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Lucas 7, 11-17: ¡Joven, A Ti Te Lo Digo, Levántate!

Tema A ti te digo levántate


Historia: joven a ti te digo levantate
Texto: levantate y resplandece
Himno Hoy me levanto en el nombre de jesus
Nadie puede hacer
Renacer
El espíritu de Dios esta aquí

Todo entierro es triste pero este era de los más tristes. Perdió a su marido, a su hijo
único y su esperanza. Era desesperante. Esa multitud prueba que era muy amada. (v.
12). No pudieron hacer nada. Pasado triste, presente amargo (hijo), futuro sin
esperanza. Nuestra condición espiritualmente es esta: (Efesios 2:2, 3, 12).

 Un episodio que sólo Lucas nos cuenta y que presenta un paralelo sorprendente con el episodio
en que Elías resucita al hijo de la viuda de Sarepta (1Rey17).

Jesús se dirigió a una ciudad llamada Naím, acompañado de sus discípulos y de una gran
multitud.
Justamente cuando se acercaba a la puerta de la ciudad, llevaban a enterrar al hijo único de
una mujer viuda, y mucha gente del lugar la acompañaba. Al verla, el Señor se conmovió y le
dijo: “No llores”. Después se acercó y tocó el féretro. Los que lo llevaban se detuvieron y Jesús
dijo: “Joven, yo te lo ordeno, levántate”. El muerto se incorporó y empezó a hablar. Y Jesús se
lo entregó a su madre. Todos quedaron sobrecogidos de temor y alababan a Dios, diciendo:
“Un gran profeta ha aparecido en medio de nosotros y Dios ha visitado a su Pueblo”. El rumor
de lo que Jesús acababa de hacer se difundió por toda la Judea y en toda la región vecina.

Hay gente que solo son parte de la multitud (ellos creen en todo lo que esta pasando pero solo
son parte de esa multitud y no aceptan ninguna responsabilidad.

La muerte es siempre dolorosa e incomprensible. Marca una separación, una distancia, que
nos resulta insoportable. Se nos rompen las entrañas de puro dolor. Siempre es así. Pero la
muerte de un joven es más dolorosa si cabe. Es una vida truncada sin haber conseguido sus
objetivos mínimos, sin haber tenido la oportunidad de llegar a su plenitud. Podemos
comprender entonces un poco el dolor de la madre. Jesús se compadece de una madre que
acompaña a su hijo muerto, su acción milagrosa es decirle a quien está postrado: Levántate. El
muchacho sin más, se incorpora y comienza hablar. Así, el Evangelio trae un mensaje para los
que sufren como la viuda de Naín. Una sola palabra: “Levántate”, es la que nos hace falta para
volver a la vida, es la que pronuncia Jesús en el Evangelio. A veces, sólo basta esa sola palabra
para incorporarnos a la vida. Jesús nos invita a levantarnos de la esclavitud de la muerte.
Levántate de la soledad, del hambre, de la desnudez, del peligro, del mal, en fin, de todo
aquello que te quita la vida; por eso nos dice claramente: Levántate y vive.
Fue la compasión lo que llevó a Jesús a resucitar el hijo de la viuda.

Juan 11:25 Le dijo Jesús: Yo soy la resurrección y la vida; el


que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá

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