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La daza del chínelo

Samano Mendoza Libni Madai


2-E Ofimática

La danza de los chínelos se remonta al año de 1807 en el pueblo


morelense de Tlayacapan. La versión más difundida sobre su origen
hace referencia a las rencillas que existían entre españoles e
indígenas por la exclusión de estos últimos en la festividad de
Carnaval.
La historia del chínelo procede con el huehuenche, el personaje
principal en los carnavales del centro de México, surgido desde finales
del siglo XVII, en celebraciones de los pueblos de tradición náhuatl a
lo largo del territorio novohispano. En el siglo XIX, diversas identidades
regionales aportaron elementos culturales propios. La historia del
Chínelo es una expresión de la cultura campesina vinculada a las
haciendas tal como lo son otras danzas como los arrieros, vaqueros,
tecuanes, tlacololeros, etc.
De las prendas usadas entonces surgió "huehuetzin", palabra náhuatl
que significa "persona que se viste de ropas viejas". La vestimenta
evolucionó para representar a los españoles añadiendo barbas a las
máscaras y apareció el nombre de chínelo de la palabra náhuatl
Tzineloa, que quiere decir meneo de cadera.
Los chínelos, un rostro muy propio de todas las fiestas morelenses. Se
distinguen por sus vestidos ricamente decorados con lentejuelas y
chaquira de colores, así como por su sombrero en forma de cono
totalmente bordado y adornado con perlas de fantasía; dejando en
manifiesto su ascendencia árabe - española. Existen diferentes
opiniones con respecto al origen del chínelo se cree que Tlayacapan
es la cuna del disfraz y de la música. Posteriormente esta tradición se
extendió a otros pueblos como el de Tepoztlán y Yautepec. Chínelo se
deriva de la palabra náhuatl que significa disfrazado.

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Se dice que su origen se remonta aproximadamente al año de 1870,
cuando un grupo de jóvenes observaba que los españoles se reunían
para comer y beber sin medida justo antes de iniciarse la cuaresma. Al
no poder reunirse con ellos decidieron divertirse por su cuenta. Al son
de botes viejos, gritos y silbidos gritaron por las calles tapándose la
cara con un pañuelo y vestidos con ropa fea y vieja, de esta manera
se ganaron el nombre de huehuenchis.
Tradicionalmente, a partir de entonces participan en esta fiesta
mujeres, niños y ancianos, que la celebran al iniciarse la cuaresma de
cada año, la fiesta inicia el domingo y finaliza el miércoles de ceniza;
desde luego la verdadera fiesta es el día anterior al miércoles de
ceniza.
Durante los primeros años no existían sones para el baile,
acompañaban el brinco silbando. No es sino hasta 1872 que se
organiza la primera banda de música integrada con dos violines y una
tambora. Posteriormente se integró una banda de música muy famosa
conocida por la banda de Los Alarcones. Actualmente la banda de
música de Tlayacapan es una de las instituciones culturales más
importantes del estado ya que es la única que cuenta en su archivo
desde el año 1872.
Con el paso del tiempo el chínelo cambia el pañuelo por una máscara
con barba encorvada hacia arriba, bigotes exagerados, el batón
representa un traje de mujer, esta era una manera de burlarse y
ridiculizar al español ya que los nativos eran maltratados, humillados y
explotados por ellos. El sombrero se bordaba con dibujos de chaquira
y canutillo, de preferencia con motivos aztecas como águilas,
caballeros águilas, grecas, calendarios, flores, macetas y mariposas.
Las máscaras y las banderas de las comparsas simbolizan el espíritu
del Chínelo; sus máscaras de alambre los representa de diferentes
edades y las figuras de sus banderas hablan de la unidad de América
mestiza. En la actualidad los chínelos son probablemente los
danzantes de carnaval más conocidos en México, es en nuestra

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entidad Morelos donde existen más grupos de ellos. Constituyen una
de nuestras expresiones populares de mayor tradición ligadas a las
festividades de carnaval. Su nombre se derivó de la palabra náhuatl
“zineloquie”, que significa: disfrazado.

Estas fiestas en las comunidades mestizas sobre todo en las que


conservaron algunas de las tradiciones indígenas, tomaron un matiz
muy particular, debido a que resultaron ser una mezcla del rito con el
esparcimiento. Además, los días de carnaval de la tradición cristiana
coincidieron con los “nemontemi” o cinco días inútiles, que en el
calendario indígena también eran en febrero.
En las tardes de fiestas, incluso en algunas que no son de carnaval,
los chínelos danzan incansablemente el brinco por todo el pueblo. Van
en un grupo compacto pero cada danzante, por separado, efectúa
saltos en múltiples posturas, siguiendo el rítmico y contagioso compás
de la tambora, los platillos y los instrumentos de viento, que componen
la banda.
Su vestimenta tradicional—con la que representan evidentemente a
europeos— incluye trajes largos y sueltos de terciopelo, una capa
bordada con diferentes motivos, a menudo en lentejuela, y fantásticos
tocados adornados con toda clase de pedrería, lentejuela y plumas de
aves. Además usan máscaras de grandes cejas, barba puntiaguda y
bigotes. A su paso por las calles de los pueblos morelenses, con su
ritmo alegre y acompasado, contagian su alegría a los espectadores
que suelen unirse a su bullicioso grupo.
Dependiendo del lugar en donde se haga el chínelo el taje va variando
como los que les mostrare a continuación:
TEPOZTLAN: El traje es negro y bordeado con planes blancos y
marabú aterciopeladas del mismo color es su sombrero y es adornado
con imágenes de historias indígenas con chaquira con alto detalle y
calidad, chaquiron y cantillo, así como volantón al óleo en la parte
trasera, se le ha denominado traje por su elegancia como el que se
muestra en la foto 1.

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YAUTEPEC: Es un traje tradicional rico en colores, bordado en
chaquira, chaquiron y lentejuelas, usualmente son de exhibición ya
que sólo el danzante puede portar lo breve tiempo por su gran peso y
son las más llamativas por su gran decorado como se muestra en la
foto 2.
TLAYACAPAN: Consta de un vestido largo de color blanco con unas
franjas azules de terciopelo que bordean tanto la falda como las
mangas y el cuello, complementando el atuendo con una máscara de
mejillas rosadas y una larga y picuda barba; lo corona al disfraz un
sombrero alto a manera de como invertido con todo y plumas. Esta
vestimenta a pesar de los años aún conserva su originalidad sin
ninguna modificación como se muestra en la foto 3.
En mi opinión los chínelos son muy atractivos a la vista y son muy
alegres la verdad me gusta mucho su vestimenta y no le cambiaría
nada ya que cada traje tiene su historia y se representa de muchas
maneras al Gual que la danza que representan aunque desde los
tiempos de antes ha cambiado demasiado la forma en la que ahora es
la vestimenta.

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F.2

F.3

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