El peluquero Hugo Bayo rememora su vida, desde su infancia en un barrio
madrileño, en el seno de una familia de clase media-baja. Cuando se entera de que su madre tiene un secreto, pues mantiene una relación con un amante, a espaldas de su progenitor, decide chantajearla. También a su padre, cuando descubre que parte de sus ingresos proceden de dudosos chanchullos. Cuando logra sacarles dinero, deja los estudios.
Luego entra al servicio militar, donde aprende el arte de la peluquería, aunque la
ve como una maldición, ya como peluquero y genio incomprendido, les cuenta a sus clientes la historia de muchas andanzas, desde su adolescencia hasta el momento actual, como, en su afán estudió nuevamente para ser maestro, también dueño de una cerrajería o una ferretería, ya al filo de los 40 sigue buscándole un sentido a la vida, aunque nunca se lo ha encontrado. Así, el final de la novela queda abierto, no hay lugar para la esperanza en la desolación de Hugo, solo espera encontrar un lugar en el mundo que lo reconcilie finalmente consigo mismo y con los demás.