Está en la página 1de 2

 Palabras encadenadas

Este juego está más orientado a niños de cinco años que a los más
jóvenes. Es simple, y barato. Básicamente los niños tienen que ir
diciendo palabras y el siguiente tiene que decir una que empiece por la
sílaba o letra última de la palabra anterior.

Si bien los niños de cinco año es posible que no tengan mucho problema
con este juego, dado que es necesario tener cierta relación con las letras,
es mejor usar como criterio la última sílaba.

Por ejemplo: "casa" - "saco" - "comida - "dado"...

7. Leones durmientes
El juego de los leones durmientes es indeal para enseñar a los más
pequeños a mantenerse concentrados aunque hayan distracciones.

Los niños deben estar tumbados y pretender hacer como que duermen.
Entonces, una persona va caminando entre ellos, sea niño o adulto. Esta
persona, sin tocar a los leones durmientes, debe intentar convencerlos
de que abran los ojos. Así, los niños que se vayan creyendo lo que se les
está diciendo y se despierten perderán, siendo el ganador el último que
todavía esté dormido.

Este juego fomenta, por un lado, a que el niño que trate de despertar a
los leones a ser original, imaginando cosas tan sorprendentes que
obligue a sus compañeros dormidos a despertarse.
Por otro lado, los niños que actúan de leones durmientes deben hacer un
gran esfuerzo por no abrir los ojos, por muy brevemente que abran y
cierren los mismos.

8. Gallinita ciega
La gallinita ciega es otro clásico entre los juegos para niños de
preescolar y, además, muy fácil de hacer, dado que requiere poco
material. Basta con una venda o pañuelo y un espacio lo suficientemente
grande como para que no se tenga ningún accidente.

Uno de los niños tiene que vendarse los ojos con el susodicho pañuelo.
Una vez no pueda ver, tiene que girar sobre sí mismo (preferiblemente
con la ayuda de una adulto) para que le cueste más orientarse después.
El pañuelo no se lo puede quitar.

Cuando ya ha parado de dar vueltas, tiene que ir a buscar a sus


compañeros mientras estos se encuentran desperdigados a su
alrededor. Los demás niños pueden tocarle y llamarle, pero siempre
deben evitar que no les atrape.

Si el niño con el pañuelo atrapa a un compañero, debe identificarlo con


su sentido del tacto. Si lo consigue, se cambian los roles.

También podría gustarte