Se conoce como costumbre mercantil al conjunto de prácticas que se repiten y
aplican reiteradamente por una colectividad de personas frente a un hecho o
tema determinado, que adquiere obligatoriedad por el hecho mismo de ser una norma creada para usos sociales, siempre que estas no sean contrarias a la ley y se ejecuten reiterada, pública y uniformemente. Desde hace tiempo, generalmente los individuos en la sociedad han contado con determinados hábitos en el cual alcanzan ser fundamentales para uno, sin embargo nos damos cuenta que varios comportamientos llegan a hacer adoptados y repetitivos por la mayoría de los miembros en la comunidad donde terminan siendo importantes para el derecho, como son las conductas relacionadas con el comercio. La costumbre mercantil es fuente del derecho y creadora de normas jurídicas, tiene la misma autoridad que la Ley comercial, siempre que no la contraríe manifiesta o tácitamente y que los hechos constitutivos de la misma sean públicos, uniformes y reiterados en el lugar donde hayan de cumplirse las prestaciones o surgido las relaciones que deban regularse por ella. Para que pueda ser considerada como costumbre Mercantil debe cumplir ciertos requisitos, esos requisitos se encuentran consagrados en el artículo 3º del Código de Comercio, los cuales son: Uniformidad, reiteración, obligatoriedad, publicidad, vigencia y que no sea contraria a la ley. Quizás muchos nos preguntamos ¿tiene beneficios la costumbre mercantil?, claro que sí, se aplica con la misma validez y obligatoriedad que la ley, siempre y cuando no la contraríe y no exista acuerdo entre las partes que establezca una práctica distinta a la certificada. Contribuye a regularizar las prácticas realizadas por los comerciantes evitando conflictos futuros. No tiene ningún costo para el comerciante que la solicita. Puede valer como elemento probatorio en una controversia judicial. Esta cumple con una función normativa, interpretativa e integradora, cada una de estas es de suma importancia para la costumbre mercantil. Dentro de todo este marco, podemos mirar muchos ejemplos de costumbre mercantil, como lo son el sector asegurador, el sector farmacéutico y el inmobiliario, cabe resaltar que las personas que participan en la práctica certificada como costumbre mercantil conservan en todo momento su autonomía para pactar algo distinto, a los resultados arrojados como costumbre. Para finalizar daré dos ejemplos sencillos: En Barranquilla, es costumbre mercantil que en los contratos de compraventa de vehículos usados, el pago de los gastos de traspaso sea asumido por el comprador, y el de los impuestos que graven el vehículo, correspondientes al año en curso, sea asumido por el comprador y el vendedor, proporcionalmente al tiempo que corresponda a cada uno, de acuerdo con el número de meses del año calendario que hayan transcurrido al momento de la venta. En los establecimientos de comercio farmacéuticos de la jurisdicción de la Cámara de Comercio de Valledupar, es costumbre percatar a los clientes sobre el símbolo ® o la sigla «REG» junto al nombre de un producto, o en su etiqueta, empaque, envase o envoltura; teniendo en cuenta las consecuencias que trae el no tener registro marcario. SAHILY PALLARES - COSTUMBRE MERCANTIL