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Los distractores

Nunca sabemos con qué nueva historia nos van a inventar algo
“Si no puedes negar las malas noticias, inventa otras que las distraigan. ”
Joseph Goebbels

Desde el inicio del sexenio en nuestro país, se han venido suscitando diversos
temas en la agenda, debate y memes de la política mexicana, los temas políticos
son llevados a lo público a cargo del presidente en México. Estos temas
mencionados en su mejor conocidas conferencias como “Las mañaneras”, las
cuales van marcando la agenda nacional, generando noticias por parte de los
medios de comunicación en todas sus modalidades /radio, televisión, redes
sociales, periódicos, etc. Desde temprano haciendo que toda la jornada y días
consiguientes, se hable del tema o temas impuestos, dejando de lado los asuntos
más imperantes como el desabasto de medicamentos y la seguridad en el país.
Estos temas han sido por ejemplo, la venta del avión, los cachitos para la rifa del
mismo, los puentes vacacionales, etc. Y bueno no podemos no mencionar sus
frases “jocosas” para hacerse el gracioso.

Empero, AMLO no es el único presidente o político que utiliza la distracción


mediante como herramienta de comunicación política. Por ejemplo, su homónimo
Trump también hace uso de estas estrategias, a tal grado que fue comparada sus
distracciones por la consultora Jamer con la serie “House cards”, es decir, cuando
la ficción se vuelve realidad o más bien cuando la realidad es representada
mediante la ficción. Recordemos que en la pasada campaña presidencial de los
Estados Unidos, durante su gestión y no creamos que lo dejará de hacer en esta
nueva campaña, Donald Trump ha presentado en diversas ocasiones una gran
habilidad para manipular y manejar a los estadounidenses, además de distraer
también a los medios de comunicación y de marcar la agenda a través de las
redes sociales, caso que venía haciendo desde su campaña como comentamos,
al posicionar sus dichos y declaraciones.
De lo anterior entonces conviene preguntarnos, ¿En qué consiste la estrategia de
la distracción?, ¿Es una estrategia de innovación? No, no lo es ni en nuestro país
y ni en el mundo. El filósofo Avram Noam Chomsky, nos dice en lo que él llama
“La Manipulación mediática”. En el cuál en su estudio abarca diferentes puntos de
cómo el poder o los medios de comunicación consiguen desviar la información de
carácter urgente o de gran importancia por una información de interés social pero
de escasa relevancia. Chomsky cree que los medios ocupan espacios para crear
la distracción mediática, la cual define como una estrategia de la distracción, en
donde el elemento primordial del control social es mediante la implementación de
la distracción y que consiste en desviar la atención del público de los problemas
importantes y de los cambios decididos por las élites políticas y económicas,
mediante la técnica del bombardeo de mensajes, continuas distracciones y de
informaciones insignificantes.

De igual manera, el escritor francés Sylvain Timsit nos dice que “El elemento
primordial del control sobre la sociedad es la distracción: desviar la atención del
público de los asuntos importantes. Mediante la inundación con continuas
distracciones e informaciones sobre asuntos banales, el público no se interesará
por las cuestiones esenciales de la política, la cultura, la economía o la
problemática social. Se trata de mantener la atención del público distraída, lejos de
los verdaderos problemas sociales, cautivándolo por temas sin importancia real.
Mantener al público ocupado, ocupado y ocupado por banalidades, sin tiempo ni
espacio para pensar”.

Con ello, por muchos años el engañar y la distracción hacia la ciudadanía, han
sido los instrumentos idóneos de los que se han valido diferentes actores políticos
para alcanzar sus fines, mucho se ha hablado de distractores como los deportes,
temas de farándula, capturas de narcos importantes y otros políticos y, hasta de
monstruos misteriosos. Cabe señalar que, el político italiano Nicolás Maquiavelo,
decía que “la política es el arte de engañar”, a su vez inicio este artículo con una
frase de Joseph Goebbels, en la cual bajo sus principios establecidos para la
propaganda Nazi, generan y dejar entrever el arte del engaño para poder
establecer y ser el responsable de la comunicación y promocionar los avisos del
gobierno.

Retomando el caso en México, si revisamos un poco más atrás en la historia de


nuestro país, podemos encontrar las mismas estrategias implementadas por
expresidentes y demás actores de la escena política; por ejemplo, tenemos el
caso del expresidente Enrique Peña, cuando aún era Gobernador, con el caso de
la misteriosa muerte de la niña Paulette, en el cuál todo el país a diario tenía la
nota y un caso que fue, aparentemente solucionado y cerrado muy rápido,
olvidándose la gente de lo que acontecía en el país y las demás muertes del
entonces presidente Felipe Calderón, en el cuál también generaban distractores
por las desapariciones y muertes por la guerra contra el narcotráfico. Ya en el
sexenio de Enrique Peña, durante la celebración del Mundial, se trataban temas
de las reformas importantes para el país, una de ellas, la energética; muchos
señalaban y criticaban al gobierno de utilizar a los medios y el deporte como
distractor para evitar la participación política en los debates. Aunado a ello, los
múltiples errores que cometía el presidente Peña los cuales generaban memes en
las redes sociales, generando que las noticias fueran tema central de sus errores,
dejando a un lado los temas de la agenda nacional.

Si recordamos, aún más atrás encontramos al expresidente Vicente Fox y su


realidad paralela del país llamada “Foxilandia” al declarar de las cosas buenas del
país, pese a los problemas que se suscitaban. Durante los primeros meses de su
gestión, todos los días aparecían en la prensa nacional, estatal y local, que se
reducían los delitos, cientos de cámaras, patrullas nuevas, etc. Y no nada de eso
cambió durante su gestión.

Finalmente, también un caso que no podemos dejar de mencionar, el miedo


colectivo creado para distraer de las devaluaciones en el país, ¿Recuerdan al
“Chupacabras”? Corría el año de1996, dos años después de una fuerte
devaluación en el país. Dónde, en un pequeño municipio en la sierra de Puebla, se
reportaba la misteriosa muerte de al menos 30 ovejas. El dramatismo se acentuó
mientras los guantes de la doctora que revisaba los cuerpos se
mantuvieron blancos, mientras afirmaba que el animal no tenía sangre.
La noticia impactó a la audiencia, quien inmediatamente se remitió a un misterioso
monstruo que azotó las granjas puertorriqueñas un año atrás; un monstruo
conocido como el “Chupacabras”. El misterioso monstruo se convirtió en el centro
de la atención, y aprovechando el morbo y el sensacionalismo de la nota, las
cadenas televisivas lo retomaron para rellenar espacios.

Mientras los medios en México cubrían el caso, se hablaba de una posible cortina
de humo. A su vez se daban las noticias, ¿Qué acontecía en esos años en nuestro
país? Eran mediados de la década de los 90, la nación mexicana seguía
enfrentando una lenta recuperación del “efecto tequila” o “error de diciembre”, los
cuestionamientos sobre la muerte de Colosio seguían, se mantenía viva la lucha
del zapatismo en el sureste mexicano. Con el apoyo de una empresa televisiva,
parecía que el gobierno se favorecía del alcance y efecto de la televisión en una
sociedad que era manipulada y enajenada. La gente aprovechaba la ocasión para
hablar del misterioso caso de un extraño animal volviéndose tema de
conversación diario sobre el tema, y la administración tuviera entretenida a la
población.

Hasta este punto estimado lector, podemos ver y concluir como las estrategias de
distracciones están y han estado presentes en la historia política de los actores y
se han encargado en desviar la atención del público de los problemas importantes
y de los cambios políticos y económicas, mediante la técnica de generación y
difusión de mensajes asertivos para crear continuas distracciones y de
informaciones sobre asuntos banales; manteniendo la atención de la gente
distraída y lejos de los verdaderos problemas sociales.
No sabemos cuánto más van a durar “Las mañaneras” y las distracciones del
actual presidente y demás personajes políticos, menos, nunca sabremos con qué
nueva historia nos van a inventar para darnos “atole con el dedo”. Será menester
que la ciudadanía lo entienda y no se deje manipular, sino tomar parte de las
decisiones y acciones del acontecer político.

Roberto Plasencia es politólogo y administrador público de profesión, cuenta con


especialidades en administración municipal, derecho electoral y comunicación
política. Desde sus inicios en política ha participado en diversas campañas
políticas operando en análisis electoral, lo territorial, redes sociales y movilización.
Está comprometido en colaborar en la arena política, orientando sus capacidades
analíticas y estratégicas para contribuir en la mejora continua del quehacer político
a través de sus conocimientos y experiencias.

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