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A LOS SACERDOTES, RELIGIOSOS, RELIGIOSAS Y FIELES LAICOS

Sobre el deber de cuidado en el uso de las nuevas tecnologías de la comunicación


para la misión evangelizadora de la Iglesia.

El interés de la Iglesia por las nuevas tecnologías de la comunicación, y en particular


por Internet, es una expresión particular de su antiguo interés por los medios de
comunicación social.1

Esta comunicación, como enseña el magisterio, es más que un ejercicio de técnica,


pues “se basa en la comunicación entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo, y en su
comunicación con nosotros”; y la realización de esta comunicación trinitaria “llega
hasta la humanidad: el Hijo es la Palabra, pronunciada eternamente por el Padre; y
en Jesucristo y por Jesucristo, Hijo y Palabra hecha carne, Dios se comunica a sí
mismo y comunica su salvación a los hombres y mujeres”.2

En este tiempo de pandemia por el Coronavirus, en el que la Iglesia ha tomado


medidas para resguardar la vida de los fieles, entre ellos el cierre de nuestros
templos y capillas, Internet se ha convertido en un aliado en la misión de estar cerca
del pueblo de Dios, y con muy buena intención su uso ha permitido transmitir las
eucaristías y otras celebraciones desde nuestras parroquias y congregaciones.

Ante este esfuerzo, los obispos del país reconocemos:

1. El uso de los diferentes medios de comunicación: radio, televisión, y muy


abundantemente de las redes sociales, para la transmisión de la Eucaristía,
horas santas y diferentes ejercicios de piedad, así como charlas y en algunos
casos hasta encuentros de formación, son expresión de cómo Dios sigue
comunicándose con la humanidad a través de la Iglesia, portadora y
depositaria de su revelación, a cuyo ministerio de enseñanza viva ha confiado
la tarea de interpretar de modo auténtico su palabra.3

1
La Iglesia e Internet. Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, 2002.
2
Ética en Internet. Pontificio Consejo para las Comunicaciones Sociales, 2000.
3
Concilio Vaticano II, Constitución dogmática sobre la Divina Revelación Dei Verbum, n. 10.
2. Que no se ha ofrecido de modo oportuno formación suficiente y permanente
al clero sobre el correcto uso de los nuevos medios de comunicación social,
especialmente Internet, para la tarea pastoral y en particular para la
transmisión de la Eucaristía y otras celebraciones. Sin embargo valoramos
el ánimo de muchos sacerdotes que, aún habiendo tenido cierto recelo en el
pasado por el uso de las nuevas tecnologías, han sabido involucrarse en este
nuevo mundo de manera digna de admirar.

3. Que todos esos espacios y encuentros a través de los medios de


comunicación han evidenciado la cercanía que siempre, pero especialmente
en estos momentos difíciles, debemos tener los pastores y los laicos.

Tomando en cuenta lo anterior, animamos, especialmente a los sacerdotes,


religiosos y religiosas, así como diferentes agentes de pastoral a:

1. Continuar con el esfuerzo de incorporar la herramienta de los medios de


comunicación social en su trabajo pastoral, tratando de que cada día los
fieles cristianos, especialmente aquellos que por motivos de peso no puedan
congregarse en los templos, se sientan más acompañados por la Iglesia, y
que ese esfuerzo saque lo mejor de cada uno.

2. Que se cuente con los recursos técnicos suficientes, comenzando por una
estable conexión a Internet, para evitar que las transmisiones se vean
interrumpidas.

3. Que se tome en cuenta, especialmente en la transmisión de imágenes a


través de la televisión e Internet, el decoro de cada una de las celebraciones.

4. Que las celebraciones litúrgicas se conserven siempre apegadas a las


normas que la Iglesia ha dispuesto para su validez y dignidad.
5. Que se tenga particular cuidado y esmero en la preparación de las homilías
y mensajes con ocasión de las transmisiones de la Santa Eucaristía,
recordando el alcance inmediato y global que las mismas tienen a través de
Internet.

6. Que el mensaje del Evangelio llegue a todos como la Buena Noticia que trae
esperanza y alegría, en tiempos en que el temor por el futuro puede
oscurecer la fe de algunos de nuestros fieles, especialmente de aquellos más
vulnerables.

7. Que en todo momento se observen las recomendaciones giradas por las


autoridades de salud para evitar contagios de Covid-19, con respecto al
distanciamiento social, el lavado de manos y la protección de los adultos
mayores y otras personas vulnerables.

Ponemos bajo la especial protección de la Santísima Virgen María, Madre de


Nuestro Salvador y de San Gabriel Arcángel, quien anunció a la Virgen el gozo de
la encarnación del Hijo de Dios, todos los esfuerzos que se realizan ahora y en el
futuro con el correcto uso de los medios de comunicación.

Dado en la Sede de la Conferencia Episcopal de Costa Rica, a los 22 días del mes
de Abril de 2020.

+José Rafael Quirós Quirós


Arzobispo Metropolitano de San José
Presidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica
+Gabriel Enrique Montero Umaña
Obispo de San Isidro de El General
Vicepresidente de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

+Javier Román Arias


Obispo de Limón
Secretario General de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

+José Manuel Garita Herrera


Obispo de Ciudad Quesada
Tesorero de la Conferencia Episcopal de Costa Rica

+Óscar Fernández Guillén


Obispo de Puntarenas

+Manuel Eugenio Salazar Mora


Obispo de Tilarán-Liberia

+Mario Enrique Quirós Quirós


Obispo de Cartago

+Bartolomé Buigues Oller


Obispo de Alajuela

+Daniel Blanco Méndez


Obispo Auxiliar de San José

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