. libertades individuales absolutas en el orden so-
¿Y cuál es su programa docente? Examinando cial y político, proclaman al mismo tiempo, con
la teoría de la libertad de pensamiento consignada absurda contradicción, la muerte de la libertad
en todas las Constituciones modernas, queda ma- psicológica, raíz de todas las libertades.
nifiesto el absurdo en que se incurre al declarar Pero esa contradicción es más teórica que prác-
discutibles todos los principios y verdades, es tica, porque en la realidad todas esas libertades se
decir, al reconocer implícitamente que no se sabe reducen a una sola : la de atacar a la Iglesia de
nada cierto, y al pretender, por otro lado, que Cristo.
nadie enseñe más que bajo la dirección del que Reconoced la democracia más absoluta y di-
reconoce que no sabe nada, porque de nada está recta, la que no ha existido nunca en la Historia ;
cierto (Estrepitosos aplausos). proclamad todas las libertades públicas ; pero
La libertad tiene necesidad, para existir, de poned únicamente el principio religioso como un
límites religiosos y morales ; y al negarlos se nie- límite, y os apellidarán reaccionarios. Por eso han
gan lógicamente las relaciones con Dios y se va a inventado un derecho común, que es la tiranía
parar al ateísmo, y, como consecuencia, al fatalis- sobre los derechos más sagrados.
mo que brota de toda doctrina materialista. La El derecho a cumplir los preceptos evangéli-
libertad, que tanto llevan todavía muchos en los cos, es decir, el derecho a alcanzar una perfección
labios, sufre una terrible crisis en el mundo. Toda sobrenatural, que sublima la vida humana, no
la filosofía heterodoxa contemporánea la niega puede estar sometido a la misma regla jurídica
radicalmente. En nombre del determinismo y de que los derechos comunes, que tienen por fines
la evolución, la persona humana no es más que inmediatos bienes temporáneos. Cotejad el fin na-
una molécula, o una onda que pasa empujada por tural y el sobrenatural, los medios diferentes que
otras que son impulsadas a su vez por fuerza irre- sirven para conseguirlos, y lo que, dada la flaque-

[134 ]
[ 135
carlismo.es
D E A R I O PONT I F I C ADO

za humana, será siempre patrimonio de una mi- continuamente en los mítines, amparadas por el
noría selecta de escogidos, y no condición de la Poder y por la ley, a todos los fundamentos socia-
mayoría de los hombres, aun en los períodos en les ; y combaten con increíble saña la libertad de
(

que más reine la virtud ; no se pueden someter al las Ordenes religiosas y la práctica de los conse-
mismo nivel ni sujetar a la misma regla, sin caer jos evangélicos como contrarios a la naturaleza y
en aquella desigualdad que ya notaba un filósofo hasta como degradaciones de la especie humana.
alejandrino, Philón, cuando decía que no había Estas insolentes inepcias, con que se trata de
mayor desigualdad que igualar cosas desiguales suplir la falta de razones, han resonado hace
con una misma medida. poco en el Parlamento. I Degradación de la espe-
Esa es la razón de que los sectarios en los pue- cie humana la vida angélica de los hombres que
blos latinos vayan arrancándose el antifaz; y a la forman la aristocracia de los espíritus (Nutridos
antigua fórmula : «libertad igual para todos y en aplausos).
todo», que sirvió para engañar a tantos incautos ¡ Degradación de la especie humana la vida
y para penetrar en el alcázar del antiguo régimen del maravilloso apóstol San Francisco Javier,
social por la puerta falsa de la tolerancia, la evangelizador de pueblos y de reinos ; de San
llaman ya desdeñosamente libertad romántica, Pedro Claver, apóstol y esclavo de los negros ; de
como lo ha dicho recientemente, en el Parlamento San Vicente de Paúl, que cicatriza con el fuego
español, uno de los más empedernidos y elocuen- de la caridad todas las heridas del alma y del
tes sectarios. Ya no quieren la libertad más que cuerpo ! Invocar el imperativo categórico de Kant
para ellos y para sus doctrinas ; a los católicos «Obra de manera que tu acción pueda servir de
II
sólo les reconocen elde recho a la persecución y norma a la de los demás)), que no es decir nada
al martirio, en nombre, por supuesto, del progreso (que él mismo rechazó después poniendo como
y de la cultura. Piden libertad amplísima para las base de la moral los tres postulados, Dios, vida
asociaciones anarquistas, que declaran la guerra futura y libertad) ; o establecer una regla para cada

[ 130 ] [ 137 ]
carlismo.es
I D E A R 1 0 PONT IFIC A D O

caso, según el capricho y la conveniencia del que El Pontificado, al afirmar como un derecho
la establece, y que pueden rechazar oponiéndole esencial a la Iglesia el de establecer las Ordenes
otra según sus opiniones los demás, para repetir religiosas y el de no consentir que su existencia
la estúpida vulgaridad de que se acabaría la espe- dependa del capricho del Estado, afirma de una
cie si todos cumpliesen los votos monásticos, no manera soberana la libertad corporativa y el de-
merece más contestación que la que daba ingenio- recho de asociación, medio y baluarte de los
samente un docto profesor en su cátedra, diciendo demás derechos, que sin él serían ilusorios.
que para el día en que eso sucediese tenía él pre- Y el Pontificado, que ha sido 'el tutor de la
parada la respuesta (Risas). Que los votos per- libertad en el mundo, ha sido también la cátedra
petuos son opuestos a la libertad de los que la donde Ean cursado la civilización todos los pueblos
-miden en nombre de la evolución fatal ! cultos de la tierra. Donde no ha llegado su luz
¿ Qué mayor libertad que la de darse a sí entera con la palabra de sus misioneros, o filtra-
mismo y entregar la voluntad a una ley de per- da incompletamente en los fragmentos que ha
fección, quedándose con la libertad física de poder arrancado de sus enseñanzas la herejía, impera
violarla como Lutero, por ejemplo, para recibir el todavía la barbarie ; y, a medida que los pueblos
aplauso de los sectarios cuando se cae, pero no se alejan de él, y en la misma medida en que se
cuando la voluntad se emancipa de la carne y se alejan, surge en ellos la barbarie, al descomponerse
levanta ? I Ah, si se tratase de los votos perpe- la civilización.. El Pontificado es el fundador de
tuos de odio que impone el juramento masónico Europa, que sólo existía como unidad geográfica,
a sus asociados ! Entonces sólo merece aplausos hasta que el Pontificado la llevó, iniciando las
esta perpetuidad, que en los demás se maldice Cruzadas orientales y auxiliando la Occidental, a
cuando se refiere al amor. aprender la fraternidad junto al sepulcro de Cris-
to, y a reconocer su unidad espiritual en el vasto
• • • organismo de pueblos y de razas que acataron

[ 138 ] [ 139 I

carlismo.es
E A O N T CA
AD

la jerarquía de la Cristiandad, barrenada por los a terminar la misericordia y a resplandecer, en


precursores de la Reforma, cuando marchaba a una noche tormentosa que se acerca, el rayo de
alcanzar su plenitud y su esplendor. la justicia sobre los Estados apóstatas de los pue-
...En la aparente oposición que suele existir en blos latinos. Pero, si eso sucede, como parecen
la política de los Pontífices se reflejan muchas proclamarlo los hechos que marcan la dirección
veces, sucesivamente — porque la limitación del de la Historia, el Pontificado no se nublará. La
ser finito sumergido en el tiempo no permite que antorcha seguirá brillando, sin que los huracanes
resplandezcan todos con la vida simultánea de la de la impiedad puedan apagar su llama. Y cuan-
eternidad — los atributos divinos. Y así Pío IX, do las nubes formadas con el vaho de tantas de-
apareciendo cuando las consecuencias de una ca- pravaciones, y las sombras acumuladas por los
tástrofe política se enseñoreaban de los Estados, sofistas, se rasguen sobre los despojos de un
representaba la unidad y la inmutabilidad de la mundo deshecho, el Pontificado aparecerá como la
doctrina, condenándola ; y León XIII, subiendo aurora de una edad nueva en que se restaure la
a la cátedra de San Pedro cuando los efectos de Cristiandad, dejando en el suelo, como trofeos que
la política anatematizada por Pío IX preparaban orlen su victoria, las ruinas de todas las sectas y
una terrible catástrofe social, representó la mise- de todas las herejías (Aplausos).
ricordia que precede a la justicia. Y así se cumplirá aquella conocida profecía ,

Pero los dos presentaron, como no podía menos de un gran escritor protestante, lord Macaulay, en
de suceder, a pesar de todas las invenciones de aquellas páginas memorables en que canta un
los enemigos de la Iglesia, la misma intransigen- himno al Pontificado, diciendo que la dinastía de
cia doctrinal, bien manifiesta en las Encíclicas de los Papas es la más antigua de todas ; que existía
León ya cuando luchaban los tigres y los leopardos en
Yo no sé si, con la muerte de León XIII, se em- el anfiteatro de Flavio, y lanzaban los últimos
pieza a cerrar un período de la Historia, y si va resplandores de la ciencia helénica las escuelas

[ 140 ] [ 141 ]

carlismo.es
D E R

de Alejandría, y subsistirá cuando un habitante


de la Nueva Zelanda, apoyado sobre un arco roto
del puente de Londres, dibuje las ruinas de la
Catedral protestante de San Pablo (Ovación in-
descriptible).
(Extracto de un discurso pronuncia-
do en Sigüenza en agosto de 1903,
a raíz de la muerte de León XIII).

PROPIEDAD

[ 142 j

carlismo.es
PROPIEDAD

ERRORES DE DOS ESCUELAS. LA CLASIFICACIÓN


DE LA PROPIEDAD

Antes de oponer la teoría contraria, quiero in-


dicar algunos puntos que sirven de crítica a dos
escuelas.
¿ Cuál es el trabajo primitivo ? ¿Cuál es la pro-
piedad que pudiéramos llamar primaria, y cuál es
la clasificación más justa de la propiedad?
La propiedad primaria nace de lo que yo lla-
maría el trabajo primario. Los economistas se han
encerrado en un círculo vicioso al definir el capi-
tal; le definen como un producto destinado a una
nueva producción. Si era un producto, era obra de
un trabajo anterior ; y si se les preguntaba de
dónde procedía aquel trabajo, no podía saberse,
porque parecía que el trabajo era la causa única
de la riqueza. Una porción de riquezas, las minas,
las aguas minerales, los bosques primitivos, las

[ 145 ]

OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV 10


carlismo.es
D E A R 1 0
PROPIEDAD
praderas naturales, son riqueza, y, sin embargo,
no es ya también un capital, porque es un tesoro
no eran obra del trabajo y preexistían al trabajo
de energías y de actividades que un trabajo extra-
mismo. Es más : el trabajo no es más que un mar-
humano había producido. Por eso la primera
tillo que, si no tiene materia sobre que ejercerse,
forma de propiedad, la primera propiedad que
es un martillo sin yunque. Los economistas habían
existe, es la de nuestro cuerpo. Claro está que, en
olvidado que la Naturaleza también trabaja, y que
un alto concepto teológico, nosotros no somos pro-
el trabajo de la Naturaleza precede al trabajo
pietarios de nosotros mismos ; la propiedad es del
humano.
Creador; nosotros somos en ese sentido adminis-
El mundo orgánico y el inorgánico son inmen-
tradores. Pero, tomando las cosas desde más aba-
sos laboratorios ; en el mundo inorgánico se trans-
jo, entenderemos que la propiedad primaria es la
forman, se cambian, se mudan, las formas que
del propio cuerpo. Es, además, propiedad externa.
ahora llaman cantidades de movimiento, la luz,
Somos propietarios de nuestras facultades, somos
el calor, la electricidad. Se hacen combinaciones
propietarios de nuestro cuerpo; y nuestro cuerpo
químicas primarias y ternarias y cuaternarias, y
no puede vivir sin que, por ley de nutrición, que
se va formando todo aquello que necesita el mundo
rige a todo lo orgánico, tenga que tomar para sí
vegetal para existir.
y apropiarse elementos externos ; y, al incorpo-
Pero cuando el hombre aparece, como no
rarlos por la asimilación, excluye a los demás de
puede vivir en el mundo mineral solamente, nece-
esos elementos externos ; y la definición más sen-
sitaba, cuando menos, la existencia del mundo ve-
cilla de la propiedad, al disponer de las cosas ex-
getal ; la vida necesitaba la vida para nutrirse y
ternas con exclusión de los demás, le es aplicable.
para existir. Y cuando él llega, ya ese trabajo está
Por eso todo hombre, directa o indirectamente,
realizado en la Naturaleza ; y entonces, cuando
es propietario ; y el primer lazo material que le
se trata de establecer las relaciones entre el traba-
une con las cosas es esa nutrición que a todo lo
jo y el capital, no se advierte que el trabajo huma-
orgánico alcanza. Ese será el primer trabajo y la
[ 146 ]
[ 147 ]

carlismo.es
primera propiedad. Y ¿cómo clasificaremos la pro-
a los animales. Es sabido que un gorrión puede
piedad ? Señores, voy a fijarme en el objeto de
llegar a tener 44 grados de temperatura y que los
ella y en el sujeto de la propiedad, porque éste es
seres invernales, como el oso, bajan hasta diez
un punto de crítica que pocas veces se ha señala-
habría que poner a los gorriones antes que los
do para tratar del socialismo. Yo no acepto esa
osos, tomando un carácter, nada más que un
clasificación corriente de la propiedad que viene
carácter secundario. La clasificación de la pro-
desde Roma y que está fundada en cosa tan ex-
piedad está en la misma realidad de las cosas, a
terna que nada toca a la substancia. Las clasifi-
la que debe ajustarse la jurídica. La propiedad
caciones deben fundarse en la naturaleza de las
puede ser objetiva y subjetiva, aunque también
cosas, deben fundarse en un carácter que les sea
ésta se exteriorice. La objetiva es inorgánica,
esencial ; y, sin duda, una clasificación vulgar
como minas, canteras, aguas y tierras. Orgánica
aceptada como corriente por los caracteres fáciles.
vegetal, bosques, praderas, terrenos productivos.
al parecer, que presentaba, es la que ha llegado
Orgánica animal, dedicada al transporte, al labo-
desde el Derecho romano a todos los Códigos mo-
reo, a producciones y reproducciones. Artificial y
dernos : propiedad semoviente, bienes fungibles,
combinada de lo inorgánico y orgánico, o de com-
no fungibles, todo eso es puramente subjetivo
binación indirecta, de elementos inorgánicos, elan
y no dice nada acerca de la naturaleza de las
bocados o complementados. Objetiva : que 11Q
cosas. Que estén fijas o que se trasladen las cosas,
existe propiedad que no esté en esos cuadros in-
que se consuman o no, es una relación puramente
orgánicos, orgánicos y sus combinaciones.
subjetiva, que nada indica acerca de ellas. En
La propiedad subjetiva, como la intelectual,
todas las clasificaciones naturales se busca un
literaria y artística, nace de una combinación in-
punto fundamental ; si se tomara uno accidental,
terior, que, por medio de contratos, a veces inno-
la clasificación seria absurda. Figuraos que, por
minados, y por medios sensibles, se traslada al
ejemplo, se tomase la temperatura para clasificar
exterior.
[ 148 ]
[ 149 ]
carlismo.es
........ ...

D E A R I P R O E D A
Esta clasificación natural y sencilla tiene la serlo de la causa. Al dividir así la propiedad, han
ventaja de poner en la picota algunos sofismas so- dividido también la lógica. Y' la razón era muy
cialistas que se deslizan por la clasificación anti- sencilla, porque ningún socialista ni comunista ha
gua entre la propiedad mueble y la inmueble. encontrado un objeto de propiedad nuevo, ni ha
Todo el linaje humano junto no es capaz de reducido uno antiguo, de los que se conocían, para
crear un átomo ; y si no se puede ser propietario ejercer esa facultad. Todos estamos conformes en
más que de lo que se produce, no existiría pro- cuales han de ser los objetos sobre que versa la
piedad alguna, puesto que todas, por muchas propiedad, y todos estamos conformes en la rela-
transformaciones que se impongan, tienen por ción de exclusión de los demás acerca de esos
base lo improducido. objetos. Porque podríamos poner la propiedad en
¿ Por qué se puede poseer la propiedad mueble un Estado o en un municipio, en una comunidad
y no la inmueble ? La mueble es transformación cualquiera ; pero excluiríamos de ella a otro
de lo orgánico o inorgánico, como máquinas, mo- Estado, a otra comunidad o a otro municipio. Lo
neda o fruto ; o substancia orgánica, como pesca, que varía no es el objeto de la propiedad, en eso
caza. ¿ Por qué hay derecho a apropiarse lo orgá- todos estamos conformes ; no varía la propiedad
nico y lo inorgánico transformado, y no hay de- entre el objeto y el sujeto ; tampoco lo único que
recho para adquirir lo inorgánico ? Hay derecho varía es la calidad del sujeto. El socialismo, sobre
a lo más perfecto, y no lo hay a lo imperfecto. todo en su amplitud, y cuando llega a las fronte-
Lo hay al efecto y no lo hay a la principal de las ras comunistas, no admite más propiedad que
causas o a su base necesaria. aquella que tenga sujetos colectivos, las personas
Y cuando se traslada la propiedad al Estado incorporales, como el Estado. Y se da la singula-
y se le declara único propietario, lo es de la causa, ridad de que las personas físicas, corporales, no
pero no lo es del efecto ; y yo, que lo soy del pueden tener propiedad individual, inmueble o
efecto, al tener la propiedad mueble, no puedo territorial, y, en cambio, las personas incorpora-
[ 150 ] [ 151 ]
carlismo.es
A

les, sí. ¿ Por qué razón ? ¿ Por qué razón las perso-
nas individuales y físicas no han de poder tener
esa propiedad y han de tenerla las personas colec-
tivas y morales que vienen después, siendo así que
para los cultivos de esa propiedad han de tener
necesariamente que servirse del trabajo individual
de las personas físicas ? No podrá nunca respon-
der a esa pregunta el socialismo ; pero menos res-
ponderá a la teoría del trabajo integral.
(Fragmento del discurso pronun-
ciado el 24 de abril de 192o).

[ 152
carlismo.es
LA REFORMA

EL VENDAVAL DE LA REFORMA. EL OLIMPO


"Y EL CALVARIO

Pero vuelve otra vez la tormenta, porque, allá


en el fondo de la selva divina, que iba trans-
formando en una floresta a Europa, quedaba el
arroyo judaico y el arroyo pagano; y la herejía,
que une sus aguas, brota al fin y las mueve con
pasiones desatadas, y estalla la Protesta y el ven-
daval de la Reforma, y es asolada la campiña, y
entonces el mundo lanza un grito y cree que otra
vez va a perecer la Cristiandad, que aquellos gér-
menes de vida que apuntaban, que aquellas flores
espléndidas y lozanas que coronaban esa vegeta-
ci6n sublime, van a marchitarse ; pero no temáis,
porque un aura celeste arrojará sus semillas en
las carabelas que dirige un marino que busca

[ 155 ]
carlismo.es
I D E A R 1 0
para España todo un continente, preparando
una nueva cruzada, e irán a fecundar tierras re-
motas y a crear otras florestas y otras selvas ; y
aunque después vuelva a desatarse el huracán, y
LA CRUZ PROGRAMA DE UNA VIDA. - LOS CATÓLICOS
corran arroyos de sangre como los del Terror,
QUE LUCHAN
y el hacha revolucionaria amenace la cruz y trate
de derribarla, no temáis, porque están próximos
Así lo comprendió el gran Menéndez Pelayo ;
aquellos tiempos en que la Humanidad, rendida,
y por eso, cuando su entrada triunfal en la vida
cansada, fatigada, como una tribu de peregrinos
pública, cuando hizo su aparición radiante en el
sedientos, después de atravesar la planicie abrasa-
mundo intelectual, cuando hubo de apartarse,
da del desierto socialista y de salir sobre las simas
como decía el Sr. Pidal, hasta la ley, porque era
de la anarquía, subirá hacia la colina verdeguean-
una excepción, y era natural que la ley se apar-
te del Vaticano, para abarcar desde allí la Histo-
tara para dejarle paso en aquellas oposiciones,
ria y aprenderla en una sola lección y de una sola
que parecieron reproducción humana de aquella
mirada ; porque allí verá que, al examinar la topo-
otra disputa divina del adolescente Redentor con
grafía de la sociedad entera, no hay más que dos
los doctores (Muy bien); cuando Menéndez Pe-
eminencias que se levantan en ella perpetuamente,
layo hizo su aparición intelectual, trazó un pro-
dos ciudades, y sobre esas ciudades dos ciudade-
grama en un signo, y fué el de la Cruz sobre su
las: una, el Olimpo, y otra, el Calvario, y que
frente, y a ese programa ajusté toda su vida
a una suben las pasiones victoriosas para endio-
(Aplausos). Lo mismo la vida pública que la vida
sarse sobre el Altar, y en la otra está el Altar sobre
privada, porque él no concebía el catolicismo
las pasiones vencidas y humilladas (Grandes
simplemente como una religión y como un culto,
aplausos).
sino como una civilización entera que penetra la

157 ]
[ 156 ]
carlismo.es
I D E A R I 0

filosofía, que penetra la ciencia, que penetra el


arte, porque debe, en cierta manera, penetrarlo
todo (Aplausos). El maldijo, como el Sr. Pidal
ha maldecido ahora con toda elocuencia, aquellas
luchas que ha habido entre los católicos españoles
y que han impedido muchas veces el triunfo de
la tesis católica en toda su plenitud. Yo las mal-
digo también ; pero he de decir una cosa acerca
de ellas : yo creo que los españoles hemos perdido
muchísimo tiempo tratando de estas luchas, por-
REGIONALISMO
que es una cosa singular lo que ha sucedido en
ellas ; hemos perdido el tiempo en tratar de las
autoridades que habían de dirigir la batalla, en la
táctica y la estrategia que se debía emplear en la
contienda, y del sistema de organización de nues-
tros regimientos y de nuestras brigadas ; pero el
caso es que el enemigo no espera a que nos pon-
gamos de acuerdo acerca de la táctica y de la
estrategia y la organización y la dirección, sino
que sigue disparando contra nosotros ; y yo, cuan-
do veo esto, lo que hago es disparar también
(Aplausos).
(De un discurso pronun-
ciado en junio de /912).

[ 158 3
carlismo.es
REGIONALISMO

SU FUNDAMENTO HISTÓRICO

Señores : Cuando se aflojan los lazos morales


de las razas, hay que apretar en la misma-propor-
ción los lazos materiales que oprimen los cuerpos,
para que la sociedad 'no se disgregue. Y como la
política imperante tiende a romper más cada día
-- I y ya va siendo difícil, porque queda poco por
romper — los vínculos que antes estrechaban en
la intimidad de unas mismas creencias y senti-
mientos a las almas, las unidades externas y mate-
riales son cada vez más opresoras, y el contraste
entre lo que se rompe y lo que se estrecha da lugar
a la increíble ceguera de los que hacen la apo-
teosis de las unidades materiales y externas, y se
enfurecen hasta querer arrancar de cuajo lo que
resta de las tradiciones nacionales. De ahí su furia

[ 161

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA — Vol. IV
I D E A R 1 o R E G I O N A LISMO
contra el regionalismo, que las cultiva con amor y en un hecho y en un principio. El hecho es la per-
las aviva allí donde tienen extendidas y soterra- sonalidad de la región, pero no sólo histérica,
das las raíces que se comunican y entretejen por esto es, en el pasado, sino en el estado actual, en
todo el suelo peninsular, porque temen, sin duda, lo que ha quedado, por decirlo así, como resulta-
que puedan llegar a reconocer que tiene mucho do y producto de la Historia, y lo que sería ese
de común la savia que las nutre, y en ese momen- producto si no se le violentase con la presión ti-
to sería bien fácil a sus cultivadores arrancar la ránica del Estado, impidiéndole manifestar los
planta parasitaria del centralismo que las trata -de caracteres peculiares de su vida y sustituyéndola
ahogar entre sus brazos de yedra... con la oficial, postiza y extraña. Y el principio
Hay un error muy generalizado entre los adver- es el derecho que expresa gráficamente el térmi-
sarios del regionalismo que no sé si es voluntario no autarquía, esto es, el derecho de toda perso-
o involuntario, y según el cual se imagina que no na individual o colectiva a alcanzar su fin propio
es otra cosa que una resurrección romántica del por sí misma y sin que otra se interponga, con
pasado, de la que es fácil desprenderse con el so- su acción, entre su actividad y su objeto, tratan-
corrido mote de atavismo y la indispensable reac- do de hacer sus veces y de reemplazarla, aunque
ción arqueológica, que constituye la cómoda pa- para esto necesite la cooperación de las demás
nacea con que la frivolidad moderna cura todos y obre interior y exteriormente conforme al orden
sus descalabros dialécticos. superior en que las prerrogativas de toda persona-
No, señores ; para que el regionalismo exista, lidad se fundan.
no es necesario que las regiones vuelvan a ser lo Y puede negarse la personalidad a las regio-
que eran y ya no son ; basta que no sean ahora nes ? Se pueden desconocer, en las que realmente
lo que deben ser para que tengan derecho a serlo han adquirido relieve para serlo, los caracteres
y a exigirlo. Y es que el regionalismo es un vasto étnicos, si no de razas originarias, de razas histó-
sistema jurídico que se apoya, entre otras cosas, ricas ; las diferencias filológicas que, en mayor o
[ 162 ]
[ 163 ]
carlismo.es
D E A R I O REGIONALISMO

menor grado, todas ostentan, junto con las condi- dado el más hermoso de sus libros a la Iglesia, a
ciones geográficas, y enlazadas todas como unidad la cual rindo gustoso el tributo del respeto y amis-
interna en rasgos peculiares e inconfundibles que tad, D. Emilia Pardo Bazán, ha dicho reciente-
forma, sin menoscabo de la nacional y humana, mente, en un brillante discurso pronunciado en
su psicología particular ? Negar la personalidad Madrid, que el regionalismo carecía de base his-
a las regiones, cuando hasta el lenguaje de todos tórica en Galicia, porque no había agravios que
la confirma al prescindir de la división artificiosa vengar del poder central, como en otras regiones,
de las actuales provincias para designar la proce- ni habían muerto ajusticiados por los monarcas
dencia de cada uno, es tan absurdo, que la nación, más que algunos lobos feudales. Lástima que no
que es más moderna que las regiones y que, como los hubieran ajusticiado a todos, para que no de-
efecto común, apareció después de sus causas, pe- jaran tan numerosa descendencia ! (Risas). Gali-
ligraría también, si tales negaciones fuesen vale- cia tiene un memorial de agravios y un martirolo-
deras, en su ser superior, porque, abarcando más gio, sobre todo rural, tan grande que es difícil que
y señalando con notas el conjunto, por fuerza puedan ofrecer otro semejante las demás regiones ;
sus caracteres, siendo más genéricos, serán más porque el caciquismo que viene padeciendo, apo-
vagos que los regionales. y más fáciles de negar yado y sostenido únicamente por el poder central
por consiguiente. para satisfacer sus necesidades electorales, de-
¿ quién
Y podrá negar que Gal icia, por ejem- muestra, con el triste espectáculo de una pobla-
plo, es una de las regiones de España con fisono- ción que huye de sus hogares a refugiarse detrás
mía propia más marcada y con un sello espiritual de los mares en playas remotas, que supera mu-
más profundo, que no deja de aparecer en ninguna chas veces a los lobos feudales que sometieron los
de sus principales manifestaciones ?... No obstan- Reyes Católicos y entre los que no se encontraban
te, una escritora insigne, ornamento de la litera- los nobles Andrades y los caballerescos Ulloas.
tura gallega y de la literatura nacional, que ha Pero el regionalismo no es obra de ira y de ven-

[ 164 [ 165 ]

carlismo.es
1 D. E A R 1 O
REGIONALISMO
echos y de
s der
ganza, sino reivindicación de lo s la rentes, que revelan la variedad que le ha precedido
libertades para regirse y administrarse a sí mismas y de que esa unidad es el resultado ; pero sobra
las regiones, conforme al modo de ser que ellas para constituir una región ; porque, mirada sólo
tienen y a las necesidades que sólo ellas experi- como un hecho que refleja la correspondencia del
mentan y conocen, y dentro de su órbita, y dejan- modo de hablar con el modo de pensar, de querer
do a cargo general del Estado todo lo que es y de sentir, implica esa producción histórica, como
común. Y que Galicia tiene un modo especial de suele decirse en cierta escuela, una semejanza in-
ser que la diferencia de las demás regiones, lo ha terna y una convivencia secular que supone ya
demostrado en el mismo discurso la ilustre escri- espíritu y carácter y tradiciones y costumbres pro-
tora, señalando con perspicacia algunos de los pios, es decir, cuanto se necesita para señalar
caracteres más visibles de la psicología gallega, es líneas de demarcación moral entre los pueblos.
decir, de lo más íntimo, profundo y espiritual, de
(De un discurso pronttnciado en
lo que informa a un pueblo y lo determina y dis- Santiago el 29 de julio de 1902).
tingue de los demás. Aun sin necesidad de celtis-
mos ni suevismos, ni de recoger todo el caudal de
instituciones y de tradiciones peculiares, bastarían II
la lengua y la literatura para dar incuestionable
base histórica en que asentar su regionalismo. REGIONALISMO Y TRADICIÓN
La lengua, señores, no basta para constituir
una nación, pero sobra para constituir una región. Señores : Esas libertades regionales tienen el
No basta para constituir una nación, porque nutre paladín más esforzado en la Comunión tradicio-
otras naciones ; no hay una sola demarcación an- nalista, y ellas son elementos esenciales de aquel
tigua que no tenga un espíritu común expresado programa que en el orden político nosotros defen-
en lenguas, o cuando menos, en dialectos dife- demos ; nosotros, que nos apoyamos en la tradi-

{ 166 ] [ 167

carlismo.es
1 D E A REGIONALISMO

ción, y que no creemos en esas vanas fórmulas Así, señores, yo brindo por las libertades re-
a priori, de un idealismo trasnochado, que, apren- gionales, una de las bases y de los fundamentos
didas en un libro trazado a compás sobre un esenciales de nuestro programa ; y brindo, como
mapa de Gabinete, quieren encerrar en círculos su coronamiento natural, por la unidad española
tan mezquinos la realidad histórica que se ha for- y por la del Estado, que sobre esa unidad puede
mado bajo la acción de 'principios opuestos ; nos- fundar la suya. Y brindo por esas dos unidades
otros, que no podemos afirmar esas fórmulas a apoyadas en los principios históricos y tradiciona-
priori, porque'creemos en esa realidad histórica, listas, sin los cuales ni la unidad española ni la
que se ha fundado sin obedecer a más programas del Estado serían posibles. Y al brindar por ellas
que el de la Iglesia católica, en la cual el plan y y por esas gloriosas libertades a que tienen dere-
el arquitecto, como el principio de la creación, cho todas las regiones españolas, por carácter de
fueron un mismo ser, para que sirviese de bosque- hijo adoptivo de Navarra, por la representación
jo a la sociedad española ; nosotros, que sabemos que ostento, ya por sexta vez, de esa gloriosísima
eso, creemos que cuanto más trabaje cada región tierra, tengo el deber, que es además sentimiento
y más ahonde en las capas históricas que la for- gratísimo, de brindar por ella.
man, más llegará a encontrar los cimientos de su I Quién n9 ha de brindar por aquella heroica,
constitución interna, y, soterrada en ellos, alguna maravillosa Navarra, que, en medio del desierto
veta que la una con las otras regiones ; y cuando centralista, ha sido, con las provincias Vasconga-
todas hayan cavado lo bastante para dejar a des- das, el oasis de las libertades patrias que todas las
cubierto el edificio que la Revolución ha tratado regiones tuvieron con sus libres municipios y sus
de cubrir con escombros, no habrán hecho otra gloriosas Cortes ; pero que, una• vez perdidas,
cosa que sacar a la luz del sol, a recibir los es- quedaron en Navarra y en las Vascongadas, como
plendores de una nueva vida, la constitución in- se dijo en un Congreso internacional, conserván-
terna de toda nuestra España (Aplausos). dose a manera de un grano de almizcle para que

[ 168 [ 169 I

carlismo.es
D E A E G I O N A L I S M O

perfumara la atmósfera de España emponzoñada vida terrenal y volver a su monasterio, advirtió


por el centralismo ! los cambios del tiempo.
Así salvaron las libertades éuskaras y las En él me parece ver como reflejada esa alma
libertades navarras esas gentes vigorosas dis- heroica de Navarra, que, en medio de los cambios
puestas al sacrificio y que son el lazo entre la de los sucesos y los siglos, permanece enérgica,
nobilísima raza vascongada y la potentísima raza inmutable, con la misma virtualidad de los espa-
aragonesa. ñoles de los siglos xvi y xvii, como desafiando al
Esa raza navarra, de hombres de raza viril y tiempo con los músculos de acero de sus hijos,
enérgica, está representada por aquella gloriosa más fuertes que las raíces de los robles que abra-
personificación, San Francisco Javier, el Apóstol zan secularmente el granito de sus montañas, que
sublime, el Bautista español, que trajo millones es uno de los pedestales sobre los que se ha
de hombres a la grey católica en Asia, cuando en de asentar la regeneración de la patria española
Europa intentaba robarnos la Protesta. (Aplausos).
El personificaba gloriosamente a aquella Na- Y brindo por Castilla en nombre de todos los
varra que yo contemplé como petrificada en una regionalistas españoles, porque yo he oído de la-
sola imagen : en el monasterio de San Salvador bios de uno de los más ilustres regionalistas cata-
de Leire, representación de su vida, siendo a la lanes, el Sr. Doménech, unas palabras que han
vez sepulcro de los Reyes, salón de Cortes y de quedado grabadas en mi corazón, y que expresan
Cortillos y palacio de los Monarcas, como si allí cuáles son los sentimientos íntimos y verdaderos
se quisieran aunar toda la historia de Navarra y su de todas las regiones, que una Prensa, que no
fe y su carácter, encarnados en aquel famoso siempre responde a la moralidad de la referen-
monje Vigila, que, embebido oyendo el canto de cia, suele alterar muchas veces. Si se dijese lo
un ave misteriosa, como sumergido en la eterni- que realmente piensan unas regiones de otras,
dad durante tres siglos, sólo al despertar a la cesarían esos odios y antagonismos que encienden

[ 170 ] [ 171

carlismo.es
DE A R 1 O R E G I O N A LIS1V10
aquellos que a todas horas hablan de la unidad una profunda intimidad : el de los castellanos vie-
de la patria contra los que son más patriotas jos y el de los catalanes.
que ellos. Pues bien : cuando eso se dice por esos hom-
Yo he oído, repito, a un ilustre regionalista bres, observadores atentos de la realidad regional,
catalán, al Sr. Doménech -- hablando de Castilla, es justo que desaparezcan estos antagonismos en-
después de reconocer con una imparcialidad que tre región y región que fomentan aquellos que
tenía algo de dura, no sólo ras grandezas y el ca- temen la hermandad de esas regiones para la de-
rácter catalán, sino algo que él señalaba como sus fensa común (Aplausos repetidos).
defectos — las siguientes frases : ((YO en Castilla Divide y vencerás, será eternamente lema de
admiro dos cosas singulares, en las cuales está todos los tiranos ; y el tirano centralista tiene que
sin duda ninguna un principio de regeneración de sembrar odio y discordias entre aquellos que, si se
España, y en las que .supera a las demás regio- unen y se juntan, lo harán desaparecer para siem-
nes: la manera admirable de representarla en el pre de los anales de la Historia. Esa es la causa, y
extranjero y el carácter singular de dominadores no otra, que mueve tantas plumas y mueve tantos
que tienen los castellanos ; sí, tienen algo de ro- labios a lanzar el epíteto de separatistas contra
manos, como diplomáticos y guerreros ; y creo que aquellos que con sus hechos están demostrando
una de las causas de la decadencia peninsular es que no defienden la causa de una región sola, sino
la decadencia de Castilla» (Aplausos). la de todas las de España ; y como en la región
El Sr. Mañé y Flaquer afirmaba en un libro, heroica, admirable, viril, de Cataluña, a la que
defendiendo el regionalismo contra los ataques tantos vínculos de afecto me ligan, no sólo se sien-
del Sr. Núñez de Arce, que, aunque pareciese a te el espíritu regional, sino que, animado y forta-
los pocos observadores una paradoja, era lo cier- lecido por el tesón heroico de su raza, traspasa los
to que, de los caracteres peninsulares, dos eran los linderos de su glorioso principado y se extiende a
que más semejanza tenían, hallándose ligados por otras regiones, levanto mi copa y brindo por la

172 ] [ 173 1

carlismo.es
D E A R REGIONALISMO

gloriosa Cataluña, que está defendiendo, ahora lado de la integridad de la fe religiosa; que segui-
fr que nunca, la causa común de España.
más rá ondeando hasta el último momento de su vida
Brindo por la España regionalista, que tuvo la y de la de España ; porque, si llegaran tiempos
última magnífica expresión histórica en la guerra tan adversos en que esta patria pudiera extinguir-
de la Independencia, a un tiempo nacional y a se, sobre la pira que formen sus escombros, esa
un tiempo regionalista ; y en la cual, señores, se bandera amarilla y roja, que es la catalana, que
vió, por raro prodigio, de qué manera aunaron el llevó Alfonso V a Nápoles y trajo de Nápoles a
sentimiento nacional común y el sentimiento re- España Carlos III para hacerla enseña común de
gional, cuando las regiones, instintivamente y sin todas las regiones, sería como la última llama, que
querer, cambiaban entre si de caudillo para diri- se elevaría al cielo simbolizando la plegaria de
gir sus ejércitos ; pues, como se ha notado muy un pueblo y de una raza que, al morir, daba el
bien, un catalán, el general Manso, mandaba las postrer testimonio de lo que fué siempre el ideal
fuerzas castellanas, y un andaluz, el general Al- de su vida (Grandes muestras de aprobaci6n).
varez de Castro, se levantaba un pedestal en la (De un discurso pronunciado
pira gloriosa y sangrienta de Gerona (Nutridos en Madrid en mayo de 1907).
aplausos).
Yo no puedo brindar por la España regiona-
lista sin brindar por la Monarquía tradicional, a III
cuya sombra se ha formado ; y no lo• puedo hacer
por la Monarquía tradicional 'sin brindar por su REGIONALISMOS DIFERENTES. — LAS ATRIBUCIONES
glorioso caudillo, al que va entusiasta mi brindis, DEL ESTADO
para que siga manteniendo, sin plegarla jamás,
que no lo hará (ya conocemos su carácter), la Os he formulado, hace días, la tesis capital
bandera en donde brilla el blasón regionalista al del regionalismo.

[174]

carlismo.es
RE O ION A L I - M O
Desarrollar ahora todo el programa, sería cosa dente de las sociedades complementarias : los mu-
imposible e impropia de un discurso pronunciado nicipios, donde se aúnan las familias para llenar
como brindis de un banquete ; pero sí quiero re- las necesidades comunes que cada una no puede
coger la afirmación capital del Sr. Pidal y deciros satisfacer por sí misma, y que hacen, por lo tanto,
• que hay dos clases de regionalismo, o mejor di- de los municipios una sociedad natural y no una
cho, dos doctrinas diferentes y contrarias, que creación legal del Estado ; que se desarrolla en la
llevan, a veces impropiamente, el mismo nombre comarca, y no diré en la provincia, para evitar el
que sólo a una corresponde. sabor imperialista romano, y que llega a la región
Hay un regionalismo separatista, que no es el como la entidad más alta de esa jerarquía ascen-
regionalismo, sino el «nacionalismo» ; y hay un dente, que se completa con otra de sociedades de-
regionalismo esencialmente español, que es el que rivativas también de la familia, como la escuela,
yo defiendo y propugno ; el regionalismo separa- la Universidad y ciertas Corporaciones econó-
tista lo defienden los bizcaytarras en Vizcaya y en micas.
Guipúzcoa, y los napartarras en Navarra, y en Las clases, marcadas por los fines y categorías
cierta manera, aun cuando no diré que está en la en que se reparte la actividad social, son como las
intención de todos, pero sí en las consecuencias- de zonas que atraviesan y enlazan esa doble jerar-
su programa, la Liga de Cataluña. quía y que existen con ella, siempre que poderes
Para señalar bien la diferencia, voy a examinar opresores no las aplastan, y que brotan de nuevo
brevemente el regionalismo, desde el punto de cuando la opresión pasa.
vista del Estado y desde el punto de vista de la Esa soberanía social, no sólo no es creación
nacion. del Estado ; más bien es el Estado una creación
Yo defiendo eso que he llamado «soberanía de la soberanía social, que le necesita como com-
social», que crea, que nace y germina en la fami- plemento ; y por eso viene éste después como «so-
lia y se desarrolla en una doble jerarquía aseen- beranía política» para dirigir el conjunto de las

[ 176 ] [ 177 ]

carlismo.es
Vol. IV
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. 12
I D E A R I 0 RE GroN A LIS14 o
regiones y de las clases, corno una consecuencia Fuera de estas atribuciones fundamentales,
de esa doctrina. todas las demás corresponden plenamente a las
He afirmado y sostenido siempre las libertades regiones, clases y municipios.
concejiles, las libertades comarcanas, las liberta- Observad ahora el principio regionalista desde
des regionales. Y por eso creo que no le corres- el punto de vista de la nación. ¿España es una co-
ponden al Estado más atribuciones que estas que lección de naciones congregadas por un Estado, o
constituyen los predicados esenciales de la sobe- una federación de regiones que han participado de
ranía política, y que son corolarios de la dirección una vida común y colectiva a lo largo de la His-
suprema de lo que es acción social común : la re- toria y que se han formado una unidad superior
lación religiosa, social y política de la Iglesia ; las nacional que con sus caracteres las sella y las en-
relaciones internacionales, diplomáticas y mer- laza?
cantiles ; las relaciones interregionales y entre las Y ved aquí la tesis opuesta : para los bizcay-
clases, y, por lo tanto, la facultad de defender en tarras y napartarras y la Liga, .España es un con-
justicia los conflictos entre las varias regiones y junto de naciones enlazadas por un Estado que no
entre las distintas clases, y las contiendas entre tiene más que una soberanía política común sobre
las clases y las regiones y las de las clases entre sí, ellas. Para mí, España es una congregación de re-
cuando todas estas entidades no puedan resolver- giones que tienen personalidad histórica y jurí-
las por sí mismas ; el Poder coercitivo, representa- dica distinta, pero que no son todos completos, ni
tivo y represivo para amparar el derecho de las unidades históricas y sustancias independientes,
personas individuales y colectivas ; -la defensa in- sino que han juntado una parte de su vida y con
terior y exterior de la sociedad y el territorio con ella han formado esa entidad superior, obra de
el Ejército y la Armada, y los medios de comuni- ella y que obra sobre ella, que se llama España
cación que trascienden de los límites regionales, (Muy bien, muy bien).
y los económicos necesarios para estas cosas. Lo que constituye una nación es lo que suele
[ 178 ] 179 ]
carlismo.es
llamarse, en un sentido metafórico, alma na-
cional, espíritu nacional ; y el espíritu nacional Formación de la nación
está constituido por un fondo común de creencias,
de sentimientos, de aspiraciones y tradiciones fun- Y por eso decía, en frase que considero gráfica,
damentales. que los factores que obran primero sobre la región
No hay una nación — lo he dicho muchas ve- producen después la nación, que es semejante a
ces, y lo quiero repetir, porque considero gráfica la un río formado por afluentes: los afluentes son las
frase para expresar la idea,—no hay nación algu- regiones ; el río es lanación ; elíor no puede exis-
na que brote de una sola fuente ; todas proceden tir sin afluentes, y los afluentes pueden existir sin
de fuentes diversas. Cuando el territorio, el clima, el río; pero, para que no se forme el río, sería ne-
la raza, las conquistas y reconquistas, las influen- cesario variar la dirección de los afluentes y hacer
cias de los pueblos extraños y las vicisitudes de que se dispersasen y perdiesen en pantanos y are-
una larga historia-llegan a amasar un todo social, nales ; por eso yo afirmo el Tío y los afluentes ; los
la resultante común de tantos factores abrazados afirmo con aquella dirección histórica que no mar-
por una creencia que los penetra y enlaza, adquie- c6 el capricho, sino la necesidad, y que ha obli-
re caracteres psicológicos, más aún, caracteres ét- gado a converger y a juntarse en el río nacional.
nicos y geográficos que la distinguen de las demás, El error separatista tiene su origen en una
y la nación está formada. falta de lógica, en una violación del método, y
El espíritu nacional que anima ese todo, y lo que es el procedimiento que suelen usar los sepa-
mismo sucede con el regional, como nadie niega, ratistas y que los lleva a conclusiones absurdas.
no es como el espíritu y el alma individual sub- Señores : una observación exclusiva, el análi-
sistente ; es un efecto común, pero que, una vez sis excesivo de un objeto, son causa del error, por-
producido, obra como causa y acciona sobre las que mutilan la verdad, que es la realidad com-
pleta.
que le dieron el ser.

[ 180 I [ 181

carlismo.es
D E A R I 0 REGIONA L 1 S M O
Así, si estudiamos una molécula separada de demás instituciones regionales e históricas, lleva
todas las demás moléculas, en vez de afirmar un a creer en seres sociales de originalidad tan ex-
hecho, lo que podemos afirmar es una abstrac- traña que apenas están comprendidos en los gé-
ción, porque en la realidad, fuera de nosotros, no neros y las especies conocidos.
se da aislada, ni separada, sino unida, por una Cuando aplican ese criterio a los pueblos de
trama de relaciones, a todas las demás. Y lo que historia común y general más acentuada, como el
sucede en las ciencias naturales se repite en las nuestro, les contemplan como vastas planicies
sociales. arrugadas en algunos puntos de cordilleras, pero
•La ciencia necesita una doble visión : la visión donde sólo se levantan como única vegetación
de las hormigas y la visión de las águilas, la del algunos árboles solitarios rodeando a uno más
pormenor y la del conjunto (Muy bien, muy bien). alto : el Estado, que da, como el manzanillo,
Por eso, cuando se estudia una institución y su sombra maléfica a los demás.
desarrollo en la Historia, y se la estudia aislada, Esa es una visión falsa de la
realidade y d la
no se la comprende bien. En la Historia hay que historia ; no ; eso es afirmar el árbol y negar el
estudiar las instituciones por un método de com- bosque, sin advertir que el árbol tiene, como nos-
paración y de eliminación con otras instituciones otros, sus raíces en el mismo suelo y las ramas en
análogas y coetáneas, porque es necesario sumar la misma atmósfera, y que el bosque regulariza
semejanzas y restar diferencias para ver lo vario las lluvias, recogiendo una parte en el subsuelo,
en lo uno, y lo uno en lo vario, que son los facto- y que las nubes amarillentas de las hojas que
res del orden, la ley que rige a un mismo tiempo arrancan los vientos otoñales van formando el
los entendimientos y las cosas (Muy bien, muy humus, y que los troncos se acercan y las copas
bien). se juntan para resistir el ímpetu del huracán ; y
Por eso el estudio exclusivo, aislado, de una sin ese bosque, el árbol solitario no saldría de las
región o de una historia, prescindiendo de las proporciones del arbusto vacilante o desmedrado,

[ 182 ] [ 183]

carlismo.es
1 D E A R 1 O REGIONALISMO

o se alzaría indefenso, provocaría el hacha del daneta, sin Legazpi y Sebastián Elcano, no se
leñador o la centella del cielo (Grandes aplausos). concibe la conquista de San Francisco ; y sin Fran-
Yo afirmo el árbol y afirmo el bosque ; afirmo cisco Javier, la evangelización y el dominio de las
la personalidad histórica y jurídica de las regiones, Indias ; y sin San Ignacio de Loyola, la Contra-
pero creo que todas ellas han contribuído a formar protesta del siglo xvi ; y sin Zumárraga y el Padre
este todo admirable que se llama España y que Anchueta y Montova, no se concibe la civilización
esparce esencias de su substancia y de su vida. de América ; ni la hora trágica de Trafalgar, sin
Churruca ; ni las contiendas políticas y religiosas
La unidad de la Historia del siglo xix, sin el esfuerzo de ese pueblo ; sin
la región éuskara también quedaría mutilada Es-
Y si queréis la prueba experimental, proceded paña (Grandes aplausos).
por eliminación, y veréis cómo basta suprimir la Suprimid a Cataluña y a Aragón, que nos han
obra común que aportó al conjunto, con su vida, dado el dominio del Mediterráneo, las Baleares
cualquiera de las regiones, para que no exista ni y el reino de Nápoles, y sin ellos no se conciben
se comprenda la existencia de España. las empresas del gran Capitán en Italia y las
luchas que originaron las guerras del siglo XVII y
• • • •
el siglo XVIII; sin el Bruch y Gerona, no se con-
Pues en esa obra suprimid la gloriosa monar- cibe la guerra de la Independencia, y queda des-
quía asturiana con sus doce reyes, y no existe el garrada y mutilada la historia de España.
Estado leonés formado al otro lado de la cordi- Suprimid la monarquía episcopal compostela-
llera, y no existiría tampoco el Estado castellano ; na, con Sisenando, que muere en la batalla de
y con los dos falta la vía central de la reconquista, Fornillos para salvarnos de la invasión normanda ;
y queda mutilada España. con Gelmírez, uno de los más grandes estadistas
Suprimid la confederación éuskara, y, sin Ur- de la Edad Media, que en el siglo xll forma la

[ 184 1 [ 18.5

carlismo.es
IDEA I 0

escuadra para atacar por el mar a los sarracenos el principio del verdadero regionalismo que los
y que sirve de base a la que un siglo más tarde armoniza.
dirige Bonifaz para la conquista de Sevilla ; con Así, en el período culminante de la Monar-
Pedro Suárez de Deza, que acaudilla el ejército quía gótica, cuando Leovigildo había terminado
gallego, que rinde a Santander. la unidad territorial, Recaredo, sobre la base de
Suprimid a Alfonso VII, pupilo del conde de la unidad religiosa, estableció la base de la futu-
Nava y de Gelmírez, conquistador de Almería ; ra unidad nacional, y en los concilios toledanos
y a D. Fernando Freire de Andrade, émulo del se iba elaborando la unidad legislativa para ter-
Gran Capitán de Italia, y a los audaces descubri- minar con la inicua ley de castas.
dores de América ; y, sin lagloriosa región agru- Un hombre insigne, San Isidoro, el que, en las
pada alrededor del sepulcro del Apóstol Santiago, Etimologías, escribía la primera enciclopedia me-
queda desgarrada España. dioeval, como si quisiese evitar toda unidad opre-
Vivimos seis siglos bajo el mando de Roma ; sora, nos daba aquella soberbia fórmula que en-
tres bajo el caudillaje de los godos ; durante toda cerraba todas las condiciones de la ley y en la
la Reconquista y durante los siglos XVI, XVII y que, después de indicar que ha de ser honesta,
xvill, caminamos bajo la dirección de la misma justa y posible, agrega que ha de ser secundum
realeza y tomamos parte en sus vicisitudes como naturam, para señalar la circunstancialidad del de-
ella la tomó en las nuestras. recho natural ; pero añadiendo al mismo tiempo
esta frase magnífica que encierra todo el principio
Defensores del regionalismo regionalista y la esencia de la verdadera escuela
histórica : secundum patriam, según las costum-
¡Y cosa singular ! Grandes pensadores espa- bres mismas de la patria, y no las costumbres mo-
ñoles en los momentos críticos en que la unidad deladas o cambiadas según la arbitrariedad de los
se afirma con más vigor, afirman la variedad y legisladores ideólogos.

[ 186 ]

carlismo.es
E A R I O REGIONALISMO
Los Reyes Católicos realizan en España la se- españoles, en los comienzos del siglo, dos libros
gunda unidad política ; y los procuradores de unas funestos, — pues si uno de ellos encerraba alguna
Cortes de Valladolid, en los comienzos del si- verdad, la encerraba incompleta — : el «Espíritu
glo xvi, en una frase bien conocida, dicen y de las leyes» y el «Contrato social» ; cuando se
son palabras suyas que recuerdo casi textualmen- reunían los legisladores para escribir una Cons-
te — : «Cada provincia abunda en su senso, y por titución uniformista que trataba de encerrar la
eso las leyes de ordenanzas quieren ser conforme sociedad española, prescindiendo de su historia,
a la provincia y no pueden ser de una manera, ni en fórmulas traducidas, un asturiano insigne—que,
disponer de una forma para todas las tierras)). si sufrió flaquezas y desvaríos en lo que se refiere
¡ Y no hablaban más que de la tierra de Castilla ! a la parte económica con la influencia que sobre
¿ Qué sería si hablasen de todas las regiones ? él ejerció el «Tratado de la desamortización» de
Cuando ya la Monarquía decae, y quiere unifor- Campomanes y la versión que acababa de hacer
marla con una centralización antifuerista el Conde Ortiz del libro de Adam Smit Jovellanos, en
Duque de Olivares, un Obispo ilustre, el famoso los notables apéndices a la memoria de la Junta
Juan de Palafox, en un libro que titulaba «Juicio Central, reivindicó, enfrente de la Constitución
interior de la Monarquía)), señaló, como una de externa, idealista y afrancesada, el criterio funda-
las causas d dearan
afánunifor- mental de la Constitución histórica interna espa-
mar los reinos aplicando a unos las leyes de los ñola. Lástima fué que muriese el año 11, que, de
otros ; lo cual decía que era como trocar los frenos haber entrado en las Cortes de Cádiz, al lado del
y los bocados a los caballos ; porque es necesario Cardenal Inguanzo y Camaragny, que conocía la
— añadía — que las leyes sean como el vestido, tradición española, es posible que la obra de aque-
que se acomoda a la forma del cuerpo, y no el llas Cortes hubiera sufrido cambio radical, seña-
cuerpo a la del vestido (Muy bien, muy bien). lándoles los principios y la restauración del verda-
Y cuando gobernaban a muchos intelectuales dero régimen representativo, y no su falsificación.

[ 188 [ 189 1

carlismo.es
D E A R I 0 R E G I O N A L I S M O

El regionalismo es, por consiguiente, una ex- terminar en la separación, en la guerra y en la


presión de aquella variedad nativa que exige la anarquía de unos reinos de Taifas, que es la do-
personalidad afirmada en la Historia con caracte- minación del más fuerte, si no se anticipan los
res indestructibles, pero que sostienen al mismo extraños, imponiéndoles a todos la servidumbre
tiempo la unidad nacional y no simplemente la (Aplausos).
unidad del Estado. Cuando, últimamente, los re- (De un discurso publicado en El Correo
Español, el día 3o de abril de 1916)
presentantes de la Liga catalana afirmaban que
España tenía una unidad política, la del Estado,
pero que al mismo tiempo estaba formada por IV
una variedad de naciones, venían a poner en liti-
gio la existencia del Estado mismo, porque basta LA CONSTITUCIÓN CATALANA
aplicar el llamado «principio de las nacionalida-
des» — de que tanto abusaron los publicistas y Y expresado aquello que se refiere a los deli-
gobernantes de principios y mediados del si- tos de opinión contra el Estado y contra la Patria,
glo XIX y que se formula así : «Toda nación tiene y mi concepto acerca de las relaciones entre la
derecho a convertirse en Estado independiente» — jurisdicción militar y la jurisdicción civil, yo debo
para que, si no hay una nación común y si no hay declarar aquí, respondiendo también a ciertas pa-
una vida superior con caracteres propios, sino labras pronunciadas esta tarde por el Sr. Zulueta,
una multiplicidad de naciones, la que se consti- que es verdad que la Constitución catalana es
tuya sobre ellas como Estado será una soberanía una de las más perfectas y acabadas de las Cons-
política sin base estable, una unidad externa y tan tituciones peninsulares, en donde el organismo de
frágil que se romperá en el momento en que cada las Cortes había llegado a ser más perfecto en su
región pida su Estado correspondiente, que es organización que las Cortes castellanas, y aun casi
lo que mañosamente se venía preparando para que todas las de la Península ; que esas tradicio-

[ 190 ]

carlismo.es
REGIONALISMO

nes son eminentemente libres, no quiero decir li- El mismo Sr. Zulueta decía : Hay una comu-
berales, porque son cosas muy diferentes el con- nidad de tradición entre todos los pueblos penin-
cepto de la libertad y el concepto de liberalismo, sulares que sería inútil negar. ¿ Cómo vamos, por
y, a la hora presente, apenas hay un liberal que ejemplo, a negar la correspondencia de los atribu-
se estime, un liberal radical, que no niegue la tos esenciales de las Cortes catalanas, no ya con
libertad psicológica, porque, o es positivista o es las valencianas — porque al fin éstas eran una
panteísta ; niega la libertad en el orden psicoló- dependencia del Condado catalán —, sino con
gico, y después, por una inconsecuencia, la pide las aragonesas, con las de Navarra, con las cas-
absoluta en el orden social y en el político, co- tellanas, con las portuguesas ? Y aun más : se
existiendo en un mismo individuo dos principios podía generalizar el sistema de tal manera, que
contradictorios : por un lado, afirmando que la pudieran señalarse tantas analogías entre las dif e-
libertad no es más que una determinación fatal ; rentes Cortes peninsulares, en la Edad Media, los
y por otro, afirmando esa libertad absoluta en Estados generales de Francia, los Parlamentos de
todos los órdenes de la vida. I Esas son armonías Inglaterra y las Dietas de Alemania, Polonia y
que ya resolverá él mismo cuando resuelva otras Hungría, como pueden existir en el momento pre-
cuestiones ! sente entre todos los Parlamentos europeos. Aqué-
Pero — señalando la diferencia que nos sepa- llas estaban fundadas en lo que yo he llamado
ra por lo que se refiere a la autonomía de la ra- (y expondré algún día) la soberanía social, que yo
zón, que implica la tesis liberal — estoy conforme distingo de la soberanía política, que hace tiempo
en todo lo demás que afirma el Sr. Zulueta. Es vienen confundidas, y es necesario deslindar.
una verdad muy grande que eso no era privilegio
• • • •
exclusivo de la Constitución catalana, sino de las
• • •
Constituciones que se fueron formando en el curso
de la Historia.

[ 192 ] [ 193 ]

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV 13
•:.

R EGIONALISMO

Lenguaje de los antiguos respecto a Cataluña Y no quería establecer esa uniformidad que
hay en otros territorios, tratando de aplicar un
Cataluña le representa hoy vigorosamente, y
mismo régimen, porque no intentaba Saavedra
es un error inmenso, uno de los más grandes
Fajardo imponer una sola ley. «La Monarquía,
errores que puede cometer el Poder : el de negar
decía, se hermosea con la variedad de sus vasa-
aquello que es legítimo, aquello que una sociedad
llos, siendo mayor la gloria de tener por súbditos
demanda y pide. Siento que el estado de mi salud
a los más exentos...» ¡ Así se expresaban aquellos
no me haya permitido copiar algunos períodos,
hombres en los momentos de la lucha cruenta, en
algunos párrafos, de un opúsculo hermoso de
que no se trataba sólo de pedir libertad, de pedir
Saavedra Fajardo, Locuras de Europa, para que descentralización, de pedir algo de aquello que
se viera cómo trataban los políticos españoles del
casi se atrevió a prometer, en un momento orato-
siglo xvii esta cuestión cuando se planteaba con
rio, el Sr. Moret, y que, por ser oratorio y por ser
las armas en la mano, y para que se viera la
del Sr. Moret, en esas condiciones en que no era
diferencia de como la tratáis vosotros en los pre- sincero (Risas), o sea la realización de todo un
sentes momentos.
programa ! No os acordáis cuando, con vuestro
¡ Qué dulzura, qué amor ! ¡ Qué expresión de folleto en la mano (dirigiéndose a los señores di-
afecto sincero revela hacia Cataluña! ¡ Qué pon- putados regionalistas), os decía : «¿ No es más que
deración de sus libertades y de sus fueros, en el
esto lo que pedís ? Esto os lo concedo en seguida».
momento en que estaba en armas, hacía aquel
Sólo que, al día siguiente, vino el Sr. Conde de
político castellano ! No hay en él nada de acritud
Romanones y nos trajo un proyecto de ley muni-
y molestia. Sólo le dice : «No creáis en Francia :
cipal, que era la negación hasta de toda idea
aquéllos son políticos que os dominarán y avasa-
descentralizadora. Y así se cumplen las promesas,
llarán ; creed en vuestro Rey, en ése, que no os
y así se cumplen las palabras.
oprimirá».
¿Cómo queréis que tenga nadie fe en vosotros,
[ 194 1
carlismo.es
D E A R 1 O REGION A L 1 S M O
1
si aquí no hacéis más que prometer una cosa en
la oposición, para luego tener el gusto de negarla
en el poder? ¿No os acordáis, señores, que, cuan- V
do surgió uno de los conflictos que fué principio
LA JUNTA DE DEFENSA Y EL REGIONALISMO
de otros más grandes, se decía : Balas y no notas,
y hubo notas y no balas ? ¿ No os acordáis que se
Indudablemente, si la Coruña no fuera la ca-
decía : La autonomía es la paz, y que la autono-
is que se decía : pital de Galicia, merecería serlo, y que todas las
mía fuéla guerra ? ¿No os acordá
El sol de la victoria alumbrará nuestras almas, y ciudades y villas de la hermosa región la aclama-
que lo que alumbró fué nuestra derrota? Si apenas sen como tal por medio de un plebiscito.
se pronuncia una palabra solemne desde ese ban- El tesón, la energía y la virilidad en el mante-
co que no vaya seguida de un triste desengaño, nimiento, no sólo de su derecho, sino de las pre-
¿ cómo hemos de tener fe en aquel régimen del rrogativas regionales, hacen que esa ciudad, azo-
despotismo ministerial, en aquella sociedad fun- tada por las olas hirvientes del Orzán y acariciada
dada en el puro funcionalismo, de que tan elo- por las ondas azules de aquel golfo, que forma un
cuentemente hablaba el Sr. Maura ? puerto semejante a los del Mediterráneo, a pesar
de hallarse abierto en las procelosas aguas del
(Del discurso pronunciado en
el Congreso de los Diputados, Cantábrico, aparezca, en medio de la noche fusio-
el día 3 de marzo de igo6). nista que nos rodea, como un foco más brillante
que la histórica torre de Hércules, que se alza
como un gigante agobiado por el peso de los
siglos en las tajadas peñas de su costa.
La Junta de Defensa ! Cuando se la compara
con el Gabinete de Sagasta, ella parece el Go-

( 196 r 197 ]
carlismo.es
]
I D E A R 1 0
REGIONALISMO
bierno, y éste una Junta de perturbadores ado-
grandioso alcázar que las generaciones habían ido
cenados.
levantando con poderoso esfuerzo sobre los eternos
En los comienzos de esta centuria, ante la pilares de nuestra constitución interna.
oleada invasora de las tropas napoleónicas, que
Las regiones fueron avasalladas por el Estado
querían arrollar la independencia nacional, las
centralizador y absorbente que reconoce libertades
regiones, adormecidas por el sueño letárgico que
anárquicas al individuo y niega las de la clase y
producía el absolutismo regalista del pasado si-
la corporación, para encontrar enfrente de su vo-
glo, despertaron sobresaltadas ; y sus miembros
luntad omnipotente montones de polvo en vez
entumecidos recobraron nuevo vigor, y se conden-
de muros ciclópeos, desbordando su poder sobre
saron sus impulsos en aquellas memorables Juntas
todos los organismos sociales ; y la nivelación
de Defensa que brotaban como por generación
igualitaria del uniformismo sustituyó la rica y lo-
espontánea en el suelo fecundo de la patria que
zana variedad, elemento indispensable del orden
habían ido labrando con esfuerzo secular las ins- y la vida, con la simetría funeral de los cemente-
tituciones seculares bajo cuyo amparo se desarro- rios, imagen de la muerte.
lló la vida de nuestro pueblo, que no lograron
Las unidades nacionales fueron hundiéndose
extinguir las importaciones exóticas que aparecen
en el sepulcro ; un cierzo desolador pasó como
en nuestra historia como el prólogo de la obra aura maléfica sobre la patria común, trocada en
desatentada de la Revolución moderna.
osario de cuerpos desgarrados ; y sobre aquella
Vinieron días aciagos, y, al grito de libertad
vasta sepultura se levantó el Dios Estado como un
repetido inconscientemente por las muchedumbres
túmulo funerario. Los poetas, amadores de la pe-
liberales, fueron cayendo, uno en pos de otro,
queña patria y cantores de sus glorias, suspendie-
todos los restos forales, recuerdo de la antigua de-
ron la lira del triste sauce, que parecía velar aquel
mocracia cristiana, que aun se alzaban sobre los reino de la muerte, y los vientos revolucionarios,
hogares vascos y navarros como viejas almenas de
al hacerla vibrar, sólo arrancaron de sus cuerdas
[ 198 ]
[ 199

carlismo.es
I D E A o REGIONALISMO

notas de dolor, semejantes a los ayes de los mo- ribundos el lenguaje de los antiguos días ; y, poco
ribundos. a poco, con el nombre de regionalismo, los muer-
Parecía que la libertad había muerto y que tos se levantan de la huesa, arrojan el sudario ; y
sólo quedaba en las Constituciones modernas, aunque la rigidez de sus miembros enflaquecidos
como su emblema sarcástico, la careta que usan denuncie las torturas del sufrimiento, el ardor con
los tiranos cuando quieren hacer aborrecible cosa que se aperciben a la lucha demuestra que aun
tan augusta. permanece inexhausta la fuente de las viriles
Los cantos de libertad en la muchedumbre de energías.
municipios esclavos y de regiones sujetas a servi- ¡ Las regiones resucitan !
dumbre comenzó a producir el mismo efecto que Los moribundos abandonan ya el lecho del
las canciones de orgía en el recinto de los ce- dolor. La libertad tradicional y cristiana se ciñe
menterios. las sienes como una desposada con la diadema
Los miembros de la familia nacional comen- de 1 s derechos hollados, aparta la ergástula de
zaron a sentir cada vez más fría y más pesada la los esclavos, rompe la argolla de la servidumbre,
losa del sepulcro. presentándose ante las miradas de los pueblos
Una voz, que parecía bajada de las alturas, re- ataviada con las virtudes que ellos conocen, por-
sonó como un canto de victoria y como un grito que son los recuerdos de su historia y los emble-
de guerra en las bóvedas funerarias ; y el milagro mas de sus glorias.
de la resurrección de Lázaro, saliendo de la estre- Las Juntas de Defensa, agrupaciones de revo-
chez de la tumba al mandato de- 1 Señor, pareció lucionarios a los ojos de ministros de alzada, son,
renovarse ante los ojos absortos de los opresores. ante la inteligencia de los pensadores, síntomas de
El ángel de la libertad, que no tiene más sím- salud, voces de libertad, jurados de la tradición
bolo que la Cruz, apartó la losa sepulcral, y, sen- y, finalmente, válvula por donde sale el vapor
tándose sobre ella, habló a los adormecidos mo .- comprimido de las indignaciones populares.

[ 200 ] [ 201 I

carlismo.es
D E A R I 0 REGIONALISM

Bien por la Junta de Defensa de la Coruña ! y esa escuadra será la base, un siglo después, de
Las sombras venerandas de María Pita, el Al- la que con Bonifaz penetra por el Guadalquivir
férez Montoto y el marqués de Cerralbo, liberta- para conquistar a Sevilla ; otro Obispo, Sisenando,
dores de la ciudad heroica contra las rapacidades morirá en el campo de batalla de Fornelos para
británicas, deben inclinarse satisfechas sobre los defendernos de la invasión de los normandos, y
que se destacan en medio de las monotonías par- otro Prelado, Suárez de Deza, irá con un ejérci-
lamentarias y el envilecimiento de los partidos to poderoso a pelear al pie de los muros de Santa-
turnantes con el mismo realce y majestad que el rén y a conquistar parte del territorio lusitano ; y
grupo de los Comuneros de Castilla en el cuadro otro ejército irá, con el Emperador gallego Alfon-
de Gilbert. so VII, a conquistar a Almería, y así contribuirán
(Editorial de El Correo Español, a la restauración nacional. Y cuando, más tarde,
del día 4 de julio de 1893).
venga el descubrimiento del Nuevo Mundo, fi-
gurarán los nombres de gallegos ilustres entre sus
descubridores ; y, en las guerras de Italia, al lado
VI
del Gran Capitán, y siendo en ocasiones su émulo,
CÓMO TODAS LAS REGIONES HAN COOPERADO un Freire de Andrade acaudillará sus fuerzas ; y,
A LA HISTORIA COMÚN DE ESPAÑA. — DEFINI- desde Flandes a la Guerra de la Independencia,
CIÓN DE LA REGIÓN, DEDUCIDA DE LA HISTORIA Galicia colaborará con una parte de su vida a la
general y común, con haber mantenido la suya
Y cuando miráis las regiones aparte, decidme propia robusta y completa, aunque otra cosa haga
una sola que no haya cooperado a esta historia na- creer una depresión secular.
cional y general. Veo en Galicia al gran Gelmírez ¿ Y Cataluña ? Cataluña, señores, ha contri-
formando una escuadra para combatir por mar y buído extraordinariamente a la grandeza y a la
atacar por la retaguardia a las huestes agarenas, historia nacional común. Con tener, juntamente

[ 202 ] [ 203 ]

carlismo.es
1 - I O REGIONALISMO
con Aragón, con quien formó un maravilloso Es- de la lucha, reconocidos ya sus fueros y liberta-
tado federativo, una gloriosísima historia, también des, de tal manera mantiene la autoridad del Mo-
ha cooperado, y grandemente, a toda la historia narca, que, cuando la guerra de Sucesión, ella
general, no sólo en la obra de la Reconquista con fué la última que abandonó su bandera, cuando
sus Condes independientes antes de pasar a ser perdió sus libertades, no sólo por la tiranía de los
la dinastía reinante en Aragón, sino después de soldados de Felipe V (que ya he dicho otras veces
realizada la unión, cuando nos llevan a la con- que yo no acepto la Historia de España sino a
quista del Mediterráneo y a la conquista de Italia, beneficio de inventario, y, por tanto, no acepto
sin la cual no hubiera ganado allí sus laureles como expresión de los principios tradicionalistas
Gonzalo de Córdoba, ni podríamos enorgullecer- lo que está en contradicción con ellos), sino por la
nos con el triunfo de Pavía, ni se explicarían las perfidia británica, por aquella Inglaterra que la
luchas con los Anjevinos, el duelo terrible de excitó a resistirse en los momentos mismos en que
Francisco I y Carlos I, y todas las contiendas del Felipe V se disponía a reconocerle lo que era de
siglo xvi. Cataluña, durante el siglo xvi, se cubre justicia y de derecho, y no merced ni gracia ; por
de gloria peleando ; y cuando, más tarde, España aquella Inglaterra que le ofreció enviar una escua-
parece desgajarse en aquel período critico de Fe- dra, que al fin mandó, pero no para apoyarla, sino
lipe IV ; cuando se sublevan el Duque de Bra- para favorecer a Felipe V y quedarse con la isla
ganza en Portugal, el Duque de Medina Sidonia de Menorca. Y siendo así, no es extraño que yo
en Andalucía y el Duque de Hijar en Aragón, y proteste contra su conducta cuando, en el mismo
se rebela Nápoles ; cuando teníamos nuestras Parlamento inglés, se han levantado voces de
fuerzas comprometidas en la guerra de los Treinta lores ilustres a execrarla. Así lo refiere un histo-
Años, en aquel momento en que parece que toda riador inglés, Coxe, viniendo a decir que aquel
la nacionalidad se despedazaba bajo la privanza proceder fué una perfidia para engañar a un pue-
del Conde-Duque, es cuando Cataluña, después blo varonil y noble, a fin de que, debilitado el

204 { 205

carlismo.es
I,D E A O REGIONALISMO

conjunto, pudiera Inglaterra, como así sucedió, traprotesta del siglo xvi, y sin Churruca a Trafal-
sacar la mejor parte : lección y advertencia que gar ? Los vascos han puesto en el acerbo común
para ulteriores enseñanzas deberíais aprender algo de su vida, algo de su carne ; pero lo han
(Muy bien, en las minorías). puesto para el conjunto, para la unidad superior,
Y en tiempo de Don Juan de Austria, el se- y se han reservado aquella personalidad que les
gundo, el vencido glorioso de Estremoz, ¿ quién es propia. Y como es innecesario hablar de Cas-
le apoya y levanta ? Cataluña. Y cuando se lucha tilla y de León, resulta evidente que la nación
contra la primera invasión francesa de la Con- común se ha formado con el concurso espontáneo
vención, ¿ quién pelea, por el nombre de todos, a de todas las regiones.
las órdenes del general vascongado Urrutia de las Por eso yo, históricamente, no tengo inconve-
Casas, más que Cataluña ? Cataluña tiene una niente en definir con una definición descriptiva la
página gloriosísima también en la Guerra de la región y decir : La región es una sociedad pública
Independencia, que no se concibe sin el Bruch y o una nación incipiente, que, sorprendida en un
sin Gerona. Por eso, señores (dirigiéndose a la momento de su desarrollo por una necesidad po-
minoría solidaria), en toda esa historia habéis derosa que ella no puede satisfacer, se asocia con
cooperado vosotros. otra u otras naciones completas o incipientes como
Y Vasconia, la otra nacionalidad colocada en ella y las comunica algo de su vida y se hace
el confín pirenaico, ¿ no ha cooperado también ? partícipe de la suya, pero sin confundirse, antes
Recordad a Legazpi y a Urdaneta y a Elcano. bien, marcando las líneas de su personalidad y
¿Concebís sin ellos la conquista del Pacífico? No. manteniendo íntegros, dentro de esa unidad, todos
¿ Concebís, sin Juan de Zumárraga y el P. An- los atributos que la constituyen. Así se forman
chieta y sin otros religiosos vascos, la conquista las regiones que llegan a tener una personalidad
y civilización de América, y sin San Francisco histórica, que es además una personalidad ju-
Javier la de la India ? ¿ y sin San Ignacio la Con- rídica, que posee franquicias para regir su vida

[ 206 ] [ 207 ]

carlismo.es
interior, y que tiene también la expresión, unas el Estado decretara que los ciudadanos tienen
veces de su lenguaje, casi siempre, de su dere- obligación de ser rubios o morenos. Por más que,
cho, y en una fisonomía particular y privativa y dados los tiempos que corren, no me extrañaría
en instituciones peculiares que le son tan propias que se llegase a tanto, porque la química ha pe-
como su lengua (Rumores), su lengua, sí, ¿qué netrado en el secreto de los tocadores, y es cosa
duda cabe? fácil el ver que una morena por la tarde, apa-
Parecerá cosa inaudita, será asunto de befa rezca rubia por la mañana (Risas) ; de modo que
para las generaciones venideras, que en el Parla- no haría gran milagro el Estado con mandamos
mento haya podido discutirse alguna vez si el Es- por ese aspecto. Pero no me extrañaría, repito,
tado tiene derecho a intervenir para cercenar la que, si siguiesen los legisladores en ese afán de
lengua de un pueblo. ¿Es que la lengua no es un intervenir en todos los actos de la vida íntima de
importantísimo hecho social ? ¿Es que la lengua un pueblo, llegase un momento en que un minis-
ha brotado de una fórmula a priori trazada por tro, queriendo dejar atrás a los demás en la tiranía
un legislador ? Los orígenes de la lengua son mis- recreativa de un cesarismo menudo, llegase a or-
teriosos : su fuente se pierde en la obscuridad, denar que se suprimiesen los ojos azules por de-
como antes se creían perdidas las del Nilo. Los masiado ideales, los negros por demasiado incen-
dramáticos aparecen siempre después de la for- diarios, y se obligase a todas las españolas a que
mación de la lengua, y los filólogos después de los llevasen los ojos trigueños (Risas).
dramáticos ; la lengua obedece a leyes misterio- Señores, esta misma lengua que impropia-
sas, cuando tiene su gestación en las entrañas de mente se llama castellana, porque nació en Astu-
un pueblo ; y este hecho, a donde el Poder no rias, y no se desarrolló sólo en Castilla, aunque
alcanza, ¿ va a estar sujeto al capricho de los le- os asombre, revela lo que iba diciendo, de que
gisladores, al capricho del Estado? la unidad nacional tiene tales caracteres regiona-
I Ah!, señores, eso equivaldría a que un día listas, que la que llamamos impropiamente lengua

[ 208 ] [ 209 ]

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. ^ Vol. VI 14
I D E A R I O
REGIONALISMO
castellana está formada por afluencias y aporta-
dramática, que la mitad está escrita en castella-
ciones regionalistas.
no, como muchas poesías de Camoens nieto de
Todas las regiones han contribuído a formar
un Camaño gallegó Y los grandes escritores del
la. Ha contribuído esa Vasconia con nombres glo-
centro de España como Lope y Calderón, ¿no
riosos, como Ercilla, el primer épico de la lengua
tenían su solar primitivo en la montaña cánta-
castellana; prosistas como Malon de Chaide, poe-
bra, en lo que se llamaba las Asturias de Santi-
tas como Jáuregui, el gran parafraseador de los
llana ? Cervantes y Saavedra, ¿ no son apellidos
Salnós, que, aunque sevillano, era de origen vas-
de progenie gallega ? Y Aragón ¿ Ilno ha dado a
co ; como una legión de escritores que no termi-
Gracián, a los -Argensolas y a Zurita ? ¿ No ha
naron en Trueba ni en Villoslada. Cataluña, que
dado Asturias a Jovellanos, Meléndez Valdés y
tiene lengua propia y literatura tan rica, ¿no ha
Campoamor ? Y Valencia, a Gil Polo y Guillén
cooperado a la literatura castellana con Boscán,
de Castro? Todas las regiones han contribuído a
Mancada y Masdeu ? No ha dado también a
la formación de esta lengua, que impropiamente
Capmany ? Hasta el lenguaje filosófico en la forma
se llama castellana y que se ha hecho con el con-
más clara, ¿no ha tenido a pensadores tan insig-
curso de todos. ¿ Qué revela esto ? Que existe en
nes como Balmes y Comellas? En preceptiva li-
todas las regiones algo de común : que hay una
teraria, ¿ no ha tenido a Milá y Fontanals y a Col!
historia espiritual por encima de todas las diferen-
y Vehy, e historiadores como Gebart y Rubió ?
cias particulares ; pero que estas diferencias exis-
Galicia, con Sarmiento, Feijóo y Pastor Díaz,
ten y son naturales.
y una pléyade de escritores, ha contribuído a la
(Del discurso pronunciado en
formación de esta lengua. Si, ha contribuído el Congreso de los Diputados,
también con su legado ; y le ha dado su préstamo el día i8 de junio de 1907).
Portugal mismo, con historiadores como Melo y
con poetas como Gil Vicente, el príncipe de su

[ 210 ]
[ 211 ]
carlismo.es
1

ELIGIÓN

carlismo.es
EL SILOGISMO DE LA IMPIEDAD

Señores : Abarcando con una mirada sintéti-


ca las cuestiones que dividen a la sociedad actual
en sectas y partidos, no se puede encontrar la
causa de su discordia y el hilo conductor entre
las opuestas doctrinas, sin ascender a la cuestión
religiosa que las comprende todas, como Dios la
realidad de los seres finitos, de un modo eminente.
Pero esa cuestión no se plantea siempre de la
misma manera, porque el orgullo y la vanidad
ignorante no la quieren aceptar tal como está
resuelta por la Verdad misma ; y por eso, en la
Edad Moderna, ha sido planteada de tres mane-
ras distintas y en tres períodos diferentes, pero
que están enlazados entre sí como las proposicio-
nes de un silogismo.

[ 215 ]

carlismo.es
I D E A R 1 0 E L 1 GIá N

En el primer período, en el siglo xvi, la cues- como un derecho en el hombre con la autonomía
tión estaba planteada por el protestantismo, no de la razón y el corolario del libre pensamiento
sobre la existencia de la revelación, sino sobre su de negar las relaciones con Dios, dedujo la nega-
interpretación ; entre la Iglesia, que se afirmaba ción de Dios ; y, viéndose forzado a explicar lo
como el órgano social infalible de una autoridad finito sin lo infinito, la existencia, la variedad y
adecuada a la doctrina que había de mantener y la jerarquía de los seres, puso lo finito como atri-
aplicar en el mundo, y la interpretación individual buto de lo infinito, y declaró eterna la materia
y, por lo tanto, falible, y variable en capacidad, inerte dispersa como polvo cósmico en la nebu-
en rectitud y en cultura ; lo que equivalía a negar losa primitiva ; y, volcando todas las leyes de la
la autoridad religiosa al extenderla a todos y razón y de la realidad, afirmó el absurdo de que
hacer depender la regla de fe del juicio particular lo imperfecto produce lo perfecto, lo menos en-
convertido en suprema norma de ella. gendra lo más ; que el efecto es superior a la causa
En el segundo período, el racionalismo, ini- y el consiguiente excede al antecedente. Así la
ciado en el siglo xvii por la revolución cartesiana materia produjo la vida vegetal, y ésta la animal,
y desarrollado en el xvm, de la negación de la au- y la animal la racional y humana. Y de esta ma-
toridad religiosa dedujo la de la revelación, que, nera, señores, el problema, por lo que se refiere al
si quedaba entregada a la arbitrariedad individual, hombre, quedó planteado en estos términos, a los
era fuente de discordia y resultaba estéril y no que no se puede negar originalidad, porque en
era, por lo tanto, divina ; y planteó la cuestión ellos el hombre concluye por ponerse en litigio a
entre la negación que implica el naturalismo y la sí mismo : la animalidad frente a la racionalidad.
existencia del orden sobrenatural. Y de esta manera el protestantismo hizo a todo
En el tercer período, que es el actual, el posi- hombre pontífice ; el racionalismo panteísta, Dios ;
tivismo y el evolucionismo, de la negación de un y el positivismo, más modesto, le identificó con
orden sobrenatural y de la facultad — reclamada el bruto, declarando I fuera de la ciencia ! al que

[ 216 ] [ 217 ]

carlismo.es
A RELIGIÓN

-admita diferencia esencial entre el animal y el sobre el Cristianismo, la impiedad (Grandes


hombre, es decir, al que proclame que no es bes- aplausos).
tia (Grandes aplausos). (Del discurso pronunciado en
el Teatro Principal de Barce-
La cuestión, señores, en el primer período era lona, el 24 de abril de igo3).
teológica ; en el segundo era filosófica ; en el ter-
cero, aunque cuesta trabajo decirlo, es i zoológica !
(Risas). II
Este es el gigantesco silogismo que compendia
toda la ciencia heterodoxa desde Lutero hasta LA ENSEÑANZA DE LA RELIGIÓN
Kant y hasta Spencer, sin contar todos los silogis-
mos intermedios de que son conclusiones esas Monismo, agnosticismo, ateísmo. — Consecuen-
premisas. Esos son los tres peldaños que ha des- cias de éste. — Síntesis apologética. — Las seis
cendido el hombre al caer desde la cumbre ra- relaciones del hombre con Dios
diante de la vida sobrenatural hásta el miserable
muladar materialista (Aplausos). Yo denuncié un día el absurdo derecho que
La última evolución de ese progreso intelectual invocan esas muchedumbres — si es que son mu-
a espaldas de la verdad, ha sido el regreso a la chedumbres ya, que yo creo que sólo son estados
escuela jónica, un salto atrás en la historia pa- mayores, sin Ejército, de las izquierdas — y que
sando más allá del Calvario, un atavismo más de llamé el derecho a la ignorancia religiosa.
veinte veces secular, la última edición, en fin, del Si os dirigís a cualquiera, no digo de la mul-
viejo poema de Lucrecio, pero despojado de la titud que antes los seguía y ahora los abandona,
poesía externa y ataviado con adornos robados a sino a cualquiera de sus jefes o jefecillos, y le
la ciencia, para que la ignorancia no descubriese sujetáis a un examen riguroso para preguntarle
el engaño que la ha preparado, como un adelanto cuál es el concepto de la religión — lo he hecho

[ 218 ] [ 219 ]

carlismo.es
I bE A R 1 O
R EL I G I Ó N
yo con algunos pontífices máximos de esas es-
infinita precediendo a lo finito y siendo su razón
cuelas —, veréis cómo ni saben lo que es la reli-
de ser y su causa.
gión, ni son capaces de exponer una pobre tesis
Y entonces existirá una relación de dependen-
de los dogmas católicos. Y al decirles que es el
cia esencial del ser relativo al absoluto ; y como
conjunto de relaciones naturales y sobrenaturales
el Ser infinito no puede obrar ni ordenar los seres
del hombre con Dios, y al preguntarles cuáles son
creados a otro fin distinto de él mismo, porque
esas relaciones, empezando por plantear el pro-
entonces dependería de este fin y no sería infinito,
blema que se puede llamar ontológico porque se
se deducirán estas dos grandes leyes que expresan
refiere a la explicación de toda la realidad, yo los
la suprema y eterna : la de causalidad del efecto
estrecharía, y lo he hecho varias veces, con este
con la causa suprema y la de finalidad del ser
trilema en que está encerrado el entendimiento hu-
finito como medio para el fin infinito ; y como esas
mano : o proclamar el monismo, que todo lo redu-
relaciones son esenciales a todos los seres, esta-
ce a un todo primitivo y homogéneo que se va
blecen -entre ellos una comunidad de origen y de
desarrollando fatalmente y del cual es una mani-
destino, que es relación de igualdad espiritual y
festación doble, o a un todo absoluto indetermi-
fraternal en los más elevados, en los que, al ser
nado que se hace determinado y se reduce a sí
conscientes y libres, pueden desviarse o cumplir
mismo de lo infinito a lo finito, siendo a un tiem-
las normas que impone ; y en esa relación que
po las dos cosas ; — o un agnosticismo sombrío
nace de la causalidad y finalidad repetidas, está
que concluye por negar la realidad o la ecuación
el fundamento de todos los deberes y de todos
del entendimiento con las cosas, y que por último
los derechos. Y como no se puede negar al autor
niega la realidad objetiva del propio yo, y se des-
la comunicación con la obra, y como no se puede
vanece en el solipsismo, es decir, en la nada ; o
igualar el entendimiento limitado y finito del
aceptar como término aquel teísmo que supone lo
hombre con el entendimiento infinito de Dios,
perfecto precediendo a lo imperfecto, la realidad
puede Dios revelar verdades inaccesibles a la
[ 220 ]
[ 221
carlismo.es
A R 1 R E L 1 G lo N
E 0

mente humana ; y como puede asignarnos el fin que señalen una institución que, viviendo en con-
sobrenatural superior al fin natural — pues lo con- troversia constante y en polémica perpetua, no se
trario sería limitarle, al limitar el fin para que haya contradicho jamás ; que indiquen una en que
pueda crear — y darnos con la gracia los medios la unidad resplandezca sobre todas las mudanzas
adecuados para conseguirlo ; y como no se agotó de los tiempos, que no esté sujeta a la arqui-
el poder de Dios al crear este universo, que no es tectura de las sociedades humanas, que cambian,
mudan y pasan, se levantan y fenecen, mientras
más que un átomo obscuro ante la majestad de su
ella crece y resplandece siempre. Ved cómo, en
grandeza infinita, puede, con el milagro, realizar
obras superiores a las fuerzas naturales ; y como los momentos más críticos, cuando todos se levan-
no puede ceder su ser, puede comunicarse él tan en contra suya, ella — que ha vivido en una
mismo uniendo, sin confusión, a su ser la natura- augusta soledad en la Historia, sin pactar jamás
leza que compendia todo lo creado, surgirían esas con ninguna doctrina contraria, que las ha reuni-
do a todas en un documento y en un anatema —
obras como posibles de las tres realizaciones sobre-
naturales, y, con el dogma central de la Encarna- brilla y se desarrolla espléndidamente, atravesan-
ción, la esencia de la verdad católica. do triunfalmente las grandes crisis sociales en que
parece todo se subleva contra su ser y que va a
Y si queréis ver realizadas como hecho las re-
desaparecer del mundo, como en la hora de las
laciones naturales que la razón demuestra y la
persecuciones, del gran Cisma, de la Protesta y
posibilidad de las sobrenaturales en la Iglesia,
pedid a la heterodoxia y a la impiedad que de la Revolución ; porque entonces se multiplican
señalen en el mundo una institución que las sus hijos, o van a otras playas y las tiñen con su
sangre y a otros continentes a prender en ellos su
haya afirmado íntegramente, que las conserve
fe, dilatándose de tal manera, que basta mirar
y las defienda hace dos mil años, teniendo
un mapamundi para saber que, allí donde no ha
como prólogo antes al pueblo hebreo, la Iglesia
penetrado enteramente con su doctrina o, al me-
antigua, que llega hasta el umbral de la Historia ;
[ 223
[ 222 ]
carlismo.es
E A R 1 O R E 1 G 1 Ó N

nos, no la ha filtrado por los poros de la herejía cosa que un ignorante de la Historia de España
o del cisma, una parte de la tierra, para demos- (Grandes aplausos). No le pido que escriba o que
trar que ella es la luz, gime todavía en la sombra estudie la historia de nuestros Santos donde figu-
de la barbarie (Grandes aplausos). ran los dos Apóstoles y los siete Varones apostó-
licos y los mártires de Tarragona y Zaragoza, que
cantó Prudencio ; le pido que estudie y aprenda los
Como la religión formó el alma de España, rasgos más salientes de las manifestaciones de la
su enseñanza debe ser obligatoria, porque ningún actividad española.
ciudadano tiene derecho a ignorar a su pueblo. ¿Quiere estudiar la filosofía española ? ¿Quiere
— Cómo los secularizadores niegan la libertad estudiar nuestra admirable mística ? ¿Quiere es-
y después la piden absoluta tudiar nuestra literatura, nuestro grande y prodi-
gioso teatro ? ¿ Quiere estudiar la pintura, la es-
Esa religión fué en España la propulsora de cultura, la arquitectura, la música ? Que las estu-
die prescindiendo de la fe que las animó y que
toda nuestra civilización ; y cuando todavía, en
les sirvió de motor ; que prescinda de ella en aque-
Parlamentos que no quiero ahora calificar, en esos
llas empresas nacionales que realizó España : la
telares legislativos que hacen y deshacen sin cesar
Reconquista, el descubrimiento y la civilización
Gobiernos... (Aplausos), todavía se discute si la
de América y del Pacífico, el dominio del Medi-
religión se ha de enseñar en los Institutos y en
terráneo, la lucha con la Protesta ; que las estudie
las escuelas, yo les diría : Ah! ¿ pero creéis que
separadas de aquel principio religioso que ha sido
hay algún ciudadano que se respete a sí mismo
el alma de todas ellas ; y entonces ¿ qué Historia
que pueda ignorar el propio pueblo en que nació
será ésa más que un cadáver o una leyenda falsi-
y en que vive, y que tenga derecho a ignorarlo?
ficada o desfigurada, pues se suprime de ella la
Pues el que no conozca el catolicismo, que ha
sido el alma de nuestra civilización, no será otra idea directriz, el pensamiento motor, la voluntad

[ 22.5
[ 224 1
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV
carlismo.es
15
D E A R E L 1 G 1 <5 N
y el amor que informan toda la Historia de Es-
donde habían partido, para destruirla, negando
paña? (Estrepitosos aplausos). así el principio y el fin, pero explotándola ilógica-
Queríamos formar una generación católica y
mente contra los que la afirman y la defienden
española ; queríamos que no estuviese esta gene- contra tales aberraciones.
ración desprendida de la cadena de los siglos que
(Del discurso pronunciado
fueron ; que no se separase por un abismo de las en el Teatro de la Zarzuela,
generaciones anteriores ; que fuese la continuidad el día i.° de abril de 1922).
de la tradición viva que se confunde con la esencia
de la patria. Y eso ¡ era un atentado a la libertad !
III
A esa libertad que han invocado los grandes sec-
tarios y que no es más que la abdicación sin lími-
EL REY DE REYES
tes, en el orden social o político, de la libertad
psicológica ; que consiste en preferir, entre los
jesucristo es el Rey de los reyes, porque es
diferentes motivos, uno, o no preferir ninguno,
Dios. Su divinidad es el fundamento de su abso-
después de ahogarla en su origen, después de ne-
luta realeza. No se puede negar la segunda sin
garla con el determinismo, después de sostener
atacar la primera.
que el hombre no es más que el resultado de una
Dios-hombre, todas las cosas están sujetas a
evolución fatal, o que no es nada más que el fe-
su imperio sin limitación alguna. Reina sobre el
nómeno sin sujeto del agnosticismo, vienen a pe-
ser y los actos de los individuos, y sobre la exis-
dirla absoluta en el orden social y en el orden po-
tencia y acción de las sociedades y los pueblos.
lítico, sin ver que, al romper las relaciones con
Admitir su soberanía individual y negar la
Dios, al ponerla corno un ariete contra esas rela-
social, es mermar su poderío arbitrariamente y
ciones, niegan a Dios y vuelven a caer en aque-
cercenar su realeza, rechazando, por lo tanto, su
llas doctrinas agnósticas y monistas, que era de
divinidad.
[ 226 ]
[ 227 ]
carlismo.es
I? E L I ó N
Entre los que sirven a Jesucristo y los que se crismado con el óleo santo, tiene por obligación
rebelan contra su autoridad y le niegan, hay opo- suprema dejar expedita esa vía para que el hom-
sición perpetua y lucha inacabable. bre no se separe de ella y llegue feliz al término
Por eso la cima del Calvario es la cumbre que del viaje.
separa los dos hemisferios de la Historia, en que Pero si el destino del hombre se consuma en
se reparte la vida de los pueblos. la tierra y no hay ley superior a su razón, entonces
A un lado, la noche tenebrosa y sombría las pasiones, empujadas por la lógica, braman
del paganismo que divide la sociedad en escla- como olas enfurecidas, y se precipitan rugientes
vos y tiranos, poniendo el látigo junto a la er- y alborotadas sobre los fundamentos sociales,
gástula. arrastrándolos en sus corrientes impetuosas como
En el opuesto lado, la civilización cristiana obstáculos opuestos a los desbordamientos e infla-
derramándose por el mundo como río de esplén- maciones del apetito.
dida lumbre que atraviesa las naciones, iluminán- Entre esas dos afirmaciones no hay lugar para
dolas con sus fulgores y fecundándolas con su una tercera-.
calor. Los que han intentado formarla robando a una
La civilización pagana se apoya en la autono- las apariencias y a otra los principios, no han con-
mía de larazón, y conduce a laservidumbre . seguido entronizar otra cosa que un error disfra-
La civilización cristiana se apoya en la obe- zado por la hipocresía.
diencia, y termina en la libertad. Jesucristo, fuente de autoridad y de derecho,
Encierra al hombre, la primera, en la órbita estableció con su doctrina la base de las naciones.
terrenal ; y le levanta, la segunda, a las moradas Los que de El se apartan y le vuelven la es-
eternas. palda, dejan en pos de sí rotas las unidades so-
Si el fin del hombre es divino, la sociedad ciales, y libre y triunfante la anarquía en las inte-
debe ser el camino para alcanzarle ; y el poder, ligencias y voluntades.

[ 228 I
[ 229
carlismo.es
A 12 E L I O I Ó N
Por el contrario, los pueblos que hacen de la
convirtiendo al mundo en una prolongación del
Cruz el pedestal de su grandeza, se elevan a las infierno.
excelsitudes de la gloria. Sólo de los reyes que se declaran súbditos
Jesucristo ha querido afirmar la Monarquía en de Cristo se puede esperar la paz y la justicia del
el mundo, y dejarnos un testimonio visible de su pueblo.
propia grandeza con la Monarquía divina de la (Artículo publicado en El Correo
Iglesia y la doméstica del padre. Español, en 6 de enero de 1913).
Creó la Iglesia y levantó la familia ; y en estas
dos augustas Monarquías, de derecho divino po-
sitivo la una, y de derecho natural la otra, hizo
radicar el poder público en su forma más genuina
y acabada, la Monarquía cristiana.
Esta sublime institución fué obra de la Iglesia,
como la Iglesia fué obra del Redentor.
La Cruz brilló sobre las coronas de los reyes,
el pecho de los cruzados y las aras de las ca-
tedrales.
A su sombra benéfica prosperaron las naciones
y se engrandeció Europa.
Así, cuando la Revolución, devorada por odios
satánicos, arranca el árbol diez y nueve veces
secular en que se redimió el mundo, en el hueco
que deja surgen llamas siniestras que se dilatan,
consumiéndolo todo, por los confines de la patria,

[ 230 ]
f
carlismo.es
231 1
1

carlismo.es
REPÚBLICA

EL REPUBLICANISMO Y LA MONARQUÍA
PARLAMENTARIA

No hace mucho tiempo se creía por algunos


intelectuales, y se hacía creer a muchos elemen-
tos populares, que la República era una panacea
de todos los males políticos. Todavía hay quien
lo cree o aparenta creerlo, y, sin embargo, no hay
hombre, medianamente culto, que haya leído
cualquier tratado de Derecho político, aunque sea
deficiente repetición de otros que no harán som-
bra a la «Política» de Aristóteles, como los ma-
nuales corrientes, desgraciadamente, en las cáte-
dras, para saber que la República se reduce a un
rótulo constitucional en las democracias parla-
mentarias.
— ¿ Qué diferencia esencial nos señala usted
entre una República y una Monarquía parlarnen-

[ 235 ]

carlismo.es
E A R R'EPÚBLIC A
1 Go
tarjas ? decíamos a un gran demócrata y pro- pues el Presidente recibe el poder por elección y
hombre republicano. el Rey por herencia, — nos contestó.
Con asombro y extrañeza, y sonriendo con aire — Es verdad ; pero ¿ en dónde está la diferen-
de superioridad, contestaba : cia esencial, tratándose de la función? ¿En la
— Pero ¿ puede ignorar usted que el jefe del movilidad periódica del órgano ? Si cada lustro o
Estado es responsable y amovible en las Repúbli- cada doble lustro se le pudiera cambiar a usted
cas, y en las Monarquías no ? Y ¿ cree usted que el aparato auditivo, s ustituyéndolo por otro idén-
ésas no son diferencias ? tico, y para ejercer la misma función, fuera de la
— Sí — le contestamos —; son diferencias o, penosa operación quirúrgica, ¿ encontraría usted
mejor dicho, distinciones, pero no esenciales. ¿ Se alguna diferencia en los órganos sustituídos ? Para
asombra usted? Pues escuche. Entre dos jefes de evitar los inconvenientes de la elección de la pri-
Estado, Presidente o Monarca, el poder armónico mera magistratura, más honoraria que efectiva, se
que ejercen en el sistema parlamentario es idén- apela a varios recursos : Primero, impedir, por los
tico. Las distinciones, cuando existen, son de can- bandos y candidatos rivales, que suba el hombre
tidad, no de especie. Los dos tienen el «refrendo» de mérito positivo y de carácter resuelto, que
ministerial para sus prerrogativas y los dos tienen • puede tender a la dictadura y ejercerla, y designar
Gabinete responsable. ¿Dónde está la diferencia a las medianías o a los hombres de carácter aco-
de responsabilidad ? Si el Rey quiere prescindir modaticio que se limiten a su representación pro-
del Gabinete y ejercer por sí las principales fun- tocolaria y aplaquen la contienda de las ambicio-
ciones, e intenta transformar el régimen cambian- nes en acecho. Segundo, la reelección, y aun la
do el sistema, será tan responsable, si no le acom- continuación de la magistratura, toda la vida,
paña el éxito, como el Presidente que haga lo cosa que defienden algunos como más lógica ;
mismo erigiéndose en dictador. pues, siendo el designado casi siempre de edad
Pero uno es perpetuo y el otro mudable, proyecta, declararle vitalicio, como otros funcio-

236 [ 2,37 j

carlismo.es
D E A R 1 0 REPÚBLICA

narios, equivale a reelegirle dos o tres veces. «rótulo» constitucional, lo mismo que la Monar-
Y ¿ qué sería esto más que una Monarquía vita- quía «parlamentaria», y con menos eficacia que
licia, un pontificado civil, aunque con primacía ésta, que vive y recoge su fuerza de la parte de
honoraria, que podría durar más que muchas Mo- tradición que se apropia de la antigua Monarquía,
narquías que tienen la herencia en la ley y en cuya heráldica y pompa exterior conserva.
los hechos? Aun dentro de la democracia, los hombres
Todavía en el régimen «presidencial» de los pensadores, que no se detienen en la superficie
Estados Unidos, o en el llamado «dictatorial» de de las cosas, lo reconocen así, y no fían ninguna
Suiza, se pueden encontrar algunas diferencias solución de los grandes problemas a un republica-
que tocan a la función ; pero esas mismas las nismo vacío.
mantienen con respecto a las Repúblicas parla- * * *
mentarias, y, con la permanencia del órgano, equi-
valdrían a un cambio de régimen parlamentario Véase de qué manera tan pesimista juzga el
en representativo, aunque no completo. republicanismo en América y en Europa y a la
Un Presidente de los Estados Unidos fué re- sociedad que ayuda a descomponer, Henry Geor-
elegido tres veces, y a esas tres reelecciones se las ge. Sean sus palabras la alta confirmación de las
llamó «las tres gradas del Imperio». nuestras :
Y qué diferencia esencial existe entre un Pre- «Aunque no se puede hablar sin reserva, la
sidente reelegido dos o tres veces y uno vitalicio, fe pública en las instituciones republicanas dis-
y entre un Imperio vitalicio y una Monarquía minuye y se debilita donde han llegado a su com-
personalmente vitalicia también y sustituída por pleto desarrollo. Ya no existe aquella creencia
la designación de una ley constitucional, fabricada confirmada de otros tiempos en la República
por Parlamentos electivos ? como fuente de la prosperidad nacional. Los hom-
Ninguna. La República parlamentaria es un bres pensadores empiezan a ver sus peligros, sin

[ 238 ] [ 239 ]

carlismo.es
REPÚBLICA
saber el modo de evitarlos ; empiezan a aceptar
Hombres fuertes y sin escrúpulos, elevándose
las ideas de Macaulay y a desconfiar de las de
oportunamente, se convertirán en intérpretes del
jefferson ; y el pueblo, en general, se acostumbra
ciego deseo o de las violentas pasiones populares,
a una corrupción cada vez mayor. El signo político
y arrojarán las instituciones que hayan perdido su
de peor agüero en los Estados Unidos es hoy la
vitalidad.
opinión creciente de poner en duda la existencia
La espada será de nuevo más poderosa que la
de un hombre honrado en una oficina pública, o
pluma, y, en medio del desenfreno de destrucción,
la de considerársele tonto por no saber aprovechar
la fuerza bruta y el loco frenesí alternarán con el
las oportunidades ; es decir, que el pueblo mismo
letargo de una civilización en decadencia.
empieza a corromperse. De manera que ahora, en
Hablo de los Estados Unidos sólo porque cons-
los Estados Unidos, el Gobierno republicano se
tituyen la más avanzada de todas las grandes na-
dirige por la senda que ha de seguir forzosamente
ciones. ¿ Qué diremos de Europa, donde las anti-
bajo las condiciones que causan la desigual dis-
guas leyes y costumbres limitan o aprisionan las
tribución de la riqueza)).
hirvientes aguas, y los ejércitos permanentes pesan
Meditando un poco, es fácil ver con claridad
sobre las válvulas de seguridad, mientras los fue-
a dónde nos conduce la marcha emprendida.
gos interiores se hacen gradualmente más ardien-
Cuando la corrupción se haga crónica ; cuando
tes ? Europa tiende hacia la República, bajo con-
se pierda el espíritu público ; cuando la tradición
diciones que no admitirán el verdadero sistema
del honor, la virtud y el patriotismo se debiliten ;
republicano, ¡ bajo condiciones que sustituyei la
cuando se desprecie la ley y no quede esperanza
figura serena y augusta de la Libertad por el pe-
en las reformas ; entonces, en las masas encona-
tróleo y la guillotina !
das, se engendrarán fuerzas volcánicas, que han
¿De dónde vendrán los nuevos bárbaros ? Pa-
de desgarrarlo y destruirlo todo al presentárseles
sad por los mugrientos barrios de las grandes ciu-
una ocasión favorable.
dades, y desde ahora podréis ver las hordas amon-
[ 240 ]
---
[ 241 ]
carlismo.es
Vol. IV
OBRA8gDE:VÁZQUEZ MELLA.-- 16
tonadas ! ¿Cómo morirá la ciencia? Los hombres
acabarán por no leer, y los libros serán pasto de
las llamas, o se convertirán en cartuchos !
Estremece pensar cuán débiles serían los restos
de nuestra civilización, si pasasen por las agonías
que han acompañado la decadencia de toda la
civilización anterior. El papel no tendrá la resis-
tencia del pergamino, ni son tampoco compara-
bles en duración nuestros más sólidos monumen-
tos y construcciones con los templos labrados en
la roca y los titánicos edificios de las civilizacio- REVELACIONES HISTÓRICAS
nes antiguas. Y los inventos, además del vapor
y la imprenta, nos han dado el petróleo, la nitro-
glicerina y la dinamita !
Y los atentados sindicalistas, la libertad del
asesinato, que debe ser la última que quedaba por
conquistar.
(Editorial de El Pensamiento Es-
pañol, de 25 de febrero de 1920).

[ 242 ]

carlismo.es
REVELACIONES HISTÓRICAS

CANALEJAS, CARLISTA

— Sí, es un secreto de algunos, pero del cual


se puede ahora levantar una punta del velo. Es
un suceso que forma parte de la psicología y de la
ética parlamentaria españolas.
Todavía recuerdo el asombro de Salmerón y
las exclamaciones de su candor político, cuando
en reserva se lo refería, y Romero Robledo, lo
referido por mí, se lo confirmaba con ingeniosos
comentarios.
El hecho pas6 en 1896. Las guerras colonia-
les presentaban mal aspecto ; la actitud de los
Estados Unidos era molesta e inquietante. Acaba-
ba de fracasar un empréstito de mil millones.
Ofrecía grandes temores la salud de D. Alfonso, y

[ 245 I

carlismo.es
E A R I O REVELACIONES HISTÓRICAS
la opinión de algunos médicos extranjeros que denal Cascajares,, noble y caballero que llevaba
habían acudido al Congreso que entonces se cele- la Cruz de Calatrava sobre su púrpura, habló en
braba en Madrid, teniendo en cuenta más los an- Roma con León XIII, y, de regreso en Madrid, se
tecedentes de antes que los sistemas, aumentó la albergó, vestido de modesto sacerdote, en el edi-
zozobra en las alturas. Cánovas, que se había de- ficio de los Paúles.
dicado en sus ocios políticos a estudiar nuestra Allí se celebraron misteriosas conferencias
decadencia y no nuestra grandeza, tendía al pe- y reuniones, a las que acudieron varios políticos
simismo. parlamentarios y algún general. Cánovas, presi-
Al encontrar su talento y su carácter prisione- dente del Consejo, y Romero Robledo, ministro,
ros de las minas parlamentarias, él, que presen- lo ignoraban entonces todo.
tía la necesidad de una dirección enérgica, se aba- ¿ De qué se trataba ? De casar a D. Jaime
tió. Viendo en Sagasta y en el partido liberal sus con D. Mercedes, la joven princesa que se en-
únicos colaboradores, tuvo miedo. El cuadro que lazó más tarde con D. Carlos Caserta. No rei-
trazó a D.a Cristina era tan sombrío, que confina- narían inmediatamente, sino después de una re-
ba en la desmembración y no se iluminaba con los gencia de Carlos VII que evitase una enojosa
incendios republicanos y las descargas de la gue- abdicación.
rra civil. La augusta señora, Reina sin ventura, a ¿Cuál sería el procedimiento para conseguir-
quien, por una fatalidad histórica, le tocaba re- lo? Un gobierno nacional, en el que entrase un
presentar el papel de Isabel la Católica al revés, carlista (sé los nombres que se discutieron), y un
debió acudir llena de congoja a donde la llevaban golpe de Estado, combinado, de las fuerzas tradi-
su fe y su sangre. Una fusión dinástica que salva- cionalistas, previamente armadas, y una parte del
ra el Trono y el porvenir de España debió pasar Ejército.
por su alma. Después... yo no sélo que pasó, y, En principio no se puso ni la más pequeña li-
aunque lo supiera, no debía contarlo. El Car- mitación religiosa y política al sistema tradiciona-

246 ] 247 1

carlismo.es
D E A I 0 REVELACIONES HISTÓRICAS

lista de la nueva dinastía. Pues bien : Canalejas ción si solicitase su testimonio, venía todos los
formaba parte de esas reuniones. días a mi casa a relatarme los incidentes de las
Pero ¿ es eso posible ? ¿No será un relato fan- reuniones.
tástico ? Los que no les convenga que sea verda- Cuando yo fuí a Roma en 1897 con un en-
dero lo calificarán así ; pero yo aseguro que es ab- cargo especial de D. Carlos, hablé del asunto,
solutamente cierto, y contra todas las negativas en el Vaticano, con un alto personaje eclesiás-
están los múltiples testimonios de personas que tico, que se extrañó que yo supiese lo que él
aun viven, y que serían incapaces de afirmarlo si sabía también.
tuviesen la menor sospecha de que era inexacto. Un enviado fué a Venecia a tratar del asunto ;
De los que acudían a aquellas reuniones han pero, aunque habló con algunas personas, no logró
muerto el Cardenal Cascajares, un político libe- hacerlo con el Duque de Madrid, que no quería
ral y Silvela ; pero viven los demás ; y aunque tales uniones, y se negó a recibirle. Uno de los
ellos lo negaran, lo saben muchas personas, in- Prelados, que estaba enterado del proyecto, era
cluso en el partido liberal y en el conservador. el Padre Cámara, Obispo de Salamanca, y viven
¿ Qué más ? Mientras las reuniones se celebraban, los que referían el entusiasmo con que esperaba
sólo había en Madrid, fuera de los iniciados, dos el resultado de las reuniones.
personas que tuviesen conocimiento de ellas y de Algún tiempo más tarde, el Cardenal Casca-
lo que se trataba : el ilustre Marqués de Cerralbo, jares me invitó a comer en el Escorial, y habla-
jefe entonces del partido carlista, y yo. mos largamente del asunto ante algunas perso-
Un religioso, íntimo del Cardenal Cascajares, nas que viven y lo oyeron. Lamentaba que el plan
con autorización superior y previo el secreto bajo no se hubiese realizado por las diferencias de dos
palabra de honor, nos lo refirió. de los principales conjurados y por el temor fun-
Otra persona muy allegada al Cardenal, por dado de que Cánovas y Romero Robledo empeza-
medio de un sacerdote que confirmaría mi afirma- ban a enterarse ; el Cardenal elogiaba la correc-

[ 248 ] [ 249 ]

carlismo.es
ción de Canalejas, que no le había suscitado nin-
guna dificultad.
No refiero esto para molestarle, ni para au-
mentar el recelo que sienten ciertos republicanos,
sino para indicar a la mayor parte de los parla-
mentarios españoles que no es muy temible la
fuerza de las ideas.
(De un artículo publicado en El Correo
Español, el 13 de septiembre de vpio).
EL SALARIO

.
[ 250 1
carlismo.es
EL SALARIO

EL DESEQUILIBRIO ENTRE LAS FORMAS DE RIQUEZA.


--- LA DISTRIBUCIÓN DE LA POBLACIÓN. --- RELACIÓN
ENTRE EL SALARIO INDUSDRIAL Y EL AGRÍCOLA

El desequilibrio de las formas de la propie-


dad y de la riqueza es una de las causas de todos
los grandes trastornos sociales. No hay proporción
entre la propiedad individual y la corporativa,
ni entre la llamada mueble y la inmueble, y entre
la real y la representativa de papel. Observad nada
más que un punto : el que se refiere a la agricul-
tura y a la industria ; es importante, porque se re-
fiere también al problema de la población muy
mal planteado. Desde Malthus hasta ahora se ha
puesto de un lado la humanidad, del otro las sub-
sistencias, creciendo en progresiones contrarias ;
no se ha mirado más que la relación general. Y,
desde el libro de Malthus al libro de Nitti, el ac-

[ 253
carlismo.es
tual presidente del Consejo de Ministros de Ita- necesidad del alimento, el vestido y la habitación,
lia, publicado cuando era profesor en Nápoles, son las tres necesidades físicas primarias, y ésas,
que resumen todas las doctrinas sobre esa mate- directa o indirectamente, las satisface la agricul-
ria, observaréis que la cuestión no está bien plan- tura. Por eso la agricultura debiera tener la pri-
teada. La cuestión no es tanto la relación del con- macía sobre todas las otras ramas del trabajo ma-
junto del linaje humano con las subsistencias, ni terial humano. Esa relación se ha roto ; y hoy
siquiera dentro de una nación, como la de la predomina el industrialismo, que tiene que tomar
distribución de la población, que es la repartición casi todas las materias primeras de la agricultura,
de los productores de la riqueza, esencial para que sobre la agricultura misma. De aquí ha procedido
esté bien distribuída la riqueza misma, y para que una cosa : que, siendo el aliciente y estímulo del
una rama de la actividad no disminuya, con su salario industrial creciente mayor que el agrícola,
crecimiento excesivo, el de la que se dedica a pro- la agricultura ha sufrido el resultado de una emi-
ducir las subsistencias. gración más dolorosa que la emigración exterior :
Los economistas, al clasificar las industrias, han la emigración interior, la del campo a la ciudad.
incluído entre ellas la agricultura, y claro está que Los trabajadores agrícolas emigran de los campos
en cierto sentido lo es. Si no se atiende más que a las ciudades. Y ¿ qué sucede? A la mayor ofer-
a la formación del objeto, la agricultura transfor- ta de trabajadores en las ciudades disminuye el
ma los objetos, para aplicarlos a nuestras necesi- salario de los obreros ; pero la menor oferta de
dades, y es una industria. Pero la transformación trabajadores en los campos aumenta los jornales
de los objetos es el medio, y ese medio es coman ; y, por lo tanto, el precio de las subsistencias. Y
y las cosas no se clasifican por los medios, que como el precio de venta de los productos fabriles
pueden ser iguales, sino por los fines, y los fines tiene una relación directa con el salario, que for-
a que se refieren son las necesidades. Entre esas ma parte del coste de la producción, y el salario
necesidades las hay primarias y secundarias ; la real, no el nominal, se mide por el precio de las

254 I 255 j
carlismo.es
E Lr SAL A R 1 0
E A R 1 '0
la relación equitativa que debe existir entre el sa-
subsistencias, y las subsistencias proceden de la
lario y el precio de las subsistencias, y el desorden
agricultura, la agravación que esto lleva consigo
continuará y no servirá de nada el aumentar los
es la que explica esa serpiente que está enroscada
salarios en los centros humanos si siguen dismi-
a la producción y que no puede romper el produc-
nuyendo los trabajadores en el campo y encare-
tor moderno.
ciéndose forzosamente la vida (Aplausos).
En una huelga piden los obreros aumento de
(De un discurso pronun-
salario : el aumento se consigue, y con eso, na-
ciado en abril de 1920).
turalmente, aumenta el precio del producto en
la venta, porque aumenta el coste de la produc-
ción; pero, como con ese salario va a haber que
adquirir otros productos, los que vienen de la agri-
cultura, resulta que todo lo que por un lado ha
aumentado el salario nominal disminuye por otro
el salario real con el precio de las subsistencias,
y el salario, de hecho, o queda igual o disminuye;
porque el salario real, que se mide por el precio
de las subsistencias, depende de la producción
agrícola en primer lugar ; y, mientras la agricul-
tura sea la Cenicienta, mientras ella cargue con-
tinuamente con los más pesados tributos, mientras
esté cubierta de hipotecas, mientras gima aban-
donada y no llegue a producir más que el dos o
el tres por ciento, y la propiedad industrial y la
propiedad del papel crezcan y florezcan, no habrá
[ 257
[ 256 ]
— Vol. IV 17
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA.
SÁTIRA

carlismo.es
'...:12911992

SÁTIRA

CATÓN

Lo que voy a referir es rigurosamente históri-


co. Es uno de los muchos episodios que la pluma
del periodista puede sorprender en los centros
burocráticos de esta Corte.

Son las tres de la tarde. El señor director está


en su despacho ; un despacho con una mesa an-
tigua, que, por las trazas, debió de pertenecer al
de Calomarde ; con unas sillas forradas de ter-
ciopelo y unas paredes pintadas de rojo con jun-
quillos dorados.
Se abre una mampara verde, y un portero, de
uniforme, doblando la espina dorsal, dice
— Esta carta acaban de traer para V. S... Es-
peran...

[ 261 ]

carlismo.es
D E A R 1 O ÁT I R A
El director la lee rápidamente, y, al ver la dome 25 pesetas para que tomáramos café los
firma, responde : amigos ; y como me pareció la cosa tan inocente,
Que pase ! no la oculté ; se enteró del suceso el señor direc-
Pasa el portador de la epístola. Es un hombre tor, y heme aquí expedientado y bajo la amenaza
corno de unos cincuenta años de edad. Se presen- de ser enviado a Canarias».
ta encogido, tembloroso, apocado; como quien El director no puede disimular su repugnan-
siente su pequeñez delante de la grandeza de un cia. Tiene delante a un reo del delito de cohecho;
señor director. y él, Catón redivivo, hombre puro, que antes
Expone tímidamente sus cuitas. «Señor, dice, metería las manos en el fuego que pedir una injus-
yo desempeño un modesto destino. Hace un par ticia, siente la tentación de llamar a una pareja
de meses me escribió un compañero de provincias de la Guardia civil para entregarle el criminal.
diciéndome : Fulano, ve al ministerio, entérate de Se domina, sin embargo, y, con el ceño adusto
si ha llegado mi instancia, y recomienda su pronto que guarda para las ocasiones más solemnes, dice
y favorable despacho. Fui, hablé con uno de los a su interlocutor señalándole la puerta :
oficiales del Negociado, y éste me manifestó que, — No le prometo nada. El asunto es gravísi-
si lo que yo le decía sobre la justicia de la petición mo; veremos lo que se puede hacer...
era exacto, mi compañero sería ascendido. Era
verdad. A los pocos días mi amigo, porque tenía A cosa de las seis de la noche se detiene un
derecho, pasaba al empleo inmediato superior. coche delante del ministerio de Hacienda ; el
»Y ese mi colega no supo demostrarme su gra- lacayo abre la portezuela, y sale por ella el señor
titud enviándome un reloj de oro, o una escriba- director.
nía o unos jarrones de plata labrada, como dicen ¿ Está el señor ministro ? — pregunta; — y
y yo he leído que se la manifiestan los no pe- corno la contestación es afirmativa, el señor di-
queños a los grandes. Me la demostró remitién- rector sube más que de prisa las escaleras ; y, en

[ 262 I [ 203 ]

carlismo.es
I D E A R 1 0
un santiamén, previos los trámites de rigor, se Y el Catón redivivo, el hombre puro que antes
halla en presencia, se encuentra delante del res- metería las manos en el fuego que pedir una in-
petable consejero de la Corona. justicia, saca la cartera y guarda en ella unos bi-
— ¿Usted por aquí? lletes de Banco.
— Sí, señor ministro. Vengo, porque la com Y si hiere a su imaginación en aquel instante
pañía R. es injusta e ilegalmente perseguida por el recuerdo del empleado del cohecho, por baju-
el delegado de Hacienda de X. Le ha fijado un no y por inmoral, lo desprecia...
plazo perentorio para que haga efectivos sus des- (Artículo publicado en El Correo
cubiertos ; y si mañana, en las horas de oficina, Español, el día 2 de enero de 1905).
no deposita esos miles de duros, se procederá al
embargo. Eso no puede ser. Ruego a usted que II
telegrafíe para que se suspenda todo procedi-
miento. MÁs, MÁS...
— Pero ¿usted me garantiza?...
— Naturalmente, señor ministro ; lo que trata
de hacer ese señor delegado es una atrocidad. ¿ Conocéis el caso de Forlimpón? ¿No? Yo lo
— Bueno, pues váyase tranquilo. recordaré. Te pido, lector, unos minutos de in-
— Gracias mil, señor ministro.
dulgencia.

Al día siguiente, en el Banco de España, se Forlimpón nació..., afortunadamente no re-


.
hace efectivo un cheque. Es el pago mensual o cuerdo en este instante la naturaleza de Forlim-
trimestral que el abogado A., que es al propio peal. Dadle la que os plazca. Imaginadlo castella-
tiempo el director H., recibe, por prestarle su in- no, andaluz, gallego... Forlimpón nació en Es-
fluencia, de la Compañía R. paña.

[ 264 j [ 265 1

carlismo.es
E A R I O Á R A

Tenia inmensas propiedades su padre ; dehe- limpón. Tenía un bufete. Tenía algo más que un
sas en Extremadura, cortijos en Andalucía, na- bufete : fama y clientela.
ranjales en Valencia, huertas de frutales en Mur- No paró ahí. Una voz secreta le gritaba :
cia, una torre en Barcelona, una villa en San Juan «Más, más)). Entonces se hizo político. La polí-
de Luz, varias hermosas fincas urbanas en Madrid. tica es, para algunos, ganzúa que permite abrir
Casi todo había pertenecido antaño a la Iglesia, las puertas de las altas posiciones. Así fué dipu-
a la Corona y a los pobres. ¡ Mendizábal fué un tado, subsecretario y ministro.
gran hombre para los abuelos de Forlimpón Y aunque fué un ministro funesto, que realizó
Estudió éste Derecho en la Universidad Cen- la insensatez de acoplar las personas a los vesti-
tral. Lo del estudio es un decir. Pasó el rato. Co- dos, y no los vestidos a las personas, quiero decir,
nocía los libros por el forro. Los acariciaba las que amarró a España a un presupuesto, y no supo
dos últimas semanas del curso. Iba a exámenes hacer un presupuesto para España, hombres su-
con la recomendación eficaz de quince personajes. perficiales dijeron de él que era un genio de la
¡ Así obtuvo el título de abogado el gran For- política y una lumbrera de la Hacienda. Y él se
limpón ! lo creyó, y la voz secreta repitió en su oído :
«Más, más)). Pretendió subir al último peldaño,
Hagámosle justicia. Un día se paró a meditar, y lo subió. La deslealtad y la perfidia le hicieron
y dijo : Tengo dinero y me siento pobre. Pre- presidente.
feriría ser pobre y sentirme rico. ¿ Dónde estará Entonces comenzaron las amarguras de For-
la felicidad ? La felicidad es una virtud. Algo limpón. Como no todo lo suplen las ambiciones y
parecido a una virtud es el trabajo. ¡ Yo trabajaré ! las audacias, desde aquellas alturas enseñó al
Entró en el despacho de un maestro de la Ju- mundo entero que carecía de todas las condicio-
risprudencia, y fué estudioso, diligente, activísi- nes que son necesarias para mantenerse en ellas ;
mo. Al cabo de tres años era otro hombre For- que no pasaba de la categoría de un abogado

[ 266 ] [ 26'7 ]

carlismo.es
1 D E A R 1 0 Á

listo, de un político travieso y de un hacendista


vulgar ; que su pensamiento era poco ágil, y su
palabra premiosa, y su voluntad férrea y su ca- III
rácter entero meras ficciones.
Y así cayó para siempre Forlimpón. DE ARRIBA

¿ Que por qué recuerdo este caso? Yo no sé si He aquí la discreta observación de uno de los
este Gobierno es interino o permanente ; no sé si abencerrajes del sistema parlamentario : Reco-
vivirá unos días, unas semanas o unos meses ; nozco, dice, que los rusos (el pueblo) no están
pero se habla de sustitutos, de nuevos presiden- capacitados para gobernarse por sí mismos ; pero
tes, de nuevos jefes de Gobierno. Una parte de la ¿ cómo aprenden los pueblos a gobernar ? Gober-
prensa ha dado el nombre de uno o de dos polí- nándose. A leer, se aprende leyendo ; a hablar,
ticos alrededor de los cuales la amistad finge que hablando ; a escribir, escribiendo ; a gobernar,
se concretan las aspiraciones populares. Por si los gobernando.
rumores se confirman, yo me adelanto a saludar El argumento es risible, no sólo porque es tan
desde estas columnas al nuevo Forlimp6n, y anun- falso como Judas, sino porque, aunque no lo fue-
cio que esta amonestación tendrá ocasión de co- ra, los ensayos y las representaciones definitivas
mentar, no tardando, el más ruidoso fracaso po- de pueblos que, sin capacidad, se han gobernado
lítico de los tiempos presentes... y continúan gobernándose, digámoslo así, son
(Artículo publicado en El Correo Es-
demasiado fuertes para que haya nadie que as-
pañol, el día 19 de enero de 1905). pire a que se repitan.
Pero, además, ¿ quién sabe de un pueblo que
se gobierne por sí mismo ? Decirlo, lo dicen mu-
chos, el señor marqués de Pidal inclusive ; pro-

1- 268 [ 269 ]

carlismo.es
E A O Á

bario, no lo prueba nadie. No hay pueblo que por de átomos que la integran. Todo ello es elemental.
sí solo se gobierne. Los habrá que tengan más o Pero, digan lo que quieran las Matemáticas y
menos desarrollado su sentido político, que sean la Química, en la sociedad, en las colectividades
más o menos reflexivos y sepan orientar mejor o humanas, se da el caso de que el átomo domine
peor a los que gobiernan ; pero el pueblo es siem- a la molécula, y la molécula al cuerpo, y la indi-
pre un menor de edad, lo mismo el nuestro que los vidualidad a la colectividad, y sea ésta lo que es
otros, y necesita sus curadores. aquélla, y varíe con sus variaciones, y gane las
El toque está en que esos curadores interpreten cumbres de la gloria y el honor y caiga en las
o no los sentimientos y las aspiraciones de la co- negras y hondas simas de la abyección y de la
lectividad que representan, o en que tengan el va- deshonra. Atomos, moléculas individuales fueron,
lor cívico que es menester para oponerse a ellos, por ejemplo, sin salir de España, los Reyes Cató-
hasta por la fuerza, cuando abrigan la convicción licos. ¿Quién duda de que el pueblo que éstos
de que tales sentimientos y aspiraciones son regían y gobernaban era el mismo que el de En-
errados. rique IV y la Beltraneja ? ¿Quién no sabe que los
Eso de la capacidad del pueblo es una de esas nobles turbulentos que levantaban el tablado de
muchas mentiras que circulan por los parlamentos Avila eran los nobles sometidos en el reinado de
y por las columnas de los periódicos, y que nadie, Isabel de Castilla y de Fernando de Aragón ? Pa-
o pocos, se toman la , molestia de desentrañar. No recen, sin embargo, dos pueblos completamente
negamos, ¿ qué hemos de negarlo ? que los pue- distintos ; el uno, capaz de todos los rebajamien-
blos se ilustran, mejoran y progresan. También tos, y el otro, de todas las grandezas ; con el pri-
sabemos que el todo es igual a la suma de las mero parecía llegada la disolución, con el segun-
partes ; que un cuerpo no es cosa distinta de lo do tuvo remate la unidad ; con aquél oyó España
que sean sus moléculas, y que una molécula no el primer doble de su agonía ; con éste el alegre
puede ser diferente del - conjunto, de la totalidad repique de una gloriosa resurrección.

[ 270 ] í 271 ]

carlismo.es
D E A I 0

La capacidad popular, el conjunto de átomos


o de moléculas que constituían las nacionalida-
des españolas, no había variado. Tan menores de
edad eran en uno corno en otro tiempo ; lo que
varió fué la fuerza directora, la iniciativa, el alien-
to, algo que, de abajo arriba, tarda en llegar o no
llega nunca, porque es luz, y la luz viene de lo
alto. Eso es lo que necesitan, para regenerarse, los
pueblos. Autoridades que den el ejemplo, que
gobiernen rectamente, siendo los que la represen. SECULARIZACIÓN
tan esclavos del deber, y teniéndose por súbditos
de Cristo. Alcanzado esto, la capacidad de la
masa se obtendrá de añadidura ; pero, sin eso,
los pueblos no hacen otra cosa que levantarse para
caer, o elevarse momentáneamente para descen-
der bien pronto, por el plan inclinado de las de-
cadencias, hasta tocar en la disolución y en la
muerte.
(Artículo publicado en El Correo Es-
pañol, el día 18 de febrero de 19o5).

[ 272
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA — Vol. IV 18
carlismo.es
¿ No lo oís? Es el grito que constituye la con-
signa de las sectas, la consigna que ha salido de
los antros de la masonería, que ha llegado ya a
las alturas de los poderes oficiales y que se repite
en todas partes como una enseña de combate
contra la Iglesia : «Hay que secularizar la socie-
dad». Esa es la síntesis de todos los programas.
«¿Qué es secularizar ?» Secularizar es «descris-
tianizar», es «descatolizar», es quitar el influjo
de la Iglesia en ciertos órdenes de la vida para
emancipar de ella a la sociedad y al Estado. Los
eufemismos no sirven ; no sirve hablar de la su-
perioridad del Estado civil ; no sirve hablar de
secularizar, para descifrar la impiedad. Cuando a

carlismo.es
1 E A R 1 O ECULARIZACION

los mismos que formulan este programa se les a más ; después de secularizar la vida pública,
pide un comentario y una explicación, no dudan • después de secularizar las leyes, tiende a seculari-
en decirlo : «Es necesario que la Iglesia pierda su zar las costumbres, penetrando en la vida domés-
influjo en ciertas esferas de la vida ; que se arran- tica; trata de secularizar la familia y, por último,
que de ellas el predominio de lo sobrenatural, y de secularizar a los individuos.
que esa influencia que la Iglesia ejerce la ejerza Es claro que, reducido el principio liberal,
en lo sucesivo el Estado laico)). esencia y fórmula y compendio de todos los pro-
Y esto ¿ qué significa ? Significa que es el Es- gramas ateos que en la hora presente luchan
tado el que fijará los límites en donde la Iglesia contra la Iglesia, su quinta esencia es ésta : que
se ha de encerrar, en donde se ha de contener la Cristianismo y, en general, religión y civiliza-
Religión ; él fijará a la Iglesia sus dominios, a él ción son dos cosas antitéticas y opuestas ; por-
no se los fijará nadie, y mucho menos la Religión que si secularizar, es decir, si descristianizar, si
limitada, la Religión constreñida por el Estado arrojar lo sobrenatural de todas las esferas de la
mismo. Y esto ¿ qué supone ya? Pues supone la vida, es un progreso y una civilización, y en nom-
«estadolatria», supone ya un Estado que domine bre del progreso y de la civilización se realiza,
las conciencias, que señale los deberes que han de claro es que lo contrario, es decir, que el espíritu
tener con Dios sus súbditos, que tase por un lado cristiano y sobrenatural penetre en todas esas es-
la gracia y determine por otro lado el deber re- feras de la vida, será lo reaccionario ; y entonces
ligioso ; es un Estado que no reconoce la sobera- tendremos que religión y civilización son cosas
nía absoluta de Dios, sino la suya propia puesta antitéticas y opuestas. Y si se tiene lógica, si no se
en lugar de la de Dios ; es el absolutismo más quiere vivir en perpetua hipocresía, habrá que
desbordado que han conocido los hombres. Pero decir y señalar esta fórmula : «A mayor civiliza-
él sigue afirmando que, una vez conquistada la ción, menos religión ; a ninguna religión, el sum-
secularización en una esfera, hay que extenderla mum de la civilización».

[ 276 [ 2'77 I

carlismo.es
E C U L A R I Z A C I Ó N
Pero entonces, señores, el summum de la irre- La lucha actual no es la lucha entre una con-
ligión será el ateísmo, y el ateísmo no tiene más fesión religiosa y un Estado que la niegue alguna
que dos formas : el agnosticismo, que duda aún de sus preeminencias y derechos ; mal ve las cues-
de la propia existencia del yo, que formula la tiones que están planteadas en el mundo al presen-
duda ; y el positivismo y el panteísmo, es decir, el te, quien así las ve ; no, la lucha actual es la lucha
monismo. Y de las dos maneras niega la libertad entre la civilización y la barbarie, para decirlo
humana con el «determinismo» ; y al negar la li- claramente, porque es preciso que los nombres
bertad niega el deber, porque no existe el deber puedan representar las cosas para que estaban
allí donde no hay la facultad de poder infringir destinados, y que no se cambie el lenguaje, como
una ley moral, de poder sublevarse contra ella ; y lo han hecho los sectarios, robándonos los voca-
si no existe el deber, no existe el derecho ; y si blos para expresar lo contrario de lo que signifi-
no existe el deber, el derecho y la libertad, la caban ; y es necesario que las palabras progreso y
sociedad será una congregación de fieras, pero no civilización vayan a representar la civilización y
una sociedad de hombres (Aplausos). el progreso, y no la barbarie que se disfraza con
En nombre de la civilización y del progreso se esos nombres (Aplausos).
combate a la religión ; y cuando se extrema esa Del lado allá de la Cruz, había un mundo, cuya
premisa, se llega a lanegación de la c
ivilización constitución social puede resumirse en una sola
y del progreso, porque se llega al ateísmo, a la frase : arriba césares, es decir, tiranos, y abajo
negación de la libertad, a la negación del deber y esclavos ; después, del lado acá del Calvario, la
a la negación delerecho
d ; y así, señores, nos- libertad ha imperado, porque ha venido con el
otros nos encontramos hoy en esta disyuntiva in- Libertador -del mundo ; y desde entonces la socie-
exorable en que están ya a la hora presente colo- dad ofrece caracteres y está basada en fundamen-
cadas todas las sociedades humanas y singular- tos que desconocía la sociedad antigua; allí estaba
mente la sociedad latina. identificada la soberanía verdaderamente social

[ 278 ] [ 279 I

carlismo.es
11111111:9'

E A o SECULARIZACIÓN
de la jerarquía de los pueblos con la soberanía puesto una palabra más en el Símbolo, ni una
política, y la soberanía política con la soberanía palabra más en el Decálogo para el mendigo que
religiosa ; y estaba establecido ya en la cima, con para el emperador, y ha hecho una democracia
nombres diferentes, que eso importa poco, el Cé- divina, hasta el punto de que haya podido decir
sar, que dominaba a un tiempo los cuerpos y las un gran escritor : En Italia sólo pueden gobernar
conciencias, y abajo, en castas o con la esclavitud, y ocupar el solio de Roma los individuos que
gemía la libertad de las ergástulas, cuando no llevan el apellido de Saboya, pero pueden ocupar
gemía además en los cadalsos. Pero el Cristianis- el solio pontificio todos los católicos extendidos
mo todo lo ha establecido de manera diferente : por el mundo (Aplausos). La Iglesia ha formado
el Cristianismo ha separado la potestad religiosa en su regazo la civilización cristiana ; y cuando
de la potestad política, y ha matado el cesarismo ; esta civilización se aparta de la Iglesia y en la
el Cristianismo ha restaurado todos los derechos misma proporción en que de ella se aparta,
de la persona humana, desde el derecho a la vida vuelve a reproducirse la civilización pagana. Si
hasta el derecho a la dignidad personal, a tal surge el hombre cosa en las galerías de la mina
punto que uno de los primeros Pontífices que se y de la fábrica, si resurge el esclavo, es porque
sentara en la cátedra de San Pedro fuera un es- una economía individualista, que se separó de
clavo, que estuvo como atado a la rueda del mo- la Iglesia, renueva la tiranía pagana. Cuando el
lino, y que había gemido en la ergástula; es decir, Estado, poco importa que tome la forma presi-
que un esclavo, el último de la última capa social, dencial o la monárquica, que se llame Parla-
puede estar sentado en el solio, puede imperar mento o Gobierno representativo ; cuando el go-
sobre todos los reyes. La Iglesia ha realizado bernante, el supremo, imperante, trata de dirigir
el prodigio singular de que el emperador adore al las conciencias, de penetrar en la Iglesia, de
mendigo colocado en los altares, y no ha hecho regir y gobernar y aun descoyuntar y destruir
que el mendigo adore al emperador, porque no ha el vínculo de la sociedad doméstica, célula del

[ 280 [ 281 1

carlismo.es
organismo social, entonces surge de nuevo el
Estado pagano, y, con formas nuevas (pero la
hipocresía del lenguaje no altera la realidad del
concepto), volverá el cesarismo a aparecer en las
sociedades modernas, y volverá la estadolatría,
aunque sea en forma parlamentaria o en forma de
convención, a imperar las conciencias de los in- Pero observadlo bien, señores ; yo voy a ar-
dividuos, en el seno de la sociedad doméstica y gumentar más a fondo sobre ese concepto de la
en el seno del santuario, y existirá entonces un libertad, y digo : A quien niega el límite y los
dominio absoluto, que no encontrará fronteras ni deberes religiosos que imponen esas relaciones
en el derecho de los ciudadanos, ni en la concien- con Dios, a quien niega a Dios y quiere explicar
cia de los creyentes, para que exista un valladar, el origen y la variedad de los seres, no le quedan
un límite, algo que contenga de algún modo esa más que dos caminos : o el todo absoluto pan-
ola de barbarie y de tiranía que desciende de las teísta, del cual son determinaciones necesarias y
alturas del poder cuando no está Cristo en la fatales ; o el todo positivista, del cual son como
cima, conteniéndole en sus brazos, para que no derivaciones y consiguientes fatales también.
oprima la libertad (Aplausos).
(De un discurso pronuncia-
do el 3 de julio de igi 1). Es poner la Zoología por encima de la Psico-
logía y de la Teología (Aplausos). Y a esos que
vienen a considerar al hombre nada más que como
un tránsito del salvaje, primero, del antropopi-
teco antes, del mono catarrino por último ; a toda
esa escuela que considera el animal como un

[ 282 [ 283 I

carlismo.es
D E A R 1 O S ECULARIZACIÓN

hombre no perfeccionado, y al hombre como un Decálogo ; suponed que el Sermón de la Montaña


animal perfeccionado ; que no admite entre ellos afirma todos los corazones, y decidme si la tierra
diferencia de esencia, sino de grado, y que pro- no parecerá una colonia del cielo ; pero poned en-
clama, por lo tanto, como dogma fundamental el frente de eso una sociedad en donde el hombre
bestialismo ; que destruye y niega la caridad, que crea que la tumba no es pórtico de la inmortalidad,
supone la libertad ; y establece como única ley sino la frontera de la nada ; suponed que no tiene
social la lucha por la existencia, que es, en el alma espiritual y que toda la vida y que todas las
reino animal, la lucha de la fuerza del individuo cuentas se liquidan acá en la tierra ; que no es
contra el individuo y de la especie contra la espe- más que un puñado de materia agitada por ins-
cie, sin estar templado ni por la abnegación ni por tintos ; que no tiene libertad ni responsabilidad ;
el sacrificio que el animal no alcanza ni compren- que las ideas de justicia, de derecho, de mérito,
de : a ésos hay que decirles que al imperio del de demérito, de virtud, son manifestaciones de la
bestialismo y de la fuerza bruta van las socieda- fuerza, consiguientes necesarios, fatales ; que son
des que caminan hacia la secularización ; y por enfermedades, como ha llegado a decirse ; que
eso no hay más que poner enfrente estos dos pueden ser hasta la virtud y el vicio, según la
cuadros y ver dónde llegarían nuestras doctrinas frase de un positivista, dos productos, como el
y dónde las suyas, para que pueda elegir el que vitriolo y el azúcar ; haced creer eso a una socie-
se estime por ser racional. dad ; suprimid todo ese fondo moral que la ha
hecho grande, y con él toda abnegación, todo
El mundo con Dios y sin Dios. Imagen sacrificio, todo heroísmo, todo martirio ; y decid-
de la agonía del sabio me : ¿Qué es eso ? ¿Es una sociedad humana?
No ; eso es una yeguada sin instinto (Grandes
Suponed que la Humanidad entera cree en aplausos). Y entre esos dos ideales, el de la polí-
nuestro Símbolo ; suponed que practica nuestro tica secularizadora que va a parar al reino animal,

[ 284 ] [ 285 ]

carlismo.es
1 D E A R I ECUL ARIZ ACIÓN
0
pero con la suficiente inteligencia para no tener el morirme cuando me queda tanto todavía que
instinto de los brutos ; y el ideal cristiano, que va leer !» j Le quedaba tanto por leer ! Quería leer,
a traer de nuevo y a restaurar el Paraíso sobre la hasta en el presente, los libros futuros, y abarcar-
tierra, no habría ni posibilidad de duda en la los todos en una mirada ; y aquel hombre, que
elección. El gran Menéndez y Pelayo, que en había sentido, como no lo habrá sentido otro en
todas las páginas de sus libros rindió acatamiento esta generación, la sed de verdad y de belleza, la
profundo a la doctrina católica, lo hizo en el úl- encontró satisfecha en el último día.
timo acto de su vida ; y entonces fué cuando es- ¿ No recordáis una escena dolorosa que toda la
cribió la más grande de sus obras : es decir, no la Prensa ha descrito ? Cuando ya se había confesado
escribió, ya no podía escribirla ; y aunque tuviese fervorosamente, cuando ya sus labios no podían
su mano libre y no atada por la muerte, que se articular una palabra, cuando sus manos empeza-
acercaba, y aunque se superara en su estilo y sus ban a estar rígidas y frías, cuando aquella frente,
condiciones artísticas, no hubiera podido escri- trono del pensamiento, iba a rendirse a la muerte,
birla, no hubiera podido trazarla. Un gran escri- su hermano D. Enrique Menéndez y Pelayo, el
tor ha dicho, expresando en eso la tendencia a ilustre autor de la Golondrina, el sucesor literario
la unidad y los anhelos del espíritu humano : de Pereda, cogió conmovido un crucifijo, el cru-
«Yo quisiera compendiar todos los libros en un cifijo que había tenido en sus manos al morir la
libro, todo el libro en una página y toda la página madre de Menéndez y Pelayo, y lo puso sobre los
en una frase». Ese era también el ideal de Menén- labios del gran sabio : eran dos agonizantes que
dez y Pelayo ; y ¿ no sabéis, señores, su frase últi- se miraban, era el agonizante que está en la cruz
ma, la que parecía que era como su testamento y la Ciencia personificada en Menéndez y Pelayo,
literario, aquella frase tan ingenua y sencilla que que agonizaba también ; en aquel aliento divino
decía el último día que abandonó su biblioteca que yo no sabría describir, empezó a verlo todo, a
para no volver a visitarla más ? «1 Qué lástima, leerlo todo, y allí estaba la unidad suprema, en

[ 286 ] [ 287

carlismo.es
A R I o
aquella página iba para siempre toda la sed de
belleza ; por eso los labios del sabio, al extin-
guirse la vida, exhalaron el último aliento ; sus
ojos encendidos miraron a los ojos del Redentor,
y entonces no fué sólo Menéndez y Pelayo el que
besó a Jesucristo crucificado, fué también Jesu-
cristo el que besó en él a la Ciencia española
(Grandes y prolongados aplausos).
(Del discurso pronunciado en el Teatro
de la Princesa, en junio de 1912).
SEPARATISMO

[ 288

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV 19
2,2,2,12y22

SEPARATISMO

EL REGIONALISMO DESDE EL PUNTO DE VISTA


DE LA NACIÓN. - EL FALSEAMIENTO DEL MÉ-
TODO PARA ESTUDIAR LA HISTORIA ES EL ORI-
GEN DEL SEPARATISMO

Observad ahora el principio regionalista, desde


el punto de vista de la nación. España ¿ es una
colección de naciones, congregadas por un Esta-
do, o una federación de regiones que han partici-
pado de una vida común y colectiva a lo largo
de la Historia, y que han formado una unidad su-
perior nacional, que con sus caracteres las sella
y las enlaza ? Ved aquí las tesis opuestas : para
los bizcaitarras y napatarras y la Liga, España es
un conjunto de naciones enlazadas por un Estado,
que no tiene más que una soberanía política común
sobre ellas. Para mí, España es una congregación

291
carlismo.es
E P A R A T I S M O
1 D E A R 1.0
que la distinguen de los demás ; y la nación está
de regiones que tienen personalidad histórica y ju-
formada.
rídica distinta, pero que no son todos completos
El espíritu nacional anima ese todo, y lo
ni unidades históricas ni sustancias independien-
mismo sucede con el regional, que nadie niega ;
tes, sino que han juntado una parte de su vida, y
no es, como el espíritu y el alma individual, que
con ella han formado esa entidad superior, obra
subsiste ; es un efecto común, pero que, una vez
de ella, y que obra sobre ella, que sellama España
producido, obra como causa y acciona sobre las
(Muy bien, muy bien).
que le dieron el ser ; y por esto decía, en un símil
Lo que constituye una nación es lo que suele
que, por gráfico, repito, que los factores que obran
llamarse, en un sentido metafórico, alma nacio-
primero sobre la región producen de spués la na-
nal, espíritu nacional ; y el espíritu nacional está
ción, y que ésta es semejante a un río formado
constituído por un fondo común de creencias, de
por afluentes : los afluentes son las regiones, el
sentimientos, de aspiraciones y tradiciones fun-
río es la nación; el río no puede existir sin afluen-
damentales. No hay una nación — lo he dicho
tes, y, para que no se formase el río, seria necesa-
muchas veces y lo quiero repetir, porque consi-
rio variar la dirección de los afluentes, y hacer que
dero gráfica la frase para expresar la idea —; no
se dispersasen y perdiesen en pantanos y arena-
hay nación alguna, digo, que brote de una sola
les ; por, eso yo los afirmo, con aquella dirección
fuente ; todas proceden de fuentes diversas. Cuan-
histórica que no marcó el capricho, sino la nece-
do el territorio, el clima, la raza, las conquistas y
sidad, y que los ha obligado a converger y a jun-
reconquistas, las influencias de los pueblos ex-
tarse en el río nacional. El error separatista tiene
traños, las vicisitudes de una larga historia, llegan
su origen en una falta de lógica, en una viola-
a amasar un todo social, la resultante común de
ción del método, que lo lleva a conclusiones ab-
tantos factores, abrazados por una creencia que
surdas ; porque una observación exclusiva, el aná-
los penetra y enlaza, adquiere caracteres psico-
lisis excesivo de un objeto, son causa de error,
lógicos, más que caracteres étnicos y geográficos,
[ 293
[ 292 I
carlismo.es
1 D E A R 1 0 P A R•AT ISM()

porque mutilan la verdad, que es la realidad com- de una historia, prescindiendo de las demás ins-
pleta ; así, si estudiamos una molécula separada tituciones regionales e históricas, llega a hacer
de todas las demás, en vez de afirmar un hecho, creer que son seres sociales de originalidad tan
lo que venirnos a afirmar es una abstracción ; por- extraña, que apenas serán comprendidos en las
que, en la realidad, fuera de nosotros no se da categorías y especies conocidas.
aislada ni separada, sino unida, por una trama Los que aplican éste criterio a los pueblos de
de relaciones, a todas las demás. historia común y general más acentuada, como el
Lo que sucede e. n las ciencias naturales, se nuestro, los contemplan como vastas planicies
repite en las sociales ; la ciencia necesita una doble arrugadas en algunos puntos por cordilleras, pero
visión : la visión de las hormigas y la visión de donde sólo se levantan, como única vegetación,
las águilas : la del pormenor y la del conjunto algunos árboles solitarios rodeando a uno más alto,
(Muy bien, muy bien). el Estado, que da, como el manzanilla sombra
Por eso, cuando se estudia una institución y maléfica a los demás.
su desarrollo en la Historia y se la considera ais-
lada, no se la comprende bien. En la Historia hay
que estudiar las instituciones por un método de (Del discurso pronunciado en el
Teatro Campoamor, de Ovie-
comparación y de eliminación con otras institu- do, el día 6 de mayo de 1916).
ciones análogas y coetáneas, porque es necesario
sumar semejanzas y restar diferencias, para ver
lo vario en lo uno y lo uno en lo vario, que son
los factores del orden, la ley que rige a un mismo
tiempo los entendimientos y las cosas (Muy bien,
muy bien).
El estudio exclusivo, aislado, de una región o

£ 294 ] [ 295

carlismo.es
con la sangre de los héroes carlistas, porque no
sé que le hayan rubricado con la suya los cata-
lanistas y los bizcaytarras ! (Grandes y prolonga-
dos aplausos).
INCOMPATIBILIDAD DEL PARLAMENTARISMO Y EL RE- Hace unos días encontré, en una casa de an-
GIONALISMO.-CRÍTICA DEL SEPARATISMO BIZCAYTA- tigüedades de Madrid, un cuadro que, por premu-
RRA Y DEL ESTATUTO DE LA LIGA CATALANISTA ras del tiempo y el viaje, no pude adquirir, y que
quería traer como obsequio a mi querido amigo
Por eso nosotros defendemos el principio re- D. Luis Lezama Leguizamon, que en su biblioteca-
gionalista en toda su plenitud. ¿Para qué he de museo guarda tantas cosas y tantos recuerdos que
exponerlo yo de nuevo, después de los discursos se refieren a Vizcaya. El cuadro no era ninguna
elocuentísimos que han brotado de los labios del obra de arte, pero era de un mérito representativo
Sr. Ampuero, del Sr. Careaga y del Sr. Pradera ? muy grande ; y siento haberlo dicho, porque aho-
¿ Para qué he de volver yo a hablaros del princi- ra puede que aumente el precio el vendedor
pio regionalista, que vengo defendiendo hace 25 (Risas).
años en el Parlamento y fuera del Parlamento ? Resultaba el triunfo de los poderes liberales
Cuando todos estos regionalistas de última hora en Bilbao sobre las fuerzas carlistas.
no existían aún, desplegábamos nosotros la ban- Representa una bandera cubriendo una pirá-
dera, que, además, estaba teñida en aquella san- mide, y sobre ella una dedicatoria a los que con-
gre generosa que empapó estas montañas y que quistaron la paz y la libertad. Y después, en letras
evocaba, con tan soberana elocuencia, el más ilus- muy negras y muy gordas : «¡ Abajo los fueros !»
tre veterano de nuestros generales, el Sr. Sanz Es- ¡ El triunfo de la libertad era la muerte de nues-
cartín. ¡Allí, allí, estaba, en Somorrostro y en tros fueros !
Avanto, el principio regionalista y foral, escrito Esto me recordó lo que yo había dicho cuando

[ 290 [ 297

carlismo.es
E A R I 0 SEPARATISMO
hablé por primera vez en el Parlamento expo- presa necesidades permanentes, aunque otras ha-
niendo, en el año 1893, el programa tradiciona- yan desaparecido, y que es necesario partir de
lista y regionalista ; nueve años antes de que lo las necesidades actuales, antes no conocidas ; te-
expusiera, mutilado, el doctor Robert. Yo dije en- niendo en cuenta estos hechos, y los principios,
tonces, dirigiéndome a los partidos parlamentarios cuya exposición razonada ha de preceder al tra-
y aludiendo a la tiránica supresión de los fueros : bajo, fijaremos todas las bases y relaciones del
«¿ Qué libertad será 'la vuestra, que, cuando que- municipio, la comarca y laregión, como fór mula
réis castigar un pueblo que defiende la suya, tantas del sistema ; pero dejando la aplicación a la cons-
veces secular, no encontráis mejor medio que apli- titución particular de cada región, que es la que
carle la que nos habéis impuesto en las demás re- ha de adaptarlos y adherirlos o modificarlos, según
giones?)) sus necesidades particulares, que es absurdo uni-
Pues bien, señores : nosotros, que afirmamos la formar. Por eso siempre he dicho que establecer
personalidad regional en toda su plenitud, al esta- para Castilla la constitución de Cataluña, o para
blecer las líneas generales del programa regiona- Cataluña la de Castilla ; establecer para Galicia
lista, no incurriremos en otro género de unifor- la constitución de Navarra, o la de Asturias para
midad, que sería una contradicción. Al estudiar Navarra, sería una aberración centralista ; porque,
y fijar las bases sobre las cuales se ha de asentar aunque la región recibiese constituciones más am-
el régimen municipal, trataremos ampliamente los plias, si no estaban hechas para su cuerpo, sería,
problemas modernos, los que se refieren a la Ha- por el 'trasplante de las leyes, una verdadera ti-
cienda municipal y a la municipalización de los ranía.
servicios ; pero teniendo en cuenta estas tres co- Yo no admito esas constituciones trashumantes;
sas : que ha pasado el rasero de la Revolución porque sostengo que cada región tiene derecho a
sobre todas las instituciones históricas ; que no se las que le son peculiares y naturales, en cuanto es
puede prescindir de la tradición pasada, que ex- persona colectiva relativa, pero no completamente

[ 298 [ 299

carlismo.es
D E A
independiente. Y así diferenciamos nuestro regio- tismo era el colmo del fuerismo y que no había
nalismo del separatismo que le falsifica y conclu-
fueros sin independencia completa. Y yo recuerdo
ye por negarle, y ser, con otro nombre, un separa- que les contesté (han pasado muchos años, y estoy
tismo más. Y por eso, en vez de la palabra auto- esperando todavía la respuesta) diciéndoles ; Los
nomía — que expresa la independencia, pues, por fueros son absolutamente incompatibles con la
su misma etimología, indica lo que se da la ley a independencia, porque la independencia que vos-
sí mismo —, empleo siempre otra, la de autarquía, otros defendéis es absolutamente incompatible con
término aristotélico tan común en los juristas ita- los fueros. ¿Qué serán los fueros, si no existe la
lianos, que significa Gobierno de sí mismo, sin exención tributaria y militar ? Haced al Estado
que otro Poder extraño se interponga entre la ac- independiente, y ved dónde estarán las dos. Si
tividad de la persona y su fin ; pero no es inde- fuese Vizcaya absolutamente autónoma e inde-
pendencia completa, porque puede estar subordi- pendiente, es claro que, para su orden interior y
nada a fines y normas superiores.
para su defensa exterior, tendría necesidad de un
Hace bastantes años, cuando yo vine una vez Ejército y de una policía, de una Guardia rural
de propaganda a Vizcaya, pronuncié un discurso y cívica ; tendría que tener una Aduana, guardar
en Bilbao y otro en Durango, contestando a más una frontera y una costa marítima, y tendría que
de veinte artículos que, a propósito del primero, administrarse, además que en lo local, en lo co-
habían escrito contra mí los bizcaytarras de enton- mún, y necesitaría una jerarquía de empleados.
ces en un semanario, que se titulaba Patria. En él ¿Y vais a hacer que todos desempeñasen su fun-
se hablaba de fueritos y fuerazos, y se decía que ción gratis ? Pocos serían los que sirviesen a los
nosotros defendíamos los fueritos, y ellos los fue- demás sin remuneración alguna. ¿ Iban a ser pa-
razos ; y los fuerazos significaban la emancipa- gados ? ¿En dónde estaban entonces la exención
ción total de la región erigida en Estado completa- tributaria y la militar ?
mente independiente, pues creían que el separa- Al intensificar el servicio, las cargas serían
[ 300 I
1 301 ]

carlismo.es
E A R I 0 SEPARATIS MO

mayores, y habría que recordar con tristeza los separatismo, se quiere hacer creer que el separa-
fueritos que eran los tradicionales. tismo es el colmo del regionalismo, cuando suce-
Lo que nosotros defendemo s es la plenitud de de precisamente todo lo contrario? El separatis-
todos los derechos regionales, la reintegración mo no supone más que la división de un todo en
foral, como decía muy bien el Sr. Pradera, hace sus partes ; pero puede suceder que en las partes
un momento, que adaptaba, como es natural, a siga la tiranía y aún más intensa que en el todo.
las necesidades actuales ; pero no por el Gobierno Hace poco aludía el Sr. Pradera al Estado ca-
centralista, no en Cortes generales, sino en la talán. Habréis visto cómo, en una de esas Hojas
región misma. Por eso nosotros defendemos la Tradicionalistas, y a dos columnas, yo he puesto
monarquía federativa, aquella en que el Rey com- los textos del Estatuto y los textos de la Constitu-
parte con la región la soberanía ; pero no como el ción del 76, que, con ligeras mudanzas de palabra,
Rey de todas las regiones, que sólo interviene en son los mismos de la del 37 y de casi todas las
lo que les es común, sino que obra de distinta Constituciones que han precedido a la actual.
manera en cada una de ellas ; y como señor de ¿ Qué es lo que el Sr. Cambó, como representante
Vizcaya, intervendrá en las Juntas de diferente de la Liga de Cataluña, daba por fórmula del
manera que como Conde de Barcelona en las regionalismo catalán? Pues, sencillamente, esto :
Cortes de Cataluña, y como Rey de Castilla y un poder moderador, un Gabinete responsable,
como Rey de Navarra. dos Cámaras formadas por sufragio universal e in-
Así, conforme a la tradición histórica que juntó dividualista. ¿ Me queréis decir si esto es el com-
en una soberanía política lovario sin confundirlo, pendio de la historia y de la tradición de Cata-
concertamos la variedad con la unidad, y supri- luña, y la fórmula política en que se encierra su
mimos a un tiempo el separatismo y el uniformis- espíritu nacional que continuamente se invoca ?
mo, que por distintos aspectos las niegan. Cataluña es acaso la parte de la Península en
¿ No habéis advertido que, cuando se trata de donde ha llegado a más perfección el antiguo ré-

[ 302 ] [ 303

carlismo.es
I D E A R I O EPARATISMO

gimen representativo. No sólo había allí las clases, •iones, y, para lograr la autonomía, aplicadlas el
sino que, dentro de las clases, como lo revelan régimen parlamentario que existe actualmente en
las tres manos del Estado llano, había una jerar- todas. ¿ Qué regionalismo sería ése? Para hacerlo
quía y estaban representados los grupos sociales. más visible, yo suponía la sublevación de los re-
Jamás se ejerció función semejante a la del Poder clusos de una cárcel. El jefe del establecimiento
moderador del Conde de Barcelona ; jamás las se apercibe a la defensa y pregunta a los subleva-
Cortes fueron de partido, sino de representación dos : — ¿Qué queréis ? ¿ Pretendéis romper los
perfecta de clases ; no existió el refrendo ni el hierros y salir de la cárcer? No lo permito. Y ellos
Gabinete responsable, y los gloriosos concellers contestan : — No se trata de salir de la cárcel.
recuerdan que, en la base de aquel glorioso edi- Entonces, ¿ pretendéis que se varíe el régimen
ficio político, existía una magnífica autarquía mu- carcelario ? — Tampoco estamos disconformes
nicipal. con él. — ¿ Qué pedís entonces? — Pues es muy
Así es que, en un libro escrito por un distin- sencillo : nos parece esta cárcel demasiado gran-
guido publicista catalán, reproduciendo y orde- de, y quisiéramos que se dividiese en cárceles
nando los textos de la antigua legislación del Prin- pequeñas, y dividimos nosotros también en gru-
cipado en artículos, a la manera de las constitu- pos y habitadas por separado. Y yo sacaba la
ciones modernas, se llegó a formular la Historia consecuencia que habría sacado el carcelero, que
de Cataluña, que, con modificaciones que impo- era trasladar todo el penal a una casa de orates
nen dentro de los mismos principios las varia- (Risas).
ciones sociales, resultaría un hermoso ejemplar de ¿Y ésta es la autonomía que él pedía para
constitución tradicionalista. Cataluña ? ¿Y ésta es la esencia de la Liga ? El
El Estatuto de la Liga, quinta esencia del par- régimen que no podemos soportar, con su poder
lamentarismo, es su antítesis. Por eso yo decía : moderador, sus Cámaras y sus sufragios, le tras-
Suponed a España dividida en seis o en ocho re- ladáis a una región ; y lo que era tiranía en el con-

[ 304 j [ 305

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV 20
junto, es libertad en las partes... Y así se engaña
a un pueblo entero, invocando su historia, para
darle, corno remedio, la política que la niega !
(Grandes aplausos).
(Del discurso pronunciado en Ar-
chanda, en agosto de 1919).

carlismo.es
SOCIALISMO AGRARIO

Crítica del socialismo agrario. — En toda pro-


ducción, la sustancia es improducida. — Refuta-
ción científica de la teoría de la renta

En toda forma del trabajo humano, la ma-


teria es la base o el medio que necesita para reali-
zarse ; en todas las formas industriales, es claro
que ha de haber una sustancia material, y, en la
más elevada producción artística o intelectual, el
medio para trasladarla, para traducirla al exterior,
necesita ser material también. El músico necesita
el instrumento, el pintor necesita el lienzo y los
pinceles, el escritor necesita el papel y la impren-
ta. Siempre ha de tener como base o medio la
materia. 1-4s que atacan la propiedad territorial,
como cierta clase de socialistas, y defienden la
industrial, no advierten que el taller, la fábrica
y la vivienda se levantan sobre una tierra apro-
piada y que puede ser laborable. Pero, fijaos bien.:

[ 309

carlismo.es
D E A R I o SOCIALISMO AGRARIO

nosotros no podemos crear un átomo. Dios, que mos. Si el argumento sirviera, serviría contra toda
manifiesta su hermosura y su poder y puede unirse la propiedad, y el hombre no poseería ni muebles
al efecto que está unido a El como a causa y como ni inmuebles. Y observad, señores, que, cuando
a fin, no puede delegar sus atributos, que son se trata de la propiedad, se confunden muchas
incomunicables, y no ha podido delegar en nos- cosas, y una de estas conclusiones es creer que
otros la creación, porque no hace lo contradicto- hay gentes que la pongan en litigio. Y no es así;
rio que se identifica con la nada. Por eso todo el no hay socialistas, no hay comunistas, no hay
linaje humano, junto en una inmensa asamblea, ningún sindicalista, rojo o incoloro — porque tam-
no es capaz de crear un átomo. Por eso se podría bién los hay de esta especie — (Risas), no hay
formular este axioma : En toda producción, la ninguno que niegue la propiedad.
sustancia es improducida. Esta es la mejor contes- En cuanto a los objetos en que la propiedad sé
tación al socialismo agrario de Henri George, que ejercita, con diferencias que no llegan a la sus-
ha trastornado tantas cabezas con un sofisma. tancia, todos estamos conformes : en cuanto al
Partiendo de la vieja teoría del trabajo único vínculo, a la conexión del objeto con la persona,
material, ha dicho : ((Nadie tiene derecho más que también ; en lo que no lo estamos es en el sujeto
a lo que produce» ; y como el hombre no produce de la propiedad, porque aquellos que niegan que
la tierra, no tiene derecho a ella. La pluma con la propiedad sea el derecho de disponer, con ex-
que Henri George escribía aquellas páginas, tan clusión de los demás, de una cosa, no advierten
sugestivas .por su estilo y por su forma polémica, que eso lo sostiene todo el mundo, y que lo que
tampoco la había producido él ; ni la pluma ni el no admiten muchos es que el propietario, es decir,
papel. Nosotros no producimos nada ; y, lo mismo el sujeto de esa relación, sea individual ; no le
en la riqueza mueble que en la inmueble, la sus- quieren reconocer más que colectivo, sea en for-
tancia del producto es una cosa que nosotros trans- ma de comunidades pactadas y autónomas, sea
formamos o combinamos, _ pero que no produci- en un Estado. En eso está la diferencia. Pero ob-

[ 310 [ 311 ]

carlismo.es
1 D E A I () O C I A L I S M O AGRARIO

servad que Henri George saca de una premisa se, supone, por un lado, que no es de nadie, y, por
positiva una consecuencia negativa, dice : ((No te- otro, que pertenece al Estado ; se pasa al impuesto
nemos derecho más que a lo que producimos, y único, que va absorviendo toda la renta hasta que
como no producimos la tierra...» ; la consecuen- confisca la propiedad entera en favor del Estado ;
cia será : la tierra no pertenece a nadie. Pero él desde esos, que son los apotegmas del georgismo,
deduce otra : que la tierra es del Estado, de la se va a parar a una conclusión de las más extra-
persona colectiva más extensa. Y la persona indi- ñas: reducir todos los propietarios a un propie-
vidual, la que fecunda, la que labora, la que tra- tario, todos los rentistas a un rentista ; todos los
baja la tierra, no tiene derecho a ella ; pero la cajeros a un cajero, y convertir a los que labran,
persona colectiva, la más extensa, la más vasta, a los que trabajan, a los propietarios, en una co-
esa que ni trabaja ni labora, esa sí tiene el dere- lección de administradores y funcionarios del Es-
cho ; de donde se saca la consecuencia de que la tado. Y con esa reforma, que no es más que la
tierra puede ser patrimonio de los seres colectivos centralización gigantesca de la propiedad en ma-
y no puede serlo de los individuales. nos de un Estado que, como siempre, dirigirán las
A las sociedades colectivas suele llamárselas oligarquías, la felicidad y la equidad reinarán
sociedades incorporales; y precisamente las in- entre los hombres !
corporales, las que colectivamente no pueden tra- No hay que invocar ya la vieja teoría de Ri-
bajar, las que, para ejercer ese trabajo material, cardo, otro de los fundamentos del socialismo
necesitan, de los individuos que las componen, agrario,, porque ha muerto para siempre, destroza-
ésas van a tener el derecho que se niega a los in- da por uno de los grandes escritores de la econo-
dividuos. Cuando se plantea la cuestión de la mía rural, y mejor diré de la Nueva Fisiocracia,
propiedad en estos términos, se ve la pobreza como titula la principal de sus obras. Estanislao
mental con que se la combate ; porque no hay Solari es el que ha señalado admirablemente los
más que fijar la atención en que de la propiedad cuatro agentes de fertilidad : fosfatos, cal, potasa

[ 312 ] [ 313 ]

carlismo.es
'D E A E 1 0 OCIALISMO AGRARIO

y el ázoe o nitrógeno, que es el más difícil de cias establecidas por Ricardo entre las tierras de
adquirir, porque los otros abundan mucho. Des- primera clase, de segunda y de tercera ; en que se
pués de laboriosísimos estudios en su finca de suponía que las primitivas tribus nómadas, como
Borghese, cerca de Parma, donde hizo trabajos si fuesen dirigidas por agrónomos distinguidos que
que duraron cuarenta años, partiendo de los estu- conociesen bien los terrenos de primera clase,
dios del gran químico Liebig sobre los abonos iban en ellos a fijarse ; que la prosperidad era
artificiales, llegó a lo que llama la inducción gra- perpetua y que por las diferencias de fertilidad
tuita del ázoe, procedente de la atmósfera, para en las tierras se formaba lo que él llamaba la
fecundar los terrenos ; y entonces apareció clara renta, que era aquella diferencia de utilidad que
una de las maravillas de la Creación que, sin co- producía el terreno sin el esfuerzo y el trabajo, que
nocimientos científicos, venía aplicándose desde consideraba la usurpación del propietario ?
Columela : la de la rotación de las gramíneas y Hoy, con los principios de Solari, se ha podido
las leguminosas. Las gramíneas esquilman el te- demostrar, en dos fincas de composición bien dis-
rreno; su producción, sin sustituirla con otra, du- tinta, una de primera clase, otra de segunda y aun
rante algunos años, llega a causar la esterilidad de inferior calidad, cultivada la primera por los
del terreno ;. en cambio, si se alterna con las legu- métodos antiguos, cultivada la segunda conforme
minosas, puede ser fecundado el terreno y produ- al suyo, con la inducción gratuita del ázoe, que
cir cosechas abundantísimas. Solari demuestra que ésta, aun descontando todo el coste del trabajo,
a cada leguminosa corresponde una gramínea, y producía una cosecha doble y triple que la otra, a
así a tres clases fundamentales de trébol : el amari- pesar de la fertilidad nativa de ésta. Así quedaban
llo, el rojo y el violáceo. Alternando las cosechas práctica y científicamente aniquiladas todas las
que suprimen el barbecho, la producción es abun- diferencias de fertilidad de la teoría de Ricardo,
dantísima ; no alternándolas llega a ser misérri- que constituye una de las bases• del georgismo.
ma ; y entonces qué se hizo de aquellas diferen-

[' 314 ] [ 315 ]


carlismo.es
SOCIALISMO AGRARIO
E A o
las necesidades legítimas que podría satisfacer, y
un jus abutendi, por omisión ; pero en ese caso no
La cuestión agraria. Las tres clases de latifun- hay necesidad de apelar a esos despojos de la
dios y la legislación uniformista propiedad, a los que parecen estar inclinadas las
gentes con expropiaciones no fundadas en la ne-
Pero no se puede tratar de la cuestión de la
cesidad verdadera, sino en una utilidad elástica,
renta de la tierra sin indicar algo de los latifun-
dios, punto que se ha indicado aquí, si no recuer- hasta de nuestra escuela. No; lo que se puede y
se debe hacer es establecer un impuesto con el
do mal, y se viene tocando constantemente. Ahora
que se castigue esa incuria, haciendo pagar a esas
mismo, en el Ateneo, se están dando unas inte-
fincas como si fuesen en parte cultivadas, o dando
resantes conferencias sobre el problema de la
un plazo para que se las cultive ; y entonces se
tierra y su cultivo, y, claro está, siempre son los
verá cómo el dueño, si tiene recursos y medios,
latifundios uno de los objetos de estudio en esta
las cultiva, y, si no las cultiva, tendrá que ven-
cuestión. Permitidme que brevemente diga yo
derlas para que las cultiven otros y no las absorba
algo acerca de ellos, porque creo que en esta,
el Estado. Y respecto a los latifundios cuyos due-
como en otra porción de cosas, reinan muchas
confusiones. ños no tienen medios para cultivarlos, fácil es
proporcionárselos, y no tendrían inconveniente en
Hay que distinguir tres clases de latifundios :
entrar en pactos para adquirirlos y aun establecer
el, latifundio que no se cultiva y no se trabaja por
negligencia y abandono del dueño que puede tra- en sus tierras la enfiteusis.
Pero hay otros, y a éstos me refiero principal-
bajarle ; el que no se trabaja, no por falta ni por
mente, contra los cuales van dirigidos todos los
negligencia del dueño, sino porque le faltan me-
ataques, porque se dedican muchas veces a ga-
dios y recursos para hacerlo ; y el que no se tra-
nadería y no se cultivan, o no se extiende o no se
baja porque lo impiden obstáculos naturales. En
intensifica el cultivo, y no se realiza toda la labor
cuanto al primero, puede crear un conflicto entre
{ 317 ]
[ 316 ]

carlismo.es
I D E A R O SOCIALISMO AGRARIO

necesaria. Son éstos objeto de declamaciones, que o para arrugar el terreno con grandes relieves en
suelen pugnar con la realidad de las cosas, por- otros. Y, por el tercer decreto, deben hacer que
que hay grandes heredades, dehesas, que no pue- desciendan las lluvias periódicamente y por igual
den ser cultivadas ni trocada s
de secano en rega- y que se abran fuentes, como Moisés, en la roca
dío por muchas causas que no dependen de la (Risas). Procurar el embalse de los saltos de agua
voluntad del dueño, y que no son efecto de su sería la solución. Pero hay otra particularidad que
negligencia. Fijaos que hay algunas particularida- se escapa a esos definidores.
des en estas cuestiones, que una meditación o una En el cortijo andaluz, donde está muy concen-
observación un poco atenta las desvanecería en trada la propiedad, se encuentra un vivo contraste
seguida.
con el régimen de división parcelaria, por ejem-
A mí se me ha ocurrido, al oír hablar de esto, plo, del Norte, singularmente de Galicia, de As-
que a muchos que proponen reformas inmediatas, turias, de las Vascongadas. Si pudiéramos trasla-
y declaman contra esta clase de latifundios, lo dar el foro y la enfiteusis de Galicia y Asturias a
primero que había que pedirles, porque algunos Andalucía y Extremadura, y llevar la concentra-
son legisladores, es que dieran tres decretos : uno
ción de Andalucía y Extremadura hacia el Norte,
geológico, otro topográfico y otro hidráulico podría arreglarse este aspecto de la cuestión agra-
(Risas). El primero, para establecer la igualdad
ria. Pero deben observar, los que suelen confundir
de composición química de los terrenos ; porque el latifundio con el páramo, que lo quebrado del
en el Norte la composición varía a veces en una terreno en la topografía impone muchas veces una
extensión muy pequeña, mientras que en las lla- división que no existe en la llanura. Así, en los
nuras la composición es casi idéntica. Deben terrenos montañosos, siempre la propiedad está
luego, por el segundo decreto, hacer una reforma dividida, porque los obstáculos naturales limitan
topográfica del terreno para aplastar las cordille- la inspección de la finca (pues los ojos del dueño
ras de las montañas y los macizos en unos puntos, alcanzan un horizonte limitado, mientras que en

f 3181 [ 319

carlismo.es
IDEA R I - O
las llanuras es inmenso) ; traen también división cería sustituyendo el arrendamiento, siempre que
los linderos que establece lo quebrado del terre- se pueda ; con la enfiteusis depurada de algunos
no ; impónese allí un cierto género de máquinas, defectos accidentales, con la coparticipación que
el que permite la profundidad del terreno, que establece en la propiedad y que la hace un como
suele ser muy escasa, lo que no sucede en la arrendamiento secular, y con el Sindicato y la
llanura... Por eso el que quiera legislar debe ha- Federación de éstos, formando el Banco agrario
cerlo no uniformemente con esa manía unifor- de abajo a arriba mejor que de arriba a abajo,
madora que ha establecido el centralismo. El que puede resolverse.
quiera legislar para Galicia, para Asturias, para
las Vascongadas, debe hacerlo de manera di- La cuestión industrial. — Crítica del accionariado.
ferente que se legisla para Andalucía o Extrema- Indicación de otro procedimiento
dura. Eso de legislar uniformemente para todas
partes es querer que la realidad social y la rea- No sucede lo mismo con la cuestión industrial.
lidad geográfica se acomoden a la ley, en vez Aquí habéis oído, aunque de pasada, elocuentes
de ser la ley la que se acomode a la realidad defensas de una forma nueva : el accionariado,
geográfica y social (Muy bien). Esto es lo que que ha llegado ya a penetrar en algunas legislacio-
implica aquel uniformismo efecto de la centrali- nes, que se proyecta en otras y que tantos publi-
zación, albergado en las cabezas de unos legisla- cistas defienden, y que uno ilustre ha expuesto
dores a los que muchas veces hay la tentación de brillantemente en España (el Sr. Aznar). Es una
invitar a que dejen la toga y cojan la azada de los idea ingeniosa, no lo dudo, sutil, aguda, y es una
campesinos, para que, si no pueden ser émulos obra bien intencionada ; pero no creo en sus resul-
de Solón, puedan emular, por ciertos aspectos, a tados prácticos. Se ha pasado de la participación
Cincinato (Risas y aplausos).
en los beneficios a la participación en la dirección
Yo creo que la cuestión agraria, con la apar- técnica del negocio, y de ésta a la propiedad por

[ 320 j [ 321

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA - VOL IV 21
E A 0 AGRARIO
SOCIALISNIO
las acciones de trabajo, para llegar a una expro- Pero en Francia, por ejemplo, en la especie
piación lenta, pero continua, de los patronos. de falansterio de Guisa, un discípulo de Fourier
Es justa la participación en los beneficios, pero ha realizado en gran escala esta participación,
luego se quiere darle la forma de bonos de trabajo como se hizo en Londres en muchos estableci-
y que éstos se conviertan en acciones, para que mientos que podría señalar ; pero cuando no ha
los obreros pasen a ser como consocios de la Em- habido, como advierte un economista francés, pa-
presa ; y después se dará preferencia a las accio- tronos filántropos que cedieran espontáneamente
nes del trabajo sobre las del capital, y a la larga, parte de las acciones, el resultado no ha sido gran-
según esta idea, podrán los trabajadores conver- de. Es más, el obrerismo es hostil a esta clase
tirse en dueños de la empresa y de la fábrica. de participación, y una de las cuestiones primeras
Aparte de la eliminación de los patronos, de que plantea es si ese accionariado va a ser volun-
unos patronos jubilados, que no sé a qué se van tario o forzoso. Escritores católicos como Rutten
a dedicar después sino a rentistas ociosos y a es- piden sea forzoso ; pero tiene pocas simpatías
tablecer nuevas fábricas para que los vayan des- entre la clase trabajadora ; desde luego los sin-
pojando lentamente (Risas), creo que esto ha dicalistas lo combaten, no queriendo que los hagan
dado mal resultado en muchos puntos de Ingla- propietarios a la fuerza, fijando su propiedad en
terra y de Francia ; aunque se cita algún ejemplo _unas empresas.
de los Estados Unidos, ya sabéis lo que pasa con Otra cuestión es si la propiedad de esas accio-
esos ejemplos del extranjero, que pierden mucho nes va a ser individual o colectiva. Muchos sin-
en el transporte (Risas) ; porque resulta que, si se dicalistas han pedido que no sea individual, sino
suprime el medio en que se realizó, las personas colectiva, y que pase a los Sindicatos ; es decir,
que contribuyeron a hacerlo, las causas que lo a engrosar las cajas de resistencia. No es esto
motivaron, el hecho queda reducido a una abstrac- tampoco un problema que pueda resolverse fá-
ción, porque sin esas cosas no es nada. cilmente.
[322] [ 323 1
carlismo.es
SOCIALISMO AGRARIO

manes, en el Reischtag, al observar los frutos que


En Italia se estableció el accionariado, en un
había dado esa participación y esa cogestión en
proyecto de ley poco antes de cerrar el Parlamen-
los beneficios de las empresas, porque se han en-
to. Fué una habilidad de Giolitti, que, después del
contrado con que los beneficios eran mucho menos
asalto de los obreros a las fábricas, volvió a teori-
de lo que suponían ; y ése es uno de los obstácu-
zar el asalto para amansarlos. Comprende nueve
los para esta reforma ; porque, mientras los bene-
industrias, y establece una junta inspectora com-
ficios los recoge un patrono, una sola unidad, los
puesta de seis obreros y tres técnicos ingenieros.
beneficios parecen grandes ; pero, cuando se di-
¿ Cuáles son las atribuciones que iba a tener esa
viden entre miles de obreros, los beneficios resul-
Comisión ? Ella fijaría las primeras materias, en-
tan pequeños. Un gran escritor francés, economis-
tendería en las ventas y hasta en el despido de los
ta brillante, había reunido datos, en los países
obreros. El papel del patrono resultaba casi igual
devastados, antes de la guerra, durante diez años ;
al del jalifa de nuestra zona de Marruecos (Risas).
y sin contar los paros forzosos, sin contar una
Pues, aun así, los obreros han considerado que el
porción de accidentes fortuitos, sumando los bene-
tener nada más que seis miembros, habiendo tres
ficios íntegros, todos los beneficios, todos, incluso
técnicos, era poco, y pedían más. El resultado fué
lo que debía corresponder al empresario, al re-
que ha sido combatida la ley por los socialistas,
partirlos individualmente entre los miles de obre-
que sólo la aceptaron provisionalmente, según de-
ros, ¿ sabéis el resultado que daba la repartición ?
claró uno de sus jefes, para llegar al despojo total
No llegaba por individuo más que a unos dos-
de la fábrica ; y por el partido popular, cuyos ex-
cientos francos, lo cual no creo que resuelva la
tremistas se han separado ahora de él, porque no
cuestión social.
podían los que forman su núcleo aceptar muchas
Estando yo en Bilbao algunos años antes de la
de sus exageraciones. No ha satisfecho a nadie.
guerra, y asistiendo a una de las más tremendas
Yo he oído, hace pocos días, a un alemán,
huelgas que allí han estallado, pregunté a los re-
que fué grande la sorpresa de los socialistas ale-
[ 325
[ 324 I
carlismo.es
1 D E A R I 0 SOCIALISMO AGRARIO
presentantes y a los consejeros de los grandes esta- convierte en acción y ésta en acción preferente
blecimientos industriales cuáles eran los beneficios sobre la del capital, y, por último, que los obreros
totales de las industrias y cuál era el número de se apoderan lentamente de la fábrica y los patro-
obreros, para repartirlos entre ellos ; y de los Altos nos se retiran. ¿ Y qué se habrá conseguido ? Pues
Hornos, la Vidriera, la Basconia, la Franco-Belga, que los obreros accionistas sean patronos, que ne-
todas las grandes Sociedades bilbaínas (repito que cesitan tomar obreros que entren en la fábrica para
era antes de la guerra, algunos años antes, pues trabajar a sus órdenes ; y entonces habrá cambia-
los beneficios durante la guerra, naturalmente, han do el personal, pero los términos de patronos y
sido extraordinarios), resultaba que en el reparto obreros asalariados seguirán subsistiendo. Y eso
tocaba todavía menos que lo que el economista no es una solución ; es una rotación de personas
francés había observado en su país. Los benefi- entre los dos términos del problema, que sigue
cios, cuando se acumulan en una persona, suelen subsistiendo (Aplausos).
ser muchos ; repartidos, son pequeños. Hay, ade- No tengo tiempo para bosquejar un proyecto,
más, una diferencia tal en las empresas, que, para exponerle detalladamente y eliminar las di-
mientras unas se empobrecen y se arruinan, y. hay ficultades ; pero creo que podría establecerse un
que aceptar la ruina cuando se pide el beneficio, examen, una inspección hecha por el Estado sobre
otras prosperan y se engrandecen. Ahora mismo, el balance de los beneficios de las fábricas, y,
en la tremenda huelga inglesa, ha aparecido esta por medio de un impuesto, recoger el sobrante
diferencia entre las peticiones de los obreros en de esos beneficios y formar Bancos de diferentes
cuanto se refieren a la igualdad. categorías, según las clases de trabajo, a los cuales
Pero suponed que prosperan todas las indus- se pudieran sumar todos los donativos, y más aún
trias, y que los beneficios son muy grandes, y que aquellos que se llamó la legítima de los pobres y
de la participación se llega a la cogestión, de ésta que solían ir entre las llamadas mandas forzosas,
al bono del trabajo, y que el bono del trabajo se y que debieran restaurarse, por ejemplo, en los

[ 326 [ 327

carlismo.es
IDEAR I O OCIALISMO AGRARIO

grandes abintestatos de las fortunas cuantiosas, sí algunos restos del régimen cristiano, no puede
dejando a los pobres como uno de los herederos, subsistir mucho tiempo. No es ya la expresión del
cuando menos, en las diferentes localidades, y orden que defendemos nosotros, inspirado y li-
según la clase del que había muerto abintestato; mitado por los deberes de caridad, y es de creer
con eso podrían formarse algunos Bancos, que, que sucumba ; ¿pero hacia qué lado caerá la so-
dando el Estado todas las seguridades de que ciedad cuando haya sucumbido?
habían de estar exentos de alguna rapiña futura El tránsito puede ser o hacia el catolicismo o
(Risas), como las pasadas, entonces podrían ser- hacia el socialismo. ¿Hacia cuál será la inclina-
vir para dar efectividad a la ley de accidentes del ción? Una conversión en masa, acompañada de
trabajo y para viudedades, orfandades, escuelas y un grande, generoso desprendimiento, me parece
economatos ; con lo cual se conseguiría el mejora- un sueño. El vuelco hacia el socialismo es más
miento de las clases obreras mejor que con todo fácil, porque sólo consiste en caer. Y, una vez
ese accionariado, que no despierta simpatía en caído, ¿ cómo se levantará ? Con una restauración,
Italia, y que no ha producido grandes consecuen- que, como la caída, tendrá que ser sangrienta.
cias en Alemania. (Del discurso pronunciado
Y ahora, señores, una pregunta se me ocurre, en el Teatro de la Prince-
sa, el 14 de abril de 1921).
la que estaréis haciendo vosotros :
¿Y creéis que con esos principios se puede re-
solver la cuestión social ? Posible, sí ; pero nada
más que posible. ¿Pero se puede resolver pacifica-
mente? Permitidme que diga que lo dudo mucho,
que no lo creo. El capitalismo actual, el régimen
en que vivimos, que no responde a un ideal de
justicia y de caridad, aunque conserve dentro de

[ 329

carlismo.es
o
o
o
carlismo.es
Los socialistas españoles, estado mayor de
vivos que dirigía hábilmente y sin riesgo una mu-
chedumbre de infelices, acaban de declararse
francamente sindicalistas. Mientras iban encara-
mados en las espaldas de la multitud proletaria,
haciéndola creer que en esa forma iban a entrar
en la tierra de promisión revolucionaria, todo iba
bien.
El ideal era un Estado que se apoderase de
los medios de producción, pero que respetase la
propiedad mueble, y que, a fuerza de votos,
conquistase una mayoría parlamentaria, y los
consiguientes ministerios, para ir preparando,
legal y pacíficamente, el tránsito de un Estado
centralista y tiránico a otro que le diese quince y
raya.

carlismo.es
D E A R I O OCIOLOGIA

Mientras tanto, la misión de las masas se re- una dehesa y ponerse a trabajarla. Era más fácil
ducía a ser amasadas por los abnegados directo- conquistar una joyería o una panadería, aunque
res que se sacrificaban hasta el punto de hacer no fuesen bienes raíces ni inmuebles.
las jornadas siempre a caballo sobre el manso Ro- El socialismo era una escopeta de pistón, y
cinante, para no perder bríos en la marcha y con- con un fusil, del último modelo, se despejaba me-
servar un buen depósito de energías que emplear jor el camino de los patronos. Ni propiedad mue-
el día venturoso del triunfo. ble, ni inmueble, ni lucha de clases ; pero, con
La visión del Estado—acaparador de todo—, objeto de suprimirlas todas y no dejar en pie más
era un paraíso que se reducía a una tiranía leja- que la proletaria vencedora, nada de Estado amo
na ; las espuelas del jinete, confiado y satisfecho, único : tantos Estados como sindicatos, que ter-
picaban y herían con demasiada fuerza ; el con- minen en una dictadura que aplaste, como una
traste entre la opulenta comida de arriba, oloroso pirámide de hierro, hasta los huesos de las castas
puchero burgués, y el mermado pienso de abajo, derrotadas ; nada de métodos pacíficos y legales :
era cada vez más grande... y empezó a iniciarse el «sabotaje», el «boicotaje», la provocación al
en el rebaño un desfile que acabó en desbandada. «lock-out» con todos los extranjerismos más reso-
Los jinetes se convirtieron en infantes ; el es- nantes y los atentados personales indígenas, y
tado mayor se encontró sin soldados, y a los gri- con la huelga parcial continua hasta llegar a la
tos de ¡ revolución !, revolución!, contestaron al- general, después de provocar el hambre, madre
gunas voces : A eso vamos ; pero empezando por ones...
de la desesperación y salsa de las revoluci
hacerla contra vosotros, burgueses ! El programa era terrible, y parecía formado
Realmente lo del respeto a la propiedad por una serie bien graduada de, explosivos ; pero
mueble no entraba en las prácticas huelguistas, no se puede negar que era radical y que dejaba
ni en los asaltos a la sociedad, en días de alboro- atrás, como traje inservible, al socialismo con-
to callejero ; pues a nadie se le ocurría invadir tradictorio, el cual era una transacción que ha-

[ 334 ] [ 335 1

carlismo.es
E A R I O

cían entre distintas formas de la propiedad gen-


tes bien alimentadas, que sólo concebían la gue-
,

rra contra la nutrición de los demás para mejo-


rar la propia.
El estado mayor, a pie y sin ejército ni es-
colta, los abogados sin clientel a , tomaron una Cómo el individualismo engendró el socialismo,
resolución heroica, en vista de que las huestes con el concepto abstracto del individuo y la des-
los abandonaban : pasarse a sus filas. trucción del régimen corporativo de la soberanía
¿Pero sin condiciones, como reclutas dispo- social absorbida en el Estado omnipotente
nibles ? No ; eso sería sincero y modesto, y huele
Al investigar los orígenes inmediatos de la
a virtudes que nunca perfumaron a las oligar-
quías socialistas. cuestión social presente, no hay nadie que niegue
el hecho evidente de que el descubrimiento de las
Estas se pasan al sindicalismo, declarando
máquinas, de los motores, de los transportes de
que las luchas decisivas no se realizarán en los
a Edad Moderna, fué la causa material de la
Parlamentos... ¡ Pero que no renunciarán a las
actas 1 grande industria, y que ese hecho, que antes no
se conocía, planteó nuevos problemas en el mun-
I Claro ! Así podrán presenciar desde los es-
do. Pero hay otras causas, de orden doctrinal y
caños, como desde las galerías, las luchas de las
político, mal estudiadas y que arrancan de la
fieras y de los gladiadores, y, según los que su-
escuela individualista, sin las cuales no puede ser
cumban en la arena y los aplausos del público,
comprendido el problema social.
harán la apología de los vencidos, o se inclina-
Yo, contra lo que se cree -- contra lo que se
rán, para evitar mayores males, ante el César.
afirma por una observación superficial, o por re-
(Editorial de El Pensamiento Es-
pañol, de 21 de enero de 192o). petir sin revisar lo que está dicho en tantos li-

337
336 22
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. - VOI. IV
carlismo.es
OCIOL OGi A
bros —, creo que, aunque os choque, aunque pa-
rezca que es una paradoja lanzada al rostro de la •tumbres, una lengua, que existían antes de que él
realidad, la causa del socialism o viniese al mundo ; y si se arrancara de su ser todo
actual en todas
sus formas y de la cuestión social tal como ahora aquello que recibió de la sociedad y sobre lo cual
está planteada, es el individualismo, aparente- labra su albedrío hasta dibujar el carácter — ya
mente contradictorio ; son, en el fondo, en la esen- lo he dicho algunas veces —, no quedaría más que
cia y hasta en la obra de su historia, una misma el todo potestativo de que hablaba Alejandro
cosa o dos que se complementan. ¿ Y sabéis por Magno ; el individuo en contraposición a la socie-
qué ? Porque el individualismo ha engendrado el dad, como si fuesen dos cosas opuestas o que pu-
socialism o diesen existir separadas, es la falsa invención del
y le ha dado el ser de tres maneras.
En la sociedad cristiana antigua (y no digo ente armado con una tabla de derechos solitarios
simplemente el antiguo régimen, para no refe- que pacta la sociedad sin la que no podría existir.
rirme al de las monarquías absolutas y regalistas, En la sociedad antigua no se concebía esa
que brotaron del que se iba formando e incubando abstracción. El hombre formaba parte de organis-
en la Edad Media), en esa sociedad formada por mos vivos que le comunicaban su savia y que era
la Iglesia, o bajo la inspiración de la Iglesia, no una vida que no recibían a préstamo del Estado.
existía el ciudadano átomo ; no existía el indivi- Entonces toda la sociedad estaba cubierta por una
duo aislado, que es una creación del filosofism espesa red de corporaciones que se entrelazaban
oy
de la economía al través de las clases como las raíces de los
liberal del siglo xvill, y que hizo
su aparición legal en el primer artículo de la árboles en una selva se cruzan, aprisionando la
Declaración de derechos tierra para que no la lleve el viento y no forme
de 1789. El hombre nace
en un ambiente social y en él se forma ; en una fa- nubes de polvo que ciegan los ojos y eclipsan el sol
milia, en un municipio, en una clase ; recibe una (Aplausos).
educación, unas enseñanzas, unas ideas, unas coa- Así era aquella organización viva ; y el Estado,
que se proclamó gendarme, que dijo que no tenía
[ 338
[ 339
carlismo.es
E A CIOL O G1
que intervenir en la sociedad, que no había más colectiva, que todas las demás no existían más que
que cruzarse de brazos para dejar a la libertad por tolerancia o por concesión suya ; y como re-
pasar y hacer, realizó la intervención más grande sultaba que no existían más corporaciones que las
que se ha conocido en el mundo. Precisamente permitidas y toleradas por el Estado, y como el
aquella sociedad no la había decretado nadie en individuo, para desarrollar y amparar sus dere-
un Gabinete, en un bufete o en un Parlamento chos, incluso los innatos, necesitaba de esas aso-
a priori ; era una sociedad formada a posteriori ciaciones, el individuo mismo, falto de defensa,
y espontáneamente por las fuerzas sociales mis- vino a quedar esclavo del Estado.
mas, creciendo, combatiendo, luchando y conclu- Entonces se formó esa centralización gigan-
yendo por armonizarse, en la Edad Media, bajo tesca que ha robado a la jerarquía social las pre-
el más alto poder espiritual y moral que rigió sobre rrogativas y fuerzas y ha matado todas las autar-
la tierra. Y aquella sociedad, que no se había fa- quías, hasta el punto de querer identificar el Es-
bricado a priori, que no la habían decretado los tado mismo con la nación, en un concepto muy
legisladores, fué desarticulada y deshecha en diferente, y con la sociedad civil, con lo que se
nombre de un Estado que proclamaba como prin- llamaba, en el antiguo derecho, el conjunto de
cipio supremo la no intervención. Y, con la in- entidades y de clases que no recibían su ser del
tervención más grande en nombre de la no inter- Poder público, que limitaban ; entonces, repito,
vención y el polvo individualista de abajo, se el Estado absorvió todos los derechos y creó una
amasó el Estado socialista, que pudo decir, resu- centralización gigantesca, que no era más que
miendo su obra : No hay más que dos personas : el socialismo político, iniciador y fundamento del
el individuo abajo, el Estado arriba. Toda la ca- socialismo económico, que también se formuló
dena de sociedades colectivas intermedias que for- en una teoría y ejecutó en un hecho que barrenaron
man la soberanía civil, quedó suprimida. El Esta- y desquiciaron la propiedad, declarada por otro
do afirmó de sí mismo que él era la única persona lado, irrisoriamente, sagrada e inviolable.

[ 340 I [ 341

carlismo.es
c L O 1
El individualismo, al negar la propiedad colectiva, al descubierto, con la contradicción, el nexo que
atacó la individuafidad que quería
la se salvar y /lié las une, y se vió forzado por la lógica a negar las
funda causa del socialismo dos ; si el derecho de asociación y el de:propiedad
nclividnal existe, yo tengo el de juntar mis fuerzas
El individualismo afirmó
Propiedacltv
que el derech o y mis energías con otra u otras personas-; y si
existía p©r de
propio derecho el Estad o , no somos propietarios y reunimos una parte de
ni por el ejercici por
individual o de nuestras propiedades y la dedicamos, no a un fin
o personal anterio r • un derecho
porque siempr e y digo egoísta, sino a un fin social y permanente, podre-
se habla del personal,
piedad derech o mos establecer una fundación o una asociación de
individual, y y de la pro-
porque sólo debiera decirse personal beneficiencia, de enseñanza, de caridad ; y si el
der los individuos que son ,
personaosecho,ylaprsnud tienen Estado me dice : No tienes derecho a fundar esa
ser i ser colectiva ti sociedad, y, si la fundas, dependerá de mi arbitrio,
ndividual, y Si n puede
no exist e la se la primer a
ya demostraré que y, cuando quiera, podré suprimirla y apoderarme
gunda.
El Estado decía : Corn de su patrimonio económico, entonces lo que el
personas col o la Estado viene a decir es que no hay derecho a ejer-
ectivas depende existencia de las
del citar para fines lícitos, permanentes y sociales, que
dios económicos que tienen para Estado, los me-
del Estado vivir dependen están por encima de todos los egoístas e indivi-
también. El
violabl e decretaba sagrad a duales, el derecho de propiedad ; y se dará el caso
la propiedad individu e in -
dad colectiv a al •; de que yo, que quiero reunir con otro una parte
, la propiedad de Per© la propie-
les, se consideró las Personas socia- de mis bienes y juntarla para fundar, por ejemplo,
con derech o
verla. Y así, atacand a negarla, y a disol un instituto de caridad que nos sobreviva, nos-
o a la -
afirmando tan resueltamentepropiedad colectiva y otros, que no podemos hacer eso, podríamos em-
la individual, plear en el juego o en la prostitución, sin que nos
puso
[ 342 ] lo prohibiera el Estado, esa fortuna. Y así se daba

[ 343

carlismo.es
D E A R 1 O C I O L O G I A

el caso de que era ilícito y condenable para el Es-, tarios, se puede juzgar muy bien, por las conse-
tado, y que podría ser suprimido, el ejercicio le- cuencias que están a la vista de todos : la desamor-
gítimo de la propiedad cuando se refería a fines tización. Voy a hablar un momento de ella.
. permanentes y sociales, y que, en cambio, el ejer- En la sociedad antigua planeada por la Igle-
cicio de esa propiedad, cuando se refería a fines sia no existían propiamente desheredados, no
inmorales, a fines corruptores, podía ser lícito. había nadie que no fuese propietario, sino que
Pero, desde el momento en que el empleo legítimo lo era colectivamente ; toda clase y, dentro de
de la propiedad no estaba permitido y el inmoral la clase, toda corporación, tenía propiedad ;
estaba amparado por la ley, que, por lo menos, le tenía propiedad la Iglesia, independiente del
permitía, ¿ no era colocarla en cuestión y en tela Estado, para cumplir sus fines ; tenía propie-
de juicio, para que la sociedad se sublevase contra dad la Universidad con la federación de cole-
ella, puesto que ella se rebelaba contra la socie- gio , y era como un coro que formaba la ciencia s
dad ? Y así, al atacar la propiedad colectiva,. se alrededor del alma mater ; tenía propiedad com-
atacaba la propiedad individual, y las dos vacila- pleta el gremio, la corporación artesana ; la
ban en sus asientos. tenía el municipio ; la tenía el empleado y el
militar en el montepío ; la tenía el hospital, la
Tercera causa del socialismo.—La desamor- tenía el asilo, la poseían todas las corporacio-
tización liberal, que provoca la comunista nes, y de su patrimonio disfrutaban sus miem-
bros, y no había nadie que viviese fuera de ella.
Pero el Estado centralista, absorbente, que no Observad que el labrador en el pósito, el em-
admite más persona colectiva que la suya, hizo pleado y el militar en el montepío, el vecino en
otra cosa : llevó adelante sus propósitos, y los rea- el municipio con sus bienes comunales, el enfer-
lizó con un hecho, que ahora a distancia, sin apa- mo en el hospital, el huérfano en el hospicio, el
sionamiento, hasta por parte de los mayores sec- escolar o el profesor en la Universidad, el monje

[ 344
carlismo.es
E A I? O O L O G I A

en el monasterio, el religioso en el convento, el ervía para sus fines revolucionarios, y entonces lo


párroco en la iglesia, todos tenían su patrimonio, ue hizo fué : primero, apoderarse de ella ; des-
y no encontraréis a nadie fuera de esos órdenes. pués, sacarla a subasta pública y repartir el botín
Y hasta el mendigo y el indigente tenían entonces entre los amigos. ¡ Pero no repartió las cargas, los
las hospederías abiertas en las puertas de los mo- censos sociales que pesaban sobre ella!; y el pre-
nasterios; y los colegios, como los de los irlande- supuesto eclesiástico, el presupuesto de enseñan-
ses, que se fundaban en favor de los perseguidos za, el presupuesto de caridad y de beneficencia, no
y de los desheredados, parecían indicar que la fueron anejos a los bienes sobre que gravitaban ;
propiedad extendía los brazos a los mismos ex- cayeron sobre todos, y principalmente sobre los
tranjeros, para que no quedase una desnudez so- que no habían participado del botín. Y así fué la
cial que no pudiese cubrirse con sus pliegues. desamortización un latrocinio de una parte de la
Esa sociedad de esa manera organizada, en que clase media, no sólo contra la Iglesia, contra la
la propiedad colectiva, que empezó muchas veces aristocracia y contra la monarquía, sino principal-
por un desprendimiento de la propiedad indivi- mente contra el pueblo ; y así lo han venido a re-
dual, había llegado a ser tan grande que la limita- conocer notables escritores, hasta del campo con-
ba y la contenía, fué deshecha radicalmente por el trario ; y hombres como Costa y Azcárate han
Estado. Este tenía entonces varios procedimientos tenido que ejercitar su crítica sobre el extraño
para deshacerla, después de declarar qué las per- derecho que se arrogaba el Estado de cambiar la
sonas colectivas eran obra suya y de vulnerar jun- propiedad, la forma de la propiedad.
tarnente el derecho de asociación y el de adquirir Fijaos, señores, en este hecho culminante que
y poseer ; uno de ellos sería el de repartir la propie- es el antecesor de todo lo que estamos viendo ;
dad entre los miembros de las corporaciones, y fijaos bien en él. La desamortización consistió en
otro darla a los más necesitados, a los que no tu- cambiar la forma de la propiedad corporativa en
viesen propiedad individual alguna ; pero eso no propiedad individual ; la corporativa era de todos

[346 ] [ 347 I

carlismo.es
C I 0 L O 1 A
E A

o de los más ; la individual de pocos ; fué una obra ces desconocido, que había escrito, en el período
en beneficio de pocos y en perjuicio de muchos de la desamortización, un pequeño opúsculo titu-
y después, más tarde, vendrá la lógica armando lado Observaciones sobre los bienes del clero, con
terriblemente el brazo de las escuelas socialistas, el cual se dió a conocer e hizo que un político
desde el colectivismo hasta el comunismo, y dirá notable reparase en él y adivinase lo que iba a ser
Yo quiero también el cambio violento de la forma después. Balmes, en una de las últimas páginas
de la propiedad contra la voluntad de sus propie- del opúsculo, venía a decir : «Día vendrá, día
tarios ; vosotros, un grupo, una oligarquía, porque llegará, en que las turbas, en nombre de la liber-
no erais los más, habéis cambiado la de todos, tad, de la utilidad y de la equitativa distribución
que eran los que la poseían, en beneficio de una de la riqueza, se lanzarán sobre la vuestra, ar-
minoría ; pero yo quiero hacer lo contrario. Vos- guyéndoos con vuestro despojo para realizar el
otros me habéis enseñado que el Estado puede suyo».
cambiar la forma de la propiedad ; vosotros cam- La profecía se cumplió, y era fácil que se cum-
biasteis la corporativa en individual ; yo quiero pliese, porque la lógica la encerraba en la premi-
cambiar la individual en colectiva ; y no lo hago sa, y no había más que tener un poco de entendi-
en nombre de los menos, sino en nombre de los miento para sacar la consecuencia.
más. El principio es el mismo : el Estado negaba Ese hecho fué otra de las causas del socialis-
una forma de la propiedad, yo niego la otra ; los mo, otro de los antecedentes que le proporcionó
dos somos iguales, porque el principio es idénti- el individualismo : el ejemplo de la desamortiza-
co, la misma atribución que vosotros concedéis ción liberal, para que se realizase la desamortiza-
al Estado la tiene el que yo defiendo, aunque la ción colectiva y comunista.
aplique de diferente manera, porque tiene ade- (Del discurso pronunciado en
el Teatro de la Princesa, el
más la fuerza del ejemplo que vosotros me habéis día 14 de abril de 1921).
dado. Y esto ya lo anunciaba un sacerdote, enton-

[ 348 1 349

carlismo.es
E A O
El orden, entiéndase bien, que comenzó te-
niendo por base una asociación de estómagos, y
III que ahora se ha trocado por arte doctrinario en el
cimiento social.
LA SOPA SOCIAL
Los obreros socialistas no lo entienden así, y,
Todas las cuestiones de la cocina parlamenta- sin duda por efecto del atraso liberal en que
ria quedan relegadas a un rincón ante la cues- viven, tienen la pretensión de creer que, si la bur-
tión social, que ha venido a poner la sopa sobre guesía doctrinaria despojó a la Iglesia y a la anti-
el tapete, en donde varios relucientes sujetos y gua aristocracia, y después al pueblo, también
varones magníficos, que forman tandas de Tribo- ellos pueden echarle la garra a la gran olla, que
nianos, divierten sus ocios legislativos y digestivos aun encierra los restos de aquellos despojos, sin
con el entretenido rompecabezas o rompepueblos salir del mismo orden revolucionario.
llamado el juego de los partidos. Y al ver las clases conservadoras de lo ajeno
Decimos que la cuestión social ha puesto la que esas consecuencias de lógica colectivista salen
sopa sobre el tapete ; y esto no es enteramente con blusa a la calle, y piden menos trabajo y más
exacto, porque la sopa estaba en ese sitio. Pero jornal, comienzan a sentir el escalofrío del terror,
cerca de ella, y haciéndole la guardia, estaban y, después de hacer lo que Sagasta en las situa-
también las cucharas de la burguesía, que, des- ciones apuradas, es decir, rascarse la cabeza, han
pués de haberse apoderado del patrimonio de la dicho para sus adentros Pues, señor, esto
Iglesia, de la Universidad, del municipio, de los marcha mal.
huérfanos y de las viudas, se han colocado a sí Pero ¡ oh ingenio de los ingenios burgueses !
mismas como fronteras del derecho de propiedad — Tenemos un recurso supremo para salvar los
que no se puede pasar sin cometer un sacrilegio bolsillos y la despensa de una catástrofe, se dije-
y perturbar el orden. ron los órganos de la opinión en conserva demo-

[ 350 [ 351

carlismo.es
D A R 1 0 OCIOLOGÍA

crática ; dirijamos esos apetitos, que nosotros pojaremos a ellos ; porque, por más que digan los
hemos despertado, hacia la Iglesia y el clero, y burgueses, hay más dinero en casa de Bauer que
señalémosles como centro de tiranía y de explota- en las de todos los párrocos y obispos de España.
ción el templo, el convento y la casa de religiosos, Y no decimos más, porque estamos viendo cómo
para que nos dejen en paz nuestras logias y nues- se cumple la justicia de Dios.
tras casas de banca y juego, y de aprovecha- (Artículo publicado en el Correo Es-
miento más o menos mercantil. Uno de nosotros pañol, el día 6 de mayo de 1890).
lo ha dicho con gran claridad hace años: «Con-
viene que se establezcan algunos conventos y
IV
frailes religiosos en España, porque, el día que
la fiera socialista tenga hambre, se los arrojare- LA CUESTIÓN SOCIAL
mos como piltrafas para que nos dejen a nos-
otros en paz». Miradla también, señores, en algunas de sus
Y hay obreros sencillos que lo han creído, y aplicaciones sociales, y fijaos en este hecho sin-
los doctrinarios de la democracia se frotan las gular que se destaca con caracteres inconfundibles
manos de gusto al oír a los salvoecheas gaditanos entre todos los demás hechos.
tronar en primer término contra la Iglesia, y a Antes del Cristianismo, sólo en el pueblo he-
algún albañil de los que quieren revocar la fa- breo no había esclavos. Después del Cristianismo,
chada social gritar contra León XIII en el Liceo en dondequiera que no haya penetrado la doctri-
Rius, y no mencionar para nada la banca judía. na católica entera o mutilada, existe la esclavitud.
Sin embargo, nos parece que algunos han co- He aquí un hecho incuestionable. Abrid un
menzado a ver claro cuando hemos oído decir a mapamundi y veréis que en todas partes la geo-
un obrero socialista uno de estos días : ((Ellos des- grafía lo demuestra.
pojaron a los curas y a los nobles, y nosotros des- ¿ Cuál es la explicación de este hecho ? No

352 I [ 353 ]
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV 23
carlismo.es
D E A R I O OCIOLOGIA
hasta, para explicarlo, la igualdad natural que
La causa de este hecho no está en esos dogmas
establece entre los hombres la creencia en un Dios
que puede alcanzar la razón, ni en la igualdad
creador y providente, porque esas creencias exis-
natural que es su consecuencia, pues a ella se opo-
ten en el mahometismo, que afirma un Alá crea-
nen las múltiples diferencias humanas que el inte-
dor y gobernador del mundo, y, sin embargo,
rés convierte en fronteras de casta. Es preciso,
donde él existe se encuentra la esclavitud de la
para borrar esas diferencias, que exista una igual-
mujer. Las diferencias intelectuales, morales y
dad sobrenatural ; y por eso, cuando son elevados
materiales innatas y las adquiridas, los caracteres
y creen los hombres en un fin sobrenatural, y en
que engendra, son también un hecho social tan
medios proporcionales para alcanzarle estableci-
importante, que ante él desaparece la noción de
dos por la Redención, tan universal como el dogma
la igualdad de naturaleza y de destino, y las
de la caída, no pueden ya las diferencias del
castas y la esclavitud se entronizan si el Cristia-
orden natural romper esa sublime igualdad y en-
nismo no. existe. Por eso existió la esclavitud en
tronizar la esclavitud.
todo el mundo pagano como la forma del trabajo
Esa es la explicación del hecho, señores, y a
y base de la sociedad. Sobre castas superpuestas
la vez la prueba de que sólo dentro del dogma
se levantan los imperios orientales y africanos. La
cristiano y difundiéndolo por el mundo se puede
democracia ateniense tenía 20.000 ciudadanos con
resolver la cuestión social.
400.000 esclavos. Hermosa democracia ! Sobre
Es claro que, si yo descendiera al estudio com-
la esclavitud de los degradados ilotas se alzaba
pleto de la cuestión social, la escogería como tema
la ruda Esparta, y sobre ella se asentó también
de varios discursos y no como brevísimo episo-
el imperio de Roma. Y ahora presenciamos un
dio de uno solo, y que no me contentaría con
retroceso hacia el paganismo, y vuelve a apare-
examinarla en sus términos más genéricos ; pero
cer en otra forma la esclavitud. Los nombres va-
partiría de ellos para no caer en un empirismo
riarán, pero no la esencia de las cosas.
grosero, incapaz de abarcarla en toda su grande-
[ 354 ]
[ 355

carlismo.es
SOCIO L O GiA
I D E A R 1 O
Nadie da un adiós a la felicidad terrena, ni se
za, y empezaría por afirmar este hecho que con-
abraza de veras con el martirio de un modo es-
firman la Filosofía y la Historia : que la cuestión
table, sin el auxilio de una fuerza sobrenatural
social no tiene más que dos soluciones : la escla-
que lo endulce en las tristezas del bien precario,
vitud por la fuerza, y la esclavitud por el amor.
perdiendo la esperanza de un bien supremo y pe-
No puede haber más que una mayoría ser-
renne. Y si alguna vez se hace algo parecido, por
vidora, por fuerza, de una minoría poderosa apo-
una feliz inconsecuencia lógica, sólo probará, si
derada del mando y de la riqueza, o una minoría
la vanidad y un orgullo encubierto no toman parte
esclava, por el amor, de la mayoría so. cial. O la
secreta en la obra, que vale más que sus doctrinas
esclavitud forzosa de los demás, o el sacrificio
y que, profesando una, practica las opuestas ; pero
voluntario de los demás.
jamás llegará a fundar escuela ni a pasar de una
Fijaos en los hechos sociales, lo mismo de la
dudosa excepción. El apostolado permanente del
historia pagana que de la de nuestro tiempo, y
sacrificio no le conoció la sociedad pagana, ni
veréis que ésas son, en último análisis, las únicas
fuera del Cristianismo, en los pueblos apóstatas,
y radicales soluciones del problema.
le ha visto nadie aparecer.
Y quién engendrará en los hombres un amor
(De un discurso pronun-
capaz de sacrificar el bienestar, la salud y la vida ciado en abril de 1903).
en favor de sus semejantes? Desde luego será
absurdo pedirlo a quien no crea más que en la
vida presente, porque para él será la vida actual
el laien supremo, y seráló gico que a aquélla lo
EL TRABAJO LIBRE
sacrifique todo y ella no sea sacrificada por nada.
Y los hombres son demasiado egoístas para con-
Y si queréis la prueba experimental, no tenéis
vertirse en servidores de los demás sin otra recom-
más que averiguar quién hizo la prodigiosa revo-
pensa en lo humano que el dolor y la amargura.
[ 357 I
[ 356 ]
carlismo.es
DE A R 1 o o C 1 0 L O 0 1 A
lución que cambió todo el orden económico anti-
acturera, iniciándose con la introducción de las
guo y sustituyó el trabajo esclavo con el trabajo máquinas y desarrollándose con la violenta rotu-
libre.
ra de las corporaciones gremiales, aniquiladas
No fueron los filósofos ni los filántropos ; fue- tiránicamente por la Revolución, en vez de li-
ron las Ordenes religiosas mediante aquellos brarlas de las trabas que había tendido sobre
•monjes de la •regla de San Benito, cuyas celdas, ellas, como una red, el Poder, y de transformar-
agrupadas en los páramos, eran, según palabras las para que no quedasen aisladas, y mirándose
recordadas por Montalembert, lo mismo que pa- con recelo, primero, y con ira después, el capi-
nales de que los monjes tomaban la cera con las tal y el trabajo, desde entonces colocados por
manos y la miel de las oraciones y los salmos con una economía injusta, obra de ideólogos, frente
los labios.
a frente.
Historiadores racionalistas como Michelet y Tened presente, señores, que el orden econó-
positivistas como Taine lo han reconocido así, mico actual no es obra de los principios católicos,
profesando que fueron los monjes los emancipa- no corresponde al ideal de la Economía cristiana,
dores del trabajo, los quebrantadores de la escla- sino más bien a la Economía individualista liberal
vitud, y los que, en un mundo apoyado en la triunfante en la Revolución francesa, a la inau-
fuerza, establecieron el reinado de la libertad que gurada en parte por la Escuela fisiocrática y des-
se inauguró en el taller de Nazaret ; y, más tarde, arrollada por la inglesa de Smith y de Ricardo y
la cofradía engendró el gremio, que emancipó a la francesa de Bastiat.
los obreros, juntando por primera vez el trabajo Esa Economía, que ha provocado y hasta ori-
y el capital, asociados, por la jerarquía de los ginado, con su teoría sobre el origen de la propie-
oficiales y maestros, en las corporaciones gremia- dad, la reacción colectivista, está sujeta a revisión,
les, y haciendo imposible la cuestión social, que en todos-sus conceptos fundamentales, por la Eco-
apareció más tarde por la grande industria rnanu- nomía católica, que tan profundos y brillantes

[ 358 359 ]

carlismo.es
Ci o L O G I A

cultivadores tiene en las principales naciones de terializada en que vivimos — en esta sociedad
Europa. eminentemente positivista, que, con apariencias
(De un discurso pronun- democráticas (luego hablaré algo, si tengo tiempo,
ciado en abril de 1903). de la democracia), vive bajo una inmensa °ligar-
quia capitalista, — hay tres poderes, y esos tres
poderes son los que hay que conquistar : uno, la
VI palabra ; pero la palabra del orador termina en
los confines del auditorio, si no la recoge otro
TRILOGÍA DE LOS PODERES SOCIALES poder que sirva de tornavoz, la Prensa ; y la
Prensa, aun cuando se ponga en ella el jugo de
La palabra, la Prensa y la Banca. —Los deberes los más preclaros ingenios, es lámpara que se
de caridad de la riqueza con el hombre completo acaba si no le comunica el aceite otro poder más
grande : la Banca (Aplausos). Es la gran trilogía
Monseñor Andrea hacia aquí un elogio mara- moderna : la palabra, que necesita de la Prensa;
villoso de la palabra, como el más grande poder y la Prensa, que necesita de la Banca.
natural ; porque, cuando va unida a la idea ver- Por eso una de las principales obras colectivas
dadera y le sirve de vehículo adecuado, es, efec- de esa sociedad en que vivimos, es reconquistar
tivamente, el más grande de los poderes de la una parte de la riqueza para emplearla, no en
tierra ; y él, sin quererlo, se retrataba a sí mismo, fines egoístas, sino en fines sociales. Esa era princi-
y, al describir el poder de la palabra y su suges- palmente nuestra obra, esa era la obra de la Gran
fi6n sobre las multitudes, estaba trazando la pin- Campaña Social : reconquistar una parte de la ri-
tura de su elocuencia. queza, arrancarla de las manos de la avaricia y del
Yo creo que la palabra, hablada o escrita, es, egoísmo, para ponerla en las manos generosas de
sin duda, un gran poder; pero en la sociedad ma- la caridad. Porque, cuando la propiedad no cum-

[ 360 ]
E 361

carlismo.es
I D E A R I o
impulso más grande de la vida, que el mundo
pie con los deberes de la caridad, cuando no está
pagano no conoció y que el paganizado olvida.
ceñida por los deberes morales, entonces las re-
El Divino Maestro nos dijo que era el manda-
voluciones se encargan, y en plazo no muy largo,
miento nuevo y que, por seguirle, se conocería
de substituirla, de absorberla o de suprimirla.
a los que fuesen sus discípulos.
La caridad — lo decía en anterior conferencia
(Del discurso pronunciado
Monseñor De Andrea no es la limosna sola, en el Teatro de la Zarzue-
porque la limosna es uno de sus efectos ; la cari- la, el 4 de abril de 1922).
dad abarca al hombre entero, porque no consiste
en dar, sino en darse ; y el hombre, al darse, debe
darse entero y debe darse en proporción a aquello
que yo llamo el trabajo integral y según su jerar-
quía. No hay que dar sólo pan al necesitado para
que se alimente, y albergue para que se guarezca ;
también tiene hambre y sed el entendimiento, y
hay que darle la limosna de la Doctrina para que
se perfeccione y para arraigar en él las creencias,
para que una dinastía de principios impere en el
alma y sea la base sobre la cual se levante el
carácter ; también las voluntades tiene ii frío y des-
mayan, caen y se doblan, y la caridad consiste
en levantarlas para que no sucumban y en comu-
nicarles el fuego de un amor que las caldee y
vivifique. Así la caridad del que se da entero a
Dios y a los hombres por Dios, es sin duda el

[ 362 ]
[ 363 1
carlismo.es
1111,

fA

carlismo.es
TEOLOGÍA

COMUNICACIÓN DE DIOS CONSIGO MISMO

Anécdota emocionante

Pero Menéndez y Pelayo, como todos los gran-


des filósofos cristianos, no se satisfacía todavía
con este teísmo, aun cuando se estableciera la co-
municación, por la revelación, con Dios. Cabe una
unión más perfecta. Dios no puede recibir perfec-
ciones, porque es infinito ; pero puede comunicar-
las para manifestar su bondad, y no hay comuni-
cación más grande que comunicarse El mismo.
Por eso, al unir la naturaleza humana — micro-
cosmos, que comprende por un lado la naturaleza
inferior, y, por las facultades superiores, la natu-
raleza angélica, porque es como la síntesis de la
creación entera — ; al unirla hipostáticamente a
su Verbo, si cierra el círculo de la Creación, en-

[ 367

carlismo.es
I D E A R
E O L O G 1 A
tonces puede decirse que, sin confusión, se une•
lo finito con lo infinito ; entonces resulta en la un niño ; y yo, queriendo consolarle, apelé a sus
persona del Verbo la suprema unidad final del sentimientos cristianos, y le dije :
Universo. Podría decirse, si ciertas palabras no --- Parece increíble que un hombre de su fe y
hubieran sido manchadas por los filósofos racio- de su tesón, que sabe que, al morir su madre abra-
nalistas, que crea una especie de monismo cristia- zada al Crucifijo y al terminar una vida justa con
no; y eso era la persona de Jesucristo, Redentor una muerte santa, ha entrado en un mundo mejor
y Salvador del mundo ; pero todavía, con esa que el que usted y yo habitamos ; parece increíble
misma grandeza intelectual que deslumbra a la que usted no reconozca a la religión como supre-
razón y que es la solución de todas las antítesis, ma fuente deconsuelos.
Es verdad -- contestó --, y, cogiéndome
ante el entendimiento de Menéndez y Pelayo y
ante la grandeza de su corazón parecía que faltaba cariñosamente un brazo y bajando la cabeza, des-
algo más. Y voy a referiros aquí una anécdota, un pués de una pausa, la levantó hacia el cielo, más
sereno, y me dijo entonces esta frase, que me
diálogo, una conversación, que yo tuve con él en
un momento doloroso de su existencia ; creo que iluminó como un relámpago y por un momento
es el reflejo de su pensamiento. me dejó ver, el fondo de su espíritu :
-- Verdaderamente, Jesucristo es Dios y El es
Hacía poco que había muerto la madre de
Menéndez y Pelayo, y yo le encontré un día en nuestro Salvador ; porque yo no podría creer en un
Dios que no quisiese o no pudiese enjugar mis lá-
la calle y conversé con él. El sabio estaba apena-
disimo ; y cuando le hablé de ella, diciéndole, grimas con el paño de la esperanza (Aplausos).
para consolarle, que sabía cuántas eran sus vir-
tudes y cómo había sido edificante su muerte, a
Menéndez y Pelayo se le arrasaron los ojos de
lágrimas y empezó a sollozar delante de mí como

[ 368 ]
[ 369 ]
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. —Vol. IV 24
D E A T E O L O G 1 A

y que, cuando el dolor anegue en ondas amargas


mi corazón, al lado del sufrimiento pongas la mi-
El deismo no conoce al verdadero Dios. — sericordia (Grandes aplausos).
El paro de la esperanza simbolizado en el Mártir Es preciso que descienda al hombre y com-
del Gólgota prenda su dolor ; y por eso, él Dios geómetra, el
Dios arquitecto del Universo de los deístas, es un
Y es verdad : no bastaba haber creado el dios frío ; yo quiero un Dios que cori el hombre
Universo, . no bastaba gobernarle con su Provi- venga a compartir la agonía y las tristezas y hasta
dencia, no bastaba conservarle con su poder, no las miserias humanas, 'y por eso le reconozco al
bastaba que de la inteligencia absoluta cayesen cruzar las campiñas de Judea derramando el bien
grandes verdades sobre la inteligencia finita del entre los humildes, comiendo con los leprosos,
hombre que se mueve en la tierra; todavía era hablando con los fariseos, perdonando a Magda-
necsariomá,y ntdelpsamio lena pecadora ; le reconozco cuando no llora en
de Menéndez y Pelayo y recordando aquella frase las horas trágicas de la Pasión, ni cuando le trai-
en que Pascal decía que él quería conocer a Dios ciona Judas, ni cuando le niega San Pedro ; pero
por medio de mediador mejor todavía que por la llora como hombre ante la tumba de Lázaro de
demostración racional, yo, como gusano de un Bethania antes de resucitarle como Dios y levan-
muladar, átomo imperceptible de una molécula, tarle de la huesa, cuando se cebaba la muerte
comprendí su dolor, y por eso dijera al Dios geó- en sus despojos yertos ; y por eso le amo y le adoro
metra, invisible, que se envolviese y nos des- al contemplarle bebiendo hiel y vinagre, clavado
lumbrase con su manto de soles y de constelacio- en una cruz, encendiendo al mundo con un amor
nes : No me basta que llenes con tu resplandor que produce una legión, que no se acaba nunca,
mi inteligencia ; es necesario que llenes también de santos, de ascetas, de mártires, que pasan,
mi corazón, es necesario que desciendas hasta mí hace cerca de dos mil años, en torno de ese

[ 370 I [ 371 1
carlismo.es
E

patíbulo con los labios entreabiertos pidiendo


una gota de su sangre que aplaque la sed de
sus almas, encendidas como ascuas (Grandes
aplausos
).

Del discurso pronunciado en el Tea-


tro de la Princesa, en junio de 1912

TRABAJO INTEGRAL

[ 3'72 3
carlismo.es
TRABAJO INTEGRAL

TEORÍA DEL TRABAJO INTEGRAL. - EL TRABAJO


DE TRANSFORMACIÓN. - EL DE PROTECCIÓN
Y EL DE PERFECCIÓN

La definición del trabajo dada por economistas


y socialistas es falsa. El trabajo es ejercicio de la
actividad humana, pero no se refiere sólo a la
transformación y a la combinación de los objetos ;
hay otro trabajo, que es el de protección, y otro
trabajo, que es el de perfección. No puede existir
uno solo sin los otros ; son los tres solidarios, y
ellos forman, con sus categorías, la esencia de las
clases. Vais a ver ahora una ligera exposición de
esta clase de trabajo.

[ 375

carlismo.es
TRABAJO. INTEGRAL

y que el trabajo intelectual domine más sobre el


Trabajo material, técnico y científico trabajo mecánico. Pero ese trabajo del técnico
supone otro anterior, el científico de aplicación,
Desde el trabajo agrícola, que empieza en la que ya no es el de procedimiento, sino que es de
siembra y acaba en la recolección, hasta el traba- una enseñanza más alta, que es el trabajo del
jo puramente mecánico verificado en la mina y en Director, del Ingeniero ; y ése supone otro trabajo,
las fábricas, hay una jerarquía de trabajos que se que llamaré docente, que es el del profesor, que
desarrollan de esta manera : el trabajo mecánico le ha enseñado los fundamentos de la ciencia ; y
tiene sobre sí como director el trabajo que llama- ése supone a su vez otro, que es del inventor; y
remos técnico ; hoy es más escaso que antes, por • no hay industria, moderna ni antigua, a cuya ca-
la invención de las máquinas, el trabajo propia- beza no figure el nombre de un genio que la haya
mente muscular ; pero llamaremos a ése trabajo iluminado y que haya hecho que gire alrededor de
inferior, trabajo mecánico. su invento. No ya la pólvora, la brújula, la im-
Cuando no existían más que las máquinas prenta, con que terminaba la Edad Media ; todas
sencillas, el trabajo era más intenso, el obrero las invenciones de las máquinas modernas, de
hacía obras completas, como sucedía en la Edad los grandes motores, el vapor y la electricidad, el
Media ; el aprendizaje era largo ; hoy, con la di- aprovechamiento de los saltos de agua, que dan
visión excesiva del trabajo, como sólo es fragmen- fuerza, que proporcionan energías prodigiosas,
tario el producto, no puede necesitar tan grande que transforman los eriales en florestas, todo es
aprendizaje ; pero lo necesita, y no hay industria obra de genios extraordinarios que han inventado
donde no exista.
o que han modificado los inventos anteriores, y
Precisamente el ser fragmentario el trabajo, el que demuestran que, en esa gradación de trabajos,
no hacer el obrero más que una parte de la obra en la que el material es el único que han visto
total, ha hecho que se necesite una unidad técnica en las escuelas individualistas y socialistas, hay

[ 376 ] [ 377 ]

carlismo.es
D E A R 1 O INTEGRAL
TRABAJO
una jerarquía que empieza en el más inferior, en terpretarla y de aplicarla. Es conocido el dicho
el trabajo mecánico ; que sigue por el trabajo cien- profundo de Platón, de que hasta una sociedad
tífico de aplicación y por el administrativo del de malhechores necesita de justicia para existir ;
mismo empresario ; que continúa con el trabajo porque, si no la aplica a los demás, la necesita
docente, y que llega a la invención. Y partiendo para sí misma, para repartir su botín, si no quiere
así de aquel trabajo más ínfimo, en que menos disolverse, al repartirlo, con sangre.
inteligencia se pone, se llega hasta aquel otro que Por eso se necesita una norma objetiva y un
resplandece con la llama del genio en los grandes intérprete, un custodio, es decir, una protección,
inventos que alumbran el nacimiento de todas las para resolver las contiendas. Y mientras existan la
industrias (Aplausos). envidia y la codicia, y la ambición, y los malos
instintos,, habrá necesidad de aplicar la coacción
para realizar el derecho ; habrá necesidad de la
Trabajo de protección fuerza organizada para que la justicia no sea vana
y las sentencias de los tribunales irrisorias. Por
Pero ¿ es que .ese trabajo material podría exis- eso existe una fuerza pública, que tendrá forma de
tir solo ? No ; a su lado hay un trabajo de protec- policía o de ejército, para mantener el orden ju-
ción, sin el cual el mecánico moriría, si es que rídico, sin el cual ni el trabajo mecánico, ni el do-
había podido llegar a existir. En toda sociedad, cente, ni el del inventor, podrían vivir.
por rudimentaria que sea, existe y tiene que haber Pero, al lado de ese trabajo de protección
una relación y una norma jurídica ; puesto que las jurídica y coactiva, hay otro tan necesario como
divergencias acerca de las aplicaciones del dere- él : es el que se refiere a la salud, el que ejerce la
cho y los límites de los deberes, producirían, con protección sanitaria. ¿Cómo podría existir, ni ima-
el litigio constante, la anarquía, si no existiera ginarse, una ley de accidentes del trabajo, si no
una norma jurídica y un cuerpo encargado de in- existiese ese gran poder que salva la vida tantas

E 378 [ 379 1

carlismo.es
E A INTEGRAL
R 1 T R ABAJO
veces, que cura el organismo y le libra, por la hi- critica, pero que creía que los que más entendían
giene, de tremendos males que agobiaban antes a de medicina eran los médicos (Risas).
otras sociedades ? aquí, como en todas partes, brilla constan-
Y
Se necesita el poder sanitario, personificado temente el trabajo intelectual del genio. En el
por los médicos, los químicos, los farmacéuticos, momento en que hablo de esa clase benemérita,
los cirujanos. Todo eso que forma un cuerpo es- a la que tanto debemos, mi espíritu evoca un nom-
cogido y especial, tiene la misión de amparar y bre ilustre y con él un recuerdo que no se borrará
proteger la salud. Si suprimierais eso, ¿podrían jamás de mi memoria.
existir en los demás órdenes sociales quienes se de- las enfermedades infecciosas, tienen los
En
dicasen al trabajo ? No. Al lado de la protección medios terapéuticos remedios que antes no se co-
xtraordinarios rea-
jurídica y de la coacción está la protección sanita- nocían, por descubrimientos e
ria ; y hoy, cuando hemos visto a qué punto podían ontinuados en microbiología por el gran
lizados y c
llegar los estragos de las grandes epidemias, no Pasteur, el hombre que más penetró en los domi-
habrá nadie, por obsesionado que esté con la idea nios de lo invisible, y al cual, con verdadera ad-
del único trabajo material, que llegue a negar a miración, contemplé yo, en la iglesia de San Sul-
esos cuerpos lo que representan, que ejercen una picio de París, de rodillas, como un colegial, le-
actividad y un trabajo fecundo, y sin el cual los yendo en su devocionario y levantando conmovido
otros no podrían existir. Es vulgar el reconocer, la mirada al Crucifijo, como si fuese la estatua
como todos las reconocen, las maravillas de la ci- orante de la ciencia, que aumentaba el brillo del
(Grandes
rugía, y el criticar mucho a nuestros galenos, por- genio con los resplandores de la fe
que se tiene en cuenta más los que mueren que los aplausos).
que se salvan. Pero yo opino en esto como Feli- (Del discurso pronunciado en el Teatro
del Centro, el 24 de abril de 192o).
pe II, que, oyendo criticar en su tiempo mucho a
los médicos, decía que él estaba conforme con esa

[ 380 ] [ 381 3
.

carlismo.es
INTEGRAL
TRABAJO

nos de clases, esas diferentes remuneraciones, son


cambiables por su naturaleza, y, como hemos de
II salir de la permuta rudimentaria, podrán tradu-
cirse en valores, podrán expresarse en una forma
COROLARIO DEL TRABAJO INTEGRAL de riqueza representativa de todos ellos y cam-
biarse. Fijaos en un párrafo tan sencillo como pro-
El derecho de la remuneración cambiable fundo de la encíclica «Rerum novarum», cuando
dice que un trabajador, con el producto de su sa-
Una consecuencia positiva de esta doctrina es lario, con su salario ahorrado, compra una finca,
el derecho individual a la remuneración. Fijaos y que será tan suya como lo era su salario, porque
bien : la solidaridad entre las distintas categorías no es más que el mismo salario expresado en otra
del trabajo, la interdependencia, es como el funda- forma. Pues bien, si todo el mundo tiene derecho
mento general de la propiedad ; y lo que voy a ex- a la remuneración, y si esas remuneraciones son
poner ahora, la mutualidad de las remuneraciones, cambiables, y si esos cambios pueden expresarse
es el segundo fundamento ; el más inmediato y en valores, es evidente que con los frutos de un
próximo. Nadie puede negar d derecho a la re- libro se puede adquirir una máquina o se puede
muneración de todas las categorías del trabajo. adquirir una propiedad rústica ; que la fortuna
Si no hubiera esa remuneración, no sólo no traba- puede acrecentarse por la inteligencia, por la per-
jaría nadie, sino que la sociedad tendría que di- severancia, por el esfuerzo, por las aptitudes y
solverse o reducirse a una coloni a de vagos que habilidades ; y de ello nacerá entonces una mayor
alimentasen, si tanta era su generosidad, las so- remuneración, un cambio mayor en las relaciones,
ciedades trabajadoras. Esa remuneración del tra- y esto explicará en su origen la diversidad de con-
•bajo formará' lo que podríamos llamar elalar
s io diciones y riquezas ; de un cambio de remunera-
de clases de las distintas categorías ; y esos sala- ción nacerá entonces la propiedad en el que no

[ 382 f 383 1

carlismo.es
TRABAJO INTEGRAL
E A R 1 o
buscar un fundamento general de todas las formas
la haya ocupado ni trabajado, porque trabajaba en
de la propiedad, que tenía que ser social, porque
otras cosas y con la remuneración de su trabajo de
no todas son individuales, y que, estando enlaza-
clase diferente la ha adquirido. Y su propiedad
do con la esencia de la sociedad, asegurase la
puede expresarse en una sola palabra, porque no
propiedad privada. I,as teorías de la ocupación, el
hay necesidad del uso, del disfrute, ni de la rei-
trabajo, la convención y la ley, habían confundido
vindicación ; hay un verbo que lo dice todo : dis-
el fundamento con el modo de adquirir.
poner. Y si puede disponer de una propiedad,
La ley de finalidad impone el deber de per-
podrá dividirla en servidumbres personales y rea-
fección intelectual, moral y material, y la triple
les, y podrá establecer censos, y podrá darla en
necesidad origen de la sociedad lo confirma. Las
parte o retenerla, con una condición o sin ella ; y
categorías de trabajo son los medios de cum-
podrá donarla, y podrá establecer la sucesión en
plir ese deber. Y el derecho individual a cumplir
vida o para después de la muerte ; y la propiedad
la parte de ese deber que nos corresponde, es el
con todos sus atributos surgirá como una conse-
fundamento general dé la propiedad, que tiene el
cuencia ineludible del trabajo integral.
inmediato en la mutualidad de las remunera-
ciones.
Fundamento general de la propiedad. — Cómo Dentro de la doctrina del trabajo integral se
de él se deducen sus límites y una nueva forma encuentran los límites de la propiedad ; en la in-
de Sindicato : el integral terdependencia de las clases y, por consiguiente,
dentro de su propio fundamento, encuentra sus
Cuando se habla del fundamento de la propie-
límites. Un capitalismo excesivo, que tenga su trí-
dad, no se habla más que de la territorial, y la
pode en la banca y la bolsa, que por su origen
propiedad, por ejemplo, del invento es de distinta
pueda proceder de especulaciones inmorales, y
condición, y las propiedades en valores o repre-
que por su empleo se dirija al vicio, a la inmora-
sentativas lo son también. Habría necesidad de
[ 385 ]
[ 384 ] — Vol. iV 25
DE VÁZQUEZ MELLA.

carlismo.es
OBRAS
E A R I O INTEGRAL
TRABAJO
lidad, al goce personal, a la corrupción, con el interés en ella, que prestan sus recursos para los
desprecio de los necesitados, está en oposición impuestos del Estado, para la protección jurídica,
con los fundamentos de la propiedad y con la so- para la protección sanitaria, para la protección
lidaridad de los demás trabajos ; y cuando se moral ; y no hay derecho a que, por un agravio a
trata del obrerismo en sentido contrario, también veces pequeño y menudo, se produzca, por un
encontraréis allí el límite. Una huelga puede ser paro, un trastorno que alcance a clases enteras que
legitima cuando no queda otro recurso para man- tenían interés, que tenían derecho, a mantener
tener el derecho. En una sociedad bien ordenada la paz para defender las otras categorías del tra-
no debiera existir ; pero, desgraciadamente, lo
bajo (Muy bien).
mismo la huelga que el «lock-out» contrario, cuan- Otra consecuencia se deduciría para el sindi-
do no se tiene otro medio de ejercitar su derecho, calismo, que es lo que yo llamo — y no tengo
serán un medio legítimo de defenderlo. tiempo de exponerlo minuciosamente — el Sindi-
Pero la huelga ha de tener estos límites. Tiene cato integral. No combato ni el Sindicato puro, ni
que tener el límite en la libertad del trabajo de el Sindicato mixta ; pero creo que la coexistencia
los demás para no imponerse violentamente, por- y la armonía de las clases en el trabajo exige el
que eso sería una forma de la esclavitud ; y tiene que llamo integral, una forma de Sindicato se-
que tener un límite en aquella clase de servicios, mejante, en el que estén todas las clases represen-
no sólo públicos sino sociales, en que sufren de- tadas. Cómo? Haciendo que esas clases de Sin-
trimento otras clases que no han entrado en liti- dicatos, puros o mixtos, se concierten y tengan al-
gio. Porque, sin esos límites, sería el predominio gunas veces como asambleas periódicas, para exa-
de una clase, el predominio de una forma de tra- minar sus exigencias comunes, sus diferencias y
bajo sobre todas las demás ; y hay que tener en sus relaciones. Esto llevaría a la formación de
cuenta, no sólo los litigantes, los que luchan en la tribunales integrales para la resolución de las
contienda, sino aquellas otras clases que tienen contiendas. No formados exclusivamente por los

[386] [ 387

carlismo.es
TRABAJO INTEGRAL

que litigan, por los que luchan, por los que com- Esto me llevaría a exponer otras doctrinas y
baten ; porque esas comisiones no son otra cosa teorías que se enlazan con esos principios ; pero
que los mismos beligerantes, los mismos conten- no tengo tiempo para hacerlo. Sólo quiero decir
dientes reducidos a menor número ; y con el menor una cosa que se refiere al problema social, y voy
número no se evitará otra cosa que el clamor y la a terminar este punto, porque no quiero, yo que
disputa, pero coñtinuará la disputa, aunque el estoy defendiendo el trabajo integral, vulnerarlo
clamor no sea tanto (Aplausos). Era necesario prácticamente aquí (Risas) ; porque no quiero
que todas las clases — puesto que todas colabo- poner el esfuerzo mío en contra de la paciencia
ran indistintamente ---, estuviesen representadas vuestra (Denegaciones y aplausos).
de un modo permanente. ¿ Cómo ? En municipios (Del discurso prontinciado en el Teatro
autónomos, en una comarca, en una región, si el del Centro, el 24 de abril de 192o).
régimen autonómico existiera en ellas y la repre-
sentación fuera por clases ; en unas Cortes, en una
Comisión permanente, cuando las Cortes estuvie- III
ran integradas por todas las clases sociales, por
tódas, sin excluir, al contrario, tomándola muy TRES CONSECUENCIAS DEL TRABAJO INTEGRAL. —
en cuenta, a la obrera. EL FUNDAMENTO GENERAL DE TODAS LAS FORMAS
Entonces ése podría ser el tribunal arbitral de DE LA PROPIEDAD
las contiendas sociales, puesto que tendría más
imparcialidad, por lo mismo que era permanente, Señores : De este concepto del trabajo que yo
que no había sido formado para un caso y que llamo integral resultan tres consecuencias. La
estaba constituído por aquellos otros elementos primera de ellas es que no hay ningún trabajo
que se encontraban fuera de la contienda y del autónomo, todos son solidarios y dependientes
litigio. recíprocamente. No hay ningún trabajo que pueda

[ 388 1 [ 389

carlismo.es
I D E A R 1 O INTEGRAL
TRABAJO
decir que le corresponde íntegro el producto ; por- no de la propiedad, y, generalmente, de la pro
que, como no es él el único que produce, como piedad territorial, que es una forma y clase de la
tiene colaboradores en los demás trabajos, sólo propiedad, pero no la única ; no se investiga cuál
tendrá derecho a la parte suya ; pero no a todo el es el fundamento general de la propiedad ; quiero
producto, que él no engendra totalmente. La se- decir : no de una, sino de todas las formas de la
gunda consecuencia es que no puede haber un tra- propiedad ; porque, aun cuando son 'tan varias,
bajo común para todos; que si hay excepciones, todas ellas se refieren, en lo objetivo, a las trans-
ellas confirman la regla ; pero hay trabajos tan formaciones y combinaciones que el hombre hace
especializados, que, además, son casi incompati- del mundo inorgánico, del orgánico y de lo que
bles con las aptitudes que suponen y, desde luego, es mezcla de los dos ; y en la propiedad indi-
con el tiempo que requieren ; y. así, quien se de- vidual, en la verdaderamente individual, en la
dica preferentemente a una clase de trabajo, no que llamaríamos la propiedad subjetiva, como la
puede dedicarse a los otros ; y he aquí otro coro- intelectual y la artística, en todas hay siempre
lario : todos los trabajos son entre sí solidarios e algún punto común, en la naturaleza humana y
interdependientes. La tercera consecuencia con- en su relación con las cosas.
siste en que cada categoría de trabajo origina una Si las formas de la actividad y del trabajo
clase, y de la interdependencia, de la solidaridad están entre sí enlazadas como lo están nuestras
que existe entre ellos, se deduce la armonía y no necesidades y nuestros fines, ¿cómo no había de
la lucha de clases. haber una mutua dependencia entre todos esos
Y también, el fundamento general de la pro- trabajos? Y si la hay, cada forma de trabajo re-
piedad; pues, cuando se trata del gran problema quiere en cada clase una remuneración propor-
de la propiedad alrededor de la cual, natural- cionada y que pueda ser cambiable y expresada en
mente, gira toda la cuestión social —, se confun- valores ; la permuta es rudimentaria ; el producto
den varias cosas. Se habla de una propiedad, y de un trabajo, o su remuneración, sirve para la

[ 390 ] [ 391 1

carlismo.es
I D E A' E 1 TRABAJO INTEGRAL

adquisición de otro producto o de otra remunera- eminente del Estado, se pasó del cesarismo paga-
ción distinta. no al regalista y revolucionario. Pero no se señala
El labrador encuentra, en la cosecha que el fundamento social de toda propiedad, sea agrí-
recoge, la remuneración de su trabajo ; pero cola, sea industrial, bien de las industrias que
el escritor puede, con el producto de un libro, ' se refieren a lo inorgánico o a lo orgánico, o a las
adquirir aquello que el labrador, produce : lo dos clases combinadas, sea la subjetiva de la
mismo puede permutarlo que cambiarlo. Una obra producción intelectual y artística, que se mani-
artística, un cuadro, un poema, puede producir fiesta al exterior por medio de contratos, a veces
como resultado una cantidad que sirva para la innominados. Todas esas formas de la propiedad
adquisición de un palacio, de una casa. Y es no son, en el fondo, más que remuneraciones
que esas remuneraciones por naturaleza son cam- cambiables. Y no me digáis que la propiedad
biables. Nadie puede negar el derecho a la re- versa sobre la materia, y que hay algunas inte-
muneración; nadie puede negar que es cambia- lectuales en que esa materia no existe. No, no
ble. Pues_ en la remuneración cambiable, en la es exacto.
mutualidad de remuneraciones, encuentro yo el (Del discurso pronunciado
en el Teatro de la Princesa,
fundamento de la propiedad. Por qué ? Porque
el día 14 de abril de 1921).
a la propiedad se la señalaba un derecho innato
individual (aparte de los modos de adquirirla :
ocupación, convención, trabajo aislado, etc., con-
fundidos por muchos con el título) como funda-
mento, y hasta un derecho político en la ley, con
la que el Estado, después de regular el ejercicio,
regulaba hasta la substancia cuando no se que-
daba con ella (Risas). Por una teoría del dominio

[ 393 1

carlismo.es
F.

carlismo.es
TRABAJO ÚNICO

EL TRABAJO ÚNICO Y LOS PRINCIPIOS DE LA ESCUELA


LIBERAL INDIVIDUALISTA

¿Qué es el trabajo? Parece que no hay cosa


más corriente, y, sin embargo, es un sofisma que
ha penetrado la ciencia, el concepto del trabajo
que viene de laeconomíaclásica y que ha here .
dado la economía socialista. Por todos los escri-
tores, incluso los de la escuela católica, se han
seguido en esta parte sus huellas. Podrían enu-
merarse cientos de definiciones; no hay una sola
que no incurra en este error : «El trabajo no es
nada más que la actividad humana aplicada a la
transformación de los objetos para satisfacer con
ellos nuestras necesidades». Con variantes de pa-
labra, ninguna de concepto, no encontraréis un
libro de Economía política, ni antiguo ni moder-
no, que no nos dé esta definición. Se habla, claro

(397

carlismo.es
TRABAJO ONICO
E A R 1 0

está, del trabajo intelectual, pero aplicado a esa hartura fuera la medida de la civilización. ¿Cuál
transformación de los objetos, o relegándole a una es el móvil de todas las acciones en esa Econo-
esfera aparte; porque los economistas discutieron mía ? El interés. ¿Y cuál es la ley del interés?
si las profesiones que se llamaban liberales cons- Esa es una de las cosas más extraordinarias que
tituían verdadero trabajo y resolvieron diciendo hayan podido hacer pasar mucho tiempo como
que sí, pero que eran unos trabajos improduc- ciencia.
tivos (Risas). El único trabajo productivo es el Los intereses, por naturaleza antagónicos, di-
trabajo material, mecánico y muscular, y de esta vergentes como las pasiones que los empujan, de-
idea capital nació la Economía individualista y jados en libertad iban a confundirse, al final, en
después la Economía socialista. un arrullo de amor.
La Economía individualista — que apareció en De aquí la libertad absoluta en el orden eco-
la mente de un médico materialista, de una corte- nómico, gobernado por las leyes naturales, que se
sana célebre y de unos sensualistas y deístas ingle- cumplen espontánearnente,,como la de la oferta y
ses que habían sentado las premisas del materia- el pedido ; que no es ley, porque nunca expresa
lismo moderno —, afirma como tesis y postulados una relación perfectamente, pues es el resultado
fundamentales éstos : El fin del hombre es el goce, de causas variables ; y el Estado reducido a pre-
es la felicidad, pero trasladada por completo a la senciar la lucha enel palenque, para dar al vence-
tierra ; el móvil único el interés. Uno de los más dor la corona de la que fué entonces la época de
notables economistas de la escuela francesa decía la libre concurrencia ; el Estado que se cruzaba
que la multiplicidad incesante de necesidades y de brazos y que todo lo dejaba pasar.
de medios para satisfacerlas era la fórmula del Pero ese Estado, que no quería intervenir en
progreso. Otro, con una profundidad verdadera- nada, hizo la intervención más grande que se
mente culinaria (Risas), dijo que la sociedad más conoce en una sociedad organizada de abajo arri-
progresiva era la que más consumía, como si la ba, no a priori, no por decreto ni ley, sino es-

[ 399 ]
[ 398 ]

carlismo.es
TRABAJO 171 VICO
pontáneamente, teniendo por arquitectos a las dinero o en tierras, surgirá o el interés o la renta ;
necesidades y a los siglos : la desarticuló, rompió si os quedáis con ello y dais parte al trabajo, pero
todos los lazos, arrasó todas las corporaciones ; y poniéndole a vuestro servicio y reservándoos lo
a eso le llamaba él «no intervenir)), porque quería demás, entonces sois patronos. Así el trabajo era
dejar en libertad a los miembros después de haber el origen de la propiedad, el origen del capital,
destruído la obra suya, que era obra de libertad el origen del interés y de la renta ; todo giraba
y de costumbres seculares, que había formado esa alrededor del trabajo. Y cuando a los grandes eco-
trama en la que vivía el orden; bajo instituciones nomistas de esa escuela, corno Ricardo, se les pre-
fundamentales, a pesar de los abusos, mejor que guntó qué era el valor, no viendo en él nada más
en este mundo desquiciado en que nos ha tocado a que un elemento subjetivo, afirmaron también
nosotros la suerte de nacer. que era el trabajo.
Señores, esa Economía lo redujo todo al tra-
(Del discurso pronunciado en el Teatro
bajo. Si le preguntáis. cuál es el origen de la pro- del Centro, el 24 de abril de 192o).
piedad, contesta : el trabajo ; si le preguntáis cuál
es el origen del capital, contesta : el trabajo.
¿Qué es el capital? El trabajo ahorrado. ¿Y qué
se hace con el trabajo ? Se puede trabajar de dos
maneras : para ahorrar, y entonces se forma el
capitalista ; para consumir, si no se trabaja mu-
cho, o el trabajo es poco remunerador, y se forma
la pobreza. Si aquello que habéis ahorrado lo
dedicáis a una producción nueva, sois capitalistas;
y si lo dais a otro capitalista para que él lo em-
plee, sois prestamista ; y, según sea el capital en

[ 400 I [ 401 ]
26
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. — Vol. IV
1

o
o
z
carlismo.es
Lo QUE ES LA TRADICIÓN

El hombre discurre, y, por lo tanto, inventa,


combina, transforma, es decir, progresa, y trans-
mite a los demás las conquistas de su progreso.
El primer invento ha sido el primer progreso ; y
el primer progreso, al transmitirse a los demás,
ha sido la primera tradición que empezaba. La
tradición es el efecto del progreso ; pero, como le
comunica, es decir, le conserva y le propaga ella
misma, es el progreso social. El progreso indivi-
dual no llega a ser social, si la tradición no le
recoge en sus brazos. Es la antorcha que se apaga
tristemente al lanzar el primer resplandor, si la
tradición no la recoge y la levanta para que pase
de generación en generación, renovando en nue-
vos ambientes el resplandor de su llama (Gran-
des aplausos).

[ 405 I
carlismo.es
1 E A R I 0 TRADICIONALISMO

La tradición es el progreso hereditario ; y el es el derecho del río sobre la onda que agita sus
progreso, si no es hereditario, no es progreso so- aguas (Aplausos).
cial. Una generación, si es heredera de las ante- El anillo vivo de una cadena de siglos, si no
' riores, que le transmiten por tradición heredita- está conforme con los que le preceden y quiere
ria lo que han recibido, puede recogerla y hacer lo que no lo estén los que le siguen, puede salir de
que hacen los buenos herederos : aumentarla y la cadena, para existir por su cuenta ; pero no
perfeccionarla, para comunicarla mejorada a sus tiene derecho a destruirla, ni a privar a los poste-
sucesores. Puede también malbaratar la herencia riores de los anillos precedentes.
o repudiarla. En este caso lega la miseria o una Y siendo todas las autonomías iguales, las de
ruina ; y si ha edificado algo, destruyendo lo an- los siglos precedentes y las de los posteriores
terior, no tiene derecho a que la generación si- valen más que las de un momento dado de la
guiente, desheredada del patrimonio deshecho, Historia, aun suponiendo — lo que no ha suce-
acepte el suyo ; y lo probable es que se quede sin dido nunca — que una oligarquía no usurpe el
los dos. Y es que la tradición, si incluye el dere- nombre de todos y no haga pasar el capricho de
cho de los antepasados a la inmortalidad y al los menos por la voluntad de los más. Luego por
respeto de sus obras, implica también el derecho encima de esa imaginaria autonomía está el deber
de las generaciones y de los siglos posteriores a de subordinarse a la tradición hasta por el impe-
que no se le destruya la herencia de las preceden- rio de las mayorías, que rara vez son simultáneas ;
tes por una generación intermedia amotinada. La pero que, cuando se trata de las instituciones que
autonomía selvática de hacer tabla rasa de todo expresan los grandes hechos de un pueblo, son
lo anterior y sujetar las sociedades a una serie de siempre sucesivas (Grandes aplausos).
aniquilamientos y creaciones, es un género de Ved, señores, cómo la tradición, ridículamente
locura que consistiría en afirmar el derecho de la desdeñada por los que ni siquiera han penetrado
onda sobre el río y el cauce, cuando la tradición su concepto, no sólo es elemento necesario del

[406 1 [ 407 1

carlismo.es
E A 0 TRADICIONALISMO

progreso, sino una ley social importantísima, la eres el último vástago de una dinastía de antepa-
que expresa la continuidad histórica de un pueblo, sados tan antigua como el linaje humano; ningu-
aunque no se hayan parado a pensar sobre ella na es más secular que la tuya. Si uno solo faltara
ciertos sociólogos que, por detenerse demasiado a en esa cadena de miles de años, no existirías ;
admitir la naturaleza animal, no han tenido tiem- quieres derrocar una estirpe de tradiciones, y eres
po de estudiar la humana en que radica. en parte obra de ellas. Quieres destruir una tradi-
Y ésa es la causa de que todo hombre, aun sin ción en nombre de tu autonomía, y empiezas por
advertirlo y sin quererlo, sea tradicionalista, por- negar las autonomías anteriores y por desconocer
que empieza por ser ya una tradición acumulada. las siguientes ; al inaugurar tu obra, quieres que
Que se despoje, si puede, de lo que ha recibido continúe una tradición contra las tradiciones pa-
de sus ascendientes aunque sea prescindiendo de sadas y contra las tradiciones venideras, procla-
su ser, y veráfr que loque queda no es el mismo, mando la única verdad de la tuya. Mirando atrás,
sino una persona mutilada que reclama la tradi- eres parricida ; mirando adelante, asesino ; y mi-
ción como el complemento de su existencia. El rándote a ti mismo, un demente que cree destruir
revolucionario más audaz que, en nombre de una a los demás cuando se mata a sí mismo (Grandes
teoría idealista, formada más por la fantasía que aplausos).
por el entendimiento, se propone derribar el edifi- Señores : Los hombres grandes son aquellos
cio social y pulverizar hasta los sillares de sus que saben conservar, en una sociedad intangible,
cimientos para levantar otro de nueva planta, si la herencia de la tradición ; o los que no sólo la
antes de empezar el derribo se detiene a pregun- conservan, sino que la corrigen, o los que, no
tarse a sí mismo quién es, si la pasión no le ciega, satisfechos con conservar y corregirla, la per-
oirá una voz que le dice desde los muros que feccionan y la aumentan. Y el más tradicionalista
amenaza y desde el fondo de su alma : Eres una no es el que sólo conserva, ni el que, además de
tradición compendiada que se quiere suicidar ; conservar, corrige ; sino el que añade y acrecienta,

[ 408 [ 409 ]

carlismo.es
I D A R I O TRADICIONALISMO

porque sigue mejor el ejemplo de los fundadores,


no limitándose a mantener el caudal, sino hacien-
do lo que ellos hicieron : producir y prolongar con
el progreso sus obras.
Por eso los hombres más grandes de la Historia SIN LA TRADICIÓN NO HAY PATRIA NI ES POSIBLE EL
son los más tradicionalistas ; es decir, los que no PROGRESO. — LA MUJER, CENTRO DEL HOGAR, ES-
dejan detrás de sí más que tradición. Sólo el vulgo, PERANZA DE RESTAURACIÓN PATRIA. — SALUDO A
que no funda, no transmite nada propio ; y mu- LAS DAMAS. — DULCINEA EN LA MONTAÑA
chas veces, sin conocerlas siquiera, repudia las
herencias de los demás ; porque, si recibe incons- El pueblo decae y muere cuando su unidad
cientemente las que le dan, con frecuencia, si interna, moral, se rompe, y aparece una genera-
presume de ilustrado, que es la peor clase de ción enteca, descreída, que se considera anillo roto
vulgo que se conoce, malbarata, si le dejan, las en la cadena de los siglos, ignorando que sin la
que no recibe. En suma, la autonomía individual comunidad de tradición no hay Patria ; que la
es la soledad del aislamiento rompiendo la trama Patria no la forma el suelo que pisamos, ni la
social de las generaciones e interrumpiendo brus- atmósfera que respiramos, ni el sol que nos alum-
camente, si a tanto alcanza su fuerza disolvente, bra, sino aquel patrimonio espiritual que han fa-
la continuidad de la vida de un pueblo. La tra- bricado para nosotros las generaciones anteriores
dición es la familia agrupada en derredor del durante siglos, y que tenemos el derecho de per-
mismo hogar, en donde se sustituyen los hombres feccionar, de dilatar, de engrandecer ; pero no
y las llamas, que duran más que los hombres de malbaratar, no de destruir, no de hacer que
(Estrepitosos aplausos). llegue mermado o que no llegue a las genera-
(Del discurso pronunciado en el ciones venideras ; que la tradición, en último
Parque de la Salud, de Barce- análisis, se identifica con el progreso, y no hay
lona, el 17 de mayo de 1903).
[ 410 ] [ 411 ]
carlismo.es
progreso sin tradición, ni tradición verdadera sin so, que no consiste más que en una perfección
progreso. La tradición quiere decir transmisión sucesiva, es necesario sentir como la Patria, pen-
de un caudal
.. de ideas, de creencias, de aspira- sar como la Patria, amar como la Patria ; y para
ciones, de instituciones, de una generación a eso es preciso no desprenderse de la cadena de
otra, fundada en un derecho y en un deber : el las generaciones y afirmar aquellos caracteres que
derecho que tiene la generación que ha produci- no ha fabricado ningún político, ni ningún gue-
do el patrimonio, o parte del patrimonio espiri- rrero, que han fabricado muchas generaciones y
tual y material de un pueblo, a que pase a las ge- muchos siglos en colaboración con razas y pue-
neraciones venideras ; y el deber que tiene la ge- blos distintos e influencias históricas diversas, y
neración de desarrollarle, no de mermarle y des- que una creencia, que fué abrazadera de oro,
truirle, y privar de él a los venideros. Sobre ese junté para que sellase nuestro espíritu con notas
derecho de la generación anterior y sobre ese indelebles.
deber de la generación que la sigue, está el fun- Pensad en eso ; y en esta hora, en que los
damento jurídico de la tradición, que no puede destinos del mundo se deciden, haced por que
ser negado sin asesinar a la Patria. esta Patria se levante fundida en la fe y en el
Un progreso que fuera un invento extraordi- amor ; y para eso no me dirijo a vosotros, sino a
nario y que no contase con la tradición para trans- vosotras, que representáis, no sólo la hermosura,
mitirle, moriría en el momento mismo de nacer; y sino una cosa que todavía no ha decaído en Es-
una tradición que no acrecentase nada el cau- paña y que nos engrandece con justicia ante el
dal recibido, indiferente a lo que exigen las nue- mundo.
vas necesidades, sería algo muerto y petrificado, En muchas cosas somos inferiores a los demás
que habría que apartar para que no obstruyera pueblos, pero hay una en que no lo somos toda-
el cauce de la Historia por donde corre la vida vía, y Dios quiera que no lo seamos nunca. Todo
de una nación. Por eso, aplaudiendo el progre- se ha debilitado aquí intelectual y moralmente,

[ 412 ] [ 413 ]

carlismo.es
E A R TRADICIONALISMO

y en patriotismo todas las demás naciones están la virtud, que estáis compendiadas en esta Corte
demostrando virtudes cívicas, que parece que de Amor y singularmente en su Reina, cuyo nom-
entre nosotros, si no están muertas, están dormi- bre me obliga a recordar el de aquel gran poeta
das; pero hay una cosa que no muere, una cosa que, con Pereda y con Menéndez Pelayo, forma
que vive todavía y, cuando se establece la com- una trilogía inmortal, no sólo de la Montaña, sino
paración con las extrañas, infunde en el ánimo de España entera, raza gloriosa evocada por Me-
grandes esperanzas, porque no ha caído bajo néndez y Pelayo en un prólogo admirable como
la ley uniforme de ese rebajamiento universal. suyo, en que evoca a aquel Fernando de Esca-
¿ Sabéis lo que no ha caído, lo que vive en Es- lante, muerto de un ballestazo en las costas de
paña ? Lo he proclamado con júbilo algunas ve- Bernedo por defender la ciudad santanderina con-
ces : es el hogar y la mujer española. El hogar tra las huestes del Marqués de Santillana, y a
español todavía está por encima de todos los ho- Ruiz de Escalante, caudillo de los Giles, contra
gares, y la mujer española, centro de ese hogar, los Negretes, muerto en isla lejana por defender a
está también sobre todas las mujeres por sus su ciudad y a su Patria.
extraordinarias virtudes ; porque, en medio de Este reinado que termina, y que es, como la
esta degradación y este rebajamiento casi gene- dicha y las flores, fugaz, vivirá en nuestros re-
ral, ha sido fiel al sello que pusieron en ella la cuerdos ; y yo sé decir que, en los días cansadlos
Iglesia y la raza (Muy bien; grandes aplausos). de la vejez, que alcanzan más al espíritu que al
Vosotras, que sois el compendio de las vir- cuerpo, porque empiezan en el momento en que
tudes de esa raza, lo que menos se ha contami- las esperanzas pesan ya menos que los recuer-
nado, ayudadnos a salvarla. Los hombres han dos ; cuando entonces se rememoren tiempos pa-
decaído tanto, que ya no pongo esperanza en sados y yo piense en la eterna Dulcinea de la Pa-
ellos, si vosotras no venís en su auxilio. Me di- tria, recordaré aquella hora feliz en que, evocán-
rijo a vosotras, que representáis la hermosura y dola en el más ilustre de sus hijos, celebramos

[ 414 ] [ 415 ]

carlismo.es
D E A R 1 0

esta fiesta ; y entonces vendrá a mi memoria el do le dije : La primera lucha se ha planteado en


recuerdo de ella, y con él la convicción plena, la alborada del régimen parlamentario ; atrás que-
completa, de que las Dulcineas que soñó Don daba la monarquía absolutista del antiguo régi-
Quijote y que fueron en él sombras de la fanta- men, que no era un ejemplar verdadero de nues-
sía, son aquí magnífica realidad (Grandes y calu- tro ideal. Ante la Revolución francesa, quedaba
rosos aplausos. Ovación prolongadísima). la Constitución interna y secular de España, pero
(De un discurso pronunciado en
estaban mermados la representación de las anti-
Santander, en septiembre de 1916). guas Cortes y los derechos y los fueros de las
regiones; la Monarquía, por medio de ministerios
regalistas, había sufrido merma, y no había sino
III
absolutismo en la Majestad que la representaba.
ABSOLUTISMO
No, no era esa Monarquía absolutista y tiránica
la que queríamos restaurar.
No somos absolutistas Y aunque aquellas generaciones tenían una
verdadera idea, no se podía evitar que surgiese
Ya lo dije en Loredán, cuando hablé por pri- cierta confusión ; muchos esperaban con ansia
mera vez, brindando ante Don Carlos, en esta una mayor libertad, y hubo almas sinceras que
forma : «Tengo que felicitarme de que no haya la buscaron en un régimen que la llevaba consigo.
triunfado vuestro abuelo que llegó con sus tropas
hasta las cercanías de Madrid, y me alegro tam- La restauración no puede venir sino después
bién de que no haya vencido el Conde de Monte- de la anarquía
molín, ni Vuestra Majestad».
Ved el prólogo de la Constitución doceañista,
Mis palabras le produjeron un asombro y un
en el cual se trataba de enlazar el régimen anti-
estupor indescriptibles, que desaparecieron cuan-
[ 417 ]
[ 4161
carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA- VOI. IV 27
1 D E A R I 0
TRADICIONALISMO
guo con el moderno ; y aunque hubo voces, como turiano ilustre y eminente, del P. Ceferino, que,
la del Barón de Eroles, que trataron de reivindi- a raíz de una de las mayores victorias carlistas,
car los fueros y libertades regionales, no se logró se hallaba en la calle de la Pasión, con varios
que penetrara en todos los espíritus la idea de dominicos afectos a nuestra Causa y que se rego-
aquel régimen representativo y tradicional que cijaban con la idea de un triunfo próximo. El
defendemos. Si hubiésemos llegado al poder en- P. Ceferino no hacía caso de esos entusiasmos ;
tonces, es posible que los leguleyos, penetrando y cuando uno de sus compañeros le increpaba,
en nuestras filas, hubiesen bastardeado nuestros diciéndole : «Baja a la realidad, desciende de tus
propósitos. filosofías, acuérdate de que también eres ciudada-
Ya era distinta la época del Conde de Monte- no ; ahora van a realizarse nuestros sueños y vas
molín, que publicó aquel manifiesto, escrito por a encontrar él vaso capaz de contener las aguas
Balmes, en que se decía que los presupuestos los presas de todas tus doctrinas», el eximio religioso
votasen los que los pagasen y no los que los co- le contestaba : «La Causa no puede triunfar aún».
miesen ; pero era aquélla la época de los grandes Se exasperaron sus discípulos creyéndose ante
doctrinarismos en que todas las cosas se incuban, un alma escéptica o pensando que el P. Ceferino
y la lucha de los partidos no había alcanzado se ponía en contradicción con sus principios.
aquellas estridencias a que llegó en la revolución Pero el filósofo les dijo : «i Sí, no puede triunfar
de septiembre. El desarrollo de la revolución es- aún, no ha llegado su hora ; porque esas restaura-
taba en sus comienzos ; y así como no hay medi- <
ciones completas no pueden nunca venir más que
cina que detenga el curso normal de una enfer- después de la anarquía !»
medad, nuestro programa no hubiese sido enton-
ces capaz de salvar al enfermo. No había llegado
la hora.
Aun recordaba Don Carlos la frase de un as-

[ 418
[ 419 1
carlismo.es
TRADICIONALISMO
D E A
gaciones parciales y quedarían reducidos a una
sombra borrosa (Gran ovación).
Nosotros representamos, en lo humano, un
Aceptemos el progreso que acompaña a la verdad
papel semejante. En la sociedad española somos,
de una manera relativa, con las imperfecciones
En cierto modo, y con las imperfecciones hu-
que separan a lo humano de lo divino, la Iglesia
manas, somos como la Iglesia ; suprimidla mental-
política negada por todos y en todas partes, por
mente y sólo quedarían sombras obscurísimas y
los errores sociales y políticos que han necesitado
no podrían ni verse unos errores a otros. ¿ Por
tenerla en cuenta para negar los fundamentos de
qué? Porque ella viene a ser el centro de medida
la sociedad española ( Aplausos) .
del error; los errores sólo tienen unidad con la
Hemos permanecido unidos alrededor de los
verdad que niegan.
fundamentos de la sociedad, y al lado nuestro han
La verdad es una realidad objetiva ; contra
pasado todos los errores. Nosotros, como ella,
ella pueden surgir negaciones parciales, errores
somos en cierta manera inmutables, pero acepta-
opuestos entre sí y aun contradictorios, que sólo
mos un progreso legítimo, el que acompaña a la
en una cosa están de acuerdo : en su oposición
verdad ; por eso no están en lo cierto los raciona-
a la verdad ; y como ésta es absoluta e infinita,
listas en que hay antítesis entre el progreso y la
contra ella caben todos los errores, pero todos van
tradición, porque el dogma es fijo y el progreso
juntos a perderse en la nada. Por eso, cuando
es movimiento. Aunque se transforma la natura-
todos los errores de la Edad Moderna se levanta-
leza, siempre es conforme a leyes perfectas que
ron contra la Iglesia, ella les condenó a todos
no cambian, que no se transforman y que pre-
juntos en un solo documento : en el «Syllabus», y
siden todos los movimientos que se verifican
les dijo : Si yo desapareciera, esas negaciones
sobre una substancia que es idéntica también ;
no tendrían razón de existir, no tendrían razón de
lo que cambia es el criterio de los hombres ; por
negar, y todos los errores sucumbirían como ne-
[ 421 I
[ 420 1
carlismo.es
D E A R 1 0 TRADICIONALISMO
eso el progreso consiste en descubrir nuevas le- de una escala, gradas para ascender a un pedes-
,
yes, nuevas relaciones, nuevas consecuencias ; tal, la sociedad española subió hasta el altar ; y
pero no cambiaría la verdad misma. Podría el allí, como una Hostia Santa, levantó al cielo el
Universo mismo transformarse súbitamente, y la corazón entero de la Patria ; y como premio de
inteligencia podría, deletreando diariamente en el aquel holocausto del amor y de la fe, surgió de los
libro de la vida, llegar hasta el esplendor actual mares un mundo, y la audacia de maravilloso na-
de las ciencias naturales, y habría progresado la vegante, y el valor de héroes que parecen obra de
inteligencia, aunque la verdad permanecería fija. la fantasía, y la fe de misioneros que parecen
(Extracto de un discurso pronunciado en apóstoles, y de reyes que eclipsaron al sol con la
Oviedo, el día i6 de abril de 1916). sombra de su manto. España llegó a tener por
colonia un continente, y aun ella con sus legiones
IV de santos llegó a parecer una colonia de los cielos.

Los MÁRTIRES
Un -día, la polilla regalista se introdujo en la
Los mártires de España ! Por entre las grie- corteza del árbol secular, y unos hombres que
tas de sus sepulcros, alimentado con su sangre odiaban todo lo que amaron nuestros• padres y
y con la sustancia de sus huesos, y perfumado amaban todo lo que ellos aborrecieron, la segur
con el aroma de sus almas, creció el árbol gran- revolucionaria puesta al tronco, y con una alegría
dioso de la Monarquía tradicional, como un re- salvaje, celebraron su triunfo bailando sacrílegas
toño del árbol de la Cruz. A su sombra se eman- danzas sobre las aras de los altares, las astillas del
cipó el pechero, se irguió el noble, creció el mu- trono y los escombros de las tradicionales insti-
nicipio, se alzó la Universidad, se juntaron las tuciones. La protesta fué sublime, pero cayeron
fuerzas sociales en las Cortes, y, como peldaños los cruzados debajo de los traidores...

[ 422 ] [ 423 3

carlismo.es
DE ARIO R DICION A LIS M O

¿ Qué se hizo de aquel pueblo de caballeros


dispuestos a dar la vida por Cristo y por la Patria
y por el Rey, antes que tolerar una ofensa de la
fe o una mancha en el honor?
Ahí está convertido en la masa oficial y polí-
AL COMBATE
tica que le aplasta, en un rebaño de golfos y pre-
sidiarios sueltos, verdadera colonia penitenciaria,
que ha reducido al resto de la sociedad española Exordio
a manada de siervos y mendigos.
Y entre ese poso social, ¿ no se descubre ya la Señores : Os doy gracias desde lo más íntimo
veta de oro de donde salieron en otro tiempo rau- del alma por vuestros aplausos, pero siento que
dales de heroísmo? sean la expresión de una esperanza que no podr ía
Si ; pero como un siglo de tiranías miserables satisfacer nunca y aun menos en estos momentos
ha depositado encima tantas escorias, es preciso en que se estrella contra una objeción que está
ahondar en ellas, hasta tropezar con las losas se- en la afonía de mi garganta, como podéis observar
pulcrales de los mártires, y partirlas con el puño por las palabras que estoy pronunciando. Pero
de las espadas, para que salga su espíritu inmor- tiene el entusiasmo tal fuego y produce su electri-
tal con nueva vida para este pueblo, que está es- cidad moral tales fenómenos que, caldeado el
perando la hora suprema en que resuene con acen- corazón y haciendo vibrar los nervios, creo que
to vibrante en sus oídos el llamamiento que es- ha de llegar su acción benéfica a la garganta
cuchó Lázaro en su tumba. misma, y que, a medida que vaya hablando, ha
(Editorial de El Correo Espa- de ir aclarándose la voz, como ya se van acla-
ftol, de io de marzo de 1898). rando las ideas (Aplausos).
I Cuánto desearía yo que mi voz resonase como

[ 424 1 [ 425 1

carlismo.es
/ D E A R I O TRADICIONALISMO

el bronce de la campana en el valle, o que tronase describe un gran escritor inclinadas sobre las tum-
como el cañón en el fragor de la batalla, o mejor, bas de sus hijos para besar y recoger sus almas,
después de ella, que ensordeciese los aires con las nos inclinásemos nosotros de rodillas a recibir el
salvas del triunfo ! (Aplausos). espíritu de los antepasados, que es el alma de la
No soy de aquellos espíritus débiles, de aque- Patria, a fin de que, iluminada la mente con su
llas almas desmayadas, que en los días de lucha fe, encendido el corazón con su amor y fortaleci-
suspenden, como los judíos cautivos de Babilonia, do el brazo con su energía, reviviese en nosotros,
sus arpas de los sauces y acrecen con sus lágrimas y, anudado el lazo espiritual con las generaciones
las ondas de los ríos que reflejan las tristezas de precedentes, no fuese nuestra historia menguada
la Patria desolada, mientras de los labios sale una injuria a la grandeza de la suya (Ovación.
como un lamento de agonía el salmo del dolor que Frenéticos aplausos).
arranca a un tiempo la desesperación cobarde de Quisiera yo en estos momentos, — y ya veis
los pechos y las risas del destierro de las arpas... que se va aclarando mi voz (Risas y aplausos) —,
(Estrepitosos aplausos). No, no ; yo quisiera que quisiera yo en estos momentos de combate poder
mi palabra centellease como una espada y que ocupar el primer puesto, no de importancia, sino
tuviese el temple de los viejos mandobles para de peligro, en la primera guerilla ; y por eso he
golpear con ella los sepulcros de los Condes de salido de la soledad en que me encontraba.
Barcelona, y de los reyes y paladines cuyos restos Pero no creáis que en aquella soledad, en aquel
descansan entre flores del arte segadas por la apartamiento, se deslizase mi vida gozando única-
Revolución, y para levantar esas losas y remover mente de los placeres intelectuales, que, si no se
sus huesos y, en nombre del Dios que ellos ama- refieren de alguna manera a la acción, llegan a
ron, evocar el espíritu heroico que los animó re- ser enervantes.
tando a la muerte en los combates ; y que, imi- No ; estaba en el retraimiento y en el silencio
tando la enseñanza de aquellas madres indias que , preparando las armas para el momento supremo

[ 426 I [ 427 I

carlismo.es
E A R I 'O TRADICIONALISMO
del combate que va a empezar, como aquellos después --, me fuerza, cuando yo no lo deseaba,
videntes que se llamaron De Maistre y Donoso ; a tomar parte en luchas que no son de mi agrado,
que se acerca ya la hora suprema en que harán porque, repito, tengo siempre presente como una
terrible explosión los principios revolucionarios clave de lo por venir esa suprema batalla en que
que han llegado en el orden especulativo a sus úl- hemos de estar muy pronto empeñados todos, de
timas consecuencias, y están batiendo en el prác- buena o de mala voluntad.
tico, con el oleaje de sus aplicaciones, todos los No sé si podré y no ciertamente por falta de
pilares del orden social que, como os decía ayer deseo, sino porque me lo impidan mis fuerzas
mismo, quizá se quiebren con una espantosa físicas --- decir cuanto quisiera deciros esta tarde,
catástrofe en días no muy lejanos de la primera aun condensando mucho los conceptos.
década de la presente centuria. Ya comprendéis, señores, que ante un público
Y yo, que esperaba esa catástrofe, me prepa- tan selecto, pero heterogéneo y numerosísimo, no
raba para el gran combate ; y no temo, porque puedo hablar de igual manera que lo haría si me
quiero que acaben pronto los crepúsculos y que dirigiera únicamente ante amigos convencidos de
venga la noche sombría y tormentosa, para que, todo el programa tradicionalista ; y por eso, para
después de la noche, brille la alegre aurora que poner de realce algunos de los principios de la
nos anuncie• el día esplendoroso de una edad causa a que he consagrado mi vida, quiero que
nueva (Aplausos). apartéis la vista del que os habla y la fijéis en las
Mas he aquí que una solicitud tan cariñosa doctrinas que sumariamente deseo que pasen ante
como agradecida pero que llegó con alguna vuestra mente expuestas como si pensara en alta ,
cariñosa importunidad a obligarme a salir de mi voz,prqueniahtdomprbsque-
retraimiento y a acudir a esta que pudiéramos jar el plan de lo que he de deciros, y, sólo fiado
llamar escaramuza de la gran batalla, porque éstos en vuestra benevolencia y en el acicate de vues-
no son sino los preludios del combate que vendrá tros entusiasmos por todo lo desinteresado y noble,

f 428 [ 429 1
carlismo.es
me atrevo a improvisar a un tiempo el pensamien- espectáculo sublime, único en los anales del de-
to y la palabra. crépito y sombrío siglo xix.
(De un discurso pronunciado Carlos VII, penetrando en España con vale-
en el Teatro Principal, de Bar- rosa osadía, al frente de un pelotón de voluntarios,
celona, el 24 de abril de 1903).
a dar con la vida el testimonio de la sangre a las
tradiciones de la Patria, se asemeja a aquel Car-
VI los VII el Victorioso, que ve gemir esclavo a su
reino en Francia, y, templando el acero de su
EL CORAZÓN DE JESÚS
espada en el corazón de Juana de Arco, empren-
Consagración del Ejército carlista de el caballeroso rescate de la señora de sus pen-
Don Carlos y su Ejército eran ante todo
samientos.
católicos, y con sus actos políticos procura-
ban demostrarlo. El x6 de junio tuvo lugar
Cuando Carlos VII, cayendo de rodillas a la
en Orduña la solemne consagración del R...
y del Ejército al Sagrado Corazón de Jesús.
sombra del árbol de Guernica, y después de co-
Don Carlos y Don Juan de Borbón comul-
garon piadosamente, acompañados de los ge-
mulgar y jurar sobre los Evangelios y ante la
nerales y fuerzas que componían el cuartel
Real ; y, al salir de la iglesia, Don Juan,
Hostia consagrada que levanta el sacerdote por
con acento conmovido, vitoreó a Pío IX, y _al
Ejército católico Don Carlos VII.
encima de la muchedumbre conmovida, de los
En todas las provincias, los batallones, las
Juntas, los diputados y los pueblos se consa-
libres diputados de Vizcaya y de los nuevos cru-
graban, conforme a los deseos del Vicario de zados de la Iglesia, pronuncia el juramento solem-
Jesucristo, al Corazón Divino de nuestro Sal-
vador; piadosa devoción que propaga la Igle-
sia con tanto celo en los pueblos católicos
ne de guardar los fueros venerandos, renovando
como la más adecuada para combatir los pro-
gresos del mal en estos calamitosos tiempos
ante Cristo el pacto de honor que sellaron sus
y darle el triunfo sobre sus enemigos. mayores, aparece el rey católico cumplidor de la
(FRANCISCO HERNANDO La
:

CamPaña Carlista, c. g6). justicia, guardián del derecho, escudo de la de-


En la concisa y sencilla narración del historia- mocracia cristiana y servidor de la libertad que se
dor carlista se dibuja una escena maravillosa y un apoya en la fe arraigada en la costumbre ; se

[ 430 ] [ 431 ]

carlismo.es
D E A R 1 O

engrandece en la Historia, y, como en un trono


putándose los restos de España moribunda debió
divino, se levanta entre los cielos y los hombres
pasar ante sus ojos, juntamente con el ángel tute-
suspendido en los amorosos brazos de la Cruz.
lar de la Patria llevando, sobre sus alas el signo
Carlos VII — despidiéndose, en la tarde luc-
triunfador que Constantino había contemplado en
tuosa y tristísima de Valcarlos, de aquellos sol-
los cielos como símbolo de redención nacional y
dados heroicos que, después de prodigar el sacri-
compendio de las esperanzas que no mueren.
ficio, van serenos al destierro, traicionados, pero
Caballero andante del honor de su pueblo, ser-
no vencidos — aparece, ante la legión tebana de
vidor incondicional de la democracia cristiana.
los tiempos modernos, que le contempla al través
altiva personificación de la constancia española,
de las lágrimas que como un velo extiende la
sólo aparece delineada por completo la figura del
ternura entre los amores que la desgracia separa,
único ejemplar de rey que quedaba en Europa
semejante al vivo ejemplo y sublime encarnación
cuando, en la noble ciudad de Orduña y entre los
de la fortaleza viril de nuestra raza, que reta a la
tumultos de la batalla y los fragores de la lucha,
adversidad con el uno importa» ; y, en presencia
se consagra, con sus cruzados, al Sagrado Cora-
de los que han roto con ira sus espadas y están
zón de Jesús.
acostumbrados a mirar tranquilos a la muerte,
El amor a Dios, a la Patria y al Rey, ha sido,
siente ahora que anega el llanto sus ojos, no vaci-
en España, la fuente inexhausta de la poesía. En
la, y, con voz que resuena en la Historia, corno
el Sagrado Corazón se resumen todos los grandes
revelación de un carácter muy superior a los re-
y verdaderos amores, porque Cristo es Dios, la
bajados de su siglo, pronuncia con imperativo
Patria en donde encuentran reposo y dulcedumbre
acento aquella palabra, que debiera ser desde
las almas y el Rey de los reyes.
entonces el mote de su escudo — Volveré !
Consagrarse al Corazón de Jesús es rendir la
La visión profética de las degradaciones re-
voluntad débil del hombre a la omnipotencia de
volucionarias y el espectáculo de los partidos dis-
Dios, abdicar una soberanía efímera o pasajera,
[ 432
[ 433 ]
carlismo.es
OREAS D VÁZQUEZ MELLA. --VOL IV 28
1 D E A R 1 0
TRADICIONALISMO
como obra mudable de los hombres, por una in-
con lágrimas el Crucifijo, y sintieron las amargas
mortal, que baja de los cielos para circundar con
tribulaciones de la vida terrenal, y fueron devora-
la aureola de la majestad la frente de los elegidos,
das por la nostalgia de la patria que empieza
que la Historia designa y la justicia confirma.
cuando la existencia acaba, todas para trepar por
Todas las grandes almas que forman en el
la áspera vertiente de la montaña y llegar, por el
transcurso de las centurias cristianas la aristocra-
camino de los amores, a la cima donde resplan-
cia de los corazones, se han sentido abrasadas por
decen divinas auroras, han vuelto la espalda al
esa llama divina del amor que no acaba, y que, si
mundo, o, firmes con las austeridades de una pe-
consume y mata las impurezas del apetito rebel-
nitencia mensajera de la gracia, han atravesado,
de, enardece la voluntad con tan sublimes anhe-
como San Bernardo, las orillas del lago Constan-
los que, no encontrando satisfacción cumplida en
za, sumergidos en pensamientos de tan brillante
las cosas de la tierra, sale de las fronteras del
hermosura que no reparaban en las aguas, la fron-
tiempo y se dilata por los horizontes infinitos de
da de los bosques y las rojas tintas de la tarde,
la eternidad, donde brilla sin nubes ni celajes,
que todo resultaba pálido y sin brillo ante el mun-
perenne en el cenit de su resplandor, el sol que
do ideal que albergaba su mente como una sombra
todo lo alumbra con la irradiación de la verdad. del Eterno.
San Buenaventura, Isabel de Hungría, Fran-
Pero sentir estos amores, no en el ángulo mis-
cisco de Asís, Inés de Bohemia, San Juan de la
terioso de la abadía, ni en la ermita perdida en
Cruz, Clara de Asís, San Vicente de Paúl, Santa
las soledades de desiertos montañosos, ni en las
Teresa, María Alacoque... todas las almas privi-
arcadas gigantescas veladas por la luz tenue que
legiadas que forman como la cumbre luminosa
filtran los vidrios de colores de nuestras soberbias
del espíritu humano, aquellas que se han levan-
Catedrales, sino entre las agitaciones de las bata-
tado más de la tierra y se han acercado más al
llas, al frente de los soldados de la Revolución,
cielo, las que se abrazaron con la cruz, y bañaron
en medio del siglo que aprisiona los corazones en
[ 434 1
[ 435
carlismo.es
TRADICIONALISMO
E A R I O
ma de la victoria, que flotará triunfador, saludado
la cárcel de hielo de todos los egoísmos, es sin por las aclamaciones de los leales y los sollozos
duda una señal de predestinación al triunfo, un de los oprimidos y los despojados, sobre los es-
signo tal de grandeza cristiana, que, para encon- combros humeantes que acumule la catástrofe
trar algo semejante, hay que retroceder a los que ya se aproxima como castigo providencial
tiempos de Godofredo y de Ricardo, y contem- de todas las apostasías sociales.
plar, en los arenales de la Siria o. bajo el sol de
(Artículo publicado en El Correo
Palestina, a los cruzados de los tiempos medio- E s p año! , en 23 de junio de 1911).
evales como unos predecesores del ejército que
bien pudiera llamarse, en el siglo XIX, la ((Orden
militar del Sagrado Corazón de Jesús».
Hermosa es la figura de Carlos VII en Lacar',
en Guernica, en Villafranca y en Valcarlos ; pero
en Orduña es tan grande, que San Bernardo y
San Luis debieron de inclinarse desde los cielos
para contemplar satisfechos la fe de su descen-
diente el Rey cruzado, que llevaba sobre su pecho
la más preciada de sus insignias, la imagen del
Sagrado Corazón, y que, en el momento en que
el puñal anarquista se clava en el pecho de los
que ahora son ya obstáculos para la Revolución
y antes fueron sus maestros y sus símbolos, le-
vantaba más la bandera de las tradiciones patrias
y del derecho cristiano, para que vean en ella los
pueblos el «palladium» de la libertad, el emble-
[ 437 ]
[ 436
carlismo.es
VATICINIOS

carlismo.es
VATICINIOS

VATICINIOS CUMPLIDOS

Antes de la guerra

He aqui varios párrafos de discursos del señor


Mella :
«Esa paz que se va a celebrar en Londres,
¿ no es verdad que, por todas las señales, no pa-
rece más que un alto en la guerra y una prepa-
ración para atacarse con más furia ?
»Esos empréstitos que se multiplican, esos
ejércitos que avanzan, con aprestos formidables,
a encontrarse en las fronteras, ¿no parece que
están señalando una hora apocalíptica de la His-
toria, en que van a cambiar de su asiento las na-

[ 441 1
carlismo.es
A o V AT ICINIOS

ciones y en que, a las batallas sangrientas en los la Revolución está en acecho, esperando la hora
campos, sigan las batallas sociales en las ciu- de la catástrofe, para dividir y ensangrentar a los
dades ?» pueblos».
(Del discurso pronunciado en (De un discurso parlamentario
diciembre de 1912, al discutir- pronunciado en julio de 1916).
se el Tratado francoespañol).
Las consecuencias económicas en la Post-guerra.
Durante la guerra. — La revolución — La bancarrota de los Estados
después de la guerra
La cuestión social es producida, principalmen-
«Yo he tenido — no me jacto de ello —, no te, por un desequilibrio en la forma de la propie-
la dicha, sino la tristeza, de anunciar por tres dad, que ahora es, en su mayor parte, individua-
veces aquí la conflagración actual, señalando lista, cuando antes era, principalmente, corpora-
hasta el punto en donde empezaría el choque, tiva ; y entre la propiedad territorial y la propie-
diciendo que el Imperio austriaco lucharía con dad mueble, y entre la riqueza real y la ficticia
un pueblo eslavo, y que una cordillera de huesos del papel y la fundada en el abuso del crédito ;
humanos blanquearía el suelo de Europa, desde entre la agricultura propiamente dicha, y el in-
el Danubio hasta el Sena. Yo, que os anuncié en dustrialismo exagerado, que no guarda proporción
mayo lo que había de suceder en agosto, me atre- con ella, cuando es la fuente de las subsistencias
vo a asegurar que, después que la guerra acabe y que miden el salario real del obrero.
antes de la guerra terrible, después de la lucha El fracaso de la riqueza artificial con los enor-
sangrienta en todos los frentes, vendrá una guerra mes cortes de cuentas que seguirán a la guerra
más cruel y más desesperada, que será la batalla europea, porque no podrán realizarse las indem-
social en las ciudades y en los campos. nizaciones monetarias, y tendrán que ser territo-
»Vendrá la hora de las revoluciones, porque riales, con todas las consecuencias que eso lleva

[442 ]
[ 443

carlismo.es
VATICINIOS
consigo, perturbarán los Estados, y, agotados los
medios económicos y alterada la proporción entre De- Maistre conoce a Rusia en el período de su
la producción y el consumo, lucharán unas clases grandeza, y, al fijar en ella su mirada profunda,
contra otras. Cuando los ejércitos depongan las ve, en los elementos heterogéneos que la forman,
armas y el trabajo y el capital quieran recobrar su un germen de anarquía que produce grande in-
nivel, la cuestión social estallará más pavorosa quietud en su ánimo.
que nunca en el mundo ; y aun a los Estados que Pocas páginas antes saludaba una gran unidad
permanezcan neutrales han de llegar consecuen- que se acercaba ; y, al mirar la ión avan-
irrelig
cias, y es preciso estar preparados para esa con- zando sobre Europa, preguntaba, lleno de triste-
tingencia. za : «¿ Os parece que semejante estado de cosas
(De un discurso pronunciado,
pueda durar, y que esta vasta apostasía no sea, a
en abril de 1917, en el Tea- la vez, causa y presagio de un memorable fallo ?»
tro Campoamor, de Oviedo). El insigne embajador se despide, con ternu-
ra, de sus interlocutores, el senador y el caballero
en cuyos labios puso objeciones y pensamientos
II del libro preñado de ideas geniales, muchas veces
vestidas de paradojas por una pluma que, con fre-
PRESENTIMIENTOS Y CONSEJOS DE UN VIDENTE cuencia, se trocaba en buril y también en látigo y
hierro candente.
En las famosas «Veladas de San Petersburgo», De Maistre ve en el pueblo ruso elementos an-
y en el epílogo preparado para terminarlas, hay tagónicos que una fe religiosa, mutilada y corrom-
una página de psicología rusa que -no se puede pida, no puede unificar ; y advierte, como rasgo
leer, ahora que tantos sucesos la comentan y es- de su psicología colectiva, contra la creencia de
clarecen, sin experimentar honda emoción. los escritores superficiales, no el apego a la tra-
dición, sino el afán inmoderado de novedad, y
[ 444
[ 445
carlismo.es
D A ATICINIOS

tiembla al pensar lo que sucederá cuando el es- tos nuevos, los descontenta de los que poseéis?
píritu revolucionario, «la llama que arde en toda No habitáis con gusto sino en la casa que acabáis
Europa», le prenda fuego. de comprar. Desde las leyes hasta la moda, todo
A la visión clara del pueblo y a los temores se halla sometido a la infatigable rueda de nues-
por su porvenir, siguen los consejos elocuentes, tros cambios. Sin embargo, contemplad las nacio-
que tienen algo de despedida a la esperanza ; pues nes que cubren el globo : precisamente el sistema
De Maistre parece adivinar que no serán segui- contrario es el que les ha conducido a la grande-
dos, y que la «llama», prendiendo en el espíritu za. El tenaz inglés os lo prueba : aun se glorían
de novedad, consumirá los restos de una tradición sus soberanos de llevar los títulos que recibieron
incompleta, sin fuerzas para guiar a un pueblo de los Pontífices ; la espada que tenían en su
que se desboca. propia mano marcha todavía delante de ellos, el
He aquí sus palabras : día de su consagración ; por manera que nada
«¿ Qué vais a hacer, en medio del quebranto habrá que cambiar en lo por venir. Se lee en sus
general de los espíritus, y cómo se unirán tantos almanaques el nombre del «Confesor de la corte» ;
elementos diversos que un corto espacio de tiem- tan difícil es desprenderse de sus antiguas insti-
po ha reunido entre vosotros ? La fe ciega, las tuciones ! En fin, ¿ qué pueblo la supera en forta-
groseras ceremonias, las doctrinas filosóficas, el leza, en unidad, en gloria nacional? ¿Queréis ser
iluminismo, el espíritu de libertad, la obediencia tan grandes como sois poderosos? Seguid estos
pasiva, el isbah y el palacio, los refinamientos del ejemplos : contradecid sin cesar ese espíritu de
lujo y las groserías de la barbarie, ¿en qué ven- novedades y de cambio hasta en las cosas más
drán a parar tantos elementos discordantes, pues- pequeñas ; dejad que cuelguen en las paredes las
tos en movimiento por ese deseo de novedades, ahumadas tapicerías de vuestros abuelos ; cargad
que acaso forma el rasgo más notable de vuestro vuestras mesas con sus pesadas alhajas de plata.
carácter, y que, dirigiéndoos sin cesar hacia obje- Decís : «Mi padre ha muerto en esta casa, es

446
carlismo.es
menester venderla». Decid, al contrario: «Ha sin impaciencia ; pensad en que no os sucede
muerto ; luego no puedo venderla». sino lo que ha sucedido a todas las demás na-
»Colocad sobre vuestra puerta armas de bron- ciones. Vuestros hombres de armas y vuestros
ce, y que la décima generación pise todavía el suelo hombres de Estado, los que os han hecho lo que
que ha visto pasar las cenizas de los ascendientes. sois, han precedido entre vosotros, como en otras
Dejad a un lado las planchas, los clavos y esa partes, a la era de la ciencia. Gallitzin, verdadero
innoble pasta. Dios os ha hecho señores del hierro ministro ruso de verdadero emperador ruso ; Dol-
y del granito ; usad de sus donativos, y no edifi- gorouky, que sabía proveer al León sin envilecer-
quéis sino para la eternidad. Se buscan monu- lo ; Strogonoff, que puso la Siberia en poder de
mentos entre vosotros, y se diría que los despre- vuestros señores ; los Romanoff, los Repnin, los
ciáis. Diréis acaso que sois jóvenes ; pero pensad Sowarow, los Soltikoff, que han levantado hasta
que las pirámides de Egipto también fueron las nubes las glorias de vuestras armas, no perte
modernas. necían a ninguna Academia; vale más no tenerla,
»No hacéis nada en favor del tiempo : ¿ qué que llenarla de extranjeros; si ha de llegar vuestra
queréis que haga el tiempo por vosotros? En época, ella vendrá naturalmente, y sin esfuerzo.
cuanto a las ciencias, ellas vendrán si quieren : »Arde la llama en toda Europa : si sois com-
¿ habéis sido hechos para ellas ? Eso ya se verá ; bustibles, se apoderará de vosotros. Entre tanto,
en todo caso, ¿ qué os importa ? Los romanos, tan la gloria romana os espera en las letras.
grandes en la literatura, no entendían nada de »Nada valen mis votos ; pero mientras pise
las ciencias propiamente dichas, y, sin embargo, esta desgraciada tierra, no dejaré de hacerlos en
han hecho en el mundo un papel decente. Como vuestro favor».
ellos, y como todas las naciones del mundo. co-
menzáis por la poesía ; vuestra hermosa lengua Al contemplar, a más de un siglo de distancia,
se presta a todo. Dejad sazonar vuestros talentos ó temores del Conde de De Maistre ; al ver de

[449
[ 448 ]

carlismo.es
OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA. ^- VOL IV 29
cerca la tremenda unidad que él contemplaba de
lejos, al sentir el calor de la llama que ya ardía
en Europa, basta confrontar la página del viden-
te con las escritas por Lenín. y Zinowieff en su
estudio sobre el socialismo y la guerra, para que
se comprenda que el «memorable fallo» que iba
a provocar la «vasta apostasía» está pendiente
sobre nosotros.
El bolcheviquismo se desborda. Los Estados
eslavos independientes pactan ; Polonia vacila ;
Austria tiembla ; el Japón retrocede ; Inglaterra VÍNCULOS SOCIALES
está llena de angustias ; y, desde el Báltico al
Mar Negro, y desde el Cáucaso a la India y el
interior de China, la bandera roja, como una llama
que anuncia el incendio universal, se agita en el
horizonte.
Todos los peligros : el rojo, el amarillo y el
musulmán, se juntan como ríos que van a parar
al mismo océano.
Y el trono de los Zares está ocupado por la
gigantesca dictadura de un judío : de Trozky.
Es el «fallo formidable» que se acerca sobre
la «vasta apostasía de Europa» !
(Artículo publicado en El Pensamien-
to Español, a 5 de febrero de 192o).
[ 450 1
carlismo.es
1.■
VÍNCULOS SOCIALES

TEORÍA DE LAS NECESIDADES. - FUNDAMENTO


DE LA SOCIEDAD Y DE LAS CLASES. - LA CO-
OPERACIÓN Y SUS CLASIFICACIONES

¿ Cuáles son los vínculos sociales ?


El vínculo religioso, el vínculo moral, el
vínculo jurídico y después el que marca el interés
económico, y la coacción. Pero la coacción, si no
representa un principio, si no tiene detrás de sí
más que un interés, es cosa frágil y quebradiza ;
y el interés es siempre divergente, porque cada
pasión tiene el suyo ; y es necesario que haya una
norma y una fórmula jurídi ca sobre
él. 1Pero la
norma, el derecho, si no existe antes el deber mo-
ral a que está subordinado, es una palabra vana;
y el deber moral, si no existieran esas relaciones
de dependencia y de finalidad, no tendría punto
de apoyo. Por esa razón, de esas relaciones nacen

[ 453 ]

carlismo.es
. . .

E A R I 0 VÍNCULOS SOCIALES
todos los vínculos sociales, y a todos ellos alcanza cada facultad tiene la suya ; las hay materiales,
hoy la cuestión social. morales, intelectuales; son, por lo tanto, diversas,
Hay un hecho que tiene caracteres de ley, que y son, además, jerárquicas. Esas necesidades
completa y confirma las relaciones esenciales, ex- tienen una ley que las rige y que cualquiera puede
plicando el origen y naturaleza de la sociedad y observar : la desproporción que existe entre la ne-
de las personas sociales. cesidad que experimentamos y el medio de satisfa-
Las relaciones esenciales eran como la parte cerla. Ningún hombre puede satisfacer con sus
estática, y las que voy a examinar, resumiendo propios esfuerzos y recursos las necesidades que
lo más posible, la dinámica. experimenta. Hay un desequilibrio, una despropor-
Esta doctrina de las necesidades se ha ex- ción entre la necesidad y los medios de remediar-
puesto también fragmentariamente y no se ha re- la. ¿ Cómo se suple ese desequilibrio? Pues si el
ducido a sistema, ni se ha examinado en todas sus hombre no tiene esos medios, tendrá que buscar-
consecuencias. No voy, tal como yo la concibo, a los en otros ; pero como están sujetos a las mismas
exponerla íntegra aquí, porque necesitaría mucho necesidades y las necesidades sumadas no se re-
tiempo ; pero sí quiero fijar las leyes principales, median, hay que acudir a la cooperación, que
que después tendrán muchas aplicaciones con- multiplica los recursos ; y de ahí vendrá la ley
cretas. del mutuo auxilio o de la cooperación, por la cual
¿Qué es la necesidad? La necesidad es la ca- damos lo que podemos y recibimos de los demás
rencia de algo que nos es indispensable o conve- lo que nosotros no tenemos.
niente. El Ser absoluto, el que llamamos precisa- Pero esa ley de cooperación universal, que ex-
mente necesario, no tiene necesidades ; tenerlas plica la sociedad, no puede satisfacer más que
es condición del ser finito. El ser que se basta a necesidades comunes primarias, no puede satisfa-
sí mismo, no las tiene ; y el que no se basta a sí cerlas todas ; y esto por tres motivos porque hay
mismo, las posee. Las necesidades son múltiples, necesidades diversas, porque las necesidades arti-

E 454 455 1

carlismo.es
D E A R I O VÍNCULOS SOCIALES
ficiales crecen continuamente, y porque las ne- la familia hasta la Iglesia, que es necesaria en el
cesidades están sujetas a una ley de descentraliza- orden sobrenatural, como la familia en el orden
ción. No se experimentan todas en un punto, sino natural, con todas las instituciones que de ella se
en puntos diferentes ; y aun las primarias se mo- derivan y todas las asociaciones que forman los
difican, sufren cambios por la índole del tiempo, hombres. Y aquí veréis que, si la institución o la
del lugar y la persona. Por está razón esa ley de persona social, como ahora se dice, se origina de
cooperación universal tiene que concretarse, tiene una necesidad y tiene por fin el satisfacerla, en
que limitarse ; y entonces, como esas necesidades esa relación estará el fundamento de todas esas
son permanentes, no basta una aglomeración personas colectivas ; su necesidad es su origen ;
momentánea, circunstancial, para remediarlas : su fin el satisfacerla ; ese fin supone medios pro-
como la permanencia que en sí tienen, debe ser porcionados ; esos medios suponen una norma ;
el vínculo de la cooperación concretado para re- esa norma supone una autoridad ; esa autoridad
mediarlas. Y de aquí esta ley que la sociología supone personas en quienes se concrete, porque
moderna ha olvidado y que es fundamentalísima : una autoridad no puede obrar siendo nada más
Toda institución, que es un medio permanente, que abstracta. Si se niega un solo elemerito, el fin,
tiene su origen en una necesidad y tiene mi fin los medios, la norma, la autoridad, las personas
inmediato : el satisfacerla. Y al decir que tiene en que se concentra, se habrá negado la persona
ese origen, como la necesidad es privación, es social. Y esa persona social existirá sin necesidad
carencia, es pasiva, no es más que una forma in- de acudir a aquellas vanas teorías con que, des-
directa, no una causa eficiente de ella ; pero como pués de haberla negado en nombre de otra per-
toda necesidad .va acompañada del impulso que sona más extensa, como el Estado, se ha tratado
mueve a remediarla, en este sentido digo que de buscar la raíz de ella hasta en patrimonios que
toda necesidad es la causa de una institución, sin no tienen persona.
que haya una sola que se exima de esta ley, desde Las personas individuales y sociales, cuando

[ 456 I [ 457

carlismo.es
E A R 1 0 VÍNCULOS SOCIALES

conspiran hacia un mismo fin y objeto, forman si al interés docente le representan las Universida-
categorías, que es a lo que llamamos clases ; y de des, las Corporaciones científicas, la ciencia, el
esta teoría de las necesidades surge lógicamente arte, y al interés moral el Clero, podéis poner
la teoría de las clases. Al hablar de las clases, no también, como en toda sociedad que no se impro-
me refiero a la clasificación antigua, que respon- visa, la superioridad social, ya de los méritos he-
día a una clasificación histórica, antes más con- redados, ya de los méritos propios, como la virtud
forme con la realidad que hoy : la de aristocracia, y el talento ; y tendréis, con el interés de la defen-
clase media y pueblo. La clase media, por ejem- sa que forma el Ejército, el cuadro completo de
plo, de la que hablamos tanto, no tiene líneas las clases.
fijas, determinadas, porque es como una escalera (Del discurso pronunciado
en el Teatro del Centro,
doble que recibe a todos los que caen, a todos los el día 24 de abril de 192o).
que bajan, y recoge a todos los que suben ; y,
como ella está sujeta a ese doble ascenso y des-
censo, resulta que, al cabo de algún tiempo, no
quedan fijos más que los peldaños (Risas). No,
cuando hablo de las clases sociales, me refiero a
aquellas categorías de actividad social que esta-
blecen los fines permanentes ; y no tenemos más
que ver los intereses colectivos de un pueblo para
saber cuáles son.
Hay un interés religioso y moral, hay un inte-
rés intelectual, hay un interés material ; y si a
éste le representan la agricultura, la industria y
el comercio, para seguir la clasificación antigua ;

[ 458 ] 11 459 ]

carlismo.es
carlismo.es
ÍNDICE
Págs.
Prólogo, por D. A. Goicoechea . .. ... . xi

PARLAMENTARISMO

I.Patriotismo parlamentario
II.El Parlamento y el régimen representativo .
III.La ruina del parlamentarismo. Crítica de los
partidos y de los grupos. — Imposibilidad de
restaurar los antiguos partidos turnantes. —
Las jefaturas entre conservadores y liberales. 15
IV. Una entrevista con Azorín 22
V. Después de las elecciones 27
VI. Legitimidad o legalidad de los partidos parlamen-
tarios 35

PATRIA

I. Estudio sobre la Patria 47


II. Apoteosis de la Patria 78
III. La bandera española 81
IV. Un brindis . . . . ..... , 87

PODER CIVIL Y ECLESIÁSTICO

I. Ave, César 101


Mitras y coronas 113
Discusiones entre Mons. Aff e y Luis Felipe 116

[ 463 1
carlismo.es
I. El silogismo de la impiedad
II. La enseñanza de la Religión
Monismo, agnosticismo, ateísmo. — Conse-
cuencias de éste. — Síntesis apologética.
— Las seis relaciones del hombre con
Errores de dos escuelas. La clasificación de la
Dios
propiedad 145
Como la religión formó el álma de España,
su enseñanza debe ser obligatoria, porque
REFORMA ningún ciudadano tiene derecho a ignorar
a su pueblo. — Cómo los secularizadores
I. El vendaval de la Reforma. — El Olimpo y el niegan la libertad y después la piden ab-
Calvario 155 soluta 224
II. La Cruz programa de una vida. — Los católi- III. El Rey de reyes
cos que luchan 157

REPÚBLICA
REGIONALISMO
El republicanismo y la Monarquía parlamentaria . . 235
I. Su fundamento histórico 161
II. Regionalismo y tradición 167
III. Regionalismos diferentes. — Las atribuciones REVELACIONES HISTÓRICAS
del Estado 175
Formación de la nación 181
La unidad de la Historia 184
Defensores del regionalismo 186
IV. La Constitución Catalana 191 EL SALARIO
Lenguaje de los antiguos respecto a Cataluña 194
V. La Junta de Defensa y el regionalismo . . 197 El desequilibrio entre las formas de riqueza. — La
VI. Cómo todas las regiones han cooperado a la his- distribución de la población. — Relación entre el
toria común de España. Definición de la salario industrial y el agrícola 253
región, deducida de la Historia 202
[ 465 I
[ 464 I OBRAS DE VÁZQUEZ MELLA- VOI. IV 30
carlismo.es
N
N E
Págs.

SÁTIRA La cuestión agraria. — Las tres clases de latifundios


Págs. y la legislación uniformista 316
I. Catón 261 La cuestión industrial. — Crítica del accionariado.
IL Más, más... 265 Indicación de otro procedimiento 321
Forlimpón 265
III. De arriba 269 SOCIOLOGÍA

Los neosindicalistas 333


SECULARIZACIÓN Individualismo y socialismo 337
Cómo el individualismo engendró el socialis-
I. La secularización 275 mo, con el concepto abstracto del indivi-
II. Secularizar es «animalizar» 283 duo y la destrucción del régimen corpora-
ElmundocDisy .—Imagend tivo de la soberanía social absorbida en
la agonía del sabio 284 el Estado omnipotente 337
El individualismo, al negar la propiedad co-
lectiva, atacó la individualidad que quería
SEPARATISMO salvar, y fué la segunda causa del so-,
cialismo 342
I. El regionalismo desde el punto de vista de la Tercera causa del socialismo. — La desamor-
nación. — El falseamiento del método para es- tización liberal, que provoca la comunista 344
tudiar la Historia es el origen del separatismo. 291 La sopa social 350
II. Incompatibilidad del parlamentarismo y el regio- La cuestión social 353
nalismo. — Crítica del separatismo bizcaytarra El trabajo libre 357
y del Estatuto de la Liga catalanista. . . . 296 Trilogía de los poderes sociales 360
La palabra, la Prensa y la Banca. — Los de-
beres de caridad de la riqueza con el hom-
SOCIALISMO AGRARIO bre completo 360

Crítica del socialismo agrario. — En toda producción, TEOLOGÍA


la sustancia es improducida. — Refutacióh cientí-
fica de la teoría de la renta 309 Comunicación de Dios consigo mismo 367
Anécdota emocionante 367
[ 466 ]
[ 467 ]
carlismo.es
N D. D 1 C E
Págs. Págs.
El deístno no conoce al verdadero Dios. — El paño progreso. — La mujer, centro del hogar, es-
de la esperanza simbolizado en el Mártir del peranza de restauración patria. — Saludo a
Gógota . . . . ......... 370 las damas. — Dulcinea en la montaña. 411
III. Absolutismo 416
No somos absolutistas 416
TRABAJO INTEGRAL La restauración no puede venir sino después
de la anarquía 417
I. Teoría del trabajo integral. —. El trabajo de Aceptemos el progreso que acompaña a la
transformación. El de protección y el de verdad 420
perfección 375 IV. Los mártires 422
Trabajó material, técnico y científico . 376 V. Al combate 425
Trabajo de protección 378 Exordio 425
II. Corolario del trabajo integral 382 VI. El Corazón de Jesús 430
El derecho de la remuneración cambiable. 382 Consagración del Ejército carlista . 430
Fundamento general de la propiedad. — Cómo
de él se deducen sus límites y una nueva
forma de Sindicato : el integral . . . . 384 VATICINIOS
III. Tres consecuencias del trabajo integral. — El
fundamento general de todas las formas de la. I. Vaticinios cumplidos 441
propiedad. . . . 389 Antes de la guerra 441
Durante la guerra. — La revolución después
de la guerra 442
TRABAJO ÚNICO Las consecuencias económicas en la Post-
guerra. — La bancarrota de los Estados. 443
El trabajo único y los principios de la escuela liberal 11. Presentimientos y consejos de un vidente . . . 444
individualista 397

VÍNCULOS SOCIALES
TRADICIONALISMO
Teoría de las necesidades. Fundamento de la so-
I. Lo que es la Tradición 405 ciedad y de las clases. La cooperación y sus
11. Sin la Tradición no hay patria ni es posible el clasificaciones 453

[ 468 ] [ 469

carlismo.es
LA PRIMERA EDICIÓN DE ESTA OBRA SE
ACABÓ DE IMPRIMIR EN LOS «TALLERES
SUBIRANA» EL DÍA 3 DE OCTUBRE,
VÍSPERA DE LA FIESTA DE
SAN FRANCISCO DE ASÍS,
AÑO DE N. S. J. C.
DE MCMXXXI

carlismo.es

También podría gustarte