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Radio Lucerna programa Num.

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Seminario Conciliar de Nuestra Señora de Ocotlán Tlaxcala 2 de marzo del 2023
Radio Huamantla 106.9 FM, Programa siguiendo a Jesús, Radio Lucerna

La misión de Jesús de Nazaret

Las circunstancias humildes de su nacimiento


Jesús nació de la virgen María en un pequeño pueblo de un rincón remoto del
mundo. Ese nacimiento humilde cumplió las esperanzas y sueños de todos nosotros. Él era
el Hijo de Dios, con conocimiento y poder infinitos, y sin embargo también era mortal y
susceptible al hambre y al dolor. Jesucristo experimentó totalmente los desafíos y las penas
de esta vida. Él nos conoce a cada uno de nosotros y nos entiende perfectamente.

Una preparación temprana


Aun cuando era jovencito, Jesús enseñaba la palabra de Dios. Cuando tenía 12 años,
enseñó en el templo y todos los que le oyeron se maravillaron de su conocimiento. Cuando
Jesús comenzó su ministerio, ayunó en el desierto 40 días, fue tentado por el diablo y lo
resistió. También fue bautizado en el río Jordán por Juan el Bautista. Aunque Jesús fue sin
pecado, aun así fue bautizado por inmersión para enseñarnos obediencia a Dios. Después
del bautismo de Jesús, Dios declaró, “Este es mi Hijo Amado, en quien me complazco".

Ministerio
Jesús sanó a los enfermos, le dio la vista a los ciegos y aun revivió a los muertos. Lo
más asombroso es que Él hizo que todos estos milagros fueran posibles. Aunque sus obras
fueron consideradas por los sacerdotes judíos como un comportamiento blasfemo, Jesús
constantemente le recordó a la gente que sus obras estaban alineadas con la voluntad de
Dios para “que el Padre sea glorificado en el Hijo” (Juan 14:13).

Jesús también es el ejemplo perfecto de amor. Durante su vida en la tierra, Jesús se


preocupó por los pobres, sanó a los enfermos (véase Lucas 17:12—19) y nunca rechazó a
los niños pequeños (véase Mateo 19:13—14). Su amor es infinito y está disponible para
cada uno de nosotros.

Jesús enseñó que debemos perdonar. Aun estando en la cruz, Jesús perdonó a la
gente que lo crucificó.

Jesús realizó milagros


Jesús sanó al enfermo, caminó sobre el agua, levantó a los muertos, calmó la
tempestad y convirtió el agua en vino. Esos milagros cumplieron profecías antiguas y
confirmaron Su divinidad. También mostraron la compasión infinita que tiene Jesús por
nosotros. Gracias a este conocimiento, podemos saber que Él es nuestro Dios y que tiene
poder sobre cada una de Sus creaciones. De esta manera, podemos tener fe en que Él podrá
llevar a cabo milagros en nuestras vidas hoy en día.

Enseñanzas divinas
Jesús fue el maestro más grande que jamás haya vivido. Frecuentemente usó
parábolas, o historias, para enseñar lecciones importantes que todavía podemos aplicar a
nuestros días.

Sus enseñanzas estaban muy por delante de su tiempo. Él nos enseñó a amar a
nuestros enemigos. Nos enseñó a perdonar. Nos enseñó a ver a las personas más allá de su
raza, edad, género o nacionalidad. Nos enseñó a amar a Dios y a nuestro prójimo. Pero más
importante, nos mostró amor en todo lo que hizo.

Jesús murió por nosotros


A lo largo de su vida, muchas personas se enojaron con Jesús porque condenaba la
hipocresía. Él enseñó principios que no eran comunes y mostró compasión hacia los
pecadores. También demostró un poder asombroso, lo cual hizo que algunos líderes civiles
y de la iglesia se sintieran amenazados por su influencia.

La noche antes de que lo mataran, Jesús se retiró al Jardín de Getsemaní para orar.
Ahí, sintió la carga de cada pecado y dolor del género humano y sufrió por cada persona
que jamás haya vivido. Después, Jesús fue traicionado, arrestado, burlado, golpeado y
crucificado. Todo esto Él lo permitió para cumplir con la voluntad de Dios. “Yo pongo mi
vida”, dijo el Señor, “para volverla a tomar. Nadie me la quita, sino que yo la pongo de mí
mismo. Tengo poder para ponerla, y tengo poder para volverla a tomar”. (Juan 10: 17-18)
Aun cuando Jesús estaba siendo crucificado por su propia gente, Él le suplicó a Dios que
tuviera misericordia de ellos.

Jesús se levantó de la tumba


Tres días después de Su muerte, Jesús se levantó de la tumba y apareció a Sus
amigos y seguidores. Gracias a que Jesús vivió otra vez, todos nosotros podremos ser
resucitados algún día. Literalmente, Él rompió las cadenas de la muerte y se levantó de la
tumba esa primera mañana de Pascua. A causa de Su sacrificio y resurrección, podemos
superar nuestros desafíos diarios con fe en nuestro Señor y Salvador Jesucristo. Podemos
saber que no hay causas perdidas, que no hay finales y que ninguno de nosotros está más
allá de su infinito poder para amar y salvar.

Seminarista. Ubaldo Jesús Espinosa López

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