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¿QUE NOS ESTÁ ENSEÑANDO ESTA PANDEMIA?

Sin lugar a dudas nos ha tocado vivir un momento histórico, tal vez sin precedentes. Un
tiempo que nos coloca frente a una situación de vulnerabilidad colectiva y global, sin
distinguir clase económica, política, social o religiosa. De cierta manera, todos nos
sentimos amenazados por un mismo virus, COVID19, el cual, en cuestión de pocos meses,
ha logrado esparcirse por todo el mundo y cambiar la vida de millones de personas. ¡De
repente todo ha cambiado! ¡Nos encontramos encerrados, sin poder realizar nuestras
tareas diarias, sin poder reunirnos, preocupados con lo que va pasar, cuando y como eso
va terminar! Pero a pesar de todo lo malo que estamos viviendo, me gustaría que
reflexionemos juntos sobre el titulo de este pequeño articulo: ¿QUE NOS ESTÁ
ENSEÑANDO ESTA PANDEMIA? ¿Habrá algo bueno en medio de tantas perdidas y
desgracias? Hasta puede parecerse contradictorio, pero este pequeño virus, que hasta es
invisible a los ojos del ser humano, ha despertado virtudes en la humanidad, que tal vez
de otra manera no sería posible.

Esta pandemia vino a evidenciar el valor del prójimo. En un mundo donde reinaba el
individualismo, la insolidaridad, la ideología de triunfar por encima de los demás, hoy se
esta replanteando esta manera de actuar. Se está entendido la importancia que tiene el
otro en mi vida y que nos necesitamos los unos a los otros, indiferentemente de la
condición económica, social, política o religiosas. ¡Hoy más que nunca estamos
entendiendo que un simple hecho de “quedarme en casa” significa que no solo me estoy
cuidando a mi, sino que también estoy cuidando a los demás! Es decir, esta pandemia nos
está diciendo que “cuando yo me cuido, también cuido a los demás y nos beneficiamos
todos.

Me vienen muchos textos bíblicos a la mente, pero creo que uno o dos son suficientes.
Cuando le cuestionaron a Jesús sobre cual mandamiento es el más importante, él
mencionó que el primero era amar a Dios, pero el segundo y no menos importante que el
primero …Amarás a tu prójimo como a ti mismo. Mateo 22. Algo importante tambien nos
dice Juan. Si alguno dice: Yo amo a Dios, y aborrece a su hermano, es mentiroso. 1 Jn 4:20.
Esta pandemia también nos esta enseñando a tener una actitud solidaria. Se esta
teniendo generalizada de cuidado a los más vulnerables de nuestra sociedad. Los que
están más expuestos a una fatalidad ante el COVID 19. ¿Será que no era ese uno de los
grandes mensajes prioritarios del ministerio Jesús? Si leemos los evangelios con atención,
lo vamos a ver rodeado de personas vulnerables, los excluidos y condenados de la
sociedad de su época. Entre tantos relatos, recordemos la historia de aquella mujer que
fue llevada a fuerza a los pies de Jesús para ser condenada. (Juan 7:53-8:11)
Probablemente si no fuera por la intervención de Jesús, aquel día sería el fin de la vida de
aquella mujer, de hecho, sin nombre, cadenada por su condición de vulnerabilidad. Jesús
fue solidario con ella, la defendió y salvó su vida. Claro, eso tuvo un precio muy alto para
Jesús, pero aún así lo hizo.

Por ultimo, esta pandemia nos esta mostrando “el valor de la vida”. Por lo general, o por
lo menos en la gran mayoría de las autoridades del mundo, hay una gran preocupación y
mucho esfuerzo por “salvar vidas”. En tiempos donde parecía cada vez menos importante
y valorado la vida, hoy se desata una lucha mundial por “salvarlas”. Sin duda se hace eco
las palabras de Jesús: “yo he venido para que tengan vida” Juan 10:10b. Jesús se presentó
como la vida misma (Juan 14:6). Definitivamente, hablar de Dios es hablar de la vida,
defender la vida y salvar vidas.

Me animo a pensar y hacerte un desafío: ¿será que como cristianos, en algún momento
de nuestra historia hemos logrado tanta unidad por una misma causa como hoy podemos
ver? ¿Hemos tenido una preocupación y actitud tan genuina de cuidado con los más
vulnerables de nuestra sociedad como hoy se esta teniendo? ¿Hemos luchado por el valor
de la vida como realmente entendemos y predicamos? No me refiero a los discursos
teológicos, revestidos de una buena retorica, detrás de un pulpito, encerrados en nuestros
templos. Me refiero a la acción practica, a tomar medidas concretas que repercute en
favor de los necesitados. Estoy pensando en los profesionales de la salud que están
arriesgando sus vidas, sacrificándose y exponiéndose cada día en una lucha contra el mal
que cruelmente ataca a la humanidad.
Me pregunto: como iglesia, ¿QUE NOS ESTÁ ENSEÑANDO ESTA PANDEMIA?...

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