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OPUSCULO
del Taller de Escritura del Pasaje Pan correspondiente al
mes de Noviembre de 2016
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Ondulada, arremolinada y olada
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acordás porque viniste? ¿podías ayudar a tu familia ahí? El padre les enseño a cazar. Un día que salieron al monte,
Viene cada tanto y te tira la comida: arroz y fideos; dos sólo fueron el viejo y el mayor. El menor se quedó con la
mil pesos te da, no te alcanza para nada. No hagas resaca, de la borrachera de la noche. Se levantó y salió al
locuras, no pierdas la cabeza. ¿Y lo del perro? Siempre patio. Como siempre, se montó en la cerca y, sentado,
se olvida de la comida del perro, el perro está harto de observaba los cerdos.
comer arroz y fideos, va y busca de la basura culpa de - ¿Qué les pasa que están tan inquietos?
este hijo de puta, el trato no era este. De última - ¿Por qué se están mordisqueando todos?
escapate, buscá de huir, cuando se vaya, caminá hasta ¡Eh, Muda! ¿No les diste de comer?
la ruta, serán cincuenta kilómetros, hacelo en etapas, Miranda se acercó con un cubo. Cuando estuvo detrás del
llegá a la ruta, ahí hacé dedo. Sí, escapate, hacelo hermano, sacó el cuchillo para capar. Bastaron solo dos
mierda, reventalo, afanale la camioneta, andá hasta la movimientos. Las alpargatas quedaron rojas, los
terminal, comprá un pasaje, volvete, hacé lo que quieras. tendones estaban cortados. El cuerpo se cayó en el
¿Y si te descubren? ¿te extraditan? ¿tus hijos? ¿ y vos? chiquero. El menor gritaba como loco. Los fuertes chillidos
Mirá que no hay arrepentimiento válido después de algo de los cerdos, que incrementó la sangre fresca, ahogaron
así. No hay una mierda alrededor, no hay nadie pronto sus alaridos.
alrededor, Raúl, dale con la pala, ahora que se da Cuando ya no se reconocía, retiró lo que quedaba del
vuelta, ahí, ahora, Raúl, dale, dale. Raúl no hagas algo cuerpo con un gancho. Lo acarreó detrás del aromo, cavó
que no querés hacer, ¡no sos un asesino, Raúl! ¡Eso! un pozo y lo tiró allí. Fue a buscar las cosas del hermano,
¿Qué hiciste? Subilo a la camioneta, llevalo al hospital, las dejó en el pozo y lo cubrió.
¡todavía vive! ¡Mirá como se retuerce el hijo de puta! Cuando regresaron los otros dos, ella estaba cocinando.
¡Tenés una segunda oportunidad, no la dejes pasar! Dejaron las nutrias en una punta de la mesa y comieron
¡Salvalo, salvate! Mirale los ojos, no te entiende nada, se en la otra. Le preguntaron por el hermano. Nunca
retuerce, enseñale Raúl. ¡No cruces esa línea, estás a esperaban respuestas. Le ordenaron limpiar las nutrias,
tiempo! Con fuerza, en la frente, ¡eso, Raúl! ¡Eso! ¡Bien se acostaron y ella descansó.
puesta! Otra, otra más, dale, ¡Bien! De ahí no se vuelve. Esa noche, el viejo se murió. Vino el médico del pueblo y
Bien hecho, Raúl, bien ajusticiado, así tenía que ser dijo: es un ataque de presión.
como terminase. ¿Te das cuenta de lo que hiciste; - Vamos, muda, preparalo al viejo. Lo enterraremos
pensaste en sus hijos; en su madre, la tía Celia? Hay por la mañana.
que hacer un pozo, con la pala; tiralo, llenalo de Puso agua en una palangana, lavó el cuerpo y lo vistió.
cemento; tenés la mezcla recién hecha.¿Que hiciste? - Cortame el pelo, debo estar bien. – Y con una
Entregate a la policía. Listo, rajá a la mierda… cuando sonrisa lasciva, agregó:
se seque van a tardar unos cuantos días en encontrarlo. - Quedamos nosotros hermanita…
¿Qué hacés? Ahora te subís a la camioneta… y ni Se sentó en la silla de mimbre y se apoyó en el respaldo
siquiera sabés manejar. recto. Ella buscó peines y tijeras. Miranda le colocó un
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trapo, y comenzó a cortarle el pelo pero cuando ya estaba a los terneritos atados en los postes que de tan
terminando, cerró la tijera y se la clavó. Del cuello brotó la desesperados buscan lamerte con sus ásperas lenguas,
sangre densa, el cuerpo se estremeció y cayó. junto cítricos si es en invierno mi visita y a veces, hasta
Limpió todo, pero después de que lo enterró. Tiró en la me animo a meter la mano bajo la gallina y sacarle el
letrina las pastillas que el viejo ya no tomaría y que nunca huevo recién puesto. Ahí se está realmente tranquilo. Sí,
le había dado definitivamente este domingo visitaré el campo.
Ató algunas ropas en una manta, se las cargó al hombro
y salió. Miró el cielo y respiró hondo. -
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al final del camino y girando a la izquierda, se llega a te perdiste por la noche.
destino. El camino se cerraba y
Los primeros en anoticiarse de la llegada de algún
visitante son los perros. Desde lejos escuchan el sonido no supiste como volver.
del motor y estén donde estén, aparecen los tres Ahora que pasó el tiempo
contentos. León, Chirola y Lucero. Ladran y agitan
siento que fue irremediable.
velozmente sus colas dándonos la bienvenida. No suelen
recibir muchas visitar. Ver gente nueva es un “gran Otra historia que termina.
acontecimiento gran”. Al bajar del vehículo sus cuerpos Otra estrella que se muere.- .
desaforados se enredan torpemente entre nuestras
piernas. Detrás se aproxima la robusta mujer del tambero.
MARIONETA DE ARRABAL
Aparece a saludar. También raja a los perros. Les grita:
¡fuera, camine de acá! y golpea sus palmas como si
quisiese asustarlos. A ellos eso, no les hace mucha mella. Cristina Alberich
Continúan con el alboroto un poco más hasta que se
aburren y se van a vagar por ahí. En el campo reina el Con su alma de linyera
silencio. Sólo se escucha el cotorreo de los loros –plaga Rigoberto era felíz
tan difícil de combatir-, el mugido de las vacas que recogiendo bagatelas
esperan impacientes ser ordeñadas como cada día en el con un loco berretín.
tambo, el bramido agudo y lastimoso de algún ternero
separado de su madre o alguna gallina medio clueca que Su imaginación un mundo,
cacarera anunciando que ha puesto un huevo. En el su casa era un gran bulín,
campo se está tranquilo. Los días transcurren uno tras que alojaba ratas grises,
otro. El tambero y su familia, madrugan tempranísimo y hasta un perro de aserrín.
amparados “con la ayuda de Dios”. Hay tareas
específicas que realizar y las mismas requieren de la Pero cayó Don Froilán,
precisión rutinaria de cada jornada: retirarle estrictamente buscando emocionado
dos veces al día la leche a las Holando Argentino, a su sobrino perdido
alimentar a los pollos, vacas y becerros, revisar el tractor, en un vagón desgarbado.
correr los animales de un corral al otro y atender a las
visitas que generalmente suelen ser el veterinario o el Aquel tren llevaba muchas
agrónomo o, eventualmente mi familia y yo. Hace mucho marionetas y retablos,
que yo no voy. Antes lo hacía más seguido. Monto a y al descender en Pichincha
Flauta, la bella y ágil yegua de ojos almendrados, acaricio había sido olvidado.
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los llevaban de teatro.
Al escuchar el silencio
después de tanto arrebato Ahí se hacían compadres
asomó por una hendija, bailaban emocionados
su ojo abotonado. así tocara un tango,
o presentar un relato.
Allí, sólo, en la estación
muy triste y abatatado, En la gorra estaba el premio
no es momento pa’ pena a tan adulado acto.
¡a aprovechar este fato!. Volvían algo enredados
con el corazón henchido
Se busco dos, tres cartones, en sus cuerpitos madera
que fueron su inquilinato y su ropita de trapo.-
vagabundeó por comida
peleándosela a algún gato.
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