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La precaria actuación de un plan y coordinación metropolitana en tiempos

de COVID19

Por Roberto Plasencia Rodríguez


En nuestro país, la problemática metropolitana desde su origen siempre ha estado
rebasada en las capacidades institucionales de los gobiernos dados el crecimiento
poblacional desmedido que incrementa demandas políticas, sociales y
económicas. Dejando divisar que la coordinación más que deseable, es intrínseca
a la vida de los municipios que habitan en las zonas metropolitanas y urbanas.
Además, no existen marcos jurídicos adecuados a nivel nacional que permita a las
instituciones estar obligadas a organizarse entre ellas y con los otros órdenes de
gobierno para la implementación de planes y programas en beneficio de la
ciudadanía.

Dicho lo anterior, se define que las Zonas Metropolitanas, son dos o más
municipios en los que se localiza una ciudad de 50 mil o más habitantes. En su
área urbana, funciones y actividades, rebasan sus límites originales e incorporan
como parte de sí mismas, a municipios vecinos con un alto grado de integración
socioeconómica. Hasta el 2010 se tenían registradas 59 zonas, empero para el
2015 el registro fue actualizado a 74. Concentrando en ellas el 62.8% de la
población (INEGI).

En relación con la pandemia, cada día se agrava la situación, los casos


confirmados y defunciones a causa del COVID19 van en aumento y más en las
principales urbes y periferias del país, donde son y continuarán siendo las más
afectadas, así mismo la Ciudad de México y por ende la zona metropolitana del
Valle de México (ZMVM) es la región con mayores reportes, según estimaciones
del subsecretario de prevención y promoción de la salud, Hugo López-Gatell.
Aunado a la ZMVM, siguen están en riesgo Monterrey y Guadalajara;  además aún
con la reapertura de actividades el riesgo aumentaría en las zonas metropolitanas
de Villahermosa, Mexicali, Oaxaca, Veracruz y Puebla.
Ante esta realidad, es menester señalar la tardía actuación de los gobiernos
estatales y de la CDMX en el desempeño en la toma de decisiones y medidas
(higiénicas, en los transportes públicos, etc. ) adecuados para hacerle frente a la
emergencia sanitaria, así mismo, prevaleció una nula coordinación
específicamente entre los gobiernos, tanto en cada municipio y alcaldías que
conforman la ZMVM; aunque cabe mencionar que es más fácil coordinar las zonas
metropolitanas cuando es en un mismo territorio y no colindantes con otros
municipios de diferentes estados, esto ante la falta de voluntades políticas y
diferencias partidarias.

Sumado a lo anterior, el gobierno federal pretende captar los recursos del Fondo
Metropolitano, fondo existente desde el 2006 y que muchas veces se tiene la idea
que sólo sirve para generar obras, sí revisamos las Reglas de operación del
fideicomiso "Fondo Metropolitano" podemos vislumbrar que también está
destinado para mitigar vulnerabilidades o riesgos por fenómenos naturales,
ambientales y los propiciados por la dinámica demográfica y económica.

Empero, y por ello la confusión de muchos es debido a que los objetivos definidos
en el documento en comento, no son los más adecuados para enfrentar este tipo
de problemáticas en las zonas metropolitanas en México. En este mismo marco
cabe precisar que sin embargo, hoy los fondos metropolitanos son insuficientes
para alcanzar sus objetivos, ya que no cuentan con una institucionalidad fuerte y
con comisiones que operan sin reglas estándar para actuar como autoridades. En
ese sentido, la federación no tuvo un plan de acción estratégico para acordarlo y
coordinarlo con los demás niveles de gobierno, en este caso principalmente con la
Jefa de Gobierno de la CDMX, y los gobernadores del Estado de México e
Hidalgo.

En ese ámbito, otro tema y que es un gran ausente es tener sólo letra muerta en
las leyes, al no tener agendas verdaderamente metropolitanas, por ello mismo,
prevaleció una nula coordinación metropolitana en las agendas locales de los
estados para combatir el COVID19.

Esta situación representaba un reto para la gestión urbana y para los gobiernos,
no obstante, como mencioné, la coordinación en las zonas metropolitanas se da
por acuerdos de voluntades políticas; más que en cumplimiento a una
normatividad existente en la correcta atención a los problemas de las zonas
metropolitanas, la carencia o insuficiencias en los marcos legales en las materias,
las normatividades locales, disposiciones administrativas, falta de gobernanza y la
ausencia eficaz de coordinaciones entre los mismos y en los diferentes niveles y
gobiernos siendo un gran obstáculo para la administración, gestión y coordinación
intermunicipal y metropolitana.

Por estas razones, se debe impulsar la coordinación intermunicipal más allá de


simples acuerdos y comisiones, para que se pueda ayudar a los municipios a
obtener beneficios mutuos, eliminar esfuerzos duplicados y lograr importantes
ahorros en los costos de sus servicios y en atención de crisis. También, se sugiere
que es menester aportar elementos para discutir las formas de gestión
metropolitana en México y más ante este tipo de crisis que se suscitan de manera
emergente.

Por ello, es de señalar que, es menester implementar la llamada “gobernanza”, la


cual constituye una nueva forma de estrategia política destinada a garantizar la
gobernabilidad de las sociedades y a mantener la legitimidad de las instituciones a
cambio de la sesión de autoridad política a los actores económicos y sociales.

Finalmente, para lograr una eficaz gobernanza metropolitana, la legislación en


materia de asentamientos humanos, ordenamiento territorial y desarrollo urbano
deben establecer mecanismos e instrumentos de carácter obligatorio que
aseguren la acción coordinada institucional de los tres niveles de gobierno y la
participación de la sociedad.
Roberto Plasencia Rodríguez

Es Politólogo y Municipalista de profesión por parte de la UNAM, activista y voluntario por pasión;
animalista y ambientalista por convicción. Es colaborador en diversos diarios y revistas, así como
en otros medios de comunicación.

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