Está en la página 1de 70

EL

PEZ
GORDO
Roger Rueff
ACTO I

Son las 4:30 pasadas de un lunes por la tarde. La habitación del hotel rezuma una
notable carencia de mantenimiento, haciéndose evidente que no se ha invertido gran
cosa en mejorar las instalaciones durante sus casi 20 años de vida. Una puerta de
cristal desemboca en un balcón con vistas sobre la ciudad. Está cerrada y las cortinas
que caen hasta el suelo están recogidas a un lado. La luz natural ilumina el balcón en
un cerrado ángulo. Vemos a Beatriz de pie en el hombro derecho del escenario con el
auricular del teléfono en la oreja, como esperando a que alguien le conteste. Patricia
está sentada al otro extremo, en el sofá, inclinada hacia delante, concentrada en sus
papeles. Tiene un maletín abierto junto a la mesa de centro delante de ella. A lo largo
de gran parte de su conversación, Patricia se mantiene ocupada con sus papeles.

PATRICIA ¿No responde?

BEATRIZ (Colgando el teléfono) Estará reunido.

PATRICIA (Sin intención) Estará

BEATRIZ ¿Por qué dices eso?

PATRICIA (Ligeramente sorprendida) Por nada. Es algo que dicen las mujeres
cuando hablan de su marido, una dice “estará reunido” y la otra
responde “estará”.

BEATRIZ Ya

Breve pausa

PATRICIA ¿Qué te parece todo esto, Beatriz?

BEATRIZ Es agotador.

PATRICIA Sin duda.

BEATRIZ ¿Lo haces con frecuencia?

PATRICIA No. Nadie lo aguantaría. Te volverías loca.

BEATRIZ ¿Cada cuánto?

1
PATRICIA Varias veces al año. Depende.

BEATRIZ Supongo que no está tan mal.

PATRICIA Hay que valer para este trabajo. Ya sé que no lo parece, pero así es.

BEATRIZ Te creo.

PATRICIA Requiere habilidades sociales. No puedes quedarte encerrada en un


laboratorio. Y no lo digo por ti. Tienes que salir ahí fuera y conocer
gente. Si viajar es un problema entonces te has equivocado de
trabajo.

BEATRIZ ¿Te gusta viajar?

PATRICIA Digamos que no me importa hacerlo. Me aclara las ideas.

BEATRIZ Oyes a mucha gente quejarse por eso.

PATRICIA Si escuchas oirás a mucha gente quejarse por cualquier cosa. Pero a
mí me resbala.

BEATRIZ ¿Y eso?

PATRICIA Tan solo pienso que tengo una tarea y la hago. Antes o después.
Irritarme no hará que vaya más rápido.

BEATRIZ La mayoría de la gente que ves en los aeropuertos va corriendo.


Siempre.

PATRICIA No quiero ponerme filosófica pero la vida sólo demanda la energía


que tú quieras ponerle.

BEATRIZ No te entiendo.

PATRICIA Te sorprendería el poco esfuerzo que requiere vivir. Hay gente que
se siente responsable directa de cada amanecer. Yo no soy de esas.

BEATRIZ Tú eres de las que dejan que las cosas pasen, ¿no?

2
PATRICIA Tan sólo no pierdo los nervios si no salen siempre como yo quiero. ¿Y
qué si el Universo no se comporta exactamente según mis deseos?
¿Verdad?

BEATRIZ Verdad.

PATRICIA Además, prácticamente es el único momento que tengo para leer.

BEATRIZ ¿En el aeropuerto?

PATRICIA En el aeropuerto, en el avión, donde sea.

BEATRIZ ¿Qué sueles leer?

PATRICIA De todo. Apenas hay nada que no lea si me parece interesante.

BEATRIZ Hablas como si llevaras mucho en esto.

PATRICIA La verdad, Beatriz, es que llevo estrechando manos toda la vida.

BEATRIZ Y lo haces muy bien.

PATRICIA Gracias.

BEATRIZ Digo por lo que me han contado.

PATRICIA No prejuzgues, Beatriz.

BEATRIZ Lo intentaré (Breve pausa) Creo que todo esto no es para mí.

PATRICIA Quizás te sorprendas. Hoy lo has hecho muy bien, según he visto.

BEATRIZ No me importa conocer gente, me gusta.

PATRICIA Se nota.

BEATRIZ Gracias.

PATRICIA No te cierres puertas tan pronto.

BEATRIZ No lo hago.

PATRICIA Se puede llegar muy alto en el marketing, si es lo que te interesa.

3
BEATRIZ Aún no estoy segura de lo que quiero.

PATRICIA Tú considéralo.

BEATRIZ Vale.

PATRICIA No es que me importe ya. Mis oportunidades quedaron atrás hace


mucho.

BEATRIZ ¿Por qué dices eso?

PATRICIA No me quejo. Todo el mundo llega a su cima. No hay por qué


avergonzarse.

BEATRIZ ¿Cuántos años tienes?

PATRICIA (Sorprendida, pero haciéndole gracia) Estupendo, Beatriz. Cógete


alguna confianza, si quieres.

BEATRIZ Perdona.

PATRICIA Tengo 56.

BEATRIZ ¿En serio?

PATRICIA Sí. ¿Por qué?

BEATRIZ No los aparentas.

PATRICIA Gracias. Te recordaré en mi testamento.

BEATRIZ Tu secretaria dijo que tenías aspecto distinguido.

PATRICIA ¿Ah, sí?

BEATRIZ Sí.

PATRICIA ¿Cuándo fue eso?

BEATRIZ El otro día, cuando hablé con ella por teléfono. Le pregunté cómo
eras para poder reconocerte en el aeropuerto.

PATRICIA Y entonces te dijo que yo tenía aspecto distinguido.

4
BEATRIZ Dijo que tenías una cara con personalidad.

PATRICIA Le daré el beneficio de la duda y asumiré que lo dijo en sentido


favorable.

BEATRIZ Seguro.

PATRICIA (Para sí misma, en su mayor parte) Probablemente me obligue a


invitarla a comer.

BEATRIZ (Pensativa) A veces me pregunto qué aspecto tendré cuando tenga tu


edad.

PATRICIA Me destrozas el corazón.

BEATRIZ No quise molestarte.

PATRICIA Tranquila. No me importa haber cumplido los 56. He oído rumores


de que se vive bien a los 60. Sólo espero que sean ciertos.

BEATRIZ Lo que me gustaría saber es cómo se adquiere la personalidad. Si es


algo con lo que se nace y se va revelando con el tiempo o si tienes
que pasar por ciertas cosas.

PATRICIA No sabría decirte. No pienso mucho en eso.

BEATRIZ ¿Quién sabe? Podría tener una cara llena de personalidad y no


saberlo, ¿tú qué dices?

PATRICIA Que esa pregunta es un arma de doble filo.

BEATRIZ Imagino.

Patricia se dirige hacia la puerta de la terraza.

PATRICIA Beatriz, ¿Piensas dedicarte a esto?

BEATRIZ No lo sé. Supongo que depende de si me lo piden.

PATRICIA ¿Cuánto llevas en la empresa?

BEATRIZ Seis meses.

5
PATRICIA ¿Recién licenciada?

BEATRIZ Sí.

PATRICIA Bueno, si quieres un consejo –y eres libre de aceptarlo o no- nunca es


demasiado pronto para pensar dónde quiere acabar una. Tienes que
saber cuáles son tus prioridades.

BEATRIZ Eso ya es pedir mucho.

PATRICIA Así es. Pero antes de que te des cuenta alguien te pondrá delante una
tarta con 40 velas, o quizás 50, y un montón de gente saldrá del
armario gritando “¡sorpresa!”, como si fuera algo en lo que no
hubieras estado pensando cada mañana durante todo ese año.

BEATRIZ A mí me resulta algo muy lejano.

PATRICIA Pero no lo es. Eso es lo que te quiero decir. ¿Tienes hijos?

BEATRIZ Aún no.

PATRICIA ¿Planeas tenerlos?

BEATRIZ Algún día, claro.

PATRICIA Ésa será la señal de que te estás haciendo vieja. Lo verás en tus hijos.
O en los de los demás. Un día la hija del vecino habrá cumplido los
11, dará el estirón y la tendrás haciendo de canguro. Te das la vuelta
y ya está en la Universidad, a punto de licenciarse, y tú deseando
volver a tener 18. Entonces te sentirás vieja. Cuando te des cuenta de
que tu marido la mira más a ella que a ti.

BEATRIZ ¿Tienes hijos?

PATRICIA Cuatro. Todo chicas.

BEATRIZ ¿En serio? Seguro que querías un chico.

PATRICIA Hubiese estado bien, sí. Ya sabes, las chicas son de sus padres. La
noche que nació la más pequeña lloré.

6
BEATRIZ ¿Porque era niña?

PATRICIA No se lo diría nunca.

BEATRIZ Claro.

PATRICIA ¿Qué hora es?

BEATRIZ (Mirando el reloj) Las cinco menos veinte.

PATRICA ¿Dónde se habrá metido Laura?

BEATRIZ ¿No llevas reloj?

PATRICIA No, nunca.

BEATRIZ ¿Y eso?

PATRICIA El mundo está lleno de relojes, Beatriz. Relojes y espejos

Patricia saca del maletín una revista, la cierra y la deja en el suelo.

BEATRIZ (Ausente) Me gustaría tener un hijo algún día.

PATRICIA (Acomodándose para leer distraídamente) Quizás tengas suerte.

BEATRIZ ¿Qué lees?

PATRICIA (Mostrándole la revista) El Playgirl. Salen unos tíos buenísimos.

BEATRIZ (como si hubiera cometido una indiscreción) Ah.

PATRICIA Te la paso si quieres cuando termine.

BEATRIZ No, está bien.

PATRICIA ¿No la quieres?

BEATRIZ No, gracias (Sintiéndose obligada a añadir algo a modo de explicación)


No leo esa clase de revistas.

PATRICIA ¿No?

BEATRIZ No.

7
PATRICIA ¿Eres de las que piensan que estas revistas no deberían publicarse?

BEATRIZ Soy de las que piensan que no deberían comprarse.

PATRICIA (Haciéndole gracia) Una respuesta inteligente.

BEATRIZ No lo pretendía.

PATRICIA Lo sé. Pero lo ha sido. Has demostrado tu disgusto por estas revistas
sin infringir la libertad de prensa. Eso requiere talento.

BEATRIZ Solo he dicho lo que pienso.

PATRICIA A eso me refiero. Lo dijiste sin pensar. Por eso creo que podrías
hacer carrera en marketing.

BEATRIZ ¿Qué dice tu marido acerca de que leas esas revistas?

PATRICIA No es asunto de mi marido, Beatriz.

BEATRIZ ¿Ah, no?

PATRICIA Estamos divorciados.

BEATRIZ Ah. Lo siento.

PATRICIA No pasa nada.

BEATRIZ ¿Cuánto tiempo estuvisteis casados?

PATRICIA Lo bastante para tener 4 hijas.

BEATRIZ (Prudente, tras una pausa) ¿Puedo preguntarte qué os pasó?

Breve pausa.

PATRICIA (Sin darle importancia, con la mirada siempre en la revista) Deberías


volver a llamar a tu marido.

BEATRIZ Disculpa.

PATRICIA No pasa nada.

Beatriz coge el teléfono y marca.

8
BEATRIZ Es sólo que me resulta muy difícil imaginar lo que es pasar por un
divorcio.

PATRICIA La imagen se vuelve nítida tras un breve periodo de tiempo, créeme.

BEATRIZ Espero no descubrirlo nunca.

PATRICIA Lo mismo digo.

BEATRIZ (Colgando) Comunica.

PATRICIA Al menos ya ha terminado la reunión.

BEATRIZ ¿Qué? (Sonriendo educadamente, según se da cuenta) Ah, sí.

PATRICIA Un divorcio nunca es agradable. No se lo deseo a nadie.

BEATRIZ Jesús dijo que si un hombre se divorcia de su mujer la empuja a


cometer adulterio.

PATRICIA Conozco lo que dijo Jesús sobre el divorcio.

BEATRIZ ¿En serio?

PATRICIA No eres la única que ha ido a la iglesia alguna vez.

BEATRIZ (Con cierto interés) ¿Eres practicante?

PATRICIA Hablaba en pasado.

BEATRIZ ¿Ya no?

PATRICIA No. Ya no.

BEATRIZ ¿Por qué?

PATRICIA Porque ya no creo en Dios. Hubo un tiempo en el que sí, pero ya no.

BEATRIZ ¿Por qué? ¿Ocurrió algo?

PATRICIA No. De joven decidí creer pero fui dejándolo con el tiempo. Fue como
mudar de piel.

9
BEATRIZ Me enseñaron que cuando una persona se convierte Dios la acoge en
su seno de por vida.

PATRICIA Así fue conmigo.

BEATRIZ Pero acabas de decir que no crees.

PATRICIA Oye, ¿te importa si cambiamos de tema?

BEATRIZ ¿Pero por qué?

PATRICIA Porque siento que hay algo en el fondo de mí que no te va a gustar y


no quiero que eso pase. Mi instinto me dice que eres una joven
brillante con cosas muy interesantes que decir.

BEATRIZ Y así es, pero gran parte se centran en Dios.

PATRICIA Vale. Pues esa parte es la que no quiero oír, así que piensa en las
otras, ¿quieres? Busca en ti esos otros puntos de interés que no
tengan que ver con Dios.

BEATRIZ (Tras un momento de deliberación) Ahora no caigo.

PATRICIA Entonces callémonos un rato. Puede que así te vengan a la mente.

Pausa. Beatriz marca de nuevo.

BEATRIZ No pretendía ofenderte.

PATRICIA No lo has hecho. Tranquila.

Beatriz consigue establecer la llamada y comienza a conversar en voz baja con su


marido. Laura entra y se detiene en seco, estupefacta.

LAURA (Sin poder dar crédito) ¿Esto es todo?

PATRICIA (Sin darle importancia) Hola, Laura.

LAURA ¿Esta mierda?

10
PATRICIA ¿Qué esperabas?

LAURA Patricia, amiga mía, la palabra clave aquí era “suite”. Damos una
recepción en una suite, no en un armario. Aquí no se cabe.

PATRICIA Es lo mejor que he encontrado en tan poco tiempo.

LAURA ¿Dónde pretendes meter a la gente, en el pasillo?

PATRICIA ¿De qué coño te quejas? Estamos en la planta 10ª. Mira qué vistas.

LAURA ¡Estamos en un polígono! ¿Qué más da si estamos en la 1ª planta o en


la 500? Todo se ve igual.

PATRICIA La próxima vez te encargas tú de los preparativos.

LAURA (Farfullando, mientras camina hacia la puerta del balcón) María


habría conseguido una cuatro veces mayor.

PATRICIA Ya, pero María no está aquí, ¿a que no?

LAURA (Asomándose al balcón) No hace falta que lo jures. Bueno, al menos


tenemos desde donde tirarnos cuando no aparezca nadie.

PATRICIA Vete a la mierda, Laura.

LAURA (Fingiendo indignación) Genial. Ése es el trato que recibo por tener
sentido de la estética. Me insultan a la cara.

PATRICIA ¿Conoces a Beatriz, de I+D?

LAURA (Cordialmente) Claro, nos conocemos. ¿Qué tal, Beatriz?

Beatriz le saluda con un gesto

PATRICIA Está hablando con su marido.

LAURA Pues espero que sea él el que lleve el peso de la conversación. Hay
que racionar el poco oxígeno que nos queda. (Laura inspecciona la
comida que hay sobre la mesa) ¿Qué es esto?

PATRICIA ¿A ti qué te parece?

11
LAURA Dímelo tú.

PATRICIA Son aperitivos.

LAURA (Atónita) ¿A esto llamas tú aperitivos?

PATRICIA No empieces, ¿vale?

LAURA Esto no son aperitivos. Esto… no sé lo que es. Trocitos de zanahoria,


palitos de apio, salsa para mojar y un par de quesos de bola inflados.

PATRICIA No he tenido mucho tiempo para delicatesen.

LAURA ¿Sabes lo que dan los de Automoción de ahí abajo?

PATRICIA Ni lo sé ni me importa.

LAURA Langostinos. Langostinos tigre sobre hielo, ostras en su concha, todo


tipo de quesos franceses raros y hojaldritos finos. Eso son aperitivos,
y no esto. Abajo no te dejarían entrar con un palito de apio, te
obligarían a dejarlo en la puerta.

PATRICIA Pues vete abajo con ellos.

LAURA Mira, a lo mejor lo hago. (A Beatriz, que acaba de colgar el teléfono)


¿A ti qué te parece, Beatriz?

BEATRIZ A mí me parece bien.

LAURA Ahí quería yo llegar. A que tú no entiendes de esto. No te lo tomes a


mal, pero ¿en cuántas de estas convenciones has estado?

BEATRIZ Sólo una.

LAURA En ésta, ¿a qué sí?

BEATRIZ Sí.

LAURA Bueno, ¿quién sabe? A lo mejor tenemos suerte y todos los que
vengan esta noche sean también primerizos como Beatriz.

BEATRIZ ¿Hay algún problema conmigo?

12
PATRICIA No. Ninguno.

Laura se prepara una bebida en la barra.

LAURA ¿Y qué tal va, Beatriz? No hemos tenido oportunidad de saludarnos


antes.

BEATRIZ Hablaba con mi marido.

LAURA Ya lo sé, sobre muebles.

BEATRIZ (Perpleja) ¿Cómo lo sabes?

LAURA Una no está casada durante 16 años sin saber cuándo alguien está
hablando de muebles con su marido. Ya lo has encontrado, ¿verdad?

BEATRIZ Pues…

LAURA ¿A que sí?

BEATRIZ Eso creo.

LAURA Es lo mismo. Es como decir que un tiburón cree oler sangre en el


agua, o que una polilla cree ver una bombilla. Lo tienes en el punto
de mira.

BEATRIZ Sólo quería saber su opinión.

LAURA ¿Y qué te ha dicho?

BEATRIZ Me ha dicho…

LAURA (Interrumpiendo) …que le gustaría verlo, ¿no? Te lo ha dicho de


forma que sonara muy bonito, pero la verdad es que no está seguro
de si os lo podéis permitir en este momento. Habrá que verlo.

BEATRIZ ¿Qué te hace pensar eso?

LAURA Es lo que todos los maridos le dicen a sus mujeres. Es lo que cada
hombre desde Adán le ha contestado a su mujer cuando ésta le dice
que ha encontrado un mueble. Es el instinto. El salmón nada río

13
arriba para desovar, los pájaros migran al sur en invierno y nuestros
maridos nos dicen que no están seguros de si nos lo podemos
permitir en este momento cuando les hablamos de muebles.

BEATRIZ ¿Entonces por qué se venden tantos?

LAURA Yo no he dicho que les hagamos caso. Claro que no. Ésa no es la
cuestión. La cuestión es que nos lo dicen. Saben perfectamente que
un día llegarán a casa y se encontrarán el mueble en el salón.
Entonces se enfadan, discutimos, una cosa lleva a la otra y a veces –
solamente a veces- las dos partes implicadas acaban en la cama. Así
es la naturaleza, Beatriz. El fin es que la gente acabe en la cama, por
lo general en pareja (A Patricia) Hablando del fin de la Naturaleza.
¿Has visto qué ejemplares había hoy por ahí?

PATRICIA ¿Te refieres a los hombres?

LAURA A no ser que hayas cambiado de inclinación desde la última vez que
nos vimos, Patricia, sí, me refería a los hombres.

PATRICIA ¿Cómo puedes saber qué aspecto tenían? Iban todos con el mismo
traje chaqueta.

LAURA A eso me refiero precisamente, a que todos iban con traje chaqueta.

PATRICIA (Sin hacerle gracia) Ah, ya. A ti te gustaban con traje chaqueta,
¿verdad?

LAURA Joder, si me gustan… Hay algo en los hombres con traje de chaqueta
que me vuelve loca. Es como si estuvieran envueltos en papel de
regalo esperando a que llegue una para tirar del lazo y liberarlos. Un
hombre con traje de chaqueta es mi idea del arte. (Se le ocurre una
conclusión trascendental) Y en pantalón vaquero. De esos ceñidos.
Beatriz, ¿tú qué opinas?

BEATRIZ No sabría qué decirte.

LAURA Creo que hoy me he enamorado unas mil veces.

14
BEATRIZ ¿Seguro que era amor?

LAURA Tenía todos los síntomas.

BEATRIZ ¿Cómo puedes enamorarte de un centenar de hombres diferentes en


una sola tarde?

LAURA No lo sé. Es uno de esos maravillosos misterios de la vida. Quizás me


enamore de eso mismo, de la vida. A lo mejor siento tanta felicidad
por formar parte de un mundo poblado por criaturas tan perfectas,
que tenga el irresistible deseo de agradecérselo a todos y cada uno
de ellos. Personalmente. (Beatriz reprime una risa) Dime, Beatriz. ¿A
ti qué tipo de indumentaria masculina te pone?

BEATRIZ No lo sé.

LAURA ¿Ninguna preferencia?

BEATRIZ Intento no pensar en ello.

LAURA ¿Que lo intentas?

BEATRIZ Estoy casada.

LAURA Claro que sí. Todas lo estamos. Incluso Patricia lo estuvo una vez.
Sólo te estoy preguntando en qué dirección se rigen tus gustos.

BEATRIZ (Incómoda por la pregunta) No lo sé.

LAURA Ah. (Estudiando a Beatriz) Beatriz. Déjame hacerte una pregunta. En


serio.

BEATRIZ ¿Qué?

LAURA ¿Eres lesbiana?

PATRICIA ¡Laura!

LAURA No, lo digo porque parece que le falta una de las características
fundamentales de la mujer del siglo XXI, lo que entendería si fuera…
ya sabes…

15
BEATRIZ Es que no veo razón alguna en ir por ahí persiguiendo a hombres con
la mirada cuando Dios ya me ha dado un marido fantástico.

LAURA Ah, ya veo. Así que eres una mujer espiritual, ¿no?

BEATRIZ En parte es por eso.

LAURA ¿Y tienes que estar ciega para salvarte?

BEATRIZ Jesús dijo que mirar un hombre con lujuria es lo mismo que cometer
adulterio.

LAURA ¿Eso dijo? Entonces nunca debió de haber visto a un hombre con
traje de chaqueta, de esos ajustaditos que se llevan ahora. Si no, hoy
lujuria sería un sacramento

Laura coge un palito de zanahoria de la barra y lo moja en uno de los cuencos.

PATRICIA ¡Eh! Creía que no te gustaban mis aperitivos.

LAURA Los estoy probando. Me aseguro de que nadie vomite.

PATRICIA Pero no hace falta que te los comas todos.

LAURA (A Beatriz, mientras sigue comiendo de la bandeja) Sabes por qué


estás aquí, ¿no, Beatriz?

BEATRIZ No, me dijeron que viniera, eso es todo.

LAURA ¡Por Dios! Así no me extraña que esta empresa no prospere. Estás
aquí por razones cosmética. Por lo que representas.

BEATRIZ No entiendo.

LAURA Has venido para representar al Departamento de I+D, el soporte


técnico. El cerebro de la empresa, por llamarlo así.

BEATRIZ ¿Yo?

LAURA Exacto.

BEATRIZ Pero si apenas tengo experiencia.

16
LAURA Da igual. Tú –como individuo- no estás realmente aquí, sino lo que
representas.

BEATRIZ ¿Se supone que debo hacer algo?

LAURA No. Sólo estar ahí de pie con cara de lista. O sentada, como prefieras.

PATRICIA Lo harás bien.

BEATRIZ (Algo intimidada) Vaya. Eso espero.

LAURA Beatriz, si quieres saber la verdad, aquí no hay nadie. ¿Crees ver a
gente de arriba para abajo por los pasillos? Pues no. Lo que ves son
funciones.

PATRICIA Lo que Laura quiere decir es que si lo miras desde el punto de vista
de por qué estamos aquí, lo que somos es más importante que
quiénes somos. Así que en cierto modo no somos más que…
funciones.

BEATRIZ Es una pena.

PATRICIA No lo es. Las cosas son como son.

BEATRIZ Aún así.

LAURA Todos representamos algo. Míranos a Patricia y a mí, por ejemplo.


Yo, como comercial, represento los labios de la empresa. Establezco
tratos, hago que nuestra gama de productos –esto es, lubricantes
industriales en todas sus formas y colores- resulte atrayente para
aquellos que se dedican a este negocio. Mi trabajo se resume en
seducir. Patricia, por otro lado, como directora de cuentas,
representa la polla de la empresa, consumando los tratos que yo he
conseguido establecer, metiéndosela al cliente por donde pueda. Y
me atrevería a decir que no hay polla mejor en este negocio, ¿a que
sí, Patricia?

PATRICIA Lo que tú digas, Laura.

17
LAURA Eso nos lleva a otro importante punto. El lenguaje obsceno y los
gestos groseros son esenciales para poder llegar lejos en el
marketing.

BEATRIZ Si hablara así en mi casa ahora estaría divorciada.

LAURA ¡Bienvenida al club! ¿Verdad, Patricia? (Patricia echa una mirada a


Laura como señal de que se adentra en un asunto delicado. Laura
cambia de tema rápidamente.) Dime, Beatriz. ¿Quién es tu jefe ahora?

BEATRIZ Ibáñez.

LAURA ¿Juan Ibáñez?

BEATRIZ Sí. ¿Por qué, le conoces?

LAURA Nos conocemos.

BEATRIZ Es un hombre fantástico.

LAURA ¿Ah, sí? ¿Por qué?

BEATRIZ ¿Cómo que por qué?

LAURA ¿En qué sentido es fantástico?

BEATRIZ (Como si fuera algo obvio) No sé. Tiene… ¿cuántas, 30 ó 40 patentes?


Pertenece a varias asociaciones e incluso da catequesis en su
parroquia.

LAURA Mira. No te lo tomes a mal. Ya sé que le admiras y todo eso. Pero te


voy a decir algo sobre Juan Ibáñez.

BEATRIZ Dime.

LAURA Es un imbécil.

BEATRIZ ¿¿Qué??

LAURA Es un gilipollas. No confiaría en él ni para limpiarme el coche.

BEATRIZ ¿Cómo puedes decir eso?

18
LAURA Le conozco, ¿recuerdas? He tenido que aguantarle en más de una
ocasión y puedo asegurarte que es un puto mentiroso.

BEATRIZ Pues yo no estoy de acuerdo. Y trabajo con él a diario.

LAURA A lo mejor no sabes dónde mirar.

BEATRIZ A lo mejor (Diplomáticamente) O quizás tenemos valores distintos.

Laura encaja el comentario. Estudia a Beatriz durante un momento.

LAURA Déjame contarte algo, Beatriz. En este mundo hay personas -


muchísimas- que si les das la más mínima oportunidad… ¿me
escuchas?

BEATRIZ Sí.

LAURA Hay gente que si la dejas va de seria haciendo negocios. ¿Sabes a lo


que me refiero?

BEATIZ No estoy segura.

LAURA Personas que se dan aires de importancia a la hora de trabajar. ¿y


sabes por qué? (Pausa) Pregúntate por qué.

BEATRIZ ¿Por qué?

LAURA Porque no tienen ni idea de lo que hacen. Porque si sabes lo que hay
que hacer, entonces no tienes que dártelas de que sabes lo que haces,
te sale de forma natural. ¿Me sigues?

BEATRIZ Sí.

LAURA Pero los que no saben lo que están haciendo son los que van siempre
con ese aire serio para hacerte creer que lo saben. ¿Y sabes cómo
distinguirlos?

BEATRIZ No.

LAURA No pasa nada. No tienes por qué saberlo porque eres joven y aún te
queda por aprender. Pero yo te voy a decir cómo. La forma de

19
distinguirlos es: cuestionártelo. Porque si te cuestionas querrá decir
que habrá aparecido una vocecilla en el fondo de tu mente que dice
“¿me está contando un cuento chino este tío?” O tía, porque ahora
corren tiempos distintos, como ya te habrás dado cuenta.

BEATRIZ Sí, me he dado cuenta.

LAURA Los días de “cariño, esto; cariño, lo otro” ya han pasado. Y


francamente, creo que es para bien. Sea como fuere; el tío o la tía está
ahí delante soltándote mentiras y sonriendo para que tú no te des
cuenta, sólo que tú ya lo sabes por la vocecilla de la que te hablé
antes. ¿Qué haces?

BEATRIZ ¿Qué quieres decir?

LAURA ¿Qué haces?

BEATRIZ ¿Te refieres a qué hago ahí sentada?

LAURA Sí. Estás ahí sentada con ese tío sonriéndote a la cara, ¿qué haces?

BEATRIZ No lo sé.

LAURA Exacto.

BEATRIZ ¿Qué?

LAURA Has acertado de pleno. ¿Y sabes por qué?

BEATRIZ Si no he dicho nada.

LAURA Porque para ti y para otras cien mil millones de personas en este
mundo esa vocecilla está muy lejana. La oyes, pero no estás segura.
Por eso el mundo va como va. Porque si la gente escuchara a esas
voces no habría hambre ni pestes ni terremotos asolando el Planeta.
Las voces están ahí para ayudarnos a sobrevivir, pero nosotros –y
hablo en nombre de toda la especie humana- no las escuchamos. Y
todo por una sencilla razón: porque hay que sacrificar cosas.

BEATRIZ ¿Cosas?

20
LAURA Así es. Te des cuenta o no, uno se dice continuamente: “Hay cosas
que quiero en esta vida”. Ya sabes… un buen coche, una casa, hijos, lo
que sea. “Pero si escucho a esa voz, me alejaré de los demás, perderé
mi trabajo, perderé una parte de lo que soy”. ¿Me sigues?

BEATRIZ Creo que sí.

LAURA Bien. Has vuelto por el buen camino, sólo que te estás engañando a ti
misma.

BEATRIZ ¿Qué quieres decir?

LAURA Te estás engañando. Por un lado dices “si pierdo mi trabajo o lo que
sea mis distintos deseos no se verán cumplidos”, cuando en realidad
tu verdadero deseo es hacer callar a ese hijo de puta. ¿Entiendes? Por
miedo. El miedo a no conseguir lo que quieres. Por eso te quedas ahí
sentada comiéndote los bulos de ese hijodeputa mientras te sonríe
de oreja a oreja. ¿Me sigues aún?

BEATRIZ Sí, claro. Es una especie de miedo.

LAURA Exacto. Sólo que no es “una especie” de miedo. Es miedo. Es el miedo


a la muerte lo que te tapa los oídos. No quiere que la oigamos venir
porque entonces nos quitaríamos de su camino.

BEATRIZ ¿Del camino de la muerte?

LAURA Del camino del miedo a la muerte. Nadie escapa de la muerte. Es


demasiado portentosa. No hay donde esconderse.

BEATRIZ Jesús dijo que la muerte puede ser conquistada.

LAURA Beatriz, no estamos hablando de religión aquí. Hay un momento y un


lugar para eso. Hablamos de otra cosa, así que no te pongas en plan
espiritual conmigo, ¿vale? Interrumpe el flujo de la idea.

BEATRIZ Ya. Pero son mis creencias.

21
LAURA Me alegro por ti. Creer es bueno. Pero lo que quiero decirte es que es
irrelevante aquí. Creo que el sol saldrá por el este mañana por la
mañana, apostaría mi sueldo por ello, pero no voy a sacarlo en esta
conversación. ¿Entiendes lo que quiero decir?

BEATRIZ Claro, pero entonces…

LAURA Vale, entonces nada de religión, porque estoy tratando de centrarme


en el tema.

BEATRIZ ¿Que es cuál?

LAURA El mismo que cuando empezamos. Porque en esencia es circular. Y el


tema es –como seguro tendrás curiosidad por saber- qué haría yo. Tú
estás allí sentada en otra mesa del restaurante observándome
mientras almuerzo con ese tío, y empieza a darme la tabarra con ese
aire de seriedad, como si fuera importante, lo que ha hecho saltar
todas mis alarmas. ¿Qué imaginas que haría yo?

BEATRIZ No lo sé.

LAURA Adivina.

BEATRIZ ¿Enfrentarte a él?

LAURA Enfrentarme a él. Beatriz, esto es lo que le diría. Le diría: “Amigo, he


oído un montón de bulos en mi vida porque soy comercial pero tú te
llevas la palma. Creo que no tienes la más remota idea de lo que estás
hablando. Tu mujer y tus hijos te admiran, estoy segura, y quizás no
lo sepan, pero yo sí. Y mi comprensión me obliga a señalarte el hecho
de que eres un puto mentiroso chupapollas de la A a la Z”. Y después
me terminaría la sopa.

BEATRIZ ¿En serio?

LAURA (Defendiendo su orgullo) Patricia. ¿Me has visto hacer lo que acabo de
contar o no?

PATRICIA (Sin mirarle) Sí.

22
LAURA Por eso hay esperanza, Beatriz. Porque hay personas como yo que
escuchan.

BEATRIZ (A Patricia) ¿Cuándo fue eso?

LAURA ¿Qué quieres decir con “cuándo”? ¿Dudas de la palabra de una mujer
que se sienta ahí a leer el Playgirl para cultivar su mente?

PATRICIA Hace un par de años.

LAURA ¿Ves?

BEATRIZ ¿De verdad le dijiste eso?

LAURA (Orgullosa) Al pie de la letra.

PATRICIA No fue al pie de la letra.

LAURA En general. Estoy hablando con la chica en general, porque al fin y al


cabo es una joven brillante y entiende el significado de un concepto.
(A Beatriz) ¿Tengo razón?

BEATRIZ (Desconcertada) Por supuesto.

LAURA Por lo tanto, en un sentido global, universal, en general, sí, lo dije. Al


pie de la letra… en general.

BEATRIZ ¿Y qué pasó?

LAURA ¿Qué crees que pasó? ¿Qué imaginas?

BEATRIZ Que el tío se enfadó.

LAURA El tío se puso hecho una furia. Después se quedó allí sentado y no
volvió a salir de su boca una sola mentira en toda la comida.

BEATRIZ ¿No hizo nada?

LAURA ¿Qué iba a hacer? Le habían cogido. Todos se habían dado cuenta de
lo gilipollas que era y nadie dijo nada. Pero lo sabían.

BEATRIZ ¿Y perdiste al cliente?

23
LAURA Por supuesto que lo perdimos. No puedes hablarle así a un hombre y
que siga siendo tu cliente. Y si lo haces y él suelta el cubierto y te
dice: “Beatriz, tienes toda la razón. Llevo fingiendo que sé de lo que
estoy hablando desde el momento en que nos sentamos y lo lamento.
No por ti, porque no te debo nada, sino por mí, porque quiero ser el
mejor ser humano posible y, ante todo, honesto.” Entonces te afeitas
la cabeza, te pones una túnica color azafrán y te pones a vender fotos
del tío ese por los aeropuertos, porque no tiene miedo y lo acaba de
demostrar. Merece ser idolatrado.

BEATRIZ (Algo impresionada) Vaya…

LAURA “Vaya” lo resume todo bastante bien.

BEATRIZ No me puedo creer que le dijeras aquello.

LAURA Alguien tenía que hacerlo. Y me tocó a mí, porque escucho.

BEATRIZ Ya, pero decirle eso…

LAURA Nunca seas así, ¿vale?

BEATRIZ Te lo prometo.

LAURA No me lo prometas. Las promesas no significan nada para mí. Tan


sólo no lo hagas, ¿de acuerdo?

BEATRIZ De acuerdo.

LAURA Bien. ¿Quieres beber algo?

BEATRIZ No. Tengo que ir al baño. Disculpadme.

Beatriz sale en dirección al baño.

PATRICIA ¿Te han dado cuerda o qué?

LAURA Sólo estoy animada, eso es todo. Tengo un buen presentimiento


sobre esta noche.

PATRICIA Te veo muy confiada.

24
LAURA El negocio está en el aire. ¿Lo hueles? Es la fragancia de los contactos
estableciéndose.

PATRICIA Hoy sólo nos debe importar uno.

LAURA Ya lo sé. Y también le tendremos a él. Fuller entrará por esa puerta,
echará un vistazo alrededor y quedará tan sobrecogido por estar en
la planta 10ª con vistas sobre todo el polígono que se arrojará sobre
la moqueta y dirá: “Cualquiera con el sentido de la estética para
elegir esta suite tendrá sin duda la mejor gama de lubricantes para
mi empresa. ¿Qué tengo que hacer para que me vendáis todo el
lubricante que podáis producir? ¿Aceptáis sobornos?”

PATRICIA ¿Nos dirá todo eso?

LAURA Palabra por palabra. ¿Y sabes qué le responderé? “Sr. Fuller, tiene
toda la razón. Tenemos la mejor gama de lubricantes para su
empresa. Pero hay algo que me gustaría pedirle como favor, para
irnos conociendo.”

PATRICIA ¿Y qué es?

LAURA Que me tome como concubina. O a Patricia, si le parece más guapa.


Le ofreceríamos un paquete promocional: yo haría la comida y la
colada, tú el baño y luego nos turnaríamos para satisfacerle en la
cama.

PATRICIA No tienes ninguna duda de que aceptará nuestra oferta, ¿verdad? ¿Y


si no lo hace?

LAURA Bueno, supongo que entonces haremos las maletas por la mañana,
cogeremos el primer vuelo a casa, llegaremos a la oficina sobre las
dos y media y después nos colgaremos en el baño.

PATRICIA ¿Sabes al menos qué aspecto tiene?

LAURA No. ¿Tú? (Patricia sacude la cabeza en un gesto negativo) ¿Y Bob?

PATRICIA ¿Cómo va a saberlo?

25
LAURA Da igual. Es lo bueno de las convenciones, que todo el mundo lleva un
distintivo con su nombre. Seguro que se ha hecho uno especial para
la ocasión, de neón y con lucecitas. “Dick Fuller. Presidente del Grupo
Frontier. Apodo: El Pez Gordo.” ¿Te imaginas el trato que le van a dar
allá donde vaya? “Llévese un langostino con el champán, Sr. Fuller.
Qué agudo es usted, Sr. Fuller. ¿Quedan vacantes para esclava?”

PATRICIA No hay duda, te has enamorado de ese tío.

LAURA No puedo evitarlo. Me corro sólo de pensar en el dinero que


podemos ganar. ¿Te das cuenta de lo que significaría si pudiéramos
gestionar una sola de sus plantas? Nos quedaríamos sin stock.
Tendríamos que sembrar lubricante para dar abasto. ¿Y sabes qué?
Callaríamos a esos hijoputas de Producción que llevan años
dándonos el coñazo con que no vendemos nada. Y luego nos harían
un monumento.

PATRICIA Lo creeré cuando lo vea.

LAURA (Señalando hacia el baño) Y encima tenemos al Departamento I+D de


fachada haciéndonos parecer inteligentes. Esto está hecho.

PATRICIA Sin duda.

LAURA (Sinceramente preocupado por Beatriz) ¿Se encuentra bien?

PATRICA Seguramente no estaba preparada para alguien como tú. Sobre todo
cuando descargas toda tu artillería sobre ella.

LAURA ¿Yo? No. Sólo hablábamos.

PATRICIA No creo que ella lo vea así.

LAURA Tiene que aprender. En la vida hay otras además de lo que ella cree
que sabe.

PATRICIA Es una buena chica.

26
LAURA Por supuesto que sí, no malgastaría mi tiempo con ella si no lo fuera.
Pero confía demasiado en su simpatía. Sólo quiero que tenga una
alternativa.

PATRICIA Tiene la religión.

LAURA Aparte. Quiero que sepa que no llegará el Apocalipsis si comete un


fallo, que el mundo tiene sentido más allá de la religión. (Pensativa)
Además, me recuerda a ti en muchas cosas.

PATRICIA No. Te recuerda a ti.

LAURA Sí, pero yo me parezco a ti, así que para el caso es lo mismo (Con la
mirada hacia el baño) A lo mejor está regodeándose en la
experiencia.

PATRICIA ¿De ir al baño?

LAURA Claro. ¿Has ido ya?

PATRICIA No. ¿Por qué?

LAURA Es la leche. Es lo único que me gusta de estos sitios. Tienen focos


sobre el retrete. Te sientes como un estrella de cien. Y con espejos
por todos lados para que puedas verte limpiándote el culo.

PATRICIA Una de tus grandes metas vitales, ¿eh?

LAURA Creo que es algo que todos deberían experimentar al menos una vez
en la vida, sí. ¿Sabes lo que habrían dado los antiguos faraones
egipcios por verse limpiándose el culo? Todo. Pero no podían porque
aún no existía la tecnología.

PATRICIA Tenían espejos.

LAURA De mano. Espejitos pequeños. No es lo mismo. Si te miras


limpiándote el culo en un espejo de mano no ves lo que pasa. Podrías
estar mirando el culo de otro. Para hacerlo bien hacen falta espejos
de cuerpo entero cubriendo todo el baño, así tienes la imagen

27
completa. Te hace recordar que en el fondo no eres tan distinto de
cualquier otro. Te da un sentido de humildad.

PATRICIA Si tú lo dices.

Beatriz sale del baño.

PATRICIA ¿Te encuentras bien, Beatriz?

BEATRIZ Sí, estoy bien. Un poco mareada, eso es todo.

LAURA ¿Quieres algo? ¿Llamamos a recepción?

BEATRIZ No, gracias. Sólo necesito relajarme un momento.

LAURA ¿Te ha tenido Patricia trabajando el día entero?

BEATRIZ Parte.

LAURA ¿En el stand?

BEATRIZ Sí.

LAURA Entonces no me extraña. Debiste haberle mandado a la mierda. Odio


el stand.

BEATRIZ Pensaba que era interesante.

LAURA Todo es interesante durante un tiempo, Beatriz. La cirugía


maxilofacial es interesante durante un tiempo. Pero ciertas cosas
dejan de serlo enseguida. ¿Verdad, Patricia?

PATRICIA Es un trabajo que hay que hacer.

LAURA Ahí lo tienes, Beatriz. “Es un trabajo que hay que hacer”. El cielo ha
hablado.

PATRICIA Laura, ¿me das un cigarrillo?

LAURA Lo haría en condiciones normales, pero lo he dejado.

PATRICIA No te creo.

28
LAURA Lo juro por Dios.

PATRICIA ¿Cuándo?

LAURA Hace un par de meses. Y tú también lo harías si supieras lo que te


conviene.

PATRICIA Laura, no eres mi marido.

LAURA Tienes toda la razón, no lo soy. Y está bien que lo señales, porque
estamos tanto tiempo juntas que a veces me lo creo.

PATRICIA ¿Seguirá abierta la tienda de abajo?

BEATRIZ Debería. Me pareció ver un cartel que ponía que cerraban a las seis y
media.

LAURA Mírale. Beatriz tiene más sentido común que nosotras dos juntas. No
ha fumado un cigarrillo en su vida. ¿A que no, Beatriz?

BEATRIZ No, nunca.

LAURA Lo que yo decía. Tienes pinta. Seguro que tampoco bebes.

BEATRIZ Alguna cerveza de vez en cuando.

LAURA Pero nada de alcohol fuerte, ¿verdad?

BEATRIZ No.

LAURA Y corrígeme si me equivoco, pero a que nunca en tu vidad has


entrado en un local de striptease, has saltado al escenario, has
agarrado al boy, le has tumbado en el suelo y te lo has follado hasta
quedar rendida allí delante de todo el mundo.

BEATRIZ (Impactada) ¿¿Que nunca qué??

PATRICIA ¡Laura, basta!

LAURA Tan solo responde a la pregunta. Sí o no.

BEATRIZ Ni de cerca he estado en un sitio de ésos.

29
LAURA ¿Ves? Deberías presentarte para Santa, ya no hay tantas candidatas
como antes. ¿Eres católica?

BEATRIZ No. Baptista.

LAURA Ah. Vaya, eso es un problema porque no tenéis Santos. Bueno, se


pasan la vida sin hacer nada, seguro que podéis aspirar a algo así.

BEATRIZ No que yo sepa.

LAURA Joder, entonces búscate una religión donde tengas alguna posibilidad
de promoción. Y de paso, me avisas si la encuentras, ¿vale?

BEATRIZ Serás la primera en saberlo.

LAURA Pero recuerda: la idea es mía. Me reservo los derechos. Para las
estampitas y esas cosas.

Patricia se dirige hacia la puerta.

LAURA (A Patricia) ¿A dónde vas?

PATRICIA Voy abajo a ver si sigue abierta esa tienda. Vuelvo enseguida.

BEATRIZ Te acompaño.

PATRICIA No, quédate. Alguien tiene que echar un ojo a Laura. Asegurate de
que no subarrienda la suite.

Patricia sale.

LAURA (Alzando la voz para que Patricia se entere.) ¡Y tráete un par de


langostinos! (Para sí misma, sonriendo) Qué chalada.

BEATRIZ ¿Ella o tú?

LAURA Ella. Me parto con esta tía.

BEATRIZ No es precisamente ella a quien yo llamaría chalada aquí.

LAURA Eso lo dices porque no le conoces. ¿Quieres un palito de zanahoria?

30
BEATRIZ No, gracias.

LAURA (Mientras come de los aperitivos) En años geológicos, acabamos de


conocernos. Pero en años caninos hace mucho tiempo.

BEATRIZ ¿Y en años humanos?

LAURA Hace algún tiempo, supongo. ¿Por qué lo preguntas?

BEATRIZ Me parece una mujer interesante.

LAURA (Con sinceridad) Es la leche. Beatriz, si quieres admirar a alguien


fíjate en Patricia, y no en ese capullo de Ibañez.

BEATRIZ ¿Crees que hay alguna posibilidad de que vuelva con su marido?

LAURA Espero que no.

BEATRIZ ¿Por qué dices eso?

LAURA Porque Sergio, su marido, es un hijoputa más fuerte que el aguarrás.


Y de fuertes genes, por lo visto, porque sus hijas también son unas
hijasdeputa. Excepto la mayor, que está aprendiendo que no puedes
tratar a la gente así y salir campante.

BEATRIZ ¿Conoces a toda su familia?

LAURA Claro. Solíamos salir juntos. Ya no tanto, pero hace un tiempo sí.

BEATRIZ Es una pena.

LAURA ¿El qué?

BEATRIZ Que tenga que divorciarse.

LAURA No tiene que hacerlo. Nadie le pone una pistola en la cabeza. Es una
elección que toma para ganar algo.

BEATRIZ ¿Cómo qué?

LAURA No sé… Su libertad.

31
BEATRIZ Aún así, me parece sacrificar demasiado.

LAURA A veces es necesario cortarse una pierna para salir de las trampas de
la vida.

BEATRIZ Supongo que sí.

LAURA ¿Cuánto llevas casada?

BEATRIZ Seis meses.

LAURA ¿Quieres a tu marido?

BEATRIZ (Sorprendida) Por supuesto. ¿Cómo no iba a quererle?

LAURA No lo sé. La gente se casa por razones muy diversas. Me pareces una
chica con muchos principios.

BEATRIZ ¿Y?

LAURA Pues que he conocido a gente –no digo que tú seas una de esas, sólo
que los he conocido- gente con muchos principios que conoce a otra
persona también con muchos principios y se casan. Entonces un día
descubren que eran sus principios los que se habían casado, que ellos
sólo iban en el lote.

BEATRIZ Ya.

LAURA Patricia ha pasado por muchos cambios en los últimos años. Y no lo


digo sólo por el divorcio.

BEATRIZ ¿En serio? ¿A qué te refieres?

LAURA Era una auténtica montaña rusa emocional. Un día estaba eufórico, el
mundo era un lugar maravilloso y era feliz de vivir en él, y al
siguiente no parecía que estuvieras hablando con la misma persona.
Era como si algo en su interior se hubiera derrumbado. Y quién podía
culparle viviendo así. ¿No?

BEATRIZ No te entiendo.

32
LAURA Vivía en una casa con un hijoputa y sus hijaputillas. Sobre eso
escribió Dante. ¿No has leído “El Infierno”?

BEATRIZ No.

LAURA Pues léelo. Descubrirás que en lo más profundo del Averno está el
demonio enterrado en hielo hasta arriba. Y más abajo hay una
habitación donde te encierran con una pandilla de hijosdeputa.

BEATRIZ No recuerdo haber leído en la Biblia nada parecido.

LAURA Claro que no. Es demasiado horrible, ¿quién iba a publicar eso?

BEATRIZ (Seria) Así que Patricia era maniaco-depresiva, ¿no?

LAURA No conozco el término clínico. Ésa era sólo mi impresión. Lo


importante es que ha encontrado una forma de estabilizarse. No sé
qué es, y mientras funcione la verdad es que ni me importa.

BEATRIZ Las cosas que una no sabe de una persona.

LAURA Por eso Dios nos dio ojos y oídos, para descubrirlas. Excepto algunas
cosas que no son de nuestra incumbencia.

BEATRIZ Por supuesto.

LAURA (A modo de advertencia) Beatriz, pregúntame lo que quieras sobre


Patricia, ¿vale? Estaré encantada de responderte si veo que eres
sincera. Pero no le preguntes a ella, ¿vale? Ha pasado por muchas
cosas y es mejor que no le presionen. (Patricia entra fumando un
cigarrillo) Hablando del Rey de Roma. ¿Y mis langostinos?

PATRICIA Come un poco de queso.

LAURA No quiero queso. Quiero langostinos.

PATRICIA Pues llama al servicio de habitaciones y que te suban algo.

LAURA Lo haría, pero no quiero avergonzarte delante de la chica.

33
PATRICIA Créeme, Laura. Ya no te queda nada por hacer que me pueda
avergonzar.

LAURA (Caminando hacia la barra) ¿Ves lo que tengo que aguantar, Beatriz?
Doce años así. Pero un día de estos llegaré al trabajo con una
ametralladora y saldremos en las noticias. ¿Seguro que no quieres
beber nada?

BEATRIZ Una Coca-cola.

LAURA Marchando ¿Y tú, Patricia? ¿Un ruso negro? ¿Martini con vodka y
limón?

PATRICIA Soda.

LAURA ¿Soda?

PATRICIA Eso es, soda. Con lima, por favor.

LAURA ¿Te encuentras bien?

PATRICIA Ya no bebo.

LAURA ¿En serio? ¿Desde cuándo?

PATRICIA Hace un tiempo.

LAURA (Mientras prepara las bebidas) Me cago en la leche. Yo no fumo, tú no


bebes, Beatriz no siente lujuria por los hombres… Parecemos la
Santísima Trinidad. Oye, ¿quién se encargará de las bebidas esta
noche?

PATRICIA Supongo que Beatriz.

BEATRIZ ¿Yo?

PATRICIA ¿Te importa?

BEATRIZ No, pero es que no tengo ni idea de cómo se hace.

34
LAURA (Haciéndole una demostración) Es muy sencillo. Mira. Lo echas en un
vaso. ¿Ves? Así. Ya eres barman.

PATRICIA Laura y yo no vamos a dar abasto.

BEATRIZ Bueno. Lo intentaré.

LAURA Es todo lo que te pedimos. Que lo intentes.

Laura les entrega las bebidas.

BEATRIZ (Tomando su bebida) Gracias.

LAURA (Hace gesto de brindar) Señoras. Por la profunda experiencia


religiosa que es hacer un buen trabajo con un mal salario.

PATRICIA Por nosotras.

TODAS beben.

LAURA (Mirando su reloj) Bueno, ¿a qué hora se supone que empieza esto?

PATRICIA A las siete.

LAURA ¿Tenéis hambre?

BEATRIZ Yo sí. Un poco.

LAURA ¿Patricia?

PATRICIA Supongo que podría comer algo.

LAURA ¿Qué te apetece?

BEATRIZ He visto un sitio al final de la calle qué decía “Comida casera”.

LAURA ¿Cómo la de mi suegra? ¡No, por Dios!

PATRICIA Será mejor que comamos algo abajo.

LAURA Me parece un buen plan. Llenamos nuestros estómagos con comida


de hotel, acosamos un poco a los camareros… (Patricia echa a Laura
una suave mirada llamándole a la disciplina)… o no. (Animada) Y

35
después volvemos aquí y enseñamos a Beatriz como se hacen
negocios.

BEATRIZ Estoy deseándolo.

LAURA Bien, ¿estás preparada para el gran momento, Beatriz?

BEATRIZ (Envalentonada) Me parece que sólo hay una forma de averiguarlo, y


es tirándome a la piscina sin saber nadar.

Laura echa a Patricia una mirada de complicidad, después se vuelve hacia Beatriz.

LAURA Creo que no estás entendiendo bien. Estamos a punto de lanzarte


desde un precipicio a ver si sabes volar.

La valentía de Beatriz se convierte en temor. Las luces se funden rápidamente a


oscuro.

36
ACTO II

ESCENA 1

Es cerca de la medianoche de ese mismo día. Nos encontramos en la misma suite,


donde hay esparcidos restos de basura equivalentes a cinco horas de fiesta (vasos
sucios, servilletas arrugadas y cosas así). Las bolas de queso no son más que una
sombra de lo que fueron y la mayor parte de la comida ha desaparecido. La puerta
del balcón está ligeramente abierta para que se ventile la habitación.

PATRICIA Y qué me dices de ese hijoputa que ha estado casi dos horas
hablándome de baloncesto. Y lo único que ha hecho es dejar claro
que no tiene ni idea. Eso es lo que me mata de estas cosas. Un tío se
libra de su mujer durante un par de días, le das un par de copas y de
repente se convierte en experto mundial en deportes. Por eso creó
Dios a las esposas, Beatriz. Para que los hombres sepan cuando se
comportan como capullos.

BEATRIZ La Biblia dice que Dios creó a Eva como ayuda.

PATRICIA ¿Cómo qué?

BEATRIZ Como una ayudante para Adán, con el fin de satisfacer sus
necesidades.

PATRICIA Bueno, no estoy segura de eso. Por lo que sé, Dios creó a la mujer a
imagen y semejanza para que el hombre pudiera verse reflejado. Ver
lo capullo que es. Ya que me hablas de almas te diré que un hombre
no tiene la menor idea de cómo es la suya hasta que se ve reflejado
en los ojos de la mujer con la que está casado. Y entonces se pasará el
día siguiente vomitando, porque un hombre honesto no aguantaría la
visión. (Laura entra. Aún llena de energía, pero con aspecto algo
abatido) Bueno, ya era hora. ¿Dónde coño has estado?

LAURA ¿Cómo que “dónde coño he estado?” ¿Dónde crees tú? Durante las
últimas dos horas, mientras tú andabas por aquí de copitas yo he
estado buscando al Pez Gordo.

37
BEATRIZ ¿Al qué?

LAURA Al Salvador, Beatriz. El Jefe Supremo. El hombre que con una sola
palabra podría salvar de la ruina a esta empresa.

PATRICIA ¿Le has encontrado?

LAURA Patricia. Usa tu intuición por un momento. Emplea tu don divino para
extraer la verdad de una situación. ¿Tengo pinta de haberle
encontrado?

PATRICIA No.

LAURA Bien. Aún lo conservas.

BEATRIZ ¿De quién estáis hablando?

LAURA Del Pez Gordo. La Gran Ballena Blanca. ¿Has leído “El viejo y el mar”?

BEATRIZ No.

LAURA Bueno, da igual. Hablamos del hombre que representa como entidad
el mayor cliente que esta empresa haya tenido y probablemente
tenga jamás.

PATRICIA Cliente potencial.

LAURA Potencial, sí, haces bien en resaltarlo, amiga mía. El que podría haber
sido. Porque era nuestra tarea, tuya y mía, convertir esa
potencialidad en una realidad, mimar a ese hombre, cortejarle,
prometerle favores si fuera necesario para que se quedase con
nosotras. (A Patricia) ¿Pero lo hemos conseguido o no? ¿Votos al
“no”? (Laura levanta la mano)

PATRICIA No pasará nada.

LAURA Claro que no pasará nada. Después de que saquen nuestros cuerpos
del río y nuestras almas suban al Cielo. Lo malo es todo lo que pasará
entre medias. La parte en que nos despellejan vivas y nos echan al
fuego, ésa será la más dura. El resto es pan comido.

38
PATRICIA Sírvete algo y relájate. Ya no podemos hacer nada.

BEATRIZ ¿Tuviste que ir a buscar a ese hombre? ¿Por qué?

LAURA No teníamos que hacerlo. Hubo que ir. Pero no, no teníamos que
hacerlo. Él tenía que aparecer aquí esta noche según “el plan”. (Con
sarcasmo, aludiendo a Patricia) Alguien tenía que haberle llamado y
confirmar la invitación. Alguien tenía que haberle traído hasta aquí a
tomar una copa. Alguien tenía que haber hecho eso.

PATRICIA Yo hice mi trabajo.

LAURA ¿Le llamaste?

PATRICIA Joder, claro que le llamé.

LAURA Bien… ¿Y hablaste con él personalmente?

PATRICIA (Titubea un momento) Hablé con su secretaria. Él estaba con una


llamada al extranjero. Pero ella me aseguró que vendría.

LAURA ¿Ah, sí? Pues se quedó contigo. Seguro que estaba con un montón de
compañeras alrededor del manos libres, todas partidas el culo de
risa.

PATRICIA Lo más probable es que le haya pasado algo.

LAURA Claro que le ha pasado algo. Es evidente que algo le ha pasado. Entró
por esa puerta, echó un vistazo a lo que tú llamas aperitivos y se fue
cagando leches, ignorando por completo el hecho de que estaba en la
planta 10ª con vistas sobre todo el polígono.

BEATRIZ Quizás se puso malo a última hora.

LAURA No, está aquí. Llevo oyendo pronunciar su nombre toda la noche. No
hay duda de que está aquí. ¡Sólo que no está aquí! No sé si captáis el
sutil matiz. (A Patricia) De modo que nosotras –tu y yo, como grupo-
estamos jodidas.

PATRICIA No estamos jodidas.

39
LAURA Vale. Fastidiadas. En la mierda. Con el culo abierto. En medio de la
caquita. Como quieras llamarlo.

PATRICIA Tendremos que buscar otra forma, eso es todo.

LAURA Patricia. ¿Estás sorda? Estoy diciéndote que le hemos perdido. Estaba
invitado y no ha aparecido. Somos como los dinosaurios tras el
cambio climático, nos vamos a extinguir. Estamos… en una palabra…
jodidas.

BEATRIZ ¿No podéis llamarle y concertar una cita con él?

LAURA No se pueden concertar citas con ese tío. Es el presidente. Te deriva a


sus empleados.

BEATRIZ Pues contactamos con uno de ellos.

LAURA Son un montón de capullos. Todos. Hay gente en puestos de mando


que si le ofreces algo manifiestamente superior a lo que están usando
¿sabes qué te dice? Te dice: “Que te den. No nos apetece probar nada
nuevo”. Porque nadie quiere cambiar las cosas, Beatriz. Por eso a
veces tienes que pasar por encima de las mentes estrechas. Tienes
que llegar hasta alguien más arriba en el escalafón que pueda
decirles: “Me gustaría que considerarais seriamente lo que este
nuevo producto puede significar para la empresa. Pensadlo bien,
porque o probáis el producto o que os den por el culo porque
estaréis despedidos” Y eso, en resumen, es por lo que Patria y yo
estábamos aquí. (A Patricia) Pero no lo hemos logrado, amiga
Patricia. Ergo quod erat demostrandum: estamos jodidas.

PATRICIA Llamaré a su secretaria mañana.

LAURA ¡Patricia! ¿No oyes lo que te estoy diciendo? Ya sé que es humano


creer que aún nos queda una oportunidad con ese hombre, pero es
una fantasía. Te diré otras dos que quizás no conozcas. Una: Papá
Noel no existe. Y dos: ¿Recuerdas cuando dejabas un diente bajo la
almohada y encontrabas dinero a la mañana siguiente? Pues lo ponía

40
tu padre. Siento tirar por tierra todos tus fundamentos filosóficos
pero es hora de afrontar los hechos. Volveremos a casa y nos dirán:
“Patricia, Laura, venid a mi despacho un momento, tengo algo para
vosotras. Poned el culo.” (Pausa) ¿Y tú qué dices, Beatriz? ¿Quieres
ganarte la vida con esto?

BEATRIZ No lo sé. Me parece un trabajo atractivo.

LAURA ¿Ah, sí? ¿Y eso?

BEATRIZ Oyes muchas cosas interesantes.

LAURA Cierto. Ampliamente superadas por un montón de mierda, pero


supongo que están ahí si quieres escucharlas.

BEATRIZ ¿Siempre viene tanta gente?

LAURA Te pareció mucha gente porque la suite es diminuta.

PATRICIA (Exasperada) ¡Laura!

LAURA Disculpa, Patricia. Se me han subido las zanahorias

BEATRIZ He conocido a un hombre que me ha estado hablando de perros.

LAURA ¿De perros?

BEATRIZ Sí.

LAURA ¿Y qué te contaba?

BEATRIZ Nada, que siempre había tenido uno. Decía que, de un modo u otro,
siempre había habido un perro en su vida. La mayoría pastores
alemanes.

LAURA Mucha gente tiene perros. No es tan raro.

BEATRIZ Ya lo sé, pero eso nos llevó a hablar de todo tipo de cosas. Resulta
que acababa de sacrificar al último porque había mordido a alguien,
y entonces empezó a hablarme del anterior y luego del anterior a ése,

41
y sin darse cuenta me había hecho un repaso de su vida a través de
todos sus perros. Me contó unas historias fascinantes.

LAURA (Abatida) Ojalá estuviera María aquí.

BEATRIZ ¿Quién es María?

LAURA La mejor comercial que ha tenido nunca esta puta empresa. Joder,
qué talento.

BEATRIZ ¿Lo que se dice “una mujer de éxito”?

LAURA Mucho más que eso. Tenía “el don”. Como algunos deportistas, que
parece que hacen algo que siempre supieron en lugar de haberlo
aprendido. Pues así era María pero con la gente. Una vez me
contaron –no sé si es cierto o no- que estaba en una de estas
convenciones vendiendo neumáticos y había un tío sentado solo en
una esquina. Pasa, a veces van solos. El caso es que María coge uno
de los neumáticos, lo lanza rodando hasta donde estaba el otro y
dice: “¿qué te parece?” Al tío no le parecía nada, la acababan de
lanzar un neumático y ya está. Pero va María y añade: “Que me calle,
¿no?” ¿Lo ves? En eso era buena, en hacer que la gente se sintiera
cómoda.

BEATRIZ ¿Quién era el otro?

LAURA ¿Qué más da? Lo importante es que, de repente, se sintió parte de la


fiesta. Pero te aseguro una cosa: Ese tío recordó el nombre de María
de por vida. Seguro que enmarcó su tarjeta y la colgó en la pared.

BEATRIZ ¿Dónde está ahora?

LAURA Disfrutando de su gran recompensa.

BEATRIZ Ya.

LAURA Creo que está en Benidorm.

PATRICIA Alguien me dijo que era dueña de varios Burguer King

42
LAURA (Con resignación) Pero los días de María ya han pasado, amiga mía.
Ahora son los días de Laura y Patricia; o Patricia y Laura, como
prefieras. Dos mujeres a las que están a punto de darles por el
mismísimo culo.

PATRICIA No nos pasará nada.

LAURA Pues espero por nuestro bien que tengas razón. Porque dejar que el
Sr. Fuller se escurra así de nuestras manos podría ser considerado
por algunos como un acto de incompetencia.

BEATRIZ ¿Has dicho Fuller?

LAURA Sí. Dick Fuller.

BEATRIZ Es con quien he estado hablando.

LAURA ¿Qué?

BEATRIZ El hombre de los perros era Dick Fuller.

LAURA Anda ya.

BEATRIZ En serio. Mira. Me dio su tarjeta.

Beatriz saca una tarjeta de visita del bolsillo y se la entrega a Laura.

PATRICIA Me cago en la puta.

LAURA (Cogiendo la tarjeta) Déjame ver.

PATRICIA (Quitándole la tarjeta a Laura) Dijiste que habías revisado los


nombres de todo el mundo.

LAURA Y lo hice, Patricia, lo juro por Dios. A todos los que no llevaban
distintivo les pregunté su nombre, por eso no entiendo cómo ha
pasado.

BEATRIZ No lo llevaba. Quiero decir que no llevaba su distintivo, sino el de


otro.

43
PATRICIA ¿Por qué mierda iba a llevar el distintivo de otro?

BEATRIZ Yo qué sé. Creo que había tomado una copa antes de venir, quizás lo
intercambió con alguien. Me dio la impresión de que quería estar
solo. Estaba muy deprimido por lo del perro.

LAURA ¡Me cago en la puta! Dick Fuller estaba al alcance de la mano y le


hemos perdido, Patricia. Le teníamos y le hemos dejado escapar.

BEATRIZ Lo siento.

PATRICIA No es culpa tuya.

LAURA ¿De qué más hablasteis?

BEATRIZ No sé… de cosas.

LAURA ¿Podrías ser un poco más específica? ¿Hablasteis del tiempo, de


deportes, de qué?

BEATRIZ De perros, sobre todo.

LAURA ¿Ya está?

BEATRIZ Bueno, de eso y de nuestras familias. Me preguntó por mi marido.

LAURA ¿Tu marido?

BEATRIZ Sí.

LAURA ¿Le dijiste que, aunque estuvieses casada, podías ser suya a cambio
de un pequeño negocio con nosotras?

PATRICIA ¡Laura!

LAURA ¿De qué más hablasteis?

BEATRIZ Pues… no sé. De religión.

LAURA (Boquiabierta, tras una pausa) ¿De religión?

BEATRIZ Sí.

44
LAURA ¿Hablaste con el presidente de una de las mayores empresas
industriales de Europa acerca de religión?

BEATRIZ No sabía que era él.

LAURA Exactamente, ¿qué le dijiste acerca de la religión?

BEATRIZ Sólo hablamos.

LAURA Ya lo sé. Lo que estoy tratando de averiguar es qué le dijiste. No le


llevarías la contraria, ¿verdad?

BEATRIZ No.

LAURA Gracias a Dios. Esa es la primera regla cuando se habla de religión en


una de estas reuniones. Nunca contradigas a nadie, sobre todo a un
cliente. Corrijo: ésa es la segunda regla. La primera es: ni hablar.

BEATRIZ ¿Ni hablar qué?

LAURA Que no hables de religión. Y la segunda es: pase lo que pase, nunca
contradigas a un cliente.

BEATRIZ ¿Y si piensas que no tiene razón?

LAURA Sí que la tiene. Ésa es la tercera regla. Si está en posición de hacer


negocios contigo entonces por un breve periodo de tiempo se halla
en posesión absoluta de la verdad. En exclusiva. ¿Entiendes?

BEATRIZ ¿Y si dos clientes se ponen a hablar y resulta que discrepan?

LAURA Entonces te alejas, buscas un escondite, te cubres y observas los


vasos volar.

BEATRIZ ¿Me estás diciendo que no crees posible mantener una conversación
civilizada sobre religión?

LAURA No, no lo creo. ¿Dentro de los confines de una iglesia donde se espera
el mejor comportamiento de todos? Vale. Pero aquí, en una
convención, nunca. Por eso existe la primera regla.

45
BEATRIZ Pues por lo visto aún sigo viva.

LAURA ¿Le contradijiste?

BEATRIZ No.

LAURA Por eso sigues viva.

BEATRIZ Me pareció una charla muy agradable.

LAURA ¿Pero cómo cojones acabasteis hablando de religión?

BEATRIZ Surgió. Con la historia de la muerte de sus perros y todo eso.

LAURA ¿Le dijiste que sus perros estaban en el Cielo?

BEATRIZ No.

LAURA ¿Le dijiste que estaban en el Infierno?

BEATRIZ Claro que no.

LAURA ¿Entonces qué? ¿Qué le dijiste?

BEATRIZ Sólo hablamos. Lo de los perros no fue más que una introducción al
tema de la vida y la muerte.

LAURA (Con prudencia, tras una pausa) ¿Una “introducción”?

BEATRIZ Eso es.

LAURA Lo que implica, ¿verdad?, que andabas buscando la oportunidad para


hablar con alguien de la vida y la muerte.

BEATRIZ Supongo. Claro.

LAURA “Claro” no, Beatriz. No me digas “claro” como si tuviera que saberlo.
Porque la gente en general no va por ahí buscando la oportunidad
para sacar una conversación sobre la vida y la muerte, la religión y
cosas así.

BEATRIZ Algunos sí.

46
LAURA Cierto. Algunos. Y por lo visto, tú eres de este tipo de personas. Pero
la mayoría no. No es algo que surja. La mayoría, si sacas el tema, dirá
que la vida es buena y la muerte mala. Punto y final. No van por ahí
buscando oportunidades.

BEATRIZ Entonces supongo que no soy como la mayoría.

LAURA De eso puedes estar segura.

BEATRIZ Es que pienso que es importante que la gente conozca tus creencias.

LAURA (Sin aliento) Dios Santo.

BEATRIZ Si hubiera sabido que era alguien con el que se supone debías hablar
te lo habría dicho. Te lo habría hecho saber de alguna manera.

PATRICIA No es culpa tuya.

LAURA ¡Patricia!

PATRICIA No lo es. ¿Cómo iba a saberlo? Sólo estaba hablando.

LAURA Hablando, sí. Lo sabemos. ¿Pero escuchando? No, no lo creo. Al


menos no en busca de oportunidades que favorecieran los intereses
de la empresa. Si la conversación se hubiera mantenido en un plano
más temporal, entonces quizás –sólo quizás- habría llegado al punto
en que se mencionaran los lubricantes.

PATRICIA Eso no lo sabes.

LAURA Creo que las probabilidades habrían sido mucho mayores. Pero en
cambio no se permitió que la conversación siguiera su curso natural
porque alguien estaba al mando dirigiéndola. ¿Tengo o no razón,
Beatriz?

PATRICIA Parece que el hombre quería que le dejaran en paz.

LAURA Esa no es la cuestión, y lo sabes.

BEATRIZ Patricia tiene razón. Prácticamente lo dijo.

47
LAURA (Exasperada) Pero era nuestro trabajo, amigas mías, compañeras,
coleguitas, vencer su deseo y captar su interés, al menos por un corto
periodo de tiempo. Porque si realmente hubiera querido estar solo se
habría quedado en su habitación. No tenía deseo alguno de que le
dejaran en paz, sino únicamente de no hablar de negocios.

PATRICIA En cualquier caso el resultado es el mismo.

LAURA No, Patricia. Porque hay formas de eludir eso y lo sabes. Sin
presionarle, pero haciéndole saber por qué vinimos aquí. A eso me
refiero.

BEATRIZ Lo siento.

LAURA Tarde.

BEATRIZ ¿Qué puedo hacer?

LAURA Nada. No hay absolutamente nada que puedas hacer ya. (Tras una
pausa) ¿Mencionó dónde se alojaba?

BEATRIZ En el hotel.

LAURA ¿Este hotel?

PATRICIA ¿Qué vas a hacer? ¿Ir a llamar a su puerta? Es más de medianoche.

LAURA Sólo estoy preguntando, ¿vale? Porque a lo mejor mañana en el


desayuno podríamos accidentalmente encontrarnos con él.
Accidentalmente digo.

PATRICIA Ni siquiera sabemos qué cara tiene.

LAURA Beatriz sí.

BEATRIZ Estaría dispuesta. Por mí, bien.

LAURA Sólo por curiosidad, Beatriz. ¿Cómo iba vestido?

BEATRIZ Con una camisa de sport, creo. Y vaqueros, si no me equivoco.

48
LAURA ¿Vaqueros? No me extraña que no le preguntara el nombre. Si
parecía un cualquiera.

PATRICIA (Mientras examina el reverso de la tarjeta)¿Qué es esto que pone en el


reverso de la tarjeta, Beatriz?

BEATRIZ Es el sitio al que dijo que iría después.

LAURA ¿Qué?

BEATRIZ Es una especie de fiesta privada en ese hotel que hay al final de la
calle.

LAURA (Laura coge la tarjeta) ¿Y por qué no lo has dicho antes? ¿A qué
estamos esperando? ¡Vamos!

BEATRIZ No podemos.

LAURA ¿Cómo que no podemos?

BEATRIZ Sólo se puede entrar con invitación.

LAURA ¿Y?

BEATRIZ Pues que creo que se enfadaría si aparecemos todas allí. Hizo mucho
hincapié en que era una fiesta privada.

LAURA ¿Fiesta privada? Vamos.

PATRICIA Laura, espera.

LAURA ¿Qué pasa?

PATRICIA Puede que Beatriz tenga razón. A lo mejor no es buena idea aparecer
allí.

LAURA ¡Patricia!

PATRICIA Piénsalo. ¿De verdad quieres cabrear a ese tío presentándote en


medio de esa fiesta privada?

49
LAURA Bien, ¿y qué propones? ¿Quedarnos aquí paradas mientras se nos
escapa el cliente de nuestra vida?

PATRICIA No.

LAURA ¿Entonces qué?

PATRICIA Enviemos a Beatriz.

LAURA ¿Qué?

PATRICIA Te dio esto como invitación, ¿verdad?

BEATRIZ Dijo que me dejarían entrar.

LAURA (Dolorida) Patricia, Patricia, Patricia, Patricia. ¡No me hagas esto, tía!

PATRICIA No tenemos elección. Es la única forma legítima de entrar allí.


Además… (Tratando de camuflar su propio miedo)…él conoce a
Beatriz. Ya han hablado.

LAURA Estás poniendo nuestro futuro en manos de una cría. (A Beatriz) No


te lo tomes a mal. Me caes bien. Seguro que si fuéramos vecinas
haríamos barbacoas juntas pero apenas tienes experiencia.

PATRICIA Todo irá bien. Dame tu tarjeta.

LAURA Me cago en la puta.

Patricia toma la tarjeta de Laura y saca una de las suyas.

PATRICIA Esto es lo que tienes que hacer, Beatriz. ¿Me escuchas?

BEATRIZ Sí.

PATRICIA Quiero que vayas a ese hotel a buscar al Sr. Fuller. Si tienes suerte y
sigue allí quiero que le des nuestras tarjetas y le digas que nos
gustaría mucho reunirnos con él. ¿Entendido? Dile que andaremos
por ahí hasta mañana al mediodía y que estamos a su entera
disposición, Pídele por favor que se ponga en contacto con Laura a
conmigo para hablar muy brevemente de negocios. Explícale que

50
sabemos que está ocupado y que no le robaremos mucho tiempo,
pero que queremos hablar con él. ¿Podrás hacerlo?

BEATRIZ Claro. Lo intentaré.

PATRICIA Es lo único que tienes que hacer. Darle las tarjetas e irte.

BEATRIZ ¿Y si quiere hablar?

LAURA Entonces ve y habla con él. Cuarenta días con sus cuarenta noches si
es necesario hasta que se canse, ¿capisci? Y después vuelves y nos
cuentas cómo ha ido.

BEATRIZ ¿Me esperaréis aquí?

LAURA Hasta el próximo trimestre fiscal. Después ya no aseguro nada.

PATRICIA Lo harás bien. Tranquila.

LAURA Perdona por dudar de ti. Lo harás bien, si sigues las indicaciones al
pie de la letra ¿Entendido?

BEATRIZ Sí.

LAURA Bien. Ahora vete. No pierdas tiempo.

BEATRIZ Vale. Os veo luego.

Beatriz sale con urgencia.

LAURA (Alzando la voz para que le oiga Beatriz) ¡Corre! ¡Pero no demasiado!
¡Si sudas no querrá acercarse a ti! (Pausa) Patricia. ¿Me definirías
como una mujer religiosa?

PATRICIA Ni lo más mínimo.

LAURA ¿Entonces por qué me invade este irresistible deseo de rezar?

OSCURO

51
ESCENA II

Es poco más de la una de la madrugada de esa misma noche. El escenario está


tenuamente iluminado. Laura está con la mirada perdida. Patricia está de pie junto a
la puerta. Gran parte de la conversación que sigue (especialmente por parte de
Patricia) está marcada por un tono general de indiferencia.

PATRICIA ¿Qué hora es?

LAURA (Indignada) Por el Amor de Dios, ¿cuándo te vas a comprar un reloj?


Así no tendrías que ir preguntando siempre la hora. (Pausa) Hago
muy bien en no decírtela. Así te quedarás ahí regodeándote en tu
ignorancia preguntándote qué hora será, sin saberla. (Tras un
momento mira el reloj) La una y diez.

PATRICIA Gracias.

LAURA ¿Le habrá encontrado?

PATRICIA Sí.

LAURA ¿Por qué estás tan segura?

PATRICIA Si no, ya habría regresado.

LAURA No tiene por qué. Podría estar en la esquina sermoneando a un


borracho.

PATRICIA Todo irá bien.

LAURA (Cansinamente) Sí. (Pausa) Patricia, ¿puedo preguntarte una cosa en


serio?

PATRICIA ¿Qué?

LAURA ¿Estás tomando alguna medicación?

PATRICIA ¿De qué hablas?

LAURA Ya sé que no es asunto mío, pero me gustaría saberlo.

52
PATRICIA ¿Qué te hace pensar eso?

LAURA Porque nunca te había visto tan relajada como ahora. Parece que este
asunto te importara una mierda.

PATRICIA Y así es.

LAURA Sí, bueno, ya sé que hasta cierto punto a todos nos importa una
mierda. Pero en tu caso es como si no fuera contigo.

PATRICIA Estoy cansada.

LAURA Ha sido un día muy largo.

PATRICIA No me refiero a eso.

LAURA (Con prudencia, tras una pausa) Sé a qué te refieres. Y te comprendo,


de veras que sí. Sabemos que lo has pasado mal últimamente. Y hace
tiempo que quería decirte que si necesitas alguna cosa, en serio, lo
que sea, no dudes en llamarme de día o de noche. Te lo habría dicho
antes, pero pensé que se sobreentendía.

PATRICIA En cierto modo lo sabía.

LAURA Y no te equivocabas.

PATRICIA Últimamente tengo muchas cosas en la cabeza.

LAURA ¿Cómo qué?

PATRICIA (Tras una pausa) He estado pensando en hacer algunos cambios.

LAURA (Con prudencia) ¿Qué clase de cambios?

PATRICIA No sé… Cambios.

LAURA ¿Seguro que es la decisión correcta? No hace mucho que te han


sobrevenido un montón de cambios. Quizá sea el momento de dejar
reposar las cosas.

53
PATRICIA He estado dándole vueltas a la idea de buscar trabajo en algo
diferente.

LAURA ¿Te refieres a algo que no sean ventas?

PATRICIA Sí.

LAURA Mira, Patricia. Como amiga, como alguien que podría decirse te
conoce íntimamente, te diría que es una mala idea. Incluso me
atrevería a decir que es una mierda de idea.

PATRICIA ¿Por qué?

LAURA Primero, porque naciste para esto. Tienes un don.

PATRICIA Yo no soy María.

LAURA Nadie es María. María no existe. Ella es lo que nosotras hemos


querido que sea. Y segundo, no me entusiasma la idea de salir a la
carretera con alguien nuevo.

PATRICIA Pasará tarde o temprano.

LAURA No tiene por qué. Esperaba que acabásemos en una especie de


suicidio a dúo.

PATRICIA ¿Y Beatriz?

LAURA ¿Qué le pasa?

PATRICIA Es una joven brillante. Sabe tratar a la gente.

LAURA ¿Estás sugiriendo que metan a Patricia en ventas? Las cosas que te
hace decir la soda.

PATRICIA Tiene la cabeza bien amueblada.

LAURA Dejémoslo, ¿quieres?

Pausa.

PATRICIA (Distante) También he estado pensando en otras cosas últimamente.

54
LAURA Bueno, mira, si algo te reconcome, sácalo. No es bueno quedártelo
dentro. ¿Sobre qué exactamente has estado pensando tanto?

PATRICIA (Encogiéndose de hombros) La vida.

LAURA ¿La vida?

PATRICIA Y la muerte.

LAURA (Exasperada) Por favor, tú no. ¿Por qué de pronto todo el mundo
piensa en la vida y en la muerte? ¿Es que hay algo que sepan todo
menos yo, como la llegada de una plaga que nos barrerá del planeta?

PATRICIA Cosas más raras pasan.

LAURA No, hasta que no salen en el periódico. Si Jesús decide volver al


mundo tiene que comunicarlo con dos días de antelación. Así tienen
tiempo de hacer uno de esos gráficos.

Breve pausa.

PATRICIA También he pensado en Dios últimamente. Me hago preguntas.

LAURA ¿Sobre Dios?

PATRICIA Sí.

LAURA ¿Qué le pasa?

PATRICIA ¿Tú nunca te has “hecho preguntas” sobre Dios?

LAURA Claro que sí. Todo el mundo se las hace de vez en cuando, sólo que
algunas no nos obsesionamos. Le damos su lugar. Yo también tengo
mis creencias.

PATRICIA ¿En qué crees?

LAURA Yo qué sé.

PATRICIA Cuando era niña, una vez soñé con Dios. Soñé que le encontraba
dentro de un armario en medio de una ciudad arrasad por el fuego. Y

55
allí en mitad de todo aquello había un armario, solo. Me acerqué, abrí
la puerta y ahí dentro estaba Dios, escondido. Recuerdo que tenía
una gran cabeza de león. Pero yo sabía que no era un león. Era Dios.
Estaba asustado, así que le tendí la mano, le saqué del armario y le
dije: “No tengas miedo, Dios, estoy a tu lado”. Acababa de ponerse le
sol. Nos quedamos allí, los dos, dándonos la mano, contemplando
todo aquel desastre. Y no sé por qué, pero siempre me ha
obsesionado la idea de que tengo algún tipo de misión aquí en la
Tierra.

LAURA ¿Qué clase de misión?

PATRICIA No tengo ni idea.

LAURA Te diré cuál es tu misión. Tu misión, Patricia, es la misma que la mía:


actuar como enlace entre distintas partes. Somos los embajadores
del nuevo orden.

PATRICIA Las preguntas sobre Dios no te inquietan, ¿a que no?

LAURA Tarde o temprano tendremos respuesta a todas. Y mientras tanto, el


hecho de que me las haga no va a cambiar nada, así que no me quita
el sueño.

PATRICIA ¿Y si algo dependiera de tus creencias en Dios?

LAURA (Con franqueza) Bueno, entonces tomaría mis decisiones de la mejor


forma posible y tendría que vivir con las consecuencias.

PATRICIA Pero aún así tú te haces preguntas, ¿verdad?

LAURA Lo que necesitas son unas vacaciones.

PATRICIA Acabo de tenerlas.

LAURA Pues necesitas otras. O a lo mejor necesitas salir con… ¿cómo se


llama? El calvo.

PATRICIA ¿Víctor?

56
LAURA Exacto, Víctor. Mira, en cuanto regreses a casa llamas a la oficina y les
dices “me encantaría ir esta tarde a trabajar, pero la verdad es que
estoy pasando por un momento en el que me importa un carajo vivir
o no, así que ya os veré en un par de semanas”. Después llamas a…

PATRICIA Víctor.

LAURA Víctor, eso es. Le llamas y le dices que has cogido una habitación en el
Hotel Deli. Te compras una tonelada o dos de condones, le llevas allí
y os ponéis a hacerlo como conejos en celo.

Pausa.

PATRICIA (Ausente) Laura. ¿Me quieres?

LAURA (Sorprendida) ¿Si te quiero?

PATRICIA Sí.

LAURA Bueno… eso depende de a qué te refieras. Si me preguntas si estoy


dispuesta a darte hijos, entonces no, no te quiero ¿Por qué?

PATRICIA Sólo lo preguntaba.

LAURA Claro que sí, ¿cómo no iba a quererte? Mantienes una buena higiene,
vistes muy bien, no hablas con la boca llena… Tienes que querer a
alguien así.

PATRICIA (Sin acritud) Olvídalo.

LAURA (Con franqueza) ¿Si te quiero? No lo sé. Es una pregunta difícil. ¿Qué
te ha hecho pensar en eso?

PATRICIA Pensaba en un versículo de la Biblia que aprendí de niña. “Y Jesús


dijo: no hay amor más grande que el del hombre que entrega su vida
por un amigo”.

LAURA ¿Me estás preguntando si estaría dispuesta a morir por ti?

PATRICIA Supongo que sí.

57
LAURA Vaya, Patricia, estás llevando las cosas un poco lejos, ¿no? A ver, ¿en
qué situación podríamos llegar a vernos para que fuera necesario
que muriese por ti?

PATRICIA Ni idea.

LAURA ¿A qué te refieres… a que me tire por el balcón si te da la gana? Pues


no lo haría.

PATRICIA Yo no te lo pediría.

LAURA Y si me lo pidieras te diría: “Patricia, colega, hemos disfrutado de una


larga y feliz relación durante estos últimos años, pero en respuesta a
tu petición, no, que te den, no pienso saltar por el balcón.” Y luego me
iría sin ningún remordimiento.

PATRICIA Y harías bien.

LAURA Pero ¿quererte? No es fácil saberlo. (Para sí misma, principalmente)


No estoy segura de a quién quiero. Hay muchas personas que me
gustan, pero querer… eso es algo muy diferente.

PATRICIA No pasa nada.

LAURA Ya.

Laura se levanta para rellenar la copa. Patricia permanece con la mirada perdida sin
prestarle atención.

PATRICIA Anoche vi un documental en TV. Había unas cabras montesas a las


que perseguía un helicóptero. Era increíble. Iban por un lado y de
repente, ¡pam!, cambiaban de dirección. ¡Pam! ¡Pam! Así. Bailando
alrededor de los peñascos, sin tiempo para pensar por qué lo hacían.
Pero luego las ves en el zoo dando tumbos, sin rumbo fijo, viviendo a
impulsos.

LAURA (Con ironía) Víctor, Patricia. No dejes de hacerlo.

PATRICIA (Ausente) Descuida.

58
Beatriz entra, un poco decepcionada por encontrar a Laura aún levantada a esas
horas de la noche.

LAURA ¡Ha vuelto!

PATRICIA Te lo dije.

LAURA ¿Cómo ha ido?

BEATRIZ Bien.

PATRICIA ¿Le has encontrado?

BEATRIZ Sí. Le he encontrado.

PATRICIA ¿Y?

BEATRIZ (Dubitativa) Y… hemos hablado.

LAURA ¿Y?

BEATRIZ Y nada, sólo hablamos.

LAURA ¿De qué habéis hablado? (Breve pausa) Beatriz. ¿De qué habéis
hablado?

BEATRIZ De muchas cosas.

LAURA ¿Cómo cuál? Dinos una por ejemplo. ¿Le diste nuestras tarjetas?

BEATRIZ No tuve la oportunidad.

LAURA ¿Qué no tuviste…?

BEATRIZ Lo siento.

LAURA ¿Le dijiste que Patricia y yo teníamos interés en verle para hacerle
una oferta?

BEATRIZ No.

LAURA ¿Entonces de qué hablasteis?

BEATRIZ (Pausa. Beatriz reúne fuerzas para la respuesta) Hablamos de Dios.

59
LAURA Hablasteis de…

BEATRIZ Jesús.

Pausa.

LAURA (Con forzada calma) ¿Y exactamente qué le has dicho sobre Jesús?
¿Mencionaste quizás qué gama de lubricantes industriales habría
preferido Jesús?

PATRICIA ¡Laura!

Laura hace un gesto a Patricia para que se calle.

LAURA ¿Qué le dijiste, Patricia?

PATRICIA Hablamos de cosas.

LAURA ¿Acerca de Jesús?

BEATRIZ Acerca de… muchas cosas.

LAURA Relacionadas con…

BEATRIZ Jesús.

LAURA Jesús. Ya veo. (Breve pausa) Así que el tema de los lubricantes no
surgió en absoluto, supongo.

BEATRIZ La naturaleza de la conversación se alejaba de eso.

LAURA La naturaleza de la conversación. ¿Ella solita?

BEATRIZ Sí.

LAURA De modo que la conversación empezó a tener vida propia hasta que
de repente, sin daros cuenta, allí estabais hablando de Dios. Disculpa,
de Jesús.

BEATRIZ Sólo manteníamos una conversación. Éramos dos personas


hablando.

60
LAURA Entonces no te entrometiste ni la dirigiste de forma alguna.

BEATRIZ No. Tan sólo… hablábamos.

LAURA (Sin alterar la voz, tras una pausa) Voy a decirte una cosa, Beatriz. Es
algo que no digo a muchas personas a menos que lo crea firmemente,
porque para mí equivale a mandar a alguien a la mierda.

BEATRIZ ¿Y qué es?

LAURA Que no te creo.

BEATRIZ ¿Que no…?

LAURA …te creo, sí. He hecho un gran esfuerzo por convencerme a mí mismo
de que lo que acabas de decir es verdad.

BEATRIZ Es la verdad.

LAURA Es posible, pero me cuesta creerlo. ¿Entiendes?

PATRICIA Laura, venga…

LAURA (Estallando) ¡No te metas, Patricia! Yo me encargo de esto, ¿vale? Así


que por favor, no me interrumpas.

BEATRIZ Está bien.

LAURA (Con forzada calma, rozando la dulzura. A Patricia) ¿Ves? Está bien (A
Beatriz, tras una pausa) Voy a hacerte una pregunta y quiero que me
respondas con sinceridad. ¿Lo harás?

BEATRIZ Por supuesto.

LAURA No me digas “por supuesto”. No es tan fácil dar una respuesta


verdaderamente sincera. Requiere esfuerzo. Tan solo di “sí”, si estas
de acuerdo.

BEATRIZ Sí.

61
LAURA Lo que quiero saber, Beatriz, es lo siguiente: ¿Quién sugirió, quién
mencionó –si lo prefieres- el tema de Jesús? ¿Quién lo sacó? Sé
sincera.

Beatriz mira a Patricia por un momento. Pausa.

BEATRIZ (En voz baja) Fui yo.

LAURA Tú…

BEATRIZ Sí.

LAURA …fuiste la primera… en hablar de Jesús.

BEATRIZ Sí.

LAURA Vale. Agradezco tu sinceridad. Podrías haberme mentido paro no lo


has hecho y te lo agradezco. Lo habría sabido, pero esa no es la
cuestión. Lo que me gustaría saber ahora –siguiendo en la misma
línea, con franqueza- es ¿por qué?

BEATRIZ ¿Por qué saqué el tema?

LAURA Sí. Qué te llevó a sacar el tema de Jesús de la nada.

BEATRIZ No fue de la nada. Era continuación de lo que veníamos hablando


aquí.

LAURA De acuerdo, tú ganas. Aquí, allí, me da igual. Lo que quiero saber es


¿por qué?

BEATRIZ Porque es muy importante para mí que la gente oiga hablar de Jesús.

LAURA ¿Para que ellos sepan que murió por sus pecados?

BEATRIZ Sí.

LAURA Y que los aceptará en el Cielo si siguen sus enseñanzas.

BEATRIZ Si tienen fe y reciben el bautismo, sí.

62
LAURA De acuerdo. Entonces voy a reformular la pregunta. Teniendo en
cuenta lo que ya sabes de la naturaleza de nuestra misión aquí y
comprendiendo lo importante –mejor dicho, lo esencial- que era para
nosotras reunirnos con el Sr. Fuller para el tema de los lubricantes,
¿por qué tú en cambio has decidido hablarle de Jesús?

BEATRIZ Porque creo que es más importante.

LAURA ¿Más importante… que nuestro tema? ¿Eso crees?

BEATRIZ Sí. “Nuestro tema” no significa tanto para mí como el destino del
alma humana.

LAURA ¿Ah, sí?

BEATRIZ Sí.

LAURA A pesar de que estamos en una convención donde es costumbre


hablar de negocios y todo eso.

BEATRIZ El Apóstol San Pablo dijo: “Estad preparados porque a la hora que
menos penséis…”

LAURA (Poniendo el grito en el Cielo) ¡No me cites las Escrituras!


(Recobrando el control tras un momento) Por favor. Estoy tratando de
mantener una conversación contigo. Así que deja a Dios a un lado,
¿quieres?

BEATRIZ No veo cómo podemos tener una conversación normal si no me dejas


sacar el tema de Dios.

LAURA Dios es accesorio en este asunto. Aquí estamos hablando de algo


mucho más importante que Dios.

BEATRIZ ¿Más importante que Dios?

LAURA Más importante que tu creencia en Dios, para que no te ofendas.


Hablamos de algo con mayor magnitud.

BEATRIZ Para mí no hay mayor magnitud.

63
LAURA (Con contundencia) La cuestión aquí no es tu creencia en Dios, ni tu
deseo de difundir esa creencia. La cuestión es qué hemos venido a
hacer aquí, cuál es nuestro propósito.

BEATRIZ ¿Y cuál es?

LAURA Estamos aquí para vender lubricantes, lubricantes industriales. No


para salvar almas.

BEATRIZ Tampoco estamos aquí para perseguir hombres y eso no parece


impedírtelo.

LAURA No vuelvas a echarme eso en cara. ¡Ni se te ocurra! No hay nada malo
en admirar el paisaje mientras estás trabajando. En el momento que
dejas de trabajar es cuando se convierte en pecado. Y para tu
información, niñata, llevo quince años en este trabajo, quince años
haciendo exactamente lo mismo que ahora, y nunca, ni una sola vez,
le he sido infiel a mi marido. He mirado a hombres, sí. Les he mirado
el culo. He deseado en lo más profundo de mi ser ver desnudos a un
par de ellos, pero eso es lo más lejos a lo que he llegado.

BEATRIZ Si miras a un hombre con lujuria es lo mismo que cometer adulterio.

LAURA ¡Me cago en la puta, no lo es! Mirar a un hombre, desearlo, querer


estar en la cama al lado de él, encima de él –para ser más explícita- y
alejarte por el bien de todo lo que no quieres destruir en tu vida, no
es en absoluto reprochable.

BEATRIZ Eso no es lo que dijo Jesús.

LAURA ¡Entonces estaba equivocado! No hay nada malo en sentir una


pulsión sexual si tienes la entereza suficiente para controlarla.

BEATRIZ Sólo digo lo que dijo.

LAURA ¿Cómo sabes lo que dijo Jesús? Di que alguien te lo contó, que lo
leíste en un libro o que se lo contaron a un amigo. Pero tú no sabes si
es verdad ni yo que no lo sea porque ninguna de las dos estaba allí.

64
BEATRIZ Hay evidencias.

LAURA (Contundente) No voy a dejar que me líes en una charla sobre


religión porque no es el tema aquí.

BEATRIZ ¿Entonces cuál es el tema?

LAURA El tema es que al hablar con el Sr. Fuller de Jesús en lugar de


entregarle nuestras tarjetas, tú, Beatriz, le has dicho a esta empresa:
“que os den por culo, me da igual que me estéis dando un sustento.
Voy a traicionaros.” Y me da igual que pensaras que hacías algo
noble. Los hombres engañan continuamente a sus mujeres pensando
que responden a un motivo superior. Aquí, trabajando, estás casado
con la empresa. Y traicionarla así es igual que irte de putas. Ves a un
hombre y dices “vaya, ojalá pudiera hablar con él de Jesús”. Si lo
haces durante una pausa en el trabajo o esperando a que te den mesa
en un restaurante, vale. A mí me gusta el culo prieto de un hombre y
a ti buscar almas heridas. Ambos casos son válidos mientras no
dejemos que eso se entrometa en nuestro trabajo. ¡El trabajo,
Beatriz, ésa es la razón por la que estamos aquí! ¿Puedes
comprender eso?

BEATRIZ ¡Sí, lo comprendo, lo que no me cabe en la cabeza es que sea un delito


hablarle a un ser humano como otro ser humano! No sé por qué
tenemos que convertirnos en esas funciones de las que hablas
continuamente. ¿Dónde trazamos la línea? ¿Cuando dejamos de ser
humanos? ¿Cuando aparcamos el coche en el aeropuerto? ¿Cuando
nos registramos en el hotel? ¿Dónde está escrito que no podamos
relacionarnos como personas?

LAURA No está “escrito” en ningún sitio.

BEATRIZ Si no he hablado de trabajo, lubricantes, ni nada parecido es porque


eso le habría restado importancia a lo que yo quería decir. Él habría
pensado que estaba usando el tema de la religión para que me
firmara el contrato. Y no quería que pensara que yo no era sincera.

65
LAURA Es que no lo eras. Y en un sentido mucho peor.

BEATRIZ Si aquí no somos más que funciones, ¿por qué simplemente no


envían robots?

LAURA Si no lo hacen es por la sencilla razón de que aún no han inventado


ninguno. El día que logren construir un robot para hacer nuestro
trabajo y funcione, entonces eso es lo que harán. Pero hasta ese día
nos envían a nosotros.

BEATRIZ (Inflexible) Insisto en lo que dijo el Apóstol San Pablo.

LAURA ¡Al Apóstol San Pablo no le enviaron a vender lubricantes, y a ti sí!

BEATRIZ ¡Muy bien, pues lo siento! ¿Qué quieres que haga?

PATRICIA (Enfática y preocupada) Laura. ¡Déjale!

LAURA (A Patricia, con exasperación) ¿Te importa? Estoy tratando de que lo


entienda.

PATRICIA Con cliente o sin él, sobreviviremos.

LAURA Eso ya da igual. Ahora hablamos de algo muy distinto.

PATRICIA (Explotando) ¡Me cago en la puta, Laura! ¡Tú no eres su madre!


(Pausa. Laura mira fijamente a Patricia como diciendo “¿Pero qué
haces?”) No lo eres.

LAURA (Exasperada) ¿Por qué de repente todos…? (Laura cierra los ojos y
parece hacer un gran esfuerzo por recomponerse. Pausa) Tienes toda
la razón, Patricia. No soy su madre. (Breve pausa) Perdóname,
Beatriz. Por comportarme como si fuera tu madre. Por empeñarme
en darte algo de lo que soy.

BEATRIZ Está bien.

LAURA (Con ironía, a Patricia) Sobreviviremos, supongo.

PATRICIA (Amable) Sí. Sobreviviremos.

66
LAURA Eso es lo que yo digo (Pausa) Ahora si me disculpáis… De pronto me
he dado cuenta de lo tarde que es. ¿A qué hora quieres que nos
reunamos mañana?

PATRICIA Me da igual.

LAURA Di una hora.

PATRICIA A las siete y media.

LAURA A las ocho.

PATRICIA Bien. A las ocho.

LAURA Vale.

Laura se dirige hacia la puerta.

PATRICIA Laura. (Laura se detiene a la entrada, pero no se da la vuelta) Buenas


noches.

Laura sale.

BEATRIZ Creo que me voy a ir yo también.

PATRICIA Aún no. (Breve pausa) Me gustaría decirte algo. Y quiero que me
escuches con atención porque es muy importante.

BEATRIZ Tú dirás.

PATRICIA La mujer que acabo de echar de aquí…

BEATRIZ Tú no le has echado.

PATRICIA La mujer que acaba de salir… hace un momento, es una gran amiga
mía. ¿Lo es porque le conozco desde hace mucho tiempo? Hay
bastante gente a la que conozco desde hace mucho y a algunos no les
dejaría ni limpiarle el culo a mi perro. Otros vienen y van, me dan
igual, con independencia del tiempo que les conozca. Pero Laura me
importa mucho. Y la razón es porque puedo confiar en ella. Es
honesta.

67
BEATRIZ ¿Honesta? ¿O simplemente directa?

PATRICIA Es honesta. Y también directa. A veces eso forma parte de ser


honesta, aunque no demuestra nada. Hay muchas personas que son
honestas, y Laura es una de ellas. Laura es una mujer honesta. (Breve
pausa) Tú también eres una mujer honesta, Beatriz. Estoy
convencida. En lo más profundo de ti hay algo que lucha por ser
honesta. El problema es que el conjunto de tu vida sigue sin verse
afectado. Ser honesto significa tener el potencial de ver las cosas de
cierta forma, de adquirir una sinceridad que podrás usar o no según
tu criterio. No significa que tengas que aferrarte a un modelo y
tomarlo como bandera, de imponer tu visión del bien y el mal ante
cualquier situación. Nadie siente respeto por eso.

BEATRIZ Jesús…

PATRICIA (Enfadada) ¡No empieces con esa mierda! ¡Te estoy hablando de
mujer a mujer, de persona a persona, así que demuéstrame tú el
mismo respeto! ¡No hablamos de religión, sino del sentido de vivir!
(Pausa) Antes me hiciste preguntas sobre la personalidad.
Hablábamos de caras, pero la cuestión es más profunda, La cuestión
es si tú tienes personalidad. Y si quieres mi sincera opinión, creo que
no la tienes. Por la sencilla razón de que aún no te arrepientes de
nada.

BEATRIZ ¿Que no me arrepiento de nada?

PATRICIA Exacto. Tu vida es plana.

BEATRIZ ¿Me estás diciendo que no tendré personalidad hasta que haga algo
de lo que me arrepienta?

PATRICIA No, Beatriz. Te estoy diciendo que ya has hecho muchas cosas de las
que arrepentirte. Pero todavía no lo sabes. Cuando empieces a
descubrirlas, cuando te des cuenta de los disparates que has
cometido y ansíes poder rectificar a pesar de que sea tarde, y lo
sepas; entonces no te quedará más remedio que cargar con ellos

68
como evidencia de que la vida continúa, de que el mundo seguirá
girando sin ti, de que en el fondo no eres tan importante. Y en ese
momento surgirá tu personalidad, porque la honestidad habrá salido
de lo más profundo de ti y quedará como una marca indeleble en tu
cara.

Pausa.

BEATRIZ (Ausente) ¿Puedo irme ya?

PATRICIA Amigas, ¿eh, Beatriz?

BEATRIZ ¿Puedo irme? Por favor.

Breve pausa.

PATRICIA Sí.

BEATRIZ Gracias (Beatriz se gira para irse. Se detiene antes de llegar al


vestíbulo) Quiero darte las gracias por todo lo que has hecho hoy por
mí. Por enseñarme este trabajo.

PATRICIA No hay de qué (Beatriz sale. En voz baja, para sí) Buenas noches.

Patricia se acerca a la barra y coge una botella de soda. Sus ojos se detienen en una
botella de ginebra. La coge y observa fijamente la etiqueta durante un momento.
Suena el teléfono. Se acerca al aparato, sin darse cuenta de que lleva consigo la
ginebra.

PATRICIA (Tras descolgar) ¿Diga? (Pausa) No, acaba de irse. (Pausa) No lo sé,
pregunta en recepción (Pausa) Mira, Laura, ha sido un día muy largo
para todas. Intenta dormir. (Patricia se dispone a colgar el teléfono.
De repente, se frena en seco) ¿Qué has dicho? (Larga pausa) Sí. (Breve
pausa) Yo también te quiero.

Cuelga y se queda con la mirada perdida, mientras sostiene la botella de ginebra con
ambas manos. Las luces se funden lentamente hasta OSCURO

69

También podría gustarte